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Isabel I de Rusia para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Isabel I de Rusia
Emperatriz de Rusia
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Emperatriz y Autócrata de Todas las Rusias
6 de diciembre de 1741-5 de enero de 1762
Predecesor Iván VI
Sucesor Pedro III
Información personal
Nombre completo Isabel Petrovna Románova
Otros títulos Duquesa de Curlandia
Coronación 6 de marzo de 1742
Nacimiento 29 de diciembre de 1709
Kolómenskoe, Zarato de Rusia
Fallecimiento 5 de enero de 1762

San Petersburgo, Imperio ruso
Sepultura Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo
Familia
Casa real Románov
Padre Pedro I de Rusia
Madre Catalina I de Rusia
Consorte Alekséi Razumovski

Firma Firma de Isabel I de Rusia

Isabel I de Rusia, también conocida como Isabel Petrovna Románova (en ruso: Елизаве́та Петро́вна; Kolómenskoe, 29 de diciembre de 1709-San Petersburgo, 5 de enero de 1762), fue una importante emperatriz del Imperio ruso. Gobernó desde 1741 hasta 1762. La llamaban La Clemente por su forma de gobernar. Era la segunda hija de Pedro I el Grande y Catalina I.

Isabel llegó al trono después de un cambio de gobierno que quitó del poder al joven zar Iván VI de Rusia. Durante su reinado, hizo muchas mejoras en Rusia. Por ejemplo, eliminó la pena de muerte, organizó el Senado (un consejo importante), y creó un consejo político de alto nivel. También quitó los impuestos internos que dificultaban el comercio. Fundó la Universidad de Moscú y la Academia Imperial de las Artes, y mejoró el comercio dentro del país. Además, dio más poder a la nobleza, lo que, lamentablemente, hizo más difíciles las condiciones de vida para los campesinos.

En cuanto a la política exterior, Isabel apoyó a María Teresa I de Austria en la guerra de sucesión austriaca. Más tarde, durante la guerra de los Siete Años, Rusia se unió a una alianza con Austria, España, Francia, Sajonia y Suecia. Lucharon contra Federico II de Prusia y sus aliados, que eran Inglaterra, Portugal y Hanóver. La alianza de Isabel con María Teresa ayudó a Austria en su rivalidad con Prusia por el control de los estados alemanes y la región de Silesia. Bajo el liderazgo de Isabel, el ejército ruso causó grandes problemas al ejército prusiano. Sin embargo, su fallecimiento en 1762 cambió el rumbo de la guerra, lo que se conoce como el "milagro de la Casa de Brandeburgo".

Primeros Años de la Emperatriz Isabel I

Isabel fue la segunda hija del emperador Pedro I de Rusia y de Catalina I de Rusia. Sus padres se casaron en secreto en 1707 y luego tuvieron una ceremonia pública en 1712. Isabel recibió el título de zarevna en 1711 y zarévich en 1721.

De los doce hijos de Pedro y Catalina, solo dos, Ana Petrovna e Isabel Petrovna, lograron sobrevivir a la infancia. Ana Petrovna se casó con el duque de Holstein-Gottorp. Pedro el Grande también intentó encontrar un buen esposo para Isabel en la corte francesa, pensando en el joven Luis XV de Francia. Sin embargo, la familia real francesa no aceptó la propuesta. Isabel fue prometida al príncipe Carlos Augusto de Holstein-Gottorp, pero él falleció poco antes de la boda. Después de esto, no se concretó ningún otro plan de matrimonio para Isabel antes de la muerte de su padre.

Isabel era una niña inteligente, aunque su educación formal no fue muy constante. Su padre la quería mucho y veía en ella un reflejo de sí mismo. Sin embargo, Pedro no tenía mucho tiempo para dedicarse a su formación, y su madre no tenía mucha educación para supervisar sus estudios. Isabel tuvo una tutora francesa y aprendió a hablar con fluidez italiano, alemán y francés. También era una excelente bailarina y jinete. Se dice que ella fue quien impulsó el gusto por la cultura francesa en Rusia, a diferencia de su padre, que prefería la cultura alemana. Desde pequeña, Isabel era admirada por su belleza y su energía, y se la consideraba la mujer más hermosa del Imperio ruso.

Cuando Pedro el Grande falleció en 1725, su esposa Catalina I subió al trono. En esos años, Isabel y su hermana mayor Ana Petrovna disfrutaron de la vida en el palacio. Catalina I intentó casar a Isabel con el joven rey francés, Luis XV, pero en ese momento, Europa ya no veía a Rusia con los mismos ojos que antes. Catalina I sintió la decepción de que sus hijas no fueran consideradas para casarse con los grandes herederos de otras familias reales europeas.

Cuando Catalina falleció en 1727, Isabel vivió bajo el gobierno de su medio sobrino, el joven y a veces inestable Pedro II.

Archivo:Elizabeth of Russia in youth (1720s, Russian museum)
Isabel Petrovna en la década de 1720, por Iván Nikítich Nikitin

Mientras Aleksandr Ménshikov tuvo poder, Isabel fue tratada con respeto por el gobierno de su medio sobrino, Pedro II. El joven zar sentía un gran afecto por su tía y compartían momentos agradables fuera de la corte. Sin embargo, la familia Dolgorúkov, que era muy antigua, no quería a Ménshikov. Pedro II se unió al príncipe Iván Dolgorúkov, quien, con el apoyo de otros familiares en el Consejo Supremo del Estado, logró que Ménshikov fuera arrestado, despojado de sus bienes y enviado al exilio en Siberia, donde falleció en 1729. Los Dolgorúkov no apreciaban la memoria de Pedro I y prácticamente alejaron a Isabel de la corte.

Con la muerte de Pedro II, Isabel perdió otro lazo con su familia Románov. Además, la llegada al trono de su prima, la emperatriz Ana Ioánnovna, no hizo su vida más fácil. En esos años, ninguna corte real o familia noble de Europa se atrevería a proponer un matrimonio para Isabel, ya que podría ser visto como una ofensa a la emperatriz. Casarse con alguien sin título era impensable, pues le haría perder sus derechos y propiedades. La princesa tuvo algunos romances.

Finalmente, encontró consuelo en un joven cosaco ucraniano llamado Alekséi Razumovski, que tenía una hermosa voz de bajo. Isabel lo contrató para su propio coro. Alekséi era un hombre bueno y sencillo, pero con ambición. La cercanía entre Isabel y Alekséi llevó a rumores de un posible matrimonio secreto. Más tarde, Razumovski sería conocido como el "Emperador de la Noche" y, cuando Isabel se convirtió en emperatriz, lo nombraría príncipe y mariscal de campo. El emperador austríaco también lo nombraría conde.

Durante los difíciles años del reinado de la emperatriz Ana Ioánnovna, Isabel vivió con incertidumbre. Ana, que era una mujer autoritaria, veía a la bella princesa bailando en las fiestas de la corte. Isabel temía ser acusada de traición, lo que la llevó a obsesionarse con la idea de ser arrestada. Así que, cuando la zarina falleció y nombró a su sobrina, Ana Leopóldovna, regente del niño-zar Iván VI, Isabel se planteó la gran pregunta: ¿debía tomar el trono de su padre?

El Ascenso al Trono en 1741

Archivo:Coronation-Procession Elisabeth by Ivan Sokolow
Coronación de la zarina Isabel I. Moscú, 1742, por Iván Sokolov.

Durante el reinado de su prima Ana Ioánnovna (1730-1740) y la regencia de Ana Leopóldovna (en nombre del recién nacido Iván VI), un tiempo con muchos impuestos y problemas económicos, Isabel buscó apoyo en la corte. Los eventos ayudaron a que el gobierno, que era débil y con problemas, cayera. Como hija de Pedro el Grande, Isabel tenía mucho apoyo en los regimientos de guardias. Isabel visitaba a menudo a estos regimientos y organizaba eventos con los oficiales. Incluso fue madrina de sus hijos. Su amabilidad fue recompensada cuando, en la noche del 25 de noviembre de 1741, tomó el poder con la ayuda del Regimiento Preobrazhenski.

Cuando llegó a la sede del regimiento, vestida con una coraza de metal sobre su ropa y sosteniendo una cruz de plata, preguntó: "¿A quién quieren servir? ¿A mí, su soberana natural, o a quienes me han quitado mi herencia?". Las tropas marcharon hacia el Palacio de Invierno, donde capturaron al joven emperador, a sus padres y a su comandante. Fue un cambio de poder valiente y sin violencia. Isabel prometió que, si se convertía en emperatriz, nunca firmaría una sentencia de muerte, una promesa inusual que mantuvo durante toda su vida. Isabel se coronó a sí misma en la catedral de la Dormición el 25 de abril de 1742.

Con 33 años, pocos conocimientos y sin experiencia en asuntos de gobierno, se convirtió en la líder de un gran imperio en un momento muy importante. Su proclamación como Emperatriz Isabel I destacó que los reinados anteriores habían llevado a Rusia a dificultades, y que ella liberaría al pueblo de la "opresión extranjera".

Rusia estaba muy influenciada por consejeros alemanes, e Isabel envió al exilio a los más impopulares, como Heinrich Ostermann y Burkhard von Munnich.

Afortunadamente para ella y para Rusia, a pesar de algunos defectos (como tardar meses en firmar documentos), había heredado algo de la habilidad de su padre para gobernar. Su buen juicio y su tacto en la diplomacia también recordaban a Pedro el Grande. Las importantes reformas que había iniciado su padre no habían sido completamente adoptadas por las clases gobernantes. Isabel sentó las bases para las reformas que más tarde completaría Catalina II la Grande.

La Política de Bestúzhev

Archivo:1 Rouble à l'effigie d'Élisabeth Ire de Russie
Moneda de 1 rublo con la efigie de Isabel I de Rusia

Después de cambiar el sistema de gobierno y restaurar el Senado como en los tiempos de Pedro el Grande, la primera tarea de la nueva emperatriz fue resolver un conflicto con Suecia. Las negociaciones comenzaron el 23 de enero de 1743 y terminaron con el Tratado de Abo, firmado el 7 de febrero. Suecia entregó a Rusia toda la parte sur de Finlandia al este del río Kimene, que se convirtió en la frontera entre ambos países. El tratado también incluía las fortalezas de Villmanstrand y Fredrikshamn.

Este éxito se debió a la habilidad diplomática del nuevo vicecanciller, Alekséi Bestúzhev-Riumin. Su política habría sido imposible sin el apoyo de Isabel, quien lo puso a cargo de Asuntos Exteriores justo después de subir al trono. Bestúzhev apoyaba una alianza entre Inglaterra, Austria y Rusia, lo cual era beneficioso para Rusia en ese momento. Esto provocó algunos intentos de Federico II el Grande y Luis XV de Francia para deshacerse de Bestúzhev, haciendo de la corte rusa un lugar lleno de intrigas durante los primeros años del reinado de Isabel.

Archivo:Elizabenois
Paseo de Isabel por las calles de San Petersburgo (1903), acuarela de Alexandre Benois.

Bestúzhev, sin embargo, mantuvo el apoyo de Isabel. Su talento diplomático, junto con el envío de 30,000 soldados rusos al Rin, aceleró las negociaciones de paz que terminaron con el Tratado de Aquisgrán en octubre de 1748. Gracias a su persistencia, Bestúzhev logró liberar a Rusia del conflicto con Suecia, reconciliar a la emperatriz con las cortes de Viena y Londres, y permitir que Rusia tuviera una influencia importante en Polonia, Turquía y Suecia. También logró aislar al rey de Prusia, quien se vio obligado a buscar alianzas en su contra. Nada de esto habría sido posible sin el apoyo constante de Isabel, quien confiaba plenamente en él, a pesar de las acusaciones de muchos enemigos del canciller.

El 14 de febrero de 1758, Bestúzhev fue destituido de su cargo. La futura Catalina II de Rusia escribió: "Fue despojado de todas sus condecoraciones y títulos, sin que nadie pudiera decir qué delitos había cometido el primer caballero del imperio, y fue enviado a su casa como un prisionero". Bestúzhev nunca fue acusado de un delito específico. Se pensó que había intentado crear problemas entre la emperatriz, su heredero y la esposa de este. Quienes querían la caída de Bestúzhev eran sus rivales: los Shuválov, el vicecanciller Mijaíl Illariónovich Vorontsov y los embajadores de Austria y Francia.

El Heredero al Trono

Archivo:Donationsurkunde B. von Campenhausen
Donación de Isabel al teniente general ruso Balthasar Freiherr von Campenhausen, el 27 de mayo de 1756.

Como soberana soltera y sin hijos, Isabel debía encontrar un heredero legítimo para asegurar la continuidad de la familia Románov. Finalmente, eligió a su sobrino Pedro. Sin embargo, ella sabía que el depuesto Iván VI, a quien había mantenido prisionero en la fortaleza de Schlisselburg, aún representaba un peligro para su trono. Temía un intento de tomar el poder a favor de Iván y comenzó a destruir documentos y monedas que pudieran recordarlo. También dio una orden para que Iván fuera ejecutado de inmediato si intentaba escapar. Catalina II mantuvo esta orden, y cuando Iván intentó escapar, fue asesinado y enterrado en secreto dentro de la fortaleza.

El joven Pedro había perdido a su madre, la gran duquesa Ana Petrovna, a los tres meses y a su padre a los 11 años. Isabel invitó a su sobrino a San Petersburgo, donde fue declarado heredero el 17 de noviembre de 1742. También se nombraron tutores rusos para educar al futuro zar. Deseosa de asegurar el futuro de la dinastía, Isabel eligió a la princesa Sofía Federica de Anhalt como prometida de su sobrino. Al convertirse a la fe ortodoxa, Sofía recibió el nombre de Catalina, en honor a la madre de Isabel. La boda se celebró el 21 de agosto de 1745, y el heredero, el futuro Pablo I, nació el 20 de septiembre de 1754. Se ha especulado sobre la verdadera paternidad de Pablo I, sugiriendo que no era hijo de Pedro III, sino de un joven oficial llamado Serguéi Saltykov, con quien Catalina tuvo una cercanía con el consentimiento de Isabel.

Aun así, Pedro nunca dudó de su paternidad, aunque tampoco mostró mucho interés en el niño. Sin embargo, Isabel tenía un gran interés en el pequeño, hasta el punto de alejar a Pablo de su madre para criarlo ella misma. La emperatriz ordenó a la partera que tomara al joven Pablo y la siguiera. Catalina no vio a su hijo durante más de un mes y solo tuvo un breve contacto con él en el bautismo. Seis meses después, Isabel permitió que Catalina viera a su hijo de nuevo. El niño se había convertido en una figura importante para el Estado, casi como una propiedad del mismo.

La Guerra de los Siete Años y el Final del Reinado

Archivo:Elizaveta with Black Servant by Grooth (1743, Hermitage)
Retrato ecuestre de Isabel acompañada por un paje

El evento más importante de los últimos años del reinado de Isabel fue la guerra de los Siete Años. Isabel consideró que el Tratado de Westminster, del 17 de enero de 1756 (por el cual Gran Bretaña se alió con Prusia para defender el Electorado de Hanóver), iba en contra de los acuerdos anteriores entre Gran Bretaña y Rusia. Además, la oposición de Isabel a Prusia también se debía a la antipatía personal que sentía por Federico II de Prusia. Isabel quería mantenerlo bajo control para que no representara un peligro para el imperio. El 1 de mayo de 1757, Rusia se unió al Tratado de Versalles y se alió con Francia y Austria contra Prusia. El 17 de mayo, el ejército ruso, con 85,000 hombres, avanzó hacia Königsberg.

Ni la grave enfermedad de la zarina, que comenzó con un desmayo en Tsárskoye Seló el 19 de septiembre de 1757, ni la caída de Bestúzhev el 14 de febrero de 1758, ni las intrigas de varios países extranjeros en San Petersburgo, impidieron el avance de la guerra y la gran derrota prusiana en la batalla de Kunersdorf el 12 de agosto de 1759. Esto llevó a Federico al borde de la derrota.

El 21 de mayo de 1760, se firmó un nuevo acuerdo entre rusos y austriacos, que garantizaba Prusia Oriental a Rusia como compensación por los gastos de la guerra. El fracaso de la campaña de 1760, dirigida por el conde Aleksandr Buturlín, hizo que la corte de Versalles, la noche del 22 de enero de 1761, presentara un documento en la corte de San Petersburgo informando que el rey de Francia deseaba la paz.

Archivo:Eliabeth lanceret
Isabel Petrovna en Tsárskoye Seló, por Eugene Lanceray (1905), Galería Tretiakov.

Al mismo tiempo, Isabel envió una carta secreta a Luis XV proponiendo una nueva alianza más clara que los tratados anteriores, pero sin el conocimiento de Austria. El objetivo de Isabel en esta negociación era reconciliar a Francia y Gran Bretaña a cambio de que todas las fuerzas francesas se concentraran en la guerra alemana. Este plan no funcionó debido a la gran envidia que sentía Luis XV por la creciente influencia rusa en Europa Oriental y su miedo a ofender al Imperio Otomano. Finalmente, se fijó una fecha para el inicio de las negociaciones de paz, y mientras tanto, la guerra contra Prusia debía continuar con determinación. En 1760, una columna ligera rusa ocupó Berlín. Las victorias rusas pusieron a Prusia en grave peligro.

La campaña de 1761 fue casi tan difícil como la del año anterior. Federico fue hábil defendiéndose, y la única victoria rusa fue la captura de la fortaleza de Kołobrzeg el día de Navidad de 1761. Sin embargo, Federico estaba en grandes apuros. El 6 de enero de 1762, escribió al conde Carlos Guilherme von Finckenstein: "Tenemos que intentar ahora preservar para mi sobrino algún pedazo de mi territorio que logremos salvar de la ambición de nuestros enemigos". Quince días después, sin embargo, escribió al príncipe Fernando de Brunswick: "El cielo comenzó a despejarse. Ánimo, querido amigo. Acabo de recibir una gran noticia". La gran noticia que acababa de recibir pasó a la historia como el milagro de la Casa de Brandeburgo: la muerte de la zarina Isabel I el 5 de enero de 1762.

La Corte de la Zarina

Bajo el reinado de Isabel, la corte rusa, que amaba la cultura francesa, fue una de las más hermosas de toda Europa. Los visitantes extranjeros se sorprendían con el lujo de los bailes y las fiestas de disfraces. La zarina estaba orgullosa de sus habilidades como bailarina y usaba los vestidos más elegantes. Emitió reglas que regulaban los estilos de ropa y adornos que debían usar los cortesanos. Nadie podía llevar el mismo peinado que la soberana. Isabel tenía quince mil vestidos de baile, miles de pares de zapatos y una cantidad ilimitada de medias de seda. A pesar de su amor por la vida en la corte, Isabel era muy religiosa. Visitaba conventos e iglesias y pasaba muchas horas en la iglesia. Cuando le pidieron que firmara una ley para quitar tierras a la iglesia, ella dijo: "Hagan lo que quieran después de mi muerte. Yo no voy a firmar esto". Todos los libros extranjeros que llegaban debían ser aprobados por el censor de la iglesia. Vasili Kliuchevski la describió como "la amable e inteligente, pero desordenada mujer rusa" que combinaba "las nuevas tendencias europeas con devotas tradiciones nacionales".

Fallecimiento

Archivo:St Alban's Abbey IMG 2665 (28959349165)
San Óscar Romero, San Albano Roe, San Anfíbalo, San Albano, George Tankerfield, Isabel de Rusia, Dietrich Bonhoeffer, representados en el retablo de la nave. Catedral de St Albans Reino Unido.

A finales de la década de 1750, la salud de Isabel comenzó a empeorar. Empezó a sufrir mareos y se negaba a tomar los medicamentos recetados, además de prohibir que se mencionara la palabra "muerte" en su presencia. Al saber que estaba muriendo, Isabel usó sus últimas fuerzas para confesarse, rezar con su confesor y despedirse de las pocas personas que deseaba tener a su lado, incluyendo a Pedro y Catalina y los condes Alekséi y Kirill Razumovski. Finalmente, el 5 de enero de 1762, la zarina falleció. Fue sepultada en la catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo el 3 de febrero de 1762, después de seis semanas de ceremonias fúnebres.

Ancestros

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Elizabeth of Russia Facts for Kids

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Isabel I de Rusia para Niños. Enciclopedia Kiddle.