Sublevación del Callao para niños
Datos para niños Sublevación o Motín del Callao |
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Parte de Independencia del Perú | ||
![]() escudo real de la fortaleza del Real Felipe
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Localización | ||
País | Perú | |
Lugar | Fortaleza del Real Felipe, Callao, Lima - Perú | |
Datos generales | ||
Tipo | Inteligencia militar | |
Suceso | Desaparición de la División de los Andes y creación del Regimiento español de la Lealtad o del Real Felipe | |
Causa | maniobra del coronel José María Casariego | |
Objetivo | pase o cambio de bando de la guarnición del Callao | |
Participantes | 2.000 hombres pertenecientes al Regimiento de Infantería del Río de la Plata y Batallón N° 11 de los Andes (ambos de las Provincias argentinas), al Batallón N° 4 de Chile, a la Brigada de Artillería de Chile y a la Brigada de Artillería Volante del Perú | |
Histórico | ||
Fecha | 5 de febrero de 1824 | |
Desenlace | ||
Resultado | victoria española | |
La sublevación o motín del Callao fue un evento importante que ocurrió el 5 de febrero de 1824. Tuvo lugar en la Fortaleza del Real Felipe en el Callao, Perú. Durante este suceso, algunas unidades militares que apoyaban la independencia se rebelaron. Estas unidades estaban formadas por soldados de Chile, la Gran Colombia, Perú y las Provincias Unidas del Río de la Plata (hoy Argentina). Lo sorprendente fue que, tras la rebelión, estas tropas decidieron unirse al bando español.
Este motín tuvo un gran impacto en las fuerzas que el general José de San Martín había llevado al Perú. Prácticamente significó la desaparición de la División de los Andes. El historiador Bartolomé Mitre mencionó que el famoso ejército de los Andes quedó disuelto por este motín y la traición.
Después del motín, el general Cirilo Correa tomó el mando de lo que quedaba de la División de los Andes. Esta división se redujo a oficiales sin tropas y un escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín. Este escuadrón luchó en las batallas de Junín y Ayacucho. Sus hombres regresaron a Buenos Aires después de la rendición española en Ayacucho. Las unidades chilenas en Perú se disolvieron por completo tras el motín.
Contenido
- ¿Qué pasó antes del motín del Callao?
- ¿Cómo se planeó la sublevación?
- ¿Cómo ocurrió la sublevación?
- ¿Qué pasó con el Regimiento de Granaderos a Caballo?
- ¿Qué pasó después en Lima?
- ¿Qué pasó con los Granaderos que regresaron a Buenos Aires?
- ¿Qué pasó con el Regimiento del Río de la Plata?
- Galería de imágenes
- Véase también
¿Qué pasó antes del motín del Callao?
Los fuertes del Callao en manos independentistas
Los fuertes del Callao estaban bajo el control de los independentistas desde el 21 de septiembre de 1821. En junio de 1823, el ejército español, liderado por José de Canterac, entró en Lima. Las fuerzas independentistas se refugiaron en los fuertes del Callao. Allí permanecieron sitiadas hasta el 16 de julio de 1823.
Después de que los españoles se retiraron, el gobierno peruano y sus fuerzas militares dejaron el Callao. La guarnición quedó a cargo del Batallón Vargas de la Gran Colombia y unos 100 artilleros chilenos.
Cambios en la guarnición del Callao
En diciembre de 1823, Simón Bolívar ordenó que el Batallón Vargas saliera del Callao. Fue reemplazado por las fuerzas argentinas del Regimiento del Río de la Plata. Estas tropas entraron en los fuertes después de que muchos soldados desertaran. El general Rudecindo Alvarado se convirtió en el gobernador de la plaza.
El Callao estaba custodiado por unos 2.000 hombres. Estos pertenecían al Regimiento de Infantería del Río de la Plata, al Batallón N° 11 de los Andes (ambos de las Provincias Unidas del Río de la Plata), al Batallón N° 4 de Chile, y a brigadas de artillería de Chile y Perú. Eran las unidades que quedaban de la División de los Andes.
El historiador Diego Barros Arana mencionó que la guarnición del Callao tenía cerca de 1.500 hombres. La mayor parte de ellos (900 hombres) formaban el Regimiento del Río de la Plata. Este regimiento estaba compuesto por soldados de origen humilde y estaba al mando del coronel argentino Ramón Estomba. El resto de la guarnición incluía el batallón N° 11 de los Andes y cien artilleros chilenos.
¿Cómo se sentían los soldados?
Los soldados argentinos y chilenos pasaron por momentos difíciles desde septiembre de 1822. Su situación no mejoró con los cambios de gobierno. Se sentían abandonados y sin apoyo. A pesar de sus servicios y sacrificios por la independencia del Perú, no recibían la ayuda que necesitaban.
Estaban en la capital, Lima, pero vivían con muchas carencias. Los oficiales y soldados estaban sin ropa adecuada. No recibían su sueldo y pasaban hambre. Los alimentos que les daban eran de mala calidad, como arroz y frijoles con insectos, y carne seca en mal estado. Estas condiciones afectaron la disciplina y el ánimo de las tropas.
¿Cómo se planeó la sublevación?
El Perú independentista estaba dividido entre dos gobiernos. Uno en Trujillo, liderado por José de la Riva Agüero, y otro en Lima, al mando de José Bernardo de Tagle. Este último comenzó a negociar con los realistas. Aunque se dijo que buscaban una tregua, en secreto se habló de entregar el sur peruano al virrey José de la Serna.
Cuando el general Simón Bolívar llegó a Perú con un gran ejército, el Congreso lo nombró dictador. Bolívar aceptó y sometió al gobierno de Riva Agüero. Tagle y su ministro, Juan de Berindoaga, perdieron sus cargos. Entonces, comenzaron a planear la entrega del ejército del Sur a los realistas.
Entre los prisioneros realistas en el Callao estaba el coronel José María Casariego. Él se puso en contacto con los conspiradores. Casariego logró influir en el sargento primero Dámaso Moyano y en el sargento Francisco Oliva. Estos sargentos animaron a otros a rebelarse. Su objetivo era reclamar el pago de un año de sueldo que se les debía y mejorar la calidad de sus alimentos.
Los sargentos Moyano y Oliva no revelaron la verdadera intención de la sublevación. El plan secreto era entregar el Callao a los realistas. La disconformidad de los soldados aumentó porque el día anterior a la sublevación, solo se les pagó a los jefes y oficiales. Además, sabían que serían trasladados al norte para unirse a Bolívar, lo cual no querían. Muchos deseaban regresar a Chile y al Río de la Plata.
¿Cómo ocurrió la sublevación?
El 5 de febrero, día de la sublevación, Moyano y Oliva organizaron las guardias en puntos clave. Por la mañana, arrestaron a los oficiales que estaban en la guarnición. También detuvieron a los que llegaban al Callao, incluyendo al gobernador, general Rudecindo Alvarado. Los principales jefes de la División de Los Andes, que estaban en Lima, lograron escapar. Moyano se autoproclamó "coronel Jefe del Regimiento y de la Plaza del Callao".
El 10 de febrero, Oliva y Moyano, temiendo la reacción de los patriotas, liberaron a Casariego y le entregaron el mando. Así se completó la traición. Casariego liberó a los prisioneros realistas y encerró a los oficiales arrestados. Casariego convenció a Moyano de que serían ejecutados si caían en manos patriotas. En cambio, si se unían a los realistas, recibirían recompensas.
El 18 de febrero, Casariego ordenó izar la bandera española en la Fortaleza del Real Felipe. Se hizo un saludo con cañonazos. Algunos de los sublevados intentaron reaccionar al darse cuenta del engaño. Pero fueron arrestados y ejecutados de inmediato por Moyano.
Una historia popular, aunque discutida por historiadores, cuenta que entre los ejecutados estaba Antonio Ruiz, conocido como el Negro Falucho. Se dice que se negó a gritar "¡Viva el rey!" y a bajar la bandera argentina, diciendo: "Malo será ser revolucionario, pero es peor ser traidor". Sus últimas palabras habrían sido "¡Viva Buenos Aires!".
Desde Lima, se enviaron emisarios con promesas de perdón, pero Moyano no cedió. El ministro Bernardino Rivadavia informó al gobernador de Buenos Aires sobre la sublevación. Mencionó que los sublevados se pusieron bajo las órdenes de un coronel español prisionero y levantaron la bandera enemiga.
¿Qué pasó con el Regimiento de Granaderos a Caballo?
La sublevación de los granaderos
Después de la sublevación del Callao, Simón Bolívar consideró perdida esa guarnición y la ciudad de Lima. Ordenó al general Enrique Martínez que sacara de la ciudad todo lo útil para el ejército. También ordenó al Regimiento de Granaderos a Caballo que se replegara a Lima.
El 14 de febrero, una parte del regimiento, al mando del teniente coronel José Félix Bogado, estaba en camino. Un grupo de soldados del propio regimiento se sublevó y arrestó a los oficiales. El sargento Orellano tomó el mando y siguió hacia el Callao.
Cuando Orellano vio la bandera española en el Callao, se dirigió a sus compañeros. Dijo que su rebelión era para reclamar pagos y mejor trato. Como las cosas habían cambiado sin su permiso, no quería obligar a los oficiales ni a los soldados a unirse a los realistas. Liberó a los oficiales y les devolvió sus armas. Permitió que cada soldado eligiera si seguirlo o unirse a sus antiguos jefes.
Unos 100 hombres siguieron a Orellano hacia el Callao. El resto, unos 120 granaderos, siguieron a Bogado a Lima. Allí se unieron a las fuerzas de Necochea y continuaron luchando hasta la batalla de Ayacucho.
Los granaderos se unen a Bolívar
Los granaderos que quedaron se unieron a las fuerzas de Simón Bolívar. Bolívar los puso bajo las órdenes de Necochea. El 3 de marzo llegaron a Huacho. El 23 de marzo, Bolívar nombró a Necochea comandante general de caballería. Le ordenó mejorar y organizar el regimiento de Granaderos de los Andes.
¿Qué pasó después en Lima?
Evacuación de Lima
El vicealmirante Roberto Bisset logró incendiar y destruir la flota patriota que había caído en manos realistas. Todo lo que Necochea pudo rescatar de los almacenes de Lima fue enviado a Trujillo.
Necochea abandonó Lima el 27 de febrero con menos de 500 hombres. Se dirigió al norte con fuerzas de caballería. El 16 de marzo, en Supe, los lanceros del Regimiento Peruano de la Guardia se sublevaron. Regresaron a Lima para unirse a los realistas, siguiendo órdenes de Tagle, quien ya se había unido al bando español.
Ocupación realista de Lima
Una vez que la sublevación tuvo éxito, el brigadier realista José Ramón Rodil envió al comandante Isidro Alaix al Callao. El 27 de febrero, una fuerte división del ejército español, al mando del general Juan Antonio Monet, se reunió en Lurín. Sumando unos 3.500 hombres, entraron en la capital.
El 29 de febrero, las fuerzas realistas entraron en el Callao. Rodil quedó al mando desde el 1 de marzo. Mateo Ramírez quedó al mando de Lima, ciudad que los realistas mantuvieron hasta el 5 de diciembre. El virrey nombró a Rodil "Gobernador de los Castillos y Comandante General de la Provincia de Lima". Tagle se unió a ellos y murió después durante el sitio del Callao.
Un viajero inglés, Robert Proctor, describió la entrada del ejército realista en Lima. Mencionó que el ejército estaba bien disciplinado y que su vestimenta era superior a la de los patriotas. La mayoría de los soldados de infantería eran personas de origen indígena, excepto algunas compañías. La caballería estaba compuesta principalmente por españoles. La gente en las calles observaba en silencio.
El 8 de marzo, la división de Monet abandonó Lima. Llevaban consigo a 160 oficiales patriotas prisioneros. Estos fueron enviados a una isla en el lago Titicaca. Los soldados del Regimiento de Granaderos a Caballo que se habían unido a los realistas fueron incorporados a la caballería realista.
La guarnición al mando de Rodil se mantuvo en las fortalezas hasta la rendición del 23 de enero de 1826. De los 2800 hombres que tenía al principio, solo le quedaban 376 capaces de luchar. Los sublevados que fueron capturados durante el resto de la guerra fueron ejecutados.
¿Qué pasó con los Granaderos que regresaron a Buenos Aires?
En marzo de 1824, los oficiales del Ejército de los Andes que se quedaron sin tropas después de la sublevación llegaron a Trujillo. Se presentaron al Estado Mayor de Bolívar y fueron distribuidos en varios cuerpos.
El 13 de febrero de 1825, el escuadrón de Granaderos a Caballo regresó a Buenos Aires. Estaba al mando del coronel Bogado y contaba con 10 jefes, 32 sargentos y cabos, y 44 soldados. Algunos sargentos que regresaron fueron juzgados y ejecutados en la Plaza del Retiro en noviembre de 1826.
¿Qué pasó con el Regimiento del Río de la Plata?
El Regimiento del Río de la Plata, que se había unido a los españoles, pasó a llamarse Regimiento de la Lealtad. Luego fue renombrado como Regimiento de Infantería Real Felipe. Este regimiento se rindió sin luchar después de la capitulación de Ayacucho y se disolvió. Los soldados que se habían unido a la traición fueron enviados a la isla de Chiloé.
El 5 de febrero de 1825, llegaron a Chiloé barcos con la noticia de la capitulación de Ayacucho. También transportaban a los soldados sublevados del Callao que no quisieron quedarse en Perú. El líder del motín, Dámaso Moyano, era una persona de origen humilde que había nacido en Mendoza en 1796. Había sido soldado en el regimiento Cazadores de los Andes y terminó su carrera en el regimiento Río de la Plata. Después de la capitulación de Ayacucho, Moyano viajó a España. Allí se le reconoció su grado de Coronel y ascendió a Brigadier. Murió en Madrid en 1840.