Casino de Madrid para niños
Datos para niños Casino de Madrid |
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Tipo | Casino y monumento | |
Catalogación | bien de interés cultural | |
Calle | calle de Alcalá (15) | |
Localización | Sol (España) | |
Coordenadas | 40°25′04″N 3°42′01″O / 40.417777, -3.700228 | |
Construcción | 1910 | |
Arquitecto | José López Sallaberry y Laurent Farge | |
El Real Casino de Madrid es un club social y cultural muy importante en Madrid, España. Se encuentra en la calle Alcalá número 15. Fue fundado en 1836 como un lugar tranquilo donde sus miembros podían reunirse y conversar, sin involucrarse en temas políticos.
Contenido
Historia del Casino de Madrid
El Casino de Madrid comenzó oficialmente sus actividades en 1836, cuando se crearon sus primeras reglas. En esa época, en Europa surgieron muchos clubes y asociaciones, diferentes de las antiguas academias del siglo XVIII, que eran solo para las clases más ricas.
¿Cómo empezó el Casino?
Al principio, el Casino tuvo varias sedes en el centro de Madrid. Su nombre también cambió: primero fue "Casino", luego "Casino del Príncipe" (por la calle donde estaba) y finalmente "Casino de Madrid". La decoración de sus primeros locales era sencilla, pero poco a poco se volvió más elegante y lujosa.
El nacimiento del Casino coincidió con un periodo de grandes cambios en España, cuando el país pasaba de un sistema antiguo a uno más moderno y liberal. El Casino se convirtió en un modelo para otros clubes en España a finales del siglo XIX.
En 1910, después de cinco años de construcción, el Casino se mudó a su sede actual en la calle de Alcalá. En ese momento, ya tenía mil socios. Este edificio es muy elegante por dentro y ofrecía servicios exclusivos a sus miembros. Se convirtió en un lugar de encuentro para la gente más influyente de Madrid, donde se creaban importantes conexiones sociales.
A finales del siglo XX, el Casino pasó por un momento difícil, pero se reorganizó. Hoy en día, las actividades de los socios conviven con eventos privados que organiza una empresa llamada "Gran Círculo". Esta empresa gestiona algunos de los servicios del Casino. En 1993, el edificio y todo lo que contiene fueron declarados Bien de Interés Cultural, lo que significa que es un tesoro histórico y artístico. Actualmente, el Casino es un lugar donde se celebran eventos sociales, congresos y visitas importantes, además de las actividades de sus socios.
Primeras sedes y cambios
El Casino de Madrid ha tenido varias sedes a lo largo de su historia. Empezó en el Café Sólito en 1836, con poco más de cincuenta socios. Como el número de socios crecía, se fueron mudando a locales más grandes cerca de la Puerta del Sol. Finalmente, se establecieron en la sede actual de la calle Alcalá 15, diseñada por varios arquitectos.
El Casino fue un lugar clave para las personas con poder en el siglo XIX, siendo importante en la historia contemporánea de España. Junto con el Veloz Club y la Gran Peña, era uno de los tres lugares más elegantes donde se reunían la nobleza y la alta burguesía de Madrid a finales del siglo XIX.
El Café de Sólito: Los inicios
El Casino nació en un momento de grandes cambios políticos en España, tras la muerte del rey Fernando VII y el surgimiento de nuevas ideas liberales. También fue una época de transformación en la ciudad de Madrid, con nuevas ideas en finanzas y sociedad. Por eso, surgió la necesidad de crear espacios donde las nuevas clases poderosas (la burguesía y la nobleza) pudieran socializar y comunicarse.
En Madrid ya existían otras asociaciones como el Ateneo y el Liceo, pero estaban más enfocadas en lo académico que en lo económico o político. En esa época, era común que la gente se reuniera en los cafés para conversar. Algunos cafés tenían tertulias (reuniones para charlar) sobre temas específicos, como literatura o política.
Los primeros miembros del Casino se reunían de forma informal en el Café de Sólito, cerca del Teatro Español. Este café era tranquilo, y algunos humoristas de la época lo llamaban "de Solito" porque no había mucha gente. Los socios buscaban un ambiente relajado para conversar, jugar a las cartas y discutir amistosamente sobre temas de actualidad. Al principio, el Casino era un espacio neutral, pero poco a poco, con la llegada de nuevos socios, empezaron a aparecer tendencias políticas.
Los miembros alquilaron la primera planta del café, y la sociedad se constituyó legalmente en 1837. Este primer salón era sencillo y estaba atendido por dos "mozos" que servían café y ofrecían periódicos. En esta primera etapa, el Casino ya tenía unos cincuenta socios.
El nombre "Casino" se eligió para evitar sospechas políticas, ya que en italiano significa "casa de campo", un estilo de moda en ese momento. Desde el principio, en las tertulias se mezclaban la antigua nobleza, la nueva burguesía y los altos militares, creando un ambiente de ideas liberales.
El Casino se vio envuelto en los sucesos políticos de la época, como el motín de sargentos de La Granja de San Ildefonso en 1836. Aunque al principio era neutral, pronto mostró inclinaciones políticas. Los socios de esta etapa eran seguidores de la reina Isabel II hasta la revolución de julio de 1854, después de la cual se abrieron a otras posturas políticas.
El Casino de la Calle del Príncipe
El aumento constante de socios hizo que el Casino se trasladara a un local propio en la calle del Príncipe, número 12. Por eso, entre 1840 y 1848, se llamó "Casino de la Calle del Príncipe". En este nuevo local, había más espacio, pero la decoración seguía siendo la misma que en el Café Sólito.
En esta época, apareció el primer símbolo del Casino: dos manos entrelazadas, que representaban la amistad entre sus socios. La lista de socios se hizo más importante, incluyendo a personas influyentes como el marqués de la Casa-Pontejos, el banquero Nazario Carriquiri y políticos como Antonio Alcalá Galiano.
En esta sede, hubo una "rebelión" de socios liderada por José Salamanca, quienes pidieron renovar todo el mobiliario para que fuera más lujoso. Una vez redecorado, el Casino empezó a organizar eventos sociales importantes. Algunos socios de la época, como Serafín Estébanez Calderón, contaban que el Casino era visto con recelo por los "patriotas" (liberales más radicales). Por ello, las autoridades del gobierno de Baldomero Espartero a menudo registraban el local, buscando indicios de conspiración.
En estos años, hubo un intento de crear un "Nuevo Casino" en la Casa Cordero, en la Puerta del Sol, para competir con el Casino del Príncipe, pero no tuvo éxito.
La lista de socios de este periodo incluía a senadores, diputados y personal de los ministerios. El Casino del Príncipe era una forma de conectar con las redes sociales y de poder de Madrid en el siglo XIX. Las reuniones en el "Gabinete chico" del local a menudo apoyaban las ideas del general Leopoldo O'Donnell. Se hablaba y se planeaba un levantamiento militar para poner fin al gobierno de Espartero.
Después de un periodo de revueltas, en 1843 triunfó el levantamiento de Juan Prim, poniendo fin al gobierno de Espartero. No es casualidad que Prim, antes de este levantamiento, fuera presentado como socio del Casino en febrero de 1842. Este periodo final del Casino del Príncipe se enmarca en el gobierno liberal moderado de la reina Isabel II (1843-1868). El Casino reunía a la clase política moderada de esa época, y muchos líderes políticos de la "década moderada" (1843-1853) eran socios. El número de socios seguía creciendo, incluyendo a la antigua aristocracia, la nueva alta burguesía, políticos y financieros. Por ello, se empezó a pensar de nuevo en un cambio de sede.
La sede del Marqués de Santiago
La sede se trasladó por tercera vez al palacio del Marqués de Santiago, en la carrera de San Jerónimo n.º 29, cerca del famoso restaurante Lhardy. Este palacio había sido un centro de diversión para la aristocracia madrileña en el siglo anterior. Aunque ya estaba en decadencia, el Casino lo alquiló por completo. Tenía salones lujosos y un gran Salón principal muy bien decorado.
Las primeras reuniones del Casino en el Palacio fueron en otoño de 1848. En esta nueva sede, la gente creía que el Casino era un lugar donde se ejercía el poder político. Por eso, a veces fue objeto de quejas populares y revueltas. A pesar de ello, el Casino seguía celebrando fiestas públicas, carnavales, bailes y conciertos. Durante el periodo de 1844 a 1854, conocido como la "década moderada", la agitación política disminuyó y hubo años de calma. En este tiempo, el Casino fortaleció su posición social en la vida de Madrid.
Una de las revueltas en las que el Casino se vio involucrado fue la «Vicalvarada» en 1854, una sublevación civil y militar que afectó al Palacio del Marqués. El edificio fue atacado por grupos de personas, pero una compañía de socios civiles lo defendió. Se levantaron barricadas y hubo asaltos similares a otros centros de poder en la capital. El general Dulce, socio del Casino, fue uno de los impulsores de la revuelta en Madrid.
Después de estos incidentes, el Casino empezó a incluir en sus filas a personas con una gama más amplia de ideas políticas. En 1865, el Casino redactó y aprobó nuevos estatutos, que regulaban su dirección, servicios (como la sala de lectura y la biblioteca) y el personal.
La Revolución Gloriosa puso fin al reinado de Isabel II. En esta revolución participó activamente el general Juan Prim, un socio del Casino. Es posible que en las salas de billar del Casino se planeara esta revolución. En 1869, algunos jóvenes de la alta aristocracia madrileña fundaron un club de ocio masculino, el Velo Club, en la calle de Alcalá, donde hoy está la sede actual del Casino.
En 1878, el nombre oficial del Casino cambió de "del Príncipe" a "de Madrid". En este periodo, surgió la tertulia del "Coro de ángeles", que se reunía al finalizar las sesiones de los teatros y se hizo muy popular. Prim fue asesinado en 1870 cerca del Casino. En junio de 1873, se instauró la Primera República en España. Estos años fueron difíciles para el Casino, que recibió parte de la ira de los seguidores de la República. El político José de Echegaray se refugió en el Casino para escapar de un grupo de personas que querían atacarlo al salir del Parlamento. Con la entrada de las tropas del general Pavía en el Congreso de los Diputados el 3 de enero de 1874, la Primera República terminó.
La etapa del Café Suizo
Después de su estancia en el Palacio del Marqués de Santiago, el Casino se trasladó por cuarta vez al Café Suizo, un lugar amplio y elegante, cerca de su sede anterior. El Casino dejaba atrás un periodo de su historia lleno de conflictos.
En esa época, Madrid estaba cambiando, con la ampliación de calles para adaptarse a los nuevos medios de transporte. El Palacio del Marqués de Santiago estaba en una zona de remodelación y el Ayuntamiento planeaba derribarlo. Después de que los socios intentaran sin éxito comprar el edificio, decidieron trasladarse al lujoso Café Suizo en la calle de Alcalá. En 1880, la Sociedad tuvo que abandonar el palacio debido a las obras de ampliación de la calle Sevilla. Este nuevo periodo a finales del siglo XIX se caracterizó por la calma política y social.
El Casino estuvo en el Café Suizo durante una década, de 1880 a 1891. En 1891, se decidió un nuevo traslado, por cuarta vez, al cercano Palacio de la Equitativa (en la esquina de las calles Sevilla con Alcalá). De esta etapa en La Equitativa, destacaron algunas estancias del Casino, como La Rotonda y su gran Biblioteca. A principios del siglo XX, el Casino tenía más de mil socios.
Existía una rivalidad entre el Velo-Club y el Casino, ambos a pocos metros de distancia en la calle de Alcalá. El Velo-Club era el lugar de reunión de los "señoritos" (jóvenes de clase alta), mientras que el Casino era para los "señorones" (hombres mayores y más influyentes). El Velo-Club cerró en 1910.
En 1898, el hundimiento de un barco de guerra estadounidense en La Habana provocó la guerra Hispano-Estadounidense. Ese año, muchos madrileños se reunieron en la calle de Alcalá para protestar frente al edificio de La Equitativa, que era un símbolo de Estados Unidos en esa época. En este periodo, el Casino realizó obras sociales, haciendo donaciones, especialmente a las viudas y huérfanos del conflicto.
La sede oficial en Alcalá
En junio de 1902, en una reunión en el Salón de La Equitativa, se decidió que la sociedad se mudaría por quinta vez a un edificio propio. El presidente, Agustín Díaz-Agero, impulsó el proyecto comprando locales en la calle Alcalá, números 13 y 15, y en la calle Aduana, números 20 y 22.
En 1903, se convocó un concurso internacional para elegir el diseño arquitectónico. El estilo preferido era el ecléctico tardío, que mezclaba elementos medievales con el estilo francés (neobarroco francés). La Exposición Universal de París (1900) influyó en los gustos arquitectónicos de la época. Las bases del concurso pedían a los arquitectos que incluyeran espacios para los socios, salones, salas de juego y otras dependencias. El costo de la obra se fijó en dos millones de pesetas. El jurado estaba formado por expertos de la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
De los veintisiete proyectos presentados, el del arquitecto francés Guillaume Tronchet fue el que más gustó al jurado. Sin embargo, fue rechazado debido a las quejas de los socios sobre la imagen de España que Tronchet había mostrado en la Exposición de París. El concurso quedó sin ganador oficial, y el jurado decidió comprar los proyectos de otros arquitectos como Antonio Palacios y la familia de arquitectos parisinos Le Farge.
Finalmente, Le Farge (L. Farge y P. Farge, padre e hijo) se encargaron de combinar lo mejor de varios proyectos. El proyecto final fue firmado por el arquitecto Luis Esteve y presentado oficialmente en 1905. El edificio resultante tiene un estilo típico del eclecticismo madrileño de principios del siglo XX. La construcción de la nueva sede fue un gran gasto para los socios, quienes acordaron un préstamo de tres millones de pesetas. Este modelo de financiación fue un éxito y permitió iniciar las obras sin problemas.
La construcción del Casino fue dirigida por el arquitecto y socio José López Sallaberry. Durante la edificación, el conde Malladas siguió siendo presidente. Los socios estaban impacientes por la finalización de las obras y hubo varias reuniones para pedir que se aceleraran. A principios de 1910, comenzaron los derribos para construir la cercana Gran Vía. Las obras del edificio del Casino terminaron el 29 de septiembre de 1910. En los meses siguientes a la inauguración, se continuaron realizando mejoras.
Esta nueva etapa trajo al Casino nuevos servicios, como servicio de coches y restaurante. Los socios podían llevar hasta tres invitados. En los salones se empezaron a servir nuevas bebidas traídas del extranjero. El rey Alfonso XIII visitó las instalaciones del nuevo edificio durante un torneo de ajedrez y jugó una partida con el campeón español Golmayo. Después de la construcción del nuevo edificio, el número de socios creció hasta alcanzar los dos mil.
Con la llegada de la Segunda República, el Casino sufrió una fuerte crisis. Sus bienes fueron confiscados y fue cerrado por un partido político. La acera donde se encuentra el Casino fue llamada la "acera roja" debido a la gran cantidad de personas que se reunían allí. Durante el inicio de la Guerra Civil, las reuniones del Casino se disolvieron, y se suspendieron las celebraciones de su centenario. Algunos socios fueron detenidos.
Durante la Guerra Civil, el edificio fue utilizado como Hospital de Sangre (un hospital de campaña), atendiendo a heridos del frente de Madrid. En marzo de 1937, se convirtió en la sede de la Caja de Reparaciones. Después de la guerra, el Casino fue retomando poco a poco sus actividades, aunque no logró recuperar el esplendor de épocas pasadas. En 1940, el edificio fue completamente restaurado de los daños de la guerra, y se colocó una placa conmemorativa de los 150 socios fallecidos durante el conflicto.
En 1993, el edificio y su contenido fueron declarados Bien de Interés Cultural. La sociedad española estaba cambiando con la transición a la democracia. El Casino, junto con otras instituciones similares, tuvo problemas económicos. A finales del siglo XX, en 1987, se permitió por primera vez que las mujeres se hicieran socias del Casino. Antes, solo podían entrar como acompañantes al comedor o a zonas reservadas. Desde entonces, el número de socias ha ido creciendo, y a principios del siglo XXI ya había más de cien.
El Casino en el siglo XXI
El uso de algunas partes del edificio disminuyó, y los servicios culturales y sociales del Casino se mantuvieron al mínimo. Después de un periodo de declive entre 1975 y 1986, el Casino se recuperó con nuevas formas de gestión y colaboraciones con otros clubes sociales extranjeros.
Debido a sus elegantes ambientes, el edificio ha sido utilizado en el rodaje de películas como Elsa y Fred y en algunos anuncios de televisión. Parte de las instalaciones se alquilaron a una empresa llamada "Gran Círculo de Madrid S.A.", que se encarga de gestionar los espacios y ofrecerlos para conferencias, cenas de gala, presentaciones de productos y celebraciones privadas o de empresas. Esta colaboración se estableció en 1986. El Casino publica una revista trimestral que resume las actividades de los socios. La empresa Gran Círculo de Madrid S.A. financió y se encargó de las obras de restauración y remodelación del edificio.
Entre los servicios actuales, el Casino cuenta con un restaurante llamado La Terraza del Casino, inaugurado en 1998 y reconocido con una Estrella Michelín. La Terraza ofrece una gastronomía de renombre internacional, con Ferran Adrià como asesor gastronómico y Paco Roncero como jefe de cocina. Para banquetes y congresos, cuentan con el servicio de El Bulli cáterin. Este nuevo periodo se caracteriza por una buena relación entre los socios del Casino y los servicios que ofrece la empresa concesionaria.
Características del edificio
El edificio del Casino de Madrid, con su entrada principal en la calle Alcalá, tiene un estilo típico de principios del siglo XX, similar al edificio Metrópolis. Su arquitectura pertenece a una época en la que el modernismo empezaba a ser popular en las capitales europeas. Desde su diseño en 1903, se quiso que el Casino fuera un mirador madrileño, situado en la calle más ancha y transitada de la época. El edificio fue declarado Monumento de Interés Cultural en 1993.
Por fuera, destaca la entrada de carruajes a pie de calle, cerrada con una reja. Dentro, es muy importante la escalera principal, llamada "Escalera de Honor", que se encuentra en el Patio de Honor. La escalera fue diseñada por José López Sallaberry y realizada por el escultor Ángel García Díaz.
El edificio tiene nueve salones que pueden albergar hasta mil doscientas personas. Entre ellos, destacan el "Salón Real" y el "Puerta del Sol", que tienen obras de famosos pintores españoles. También hay un comedor, salas de billar, salas para juegos de cartas, una biblioteca, oficinas para el Presidente y el Secretario, un gimnasio con sauna y salones de peluquería.
La decoración interior cuenta con muchas contribuciones de artistas importantes del siglo XIX. Hay pinturas de Emilio Sala, Cecilio Plá, Álvarez de Sotomayor y Romero de Torres. Las esculturas son de Mateo Inurria y Mariano Benlliure. Las vidrieras son de Maumejean y las lámparas de La Granja. El suelo de los salones y pasillos está cubierto con alfombras de la Real Fábrica de Tapices. Los relojes son de la Sociedad Española de Relojería, y el mobiliario y la decoración fueron encargados a importantes diseñadores y ebanistas.
Socios del Casino
El Casino nació como un espacio exclusivo para el entretenimiento de las clases altas a finales del siglo XIX y principios del XX. Al principio, era una sociedad solo para hombres, y las mujeres no podían ser socias. Para ser socio, se debían seguir unos pasos estrictos, y solo podían entrar aquellos que pertenecían a la nobleza o la alta burguesía.
Se usaba un sistema de "padrinazgo", donde se daba preferencia a la hora de elegir un nuevo miembro si tenía algún parentesco con un socio existente. A los miembros de la sociedad siempre se les ha llamado "casinistas". Existían los "socios de número", que pagaban cuotas y podían tomar decisiones en la Junta Directiva. También había socios temporales, o "transeúntes", que solían ser diplomáticos extranjeros. Durante las sesiones de las Cortes, los senadores y diputados que no vivían en Madrid tenían acceso libre al Casino.
Además de los socios, había "sirvientes", que en 1837 eran aproximadamente uno por cada treinta socios, y en 1860, uno por cada trece. Los estatutos exigían que los sirvientes fueran obedientes y disciplinados con los socios. Al principio, los sirvientes vestían lujosamente y estaban organizados en una jerarquía de servicio.
Actualmente, el sistema de padrinazgo se mantiene, y se ha ampliado para incluir "socios empresas" (que son cuatro socios dueños de una entidad jurídica). Como se mencionó, en 1987 se permitió por primera vez que las mujeres se hicieran socias. Antes, su acceso estaba limitado a ser acompañantes en el comedor o en zonas reservadas. Desde entonces, el número de socias ha ido creciendo, y a principios del siglo XXI ya había más de cien.
La creación del Casino se inspiró en los clubes ingleses del siglo XVIII, como el Boodle's Club y el Brooks's Club. La interacción entre los socios del Casino creaba una red social que favorecía los debates, la participación de los socios en la vida pública y una mejora notable de las relaciones personales en el Madrid de la época. Esto generaba "pequeños mundos" especializados en las élites sociales, económicas y políticas. Los casinistas tenían diversas ocupaciones, como finanzas, política, altos cargos militares, literatura o profesiones liberales, generalmente relacionadas con el periodismo y el derecho. Hoy en día, la asociación del Casino de Madrid con otros clubes del mundo permite a sus socios acceder libremente a ellos si están de viaje.
Véase también
En inglés: Casino de Madrid Facts for Kids
- Ateneo de Madrid
- Arquitectura de Madrid