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Antinatalismo para niños

Enciclopedia para niños

Antinatalismo: ¿Por qué algunas personas piensan que no deberíamos tener hijos?

El antinatalismo es una idea filosófica que se opone a tener hijos. Las personas que apoyan esta idea creen que traer nuevos seres humanos al mundo no es lo correcto desde el punto de vista ético. Algunos también piensan que no es bueno que otros seres vivos con sentimientos tengan crías.

Esta forma de pensar puede basarse en ideas de ética, moral, política o en estudios sobre la población. Puede ser defendida por personas, grupos o incluso por gobiernos que buscan controlar el tamaño de la población para lograr ciertos objetivos.

El término "antinatalismo" es lo contrario de "natalismo", que es la idea de fomentar el nacimiento de más personas.

¿De dónde viene la palabra "antinatalismo"?

La palabra "antinatalismo" se usó por primera vez en 2006. Fue el escritor Théophile de Giraud quien la empleó para hablar de su postura en contra de tener hijos. Antes de eso, las palabras "antinatalismo" o "antinatalista" se usaban a veces de forma negativa, para criticar las políticas de control de la población.

Ideas principales del antinatalismo

Ideas en algunas religiones

Algunas enseñanzas antiguas, como las de Buda (hace unos 2400 años), han sido interpretadas por algunos pensadores como una forma de antinatalismo. Por ejemplo, Hari Singh Gour explicó que Buda quería decir que las personas tienen hijos y, al hacerlo, causan que haya más vejez y el fin de la vida. Si la gente se diera cuenta de esto, dejaría de tener hijos y así detendría ese ciclo.

También hubo doctrinas antiguas, como el marcionismo o el catarismo, que la Iglesia Católica consideró incorrectas. Estas ideas sostenían que el mundo físico era obra de algo malo, y que no era correcto crear nuevas personas, porque eso significaba "encerrar" el alma en la materia, lo que llevaría a la tristeza y al fin de la vida. Por eso, sus seguidores se oponían a tener hijos y llevaban una vida sencilla.

La idea de Immanuel Kant

Filósofos como Julio Cabrera y David Benatar han dicho que tener hijos va en contra de una idea del filósofo Immanuel Kant. Kant decía que nunca se debe usar a una persona como un medio para lograr un fin, sino que siempre debe ser un fin en sí misma. Estos filósofos argumentan que, aunque se puede tener un hijo para el beneficio de los padres o de otros, no se puede tener un hijo solo por su propio bien. Por lo tanto, según esta interpretación, no deberíamos crear nuevas personas.

Arthur Schopenhauer y la "voluntad"

El filósofo alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860) explicó en su obra más famosa, El mundo como voluntad y representación (1819), que la vida de los seres humanos está impulsada por una "voluntad". Esta "voluntad" es como un deseo ciego de la naturaleza que solo busca seguir existiendo, por ejemplo, a través de tener hijos. Schopenhauer pensaba que este deseo insaciable es la causa de muchas dificultades en el mundo.

Schopenhauer llegó a la conclusión de que "toda vida es esencialmente difícil". En su obra Los Dolores del mundo, dijo que si tener hijos no estuviera relacionado con el deseo y el placer, y se basara solo en la razón, la humanidad no existiría hoy. Pensaba que sentiríamos compasión por las futuras generaciones y preferiríamos evitarles la carga de la existencia. Para él, tener hijos es como una "traición" de los padres hacia el futuro hijo, porque implica continuar con esa "voluntad" que causa dificultades.

Su filosofía termina con la idea budista del nirvana, que es un estado de paz total que eliminaría esa "voluntad".

Peter Wessel Zapffe y la "paradoja biológica"

El filósofo noruego Peter Wessel Zapffe (1899-1990) veía a los humanos como una "paradoja biológica". Creía que nuestra conciencia había evolucionado demasiado, haciéndonos incapaces de vivir normalmente como los demás animales. Pensaba que nuestra capacidad de pensar nos da más de lo que podemos manejar, ya que nos hace conscientes de lo frágiles e insignificantes que somos en el universo. Queremos vivir, pero somos la única especie que sabe que va a dejar de existir. También somos los únicos capaces de imaginar las dificultades de millones de personas y sentir compasión por ellas.

Zapffe argumentaba que tenemos deseos y necesidades espirituales que la realidad no puede satisfacer. Si la humanidad no se ha vuelto loca, es porque limitamos nuestra conciencia para protegernos de la realidad. La existencia humana está protegida por mecanismos de defensa, tanto individuales como sociales. Según Zapffe, la humanidad debería dejar de engañarse a sí misma, y la consecuencia natural sería que dejáramos de tener hijos, lo que llevaría a nuestra desaparición.

Realismo y pesimismo

Algunos antinatalistas creen que la mayoría de las personas no ven la vida de forma realista y que, si lo hicieran, se cuestionarían su deseo de tener hijos. Peter Wessel Zapffe identificó cuatro formas en que, consciente o inconscientemente, limitamos nuestra comprensión de la realidad:

  • Aislamiento: Evitamos pensamientos y sentimientos negativos sobre las cosas difíciles de la vida. En el día a día, esto se ve en el acuerdo de no hablar de ciertos temas, especialmente con los niños, para no asustarlos antes de que puedan aprender a manejar la realidad.
  • Anclaje: Creamos valores personales que nos dan estabilidad, como la familia, el hogar, el país, la moralidad, el futuro, o la acumulación de cosas materiales. Construimos "muros" internos para protegernos.
  • Distracción: Huimos de las situaciones o ideas desagradables y nos enfocamos en las que nos dan placer.
  • Sublimación: Convertimos las partes difíciles de la vida en algo creativo o valioso, escapando a través del arte o la imaginación. Nos centramos en lo dramático, lo heroico o lo divertido para huir de la naturaleza difícil de la vida.

David Benatar, citando estudios, menciona tres fenómenos psicológicos que, según él, hacen que nuestras propias evaluaciones de la vida no sean confiables:

  • Sesgo de optimismo: Tenemos una visión más positiva de nuestras vidas de lo que realmente son, tanto en el pasado como en el presente y el futuro.
  • Habituación (o adaptación): Nos acostumbramos a las situaciones difíciles y ajustamos nuestras expectativas a ellas.
  • Comparación: Al evaluarnos, nos importa más cómo estamos en comparación con los demás que cómo están nuestras vidas en sí mismas. Esto hace que no tengamos en cuenta los aspectos difíciles de la vida que afectan a todos. Además, tendemos a compararnos con quienes están peor que nosotros.

Benatar concluye que es lógico que el pesimismo sea minoritario, ya que estos fenómenos psicológicos nos animan a seguir viviendo y a tener hijos.

La imposibilidad de dar consentimiento

Filósofos como Julio Cabrera y Seana Shiffrin argumentan que tener hijos es un problema ético porque no se puede obtener el consentimiento de la persona que va a nacer. Cabrera dice que tener hijos va en contra de la autonomía, ya que no podemos pedir permiso a alguien que aún no existe para traerlo a una situación que puede ser difícil y peligrosa.

Seana Shiffrin da cuatro razones por las que el consentimiento para tener hijos es un problema:

  • No hay un gran daño si no se tiene un hijo.
  • Si se tiene un hijo, las dificultades que pueda sufrir esa persona pueden ser muy grandes.
  • Escapar de la vida impuesta (por ejemplo, a través de la muerte) tiene un costo muy alto y es muy difícil.
  • El supuesto consentimiento no se basa en los valores de la persona a la que se le impondrá la vida.

Otros filósofos, como Gerald Harrison y Julia Tanner, dicen que cuando vamos a afectar a alguien de forma importante y no podemos pedirle permiso, lo mejor es no hacer esa acción. Para ellos, tener hijos no es una excepción, porque la persona aún no existe.

Asheel Singh añade que no es necesario creer que nacer es siempre algo totalmente malo para aceptar el antinatalismo. Basta con pensar que no tenemos el derecho moral de causar dificultades graves y evitables a otros sin su permiso.

La muerte como una dificultad

Marc Larock, siguiendo una idea llamada "utilitarismo de preferencias", argumenta que:

  • Toda persona siempre tiene deseos o "intereses" que quiere satisfacer.
  • No lograr satisfacer un deseo atenta contra nuestro interés, y, por lo tanto, una dificultad.

Larock dice que si a una persona se le impidiera satisfacer un número infinito de deseos, sufriría un número infinito de dificultades. Esa "dificultad infinita" sería la muerte, a la que tener hijos lleva inevitablemente.

Para Larock, la vida es una "broma cruel" a la que arrastramos a nuestros descendientes. Damos vida a personas que quedan "encadenadas" a una búsqueda interminable de satisfacer nuevos deseos, y que inevitablemente terminarán enfrentando esa "dificultad infinita". La única forma de evitar que alguien pase por esto sería no tener hijos.

Utilitarismo negativo

El utilitarismo negativo es una idea que dice que reducir las dificultades es más importante (moralmente) que aumentar la felicidad.

Los expertos Hermann Vetter y Jan Narveson defienden que:

  • No hay una obligación moral de tener un hijo, incluso si se supiera que será muy feliz.
  • Sí hay una obligación moral de no tener un hijo si se puede prever que será infeliz.

Vetter concluye que no deberíamos crear personas:

La vida del hijo sería (más o menos) feliz La vida del hijo sería (más o menos) infeliz
Engendrar un hijo Los padres no cumplen o violan ningún deber Los padres violan un deber moral.
No engendrar un hijo Los padres no cumplen o violan ningún deber Los padres cumplen un deber moral.

Según Vetter, la acción de "no tener un hijo" sería mejor porque es igual de buena en un caso y mejor en el otro. Por lo tanto, siempre debe preferirse cuando no podemos estar seguros de que el niño no será infeliz, y nunca podemos estarlo.

El filósofo Karim Akerma cree que el utilitarismo negativo es correcto porque las cosas buenas de la vida no compensarían las malas, como la posibilidad de experimentar grandes dificultades.

Miguel Steiner, doctor en Filosofía, también defiende el utilitarismo negativo. Él dice que toda nuestra idea de lo que es malo viene de nuestra experiencia con las dificultades, y que sin la posibilidad de sentir dificultades, no existiría nada malo. Para él, solo la capacidad de sentir es importante por sí misma.

Steiner cree que el antinatalismo se justifica por dos razones:

  • La perspectiva personal: Nadie puede saber cómo le irá a su hijo, pero sabe que estará expuesto a muchas dificultades y al fin de la vida, que suele ser difícil.
  • La perspectiva de la población: El número de personas afectadas por problemas (como el hambre o las enfermedades) aumenta o disminuye según el tamaño de la población.

Ideas de David Benatar

La diferencia entre las dificultades y el bienestar

El filósofo sudafricano David Benatar dice que hay una diferencia importante entre las dificultades y el bienestar:

  • La presencia de dificultades es algo malo.
  • La presencia de bienestar es algo bueno.
  • La ausencia de dificultades es buena, incluso si nadie la disfruta.
  • La ausencia de bienestar no es mala (a menos que haya alguien que sienta que le falta ese bienestar).

Benatar usa esto para explicar su idea antinatalista, comparando la existencia y la no existencia de una persona:

Escenario A (X existe) Escenario B (X no existe)
Presencia de dificultades (Mal) Ausencia de dificultades (Bien)
Presencia de bienestar (Bien) Ausencia de bienestar (No es un mal)

Si una persona existe, tendrá dificultades y bienestar. Pero si no existe, no tendrá ni dificultades ni bienestar. Y como la ausencia de dificultades es buena y la ausencia de bienestar no es mala, la decisión ética se inclinaría por no tener hijos.

Benatar usa esta idea para desarrollar otras cuatro diferencias:

  • Tenemos la obligación moral de no crear personas infelices, pero no la obligación moral de crear personas felices.
  • No tiene sentido moral mencionar los intereses de un posible hijo como razón para crearlo, pero sí para no crearlo.
  • Podríamos lamentar por el bien de alguien haberlo traído a una vida infeliz, pero nunca lamentaremos por el bien de alguien no haberle dado la vida.
  • Nos puede entristecer que en algún lugar alguien nazca y tenga dificultades, pero no sentiremos tristeza porque en algún lugar alguien no esté naciendo para disfrutar del bienestar.

Las dificultades de nuestros descendientes

Según Benatar, al tener un hijo, somos responsables de sus dificultades. También podríamos ser responsables de las dificultades de los hijos de ese hijo.

Él calcula que si cada pareja tiene tres hijos, después de diez generaciones, los descendientes de una pareja original serían muchísimas personas. Esto significaría muchas dificultades innecesarias y evitables. Aunque la responsabilidad no recae solo en la pareja original, ya que cada nueva generación decide si tener hijos o no, sí tienen cierta responsabilidad.

Consecuencias de tener hijos

Benatar menciona estadísticas para mostrar las consecuencias de tener personas. Se estima que:

  • Los desastres naturales han causado la pérdida de muchas vidas a lo largo de la historia.
  • Muchas personas sufren de hambre y desnutrición cada día.
  • En el pasado, millones de personas perdieron la vida por enfermedades.
  • Millones de personas pierden la vida cada año por enfermedades y accidentes.
  • En el siglo XX, millones de personas perdieron la vida en conflictos y por acciones de gobiernos.
  • Millones de niños sufren maltrato cada año.
  • Cientos de miles de personas se quitan la vida cada año.

Argumento sobre la humanidad

Además de los argumentos que se preocupan por los humanos que van a nacer, Benatar también presenta un argumento que dice que los humanos son una especie con muchos defectos y muy destructiva.

Él dice que los humanos son responsables de las dificultades y la pérdida de vidas de miles de millones de otros humanos y animales. Si otra especie causara tanta destrucción, recomendaríamos de inmediato que no nacieran más miembros de esa especie.

Ética negativa

El filósofo argentino Julio Cabrera propone el concepto de "ética negativa", que se opone a lo que él llama éticas "afirmativas" (que apoyan la existencia). Cabrera describe tener hijos como una manipulación, una dificultad, y como enviar a un ser humano, sin su permiso, a una situación que puede ser difícil y peligrosa.

Cabrera considera que tener hijos es un problema de manipulación total: la propia existencia de alguien es creada y usada. Y, a diferencia de las situaciones difíciles de la vida diaria, no hay forma de defenderse de ese acto. Según Cabrera, la manipulación al tener hijos se ve en que es un acto unilateral y sin consentimiento, lo que lo hace inevitablemente desigual. Siempre está conectado con los intereses de otros humanos, y no con los del humano que va a nacer. Además, Cabrera señala que la manipulación no se limita al acto de la creación, sino que continúa en la crianza del hijo, donde los padres tienen mucho poder sobre la vida del niño. Él destaca que, aunque no se puede evitar la manipulación al tener hijos, sí es posible evitar tenerlos, y así no se viola ninguna regla moral.

Para Cabrera, la vida humana es "estructuralmente negativa" porque sus partes son inherentemente difíciles. Las más importantes son:

  • Al nacer, el ser humano recibe una existencia que empieza a desgastarse desde el principio, en una dirección única e irreversible, y que puede terminar en cualquier momento.
  • Desde que nacen, los seres humanos sufren tres tipos de desgaste: las dificultades físicas (enfermedades, accidentes), el desánimo (cansancio, falta de motivación) y la exposición a las agresiones de otros humanos (discriminación, injusticia). Nosotros también podemos causar estas agresiones a otros.
  • El ser humano tiene mecanismos para crear cosas positivas (morales, artísticas, científicas) que funcionan como defensa contra los puntos anteriores. Según Cabrera, todas las cosas positivas en la vida humana son una reacción y un alivio; se crean en la lucha constante y difícil contra la vida que se desgasta.

Cabrera llama a estas características la "terminalidad del ser".

Su opinión es que muchas personas en el mundo no pueden resistir esta lucha contra la "estructura terminal de su ser", lo que lleva a consecuencias difíciles para ellos y para otros. Él acepta que la vida puede ser llevadera y hasta placentera (aunque no para todos), pero también considera problemático dar existencia a alguien para que intente hacer la vida agradable luchando contra la situación difícil en la que lo ponemos al tenerlo. Parece más razonable, según Cabrera, simplemente no ponerlos en esa situación, ya que los resultados de su lucha siempre serán inciertos. Y concluye que: "todo lo que nos decimos para poder seguir viviendo no tiene sentido para aquel que todavía no existe".

Cabrera cree que en la ética hay un concepto general que él llama "Articulación Ética Fundamental": considerar los intereses de los demás, no manipular y no causar dificultades. Para él, tener hijos es una clara contradicción de esta idea: alguien es manipulado y puesto en una situación difícil como resultado de esa acción. En su opinión, los valores de esta "Articulación Ética Fundamental" son ampliamente aceptados en la ética, y si se aplican de forma radical, deberían llevar a rechazar tener hijos.

Para Cabrera, lo peor en la vida humana y, por extensión, al tener hijos, es lo que él llama "impedimento moral": la imposibilidad estructural de actuar en el mundo sin causar dificultades o manipular a alguien en algún momento. Esto no se debe a que la naturaleza humana sea "mala", sino a la situación estructural en la que siempre se ha encontrado el ser humano. Nos vemos rodeados de diferentes tipos de dificultades, el espacio para actuar es limitado y los diferentes intereses a menudo chocan entre sí. No se necesitan malas intenciones para tratar mal a los demás; estamos obligados a hacerlo para sobrevivir, para perseguir nuestros proyectos y escapar de las dificultades.

Adoptar en lugar de tener hijos

Herman Vetter, Théophile de Giraud, Tina Rulli y Karim Akerma argumentan que, hoy en día, en lugar de tener hijos, se puede hacer el bien adoptando niños que ya existen. De Giraud destaca que, en todo el mundo, hay millones de niños que necesitan cuidado.

Antinatalismo y otros seres vivos

Algunos antinatalistas también consideran que tener crías de animales con sentimientos es un problema ético, y sugieren que podría ser correcto esterilizarlos. Karim Akerma llama a esta idea, que incluye a los animales con sentimientos, "antinatalismo universal".

Él dice que al esterilizar a los animales podríamos liberarlos de ser "esclavos" de sus instintos y de traer más y más animales a un ciclo de nacer, tener parásitos, envejecer, enfermar y dejar de existir; de comer y ser comidos.

David Benatar destaca que su idea de la diferencia entre las dificultades y el bienestar se aplica a todos los seres con sentimientos. Menciona que los humanos tenemos un papel importante en la cantidad de animales que existen: así como criamos muchas especies, también podemos esterilizarlas.

El escritor Magnus Vinding argumenta que la vida de los animales salvajes en su ambiente natural suele ser muy difícil. Muchos no llegan a la edad adulta, sufren hambre, enfermedades, parásitos, y son atacados por otros animales. Vinding cree que si la vida y la supervivencia de los niños humanos fueran así, nuestros valores actuales nos harían no tener hijos. Sin embargo, esto no es posible para los animales, que actúan por instinto. Él piensa que incluso si no se está de acuerdo con que tener hijos sea siempre malo, se debería reconocer que tener crías en la vida salvaje es un problema ético y algo que se debería evitar (al menos en teoría). Sostiene que, si no somos prejuiciosos con las especies, no intervenir es inaceptable y que deberíamos rechazar la idea de que algo es bueno solo porque ocurre en la naturaleza.

Él dice que no podemos justificar las dificultades que ocurren en la naturaleza y olvidar a las víctimas de sus horrores solo porque esa realidad no encaja en nuestras ideas morales.

Recientemente, en algunos lugares de internet, la idea de aplicar el antinatalismo a toda la vida con sentimientos ha empezado a conocerse como "efilismo". Algunos antinatalistas han criticado que esta nueva corriente, más que aportar argumentos sólidos, es un vehículo para discursos que no son adecuados.

Políticas de población

Se podrían considerar "políticas de población" aquellas que buscan controlar el número de nacimientos para evitar que haya demasiada gente, como la idea de la "catástrofe malthusiana". Estas políticas de control de nacimientos han sido implementadas por algunos gobiernos desde los años 70. Un ejemplo radical fue la "Política de hijo único" en China. También se han llevado a cabo políticas de planificación familiar (educación sobre el tema, métodos para evitar nacimientos) en muchos países, como la India.

Límites del crecimiento

El informe Los límites del crecimiento (1972), encargado por el Club de Roma, decía que si las tendencias de crecimiento de principios de los 70 en población mundial, industria, contaminación, producción de alimentos y uso de recursos naturales seguían igual, el planeta alcanzaría sus límites en los siguientes cien años. Básicamente, el informe concluía que era imposible mantener un alto crecimiento de la población junto con un crecimiento económico (limitado por los recursos disponibles) que satisficiera las necesidades de esa población. Los autores proponían como solución el "crecimiento cero", deteniendo el crecimiento de la economía y la población para que los recursos naturales no se agotaran.

"Huelga de vientres" y neomalthusianismo

A finales del siglo XIX y principios del XX, un grupo de autores franceses y el español Luis Bulffi de Quintana defendieron limitar los nacimientos para reducir el número de hijos en las familias de bajos recursos, que terminaban en la pobreza. Todos ellos eran parte de la "Liga de la regeneración humana" y son considerados los primeros defensores del uso de métodos para evitar nacimientos y precursores de la planificación familiar.

Grupos antinatalistas

Organizaciones como la británica Population Matters, que cuenta con el apoyo de David Attenborough, defienden un antinatalismo más moderado. Proponen limitar los nacimientos para alcanzar lo que consideran un número ideal de población que asegure un bienestar duradero para toda la humanidad.

El Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria es una organización que apoya la desaparición voluntaria de la especie humana para el bienestar de miles de otras especies que sufren por la acción de los humanos. Esta organización no promueve la violencia, sino que propone que todos los humanos dejen de tener hijos.

Los grupos "Sin hijos por elección" defienden el derecho a no tener hijos para quienes así lo decidan, por diversas razones. Muchos cuestionan las ayudas y el apoyo a tener hijos, pero no las ayudas para cuidar a los niños que ya han nacido si sus familias tienen pocos recursos.

Personas destacadas en el antinatalismo

Algunas figuras que han tenido ideas antinatalistas incluyen al poeta Al Ma'arri, Arthur Schopenhauer, Emil Cioran, Peter Wessel Zapffe, Thomas Ligotti, David Benatar, Bill Gates y Fernando Vallejo, entre otros.

El antinatalismo en la cultura popular

Música

  • La canción «Pueblos del mundo, extinguíos» del grupo español Siniestro Total.
  • La canción «Basta de nacimientos» del grupo español Def Con Dos.

Películas

  • En la película Cafarnaúm (2018), el personaje de Zain, un niño de 12 años, demanda a sus padres ante un tribunal "por haberle hecho nacer" y condenarle a una existencia difícil. Se ha dicho que el guion de la película pudo haber inspirado a un joven en la India a anunciar públicamente en 2019 que demandaría a sus padres por haberle hecho nacer.

Series de televisión

  • Se han notado ideas antinatalistas en la forma de ver el mundo del personaje Rust Cohl en la serie de televisión True Detective (2014).
  • Los espectadores y la crítica han señalado la influencia de pensadores como Arthur Schopenhauer en los diálogos y tramas de la serie de animación para adultos Rick y Morty, donde se destaca que el universo es un lugar sin sentido y que la existencia es difícil. En varias ocasiones, personajes fantásticos reprochan a sus creadores que "ellos nunca pidieron nacer", e incluso uno de los protagonistas aconseja al otro "romper el ciclo" de tener hijos, y centrarse en propósitos más importantes, como aconsejaba el filósofo alemán.

Cuentos y novelas

  • El filósofo suizo Bruno Contestabile compara las ideas antinatalistas con el cuento Los que se alejan de Omelas (1973), de Ursula K. Le Guin. En el cuento, la felicidad de una ciudad utópica depende de las dificultades de un niño. La mayoría acepta esto, pero quienes no están de acuerdo "se alejan de Omelas". Contestabile dice que, para que la humanidad exista, alguien debe sufrir, y los antinatalistas serían como "los que se alejan de Omelas", que no aceptan ese mundo y no aprueban que siga existiendo.

Teatro

  • En la tragedia griega Edipo en Colono de Sófocles, el coro canta que "no haber nacido es la mejor opción; pero una vez nacido, volver al origen de donde uno vino es lo que procede lo más pronto posible". Esta idea de "mejor no haber nacido" era común en la Grecia clásica. En La vida es sueño, de Calderón de la Barca, el personaje Segismundo dice que "el mayor error del hombre es haber nacido".

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Antinatalism Facts for Kids

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Antinatalismo para Niños. Enciclopedia Kiddle.