Batalla de Stalingrado para niños
Datos para niños Batalla de Stalingrado |
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Batalla del Cáucaso Parte de Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial |
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![]() En el sentido de las agujas del reloj desde la parte superior izquierda:
Cañón de campaña M1942 (ZiS-3) 76 mm usado por el Ejército Rojo soviético. Tropas soviéticas luchando en un taller destruido. Prisioneros de guerra del Eje (alemanes, italianos, rumanos, húngaros). Soldados soviéticos luchando en el tejado de una casa. Ju 87 de la Luftwaffe alemana después de un bombardeo en picado. Sturmgeschütz III, utilizado por la Wehrmacht alemana. |
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Fecha | 17 de julio de 1942 - 2 de febrero de 1943 (200 días) | |||
Lugar | ![]() |
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Coordenadas | 48°42′00″N 44°31′00″E / 48.7, 44.516666666667 | |||
Resultado | Decisiva victoria soviética | |||
Consecuencias |
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La Batalla de Stalingrado fue un enfrentamiento muy importante entre el Ejército Rojo de la Unión Soviética y las fuerzas armadas de Alemania nazi (llamadas Wehrmacht) y sus aliados. Ocurrió en la ciudad soviética de Stalingrado, hoy conocida como Volgogrado, desde el 23 de agosto de 1942 hasta el 2 de febrero de 1943. Esta batalla fue parte de la Segunda Guerra Mundial y de la Operación Barbarroja, que fue la invasión alemana a la Unión Soviética.
Se calcula que más de dos millones de personas, entre soldados y civiles, perdieron la vida en esta batalla, lo que la convierte en una de las más grandes y difíciles de la historia. La derrota de Alemania y sus aliados en Stalingrado fue un momento clave en la guerra. Marcó el inicio del fin para las fuerzas alemanas en Europa, ya que la Wehrmacht no pudo recuperar su fuerza ofensiva ni lograr victorias importantes en el Frente Oriental después de esto. Desde entonces, las fuerzas alemanas comenzaron a retroceder hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945.
La ofensiva alemana para tomar Stalingrado comenzó el 17 de julio de 1942, como parte de la Operación Azul. El objetivo era controlar los pozos petrolíferos del Cáucaso. A principios de agosto, el 6.º Ejército alemán, con el apoyo del 4.º Ejército Panzer, cruzó el río Don y llegó a Stalingrado. El 23 de agosto, un gran bombardeo aéreo destruyó gran parte de la ciudad. Las tropas del 6.º Ejército comenzaron a entrar en la ciudad, lo que llevó a combates muy intensos, calle por calle y casa por casa. A pesar de controlar la mayor parte de la ciudad, las fuerzas alemanas no lograron vencer a los últimos defensores soviéticos que se mantenían firmes en la orilla oeste del río Volga.
El general soviético Gueorgui Zhúkov usó una estrategia para desgastar a los alemanes. Mientras tanto, reunió más soldados y armas para una contraofensiva llamada Operación Urano. Esta operación comenzó el 19 de noviembre de 1942. Atacó los flancos de los ejércitos aliados de Alemania en el Don, rodeando al 6.º Ejército alemán del general Friedrich Paulus y parte del 4.º Ejército Panzer dentro de Stalingrado. Unos 330.000 soldados alemanes quedaron atrapados y aislados. Aunque más de 42.000 fueron evacuados por heridas, el resto sufrió hambre y frío. Los intentos del general Erich von Manstein de romper el cerco fallaron. Las promesas de los líderes alemanes de enviar suministros por aire no se cumplieron. Finalmente, el general Paulus, desobedeciendo las órdenes de su líder, rindió su 6.º Ejército en febrero de 1943.
La derrota alemana en Stalingrado demostró que sus fuerzas no tenían suficiente capacidad para mantener una ofensiva tan grande. Esto se confirmó poco después con otra derrota en la batalla de Kursk. Este fracaso militar hizo que muchos oficiales alemanes pensaran que su líder estaba llevando a Alemania a un desastre.
Para reconocer el valor de sus habitantes, la ciudad de Stalingrado recibió el título de Ciudad Heroica en 1945.
Contenido
¿Por qué fue importante Stalingrado?
El camino a la batalla
En 1941, Alemania invadió la Unión Soviética. Los líderes alemanes pensaban que el país soviético era débil y que sus habitantes se opondrían a su gobierno. Sin embargo, la guerra no salió como esperaban. Ciudades como Leningrado y Sebastopol resistieron los ataques, y la ofensiva contra Moscú fracasó.
Los alemanes se encontraron con una fuerte resistencia soviética. El Alto Mando soviético había logrado reunir muchas tropas de reserva, incluyendo divisiones de Siberia, para lanzar una gran contraofensiva. Los invasores se dieron cuenta de que las fuerzas enemigas parecían no tener fin.
Después de no poder tomar Moscú, el líder alemán decidió ir hacia los pozos de petróleo del Cáucaso. El petróleo era vital para continuar la guerra y debilitar al enemigo. La Operación Azul tenía como meta tomar puntos clave en el Volga y luego avanzar hacia el Cáucaso.
El avance hacia el río Don
El 5 de abril de 1942, el líder alemán dio la orden para una nueva gran ofensiva en el sur de Rusia. El objetivo era conquistar las zonas de los ríos Don y Volga, destruir las importantes industrias de Stalingrado y luego ir por los pozos de petróleo del Cáucaso. Esta operación involucró a más de un millón de soldados alemanes y unos 600.000 soldados de Rumanía, Italia y Hungría.
La operación se retrasó por la fuerte resistencia soviética en el asedio de Sebastopol y por otras batallas. Sin embargo, algunos éxitos alemanes ayudaron al inicio de la Operación Azul.
El 10 de mayo, el general Friedrich Paulus, al mando del 6.º Ejército Alemán, presentó un plan. Pero el mariscal soviético Semión Timoshenko se adelantó y lanzó una contraofensiva el 12 de mayo para liberar Járkov. A pesar de la gran cantidad de soldados y tanques soviéticos, la llegada del 1.º Ejército Panzer alemán ayudó a revertir la situación. Unos 240.000 soldados soviéticos fueron rodeados y capturados.
El 1 de junio, se presentaron los planes finales de la Operación Azul. El 6.º Ejército de Paulus y el 4.º Ejército Panzer de Hermann Hoth debían limpiar Vorónezh y luego ir a Stalingrado. Su misión era destruir las industrias y proteger las refinerías de petróleo del Cáucaso desde el norte.
Se prohibió escribir las órdenes de la Operación Azul; todo se comunicaba de forma verbal. El 10 de junio, las fuerzas alemanas comenzaron a avanzar. Sin embargo, el 19 de junio, un avión alemán con documentos sobre la operación fue derribado y los papeles cayeron en manos soviéticas. El líder soviético, Iósif Stalin, pensó que eran falsos y que el objetivo principal seguía siendo Moscú.
Para el 26 de junio, las fuerzas alemanas habían empujado al ejército soviético hasta las orillas del río Oskol. En Sebastopol, el 11.º Ejército alemán tomó la fortaleza después de meses de resistencia soviética.
La Operación Azul en acción
El 28 de junio, comenzó la ofensiva alemana hacia Vorónezh. Las fuerzas soviéticas ofrecieron poca resistencia al principio y se retiraron hacia el este. El avance inicial del 6.º Ejército fue un éxito. El 5 de julio, las tropas alemanas llegaron al río Don cerca de Vorónezh. El líder alemán ordenó detener el ataque en Vorónezh y seguir hacia el sur. Sin embargo, las tropas alemanas ya estaban en combate y no pudieron retirarse.
El 7 de julio, el 4.º Ejército Panzer capturó Vorónezh. Esto dividió las fuerzas alemanas. El 9 de julio, el líder alemán ordenó al 4.º Ejército Panzer ir hacia el Don y el Volga. Pero los soviéticos contraatacaron fuertemente hasta el 13 de julio. Estos retrasos permitieron al mariscal Semión Timoshenko reforzar las defensas del Don, evitando que Stalingrado fuera tomada rápidamente.
El líder alemán dividió sus fuerzas en dos grupos, sin considerar la escasez de combustible. El Grupo de Ejércitos A debía seguir hacia el Cáucaso, y el Grupo de Ejércitos B, con el 6.º Ejército y el 4.º Ejército Panzer, se dirigió hacia el Don y el Volga.
El 15 de julio, el líder alemán despidió al comandante del Grupo de Ejércitos Sur por los lentos avances y los contraataques soviéticos. El 4.º Ejército Panzer se dirigió al sur para unirse al Grupo de Ejércitos A, pero un gran atasco de vehículos causó un retraso de al menos una semana. A pesar de esto, la ciudad de Rostov fue retomada el 23 de julio.
"¡Ni un paso atrás!"
Iósif Stalin sabía que Rostov caería pronto. Por eso, el 19 de julio, ordenó que Stalingrado se preparara para una resistencia total. No se permitió a los civiles salir de la ciudad, para motivar a los soldados. Sin embargo, los trabajadores especializados de las fábricas de armas fueron enviados a los Urales.
El 17 de julio, el 6.º Ejército alemán comenzó su ofensiva hacia el Don. El general Vasili Chuikov llegó al frente de Stalingrado para tomar el mando del 64.º Ejército soviético. Sus tropas tenían la moral baja y fueron obligadas a cruzar el río Don. La llegada de la aviación soviética ayudó a aliviar la presión.
A mediados de julio de 1942, los alemanes habían empujado a las tropas soviéticas hacia el río Don. Los ríos Don y Volga estaban a solo 65 km de distancia. Los alemanes dejaron sus depósitos de suministros lejos, lo que les causaría problemas después. Pidieron a sus aliados italianos, húngaros y rumanos que protegieran sus flancos.
El 22 de julio, las tropas alemanas cruzaron el río Don. Al día siguiente, el líder alemán firmó una nueva orden para atacar Stalingrado y el Cáucaso al mismo tiempo. La toma de Stalingrado se volvió muy importante por su nombre, que era el del líder soviético. El líder alemán quería eliminar a la población masculina y deportar a mujeres y niños, considerándolos "peligrosos". Esta expansión de objetivos fue un factor clave en el fracaso alemán.
El 24 de julio, el 6.º Ejército alemán cruzó el río Don al oeste de Stalingrado. Al día siguiente, se encontraron con una fuerte resistencia soviética. Los alemanes sufrieron muchas pérdidas.
Ante el avance alemán, Stalin emitió la Orden 227 el 28 de julio, que prohibía a sus tropas retroceder. Se establecieron unidades en la retaguardia para aplicar castigos severos a quienes se retiraran. La frase "¡Ni un paso atrás!" se convirtió en el lema de la resistencia soviética. Al día siguiente, las fuerzas alemanas continuaron su avance, pero sufrieron muchas bajas.
El líder alemán, confiado en la debilidad del Ejército Rojo, ordenó la captura inmediata de los pozos de petróleo del Cáucaso. Sin embargo, las tropas alemanas estaban agotadas y con pocos suministros. El 9 de agosto, el primer yacimiento de petróleo en Maikop fue tomado, pero estaba destruido. Los principales yacimientos de Bakú estaban muy lejos. El líder alemán comenzó a centrar su atención en Stalingrado.
El fracaso en el Cáucaso hizo que el líder alemán cambiara sus planes. Pensó que si conquistaba Stalingrado, podría compensar su derrota estratégica. El 3 de septiembre, las fuerzas alemanas reanudaron su marcha hacia el sur de Rusia, pero estaban agotadas y no pudieron avanzar más. El 7 de septiembre, el líder alemán se dio cuenta de la situación y al día siguiente, asumió personalmente el mando de sus tropas en el Cáucaso.
El avance hacia el río Volga
A principios de agosto, el líder alemán, molesto por el lento avance del general Paulus en el Don, ordenó al 4.º Ejército Panzer de Hermann Hoth que regresara a Stalingrado para apoyar al 6.º Ejército. El general Hoth estaba preocupado por las pocas reservas de combustible. El 8 de agosto, las fuerzas alemanas cercaron a las tropas soviéticas al oeste de Kalach, a 60 km de Stalingrado.
Para el 10 de agosto, unidades del 6.º Ejército alemán llegaron a Stalingrado. Al día siguiente, el 6.º Ejército alemán venció a las tropas soviéticas que defendían el río Don. Los alemanes hicieron muchos prisioneros. Los restos del ejército soviético cruzaron el Don hacia los suburbios de la ciudad. El general soviético fue reemplazado. El camino a Stalingrado estaba abierto para las fuerzas alemanas, pero aún quedaban focos de resistencia. El 13 de agosto, Stalin nombró a Andréi Yeriómenko comandante del Frente de Stalingrado.
El 19 de agosto, el general Paulus ordenó al 6.º Ejército alemán atacar Stalingrado. El frente ruso que defendía la ciudad tenía 80 km de largo. El 22 de agosto, los últimos focos de resistencia soviéticos fueron derrotados en Kalach. Las fuerzas alemanas abrieron una brecha para llegar a la orilla del Volga.
El 23 de agosto, Stalingrado sufrió su primer gran bombardeo aéreo. Unos 600 aviones lanzaron cerca de 2000 toneladas de bombas, matando a unos 40.000 civiles y soldados. La Luftwaffe perdió noventa aviones. Ese mismo día, la vanguardia del 6.º Ejército alemán llegó al Volga. Los soldados estaban emocionados, esperando una rápida caída de la ciudad.
Por el sur, el avance de Hoth era más lento, ya que Yeriómenko había concentrado sus fuerzas contra el 4.º Ejército Panzer. Además, el líder alemán le había quitado a Hoth un cuerpo blindado para el 6.º Ejército.
Los alemanes llegan a Stalingrado
El 24 de agosto, unidades alemanas avanzaron por los suburbios industriales de Spartakovka, al noroeste de Stalingrado. Se encontraron con una dura lucha contra las tropas soviéticas, que usaban tanques nuevos y contaban con la ayuda de ciudadanos armados. Los alemanes atacaron el ferrocarril y su artillería dominaba el Volga. La aviación alemana continuó bombardeando la ciudad.
Los soviéticos lanzaron una contraofensiva inesperada en el norte de la ciudad, obligando a los alemanes a desviar tropas. Otros dos ejércitos soviéticos frescos atacaron desde el sur, ralentizando el avance alemán.
El general Paulus, al mando del 6.º Ejército, llegó a los suburbios de Stalingrado el 1 de septiembre con solo una tercera parte de su infantería y poco apoyo mecanizado. La ciudad era defendida por unos 56.000 soldados. Las tropas soviéticas construyeron defensas en las ruinas de la ciudad. El 2 de septiembre, el 6.º Ejército alemán y el 4.ª Panzerarmee llegaron a las colinas que dominaban Stalingrado, cortando las comunicaciones terrestres. La guarnición solo podía recibir suministros por el Volga. El comandante soviético, Lopatin, pidió permiso para retirarse, pero Stalin se negó y lo reemplazó por el general Chuikov.
El 3 de septiembre, el 4.º Ejército Panzer llegó al círculo defensivo soviético. Los dos ejércitos rusos se reagruparon dentro de la ciudad. A partir de entonces, los combates fueron muy duros, casa por casa. Los soviéticos usaron alcantarillas y túneles subterráneos para recibir refuerzos desde el Volga.
Los alemanes sufrieron muchas bajas al entrar en Stalingrado. Los francotiradores y grupos de asalto soviéticos los detuvieron. Los refuerzos soviéticos cruzaban el Volga bajo constantes bombardeos. Todo el 6.º Ejército y parte del 4.º Ejército Panzer se vieron envueltos en una lucha urbana. Estas tropas no sabían que el Ejército Rojo preparaba una gran ofensiva.
Stalin insistía en que Stalingrado no debía caer, porque si lo hacía, el sur del país quedaría aislado y se perdería el petróleo. Las ofensivas soviéticas en Kotluban en agosto y septiembre ayudaron a aliviar la presión en el norte de la ciudad.
La ciudad como fortaleza
Stalingrado era una ciudad de 600.000 habitantes. Estaba construida a lo largo de la orilla derecha del río Volga. Tenía tres zonas principales: al norte, el barrio obrero con grandes fábricas (de tractores, artillería y acero) que se convirtieron en fortalezas naturales; en el centro, la estación de tren; y al sur, un gran elevador de granos. La colina Mamáyev Kurgán era un lugar estratégico que permitía bombardear tanto el barrio obrero como el centro.
La defensa de la ciudad fue asignada al Ejército 62, bajo el mando del general Vassili Chuikov. Sus trece divisiones, brigadas y regimientos fueron ubicados estratégicamente para resistir y evitar que los alemanes tomaran la ciudad por completo, mientras las tropas soviéticas se preparaban para una contraofensiva.
La ciudad era un importante centro industrial y ferroviario, conectando Moscú, el mar Negro y el Cáucaso. También tenía un puerto fluvial en el Volga. La ciudad se extendía unos 24 kilómetros a lo largo de la orilla occidental del Volga, pero era estrecha. No había puentes, solo barcazas para cruzar el río. El clima en la zona es muy extremo, con inviernos tan fríos que el Volga se congela.
La llegada de Zhúkov y Chuikov
El mariscal Gueorgui Zhúkov, segundo al mando después de Stalin, llegó a Stalingrado el 29 de agosto. Zhúkov calculó que para noviembre de 1942, la situación de las fuerzas cambiaría a favor de la Unión Soviética. Las fábricas se habían trasladado al este y producían armas en masa. Las tropas alemanas estaban desgastadas y sus flancos eran vulnerables. El área entre los ríos Don y Volga ofrecía una oportunidad para una contraofensiva. Pero para que esto funcionara, Stalingrado debía resistir hasta noviembre.
El 12 de septiembre, Vasili Chuikov, un general fuerte y decidido, asumió el mando del 62.º Ejército en la ciudad. Cuando le preguntaron cuál era su misión, Chuikov respondió: "Defender la ciudad o morir en el intento".
Chuikov encontró a sus tropas con pocos hombres y tanques, y defensas débiles. Reforzó las defensas antiaéreas (con mujeres militares) y fortificó lugares clave como la colina de Mamáyev Kurgán y el barranco del río Tsaritsa. También movió la mayor parte de su artillería a la orilla oriental del Volga y promovió el uso de francotiradores, como el famoso Vasili Záitsev.
El asalto alemán

El mismo día que Chuikov tomó el mando, el general Friedrich Paulus se reunió con el líder alemán, quien quería saber cuándo caería la ciudad. Paulus estaba preocupado por los flancos de su 6.º Ejército, que estaban protegidos por ejércitos aliados con armamento ligero. El líder alemán restó importancia a esta debilidad, creyendo que el frente soviético estaba a punto de colapsar.
El 13 de septiembre, el 6.º Ejército alemán de Paulus lanzó su primer ataque masivo para conquistar Stalingrado. Las divisiones de infantería avanzaron por el centro para tomar la estación de tren y la colina Mamáyev Kurgán. Otras divisiones atacaron los suburbios. Las tropas soviéticas se replegaron hacia la orilla del Volga. Los alemanes no lograron su objetivo de conquistar la ciudad, pero entraron en los suburbios.
El 14 de septiembre, las tropas alemanas tomaron la estratégica colina Mamáyev Kurgán y avanzaron hacia la estación de tren. Chuikov envió refuerzos para defender la zona central. Entre el 14 y el 16 de septiembre, la estación cambió de manos quince veces. Las tropas soviéticas recuperaron la colina. Los alemanes sufrieron 8.000 bajas ese día, y los soviéticos 2.000. Los alemanes no pudieron conquistar la colina Mamáyev Kurgán, que se convirtió en una zona de nadie.
Las bajas alemanas aumentaron mucho debido a su falta de experiencia en combate urbano. Aunque las pérdidas soviéticas eran mayores, los recursos humanos alemanes disminuían rápidamente. Los destacamentos alemanes en el combate callejero a menudo perdían entre el 50% y el 70% de sus hombres.
A mediados de septiembre, ocho de las veinte divisiones del 6.º Ejército alemán luchaban dentro de la ciudad. Los soviéticos seguían enviando refuerzos desde Siberia y Mongolia. El general Friedrich Paulus, bajo mucha presión, desarrolló un tic nervioso.
El líder alemán, que no quería la guerra de guerrillas en otras ciudades, ahora ordenaba la conquista de Stalingrado bajo esa premisa. Esto significaba una lucha calle por calle, casa por casa, un tipo de combate para el que las fuerzas alemanas no estaban preparadas.
La "guerra de ratas"
En este campo de batalla, los alemanes estaban bajo constante tensión. Los soldados soviéticos eran expertos en camuflaje y emboscadas. La noche no ofrecía descanso, ya que los defensores atacaban de noche, evitando los bombarderos alemanes. Los francotiradores soviéticos, usando las ruinas como refugio, causaron grandes daños. El famoso francotirador Vasili Záitsev eliminó a muchos soldados y oficiales enemigos.
Vasili Chuikov ordenó que la artillería se trasladara a la orilla oriental del Volga para atacar las líneas de comunicación alemanas. Solo los Katiusha se quedaron en Stalingrado, escondidos en el banco de arena del Volga.
Las medidas de Chuikov a veces eran muy duras. Por ejemplo, enviaba a miles de soldados sin experiencia a tomar trincheras alemanas, lo que causaba muchas bajas. Pronto, la ciudad se llenó de un olor desagradable por los cuerpos de ambos bandos bajo los escombros.
A pesar de la iniciativa, el ejército alemán tuvo grandes dificultades para conquistar una ciudad que, al estar tan bombardeada, ofrecía condiciones ideales para una defensa calle por calle. Los ataques combinados de infantería y tanques eran inútiles en el caos de la lucha urbana. La artillería pesada tampoco servía, ya que no se podía atacar una casa enemiga sin dañar a las tropas propias. Hubo casos famosos como la Casa de Pávlov, donde el control de los pisos cambiaba constantemente.
El 17 de septiembre, varias divisiones soviéticas impidieron que la 24.ª división alemana entrara al centro de la ciudad. Al día siguiente, la batalla se ralentizó debido a un ataque soviético desde el norte, que obligó a los alemanes a mover tropas. En el sur de Stalingrado, la zona más vulnerable, las divisiones alemanas hicieron retroceder a las fuerzas soviéticas.
La batalla por la estación central y la colina Mamáyev Kurgán duró más de dos meses. Las banderas de ambos bandos ondearon alternadamente, ya que si los alemanes controlaban la colina, su artillería dominaría el Volga.
El 19 de septiembre, los soviéticos lanzaron otra ofensiva. La aviación alemana respondió con muchos bombarderos. La ofensiva fue rechazada. Las tropas soviéticas lograron hacer retroceder a los alemanes en la colina Mamáyev Kurgán, pero no lo suficiente. Los alemanes lograron penetrar las líneas de defensa en el centro y sur de la ciudad, llegando al embarcadero principal, vital para los suministros soviéticos.
La lucha por las fábricas
La forma de luchar de los alemanes se basaba en la coordinación de infantería, ingenieros, artillería y bombarderos. Los soldados soviéticos, para contrarrestar esto, se acercaban mucho a las posiciones enemigas. Así, la artillería y los aviones alemanes no podían atacar sin riesgo de dañar a sus propias tropas. A menudo, solo una pared o un piso separaba a los combatientes. La lucha se libraba con rifles, granadas, bayonetas y cuchillos. Cada calle, fábrica, casa, sótano o escalera era un campo de batalla. Los edificios importantes tenían nombres como Casa de Pávlov o Fábrica Octubre Rojo. Los soviéticos contraatacaban constantemente para recuperar lo perdido. Los alemanes llamaron a este tipo de lucha "guerra de ratas".
El 21 de septiembre, los alemanes ocuparon las orillas del Río Tsaritsa y llevaron su artillería cerca del muelle principal. El general Chuikov tuvo que mover su cuartel general. La zona central de la ciudad estaba estancada. Los soviéticos aún podían traer refuerzos usando transbordadores y túneles subterráneos.
El 23 de septiembre, las divisiones soviéticas contraatacaron para evitar que las fuerzas alemanas tomaran el control de la orilla occidental del río Volga. El 25 de septiembre, la resistencia en el sur de la ciudad casi había desaparecido. Los soviéticos aún controlaban la mitad del centro, la colina y el barrio industrial al norte.
Paulus, con el sur y el centro controlados, se centró en la zona fabril del norte y la colina Mamáyev Kurgán. El 27 de septiembre, lanzó una gran ofensiva. Los alemanes observaron cómo los civiles que huían eran atacados por sus propios soldados. Una división alemana tomó la "Casa de los Especialistas" y disparó contra las lanchas que traían soldados por el Volga. La aviación y artillería alemana hundían las barcazas. La batalla por la colina Mamáyev Kurgán se volvió muy intensa.
El 30 de septiembre, el líder alemán afirmó que Stalingrado había sido conquistada. Para Stalin y el líder alemán, la batalla de Stalingrado se había convertido en un símbolo vital para la moral de sus tropas.
La ofensiva alemana en las zonas industriales
Las batallas por las fábricas de Krasny Oktiabr, de Tractores y de artillería Barricadas se hicieron famosas. Mientras los soldados soviéticos defendían sus posiciones, los trabajadores de las fábricas reparaban tanques y armas cerca del campo de batalla. La lucha en las empresas era muy cercana, con armas blancas y cuerpo a cuerpo. Los alemanes intentaron desmoralizar a los soviéticos con altavoces.
El 29 de septiembre, los alemanes atacaron la zona de Orlovka, al norte del barrio industrial. Para el 30 de septiembre, la mayor parte de esta zona había sido tomada. Los soviéticos lanzaron ataques en el flanco sur para aliviar la presión.
El 4 de octubre, Paulus lanzó su cuarta y mayor ofensiva para tomar la ciudad, con el objetivo de capturar las tres grandes fábricas. El líder alemán había fijado el 14 de octubre como fecha límite. Al día siguiente, la aviación alemana realizó dos mil bombardeos sobre el barrio industrial.
El 7 de octubre, los soviéticos intentaron un contraataque en el barrio industrial con pocos resultados. Dos divisiones alemanas avanzaron, acercándose a la fábrica de tractores.
En ese momento, Paulus tenía 90.000 soldados, 300 tanques, 1.000 aviones y 2.000 piezas de artillería. Chuikov, dentro de la ciudad, tenía 55.000 combatientes, 950 piezas de artillería, 80 tanques y 500 morteros. El plan soviético era concentrar la mayor cantidad de tropas en el barrio industrial para defender la fábrica de tractores.
Una nueva ofensiva alemana
El 14 de octubre, Paulus lanzó una nueva ofensiva con 30.000 soldados de reserva. Las tropas alemanas entraron en la fábrica de tractores. Un contraataque soviético fracasó. La fábrica de tractores fue rodeada y tomada, aislando a tres divisiones soviéticas. El líder alemán ordenó a Paulus que sus tropas mantuvieran las líneas a toda costa.
El 15 de octubre, las tropas alemanas llegaron a la orilla del río Volga, dividiendo al 62.º Ejército por la mitad. El cuartel general soviético pidió refuerzos. Al día siguiente, llegaron refuerzos que cruzaron el río y se pusieron en acción, rechazando a los alemanes.
El 17 de octubre, los alemanes lograron entrar en la fábrica Barrikady. Al atardecer del 18 de octubre, llegaron a los muros occidentales de la fábrica. Los soviéticos se replegaron dentro de la fábrica, con el río a sus espaldas. Los alemanes esperaban tomar la fábrica Barrikady, pero la resistencia soviética continuó. El Ejército Rojo atacó los flancos norte y sur para aliviar la presión sobre Stalingrado.
Al finalizar el mes, las tropas soviéticas de Chuikov solo controlaban las ruinas de dos fábricas al norte y una franja de 2 km de la ribera del Volga, por donde recibían refuerzos y suministros. Durante este mes, las fuerzas alemanas perdieron 400 tanques y 40.000 soldados.
La 13.º División de Fusileros de la Guardia de Aleksandr Rodímtsev, que había sido clave para evitar el colapso soviético, sufrió muchas bajas. Los pocos supervivientes fueron trasladados a la orilla del Volga.
En noviembre, el río Volga comenzó a congelarse, dificultando los suministros. Paulus se propuso tomar la fábrica química al sur de la siderurgia Octubre Rojo. El 9 de noviembre, la temperatura bajó a 18 grados bajo cero y cayeron las primeras nevadas. De noche, los grupos enfrentados hacían treguas temporales para retirar heridos y, a veces, intercambiar suministros. Si eran descubiertos, eran castigados severamente. De día, la lucha se reanudaba sin piedad.
El último ataque alemán
El 11 de noviembre, las tropas alemanas lanzaron su mayor ataque, usando cinco divisiones en un frente de 500 metros. Lograron llegar al Volga cerca de la fábrica Octubre Rojo. Capturaron parte de la fábrica Barrikady y rodearon a la 138.ª División de Fusileros, cortando su conexión con el 62.º Ejército. Esta división, conocida como la "isla de Liudnikov", se mantuvo en un pequeño tramo de territorio por más de dos meses, resistiendo feroces ataques alemanes.
El 17 de noviembre, en Berchtesgaden, el líder alemán pidió a sus comandantes que conquistaran las fábricas. Al día siguiente, las tropas alemanas tomaron la fábrica de tractores y gran parte de la fábrica Barrikady. Chuikov informó que el 62.º Ejército solo controlaba una décima parte de la ciudad y se quedaba sin municiones y víveres. Sin embargo, los alemanes también tenían pocas reservas y estaban afectados por la resistencia soviética y las promesas incumplidas de sus líderes.
Después de tres meses de combates, los alemanes habían capturado casi toda la ciudad en ruinas, pero las fuerzas soviéticas seguían resistiendo en tres pequeños focos. Los témpanos de hielo en el Volga impedían el abastecimiento. La lucha continuaba en la colina Mamáyev Kurgán, la fábrica Octubre Rojo y un sector estrecho en la fábrica Barrikady.
Hasta el 20 de noviembre, el 6.º Ejército alemán había perdido 76.184 hombres, y el 4.º Ejército Panzer 21.489. El 19 de noviembre, el Ejército Rojo lanzó una contraofensiva llamada Operación Urano. Con más de un millón de soldados, artillería, tanques y aviones, atacaron desde los flancos norte y sur, rodeando por completo a las tropas de Paulus.
La contraofensiva soviética
La «Operación Urano»
El 2 de noviembre, el alto mando del Ejército Rojo preparó la Operación Urano para empujar a los alemanes hacia el oeste y rodear al 6.º Ejército alemán en Stalingrado.
El líder alemán siguió ignorando los informes sobre la ofensiva soviética. El 8 de noviembre, en una conferencia, afirmó que el puerto fluvial de Stalingrado estaba casi en manos alemanas y que "ninguna fuerza humana podrá arrancarnos de allá". La conquista de la ciudad se había convertido en un símbolo político.
El 19 de noviembre de 1942, el Ejército Rojo de Zhukov, con más de un millón de soldados, artillería, tanques y aviones, lanzó la esperada contraofensiva. A las 07:20 horas, un bombardeo de artillería masivo cayó sobre las líneas enemigas más débiles, defendidas por tropas rumanas con poco armamento antitanque. Después de una hora, los soldados soviéticos avanzaron.
Los rumanos intentaron resistir, pero fueron arrollados por los tanques T-34. Los combates en la ciudad de Stalingrado no se detuvieron. La aviación alemana intentó dar apoyo, pero el avance soviético era imparable.
El ataque desde el sur, aunque más débil, también funcionó. Las columnas soviéticas avanzaron sin grandes problemas. El objetivo era el pueblo de Kalach y su puente, donde los alemanes no tenían fuerzas para enfrentar la amenaza. Si los soviéticos lograban su objetivo, el 6.º Ejército de Paulus y parte del 4.º Ejército Panzer quedarían atrapados en Stalingrado.
El "Caldero"
El 20 de noviembre, las fuerzas soviéticas continuaron su avance, rompiendo las líneas alemanas. El 21.º Ejército soviético avanzó, acabando con la resistencia. Desde el sur, los ejércitos soviéticos avanzaron hacia Kalach.
Durante la maniobra de cerco, las fuerzas soviéticas avanzaron desde el norte y el sur hacia Kalach para rodear a los alemanes. Paulus tuvo que mover su cuartel general. El alto mando alemán propuso retirar al 6.º Ejército de Stalingrado para evitar el cerco, pero el líder alemán se negó y exigió a Paulus que se mantuviera en la ciudad. El 21 de noviembre, el 4.º Ejército rumano fue vencido por las tropas soviéticas, haciendo 65.000 prisioneros.
El líder alemán creía que la situación no estaba perdida y confiaba en repetir un éxito anterior, donde un gran número de soldados alemanes resistieron un cerco con ayuda aérea. El jefe de la aviación alemana, Hermann Göring, prometió que sus aviones podrían abastecer a las tropas desde el aire. Sin embargo, el mal tiempo con tormentas de nieve impedía los vuelos. Paulus envió un mensaje al líder alemán pidiendo libertad de acción debido a la falta de municiones y combustible.
El 23 de noviembre, unidades soviéticas se unieron cerca de la granja Sovietski, completando el cerco de las fuerzas alemanas en Stalingrado. Unas 22 divisiones, unos 330.000 hombres, quedaron atrapados. El 24 de noviembre, Stalingrado estaba bajo asedio soviético. Una división alemana intentó escapar sin autorización, pero fue aniquilada.
El líder alemán ordenó al 6.º Ejército y otras unidades que permanecieran en Stalingrado. Paulus informó que podía resistir, pero con muchas bajas y pérdidas de material. El jefe de la aviación alemana prometió llevar 500 toneladas diarias de suministros, pero los aviones apenas lograron llevar 130 toneladas en tres días debido al mal tiempo. Los soviéticos atacaron la principal base aérea de suministros, dificultando aún más el abastecimiento. El líder alemán, obsesionado, dijo que si Paulus salía de Stalingrado, nunca volverían a tomar la ciudad.
A principios de diciembre, aparecieron las primeras bajas por inanición. A pesar de todo, los alemanes intentaron mantener la disciplina.
En Stalingrado, el "Caldero", los alemanes sufrieron un largo asedio con escasez de agua y alimentos, enfermedades y el olor a descomposición. Unos 330.000 soldados quedaron atrapados con la orden de no retroceder ni rendirse. A pesar de la promesa de abastecimiento aéreo, la llegada de recursos fue casi imposible.
Los alemanes usaron el aeródromo de Pitomnik, pero estaba bajo continuos ataques soviéticos. Los aviones que llegaban con suministros partían de inmediato evacuando heridos. Sin embargo, no eran suficientes. Tras la caída de Pitomnik, solo quedó el aeródromo de Gumrak, más pequeño y en peores condiciones. Gumrak también cayó el 23 de enero. A partir de entonces, las tropas alemanas solo recibieron provisiones lanzadas en paracaídas, que a menudo caían en territorio soviético o no eran encontradas.
Unos 10.000 civiles soviéticos también quedaron atrapados en la zona cercada.
La ofensiva del Grupo de Ejércitos del Don
En diciembre, los soldados alemanes cercados tuvieron una pequeña esperanza: Erich von Manstein venía en su ayuda. Manstein asumió el mando del Grupo de Ejércitos Don con el objetivo de unirse al 6.º Ejército alemán. Esta nueva fuerza estaba compuesta por tres divisiones blindadas, unos 60.000 hombres y 300 tanques. Para la Operación Tormenta de Invierno, Manstein consiguió que nueve divisiones más se unieran a su grupo.
La ofensiva comenzó el 12 de diciembre. Las divisiones blindadas alemanas avanzaron, pero se encontraron con una fuerte resistencia soviética. Las temperaturas eran muy bajas. El 16 de diciembre, comenzó otra ofensiva soviética en el río Don, que amenazaba con aislar al Grupo de Ejércitos del Don y al Grupo de Ejércitos A. Los soviéticos atacaron un aeródromo alemán clave, obligando a los aviones a despegar rápidamente.
Para el 17 de diciembre, el mariscal Manstein envió refuerzos para detener la ofensiva rusa. La situación era crítica, con un gran número de soldados alemanes en peligro. Al día siguiente, las fuerzas alemanas sufrieron muchas pérdidas, lo que redujo sus posibilidades de llegar a Stalingrado. Manstein pidió a Paulus que intentara una salida de la ciudad, pero Paulus se negó, siguiendo las órdenes de su líder de resistir.
El 20 de diciembre, las fuerzas alemanas de Hoth llegaron a 50 km de Stalingrado, pero con grandes pérdidas. La situación exigía que el ejército de Paulus intentara romper el cerco. Sin embargo, Paulus necesitaba tiempo para prepararse y no estaba seguro de poder abandonar la ciudad.
El 23 de diciembre, las divisiones blindadas de Hoth, agotadas y sin suministros, comenzaron a retroceder. El 6.º Ejército quedó abandonado a su suerte. El aeródromo de Tatsinskaya, principal base de reabastecimiento, cayó en manos soviéticas. El 24 de diciembre, las fuerzas alemanas de Hoth recibieron la orden de retirada general, eliminando toda opción de salvar a las tropas sitiadas en Stalingrado.
La rendición final
Los combates en Stalingrado eran muy violentos. Las tropas del 6.º Ejército estaban diezmadas, agotadas, sufriendo frío y enfermedades. La falta de alimentos los llevó a comerse unos 12.000 caballos. Siete ejércitos soviéticos cercaban Stalingrado. La ración diaria de pan de los alemanes bajó de 200 a 100 gramos. Paulus se dio cuenta de que su ejército era un sacrificio para su líder.
El 28 de diciembre, las tropas alemanas en el Cáucaso comenzaron a retroceder debido a la ofensiva rusa. El 31 de diciembre, el 4.º Ejército rumano fue aniquilado y el 4.º Ejército Panzer se retiró.
El 9 de enero de 1943, dos oficiales del Ejército Rojo presentaron un ultimátum a Paulus para que se rindiera. Si no lo aceptaba, los soviéticos lanzarían una ofensiva final. El ultimátum fue rechazado. Las dificultades aumentaron para el 6.º Ejército: enfermedades, falta de disciplina y hambre extrema. A pesar de esto, la resistencia continuó.
A las 6:05 horas del 10 de enero de 1943, el alto mando soviético dio la orden de atacar. La Operación Anillo comenzó con un bombardeo masivo de artillería. Luego, oleadas de infantes apoyados por tanques avanzaron. El objetivo era tomar el aeródromo de Pitomnik. Ese día, el líder alemán envió un mensaje a Paulus prohibiendo la rendición y pidiéndole que resistiera hasta el final. El 16 de enero, Pitomnik cayó en manos soviéticas.
Los soviéticos ofrecieron de nuevo la rendición, pero Paulus ordenó a sus tropas que intentaran romper el cerco. Algunas unidades rumanas se rindieron. Otros soldados alemanes intentaron sobornar a pilotos para escapar por el aeródromo de Gumrak.
El 18 de enero de 1943, partió el último avión correo alemán de Stalingrado. El general Paulus envió una carta a su esposa. El general Hans-Valentin Hube, uno de los primeros en llegar a la ciudad, fue obligado a partir en el último avión.
A las 04:00 horas del 22 de enero, Gumrak, el último aeródromo alemán, fue abandonado. Para el 24 de enero, las tropas alemanas se replegaron a los restos de una fábrica de tractores. Los combates eran muy duros. Había miles de heridos alemanes sin ayuda y muchos cuerpos sin vida. Los soviéticos avanzaron, reduciendo el área controlada por los alemanes. Sin aeródromos, la aviación alemana intentó lanzar suministros en paracaídas, pero a menudo caían en territorio soviético.

El 26 de enero de 1943, el 62.º Ejército se encontró con la 13.ª División de fusileros en la colina Mamáyev Kurgán, dividiendo lo que quedaba del 6.º Ejército de Paulus en dos focos de resistencia. Los tanques rusos avanzaron por las ruinas. El 29 de enero, el 6.º Ejército alemán envió un saludo a su líder, afirmando que la bandera alemana aún ondeaba en Stalingrado. En secreto, el líder alemán pidió a sus aliados que retiraran sus tropas.
El 30 de enero de 1943, el líder alemán ascendió a Paulus a Mariscal de Campo, esperando que no se rindiera. Paulus declaró que no se quitaría la vida por su líder y prohibió a otros oficiales hacerlo, para "seguir la suerte de sus soldados". Las tropas soviéticas entraron en el centro de Stalingrado. Al día siguiente, el cuartel general de Paulus avisó que el 6.º Ejército se rendiría.
El 1 de febrero de 1943, los últimos mensajes de Paulus decían que los soldados vagaban y que el mando ya no se ejercía. A las 05:45, llegó el último mensaje: "Los rusos están ante el búnker". Después, soldados soviéticos capturaron al mariscal y su estado mayor. Los restos del 6.º Ejército y parte del 4.º Ejército Panzer se rindieron. Unos 80.000 soldados habían fallecido, y 91.000 se entregaron. Menos de 6.000 de ellos regresarían vivos después de la guerra. El 2 de febrero, el último grupo de resistencia alemán se rindió. Con esta acción, finalizó la batalla más grande de la Segunda Guerra Mundial. Esta derrota marcó el declive de las fuerzas alemanas en Rusia.
Paulus fue el primer mariscal alemán en rendirse, desobedeciendo a su líder.
Consecuencias de la batalla
Cuando el 6.º Ejército Alemán se rindió, más de 91.000 soldados fueron obligados a una "marcha de la muerte" sobre la nieve, donde 40.000 fallecieron. El resto fue llevado a campos de prisioneros, donde muchos enfermaron y solo 5.000 lograron sobrevivir.
Las consecuencias de esta derrota fueron enormes. Por primera vez, Alemania perdió la iniciativa en la guerra y tuvo que pasar a la defensiva. Las orillas del Volga fueron el punto más lejano al este que alcanzaron las tropas alemanas en Europa. Después de esta batalla, la Unión Soviética se fortaleció y tomó el control de la guerra. Además, el comandante de la aviación alemana, Hermann Wilhelm Göring, perdió el favor de su líder y prestigio militar por no poder abastecer a las fuerzas cercadas.
El líder alemán sufrió una fuerte depresión por la rendición de Paulus y la gran brecha en el Frente Oriental. Tuvo pesadillas sobre el cerco hasta casi el final de la guerra.
El mariscal Paulus sobrevivió a la guerra y regresó a Alemania en 1952.
El general soviético Gueorgui Zhúkov fue reconocido por el éxito en Stalingrado, aunque Vasili Chuikov fue ascendido y puesto al mando de un ejército que marcharía hacia Berlín. La Batalla de Stalingrado fue una gran derrota militar para las fuerzas alemanas y un punto de inflexión en la guerra. Después de ella, las fuerzas alemanas no dejaron de retroceder hasta rendirse en Berlín dos años y medio después.
El triunfo de esta batalla inspiró a todos los aliados. El 62.º Ejército, comandado por Vasili Chuikov, impulsó la resistencia en todas partes. El rey Jorge VI de Inglaterra regaló a la ciudad una espada forjada en su honor. El poeta chileno Pablo Neruda escribió poemas celebrando la victoria, lo que convirtió esta lucha en un símbolo. Hoy en día, los historiadores consideran la Batalla de Stalingrado como un evento de gran importancia histórica.
Honores y conmemoración
La Medalla por la Defensa de Stalingrado fue entregada a todos los miembros de las fuerzas armadas soviéticas y a los civiles que participaron en la defensa de Stalingrado entre el 12 de julio y el 19 de noviembre de 1942. Hasta 1995, esta medalla se había otorgado 759.561 veces.
Monedas conmemorativas rusas
En 1993, se emitió una moneda conmemorativa de 3 rublos para celebrar el 50 aniversario del final de la batalla.
En el año 2000, se lanzó otra moneda en honor a la ciudad de Stalingrado como parte de la serie "Ciudades Heroicas". La moneda muestra soldados atacando y un tanque frente a las ruinas de las casas.
Conmemoración en Alemania
En el cementerio principal de Limburg an der Lahn, se inauguró un monumento central alemán el 18 de octubre de 1964. Este monumento conmemora a todos los soldados que fallecieron en Stalingrado y en cautiverio.
Para muchas personas, una imagen especial está asociada con la Batalla de Stalingrado: la Virgen de Stalingrado. Fue pintada en 1942 por un pastor protestante, médico y artista, Kurt Reuber, en un refugio en Stalingrado. La imagen lleva la inscripción "1942 Navidad en el caldero - Fortaleza de Stalingrado - Luz, vida, amor". Aunque Reuber no sobrevivió, la imagen llegó a su familia y hoy se encuentra en la Iglesia Conmemorativa Kaiser Wilhelm en Berlín, para recordar a los caídos y promover la paz.
Conmemoración en Austria
Cada febrero en Austria, se realizan misas conmemorativas de Stalingrado en muchas iglesias. Además, varios objetos de la batalla se exhiben en el Museo de Historia Militar de Viena, incluyendo cascos, botas y equipos recuperados del campo de batalla.
Conmemoración en Francia
Hay una estación de metro de Stalingrado en París, ubicada en la Place de la Bataille-de-Stalingrad.
Conmemoración en Italia
En Italia, existen varias calles llamadas Vía Stalingrado en diferentes ciudades.
Cambio de nombre temporal de la ciudad de Volgogrado a Stalingrado
En enero de 2013, el Ayuntamiento de Volgogrado decidió que la ciudad volvería a llamarse temporalmente Stalingrado seis días al año, a petición de los veteranos de guerra. Esta decisión generó debates en Rusia. Algunos la consideraron un "insulto a los caídos de Stalingrado", mientras que otros pedían un retorno permanente al antiguo nombre.
Galería de imágenes
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Un soldado soviético, portando un PPSh-41, con un prisionero alemán.
Véase también
En inglés: Battle of Stalingrad Facts for Kids