Afrikáner para niños
Datos para niños Afrikáneres |
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![]() Afrikáneres durante una misa cristiana
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Descendencia | Entre 2,8 y 3,5 millones | |
Idioma | Afrikáans | |
Religión | Calvinismo | |
Etnias relacionadas | Neerlandeses Alemanes Frisones |
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Asentamientos importantes | ||
3-4 M | ![]() |
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Los afrikáneres o bóeres son un grupo de personas de origen europeo. Viven principalmente en Sudáfrica y Namibia. También hay comunidades afrikáneres en Botsuana, Zimbabue, Zambia y Angola. Su identidad se basa en tres cosas importantes: su idioma, el afrikáans, su religión, el cristianismo calvinista, y su trabajo en la agricultura.
Este grupo se formó a partir de la colonización neerlandesa del Cabo de Buena Esperanza, que empezó en 1652. Colonos de Países Bajos, Flandes, el norte de Alemania y hugonotes franceses llegaron poco a poco al sur de África.
Desde Ciudad del Cabo, los afrikáneres se movieron hacia el este y el norte. Así llegaron a las grandes praderas del interior de África. Después de enfrentar a los bantúes y a las tropas británicas, los bóeres crearon varias repúblicas independientes. Sin embargo, el Reino Unido las conquistó durante la segunda guerra de los bóeres.
A pesar de la derrota, los afrikáneres se recuperaron. Lograron tener influencia en la nueva Unión Sudafricana, un territorio británico creado en 1910. Con el tiempo, Sudáfrica se separó de Gran Bretaña. En 1948, el Partido Nacional, que representaba a los bóeres, llegó al poder. Durante unos cuarenta años, los afrikáneres tuvieron un gran control. Sus símbolos e ideas dieron forma a la nueva República de Sudáfrica.
Después de un gran cambio en el país, los afrikáneres y otros blancos africanos se convirtieron en una minoría. Aunque perdieron gran parte del poder político, mantuvieron su influencia económica.
Contenido
¿Qué significa "afrikáner" y "bóer"?
La palabra afrikáner significa "africano". Se usó por primera vez en 1707. Un joven de 17 años, Hendrik Biebault, dijo: "¡Soy un afrikander!" Esto fue cuando lo iban a expulsar de la colonia. Él prefería quedarse en África antes que irse.
El término bóer viene del neerlandés boer, que significa "campesino". Se usaba para los habitantes de origen neerlandés en Sudáfrica. Al principio, eran colonos que trabajaban principalmente en la agricultura.
Los afrikáneres también usan la palabra Volkstaat. Para ellos, es un territorio necesario para que su nación sobreviva. Así pueden mantener su idioma, cultura y creencias.
¿Cómo se formó el pueblo afrikáner?
La historia del pueblo afrikáner está ligada al comercio de especias de Asia. Más tarde, también se unió a la necesidad de trabajadores para las minas de diamantes y oro.
La colonización neerlandesa del Cabo (1652-1795)
La guerra de los Ochenta Años contra España impulsó a los Países Bajos a expandir su comercio y colonias. En pocas décadas, controlaron territorios en Brasil, el Caribe e Indonesia. En 1602, fundaron la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales. Esta empresa se encargaba de explotar y administrar las colonias neerlandesas en el Extremo Oriente.
Los viajes por mar entre Europa y las Indias Orientales eran muy largos. Muchos marinos enfermaban por falta de alimentos frescos. Por eso, era necesario crear un lugar donde los barcos pudieran abastecerse. Los portugueses ya tenían Mozambique y Angola. Los británicos habían intentado establecer una colonia en el Cabo de Buena Esperanza.
Así, en 1651, una expedición de tres barcos, liderada por el capitán Jan van Riebeeck, salió de Ámsterdam. Su misión era establecer una base en el sur de África. Llegaron al Cabo de Buena Esperanza el 4 de abril de 1652. Allí, en la Bahía de la Mesa, Van Riebeeck tomó posesión del lugar para la Compañía.
Al principio, construyeron edificios para el comandante y los soldados. Para el trabajo, trajeron personas de Malasia y Madagascar. La comida se obtenía de las tribus khoisan cercanas. Pero las relaciones empeoraron. Van Riebeeck decidió establecer granjeros europeos libres en la ciudad y sus alrededores. Estos granjeros, llamados vryburghers (burgueses libres), cultivaban frutas y verduras. Con la caza y el ganado, la colonia se hizo sostenible.
Durante el tiempo de Van Riebeeck, el territorio neerlandés estaba delimitado por una línea de almendros. Pocos hombres libres de los Países Bajos querían emigrar a un lugar desconocido. La mayoría eran soldados de la Compañía que, al terminar su servicio, recibían tierras. Por eso, la colonización del El Cabo fue muy lenta. En 1665, solo había 95 hombres y cuatro mujeres europeos, sin contar a los soldados.
La situación cambió en 1679 con la llegada del comandante Simon van der Stel. Él impulsó la expansión de la colonia. Se fundaron nuevas poblaciones como Stellenbosch (1680) y se fomentó la inmigración europea. Al principio, los colonos venían de los Países Bajos. Luego, llegaron personas de otras partes de Europa.
Muchos alemanes del Norte eran soldados de la Compañía. Habían escapado de las dificultades de la guerra de los Treinta Años. La nueva colonia en África les ofrecía un futuro seguro. Descendientes de estos soldados alemanes llegaron a ser importantes en la comunidad afrikáner. Por ejemplo, Paul Kruger, presidente del Transvaal y el Estado Libre de Orange, era descendiente de un mercenario alemán.

El tercer gran grupo de colonos fueron los hugonotes franceses. En 1685, se les expulsó de Francia. Miles de calvinistas franceses emigraron a Prusia, Inglaterra y también al sur de África. Se asentaron en lugares como Franschhoek y Stellenbosch. Allí, iniciaron una tradición de cultivo de uvas que aún existe. Eran personas trabajadoras que ayudaron a fortalecer la economía de la colonia. Sin embargo, las autoridades neerlandesas temían que los franceses se volvieran un problema. Por eso, prohibieron la enseñanza en francés. El neerlandés se hizo obligatorio en la iglesia y las escuelas. Esta medida funcionó: hacia 1750, el francés solo lo hablaban las personas mayores. Entre los descendientes de estos hugonotes sudafricanos están figuras como Piet Retief y Frederik de Klerk.
El número de inmigrantes europeos en Sudáfrica fue bajo. La Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales solo quería suficientes granjeros para abastecer a los barcos y soldados. Temían que muchos colonos pudieran controlar el gobierno. Por eso, en 1707, solo había 1779 burghers en la Colonia del Cabo. En 1750, eran 5500. Sin embargo, el clima templado ayudó al crecimiento natural de la comunidad neerlandesa. Hacia 1795, ya eran más de 15.000 personas.
El aumento de la población hizo que la colonia necesitara expandirse. Las leyes de herencia causaban problemas económicos a los herederos. Además, la Compañía cobraba muchos impuestos. Esto obligó a muchos colonos a dejar el Cabo y adentrarse en tierras desconocidas. Así nacieron los trekboer (granjeros errantes) o grensboere (granjeros de frontera). Eran colonos que combinaban la agricultura con el pastoreo. Como no tenían protección de los soldados, los bóeres (como se les empezó a llamar) tenían que defenderse solos.
Al principio, la falta de mujeres hizo que algunos colonos tuvieran hijos con mujeres de otras comunidades. Esto dio origen a un grupo de personas de ascendencia mixta. Con el tiempo, se les llamó kleurlinge (personas de color) o basters. Muchos de ellos se mudaron a territorios del norte como Namibia o Botsuana, donde fundaron sus propios estados.
Más tarde, cuando hubo más mujeres europeas, la mezcla de grupos disminuyó. Los conflictos en la frontera con otras comunidades también hicieron que la separación aumentara.
La llegada de los británicos (1795-1815)
A finales del siglo XVIII, la colonia del Cabo estaba en problemas. La Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales tenía muchas deudas. No podía proteger a los burghers de la frontera de los ataques. Los bóeres de Graaf-Reinet y Swellendam, lejos del Cabo, decidieron crear dos repúblicas independientes. Así comenzó una tradición de rebeldía que duraría mucho tiempo.
Además, la Revolución Francesa llegó a los Países Bajos, que se convirtieron en la República Bátava. Los que apoyaban a la casa de Orange pidieron ayuda a Inglaterra. En 1795, tropas británicas desembarcaron en el Cabo. A pesar de la resistencia, la bandera británica se izó en el castillo. Los bóeres de Graaf-Reinet no aceptaron el cambio. Pero, sin suministros y amenazados por otras tribus, tuvieron que someterse a los británicos.
Al principio, la administración británica era más eficiente. Por eso, los colonos neerlandeses estuvieron contentos. Pero pronto creció el descontento. El gobernador británico abolió la esclavitud en el Cabo en 1830. Las compensaciones fueron bajas, lo que arruinó a muchos bóeres. Además, los británicos empezaron a promover el inglés. Trajeron 4000 colonos del Reino Unido e impusieron su sistema legal. Los conflictos en la frontera seguían, y los bóeres se quejaban de la falta de protección.
El Gran Trek (1835-1840)

Todo esto llevó a muchos bóeres a emigrar más allá de los límites de la colonia británica del Cabo. Entre 1835 y 1845, unos 15.000 bóeres dejaron sus hogares. Se dirigieron a tierras desconocidas en busca de un nuevo comienzo.
Las primeras caravanas fueron hacia el río Orange. En 1837, se dividieron. Algunos, liderados por Hendrik Potgieter, fueron al norte. Otros, con Piet Retief, marcharon al este, hacia Natal. Querían fundar una nueva república con acceso al mar.
En Natal, los bóeres se encontraron con un fuerte oponente: la nación zulú. Este pueblo había crecido mucho bajo el liderazgo del rey Shaka, conocido como "el Napoleón Negro". Las campañas de Shaka causaron grandes movimientos de población, llamados mfecane. Esto provocó la muerte de unos dos millones de bantúes y la migración forzosa de muchos otros.

Los bóeres buscaron una solución pacífica con los nativos. Piet Retief y sus compañeros hablaron con Dingane, el sucesor de Shaka. Negociaron la compra de tierras para pastoreo y cultivo. Llegaron a un acuerdo: los zulúes cederían tierras a cambio de que los bóeres recuperaran ganado robado. Sin embargo, cuando Piet Retief y sus compañeros fueron al campamento de Dingane para celebrar el tratado, fueron atacados. Los zulúes los llevaron a una colina, donde los mataron. Luego, atacaron la caravana de Retief, matando a todas las mujeres y niños. El lugar de esta tragedia fue llamado Weenen (que significa 'llorar' en neerlandés) por los afrikáneres.

Cuando se supo lo ocurrido, los bóeres en Natal decidieron vengar a Piet Retief. Nombraron líder a Andries Pretorius, un comandante experimentado. Un pequeño ejército de 450 hombres, dirigido por Pretorius, cruzó el río Buffalo. Querían castigar a los zulúes. Pronto se vieron rodeados por 12.000 zulúes, sin posibilidad de escapar. En ese momento, los bóeres, guiados por el pastor Sarel Cilliers, hicieron un juramento. Prometieron que si Dios les daba la victoria, ellos y sus descendientes honrarían el aniversario de la batalla como un día sagrado.
Cuando la lucha se acercó, Pretorius ordenó a sus hombres agrupar sus carretas en círculo y protegerse detrás de ellas. Esta táctica, llamada laeger, les dio una gran ventaja. Los zulúes no pudieron acercarse a la fortaleza de Pretorius. Fueron blanco fácil de las armas de fuego de los bóeres. En la batalla del Río Sangriento (Bloedrivier), los bóeres derrotaron a los zulúes, que perdieron más de 3000 hombres.
Décadas después, el 16 de diciembre de 1838 se conoció como el Día del Juramento. Su aniversario fue declarado festivo en las repúblicas del Transvaal y el Estado Libre de Orange. Se hicieron muchos homenajes a los trekkers. Su recuerdo se volvió muy importante en la política. El centenario del Gran Trek se celebró en 1938. Esto impulsó el crecimiento del Partido Nacional, que representaba a los afrikáneres más nacionalistas. Su secretario general, Daniel Malan, dijo que el lugar de la batalla era sagrado.
La tragedia de Weenen y la victoria en Bloedrivier marcaron profundamente al pueblo bóer. Creían que no podían ceder en la lucha por sobrevivir en el sur de África. Por eso, cuando Sudáfrica recibió sanciones internacionales, los afrikáneres se unieron. Apoyaron a sus líderes, Hendrik Verwoerd y Pieter Botha, con la firme voluntad de resistir.
La formación de las repúblicas bóeres (1838-1880)

Después de vencer a los zulúes, los bóeres fundaron Pietermaritzburg y crearon la República de Natalia. Sin embargo, las autoridades británicas del Cabo no reconocieron su independencia. Aunque los británicos no querían expandir sus colonias por los gastos, tuvieron que intervenir. Temían que un estado bóer con puertos marítimos creciera y se aliara con otras potencias europeas.
Por eso, en 1843, el gobernador del Cabo envió tropas a Natal para tomar posesión del territorio. Los bóeres, pocos y desunidos, tuvieron que aceptar la anexión. La mayoría emigró al norte, a los futuros territorios del Estado Libre de Orange y la República del Transvaal. La nueva colonia británica de Natal recibió muchos colonos de Gran Bretaña y la India Británica. Así, Natal, que había sido el lugar de la primera república bóer, se convirtió en la provincia más inglesa de Sudáfrica.

La mayoría de los bóeres cruzaron de nuevo las montañas Drakensberg hacia el norte. Miles se asentaron en las cuencas de los ríos Orange, Vaal y Limpopo. La región más allá del río Vaal se llamó Transvaal. Allí, en la región de Potchefstroom, los grupos de Potgieter y Pretorius acordaron establecer un nuevo estado: la República Sudafricana (también conocida como República del Transvaal). Su capital era Pretoria. Tenía un Presidente y un Consejo del Pueblo o Volksraad con 24 miembros. Los británicos reconocieron la independencia de los bóeres del Transvaal en el Tratado del Río Sand en 1852.
La región entre los ríos Vaal y Orange se llamó Transorangia. Allí hubo tensiones entre bóeres y británicos. Los bóeres se habían asentado en Winburg y reclamaban control sobre todo el territorio. Los británicos, en Bloemfontein, proclamaron la Soberanía del Río Orange y reprimieron la resistencia bóer. Sin embargo, los conflictos continuos entre los diferentes grupos hacían que el territorio fuera difícil de gobernar. Londres decidió abandonar la zona. En ese momento, la prioridad del Imperio Británico era expandirse por la India. No querían desviar tropas a tierras lejanas en África que no ofrecían riqueza ni interés estratégico. Gran Bretaña solo quería mantener la base naval del Cabo, vital para las comunicaciones con sus colonias en Asia. Así, el comisionado británico convocó la Convención de Bloemfontein. Allí negoció con los bóeres la retirada de las tropas y la independencia del Estado Libre de Orange, que se proclamó el 17 de febrero de 1854.
Las autoridades de Pretoria pronto dominaron las repúblicas bóeres. En 1857, se aprobó la constitución de la República Sudafricana. Marthinus Pretorius, hijo del famoso general, fue elegido presidente. Se unieron al nuevo estado las comunidades afrikáner del Zoutpansberg, en el norte. Así, la frontera se extendió hasta el río Limpopo.
Los enfrentamientos con el Imperio británico (1877-1902)
Hay una anécdota, que quizá no sea cierta, sobre un ignorante agricultor bóer que pensaba que la bandera blanca era la enseña nacional británica. Había combatido en las batallas de Bronkhorst, Laing's nek, Ingongo y Amajuba y daba por sentado que los ingleses no desplegaban su bandera hasta el final.Mark Twain, comentando los sucesos de la primera guerra de los bóeres.
Al principio, los británicos no vieron con malos ojos el surgimiento de las repúblicas bóeres. Creían que podían servir de barrera contra los ataques de las tribus bantúes en el este de la Colonia del Cabo. Además, las repúblicas bóeres no tenían acceso al mar. Por eso, dependían de los británicos para obtener armas y municiones.
Sin embargo, la situación cambió a finales del siglo XIX. Las potencias europeas mostraban más interés por África, como se vio en el Congreso de Berlín en 1885. Esto llevó al Ministerio de Colonias británico a intentar unir los estados bóeres. A lo largo de la historia, hubo rivalidad entre los afrikáneres y el Reino Unido. Los británicos intentaron "anglicar" el país a principios del siglo XX. Durante la Guerra de los Bóeres, muchos afrikáneres, incluyendo mujeres y niños, perdieron la vida en campamentos. Además, se destruyeron cosechas y granjas. En total, 30.000 granjas bóeres y 40 ciudades fueron destruidas. Más de 116.000 afrikáneres y 120.000 africanos fueron desplazados por el ejército británico. A pesar de esto, las frecuentes guerras contra los bantúes hacían que los bóeres consideraran pactar con Gran Bretaña para obtener la protección de su poderosa Marina. Los británicos también valoraban la habilidad militar de los afrikáneres, que podían ser útiles para el Imperio británico en el interior de África.
Sin embargo, Lord Carnarvon actuó de forma equivocada. Aprovechando que el rey zulú, Cetshwayo, tenía un ejército de 30.000 hombres que amenazaba el Transvaal, el secretario británico Teophilus Shepstone avanzó desde Natal. Llegó a Pretoria en 1877 y proclamó la anexión británica del Transvaal. Los dos años siguientes fueron de guerra anglo-zulú, donde se sofocaron las últimas resistencias bantúes en Natal.

Una vez que el peligro de los nativos disminuyó, los bóeres denunciaron la anexión británica del Transvaal. Dijeron que iba en contra de los acuerdos anteriores. El 16 de diciembre de 1880, aniversario de la batalla del Río Sangriento, se declaró de nuevo la independencia de la República Sudafricana (Transvaal). Así comenzó la primera guerra de los bóeres.
Aunque las tropas británicas eran más numerosas y tenían más recursos, los bóeres eran muy hábiles con las armas de fuego. Practicaban desde niños y conocían muy bien el terreno. El propio Winston Churchill se asombraría, veinte años después, de la habilidad de los jinetes bóeres para disparar con precisión mientras cabalgaban a galope.

Las guerrillas afrikáneres rodearon las guarniciones militares británicas en el Transvaal. Los refuerzos enviados desde Natal y el Cabo fueron interceptados por los bóeres en batallas como Laing's Neck, Schuinshoogte y, sobre todo, la Colina de Majuba. En esta última batalla, los tiradores bóeres, dirigidos por el general Petrus Jacobus Joubert, atacaron la colina donde estaban el general George Pomeroy-Colley y sus tropas. El general británico murió y sus tropas huyeron de forma desordenada.
Majuba fue una gran humillación para los británicos. El primer ministro, Gladstone, tuvo que reconocer la independencia del Transvaal. Lo único que se obtuvo de los afrikáneres fue un reconocimiento simbólico de la autoridad de la reina Victoria y el parlamento británico sobre las dos repúblicas bóeres.
Las décadas después de la primera guerra de los bóeres vieron un gran crecimiento económico, demográfico y cultural en el Transvaal y el Estado Libre de Orange. Esto fue especialmente cierto tras el descubrimiento de oro en el Witwatersrand. Esta zona se convirtió en el centro de una fiebre del oro, similar a las de California o Australia. Johannesburgo, que era una pequeña aldea, se transformó en el centro económico del sur de África. La capital del Transvaal, Pretoria, también experimentó un gran crecimiento. Muchos enviaron a sus hijos a estudiar a los Países Bajos, lo que llevó al surgimiento de una nueva clase social afrikáner, educada y refinada.
Sin embargo, el crecimiento de las repúblicas bóeres amenazaba el equilibrio de poder en el sur de África. Un ferrocarril planeado entre Pretoria y Lourenço Marques (hoy Maputo, en Mozambique) daría al Transvaal acceso al mar, sin depender de los puertos británicos. Además, el primer ministro de la Colonia del Cabo, Cecil Rhodes, quería construir un ferrocarril desde su ciudad hasta El Cairo, en Egipto, que estaba bajo control británico.

Como la solución militar era difícil y costosa, Rhodes usó una táctica más inteligente: atraer a muchos inmigrantes británicos a las repúblicas bóeres. Después de la fiebre del oro, muchos buscadores de oro se habían asentado en el Transvaal, especialmente en Johannesburgo. Eran los uitlanders, palabra neerlandesa para "extranjeros", sobre todo británicos. Aunque pagaban muchos impuestos, no tenían derechos políticos. Las constituciones bóeres solo daban la ciudadanía a los inmigrantes que pertenecían a la Iglesia Reformada de Holanda. Esto limitaba el derecho a votar a los afrikáneres. Además, el neerlandés era el único idioma oficial de la República Sudafricana. El uso del inglés estaba prohibido en la administración y las escuelas.
Al principio, Rhodes intentó acercar el Transvaal al Imperio británico a través de los inmigrantes británicos. Se esperaba que, si los uitlanders obtenían la ciudadanía, el nuevo gobierno sería más favorable a los intereses británicos. Sin embargo, Rhodes se encontró con la firme oposición del presidente del Transvaal, Paul Kruger. Él no quería ceder en la disputa sobre los uitlanders, ya que la independencia de las repúblicas bóeres estaba en juego.
En los últimos años del siglo XIX, la tensión entre los gobiernos bóeres y el Imperio británico aumentó. Finalmente, estalló un conflicto. En 1895, el capitán Jameson organizó un intento fallido de derrocar al gobierno de Kruger en Johannesburgo. La policía y el ejército bóer lo desbarataron fácilmente. Cuatro años después, el comisionado británico Milner dio un ultimátum al presidente Kruger. Le exigió dar la ciudadanía a los uitlanders y declarar el inglés como idioma oficial en el Transvaal. Sin otra opción, el anciano Omm Paul rechazó el ultimátum y declaró la guerra al poderoso Imperio británico. Así comenzó la segunda guerra de los bóeres.
¿Dónde viven los afrikáneres hoy?
Según un censo de 1991, en Namibia había 133.324 personas que hablaban afrikáans. Esto era el 9,5% de la población total del país. La mayoría de estos hablantes son de las comunidades de color y Baster. Los afrikáneres se encuentran sobre todo en Windhoek y en las provincias del Sur.
¿Qué idioma hablan los afrikáneres?
El idioma nacional del pueblo afrikáner es el afrikáans. Es un idioma que viene del neerlandés. Empezó a formarse a finales del siglo XVII, pero se estandarizó y se hizo oficial en el siglo XX. La colonia neerlandesa del Cabo tenía las condiciones para que el idioma de sus colonos cambiara. Ciudad del Cabo se llenó de sirvientes khoi y personas traídas de otras tierras para trabajar. Ellos hablaban un neerlandés simplificado.
La situación entre los propios europeos no era mucho mejor. Los colonos neerlandeses eran de origen humilde. El propio Van Riebeeck notó que su neerlandés no era de buena calidad. Además, pronto llegaron colonos franceses de origen hugonote y alemanes que eran soldados en la Compañía de las Indias Orientales.
La distancia de la colonia a los Países Bajos permitió que el neerlandés cambiara. La pronunciación y, sobre todo, la gramática se simplificaron. Se unificaron los casos de los pronombres personales. Las viejas formas de las palabras y las terminaciones de los verbos desaparecieron. Además, se añadieron muchas palabras del francés, del alemán, del malayo y del khoi.
Se puede decir que, a finales del siglo XVIII, esta evolución lingüística dio origen al kaapse hollands ('holandés del Cabo'), que pronto se llamaría afrikaans.
En ese momento, el neerlandés estándar era el único idioma escrito de los afrikáneres. Esto duró todo el siglo XIX. El neerlandés (no el afrikáans) era el idioma oficial de las repúblicas bóeres. Las constituciones del Transvaal y el Estado Libre de Orange, y todos sus documentos públicos, estaban escritos en neerlandés.
Sin embargo, a finales del siglo XIX, un grupo de personas fundó en Stellenbosch la Genootskap van regten Afrikaners ('Sociedad de verdaderos afrikáneres'). Querían defender los derechos de este pueblo. Esta sociedad empezó a promover el uso escrito del afrikáans, que hasta entonces solo se hablaba.
La posición del neerlandés siguió fuerte incluso después de la segunda guerra de los bóeres. La constitución de la Unión Sudafricana, aprobada en 1910, estableció que el inglés y el neerlandés eran los dos idiomas oficiales. Los afrikáneres creían que el neerlandés era el único idioma capaz de competir con el inglés. Pero la situación cambió mucho después de la rebelión de Maritz (1916), que impulsó un fuerte nacionalismo afrikáner.
En ese momento, el Partido Nacional, que era republicano y anti-británico, adoptó el afrikáans como idioma de trabajo. Inició una campaña para que fuera reconocido oficialmente en toda la Unión Sudafricana. Poco a poco, el afrikáans reemplazó al neerlandés en las escuelas, oficinas y iglesias. Finalmente, en 1925, una ley del parlamento sudafricano permitió su uso en los debates y en la redacción de leyes.
La transición del neerlandés al afrikáans terminó a mediados de los años 1930. La campaña lingüística del nacionalismo afrikáner no solo hizo oficial la forma escrita de su idioma. También logró que el afrikáans tuviera la misma importancia que el inglés. A partir de entonces, todos los funcionarios federales debían dominar ambos idiomas.
¿Qué religión practican los afrikáneres?
Desde los primeros tiempos de la colonia, el protestantismo calvinista fue la única religión permitida en el Cabo. Sus seguidores se organizaban en la Iglesia Reformada Bajoalemana (Nederduits Gereformeerde Kerk). El hecho de que Sudáfrica fuera un refugio para muchos hugonotes ayudó a que la población de la colonia tuviera una religión uniforme, centrada en el calvinismo.
Pero el calvinismo holandés adquirió características especiales en África. El clima y los grandes espacios favorecieron un estilo de vida patriarcal. Este estilo era similar al descrito en los libros del Antiguo Testamento. El sentimiento religioso y el fervor bíblico eran especialmente fuertes entre los bóeres, los campesinos de la frontera.

Cuando los británicos tomaron el control del Cabo a principios del siglo XIX, controlaron la Nederduits Gereformeerde Kerk. Impusieron que los servicios religiosos fueran dirigidos por pastores escoceses. Estos pastores también eran calvinistas y habían aprendido neerlandés. Así, el inglés (especialmente en himnos y oraciones) y las nuevas ideas liberales de Europa comenzaron a influir.
Por eso, cuando los bóeres dejaron la Colonia del Cabo entre 1835 y 1840, su partida fue condenada por la Iglesia Reformada. Se prohibió a los pastores acompañar a los emigrantes. Fue entonces cuando se produjo una separación entre los voortrekkers y la Iglesia establecida. A partir de ese momento, el culto no lo administraban pastores profesionales. Lo hacían los más ancianos de los emigrantes, quienes cada domingo reunían a la comunidad y leían la Biblia.
El Gran Trek creó un calvinismo particular en la frontera. Los bóeres se comparaban con los israelitas que, guiados por Moisés, habían dejado Egipto en busca de la Tierra Prometida. Los afrikáneres se veían como un pueblo especial, con el que Dios había hecho una promesa antes de la batalla del Bloedrivier. Creían que su misión era ser la vanguardia de la cristiandad y la civilización occidental en el sur de África.
En las nuevas repúblicas del Transvaal y el Estado Libre de Orange, los bóeres se organizaron en torno a una nueva iglesia, la Nederduitsch Hervormde Kerk. Esta iglesia era independiente de las autoridades del Cabo y en 1860 se convirtió en la iglesia oficial de la República Sudafricana. Los grupos más estrictos y conservadores de los trekkers se separaron de esta iglesia. Fundaron una nueva comunidad, la de los doppers. Entre sus miembros originales estaba el futuro presidente Kruger. Estos disidentes practicaban un cristianismo muy riguroso. Su austeridad se veía en su ropa y en el culto. En el culto, estaban prohibidos todos los himnos, excepto los salmos. La influencia de los doppers fue muy importante en el desarrollo de las nuevas repúblicas bóeres. Tenían mucha representación en el gobierno del Transvaal y fundaron la Universidad de Potchefstroom.
Símbolos nacionales afrikáneres
Relación con otros grupos étnicos
Neerlandeses

De Kaap is weer Hollands!
—Dicho tradicional afrikáans.
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Al igual que en otros imperios coloniales, los primeros colonos del Cabo se identificaban con su país de origen, los Países Bajos. Durante los siglos XVIII y XIX, los burghers de Sudáfrica eran conocidos como "los holandeses del Cabo" (Kaapse Hollander). Aunque en 1707 un joven se definió como africaander, la identidad neerlandesa duró mucho tiempo. Todos usaban el neerlandés como idioma principal y eran miembros de la Iglesia reformada neerlandesa. Cuando los Países Bajos recuperaron brevemente el control del Cabo en 1802, los colonos lo celebraron. Incluso hoy, para expresar satisfacción, en afrikáans se dice: De Kaap is weer Hollands (El Cabo es de nuevo holandés).
La conquista británica de 1805 y su consolidación en 1814 terminaron con el dominio neerlandés en el sur de África. A pesar de esto, muchos lazos culturales y emocionales entre los afrikáneres y su antigua metrópoli perduraron.
Por ejemplo, al inicio del Gran Trek, cuando los bóeres cruzaron el río Orange, su líder Piet Retief quiso fundar un nuevo estado llamado La Provincia Libre de Nueva Holanda en el África Suroriental. Quince años después, otra república afrikáner también usó un nombre neerlandés: la República de Utrecht. Los lazos entre los nuevos estados bóeres y los Países Bajos no se limitaron a los nombres. Después de fundar la República de Natalia, Andries Pretorius pidió la protección de los Países Bajos.
La bandera neerlandesa sirvió de base para la mayoría de las banderas de las repúblicas bóeres. Fue adoptada por los bóeres de Graaf Reinet y Swellendam cuando declararon su independencia en 1795. Las repúblicas de Natalia, Transvaal, el Estado Libre de Orange y la República de Vryheid tenían tres franjas horizontales rojas, blancas y azules. Ya en el siglo XX, la bandera original neerlandesa, la Prinsenvlag (naranja, blanco, celeste), fue declarada bandera oficial de la Unión Sudafricana en 1928 y se mantuvo hasta 1994.
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República Sudafricana (Transvaal)
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Unión Sudafricana bajo dominio británico (1910–1961)
República de Sudáfrica (1961-1994)