Suerte de pinos para niños
La Suerte de pinos o derecho de suertes es una forma muy antigua de cuidar los bosques y compartir sus recursos. Es como un permiso especial que tenían los habitantes de algunas zonas para usar los árboles de forma comunitaria. Esta tradición comenzó en la Edad Media gracias a unos documentos llamados cartas pueblas. Estos documentos se daban a los pueblos de la Comarca de Pinares, en las provincias españolas de Burgos y Soria, para animar a la gente a vivir allí.
Como esta zona está muy alta (unos 1.200 metros de media) y el terreno es muy montañoso, no era bueno para cultivar cereales. Por eso, sus habitantes vivían casi solo de lo que obtenían del bosque. Para poder participar en la Suerte de pinos, las personas debían estar muy conectadas con el lugar y vivir allí. Estas reglas podían cambiar un poco según cada pueblo.
La Suerte de pinos, al repartir los recursos de forma justa entre los vecinos, ha ayudado mucho a que el bosque se conserve. En 2017, una asociación de la zona (ASOPIVA) pidió a la Unesco que la "Suerte de los pinos" fuera reconocida como Bien Inmaterial de la Humanidad. Esto significa que es una tradición cultural muy valiosa que debe protegerse.
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¿Qué es la Suerte de Pinos y dónde se practica?
La Comarca de Pinares es una gran extensión de tierra, casi 100.000 hectáreas, llena de bosques naturales. Los árboles más comunes son el pino silvestre y el pino negral. También hay zonas importantes con hayas, robles (especialmente rebollos), enebros o quejigos.
Pueblos que forman parte de esta tradición
Esta comarca incluye 23 municipios. Dieciséis de ellos están en la provincia de Soria: Salduero, Molinos de Duero, Duruelo de la Sierra, Covaleda, San Leonardo de Yagüe, Navaleno, Casarejos, Vadillo, Cabrejas del Pinar, Abejar, Vinuesa, Muriel Viejo, Muriel de la Fuente, Cubilla, Talveila y la ciudad de Soria con su "Pinar Grande".
Los otros siete municipios están en la provincia de Burgos: Palacios de la Sierra, Vilviestre del Pinar, Quintanar de la Sierra, Canicosa de la Sierra, Regumiel de la Sierra, Hontoria del Pinar y Neila. Además, algunos pueblos cercanos con pinos también podrían sumarse a esta tradición.
Un poco de historia: ¿Cuándo empezó la Suerte de Pinos?
La historia de la Suerte de pinos es muy antigua. En el año 1288, el rey Fernando III de Castilla dio una Carta Puebla a los habitantes de Duruelo de la Sierra. En este documento se reconocían los derechos de las personas que fueran a vivir al valle del río Gomiel para usar los recursos del bosque.
¿Cómo se ha mantenido a lo largo del tiempo?
Existe un documento de 1569 que cuenta un problema entre Don Juan Manrique de Lara y el pueblo de San Leonardo. Manrique de Lara quería tener el derecho a la Suerte de pinos, aunque no vivía allí, y además quería el doble de lo que le tocaba. Esto demuestra lo importante que era este derecho.
Esta tradición también aparece en el Catastro de Ensenada, un registro de propiedades de 1749. Allí se decía claramente que los beneficios del bosque se repartían por igual entre todos los vecinos. Más tarde, en 1792, el rey Carlos IV firmó un documento especial para los pueblos de Burgos: Canicosa, Regumiel y Vilviestre del Pinar, confirmando sus derechos.
En los pueblos de Soria, el reparto de los pinos entre los vecinos se reguló con unas Órdenes Reales en 1901. La del 20 de agosto de 1901 dio a cinco pueblos (San Leonardo, Navaleno, Casarejos, Vadillo y Covaleda) el derecho a recibir y repartir un número específico de pinos. Para los demás pueblos, la Orden Real del 30 de septiembre de 1901 limitó el uso de la madera. Solo podían usar la cantidad que necesitaran para sus propias casas y para el municipio.