Miguel Gómez Damas para niños
Datos para niños Miguel Gómez Damas |
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![]() Dibujo de Isidoro Magués
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Información personal | ||
Nacimiento | 5 de junio de 1785 Torredonjimeno (España) |
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Fallecimiento | 11 de junio de 1864 Burdeos (Francia) |
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Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar | |
Años activo | 1808-1850 | |
Mandos | Comandante general de Andalucía | |
Rango militar | General | |
Conflictos | Guerra de la Independencia Primera guerra carlista Segunda guerra carlista |
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Miguel Sancho Gómez Damas (nacido en Torredonjimeno, Jaén, el 5 de junio de 1785, y fallecido en Burdeos, Francia, el 11 de junio de 1864) fue un importante militar español. Participó en dos grandes conflictos en España, conocidos como las guerras carlistas, apoyando a un bando específico. Al final de su vida, vivió fuera de España.
Contenido
Los primeros años de Miguel Gómez (1785-1836)
Miguel Gómez Damas comenzó a estudiar Derecho en Granada. Sin embargo, dejó sus estudios en mayo de 1808. Esto ocurrió cuando el pueblo español se levantó contra la ocupación francesa.
¿Cómo empezó su carrera militar?
El 9 de junio de 1808, Miguel Gómez se unió al ejército como subteniente. Participó en la batalla de Bailén, una victoria importante para los españoles. Continuó en otras batallas hasta que fue capturado por los franceses en Castalla el 21 de julio de 1812.
Fue enviado como prisionero a Autun, en Francia. Pero logró escapar y regresó al ejército. En septiembre de 1812, ya había ascendido a capitán. Se casó en Madrid con Vicenta de Parada en 1815. Poco después, el 8 de mayo de 1816, se retiró del servicio activo.
Su vida en Jaén y sus ideas
Miguel y Vicenta se establecieron en Jaén. Allí, Miguel Gómez trabajó como administrador. Sin embargo, en 1820, un general llamado Rafael de Riego lideró un movimiento que buscaba un gobierno más abierto. Miguel Gómez, que defendía ideas más tradicionales y un gobierno con más poder para el rey, empezó a oponerse a este nuevo gobierno.
Intentó que un regimiento en Jaén se levantara, pero no lo consiguió. Por esta razón, tuvo que dejar Jaén.
Regreso al servicio y ascenso
Después de que el rey recuperara su poder en 1823, Miguel Gómez regresó a Andalucía. En Cádiz, ayudó a detener un levantamiento. Gracias a esto, fue nombrado comandante de Algeciras. Sin embargo, más tarde fue destituido de este cargo. Esto sucedió durante el tiempo en que la reina regente María Cristina de Borbón gobernaba, debido a sus ideas tradicionales.
Mientras estaba en Madrid, comenzó la Primera guerra carlista. Miguel Gómez se dirigió rápidamente a Navarra para unirse al general carlista Tomás de Zumalacárregui. Fue nombrado jefe de su equipo principal y participó en varias batallas importantes.
En 1834, acompañó a don Carlos y fue nombrado comandante general de Vizcaya. Después, pasó a ser comandante general de Guipúzcoa. Tras la acción de Guernica y la toma de Tolosa, alcanzó el rango de mariscal de campo. En 1834, recibió el título de marqués de Orbaiceta. Se dice que era rubio y tenía los ojos azules.
La Expedición de 1836: Un viaje sorprendente
Esta campaña militar es conocida como la Expedición Gómez. Bruno Villarreal, el líder del ejército carlista en el País Vasco y Navarra, organizó esta expedición. El objetivo era que Miguel Gómez fuera a Asturias y Galicia. La idea era desviar la atención del ejército contrario y dar un respiro a las tropas carlistas en otras zonas.

El plan principal era controlar Asturias, ya que se creía que allí había apoyo para un levantamiento carlista. Si tenía éxito o fracasaba en Asturias, debía ir a Galicia para intentar otro levantamiento. Sin embargo, al no lograr sus objetivos en ambas regiones, en lugar de regresar, Miguel Gómez emprendió un viaje inesperado por España.
¿Qué ciudades recorrió la expedición?
La expedición comenzó en junio de 1836. Su tropa estaba formada por unos 2700 soldados de infantería, 180 jinetes y 3 cañones. Partió de Amurrio y pasó por Riaño, Oviedo, Lugo, La Coruña y Santiago de Compostela. Desde allí, decidió ir hacia Andalucía.
Conquistó brevemente ciudades como León, Palencia, Valladolid, Sigüenza, Utiel, Albacete, Villarrobledo, Baeza, Córdoba, Pozoblanco, Almadén, Cáceres, Alcántara, Écija, Osuna, Ronda, Arcos de la Frontera, Pedro Muñoz y El Burgo de Osma. La expedición terminó en diciembre de 1836.
Desafíos y resultados de la expedición
Durante este largo recorrido, Miguel Gómez logró reunir un ejército de hasta 6000 hombres. Esto fue posible gracias a los carlistas que se unieron a él en el camino, como Ramón Cabrera. Se enfrentó a varios generales del bando contrario: venció a Tello y a López, pero fue derrotado por Espartero y por Alaix.
Además, los generales Rodil y Narváez lo persiguieron sin éxito, llegando a movilizar a casi 25.000 soldados. A pesar de sus esfuerzos, no pudo consolidar levantamientos carlistas en las ciudades que atravesaba. Esto se debía a que no podía quedarse mucho tiempo en ningún lugar, ya que las tropas enemigas lo perseguían constantemente.
Las ciudades veían pasar a Gómez en silencio, sin tomar partido. Al final, Miguel Gómez regresó al País Vasco y Navarra con 3000 soldados. Aunque no eran los mismos que habían partido, las bajas se habían cubierto con nuevos hombres, algunos voluntarios y otros obligados. A pesar de sus acciones, Gómez fue juzgado y encarcelado por sus superiores por no seguir las órdenes.
Últimos años y exilio
Después de que Rafael Maroto se rindiera en 1839, Miguel Gómez decidió irse al exilio a Francia con su esposa. Regresó a España durante la Segunda guerra carlista (1846-1849), donde fue comandante general de Andalucía. Tras el nuevo fracaso de los carlistas, volvió a su exilio en Burdeos, Francia.
El 11 de junio de 1864, Miguel Gómez escribió a la reina Isabel II. En su carta, la reconocía como reina de España y pedía ser reintegrado en el ejército con los rangos que había obtenido. Sin embargo, su solicitud fue rechazada en 1865.
Las personas que apoyaban al bando carlista en Francia ayudaban económicamente a Gómez y, después de su muerte, a su viuda. Pero cuando se enteraron de que el general había reconocido a la reina, le retiraron el apoyo económico a la viuda. Ella escribió a Isabel II en 1865, explicando su difícil situación económica y pidiendo una pensión. Al no recibir respuesta, volvió a presentar su petición.
Véase también
En inglés: Miguel Gómez Damas Facts for Kids