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Gobiernos de la Unión Liberal para niños

Enciclopedia para niños

Los gobiernos de la Unión Liberal fueron un periodo importante en el reinado de Isabel II de España. Se desarrollaron entre 1856 y 1868, después de una etapa conocida como el "bienio progresista" y antes de la crisis final de la monarquía de Isabel II. Durante la mayor parte de este tiempo, el gobierno estuvo en manos de la Unión Liberal, un partido liderado por el general Leopoldo O'Donnell. Hubo un breve periodo intermedio, entre 1856 y 1858, en el que gobernó el Partido Moderado. El "gobierno largo" de O'Donnell, que duró de 1858 a 1863, fue una época de mucha estabilidad para España.

¿Cómo nació el partido Unión Liberal?

Archivo:Leopoldo ODonnell
El general Leopoldo O'Donnell.

El partido Unión Liberal surgió de la Revolución de 1854 en España. En ese momento, algunos políticos moderados, llamados "puritanos", liderados por el general O'Donnell, se unieron a los progresistas. Su objetivo era poner fin al gobierno del Conde de San Luis, que gobernaba sin mucho apoyo del parlamento y solo con el respaldo de la reina Isabel II.

Después del triunfo de la revolución, comenzó el "bienio progresista" (1854-1856). Se formó un nuevo gobierno presidido por el general progresista Baldomero Espartero, con O'Donnell como ministro de Guerra. Este gobierno prometió convocar elecciones para unas Cortes Constituyentes, que tendrían la tarea de crear una nueva Constitución para reemplazar la de 1845.

En las elecciones de octubre, el gobierno apoyó a los candidatos de la "unión liberal", que ganaron con muchos escaños. Estos candidatos incluían a los moderados "puritanos", entre ellos un joven Antonio Cánovas del Castillo, y a los progresistas "templados", liderados por Manuel Cortina. Otra parte del Partido Progresista, los progresistas "puros", no se unieron a esta coalición y presentaron sus propios candidatos.

El siguiente paso para unir a los moderados "puritanos" y a los progresistas "templados" fue la creación del Centro Parlamentario en marzo de 1856. Este grupo fue el inicio de lo que dos años después se convertiría en la Unión Liberal. Querían formar un partido que representara a la clase media y que apoyara ideas liberales y progresistas dentro de la monarquía constitucional.

La vuelta al orden en 1856 y el primer gobierno de O'Donnell

A principios de 1856, hubo muchos problemas sociales en España: revueltas por la falta de alimentos en Castilla, huelgas en Cataluña y protestas en Valencia. El general O'Donnell aprovechó esta situación para dar un discurso en las Cortes, buscando terminar con el gobierno progresista del general Baldomero Espartero, del que él mismo era ministro de Guerra. O'Donnell afirmó que estos movimientos eran peligrosos y atacaban la propiedad y la sociedad.

Como algunos miembros de la Milicia Nacional (un grupo de ciudadanos armados) habían participado en los desórdenes, O'Donnell propuso desarmarlos y que el Ejército se encargara de mantener el orden. El ministro de Gobernación, Patricio de Escosura, viajó a Valladolid para ver la situación. A su regreso, informó a Espartero que los militares estaban siendo muy duros en la represión, juzgando y ejecutando a civiles rápidamente. Escosura sugirió a Espartero que destituyera a O'Donnell, pero Espartero no le hizo caso.

O'Donnell forzó la situación en el gobierno, enfrentándose a Escosura. La reina Isabel II apoyó a O'Donnell y aceptó la dimisión de Escosura y, poco después, la de Espartero. Así, la reina nombró a O'Donnell como nuevo presidente del gobierno el 14 de julio de 1856. Con esto, terminó el "bienio progresista". Para evitar revueltas, se declaró el estado de guerra en toda España.

El mismo día 14 de julio, un grupo de diputados se reunió en el Congreso para protestar contra el nuevo gobierno de O'Donnell. Al no ser recibidos por la reina, se quedaron en el Congreso toda la noche. O'Donnell ordenó bombardear el edificio. Los milicianos que defendían el Congreso se retiraron, y los diputados que resistieron tuvieron que abandonar el edificio.

Todos esperaban la reacción del general Espartero, pero él se negó a liderar la oposición, diciendo que pondría en peligro a la monarquía. Espartero se retiró de la política, lo que facilitó la victoria del ejército. La resistencia en Madrid terminó el 16 de julio.

La resistencia más fuerte ocurrió en Barcelona. El 18 de julio, una manifestación fue atacada por orden del capitán general Zapatero. Al día siguiente, se levantaron barricadas y hubo combates en las calles. La ciudad fue bombardeada desde el castillo de Montjuïc. La rebelión terminó el 22 de julio, con muchas víctimas civiles. La prensa pidió que se detuviera la violencia. El 31 de julio, Zaragoza, el último foco de resistencia, se rindió.

Una vez que se controlaron todas las resistencias, el gobierno de O'Donnell disolvió la Milicia Nacional, destituyó ayuntamientos y diputaciones, y controló la prensa. El 2 de septiembre de 1856, las Cortes Constituyentes fueron cerradas, y la nueva Constitución que estaban preparando no fue aprobada. En su lugar, se restableció la Constitución de 1845, con algunas modificaciones que la hacían un poco más abierta. Así terminó el bienio progresista.

Sin embargo, la reina Isabel II y otros que apoyaron a O'Donnell consideraron que sus medidas no eran suficientes. La reina exigió que se suspendiera la venta de propiedades nacionales (desamortización), a lo que O'Donnell se negó. Por esta razón, O'Donnell perdió la confianza de la reina y tuvo que renunciar el 10 de octubre, solo tres meses después de formar su gobierno. La reina nombró al general Ramón María Narváez como nuevo presidente.

El "bienio moderado" (1856-1858)

El gobierno de Narváez

Archivo:Ramon Maria Narvaez
Ramón María Narváez y Campos, por Vicente López. Museo de Bellas Artes de Valencia.

El general Ramón María Narváez formó un gobierno muy conservador, con políticos del Partido Moderado. Su objetivo era volver a la situación anterior al "bienio progresista", pero esto resultó imposible. Se decía que la propia reina, influenciada por un grupo de consejeros religiosos, le había impuesto a Narváez algunos de los miembros más conservadores de su gobierno.

Una de las primeras decisiones del nuevo gobierno fue anular las modificaciones que O'Donnell había hecho a la Constitución de 1845, restableciendo esta Constitución por completo. También se suspendió la venta de propiedades nacionales, tal como había pedido la reina, y se volvió a una legislación más estricta sobre la prensa y los ayuntamientos. Además, se restableció completamente el acuerdo con la Iglesia Católica de 1851.

Después de varios meses gobernando por decreto, Narváez convocó elecciones para el 25 de marzo de 1857. Se usaron las reglas electorales de 1846, lo que redujo el número de votantes a unas 100.000 personas. El gobierno manipuló tanto las elecciones que los moderados obtuvieron una mayoría abrumadora, dejando a los progresistas casi sin representación en el parlamento.

El Congreso de los Diputados eligió como presidente a Francisco Martínez de la Rosa, y el Senado al marqués de Viluma, ambos partidarios de ideas muy conservadoras. Esto demostró la dirección del gobierno. El 17 de julio de 1857, las Cortes aprobaron una ley que modificaba la Constitución para hacerla aún más conservadora. También se restableció una ley que permitía la censura de obras literarias.

En julio de 1857, las Cortes aprobaron una Ley de Bases que llevó a la promulgación de la Ley de Instrucción Pública, conocida como la Ley Moyano. Esta ley estableció el marco legal del sistema educativo español por más de un siglo. Permitía la creación de colegios religiosos y daba a la Iglesia católica el derecho de supervisar que las enseñanzas fueran acordes con la doctrina católica.

Durante el gobierno de Narváez y los dos gobiernos moderados que le siguieron, se terminaron grandes obras públicas como el Canal del Ebro y el Canal de Isabel II. También se impulsó la red de telégrafos y se realizó el primer censo de población de la historia de España en 1857.

En 1857, hubo una grave crisis de subsistencias debido a la escasez y el alto precio del trigo, lo que causó muchos problemas sociales, especialmente en Andalucía. El gobierno combatió esto importando cereales y, sobre todo, con represión. Las autoridades militares actuaron con dureza, y muchos sospechosos fueron ejecutados.

La caída de Narváez y los gobiernos de Armero e Istúriz

El gobierno de Narváez cayó en octubre de 1857 debido a problemas internos en la corte. La reina Isabel II quería formar un gobierno donde los ministros despacharan directamente con ella, sin un presidente. Cuando consultó esto con algunos políticos, le aconsejaron no hacerlo. Entonces, la reina destituyó a Narváez y nombró al general Francisco Armero, un político sin mucho apoyo.

El gobierno del general Armero duró solo tres meses. Fue derrotado en las Cortes por los diputados moderados. Durante este breve gobierno, el 28 de noviembre de 1857, nació el niño que se convertiría en Alfonso XII.

A Armero le sucedió el veterano político Javier Istúriz, quien pactó con los moderados para obtener su apoyo en las Cortes. Pero su gobierno solo duró seis meses debido a su oposición a la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones. Así, el gobierno de Istúriz dimitió el 30 de junio de 1858, y la reina volvió a llamar a O'Donnell al poder. Con esto, terminó el periodo de los gobiernos moderados.

El "gobierno largo" de O'Donnell (1858-1863)

Archivo:Construcción del Puente de los Franceses (Charles Clifford)
Construcción del Puente (ferroviario) de los Franceses en Madrid, Charles Clifford, 1859. Durante el "gobierno largo" de O'Donell se dio un gran impulso a la construcción de la red ferroviaria española.

El gobierno que formó O'Donnell estaba compuesto por miembros de su partido, la Unión Liberal. Su principal ideólogo fue José Posada Herrera, quien ocupó el importante cargo de ministro de Gobernación. Este gobierno fue muy exitoso y duró cuatro años y medio (desde el 30 de junio de 1858 hasta el 17 de enero de 1863), siendo uno de los más largos de la historia de España.

El gobierno de O'Donnell rápidamente revirtió las medidas conservadoras del "bienio moderado" anterior. Limpió las listas electorales de errores intencionados, nombró senadores a algunos progresistas que se unieron a la Unión Liberal, restableció completamente la Constitución de 1845 y reanudó la venta de propiedades nacionales. Sin embargo, no incluyó las propiedades de la Iglesia en esta venta para evitar problemas con los obispos y el Papa. Mantuvo la ley de prensa restrictiva, pero la aplicó de forma más flexible, permitiendo la existencia de periódicos de diferentes ideas políticas.

El 31 de octubre de 1858 se celebraron elecciones a Cortes, y la Unión Liberal obtuvo la mayoría absoluta. Esto se logró gracias a la influencia del gobierno en los votantes. Sin embargo, también se permitió que los progresistas que no se habían unido a la Unión Liberal obtuvieran un buen resultado, e incluso hubo algunos diputados demócratas y carlistas. Los moderados vieron reducida su presencia. Con esta mayoría en las Cortes, se logró una gran estabilidad política y se mantuvo a la Corona alejada de las intrigas.

Una de las tareas principales del "gobierno largo" fue modernizar y profesionalizar el Estado. Se creó el cuerpo de ingenieros de montes, se reguló la carrera fiscal y los cuerpos docentes establecidos en la Ley Moyano. También se promulgaron leyes importantes como la Ley Hipotecaria de 1861 y la del Notariado de 1862. En 1860, España contaba con unos 30.000 funcionarios civiles y 50.000 militares profesionales.

La política exterior y las expediciones de prestigio

El gobierno de O'Donnell se embarcó en varias expediciones militares en el extranjero, buscando aumentar el prestigio de España. Estas incluyeron:

  • Una amenaza a México para que pagara sus deudas.
  • Una advertencia al sultán de Marruecos.
  • La participación en una expedición francesa a Cochinchina (parte del actual Vietnam).
  • La reincorporación de Santo Domingo a la Corona Española en 1861 (que solo duraría hasta 1865).
  • Una intervención militar en Perú, conocida como la Guerra del Pacífico, iniciada en 1862.

Estas acciones buscaban más el prestigio internacional que la defensa de intereses directos de España. La Guerra de Crimea y la Guerra de Secesión en Estados Unidos abrieron una oportunidad para que España saliera de su aislamiento internacional.

Archivo:Prise de Saigon 18 Fevrier 1859 Antoine Morel-Fatio
Cuadro de Antoine Morel-Fatio sobre la captura de Saigón por las fuerzas expedicionarias francesas y españolas el 18 de febrero de 1859
  • La guerra de Cochinchina (1858-1862) implicó el envío de soldados, principalmente filipinos, desde Manila para apoyar la invasión francesa de Cochinchina. España participó porque Francia tenía mucha influencia en la política exterior española y buscaba establecer su presencia colonial en el sudeste asiático. El pretexto fue el asesinato de varios sacerdotes católicos. Las tropas francesas y españolas tomaron Saigón. La guerra terminó en 1862 con un tratado de paz entre Francia y el rey de Annam, sin participación española. Francia obtuvo territorios, mientras que España solo recibió una compensación económica y algunos derechos comerciales.
Archivo:El general Prim en la batalla de Tetuán, por Francisco Sans Cabot
El general Prim en la guerra de África, obra de Francisco Sans Cabot.
  • La guerra de África (1859-1860) fue una invasión del sultanato de Marruecos. El pretexto fue un incidente cerca de Ceuta. Los verdaderos motivos eran internos: distraer a la corte y dar oportunidades de ascenso a los militares. La guerra fue un éxito para el gobierno y generó un gran sentimiento de orgullo nacional en España.

La invasión comenzó en noviembre de 1859. El ejército español sufrió muchas bajas por enfermedades. A pesar de ello, se lograron victorias en las batallas de Los Castillejos, Tetuán y Wad Ras. La paz se firmó el 26 de abril de 1860. España recibió una indemnización económica y la concesión del territorio de Ifni, que no sería ocupado hasta mucho después.

  • La tercera expedición colonial fue a México. El gobierno mexicano había suspendido el pago de su deuda externa, lo que afectaba a Francia, Gran Bretaña y España. Estos tres países firmaron el Tratado de Londres en 1861 y organizaron una expedición militar que desembarcó en Veracruz. España envió 6.000 hombres al mando del general Prim. Cuando Napoleón III anunció que Francia quería derrocar la república mexicana, las tropas británicas y españolas se retiraron. El general Juan Prim tomó esta decisión sin consultar a Madrid, lo que fue criticado, pero la reina lo apoyó.
  • La cuarta expedición colonial fue la reincorporación de Santo Domingo a la corona española en 1861. El gobierno de Santo Domingo pidió unirse a España debido a una crisis interna y al temor de ser anexado por Haití. Sin embargo, la ocupación resultó muy costosa y no trajo la prosperidad esperada. Una insurrección en 1863 llevó a que en 1865 se anulara la reincorporación.
Archivo:Bombardeo de Valparaíso 31 marzo 1866
Grabado del bombardeo de Valparaíso, el 31 de marzo de 1866.
  • La quinta y última expedición colonial llevó a la Guerra del Pacífico, que ocurrió después de que O'Donnell dejara el poder. El conflicto comenzó cuando España envió una escuadra a las costas de Perú en 1862. Un incidente en el que murió un colono español llevó a las tropas españolas a ocupar las islas Chincha en 1864. Perú recibió el apoyo de Chile, Bolivia y Ecuador, que también se sintieron amenazados. Entre 1865 y 1866, estos cuatro países declararon la guerra a España. Las principales acciones fueron el bombardeo de Valparaíso en Chile y el combate del Callao en Perú. La escuadra española regresó a España sin un vencedor claro, y la crisis diplomática tardó dos décadas en resolverse.

Estas expediciones no lograron los objetivos de conquistas territoriales ni de incorporar a España a un papel principal en la política internacional. Además, tuvieron un costo muy alto que afectó la presencia colonial española en Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

El fin de la Unión Liberal y la caída de O'Donnell

A principios de 1860, durante la guerra de África, se descubrió una conspiración carlista que buscaba poner en el trono de España al conde de Montemolín, un pretendiente al trono. En esta conspiración estaban implicados importantes figuras de la corte, la nobleza, la Iglesia y el Ejército.

La operación, dirigida por el general Jaime Ortega, consistió en el desembarco de soldados en San Carlos de la Rápita el 2 de abril de 1860. Pero el desembarco carlista de San Carlos de la Rápita fue un fracaso total. Los soldados se negaron a luchar contra el ejército de la reina, y las sublevaciones carlistas esperadas en la península no ocurrieron. El general Ortega fue detenido y ejecutado. Los príncipes carlistas que participaron fueron liberados tras renunciar a sus derechos al trono, aunque luego se retractaron.

En junio de 1861, comenzó la sublevación campesina de Loja, que se extendió por las provincias de Granada, Málaga y Córdoba. Un veterinario de Loja, con ideas republicanas, logró movilizar a unos diez mil campesinos. Hubo disturbios, ocupación de tierras y enfrentamientos con la Guardia Civil y el Ejército. Esto puso de manifiesto la difícil situación de los trabajadores del campo en Andalucía y otras regiones.

En diciembre de 1861, el líder del Partido Progresista denunció en las Cortes la gran influencia de un grupo de consejeros religiosos sobre la reina, a quienes culpaba de influir en el gobierno de O'Donnell y de impedir que los progresistas llegaran al poder.

A partir de 1861, la Unión Liberal comenzó a debilitarse, ya que no tenía una base ideológica muy fuerte y se basaba más en intereses comunes. La firma del Tratado de Londres de 1861, que comprometía a España en la expedición a México, ya generó un debate en las Cortes, y algunos diputados de la Unión Liberal no apoyaron al gobierno. La división del partido se hizo más evidente cuando unos 80 diputados votaron en contra de una moción de confianza al gobierno. Poco a poco, figuras importantes de la Unión Liberal comenzaron a criticar el estilo de gobierno de O'Donnell.

Al mismo tiempo, surgieron denuncias de corrupción. Además, el emperador francés Napoleón III presionó para que el gobierno condenara la decisión del general Prim de retirar unilateralmente las tropas españolas de México. Todo esto provocó una crisis de gobierno a mediados de enero de 1863.

A principios de marzo de 1863, O'Donnell pidió a la reina que disolviera las Cortes para tener un parlamento más afín y acabar con las divisiones en la Unión Liberal. Pero Isabel II se negó, entre otras razones, por la oposición de O'Donnell a que la reina madre María Cristina de Borbón regresara a España. Entonces, O'Donnell presentó su dimisión, que fue aceptada. Así terminó el "gobierno largo" de la Unión Liberal. La reina nombró al marqués de Miraflores como nuevo presidente del gobierno, y el Partido Moderado volvió al poder.

Balance del periodo

El gobierno de O'Donnell trajo a España unos años de relativa paz interna, aunque con una política exterior muy activa. Durante este tiempo, el país experimentó un periodo de prosperidad económica. Se aprobaron presupuestos, algo poco común en la historia financiera española, pero el gobierno gastó mucho dinero en las expediciones coloniales y en construir cuarteles y conventos, en lugar de invertir en infraestructuras como carreteras y canales. Esto llevó a un aumento de la deuda.

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