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Cráter de Chicxulub para niños

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Datos para niños
Cráter de Chicxulub
Chicxulub.jpg
La fotografía superior es una imagen en relieve sombreada de la esquina noroeste de la península de Yucatán (en México) generada a partir de los datos de la Misión Topográfica de Radar del Transbordador (SRTM), y muestra una indicación sutil, pero inconfundible, del cráter de impacto de Chicxulub.
En la imagen de abajo se aprecia la ciudad de Mérida, a 38 km al sur de la costa del golfo de México.
Situación
País México
División Yucatán
Ciudad cercana Chicxulub
Coordenadas 21°24′00″N 89°31′00″O / 21.4, -89.516666666667
Datos generales
Fecha de creación 66 millones de años a. C.
Cráter de Chicxulub ubicada en México
Cráter de Chicxulub
Cráter de Chicxulub
Ubicación en México.
La topografía de radar revela que el anillo exterior del cráter tiene 180 km de diámetro; la acumulación de dolinas alrededor del cráter sugiere la presencia de una antigua cuenca oceánica ocupando la depresión formada por el impacto
La topografía de radar revela que el anillo exterior del cráter tiene 180 km de diámetro; la acumulación de dolinas alrededor del cráter sugiere la presencia de una antigua cuenca oceánica ocupando la depresión formada por el impacto

El cráter de Chicxulub es un enorme cráter de impacto que se encuentra en la península de Yucatán, en México. Su centro está cerca del pueblo de Chicxulub, de donde viene su nombre. En maya, Chicxulub significa 'pulga del diablo'.

Este cráter mide más de 180 kilómetros de ancho, lo que lo convierte en una de las zonas de impacto más grandes del mundo. Se cree que el meteorito que lo formó tenía unos 12 kilómetros de diámetro. Fue descubierto a finales de los años 70 por Antonio Camargo Zanoguera y Glen Penfield, unos geofísicos que trabajaban para la empresa Petróleos Mexicanos buscando petróleo. Al principio, no estaban seguros de que fuera un cráter de impacto, así que dejaron de investigar.

Más tarde, gracias a Alan Hildebrand, un geólogo canadiense, Penfield y Camargo consiguieron pruebas que confirmaron que la estructura era un cráter de impacto. Algunas de estas pruebas incluyen rocas especiales llamadas "cuarzo de impacto", cambios en la gravedad de la zona (una anomalía gravitatoria) y la presencia de tectitas (pequeños trozos de vidrio formados por impactos) y iridio (un metal raro en la Tierra, pero común en meteoritos).

Los estudios de las rocas y los análisis isotópicos mostraron que este cráter se formó hace unos 66 millones de años, al final del período Cretácico. La prueba más importante es una capa delgada de iridio que se encuentra en sedimentos de esa época en todo el mundo. Esto sugiere que un gran objeto espacial chocó contra la Tierra en ese momento.

Hoy en día, la mayoría de los científicos creen que este impacto fue la causa principal de la extinción masiva del Cretácico-Terciario, que hizo desaparecer a muchas especies, incluyendo a los dinosaurios. Aunque algunos piensan que hubo otras causas o que quizás fueron varios impactos al mismo tiempo.

¿Cómo se descubrió el cráter de Chicxulub?

Archivo:Chicxulub impact - artist impression
Representación artística e hipotética de cómo fue el impacto del asteroide que formó el cráter de Chicxulub.

En 1978, los geofísicos Penfield y Camargo estaban trabajando para la compañía petrolera mexicana Pemex. Estaban haciendo un estudio aéreo del golfo de México para encontrar lugares donde pudiera haber petróleo. Penfield encontró una enorme estructura subterránea con forma de anillo, de unos 70 kilómetros de radio.

Luego, Penfield encontró otro arco en la península de Yucatán. Al comparar los dos mapas, se dio cuenta de que los dos arcos formaban un círculo completo de 180 kilómetros de diámetro. El centro de este círculo estaba cerca del pueblo de Chicxulub. Penfield estaba casi seguro de que esta formación había sido causada por un evento muy grande en la historia geológica.

Pemex no les permitía publicar los datos específicos, pero sí les dejó presentar sus hallazgos en una conferencia en 1981. Sin embargo, pocos expertos en cráteres de impacto asistieron a esa conferencia. Aunque tenían mucha información geofísica, no tenían muestras de rocas que probaran el impacto.

Pemex había perforado pozos en la región desde 1958. En una de esas perforaciones, encontraron una capa gruesa de una roca llamada andesita a unos 1300 metros de profundidad. Esta capa podría haberse formado por el calor y la presión de un impacto, pero en ese momento se pensó que era un domo de lava. Penfield intentó conseguir muestras de esa capa, pero le dijeron que se habían perdido. Como no pudo obtener más pruebas, Penfield dejó el proyecto y volvió a su trabajo en Pemex.

Al mismo tiempo, el científico Luis Walter Álvarez propuso la idea de que un gran objeto del espacio había chocado contra la Tierra. En 1981, sin saber del descubrimiento de Penfield, el estudiante Alan R. Hildebrand y su profesor William V. Boynton publicaron una teoría similar. Sus pruebas incluían arcilla con mucho iridio, granos de cuarzo de impacto y vidrio que parecía tectita. También encontraron depósitos de rocas que parecían haber sido arrastradas por un tsunami gigante, probablemente causado por un impacto. Estos depósitos se encontraron en varias partes del Mar Caribe.

En 1990, un periodista le contó a Hildebrand sobre el descubrimiento de Penfield. Hildebrand contactó a Penfield, y juntos consiguieron dos muestras de los pozos de Pemex que estaban guardadas. El equipo de Hildebrand analizó las muestras y confirmaron que contenían material metamórfico, que se forma bajo gran calor y presión.

En 1996, un grupo de investigadores estudió imágenes de satélite de la región y descubrió un semicírculo de dolinas (conocidas como cenotes en la región) que coincidía con lo que Penfield había visto. Se cree que estas dolinas se formaron por el hundimiento de la pared del cráter. Estudios más recientes sugieren que el cráter real podría medir hasta 300 kilómetros de diámetro, y que el anillo de 180 kilómetros es solo una pared interior.

¿Cómo es la geología del cráter?

Archivo:Chicxulub-animation
Animación que muestra el impacto y la formación del cráter de Chicxulub. Universidad de Arizona (Space Imagery Center).

En 1991, Hildebrand, Penfield y otros científicos describieron las características geológicas del cráter. Sobre el cráter hay capas de marga y caliza de casi 1000 metros de espesor. Debajo de estas capas, hay más de 500 metros de vidrio y rocas rotas llamadas brechas, que tienen una composición similar a la andesita. Estas rocas ígneas (formadas por calor) solo se encontraron en la zona del impacto. También hay feldespato, augita y "cuarzo de impacto", que son comunes en rocas fundidas por impactos.

Alrededor del borde del cráter, hay grupos de cenotes o dolinas. Esto sugiere que hubo una cuenca de agua dentro del cráter después del impacto. El agua subterránea disolvió la caliza y creó las cuevas y cenotes que vemos hoy.

¿Qué tan grande fue el impacto y qué efectos tuvo?

Se calcula que el objeto que chocó tenía entre 10 y 18 kilómetros de diámetro. El impacto liberó una energía enorme, equivalente a 100 billones de toneladas de TNT. Fue dos millones de veces más potente que la explosión más grande creada por el ser humano. Incluso la erupción volcánica más grande conocida fue mucho menos poderosa.

El asteroide habría entrado a la Tierra a una velocidad de 20 kilómetros por segundo (72.000 km/h). Esto es unas 10 veces más rápido que las balas de algunos rifles, pero solo un tercio de la velocidad a la que el cometa Shoemaker-Levy 9 chocó contra Júpiter en 1994.

Efectos en la Tierra y el ambiente

El impacto inicial habría causado una explosión mil millones de veces más potente que las explosiones más grandes de la historia. Una bola de fuego de más de 10.000°C habría quemado todo en un radio de 1600 kilómetros, incluyendo todo el Golfo de México y las costas cercanas. La corteza terrestre se habría comportado como un líquido, formando un cráter que era tres veces más profundo que la Fosa de las Marianas en segundos, y luego una torre de material que se derrumbó, formando el anillo de picos que vemos hoy.

El impacto también habría provocado algunos de los megatsunamis más grandes de la historia de la Tierra. Olas el doble de altas que el Empire State Building habrían golpeado las costas de todo el mundo, especialmente las del Golfo de México y el Atlántico. Una nube gigante de polvo, cenizas y escombros se habría esparcido por toda la zona del impacto. Vientos huracanados de más de 1500 km/h habrían derribado todo en un radio de más de 3000 kilómetros.

El material expulsado, junto con trozos del asteroide, habrían sido lanzados a la atmósfera y al espacio. Los que quedaron alrededor del planeta se habrían calentado al reentrar en la atmósfera terrestre, causando incendios globales. Al mismo tiempo, enormes ondas de choque habrían viajado por el interior de la Tierra, provocando terremotos y erupciones volcánicas en todo el mundo.

La gran cantidad de polvo y partículas en la atmósfera podría haber cubierto la Tierra durante varios años, quizás una década, haciendo la vida muy difícil para los seres vivos. La producción de dióxido de carbono por el impacto habría causado un fuerte efecto invernadero. Además, las partículas de polvo habrían impedido que la luz solar llegara a la superficie, bajando drásticamente la temperatura. Esto habría detenido la fotosíntesis de las plantas, afectando a toda la red trófica (la cadena alimenticia).

En 2008, un equipo de investigadores descubrió que el asteroide impactó en aguas más profundas de lo que se pensaba. Esto liberó una gran cantidad de vapor de agua y azufre a la atmósfera. Estos elementos habrían formado aerosoles sulfatados que cambiaron el clima, bajando la temperatura y causando lluvia ácida.

Chicxulub y la extinción masiva

Archivo:Chicxulub2
Imagen tridimensional que muestra las anomalías gravitatorias provocadas por el meteoroide en Chicxulub.

El cráter de Chicxulub apoya la teoría de que la extinción de muchos animales y plantas, incluyendo los dinosaurios, fue causada por el impacto de un bólido. Esta teoría fue propuesta por el físico Luis Walter Álvarez y su hijo, el geólogo Walter Álvarez. Ellos sugirieron que la extinción ocurrió al mismo tiempo que se formó el cráter de Chicxulub. Esta idea es muy aceptada hoy en día, aunque no por todos los científicos. Algunos, como el paleontólogo Robert Bakker, señalan que si el impacto hubiera sido tan devastador, las ranas también habrían desaparecido, pero sobrevivieron. Otros, como Gerta Keller, argumentan que las muestras de roca de Chicxulub muestran que el impacto ocurrió unos 300.000 años antes de la extinción, por lo que no podría haber sido la única causa.

La prueba principal del impacto, además del cráter, es una capa delgada de arcilla que se encuentra en el límite K/T (el límite entre el Cretácico y el Paleógeno) en todo el mundo. A finales de los años 70, los Álvarez y sus colegas encontraron que esta capa tenía una concentración muy alta de iridio. Se cree que el iridio se esparció por la atmósfera cuando el objeto espacial se vaporizó y luego se depositó en la Tierra junto con otros materiales expulsados por el impacto, formando esa capa de arcilla.

Confirmación de la teoría

En marzo de 2010, 38 expertos de varios países confirmaron en la revista Science que la extinción masiva al final del período Cretácico, hace unos 66 millones de años, que acabó con los dinosaurios, fue causada por el impacto de un asteroide. Esto descartó otras ideas, como la de grandes erupciones volcánicas.

En 2016, un proyecto científico perforó el anillo de picos del cráter, a cientos de metros bajo el fondo del mar, para obtener muestras de roca. Encontraron caliza, rocas fracturadas y fundidas, y también granito rosa. Esto demostró que los anillos de picos se formaron con granito que vino de las profundidades de la Tierra. Estos descubrimientos confirmaron las teorías sobre el impacto y sus efectos.

Un estudio de 2020 sugirió que el asteroide de Chicxulub impactó desde el noreste con una inclinación de 45-60 grados. Pruebas recientes indican que el objeto podría haber sido parte de un asteroide mucho más grande que se rompió en el espacio hace más de 160 millones de años, formando la familia de asteroides de Baptistina.

¿De dónde pudo venir el asteroide?

Posible origen

En 2007, un informe en la revista Nature sugirió un posible origen para el asteroide de Chicxulub. Los autores, William F. Bottke, David Vokrouhlický y David Nesvorný, propusieron que una colisión hace 160 millones de años en el cinturón de asteroides creó la familia de asteroides de Baptistina. Sugirieron que el asteroide de Chicxulub también era parte de este grupo, basándose en la presencia de cromo y un tipo raro de meteorito llamado "condritas carbonáceas" en los sedimentos del límite K/T. Según Bottke, el asteroide de Chicxulub era un fragmento de unos 60 kilómetros de un cuerpo padre mucho más grande, de unos 170 kilómetros.

Sin embargo, en 2011, otros científicos dudaron de esta conexión. Basándose en datos de la sonda WISE, la colisión que formó la familia Baptistina ocurrió hace "solo" 80 millones de años, la mitad de lo que se pensaba. Este tiempo no encaja con la fecha del impacto de Chicxulub, lo que significa que la procedencia exacta del asteroide del Yucatán sigue siendo un misterio.

¿Hubo varios impactos?

En los últimos años, se han descubierto otros cráteres como el de Chicxulub, todos entre las latitudes 20°N y 70°N. Algunos ejemplos son el cráter Silverpit en el mar del Norte y el cráter Boltysh en Ucrania. Estos son más pequeños que Chicxulub, pero probablemente fueron causados por objetos de decenas de metros. Esto llevó a la teoría de que el impacto de Chicxulub fue solo uno de varios impactos que ocurrieron casi al mismo tiempo. Otro cráter que pudo haberse formado en ese momento es el cráter Shiva, aunque su origen como cráter aún se discute.

La colisión del cometa Shoemaker-Levy 9 con Júpiter en 1994 demostró que la gravedad puede romper un cometa, causando múltiples impactos en pocos días. Esto sugiere que algo similar pudo haber ocurrido en la Tierra hace 66 millones de años.

A finales de 2006, Ken MacLeod, profesor de geología, analizó sedimentos bajo el océano cerca del cráter de Chicxulub. Su análisis mostró que solo había una capa de restos del impacto, lo que apoya la teoría de un único impacto. Sin embargo, algunos científicos que creen en impactos múltiples, como Gerta Keller, no están de acuerdo con esta conclusión.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Chicxulub crater Facts for Kids

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Cráter de Chicxulub para Niños. Enciclopedia Kiddle.