Pronunciamiento de 1841 en España para niños
El pronunciamiento de 1841, también conocido como «la octubrada», fue un intento de levantamiento militar. Fue apoyado por la ex regente de España, María Cristina de Borbón, y su esposo, Agustín Fernando Muñoz y Sánchez. Su objetivo era ir en contra del regente de ese momento, el general Espartero. Este plan se organizó desde Francia, donde María Cristina vivía exiliada, junto con miembros del Partido Moderado y militares que la apoyaban.
Contenido
¿Qué pasó antes del levantamiento de 1841?
El viaje de María Cristina y sus planes
A principios de 1841, María Cristina y su esposo, Agustín Fernando Muñoz, viajaron a Italia. Allí se reunieron con el Papa Gregorio XVI. Querían que el Papa aprobara su matrimonio, que no era bien visto por todos en España. Este viaje fue organizado por Francisco Cea Bermúdez.
Consiguieron la aprobación del Papa, pero a cambio de que el esposo no obtuviera títulos de nobleza. Esto dio nuevas esperanzas a los moderados. Pensaron que María Cristina podría volver a liderar su partido sin problemas personales.
María Cristina en París y sus aliados
En mayo de 1841, las Cortes españolas decidieron que Espartero sería el único regente. Al mismo tiempo, María Cristina llegó a París. Allí, el rey Luis Felipe de Orleans le pidió que se quedara a vivir.
Una vez en París, muchos moderados visitaron a María Cristina. Su esposo, Agustín Fernando Muñoz, se volvió muy importante en estos encuentros políticos. Uno de los primeros en ganarse su confianza fue Juan Donoso Cortés. Él se convirtió en un gran defensor de la causa moderada. Otros que se unieron fueron Francisco Javier de Istúriz, Diego de León y Juan González de la Pezuela.
¿Cómo se preparó el levantamiento?
Cambios en la situación política
Al principio, María Cristina y su esposo no querían apoyar ni financiar un movimiento contra Espartero. No confiaban en los moderados, a quienes criticaban por no haber defendido su regencia antes. También les reprochaban no haber actuado contra los liberales y haber publicado folletos sobre el matrimonio secreto de María Cristina.
Sin embargo, la situación cambió por varias razones. Primero, la tutela de la joven reina Isabel fue entregada a Agustín Argüelles. Él no era del agrado de María Cristina. Segundo, las personas cercanas a la reina en el Palacio fueron reemplazadas por gente de confianza de Espartero. Esto dificultaba el contacto de María Cristina con sus hijas.
Tercero, la infanta Luisa Carlota quería que la reina Isabel se casara con uno de sus hijos. Esto era una amenaza para los planes de María Cristina. Por todas estas razones, María Cristina decidió financiar el levantamiento.
Los líderes del plan
El gobierno de Antonio González y González, cercano a Espartero, tuvo que enfrentar este levantamiento. Fue organizado desde París por María Cristina, con ayuda del Partido Moderado. Los generales que lo lideraron fueron Ramón María Narváez y el joven coronel Juan Prim, aunque Prim era más cercano a los progresistas. Entre los políticos implicados estaban Andrés Borrego y Antonio Alcalá Galiano.
¿Cuáles eran los objetivos del levantamiento?
Los que participaron en el levantamiento decían que la reina estaba "secuestrada" por los progresistas. Esto era a través de su tutor, Agustín de Argüelles, y de la dama de compañía que él nombró, la condesa de Espoz y Mina. En realidad, los progresistas querían controlar la educación de la reina para que fuera una "reina liberal".
El objetivo principal del levantamiento era que María Cristina regresara. Ella quería recuperar la Regencia y la tutela de la reina. Esto le permitiría controlar las decisiones políticas y económicas desde el Palacio.
Según el historiador Juan Francisco Fuentes, el levantamiento no solo era contra Espartero, sino también contra los liberales. María Cristina financió la revuelta con mucho dinero. También participaron grupos carlistas que no estaban contentos con el Convenio de Vergara. Además, contaron con el apoyo de las diputaciones forales, que no estaban de acuerdo con las decisiones del gobierno central sobre sus leyes especiales (fueros).
Muchos exmilitares carlistas también apoyaron el levantamiento. Ellos estaban descontentos porque aún no se les había reconocido su rango militar ni se les había integrado en el ejército, como se había prometido en el Abrazo de Vergara. Aunque la "cuestión carlista" no era la razón principal, sí dio apoyo social y territorial al levantamiento. Los lugares donde hubo más actividad fueron el País Vasco y Navarra.
Algunos moderados muy conservadores se aliaron con los carlistas. Incluso ofrecieron la posibilidad de que la Reina Isabel se casara con un heredero del Infante Don Carlos. Así, se unirían las dos ramas de los Borbones que estaban enfrentadas.
Para Felipe Gutiérrez Llerena, el levantamiento solo buscaba terminar con la regencia de Espartero. También quería que María Cristina recuperara la tutela de Isabel y Luisa Fernanda. Sin embargo, hubo dos escenarios diferentes. En el Palacio Real el objetivo era el control de la reina. En las provincias del norte de España (Zaragoza, Navarra, Vizcaya y Álava), se buscaba defender las leyes especiales (fueros) de esos territorios.
¿Por qué fracasó el levantamiento?
María Cristina, aunque financió la revuelta, no quería que se supiera su implicación. Quería que le garantizaran dos cosas: la protección del Palacio Real y de sus hijas, y la posibilidad de que sus hijas huyeran si el levantamiento fallaba. Temía la reacción de los liberales.
Istúriz, quien era el líder de la conspiración civil, junto con Antonio Alcalá Galiano, recibieron la mayor parte del dinero. El gobierno de Espartero se enteró de los planes en septiembre de 1841.

El 27 de septiembre, el movimiento militar fue descubierto en Pamplona. El 1 de octubre, el general Leopoldo O’Donnell consiguió el apoyo de las tropas en la ciudadela de Pamplona. Sin embargo, no logró que la ciudad proclamara a María Cristina como regente. O'Donnell bombardeó la ciudad desde la ciudadela, pero no tuvo éxito. Dos días después, salió de la ciudad buscando más voluntarios.
Más efectivo fue el levantamiento en Vitoria el 4 de octubre, liderado por el general Piquero. Después, en Vergara, el general Urbiztondo proclamó a María Cristina como regente. También se formó una "Junta Suprema de Gobierno" en su nombre.
Otras ciudades como Zaragoza y Bilbao se unieron a principios de octubre. Pero el plan falló porque se esperaba un gran levantamiento en Andalucía dirigido por Narváez, seguido de otros movimientos en Madrid.
El 7 de octubre ocurrió el hecho más importante del levantamiento. Los generales Diego de León y Manuel Gutiérrez de la Concha intentaron asaltar el Palacio Real. Querían capturar a Isabel II y a su hermana para llevarlas al País Vasco. Allí se proclamaría de nuevo la tutela y regencia de María Cristina. Sin embargo, no lograron apoderarse de las niñas. Los alabarderos de la Guardia Real, dirigidos por el coronel Domingo Dulce y Garay, resistieron con éxito. El general Diego de León se entregó, pensando que Espartero no lo ejecutaría.
La operación fue un fracaso total. El día anterior, el infante don Carlos ya había negado su participación. Ramón Cabrera tampoco había participado.
¿Qué consecuencias tuvo el levantamiento?

Muchos militares implicados, como O'Donnell y Manuel de la Concha, lograron irse al exilio. Otros, como Cayetano Carlos María Borso di Carminati, Manuel Montes de Oca y Diego de León, fueron capturados y ejecutados.
La respuesta de Espartero fue muy dura. Mandó ejecutar a los generales Manuel Montes de Oca, Borso de Carminati y Diego de León. Esto causó un gran impacto en el ejército y en la gente. La muerte del joven general Diego de León fue vista como un crimen imperdonable de Espartero. Sin embargo, esta dura respuesta no detuvo la conspiración de los moderados.
Otra consecuencia fue que en varias ciudades hubo levantamientos progresistas para evitar el pronunciamiento. Pero una vez que el levantamiento moderado fue derrotado, algunas juntas desobedecieron a Espartero. Los problemas más graves ocurrieron en Barcelona. Allí, una "Junta de Vigilancia" decidió demoler la fortaleza de la Ciudadela. Esta fortaleza había sido construida por Felipe V y era vista como un símbolo de opresión. Además, querían dar trabajo a los muchos obreros desempleados. Espartero respondió suprimiendo la Junta, desarmando a la milicia y disolviendo el ayuntamiento y la diputación de Barcelona. También hizo que la ciudad pagara la reconstrucción de los muros de la Ciudadela.
Poco después, en diciembre de 1841, se celebraron elecciones municipales. En algunas ciudades, como Barcelona, Valencia o Sevilla, el republicanismo creció mucho por primera vez. A las demandas populares, como la eliminación de impuestos y la abolición del servicio militar obligatorio, se sumaron otras. Querían la supresión de la Monarquía, la reducción del gasto militar y el reparto de tierras. Así nació un movimiento más radical, a la izquierda del Partido Progresista. Este movimiento buscaba una democracia completa, identificada con la república y el federalismo, y una sociedad más igualitaria.