Panspermia para niños
La panspermia (del griego antiguo πᾶν - 'todo' y σπέρμα - 'semilla'), es la hipótesis que propone que la vida existe en todo el Universo, distribuida por polvo espacial, meteoroides, asteroides, cometas, planetoides, y también por naves espaciales que transportan contaminación no intencionada por microorganismos. La distribución puede haber ocurrido abarcando galaxias y, por lo tanto, puede no estar restringida a la escala limitada de los sistemas solares.
Aunque la presencia de vida esta confirmada actualmente solo en la Tierra, algunos científicos piensan que la vida extraterrestre no solo es plausible, sino probable o inevitable. Sondas espaciales e instrumentos han comenzado a examinar otros planetas y lunas en el Sistema Solar y en otros sistemas planetarios, en busca de evidencia de vía pasada o activa, y proyectos como SETI intentan detectar transmisiones de radio de posibles civilizaciones extraterrestres.
El concepto de Panspermia no debe ser confundido con el concepto de Creacionismo alienígena, en el cual se postula la intervención directa de una civilización extraterrestre en el proceso.
Contenido
Definición
El término «panspermia» fue defendido por el biólogo alemán Hermann Richter en 1865. En 1908, el químico sueco Svante August Arrhenius usó la palabra para explicar el comienzo de la vida en la Tierra. El astrónomo Fred Hoyle también apoyó esa hipótesis. No fue hasta que el Premio Nobel de Química fue entregado a Svante Arrhenius, quien popularizó el concepto de que la vida se había originado en el espacio exterior.
Historia
La primera mención conocida del término estaba en los escritos del filósofo griego Anaxágoras en el siglo V a. C.. La panspermia comenzó a asumir una forma más científica a través de las propuestas de Jöns Jacob Berzelius (1834), Hermann E. Richter (1865), Kelvin (1871), Hermann von Helmholtz (1879) y finalmente alcanzando el nivel de una hipótesis científica detallada gracias a los esfuerzos del químico sueco Svante Arrhenius (1903).
Fred Hoyle (1915-2001) y Chandra Wickramasinghe (1939) fueron influyentes defensores de la panspermia. En 1974 propusieron la hipótesis de que algo de polvo en el espacio interestelar era en gran parte orgánico (que contenía carbono), lo que Wickramasinghe más tarde demostró ser correcto. Hoyle y Wickramasinghe sostuvieron además que las formas de vida continúan entrando en la atmósfera de la Tierra y pueden ser responsables de brotes epidémicos, nuevas enfermedades y la novedad genética necesaria para la macroevolución.
En una presentación del Origins Symposium el 7 de abril de 2009, el físico Stephen Hawking expresó su opinión sobre lo que los humanos pueden encontrar al aventurarse en el espacio, como la posibilidad de vida extraterrestre a través de la teoría de la panspermia: "La vida podría extenderse de un planeta a otro o desde sistema estelar a sistema estelar, transportado por meteoros".
Se han realizado tres series de experimentos de astrobiología fuera de la Estación Espacial Internacional entre 2008 y 2015 (EXPOSE), donde una amplia variedad de biomoléculas, microorganismos y sus esporas estuvieron expuestas al flujo solar y al vacío del espacio durante aproximadamente 1,5 años. Algunos organismos sobrevivieron en un estado inactivo durante períodos de tiempo considerables, y esas muestras protegidas por material de meteorito simulado proporcionan evidencia experimental de la probabilidad del escenario hipotético de litopanspermia.
Varias simulaciones en laboratorios y en órbita terrestre baja sugieren que la eyección, la entrada y el impacto pueden sobrevivir para algunos organismos simples. En 2015, se encontraron restos de material biótico en rocas de 4.100 millones de años en Australia Occidental, cuando la Tierra joven tenía unos 400 millones de años. Según un investigador, "si la vida surgiera relativamente rápido en la Tierra... entonces podría ser común en el universo".
En abril de 2018, un equipo ruso publicó un artículo que reveló que encontraron ADN en el exterior de la ISS de bacterias terrestres y marinas similares a las observadas anteriormente en microcapas superficiales en las zonas costeras de los mares de Barents y Kara. Concluyen: "La presencia del ADN de las bacterias terrestres y marinas silvestres en la ISS sugiere su posible transferencia de la estratosfera a la ionosfera con la rama ascendente del circuito eléctrico atmosférico global. Alternativamente, las bacterias terrestres, marinas y silvestres pueden tener un origen espacial último".
En octubre de 2018, los astrónomos de Harvard presentaron un modelo analítico que sugiere que la materia, y las esporas potencialmente inactivas, se pueden intercambiar a través de las vastas distancias entre las galaxias, un proceso denominado 'panspermia galáctica', y no restringirse a la escala limitada de los sistemas solares. La detección de un objeto extrasolar llamado 'Oumuamua cruzando el Sistema Solar interior en una órbita hiperbólica confirma la existencia de un vínculo material continuo con los sistemas exoplanetarios.
En noviembre de 2019, los científicos informaron haber detectado, por primera vez, moléculas de azúcar, incluida la ribosa, en meteoritos, lo que sugiere que los procesos químicos en los asteroides pueden producir algunos bioingredientes fundamentalmente esenciales para la vida y respaldan la noción de un mundo de ARN antes de un origen de la vida en la Tierra basado en el ADN y, posiblemente, también, la noción de panspermia.
Pruebas de la hipótesis
Existen estudios que sugieren la posible existencia de bacterias capaces de sobrevivir largos períodos de tiempo incluso en el espacio exterior. También se han hallado bacterias en la atmósfera a altitudes de más de 40 km donde es posible, aunque poco probable, que hayan llegado desde las capas inferiores.
Algunas bacterias Streptococcus mitis que en 1967 se transportaron accidentalmente a la Luna en la nave Surveyor 3 pudieron revivirse sin dificultad a su regreso a la Tierra tres años después.
El análisis del meteorito ALH84001, que se considera originado en el planeta Marte, muestra estructuras que podrían haber sido causadas por formas de vida microscópica. Esto es lo más cercano a un indicio de vida extraterrestre que se ha podido obtener, y sigue siendo muy controvertido. Por otro lado, en el meteorito Murchison se han hallado uracilo y xantina, dos precursores de las moléculas que configuran el ARN y el ADN.
Azúcares extraterrestres en meteoritos indican la posibilidad de que los azúcares extraterrestres pudieran haber contribuido a formar biopolímeros funcionales como el ARN. En 2020, el estudio detallado de un meteorito identificó una proteína que contiene hierro y litio, de origen extraterrestre.
Por otra parte, una de las pruebas más significativas ha resultado finalmente refutada. En 2006 se estudiaron los microorganismos de color naranja intenso causantes de la tinción del agua de la lluvia roja de Kerala de 2001, al sur de India, atribuyéndoles un posible origen extraterrestre. Sin embargo, en 2015, se pudieron identificar por ADN ribosómico como las esporas de una especie del alga Trentepohlia, T. annulata, de origen europeo y no descrita hasta entonces en la India. El descubrimiento de muchas variedades de extremófilos, abrió una nueva vía en la astrobiología al expandir masivamente el número de posibles hábitats extraterrestres y el posible transporte de vida microbiana resistente a través de grandes distancias.
Críticas y pruebas en contra de la hipótesis
El mayor inconveniente de esta hipótesis es que no resuelve el problema inicial de cómo surgió la vida (biogénesis), sino que se limita a pasar la responsabilidad de su origen a otro lugar del espacio.
Otra objeción es que las bacterias no sobrevivirían a las altísimas temperaturas y a las fuerzas que intervienen en un impacto contra la Tierra, aunque aún no se ha llegado a conclusiones en este punto (ni a favor ni en contra), pues se conocen algunas especies de bacterias extremófilas. Sin embargo, en los experimentos que recrean las condiciones de los cometas bombardeando la Tierra, las moléculas orgánicas, como los aminoácidos, no solo no se destruyen, sino que comienzan a formar péptidos. Además no se cuenta el tiempo que se demoraría en recorrer la distancia desde el supuesto objeto con vida hasta la Tierra.
Véase también
- Astrobiología
- Criptobiosis
- Hipótesis del mundo de ARN
- Meteorito ALH84001
- Meteorito Murchison
- Protobionte
- Contaminación interplanetaria
- Terraformación
- B. subtilis
- Plásmido