Espíritu Santo para niños
El Espíritu Santo es un concepto muy importante en la teología cristiana. Se le conoce con otros nombres como Espíritu de Dios o Espíritu de verdad. La palabra "Paráclito" viene del griego y significa "aquel que es invocado". Para la mayoría de los cristianos, el Espíritu Santo es la tercera parte de la Santísima Trinidad.
La Biblia menciona al Espíritu Santo en muchos de sus pasajes, pero no da una única definición. Esto llevó a debates a lo largo de la historia, especialmente en el siglo IV, durante las divisiones entre las iglesias de Oriente y Occidente (siglos IX al XI), y con la Reforma Protestante.
Contenido
- ¿Qué es el Espíritu Santo? Interpretaciones principales
- Nombres, dones y frutos del Espíritu Santo
- El Espíritu Santo en la Biblia
- El Espíritu Santo en el judaísmo
- El Espíritu Santo en la teología cristiana: Un poco de historia
- El Espíritu Santo en el arte
- Galería de imágenes
- Véase también
¿Qué es el Espíritu Santo? Interpretaciones principales
Existen varias formas de entender al Espíritu Santo:
- Interpretación Trinitaria: La mayoría de los cristianos (católicos, ortodoxos y la mayoría de los protestantes) creen que el Espíritu Santo es una persona divina, parte de Dios, pero manteniendo la idea de que Dios es uno solo.
- Interpretación Unitaria: Algunos creen que el Espíritu Santo es una fuerza o cualidad de Dios, como su sabiduría o su amor, no una persona separada. Lo ven como el poder activo de Dios.
- Interpretación Ariana: Para otros, el Espíritu Santo es un ser espiritual muy especial, parecido a un ángel, pero que fue creado por Dios y no es Dios mismo.
- Interpretación Triteísta: Esta idea sugiere que el Espíritu Santo es un Dios diferente, quizás menos importante que el Dios principal, pero que también existe desde siempre.
- Interpretación Unicitaria: Quienes creen en la Unicidad de Dios piensan que el Espíritu Santo es el mismo Dios eterno, manifestándose con poder. Para ellos, Dios es Espíritu y es Santo, por eso se le llama Espíritu Santo.
La mayoría de las creencias cristianas coinciden en que el Espíritu Santo viene de Dios. La diferencia está en cómo: como una manifestación de Dios, como una criatura, o como una persona divina.
Nombres, dones y frutos del Espíritu Santo
La Biblia usa varias expresiones para referirse a esta "realidad divina" en el judaísmo y el cristianismo.
Nombres del Espíritu Santo
Algunos de los nombres que se le dan son:
- Espíritu Santo
- Espíritu de santidad
- Espíritu de Dios
- Espíritu de la verdad
- Espíritu de Cristo
- Espíritu del Señor
- Dedo de Dios
- Paráclito
El Libro de Sabiduría lo describe como: "Espíritu inteligente, santo, único y múltiple, sutil, ágil, penetrante, inmaculado, claro, inofensivo, agudo, libre, bienhechor, estable, seguro, tranquilo, todopoderoso, omnisciente, que penetra en todos los espíritus inteligentes puros sutiles." (Sabiduría 7:22-23)
Dones del Espíritu Santo
El profeta Isaías menciona siete "dones" o regalos especiales que el Espíritu Santo puede dar:
- Sabiduría
- Entendimiento
- Consejo
- Fortaleza
- Ciencia
- Piedad
- Temor de Dios (respeto profundo a Dios)
Además, en la Primera epístola a los corintios, se mencionan otros dones que Dios da a través del Espíritu:
- Palabra de sabiduría
- Palabra de ciencia
- Fe
- Dones para sanar enfermos
- Hacer milagros
- Profecía
- Discernir espíritus
- Hablar en diversas lenguas
- Interpretar lenguas (1 Co 12:8-10)
Frutos del Espíritu Santo
La Epístola a los gálatas (5:22-23) describe nueve "frutos" o cualidades positivas que el Espíritu Santo produce en las personas:
- Amor
- Gozo o alegría
- Paz
- Paciencia
- Benignidad o afabilidad
- Bondad
- Fidelidad
- Mansedumbre
- Dominio de sí
Todos estos nombres, dones y frutos hacen del Espíritu Santo un concepto muy rico en la teología cristiana.
El "pneuma" divino
La palabra "espíritu" viene del latín "spiritus", que a su vez traduce el griego "pneuma" y el hebreo "ruaj". Estas palabras también significan "aire" o "aliento". En la antigüedad, "aire" y "espíritu" estaban muy relacionados.
Existen dos formas principales de entender el Espíritu Santo: las que se enfocan en el aspecto de "aire" (como una fuerza) y las que se enfocan en el aspecto de "espíritu" (como una entidad). Estas ideas coinciden en gran parte con las creencias judías y cristianas.
El Espíritu Santo en la Biblia
La Biblia contiene muchos pasajes que hablan del Espíritu Santo.
Poder creador y fuerza vital
El libro del Génesis menciona el "espíritu de Dios" o el "aliento de Dios" en la creación del mundo. Para los cristianos, esto muestra el poder creador del Espíritu Santo. Por ejemplo, en Génesis 1:2, se dice que "el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas".
También se dice que Dios insufló el "aliento de la vida" en Adán (Génesis 2:7), lo que se refiere a la cualidad que da vida del Espíritu. El Credo niceno dice que el Espíritu Santo es "señor y dador de vida".
El "dedo de Dios" es otra expresión que se usa en la Biblia para simbolizar el poder de Dios. Por ejemplo, las tablas de la ley fueron escritas por el "dedo de Dios" (Éxodo 31:18).
Espíritu guía de los Reyes
La Biblia cuenta que el Espíritu Santo guio al pueblo judío al elegir e inspirar a sus líderes. Cuando Saúl fue elegido como el primer rey de Israel, el Espíritu de Dios vino sobre él (1 Samuel 10:6-7). Más tarde, cuando Saúl se comportó mal, el Espíritu se le retiró y pasó a David (1 Samuel 16:13-14), quien se convirtió en un rey muy querido por Dios.
Espíritu de profecía
La teología judeocristiana cree que el Espíritu Santo inspiró a los profetas de la Biblia, como Isaías, Jeremías y Ezequiel. Por ejemplo, en Ezequiel 2:2, se lee: "Después de hablar esa voz, el Espíritu entró en mí y pude escucharle."
En el Nuevo Testamento, el Espíritu Santo también inspiró a los apóstoles. Pablo de Tarso hablaba de la importancia del don de profecía (1 Corintios 14:1).
El Espíritu Santo durante la infancia de Jesús

Los evangelios de Lucas y Mateo mencionan varias veces al Espíritu Santo en los relatos del nacimiento y la infancia de Jesús. Lo más importante es la concepción de Jesús en el vientre de María por obra del Espíritu Santo (Lucas 1:35). También inspiró a Isabel y a Zacarías, padres de Juan el Bautista, y al sabio Simeón, quien reconoció a Jesús como el "Cristo del Señor" (Lucas 2:25-32).
Bautismo en el Jordán

Cuando Jesús de Nazaret fue bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán, el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma (Juan 1:32). Esta imagen de la paloma es muy usada para representar al Espíritu Santo.
Después de su bautismo, el Espíritu Santo guio a Jesús en todas sus acciones, incluso llevándolo al desierto por cuarenta días (Lucas 4:1-13).
La transfiguración

En este evento, Jesús se transfiguró en el monte Tabor, y una nube los envolvió mientras una voz decía: "Este es mi hijo amado, escuchadle" (Mateo 17:5). Aunque no se menciona al Espíritu Santo directamente, la Iglesia ortodoxa interpreta que la nube representa al Espíritu Santo, siendo una manifestación de la Trinidad.
Fórmula bautismal
Al final del evangelio de Mateo, Jesús da a sus apóstoles la misión de "enseñar a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19). Esta frase es muy importante porque muestra la igualdad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en el bautismo.
Día de Pentecostés
El libro de los Hechos de los Apóstoles es conocido por sus muchas referencias al Espíritu Santo. En el capítulo 2, se describe el día de Pentecostés: "En el día de Pentecostés, y estando reunidos en un lugar, sucedió de repente que se produjo un ruido como del cielo parecido a un viento. Aparecieron entonces lenguas de fuego que se posaron sobre cada uno de ellos, llenándose todos del Espíritu Santo. Comenzaron a hablar en lenguas extrañas." (Hechos 2:1-4)
Desde ese momento, el Espíritu Santo guio a los discípulos en sus palabras y acciones.
El Espíritu Santo y los no judíos
El capítulo 10 de los Hechos de los Apóstoles cuenta la historia de Cornelio, el primer no judío en recibir el Espíritu Santo y ser bautizado. Este evento fue clave para que el cristianismo se extendiera más allá del pueblo judío, llegando a otras culturas.
Las epístolas
Las epístolas son cartas escritas por los apóstoles, como Pablo de Tarso, que contienen las primeras ideas sobre la teología cristiana. Muchas de ellas mencionan al Espíritu Santo, explicando su papel en la vida de los creyentes y en la Iglesia. Por ejemplo, la epístola a los gálatas habla de los frutos del Espíritu.
El Espíritu Santo en el judaísmo
En el judaísmo, el Espíritu Santo se llama "Ruaj Hakodesh", que significa "aliento de Dios" o "Espíritu de Dios". Se le ve como el poder creador y vital de Dios, a través del cual Dios participa en la creación y actúa en el mundo. No es un ser independiente, sino una cualidad de Dios, como su sabiduría.
El Espíritu Santo también guía a los reyes y profetas, dándoles la capacidad de gobernar e inspirándolos para comunicar el mensaje de Dios. Se cree que el Espíritu Santo es quien inspiró la Biblia hebrea.
Cuando el Espíritu Santo está en una persona, la purifica y eleva su condición moral.
El Espíritu Santo en la teología cristiana: Un poco de historia
La forma de entender el Espíritu Santo ha sido un tema importante en la historia del cristianismo.
Primeras ideas (siglo II)
Al principio, en el siglo II, los primeros teólogos cristianos estaban más preocupados por organizar las iglesias y defenderse de las persecuciones. Las primeras ideas sobre el Espíritu Santo aparecieron en escritos que defendían la fe cristiana.
Desarrollo de la teología (siglo III)
A finales del siglo II y principios del III, los Padres de la Iglesia comenzaron a reflexionar más sobre el Espíritu Santo, especialmente a partir de la fórmula del bautismo.
Tertuliano usó expresiones como "el tercer nombre de la divinidad" y lo describió como la "fuerza que ayuda al Hijo". También comparó la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo con la de la raíz, el tronco y el fruto de un árbol.
Orígenes hizo una reflexión más profunda, viendo al Espíritu Santo como el que santifica y tiene dominio sobre las realidades espirituales.
Del Concilio de Nicea al de Constantinopla
El Concilio de Nicea
El Concilio de Nicea I (año 325) se centró en la divinidad de Jesús, pero su credo ya mencionaba al Espíritu Santo junto al Padre y al Hijo, sugiriendo una cierta igualdad.
Debates sobre la divinidad del Espíritu Santo
Después de Nicea, surgieron debates sobre si el Espíritu Santo era divino o una criatura. Algunos, llamados "pneumatómacos" (los que "luchan contra el Espíritu"), negaban la divinidad del Espíritu Santo, diciendo que era solo un espíritu que servía a Dios, como un ángel.
Los Padres Capadocios
Basilio el Grande, Gregorio de Nacianzo y Gregorio de Nisa fueron teólogos importantes que defendieron la divinidad del Espíritu Santo. Argumentaron que el Espíritu Santo merece el mismo honor que el Padre y el Hijo.
El Concilio de Constantinopla
En el Primer Concilio de Constantinopla (año 381), se afirmó que el Espíritu Santo es "Señor y dador de vida, que procede del Padre, y con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado, y que habló por los profetas".
La controversia sobre el "Filioque"
Al principio, el credo decía que el Espíritu Santo "procede del Padre". Pero en el siglo VI, la Iglesia de Occidente añadió la frase "y del Hijo" (en latín, "Filioque"). Esta adición no fue aceptada en Oriente, lo que llevó a una gran división entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, conocida como el Cisma de Oriente y Occidente.
La Escolástica
En los siglos XIII y XIV, teólogos como Buenaventura y Tomás de Aquino desarrollaron más la idea del Espíritu Santo. Lo vieron como la relación de amor entre el Padre y el Hijo, y como un don que Dios da a las personas.
Reforma y Contrarreforma
Con la Reforma Protestante en el siglo XVI, teólogos como Martín Lutero y Juan Calvino enfatizaron que el Espíritu Santo ayuda a los creyentes a entender la Biblia. Los teólogos católicos, por su parte, destacaron que el Espíritu Santo guía a la Iglesia en la interpretación de las Escrituras.
El Espíritu Santo en las creencias de los Hermanos Moravos
Los Hermanos Moravos, un grupo religioso del siglo XV, creían que el Espíritu Santo era el "Dedo de Dios" y un "don de Dios", un consuelo o el poder que el Padre da a los creyentes.
Creencias contemporáneas no tradicionales
- Testigos de Jehová: Creen que el Espíritu Santo no es una persona de la Trinidad, sino el poder o la fuerza activa de Dios.
- Iglesias unitarias: Para los cristianos unitarios, el Espíritu Santo es la presencia y el poder de Dios en cada persona y en el mundo, no una persona divina. Otros lo ven como una metáfora del amor y la aceptación.
- Mormones: Creen que el Espíritu Santo es un ser diferente del Padre y del Hijo, y que no tiene cuerpo. Su misión es dar testimonio, guiar, enseñar y consolar.
El Espíritu Santo en el arte

Las representaciones del Espíritu Santo en el arte suelen aparecer en escenas de la Santísima Trinidad, el Bautismo de Jesús, la Anunciación o Pentecostés.
Desde el siglo X, a veces se representaba a la Trinidad con tres figuras humanas masculinas. Sin embargo, en 1745, el papa Benedicto XIV prohibió representar al Espíritu Santo en forma humana.
Desde entonces, el símbolo más común es la paloma, que se menciona en el Bautismo de Jesús (Juan 1:32). La paloma aparece en muchas obras de arte, como en el "Bautismo" de Piero della Francesca.
Las "lenguas de fuego" mencionadas en los Hechos de los Apóstoles (Hechos 2:3) se usan solo para representar el evento de Pentecostés.
Galería de imágenes
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Michelangelo, Separation of the Earth from the Waters 00.jpg
Separación de los cielos y la tierra. Miguel Ángel, Capilla Sixtina.
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El Libro de Isaías en una Biblia inglesa.
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Ejemplar de la Restitución del Cristianismo de Miguel Servet.
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San Pablo por El Greco.
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Un folio del papiro
46, que contiene pasajes correspondientes a la Segunda epístola a los corintios.
Véase también
En inglés: Holy Spirit Facts for Kids