Marina de guerra catalana para niños
La marina de guerra catalana se refiere a los barcos, almirantes y tripulaciones de Cataluña que sirvieron bajo el mando de los condes de Barcelona y, más tarde, de los reyes de la Corona de Aragón. Esta fuerza naval fue muy importante en el Mar Mediterráneo desde sus inicios hasta la época de Fernando el Católico.
En diferentes momentos, barcos construidos en las costas catalanas y armados bajo la autoridad de los reyes de Nápoles participaron en eventos importantes. Un ejemplo famoso es el que se muestra en la Tavola Strozzi, donde las galeras de Galceran de Requesens y Joan de Soler llevan la bandera del Reino de Nápoles.
Las marinas de guerra de los reinos de Mallorca y Valencia también tuvieron su propia importancia y pueden estudiarse por separado.
Contenido
- La Fama de la Armada Catalana
- El Libro del Consulado de Mar
- La Flota de Galeras Catalanas
- Las Tartanas Catalanas
- Bombas de Achique en los Barcos
- Almacén de Bombardas de Barcelona
- Atarazanas de Barcelona
- Navegación por Estima en la Marina Catalana
- Campañas Militares Importantes
- Galería de imágenes
- Véase también
La Fama de la Armada Catalana
La forma en que hoy llamamos a la "Armada del rey de Aragón" no describe con exactitud cómo era en la Edad Media. Antes de Fernando el Católico, las galeras de la Corona de Aragón eran de Cataluña, Valencia o Mallorca. A menudo, estas naves eran propiedad de instituciones locales, como la Generalidad o los municipios. A veces, incluso eran de dueños particulares. Se ponían al servicio del rey, pero él no era el dueño directo.
Durante mucho tiempo, la marina catalana fue muy reconocida.
- Benedetto Cotrugli, un experto de la época, escribió sobre las galeras catalanas:
Las galeras de hoy necesitan tres hombres por banco y tienen entre 28 y 29 bancos. Los barcos más pequeños usan dos remos por banco y varían en longitud. Los catalanes son muy hábiles en el manejo de estas galeras, porque mientras otras naciones solo las arman cuando las necesitan, los catalanes las usan continuamente y saben todo sobre ellas.
- Martí de Viciana también destacó su habilidad:
Así encontramos que, en galeras, los catalanes han hecho más cosas buenas que ninguna otra nación, por lo que existe el refrán: “Si en galera se hace algo bueno, el capitán ha de ser catalán”.
El Libro del Consulado de Mar
El "Libro del Consulado de Mar" es un documento muy importante que contiene reglas para la navegación y el comercio marítimo. Tiene un apartado de 34 capítulos llamado "Ordenanzas de todo Barco que se armara para ir a la guerra en el mar, y de toda armada que se haga por mar".
Este apartado describe los cargos y funciones de las personas a bordo de un barco de guerra. Habla del almirante, el capitán, los dueños del barco, y cómo se reparten los gastos y las ganancias. También menciona a los pilotos, los ballesteros, los hombres de armas, los que iban en las jaulas (gabieros), los timoneles, los barberos, los carpinteros de ribera, los calafates (que sellan el barco), y otros oficiales.
Otro apartado son las Ordenanzas penales para el servicio de la marina, con 39 artículos. Estas reglas fueron creadas por orden del Rey Pedro en Barcelona en 1430. Fueron redactadas por tres marinos importantes de Barcelona: Bernat de Cabrera, Jaume Boscà y Joan Llompart.
La Flota de Galeras Catalanas

La galera catalana era un tipo de barco de guerra y de comercio. Se movía principalmente con la fuerza de los remos, aunque también usaba velas (normalmente latinas) cuando el viento era favorable.
Desde el siglo XII, los catalanes construyeron y usaron mucho estas galeras. Las empleaban en guerras contra otras repúblicas marítimas o para comerciar con la mayoría de los puertos del Mediterráneo. Así, aseguraban las rutas comerciales y mantenían los consulados catalanes en otros lugares. El uso de las galeras empezó a disminuir en el siglo XVII, cuando fueron reemplazadas por los veleros, y desaparecieron por completo a finales del siglo XVIII.
La Galera Capitana
La galera capitana era la más grande de la flota. Iba acompañada de otras galeras más pequeñas y rápidas. En ella se decidían las órdenes, los premios, los castigos y cómo se repartían las ganancias. Los hombres de armas protegían al almirante en combate y no debían abandonarlo. Su armamento principal eran los ballesteros, a menos que el almirante decidiera otra cosa. Eran muy buenos para los abordajes (cuando un barco se acerca a otro para que los soldados suban y luchen). Su recompensa era una cuarta parte del botín, además de lo que el almirante les prometiera. Lo más valioso que podían capturar era la armadura del jefe enemigo y todo lo que llevaran encima. El condestable era quien mandaba a toda la gente de armas.
Cómo se Combatía
A bordo de las galeras catalanas, los combates contra otros barcos se decidían principalmente mediante el abordaje. Las tripulaciones luchaban cuerpo a cuerpo. A partir del siglo XVI, también se usaban disparos de arcabuz. A veces, los remeros también participaban en la lucha.
Las galeras eran frágiles y no resistían bien el fuego enemigo, a diferencia de los galeones medianos que tenían más cañones y de mayor alcance. Las galeras solo tenían, como máximo, cinco cañones en la proa. En combate, la estructura baja de las galeras era una desventaja frente a los galeones, que disparaban desde cubiertas más altas.
Los Ballesteros "en Tabla"
Los ballesteros eran una parte muy importante de la fuerza ofensiva en las galeras tradicionales. Convivieron durante muchos años con los arcabuceros y los artilleros. Ramón Muntaner prefería a los ballesteros profesionales, que eran contratados solo para esa función (de ahí la denominación “en tabla”).
Era obligatorio que todo marinero que fuera ballestero en las galeras tuviera dos ballestas de dos pies y otra de estribo (que se armaba con un estribo), trescientos pasadores (flechas), un casco de acero, una coraza y una espada o sable. El mismo equipo debían llevar los ballesteros en barcos más pequeños.
- Las galeras normales tenían dos remeros por banco. Las galeras con "terceroles" tenían un tercer remero en cada banco, lo que las hacía más rápidas, pero con menos ballesteros profesionales.
- Algunos expertos extranjeros han interpretado erróneamente la "tabla" como un tipo de castillo o protección especial que solo tenían las galeras catalanas.
Las Tartanas Catalanas
La tartana es un pequeño barco mediterráneo que usaba una vela latina (o aparejo proa-popa). Se utilizó entre los siglos XVI y XIX. Las tartanas se usaban para llevar correos, para el cabotaje (navegar cerca de la costa), como barcas de pesca y como barcos militares. A lo largo de más de trescientos años, tuvieron diferentes diseños, número de mástiles y tipos de velas.
Las tartanas eran bajas y medían entre 16 y 20 metros. Tenían un mástil en el centro donde se izaba una vela latina (la vela principal) y un foque llamado polacra. Algunas tartanas tenían una vela de mesana (una vela pequeña en la parte trasera) y otras no.
José Veitia Linaje (1670) mencionó que las tartanas eran usadas por marineros del Mediterráneo oriental para navegar hacia las Indias. En su libro "Norte de la Contratación" (Sevilla, 1672), dice que era necesario permitir que 3 o 4 marineros extranjeros (del Mediterráneo oriental) manejaran las velas, porque los españoles no entendían ese tipo de navegación. Un informe de la Sociedad de Geografía cuenta que "un chico de 14 años, práctico de una tartana catalana, a esa edad ya había hecho tres veces el viaje a La Habana".
Origen de las Tartanas
La primera mención de una tartana como embarcación en Cataluña es de 1313. En ese año, el rey del Rosellón y Mallorca prohibió pescar en el mar del rey con tartanas.
Las tartanas estuvieron presentes en el Mediterráneo Occidental desde la Edad Media hasta la llegada de los barcos de vapor. Eran muy comunes en Occitania, en las costas de Languedoc, Cataluña y Provenza, donde se usaban para la pesca y el cabotaje por todo el Mediterráneo. El nombre "tartana" también se usaba para referirse a las redes de pesca.
Hacia el siglo XVI, se sabe de tartanas de una sola cubierta con tres mástiles pequeños en la Provenza (Francia). En cuanto a su uso militar, una de las primeras menciones de la tartana en el siglo XVII está en el libro de 1614, "el Armata Navale" de Pantero-Pantera, que explica las maniobras de las tartanas de la armada francesa.
Etimología de la Palabra "Tartana"
Sobre el origen del nombre, varias fuentes lo relacionan con la palabra occitana tartana (que significa ave de presa). En catalán es tartana, en italiano tartana y en francés tartane.
Según estudios lingüísticos, las tartanas se originaron en las costas del golfo de León (el Rosellón en 1313), donde eran más pequeñas al principio. La palabra existe en varias lenguas, y algunos autores creen que viene del árabe "taridah" que significa barco.
Sin embargo, expertos como Corominas defienden que su origen es occitano. La misma palabra tartana también se usa para el ratonero común u otras aves de presa. Su origen sería onomatopéyico, imitando el sonido que hace el ave al cazar.
Imágenes de Tartanas
Jean Jouve, en su álbum "Planos de todos los barcos que navegan por el mar Mediterráneo" (1679), muestra estas cuatro imágenes de tartanas de un solo mástil:
Y dos imágenes de tartanas de dos mástiles:
Bombas de Achique en los Barcos
En la Alta Edad Media, no hay muchas referencias a bombas de achique (para sacar el agua de los barcos).
En la época premoderna, sí encontramos algunas menciones:
- En 1460, Miquel de Gualbes, de Barcelona, encargó al carpintero de Mataró, Luis Pou, "dos bellos maderos redondos para dos trompas". Estas "trompas" eran bombas de tipo aspirante-impelente.
- En un inventario de los astilleros de Barcelona de 1467, se menciona "una trompa de achicar".
- Unos versos del poema de Luigi Pulci "Il morgante maggiore" (1487) hablan de cómo "la tromba achicaba".
- En 1460, Girolamo Cardano describió una de estas bombas.
Almacén de Bombardas de Barcelona
Según la Crónica de San Juan de la Peña (de 1359), a mediados del siglo XIV, las galeras catalanas (y un poco más tarde las de otras naciones) comenzaron a llevar bombardas a bordo. Esto era tan importante y secreto que los capitanes las sacaban de un almacén en Barcelona. Tenían que firmar un documento prometiendo no entregarlas a ninguna nación extranjera, bajo pena de muerte si lo hacían. Este almacén se llamaba "Almacén del General en Barcelona".
Generalmente, las galeras llevaban una bombarda grande en el centro y algunas piezas de calibre más pequeño a babor y estribor. La fuerza de estas bombardas, especialmente las laterales, estaba limitada porque el retroceso de los disparos sacudía mucho el barco.
Atarazanas de Barcelona
Las Atarazanas de Barcelona fueron un gran centro de producción donde se construyeron todo tipo de barcos hasta finales del siglo XVII. Se pueden considerar una gran fábrica de la Edad Media y la Edad Moderna, donde trabajaban cientos de hombres en diferentes actividades, apoyados por sus gremios.
Las galeras se construían "en serie", de una manera que se parece a las cadenas de montaje modernas. La capacidad de producción de Barcelona era impresionante para la época. En 1571, justo antes de la Batalla de Lepanto, se botaron cincuenta barcos listos para ir a Italia y Grecia.
En la Batalla de Lepanto, los catalanes (entre otros) probaron con éxito las galeazas construidas en Barcelona. Eran galeras más grandes y estables que podían llevar muchos cañones de gran calibre y disparar en todas direcciones. Sin embargo, era imposible maniobrar las galeazas solo con remos, por lo que necesitaban ser remolcadas por dos galeras más pequeñas.
En las navegaciones atlánticas de la época de los descubrimientos, además de la brújula, se usaban tablas, el astrolabio y la vara de Jacob o el cuadrante. Pero es importante saber que, tanto en estas navegaciones como en las mediterráneas, la distancia recorrida se calculaba por estima. Y no se puede hacer una "navegación por estima" sin un instrumento para medir el tiempo.
La Ampolleta de Horas
Durante más de 500 años (desde el 1300 hasta el 1800), el instrumento para medir el tiempo en el mar fue la "ampolleta de horas" (reloj de arena). En Cataluña, hay registros de su fabricación desde mediados del siglo XIV. Se hacían con vidrio transparente catalán, usando las fórmulas del alquimista Guillem Sedacer. Para el vidrio, se usaba sosa obtenida al quemar la barrella (una planta cuyas cenizas, disueltas en agua, se usaban para lavar la ropa desde el Neolítico). La barrella crece en la costa catalana desde Orihuela hasta Montpellier. Los manuales italianos para fabricar vidrio decían: "hay que comprar la sosa de España".
El uso de la ampolleta se registra desde el siglo XIV. La mayoría de los registros escritos sobre ella provienen de los diarios de a bordo de barcos europeos. Un registro temprano es un recibo de venta de Thomas de Stetesham, secretario del barco inglés "La George", en 1345:
"El mismo Thomas declara haber pagado en Lescluse, en Flandes, por doce relojes de vidrio ("pro xii. orlogiis vitreis"), precio de cada uno 4½ gross', en esterlinas 9s. Ítem, Por cuatro relojes del mismo tipo ("de eadem secta"), comprados allí, precio de cada uno cinco gross', haciendo en esterlinas 3s. 4d."
En un inventario de las posesiones de Carlos V de Francia al morir el 16 de septiembre de 1380, se menciona un objeto llamado "heures de naviguer" (horas de navegar) en el estudio del rey en su castillo de Saint Germain en Laye. Se describe así:
Ítem un gran reloj de mar, con dos grandes ampollas llenas de arena, en una gran caja de madera adornada con latón.
Este "reloj de mar" o "horas de navegar" le fue enviado como regalo cuando aún era príncipe (antes de 1356), por Juan "el cazador", a través de su hija Yolanda de Aragón. Juan le pedía un manuscrito de Joan de Mandeville "para traducirlo a la lengua aragonesa". Esto es importante porque si hubiera tenido una copia en catalán, no la habría pedido.
Lo más interesante de esta referencia de Carlos V de Francia es que una ampolleta de horas se define como "un gran reloj de mar". Esto, junto con el hecho de que la primera explicación de su uso en el mar aparece en el "Duodécimo del cristiano" (obra de M. Llauradó sobre Francesc Eiximenis) y que fue un regalo de Yolanda de Aragón, sugiere que en ese tiempo, la importancia de un reloj de arena estaba relacionada con su uso en el mar. Su fabricación pudo haber surgido de las necesidades de navegación de la Corona de Aragón, una potencia marítima en el Mediterráneo en ese momento.
- Francesc Eiximenis en el Dotzé del Crestià hablaba de la guerra naval y de la disciplina en los barcos. Sobre la medida del tiempo, escribió:
La duodécima es que el alguacil de cada galera haga observar las guardias acostumbradas de noche y de día. Y si el piloto es diligente, debe vigilar bien las horas en popa y a quien las guarda por costumbre. De modo que sepan el tiempo que pasa cuando van o cuando regresan y así de las otras circunstancias.Dotzé del Crestià; cap CCCXXXVI
- En galeras francesas, no se encontró ninguna referencia hasta el manuscrito francés Stolonomie de 1547-1550, que dice que cada galera debe llevar: “...Cuatro ampolletas de arena para repartir las guardias por horas...”. Una frase muy parecida a la catalana de Eiximenis.
Campañas Militares Importantes

Las campañas más famosas donde participaron estos barcos, con cientos de galeras, fueron:
- La campaña de Lepanto, en 1571.
- La campaña de la Armada Invencible en 1588. Aunque algunos libros de historia no mencionan la participación catalana, archivos secretos de Venecia e Inglaterra revelan lo contrario:
"El inglés (Drake), además de quemar las naves catalanas, a bordo de las cuales se perdieron cincuenta mil coronas, capturó un barco perteneciente a Don Pedro de Valdez, con cuatrocientos cincuenta españoles a bordo, y una gran cantidad de artillería de campaña que había sido utilizada como lastre."
Otras campañas importantes:
- Campaña mediterránea de Alfonso el Magnánimo (1420-1423) – Todas las tropas de Alfonso el Magnánimo embarcaron en galeras en Barcelona.
- Campaña de Granada con el asedio de Málaga, en 1492 – "el campamento se quedó sin pólvora y el rey mandó dos galeras a Valencia y a Barcelona a por ella" (Cura de los Palacios).
- Guerras de Italia – Todas las tropas de Fernando el Católico (como las de su tío Alfonso el Magnánimo) embarcaron en galeras en Barcelona.
- Campaña de Túnez en 1535 – Todas las tropas (incluyendo a Carlos V y su comitiva) embarcaron en galeras en Barcelona.
En las siguientes guerras, los tercios españoles (y Carlos V con su comitiva) viajaban en galeras catalanas de Barcelona a Génova. Los tercios italianos iban de Nápoles a Génova. Desde allí, tomaban el Camino de los españoles hasta su destino.
- Guerra de Esmalcalda (1546-1547)
- Guerra de Flandes (1548-1568)
- Combate de Nicótera (1282)
- Combate de Malta (1283)
- Batalla del Golfo de Nápoles (1284)
- Batalla naval de Sant Feliu de Guíxols (1285)
- Batalla naval de Formigues (1285)
- Batalla de los Condes (1287)
- Batalla del cabo Orlando (1299)
- Batalla de Gagliano (1300)
- Batalla naval de Cagliari (1324)
- Batalla naval del Bósforo (1352)
- Batalla naval de Zonklon (1352)
- Batalla naval de Puerto del Conde (1353)
- Batalla naval de Barcelona (1359)
- Batalla naval de Bona (1360)
- Asedio de Bonifacio (1420)
- Batalla de la Foç Pisana (1421)
- Saqueo de Marsella (1423)
- Asedio de Calvi (1429)
- Batalla naval de Ponza (1435)
- Batalla de Ischia (1465) (Conjura de los Barones)
- Asedio de Cefalonia (1500)
- Jornada de Mazalquivir (1506)
- Conquista de Orán (1509)
- Asedio de Bugía (1514)
- Batalla de Formentera (1529)
- Jornada de Túnez (1535)
- Batalla de Préveza (1538)
- Batalla de Girolata (1540)
- Batalla de la isla de Alborán (1540)
- Jornada de Argel (1541)
- Asedio de Niza (1543)
- Batalla de Los Gelves (1560)
- Asedio de Malta (1565)
- Batalla de la Isla Terceira (1582)
- Batalla de Lepanto
Cruzada Pisano-Catalana
La Cruzada pisano-catalana a las islas Baleares fue una expedición en 1114. En ese momento, las Baleares eran un territorio musulmán que realizaba actos de piratería. La expedición fue liderada por Ramón Berenguer III y sus aliados, como respuesta a esos ataques. Se basó en un acuerdo de 1113 entre la República de Pisa y el Conde de Barcelona. El objetivo era tomar la isla de los musulmanes y evitar que atacaran y dificultaran el paso de los barcos de comerciantes cristianos que navegaban por el mar Mediterráneo. Aunque Mallorca volvió a estar bajo control musulmán, esta cruzada fue importante porque sentó las bases del futuro poder naval catalán y fortaleció los contactos comerciales en el Mediterráneo.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Catalan navy Facts for Kids
- Atarazanas Reales de Barcelona
- Ordinacions sobre lo fet de la mar
- Cable de arriostrado
- Galera catalana