Pronunciamiento de Riego para niños
Datos para niños Pronunciamiento de Riego |
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Parte de Revolución de 1820 y Guerras de Independencia Hispanoamericanas | ||
![]() Retrato de Rafael de Riego, jefe del regimiento Asturias del ejército expedicionario.
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Localización | ||
País | España | |
Localidad | Las Cabezas de San Juan | |
Lugar | Las Cabezas de San Juan | |
Datos generales | ||
Tipo | Rebelión o motín militar | |
Suceso | Sublevación de 22.000 efectivos militares expedicionarios (16 regimientos de infantería) y desarticulación de la fuerza naval compuesta por 6.000 marinos y una docena de buques mayores, los navíos de guerra Fernando 7º (74 cañones), Numancia (74 cañones), España (74 cañones) y Guerrero (68 cañones); fragatas Perla (34 cañones), Diana (44 cañones), Mercurio (44 cañones), Pronta (44 cañones), Viva (44 cañones), Ligera (44 cañones); las corbetas Aretusa (20 cañones) y Fama (24 cañones); otros buques menores, 10 bergantines, 6 goletas, 30 cañoneras y los buques de transporte. | |
Causa | Pronunciamiento del coronel Rafael del Riego y Antonio Quiroga | |
Objetivo | Por parte de los liberales: restaurar la constitución de 1812 y establecer el gobierno del Trienio Liberal y por parte de los independentistas: evitar el desembarco de la Grande Expedición en el Río de la Plata. | |
Participantes | Antonio Alcalá Galiano, Juan Álvarez Mendizábal y Francisco Javier de Istúriz, entre otros destacados Exaltados, junto con las sociedades secretas de los liberales españoles; en concurrencia con Andrés Arguibel, Tomás Antonio de Lezica y otros agentes independentistas americanos, bajo la autoridad de Juan Martín de Pueyrredón, director de las Provincias Unidas del Río de la Plata. | |
Histórico | ||
Fecha | 1 de enero de 1820 | |
Desenlace | ||
Resultado | Victoria de los veinteañistas españoles y los independentistas rioplatenses. | |
El pronunciamiento de Riego fue un levantamiento militar que ocurrió en España en 1820. Fue liderado por el teniente coronel Rafael del Riego durante el reinado de Fernando VII. Este evento marcó el inicio de la Revolución de 1820, también conocida como la Revolución de Cabezas de San Juan.
El levantamiento comenzó el 1 de enero en Las Cabezas de San Juan, una localidad de Sevilla. Allí se encontraban tropas que se preparaban para viajar a América y detener las rebeliones en las colonias. El objetivo principal de Riego era evitar que estas tropas fueran enviadas y restaurar la Constitución de 1812. Esta Constitución había sido creada por las Cortes de Cádiz y abolida por Fernando VII en 1814, cuando el rey regresó de su cautiverio en Francia y restauró la monarquía absoluta.
Al principio, el levantamiento de Riego no tuvo mucho éxito. Sus tropas recorrieron Andalucía durante casi dos meses sin que otras unidades militares se unieran a ellos. Sin embargo, a principios de marzo, cuando ya pensaban que todo estaba perdido, llegó la noticia de que Fernando VII había jurado la Constitución. Esto sucedió porque el gobierno absolutista no pudo detener los levantamientos en otras guarniciones que siguieron el ejemplo de Riego. Así comenzó el Trienio Liberal, un periodo en el que España fue gobernada por una monarquía constitucional. Rafael del Riego fue ascendido a general y se convirtió en un símbolo del liberalismo en España.
El pronunciamiento de Riego fue impulsado por figuras como Antonio Alcalá Galiano y Juan Álvarez Mendizábal. Se relaciona con otros intentos previos de los liberales para acabar con el gobierno absoluto de Fernando VII. Las sociedades secretas también tuvieron un papel importante. El descontento del ejército y de los comerciantes de Cádiz contribuyó al éxito de este levantamiento.
Además, Juan Martín de Pueyrredón, quien dirigía las Provincias Unidas del Río de la Plata, apoyó la insurrección. Él temía la "terrible expedición" que amenazaba a los rebeldes sudamericanos. El gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata financió el pronunciamiento a través de sus agentes Andrés Arguibel y Tomás Antonio de Lezica. La falta de acción del gobierno absolutista para detener el levantamiento de Riego y Quiroga también fue clave para su éxito.
El levantamiento de Riego es considerado el "pronunciamiento por excelencia" en la historia de España. Cumplió con las características de este tipo de eventos: ocurrió lejos de la capital, se leyó un manifiesto o bando, y tuvo un líder claro.
Contenido
¿Qué pasó antes del levantamiento de Riego?
El regreso del rey y la crisis económica
Cuando el rey Fernando VII regresó de Francia en mayo de 1814, anuló la Constitución de 1812 y restauró la monarquía absoluta. Los liberales, que defendían una monarquía con leyes, fueron encarcelados o tuvieron que exiliarse. Durante los seis años siguientes, conocidos como el Sexenio Absolutista, el rey y sus ministros no lograron solucionar los graves problemas del país.
La Guerra de la Independencia española (1808-1814) había dañado mucho la economía. El comercio con América disminuyó debido a las rebeliones en las colonias. Esto causó una fuerte crisis económica y la Hacienda (el dinero del Estado) se quedó sin fondos. El dinero de América ya no llegaba, y no se podían emitir más vales reales (un tipo de papel moneda) porque ya no tenían valor. Se intentó reformar la Hacienda, pero la nobleza, el clero y los campesinos se opusieron.
El descontento en el ejército
Ante la incapacidad del gobierno, los liberales, muchos de ellos parte de la masonería (sociedades secretas), buscaron restaurar la monarquía constitucional. Para ello, intentaron conseguir el apoyo de militares "constitucionalistas" o descontentos. La idea era que estos militares lideraran un levantamiento que obligara al rey a aceptar la Constitución de 1812.
Durante el Sexenio Absolutista, se intentó volver a un ejército donde los puestos importantes eran para la nobleza. Se anularon las reformas de las Cortes de Cádiz que permitían a cualquier ciudadano acceder a la carrera militar. Esto causó mucho descontento entre los oficiales, especialmente los que habían luchado en la guerrilla durante la Guerra de la Independencia. Además, los salarios se retrasaban y había pocas oportunidades de ascenso. Muchos oficiales se hicieron liberales debido a esta situación.
Entre 1814 y 1820, hubo seis intentos de levantamientos militares. Los primeros cinco fracasaron y sus líderes fueron ejecutados o tuvieron que huir. El de Riego fue el sexto y el que finalmente tuvo éxito.
La gran expedición a América
El levantamiento de Rafael de Riego el 1 de enero de 1820 en Las Cabezas de San Juan tenía como objetivo restaurar la Constitución de 1812. Contó con el apoyo de las tropas que estaban destinadas a una gran expedición para detener las rebeliones en las colonias americanas. Esta expedición era conocida como la gran expedición de Ultramar.
Organizar esta expedición fue muy difícil. Se había planeado enviar un gran ejército de 22.000 soldados y 6.000 marinos con muchos barcos. Al principio, se pensó en enviarla a Buenos Aires, pero luego se cambió el destino a Venezuela y Nueva Granada.
La expedición enfrentó muchos problemas. Se compraron barcos a Rusia que resultaron ser viejos, ineficientes y en malas condiciones. Además, la falta de dinero y las complicaciones con otros conflictos en América dificultaron el envío de refuerzos. Finalmente, España se dio cuenta de que no contaría con el apoyo de otras potencias europeas para mantener su imperio.

Algunos historiadores creen que agentes americanos, como Andrés Arguibel y Tomás Antonio de Lezica, tuvieron un papel importante en el levantamiento de Riego. Se dice que financiaron el movimiento con dinero de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Nueve años después, Juan Martin de Pueyrredón afirmó que él había sido uno de los principales impulsores del pronunciamiento para evitar que la expedición llegara a América.
Sin embargo, otros historiadores señalan que la causa principal del levantamiento fue el gran descontento del ejército español. Los oficiales no cobraban sus salarios y las condiciones eran muy difíciles. También influyó el apoyo de los comerciantes de Cádiz, que estaban afectados por la paralización de sus negocios debido a las guerras en América.
¿Cómo fue el levantamiento de Riego?

Los liberales de Cádiz, organizados en sociedades secretas, buscaron a un oficial del ejército para que liderara un levantamiento y restaurara la Constitución de 1812. Las tropas estaban descontentas por las malas condiciones de vida y la idea de ir a una guerra larga en América.
Aunque hubo un intento fallido de levantamiento en julio de 1819, la conspiración continuó. El teniente coronel Rafael del Riego se unió a Antonio Alcalá Galiano y Juan Álvarez de Mendizábal. La noche del 27 al 28 de diciembre, planearon el levantamiento. El plan era que tres fuerzas militares se unieran para tomar la ciudad de Cádiz y proclamar la Constitución.
Rafael del Riego inició el plan el 1 de enero de 1820 en Las Cabezas de San Juan. Detuvo al capitán general y estableció su cuartel. Sin embargo, el coronel Antonio Quiroga, que lideraba otra fuerza, se retrasó. Esto dio tiempo al gobernador de Cádiz para organizar la defensa de la ciudad.
A pesar de los problemas, Riego continuó con el plan. Llegó a El Puerto de Santa María el 5 de enero, donde se le unieron otros oficiales. Riego fue el primero en actuar con éxito en su zona, mientras otros esperaban.
En Las Cabezas de San Juan, Riego dio un discurso a sus soldados, proclamando la Constitución de 1812. Les dijo que no podían ser enviados en "buques podridos" a una "guerra injusta" en América. Explicó que España vivía bajo un poder absoluto y que el rey debía jurar la Constitución para salvar al país.

Riego creía que la Constitución de Cádiz era la solución para acabar con las rebeliones en América. Les dijo a sus hombres que era una "guerra inútil" que podía terminar si se restauraban los derechos de la nación española.
Mientras Quiroga resistía en San Fernando, Riego lideró una expedición por Andalucía con unos 1500 hombres. Recorrió varias localidades, proclamando la Constitución y deponiendo a las autoridades absolutistas. Durante esta difícil marcha, uno de sus oficiales, Evaristo Fernández de San Miguel, compuso un himno patriótico que se conocería como el Himno de Riego.
El 11 de marzo, Riego, con solo unos cincuenta soldados, decidió disolver su unidad, pensando que la causa estaba perdida. Sin embargo, lo que no sabía es que dos días antes, el rey Fernando VII había jurado la Constitución. El levantamiento de Riego, aunque no derrotó al régimen directamente, demostró su debilidad y dio tiempo para que otros levantamientos tuvieran éxito.
¿Cómo terminó el levantamiento? Fernando VII jura la Constitución
Cuando las autoridades absolutistas se enteraron del levantamiento de Riego, pensaron que lo sofocarían rápidamente. Pero la situación cambió cuando la guarnición de La Coruña se levantó el 21 de febrero y juró la Constitución. Días después, otras ciudades como Ferrol, Vigo y Murcia siguieron su ejemplo. En La Coruña, se formó una Junta (un tipo de gobierno provisional) presidida por Pedro Agar.
El 29 de febrero, Oviedo también formó una Junta Revolucionaria que tomó el poder en Asturias. En muchas ciudades, cuando las tropas liberales entraban, las cárceles de la Inquisición eran asaltadas y los prisioneros liberados.
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Fernando VII intentó calmar la situación, pero ya era tarde. El 4 de marzo, el conde de la Bisbal, jefe del ejército, también se unió al levantamiento en Ocaña (Toledo) a favor de la Constitución. Al día siguiente, Zaragoza y otras ciudades como Tarragona, Segovia, Barcelona y Pamplona se sumaron.
El 7 de marzo, ante la agitación en las calles de Madrid, Fernando VII decidió jurar la Constitución. Dijo que lo hacía porque era "la voluntad del pueblo". Con esto, comenzó la segunda etapa liberal en España. El rey tomó esta decisión al saber que incluso las tropas de Madrid y la Guardia Real apoyaban la Constitución.
El 8 de marzo, la Gaceta de Madrid publicó el decreto del rey. Se ordenó liberar a los presos por "opiniones políticas" y permitir el regreso de los exiliados. En Madrid, la Plaza Mayor fue renombrada Plaza de la Constitución, y se organizó una procesión con el texto constitucional. La cárcel de la Inquisición fue asaltada y sus presos liberados.
El 9 de marzo, el rey, presionado, aceptó la restauración del Ayuntamiento constitucional. Ese mismo día, abolió la Inquisición y nombró una Junta Provisional Consultiva. Fernando VII juró la Constitución en el Palacio Real.
El 10 de marzo, el rey publicó un Manifiesto a la Nación donde anunciaba que había jurado la Constitución y que sería su "más firme apoyo". Este manifiesto se hizo famoso, aunque Fernando VII no cumplió su promesa y pronto intentó derribar la Constitución.
En muchas ciudades, se celebraron fiestas y actos para celebrar el regreso del régimen constitucional. Las plazas principales pasaron a llamarse Plaza de la Constitución. En todas partes, se aclamó a Rafael del Riego, quien se había convertido en un símbolo de la nueva España constitucional.
Los palacios de la Inquisición fueron asaltados en varias ciudades. Estos asaltos simbolizaron el fin del gobierno absoluto. En algunos lugares, se hicieron desfiles con muñecos que representaban a los inquisidores, quemándolos en señal de burla.
Rafael del Riego: un héroe de la revolución liberal
Después del levantamiento que inició el Trienio Liberal, Rafael del Riego pasó de ser un teniente coronel poco conocido a un símbolo de la revolución liberal española. Cuando se enteró de que el rey había jurado la Constitución, Riego se trasladó a Sevilla. Allí fue recibido como un héroe el 20 de marzo, con 2500 hombres. Su retrato fue paseado en procesión por las calles.
Riego envió una carta al rey, celebrando que hubiera aceptado la Constitución. En Sevilla y otras ciudades, se le rindieron homenajes y se cantó el Himno de Riego, que se había compuesto durante su expedición. En Cádiz, la gente desenganchó los caballos de su carruaje para tirar de él.
Riego fue ascendido a general. Fue nombrado jefe del Ejército de la Isla y luego Capitán General de Galicia, aunque no llegó a ocupar este último cargo. El gobierno lo desterró a Oviedo, acusándolo de participar en un acto donde se cantó una canción "subversiva". Esto hizo que Riego fuera visto como un mártir de la libertad. Finalmente, fue nombrado Capitán general de Aragón. Rechazó una pensión que le ofrecieron, mostrando su desinterés por el dinero.
Riego se convirtió en el primer gran héroe de la revolución y un símbolo del ideal liberal. Su figura ha inspirado a muchos movimientos políticos en España, desde el liberalismo progresista hasta el republicanismo y el comunismo.
El mito de Riego también se extendió fuera de España. Poetas como Alexander Pushkin le dedicaron poemas, y se exhibieron sus retratos en librerías. Obras de teatro y periódicos en Europa mencionaron su historia. Incluso Victor Hugo lo mencionó en su famosa novela Les Misérables.
La visión de los que se oponían a Riego

Frente a la visión de Riego como un héroe, sus oponentes, los absolutistas y tradicionalistas, mantuvieron una versión muy diferente. Lo culparon de la pérdida de la mayor parte del continente americano y de los excesos del Trienio Liberal. También afirmaron que el levantamiento fue resultado de sociedades secretas aliadas con los independentistas de América.
Durante la primera guerra carlista, los partidarios del infante Carlos María Isidro criticaron que los liberales consideraran a Riego un héroe. Lo veían como un traidor que había provocado la pérdida de las colonias y el desorden en el país.
Historiadores como Vicente de la Fuente afirmaron que Riego había recibido dinero de los independentistas americanos. Aunque no tenía pruebas directas, señalaba que los soldados tenían miedo de embarcarse, lo que, según él, ocultaba que habían sido comprados. Para La Fuente, el levantamiento de Cádiz fue un acto de "cobardía, traición, inmoralidad y cohecho", pagado por los americanos y manejado por sociedades secretas. También decía que el pueblo no apoyó el levantamiento.
Marcelino Menéndez Pelayo también criticó duramente a Riego. Lo describió como parte de un grupo de oficiales que habían regresado de Francia influenciados por sociedades secretas. Según él, estas sociedades usaron el dinero de los rebeldes americanos e ingleses para corromper al ejército. Afirmó que el pueblo español no apoyó a Riego, quien recorrió Andalucía sin que nadie se le uniera.
Otros, como Gonzalo de Reparaz, también aseguraron que el levantamiento fue pagado por los rebeldes americanos. Calificaron a Riego y Quiroga de "inútiles" y dijeron que fueron salvados por el dinero americano y por la traición del conde de la Bisbal.

El escritor antimasón Mariano Tirado y Rojas calificó el levantamiento de Riego de "inicuo". Sugirió que los jefes militares que podrían haber derrotado a los rebeldes no actuaron porque también eran masones. Tirado afirmó que Riego había liderado una rama masónica radical y que, a partir de 1820, hubo una persecución religiosa en España.
Galería de imágenes
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Plaza de la Constitución de Las Cabezas de San Juan, con el Ayuntamiento al fondo. Fue el lugar donde inició el teniente coronel Rafael del Riego su pronunciamiento el 1 de enero de 1820. En aquel momento la localidad tenía unos 2800 habitantes.
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Juan Martin de Pueyrredón afirmó en Refutación a una calumnia (1829) que, como máximo dirigente de las autoproclamadas Provincias Unidas del Río de la Plata, había promovido y financiado el pronunciamiento de Riego.
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Mapa del pronunciamiento de Riego. La línea negra muestra el recorrido que hicieron las tropas sublevadas desde Las Cabezas de San Juan. Aparecen también las ciudades de fuera de Andalucía cuyas guarniciones se fueron sumando al pronunciamiento.
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1823 (Trienio Liberal). La leyenda, en castellano, proclama a Fernando VII "rey de las Españas" "por la Gracia de Dios y la Constitución".
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Manifiesto del rey Fernando VII hecho público el 10 de marzo de 1820 en el que comunica a los «españoles» que el día anterior ha jurado la Constitución de Cádiz.
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Casa de la Panadería, situada en el lado norte de la Plaza Mayor de Madrid, rebautizada como Plaza de la Constitución. El 13 de marzo fue colocada en su fachada la lápida de la Constitución, «ante la presencia de las autoridades, jefes militares, clero y corporaciones».