Música en el Virreinato de Nueva España para niños
La música del Virreinato de la Nueva España se refiere a toda la música que se creó y escuchó en México durante el tiempo en que fue una colonia de España, desde finales del siglo XVI hasta principios del siglo XIX. Esta música incluía tanto la música sacra, que se tocaba en las iglesias y catedrales, como la música secular o popular, que era para el entretenimiento y la vida diaria de la gente. Los maestros de capilla eran figuras muy importantes en las catedrales, encargados de la música religiosa.
Contenido
Orígenes de la Música
Música en Europa: Un Viaje a Través del Tiempo
Durante la Edad Media, la música principal en las iglesias católicas de Europa era el canto gregoriano. Era una melodía sencilla, cantada por una sola voz y sin instrumentos. Los monjes ayudaron a que este tipo de canto se extendiera por todo el continente.
En el siglo XI, en el norte de Francia, surgió algo nuevo: la polifonía. A diferencia del canto gregoriano, la polifonía combinaba varias voces al mismo tiempo, creando un sonido más complejo y rico. La iglesia adoptó rápidamente este estilo para sus ceremonias. Para la época de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, la música polifónica ya tenía un estilo español muy definido y era muy popular. A los reyes también les gustaba mucho la música con instrumentos.
El momento de mayor esplendor de la música religiosa en España ocurrió en las catedrales. Allí, el maestro de capilla era el músico más importante. Su trabajo era componer, dirigir la música y enseñar a los niños a cantar y tocar instrumentos. Estos niños, al crecer, podían convertirse en maestros de capilla en otras catedrales. Gracias a este sistema, muchos de los grandes músicos españoles del siglo XVI se formaron en las catedrales.
En general, la música religiosa en España cambió. De ser muy solemne, pasó a ser más elaborada y atractiva para los fieles. Tres de los músicos más famosos del siglo XVI fueron Tomás Luis de Victoria, Cristóbal de Morales y Francisco Guerrero.
Música en Mesoamérica: Sonidos Ancestrales
Antes de la llegada de los españoles, todas las culturas y pueblos de México tenían su propia música. La usaban para adorar a sus dioses o para celebrar las hazañas de sus guerreros. En el México prehispánico, la música no se escribía en partituras como en Europa. Los cantos se transmitían de forma oral, de maestro a alumno.
Existían escuelas especiales, como el Cuicacalli, donde los jóvenes aprendían los cantos. Los sacerdotes tenían una organización muy detallada en estas escuelas, con maestros encargados de enseñar, corregir y hasta componer nuevos cantos. Esto demuestra la gran importancia de la música en estas sociedades, no solo para los mexicas, sino también para los zapotecas, mayas y purépechas. Los instrumentos que usaban eran principalmente de percusión, a diferencia de los instrumentos armónicos de Europa.
La Música en la Nueva España
Cómo Llegó la Música a América
La música llegó a América desde el principio con los conquistadores. Usaban sonidos militares para sus marchas y música religiosa para las ceremonias de la iglesia católica.
En el siglo XII, monjes españoles ya componían música polifónica. Esto demuestra que la polifonía española se desarrolló de forma temprana e independiente. Al igual que los monjes medievales, los religiosos que llegaron al Nuevo Mundo hicieron de la iglesia el centro del conocimiento y la creación musical en América. Trajeron muchos libros de música que guardaban en grandes bibliotecas. Esto permitió que el arte musical se desarrollara al mismo nivel que en Europa.
El siglo XVI, que coincide con los reinados de Carlos V y Felipe II, fue la "época de oro" de la música española. España tenía dos grupos de músicos en la corte: uno flamenco, con el estilo europeo de moda, y otro español, con un estilo propio y místico.
Las obras de grandes compositores españoles como Cristóbal de Morales, Francisco Guerrero y Tomás Luis de Victoria llegaron a la Nueva España casi al mismo tiempo que se publicaban en Europa. Las catedrales de México y Puebla copiaban las obras de las catedrales de Sevilla y Toledo, y así se difundieron por todo el continente.
En 1527, ya había actividad musical en México. Fray Juan Caro enseñaba a los indígenas a cantar leyendo música. Tres años después, la escuela de Fray Pedro de Gante formó un coro de indígenas que cantaba en la Catedral de México.
Música Religiosa en la Nueva España
La Música en las Misiones
La iglesia católica era muy poderosa en la colonia. Uno de sus objetivos principales era la evangelización de los pueblos nativos. Esto no solo buscaba convertirlos al cristianismo, sino también que aceptaran la autoridad del rey. Por eso, llegaron muchos misioneros de órdenes como los franciscanos, dominicos y agustinos. Los franciscanos tuvieron un gran impacto en la Nueva España.
La música fue clave en la evangelización. Fray Bernardino de Sahagún y Fray Diego Durán describen cómo los misioneros usaban la música para enseñar la nueva religión. Les enseñaban oraciones cantadas, salmos, responsorios (a veces en lenguas indígenas), alabanzas a Cristo y a la Virgen, y fragmentos de la misa con melodías populares. También cantaban villancicos y canciones de Navidad.
El fraile Juan de Torquemada destacó la gran habilidad de los indígenas para fabricar y tocar instrumentos, y para cantar en coros polifónicos. Había tantos músicos indígenas que en 1561, Felipe II ordenó reducir a la mitad el número de indígenas que podían participar en actividades musicales. En México, la Capilla de San José del convento de San Francisco en Texcoco, fundada por Pedro de Gante, se dedicó a formar coros y músicos indígenas. Con el tiempo, los indígenas llegaron a escribir villancicos y a tocar instrumentos europeos, aunque perdieron muchos de sus cantos e instrumentos originales.
La Música en las Catedrales
La catedral era el centro de la vida social y política de una ciudad. La iglesia era fundamental en la colonia y se encargaba de la educación y las actividades artísticas. Un arzobispo y un grupo de clérigos llamado cabildo dirigían la catedral. Ellos elegían al maestro de capilla y al organista, los puestos musicales más importantes, que solían ser ocupados por músicos europeos.
Las responsabilidades del maestro de capilla incluían elegir la música para las celebraciones, dirigir los servicios musicales, componer nuevas obras y enseñar al coro de niños. A diferencia de la música misional, en las catedrales se formaban músicos profesionales, no solo indígenas.
La música de las catedrales se dividía en tres tipos:
- Música para las ceremonias religiosas como misas, oficios de difuntos y Semana Santa. Se tocaba en el coro alto, con órgano y voces polifónicas.
- Música religiosa no litúrgica, con textos en latín, que complementaba las ceremonias.
- Música de alabanza con textos en español, portugués o lenguas indígenas. Se tocaba en el templo como villancicos o cantadas, y también fuera, en el atrio, con jácaras, sainetes y romances para las celebraciones populares.
La música era muy importante en las catedrales, ya que ayudaba a hacer las ceremonias más solemnes.
La Catedral de la Ciudad de México
Fundada en 1528, esta catedral tuvo un coro de indígenas educados en el colegio de San Francisco. El primer arzobispo, Fray Juan de Zumárraga, impulsó mucho la música, contratando músicos europeos y comprando libros de coro.
Hernando Franco fue el maestro de capilla más importante del siglo XVI en la Nueva España, de 1575 a 1585. Nació en España y fue maestro de capilla en Guatemala antes de llegar a México. Sus composiciones incluyen salmos, himnos y antífonas. Su "Franco Codex" es uno de los documentos musicales más valiosos de América Latina.
Otros maestros importantes fueron Juan Hernández (conocido como Juan de Lienas), quien estuvo de 1586 a 1620, y Francisco López Capillas, de 1654 a 1674, considerado el compositor de misas más prolífico de la Nueva España. En su época, la catedral de México tenía 15 instrumentos diferentes, incluyendo violín, arpa y órgano.
Antonio de Salazar fue maestro de capilla de 1688 a 1715. Él organizó la colección musical de la catedral y musicalizó algunos villancicos de Sor Juana Inés de la Cruz. Uno de sus alumnos más destacados fue Manuel de Sumaya.
Manuel de Sumaya fue el primer maestro de capilla nacido en la Nueva España y el más barroco del siglo XVIII. Estuvo en el puesto de 1715 a 1739. Sus obras se conservan en varias catedrales y muestran la influencia del barroco italiano. Fue autor de la segunda ópera compuesta en América, La Parténope, aunque su música no se conserva.
Después de Sumaya, llegó Ignacio de Jerusalem y Stella, el primer italiano en el puesto, de 1749 a 1769. Su obra incluye muchas composiciones latinas y villancicos, con un estilo más moderno y melódico. En total, la catedral de la Ciudad de México tuvo 14 maestros de capilla en unos 280 años.
La Catedral de Puebla
Fundada en 1541, Puebla fue otro centro artístico importante. Su catedral llegó a ser muy rica y grande. Pedro Bermúdez fue el primer maestro de capilla del que se conservan obras.
A su muerte en 1605, lo sucedió el portugués Gaspar Fernandes, famoso por componer unos 250 villancicos para la catedral, algunos en español, portugués y hasta en lengua tlaxcalteca.
En 1629, Juan Gutiérrez de Padilla fue nombrado maestro de capilla y es considerado el compositor más importante de la Nueva España en el siglo XVII. Su extensa obra se conserva en el Libro de Coro XV de la catedral de Puebla. Durante su tiempo, el villancico se hizo muy popular en México.
Otros maestros importantes fueron Miguel Mateo de Dallo y Lana y Francisco de Atienza y Pineda. Finalmente, en el siglo XVIII, la creatividad de los compositores de Puebla disminuyó. Manuel Arenzana fue el último maestro de capilla, de 1792 a 1821.
Otros Centros Musicales
En la catedral de Oaxaca, se destacó Juan Matías, el primer indígena en ser maestro de capilla de una catedral. Manuel de Sumaya también trabajó allí en sus últimos años.
En Morelia, el Colegio de Santa Rosa de Santa María fue una escuela de música para niñas fundada en 1738. Allí se conservan obras de compositores españoles y locales.
También se conocen nombres de maestros de capilla en las catedrales de Durango, Guadalajara y Zacatecas.
Música Popular en la Nueva España
La música popular en América durante este periodo no tenía un propósito religioso. Aunque la iglesia era el centro de la vida musical organizada, se conservan pocas piezas de este tipo de música. La mayoría de las veces, eran los mismos músicos de la iglesia quienes las componían.
El Teatro y la Música Popular en México
El teatro no religioso se desarrolló hasta finales del siglo XVII, cuando las obras de Lope de Vega y Calderón de la Barca y la Zarzuela (un género teatral español) llegaron a América. Al principio, estas obras se presentaban para la gente de la corte y la nobleza. Las canciones y danzas populares mexicanas que se usaban como intermedios fueron las únicas contribuciones originales a la música teatral de la época.
El Conservatorio de las Rosas: Un Ejemplo de Música Instrumental
Durante el siglo XVIII, entre 1738 y 1740, se fundó una escuela de música en Valladolid (hoy Morelia) como parte de un convento para niñas huérfanas. El Colegio de Santa Rosa se convirtió en un modelo de organización musical en todo el virreinato. Su fama se extendió más allá de la Nueva España, mostrando una vida musical muy activa y organizada. Entre los documentos encontrados, hay varias piezas de música instrumental.
Dos oberturas (sinfonías) para orquesta pequeña, compuestas por Antonio Rodil y Antonio Sarrier, son algunas de las mejores obras instrumentales de los virreinatos americanos a finales del siglo XVIII. La obertura en re mayor de Sarrier es un ejemplo de buena composición y equilibrio.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Music in Colonial Mexico Facts for Kids