Caso Dreyfus para niños
Caso Dreyfus |
![]() |
Cronología · El ejército · |
La acusación (en francés)· |
Alfred Dreyfus · Mathieu Dreyfus · |
|
Caso Dreyfus |
El Caso Dreyfus fue un gran conflicto social y político en Francia que duró doce años, desde 1894 hasta 1906. Se originó por una injusticia judicial contra el capitán Alfred Dreyfus (1859-1935), un oficial del ejército francés de origen judío. Este caso dividió profundamente a la sociedad francesa y expuso problemas como el espionaje y la discriminación.
Cuando el famoso escritor Émile Zola publicó su artículo «J’accuse…!» ('¡Yo acuso!') en 1898, el escándalo se hizo público. Esto provocó una serie de crisis políticas y sociales en Francia. La gente se dividió en dos grupos: los dreyfusards (quienes apoyaban a Dreyfus) y los antidreyfusards (quienes se oponían a él). El caso también mostró un fuerte sentimiento de nacionalismo extremo y discriminación contra los judíos, impulsado por periódicos muy influyentes. El Caso Dreyfus se convirtió en un símbolo mundial de la injusticia cometida en nombre de los intereses del Estado.
Contenido
- ¿Qué fue el Caso Dreyfus?
- ¿Cómo era Francia en ese momento?
- El inicio del caso y el juicio de 1894
- La verdad sale a la luz
- El Caso estalla en 1898
- El juicio de Rennes de 1899
- El largo camino hacia la rehabilitación (1900-1906)
- ¿Cómo se ha estudiado el Caso Dreyfus a lo largo del tiempo?
- Galería de imágenes
- Véase también
¿Qué fue el Caso Dreyfus?
A finales de 1894, el capitán del Ejército francés Alfred Dreyfus, un ingeniero talentoso de origen judío, fue acusado de entregar documentos secretos a Alemania. Fue juzgado por un tribunal militar y condenado a cadena perpetua. Lo enviaron a la colonia penal de la Isla del Diablo, en la Guayana Francesa (América del Sur), por el delito de traición. En ese momento, la mayoría de la gente en Francia estaba en contra de Dreyfus.
La familia de Dreyfus, liderada por su hermano Mathieu, estaba convencida de su inocencia. Buscaron ayuda del periodista Bernard Lazare para demostrarla. Al mismo tiempo, el coronel Georges Picquart, jefe del servicio de contraespionaje, descubrió en marzo de 1896 que el verdadero traidor era el mayor Ferdinand Walsin Esterhazy. Sin embargo, el Estado Mayor (los altos mandos del ejército) se negó a cambiar su decisión y envió a Picquart fuera de Francia, a África.
Para llamar la atención sobre las pruebas débiles contra Dreyfus, su familia logró hablar con el presidente del Senado, Auguste Scheurer-Kestner, en julio de 1897. Tres meses después, Scheurer-Kestner estaba convencido de la inocencia de Dreyfus y también convenció a Georges Clemenceau, un exdiputado y periodista. Ese mismo mes, Mathieu Dreyfus acusó a Esterházy ante el Ministerio de Guerra por la traición.
En enero de 1898, mientras más personas apoyaban a Dreyfus, ocurrieron dos eventos importantes:
- Esterházy, el verdadero traidor, fue declarado inocente y aplaudido por los grupos conservadores y nacionalistas.
- El escritor Émile Zola publicó «J’accuse…!», un texto que defendía a Dreyfus y que hizo cambiar de opinión a muchos pensadores.
Francia comenzó a dividirse. Hubo disturbios en más de veinte ciudades, y algunas personas perdieron la vida. La República se sintió amenazada, y muchos pensaron que el Caso Dreyfus debía terminar para calmar la situación.
A pesar de los intentos del Ejército para evitarlo, en 1898 el Tribunal Supremo reabrió el caso. Al año siguiente, anuló la condena de Dreyfus y ordenó un nuevo juicio militar en Rennes. Sorprendentemente, Dreyfus fue condenado de nuevo, esta vez a diez años de trabajos forzados, aunque el tribunal mencionó "circunstancias atenuantes". Diez días después, Dreyfus, agotado y enfermo por cuatro años de prisión, aceptó el perdón del presidente Émile Loubet.
En 1906, su inocencia fue reconocida oficialmente por la Corte de Casación. Esta decisión anuló el juicio de 1899 y rehabilitó al capitán Dreyfus, algo único en la historia legal francesa. Dreyfus fue reincorporado al Ejército con el rango de comandante y participó en la Primera Guerra Mundial. Falleció en 1935.
El Caso Dreyfus tuvo un gran impacto en todos los aspectos de la vida pública francesa: la política, el ejército, la religión y la sociedad. También influyó a nivel internacional, por ejemplo, en las ideas de Theodor Herzl, considerado el "padre del sionismo", y en las comunidades judías de Europa.
¿Qué significan los términos relacionados con el Caso Dreyfus?
En francés, se crearon tres palabras relacionadas con el caso: dreyfusards, dreyfusiens y dreyfusistes.
- Los dreyfusards fueron los primeros en defender a Dreyfus, apoyándolo incondicionalmente desde el principio.
- Los dreyfusistes fueron quienes analizaron las implicaciones del caso y creyeron que era necesario hacer cambios políticos y sociales. Algunos dreyfusards se convirtieron en dreyfusistes.
- Los dreyfusiens surgieron en diciembre de 1898, cuando el conflicto entre los partidarios y opositores de Dreyfus se volvió muy intenso. Aunque consideraban injusta la situación de Dreyfus, su principal objetivo era calmar la situación para proteger el sistema republicano.
¿Cómo era Francia en ese momento?
El ambiente político
En 1894, la Tercera República francesa (1870-1940) llevaba veinticuatro años. El sistema republicano parlamentario de Francia había enfrentado varias crisis. Las elecciones de 1893 dieron una clara victoria a los republicanos.
El gobierno de la época buscaba proteger la economía, no se enfocaba mucho en los problemas sociales y quería fortalecer las alianzas internacionales. La política de centro llevó a un período de inestabilidad, con varios gobiernos y presidentes. El Caso Dreyfus estalló durante el gobierno de Jules Méline, que era bastante estable y conservador.
El ambiente militar
El Caso Dreyfus ocurrió en un contexto de gran nacionalismo, especialmente por la pérdida de las regiones de Alsacia y Lorena en la guerra franco-prusiana de 1870. El ejército francés buscaba más recursos para prepararse para futuros conflictos. En ese momento, el ejército estaba formado en parte por oficiales de familias nobles y monárquicas, que a menudo despreciaban la República.
El ejército estaba cambiando, buscando ser más democrático y moderno. Los ingenieros talentosos competían con los oficiales de las escuelas militares tradicionales, lo que causaba tensiones. También había una carrera armamentista, con mejoras en la artillería.
El contraespionaje militar, llamado Sección de Estadísticas, se creó en 1871. Su misión era obtener información del enemigo y difundir información falsa. En 1894, su jefe era el teniente coronel Jean Sandherr. La Sección espiaba la Embajada de Alemania en París para evitar que se filtrara información importante. Ya había habido casos de espionaje que interesaban mucho a la prensa. En 1894, el agregado militar alemán en París, el conde Maximilian von Schwartzkoppen, parecía tener éxito en infiltrarse.
A principios de 1894, la Sección de Estadísticas investigaba la venta de documentos secretos. Esto llevó al inicio del Caso Dreyfus.
El ambiente social
El ambiente social se caracterizaba por un aumento del nacionalismo y la discriminación contra los judíos. Esta discriminación se hizo muy fuerte después de la publicación del libro La France juive (La Francia judía) de Édouard Drumont en 1886. Las tensiones aumentaron en toda la sociedad, alimentadas por una prensa influyente que podía publicar casi cualquier cosa, incluso información falsa o dañina.
La discriminación también existía en el Ejército. Los oficiales judíos eran a veces blanco de ataques en la prensa. Por ejemplo, el capitán Armand Mayer, un oficial judío, falleció en un duelo en 1892, lo que causó gran conmoción.
En 1890, Drumont fundó la Liga Antisemita de Francia. Para difundir sus ideas, lanzó el periódico La Libre Parole en 1892, que vendía unos 200.000 ejemplares diarios. Otros periódicos también difundían ideas discriminatorias. Esta campaña creó parte del ambiente que permitió que estallara el Caso Dreyfus.
El odio hacia los judíos se hizo público y violento, impulsado por una prensa que los presentaba de forma negativa. En 1895, había unas 80.000 personas judías en Francia, la mayoría bien integradas en la sociedad.
El inicio del caso y el juicio de 1894
El origen: Los hechos de espionaje
Aunque el origen del Caso Dreyfus se aclaró por completo en los años sesenta, durante casi un siglo hubo muchas dudas. Fue un asunto de espionaje con intenciones que aún hoy no están del todo claras. Los historiadores más importantes coinciden en una cosa: Dreyfus era inocente de cualquier crimen.
El descubrimiento de la carta
El Servicio de Inteligencia Militar (SR) siempre dijo que en septiembre de 1894, una mujer de la limpieza que trabajaba en la Embajada de Alemania entregó al contraespionaje francés una lista, que luego se llamó "el bordereau". Esta carta, rota en seis pedazos, sin firma ni fecha, había sido enviada al agregado militar alemán, Max von Schwarzkoppen. Indicaba que documentos militares confidenciales estaban a punto de ser entregados a un país extranjero.
La búsqueda del autor
El jefe del Departamento de Estadísticas, Jean Sandherr, informó al ministro de Guerra, el general Auguste Mercier. El ministro, criticado por la prensa, quiso usar este asunto para mejorar su imagen. Inició dos investigaciones secretas. Para encontrar al culpable, se limitaron a buscar a un sospechoso que fuera artillero y oficial en prácticas.
El "culpable ideal" fue identificado: el capitán Alfred Dreyfus, un ingeniero y artillero, de religión judía y origen alsaciano. Al principio, se enfocaron más en su origen alsaciano que en su religión. Sin embargo, la discriminación contra los judíos, que existía en el Estado Mayor, pronto se convirtió en un factor clave. Dreyfus era el único oficial judío que había sido aprobado recientemente por el Estado Mayor.
La idea de que Dreyfus era frío, reservado y "curioso" jugó en su contra. Estas características, algunas falsas, hicieron que las acusaciones parecieran creíbles. Esto llevó a una serie de errores que resultaron en una injusticia.
Desde el primer momento se produce el fenómeno que va a dominar todo el caso. No son más los hechos controlados, las cosas examinadas con cuidado que establecen la convicción; es la convicción soberana e irresistible que distorsiona los hechos y las cosas.
El análisis de la escritura

Para culpar a Dreyfus, se comparó su escritura con la del bordereau. Nadie en el Estado Mayor era experto en caligrafía. Entonces apareció el comandante Armand du Paty de Clam, quien era aficionado a la grafología. Él concluyó que las escrituras eran similares, a pesar de algunas diferencias. Así, Dreyfus fue considerado el "probable autor" del bordereau.
El general Mercier, ya con un culpable, le dio mucha importancia al asunto, convirtiéndolo en un "asunto de Estado". A pesar de las advertencias, decidió seguir adelante. Du Paty de Clam fue nombrado oficial de policía judicial para la investigación oficial.
Mientras tanto, se hicieron otras investigaciones sobre la personalidad de Dreyfus y la autenticidad del bordereau. Un experto, Gobert, no estaba convencido de que la escritura fuera de Dreyfus. Decepcionado, Mercier acudió a Alphonse Bertillon, inventor de un sistema de identificación criminal, pero no experto en escritura. Bertillon, bajo presión militar, afirmó que Dreyfus había disfrazado su propia escritura.
El arresto
El 13 de octubre de 1894, sin pruebas claras, el general Mercier llamó al capitán Dreyfus para una inspección. El objetivo era que Dreyfus confesara. Intentaron que escribiera un texto similar al bordereau mientras le dictaban.
El 15 de octubre por la mañana, Dreyfus pasó la prueba sin confesar nada. Du Paty incluso intentó sugerirle que se quitara la vida, pero Dreyfus se negó, diciendo que quería vivir para demostrar su inocencia. La esperanza de los militares se desvaneció. Sin embargo, Du Paty de Clam lo arrestó y lo acusó de espionaje. Dreyfus fue encarcelado en la Prisión de Cherche-midi en París.
La investigación y el primer juicio militar
Lucie Dreyfus, la esposa del capitán, fue informada el mismo día. Du Paty la aterrorizó, ordenándole guardar el secreto sobre el arresto de su esposo, diciendo: "¡Una palabra, una sola palabra, y es la guerra en Europa!". Dreyfus fue aislado ilegalmente en prisión, donde Du Paty lo interrogó día y noche para obtener una confesión, sin éxito. El comandante Forzinetti, a cargo de las prisiones militares de París, apoyó moralmente a Dreyfus.
El 29 de octubre, el periódico discriminatorio La Libre Parole de Édouard Drumont reveló el caso, iniciando una campaña de prensa muy agresiva. Esto convirtió el caso en un asunto de discriminación contra los judíos.
El 1 de noviembre, Mathieu Dreyfus, hermano de Alfred, se enteró del arresto. Desde entonces, se dedicó a luchar por la liberación de su hermano. Contrató al abogado Edgar Demange.
La investigación
El 3 de noviembre, el general Félix Gustave Saussier ordenó que se informara del caso. El comandante D'Ormescheville redactó un informe que se basaba más en "elementos morales" (chismes, el conocimiento de alemán de Dreyfus, su "memoria notable") que en pruebas materiales. La falta de neutralidad de este informe llevó a Émile Zola a llamarlo "un monumento a la parcialidad".
El 4 de diciembre, con un expediente sin pruebas sólidas, Dreyfus fue enviado a su primer juicio militar. El secreto se levantó y Demange pudo acceder al expediente. El abogado estaba seguro de la inocencia de Dreyfus al ver la falta de pruebas. La acusación se basaba solo en la escritura de una única pieza, el bordereau, sobre la cual los expertos se contradecían, y en testimonios vagos.
El juicio: "¡A puerta cerrada o la guerra!"
Durante los dos meses previos al juicio, la prensa se alborotó. Periódicos como La Libre Parole publicaron mentiras sobre Dreyfus. También usaron titulares extremos para justificar sus campañas contra la presencia de judíos en el ejército. Este período sirvió para que el Estado Mayor preparara a la opinión pública y presionara a los jueces. El 8 de noviembre, el general Mercier incluso declaró a Dreyfus culpable en una entrevista.
Hubo un gran debate sobre si el juicio debía ser a "puerta cerrada" (secreto). Algunos periódicos decían que era para absolver a Dreyfus, otros que era para evitar una guerra con Alemania.
El juicio comenzó el 19 de diciembre a puerta cerrada. Esto fue ilegal, ya que el comandante Picquart y el prefecto Louis Lépine estuvieron presentes en algunas audiencias. El objetivo era evitar que la información se divulgara y no obstaculizar los debates. Como se esperaba, la falta de pruebas en el expediente quedó clara. Los debates sobre la carta mostraron que Dreyfus no pudo haber sido el autor. Además, Dreyfus se defendió con energía y lógica, y varios testigos lo apoyaron. No había un motivo claro para el crimen, ya que Dreyfus era un oficial patriota, bien considerado y rico. La justificación de su culpabilidad solo por ser judío, usada por la prensa de derecha, no podía ser válida para un tribunal.
Alphonse Bertillon, que no era experto en escritura, fue presentado como un científico. Presentó su teoría de la "autofalsificación", diciendo que Dreyfus había disfrazado su propia escritura. Esta teoría, aunque extraña, pareció influir en los jueces. Además, el comandante Hubert-Joseph Henry hizo una declaración dramática, afirmando que una "persona honorable" acusaba a Dreyfus y jurando por su honor que Dreyfus era el traidor. Dreyfus exigió enfrentarse a su acusador, pero fue rechazado. Este incidente tuvo un efecto innegable en el tribunal, compuesto por siete oficiales que eran jueces y jurados. Sin embargo, el resultado del juicio era incierto. La convicción de los jueces se vio afectada por la actitud firme de Dreyfus. Los jueces se reunieron para deliberar. Pero el Estado Mayor tenía un "as bajo la manga" para inclinar la balanza contra Dreyfus.
Entrega de un documento secreto a los jueces
Los militares advirtieron sobre los riesgos de una absolución. El Departamento de Estadísticas había preparado un expediente con cuatro pruebas "absolutas" de la culpabilidad de Dreyfus, junto con una nota explicativa. Este expediente fue entregado ilegalmente al presidente del tribunal militar, el coronel Émilien Maurel, por orden del general Mercier. Más tarde, Mercier explicó que la naturaleza de las pruebas impedía su divulgación en el tribunal. Esta carpeta contenía cartas de poco interés, algunas manipuladas, y un documento famoso llamado "Canalla de D…".
Se trataba de una carta interceptada del agregado militar alemán, Max von Schwarzkoppen, dirigida al agregado militar italiano, Alessandro Panizzardi. Se suponía que esta carta culparía a Dreyfus, ya que, según sus acusadores, lo designaba por las iniciales de su nombre. En realidad, el Departamento de Estadísticas sabía que la carta no podía atribuirse a Dreyfus. El coronel Maurel afirmó que los documentos secretos no se usaron para influir en los jueces, pero se contradijo al decir que leyó un solo documento, "lo que fue suficiente".
Condena, degradación y deportación
El 22 de diciembre, después de varias horas de deliberación, se anunció el veredicto. Por unanimidad, los siete jueces condenaron a Alfred Dreyfus por traición a la patria. Fue sentenciado a ser despojado de su rango, degradado militarmente y deportado de por vida a una prisión fortificada en la Guyana. Dreyfus no fue condenado a muerte porque la Constitución de 1848 había eliminado la pena capital para crímenes políticos. Para las autoridades, la prensa y el público, cualquier duda que hubiera existido antes del juicio se disipó. Dreyfus era culpable. La discriminación contra los judíos alcanzó su punto máximo en la prensa. Incluso Jean Jaurès lamentó la "suavidad" de la sentencia.
El 5 de enero de 1895, la ceremonia de degradación se llevó a cabo en la Escuela Militar de París. Los testigos describieron la dignidad de Dreyfus, quien siguió proclamando su inocencia. Se difundió la "leyenda de la confesión", según la cual Dreyfus habría confesado su traición al capitán Lebrun-Renault antes de la degradación. Sin embargo, todo indica que el capitán de la Guardia Republicana se jactó y que Dreyfus no había confesado nada. Debido a la naturaleza del asunto, Dreyfus fue aislado en prisión, esperando su traslado. El 17 de enero, fue transferido a la prisión de la Isla de Ré, donde permaneció más de un mes. Se le permitió ver a su esposa dos veces por semana, con el director de la prisión entre ellos. El 21 de febrero, embarcó en un barco que partió hacia la Guyana al día siguiente.
El 12 de marzo, después de un viaje difícil, el barco llegó a la costa de la Isla de la Salvación. Dreyfus permaneció un mes en la prisión de la Isla Real; luego fue transferido a la Isla del Diablo el 14 de abril. Él y sus guardias eran los únicos habitantes de la isla. Fue instalado en una pequeña casa de piedra. El comandante de la prisión le hizo la vida muy difícil, y Dreyfus enfermó con fiebres que empeoraron con los años.
A Dreyfus se le permitió escribir en papel especial y censurado. Sufrió la censura tanto al enviar como al recibir cartas de su esposa Lucie. El 6 de septiembre de 1896, las condiciones de vida de Alfred Dreyfus empeoraron aún más: lo ataron a su cama, inmovilizado. Esta medida se tomó debido a información falsa sobre sus supuestos deseos de fuga, publicada por un periódico inglés. Durante dos largos meses, Dreyfus cayó en una profunda desesperación. En ese momento, se convenció de que su vida terminaría en esa isla remota.
La verdad sale a la luz
La familia Dreyfus descubre la trampa y actúa

Mathieu Dreyfus, el hermano mayor de Alfred, estaba convencido de la inocencia de su hermano. Fue el principal impulsor de su rehabilitación, dedicando todo su tiempo, energía y dinero para reunir apoyo. A pesar de las dificultades y las amenazas, logró convencer a varias personas. El periodista de izquierda Bernard Lazare investigó el caso. En 1896, Lazare publicó el primer folleto a favor de Dreyfus en Bruselas. Esta publicación tuvo poca influencia, pero contenía tantos detalles que el Estado Mayor sospechó del nuevo jefe del Departamento de Estadísticas, Picquart.
La campaña a favor de la revisión se difundió en la prensa de izquierda, lo que provocó una ola de discriminación contra los judíos. Francia seguía siendo mayoritariamente contraria a Dreyfus. El comandante Henry, del Departamento de Estadísticas, sabía que el expediente de acusación era débil. A petición de sus superiores, se encargó de "engrosar" el expediente para evitar cualquier intento de revisión. Como no encontraron pruebas de culpabilidad, decidieron fabricarlas.
El descubrimiento del verdadero culpable: Picquart "cambia de bando"

El verdadero culpable de la traición fue descubierto por casualidad de dos maneras: por Mathieu Dreyfus, a través de la denuncia del banquero Castro, y por el Departamento de Estadísticas, mediante una investigación. El coronel Sandher enfermó, y el teniente coronel Picquart asumió el mando del SR en julio de 1895. En marzo de 1896, Picquart, que había seguido el caso Dreyfus desde el principio, exigió recibir directamente los documentos robados a la Embajada de Alemania. Encontró un pequeño documento, una tarjeta-telegrama, escrita por Von Schwartzkoppen y dirigida a un oficial francés de origen húngaro: el comandante Ferdinand Walsin Esterhazy. Otra carta de Von Schwartzkoppen también mostraba la relación de espionaje con Esterházy.
Al ver las cartas de Esterházy, Picquart se dio cuenta con asombro de que su escritura era exactamente la misma que la de la "lista" que había incriminado a Dreyfus. Revisó el "expediente secreto" entregado a los jueces en 1894 y, al vaciarlo, se convenció de la inocencia de Dreyfus. Picquart inició una investigación secreta, sin el acuerdo de sus superiores. Esta investigación demostró que Esterházy conocía los detalles de la "lista" y que estaba en contacto con la Embajada de Alemania. Se confirmó que Esterházy vendía documentos secretos a los prusianos.
Esterházy había sido parte del contraespionaje francés y tenía una reputación escandalosa y muchas deudas. Para Picquart, era un traidor probable motivado por dinero. Picquart comunicó sus hallazgos al Estado Mayor, que se opuso, diciendo que el caso ya estaba "juzgado". A partir de entonces, se hizo todo lo posible para expulsar a Picquart de su puesto, con la ayuda de su propio adjunto, Henry. Los altos mandos del Ejército no querían admitir que la condena de Dreyfus había sido un grave error judicial.
La denuncia de Esterházy y el avance del apoyo a Dreyfus
La prensa nacionalista lanzó una campaña violenta contra los partidarios de Dreyfus. El Estado Mayor reveló información del "archivo secreto" que hasta entonces se desconocía. Las dudas comenzaron a surgir entre figuras culturales y políticas. Picquart intentó convencer a sus superiores de apoyar a Dreyfus, pero el Estado Mayor no escuchó. Se inició una investigación contra Picquart. Fue vigilado y enviado fuera de Francia.
En ese momento, el comandante Henry decidió actuar. El 1 de noviembre de 1896, creó una prueba falsa contra Dreyfus, el "falso Henry". Era una carta manipulada que supuestamente implicaba a Dreyfus. Aunque era una falsificación burda, los generales Gonse y Boisdeffre la llevaron al nuevo ministro de Guerra, el general Jean-Baptiste Billot. Las dudas del Estado Mayor sobre la inocencia de Dreyfus desaparecieron. Basándose en este "descubrimiento", el Estado Mayor decidió proteger a Esterházy y perseguir al coronel Picquart. Picquart, que no sabía nada del "falso Henry", se sintió aislado. Acusado de malversación por Henry, protestó y regresó a París.
Picquart confió en su amigo, el abogado Louis Leblois, a quien le hizo prometer confidencialidad. Leblois habló con el vicepresidente del Senado, el alsaciano Auguste Scheurer-Kestner, quien también empezó a dudar. Sin mencionar a Picquart, el senador presentó el caso a las más altas autoridades del país. Pero para el Estado Mayor, Picquart era sospechoso de haber filtrado información. Esto marcó el inicio de la "causa Picquart", una nueva conspiración militar contra el oficial.
El comandante Henry, entonces suplente de Picquart, continuó sus acciones ilegales: creó una carta que lo designaba como un instrumento de un "sindicato judío" que quería liberar a Dreyfus, falsificó la "pequeña azul" para hacer creer que Picquart había suprimido el nombre del verdadero destinatario, y redactó una carta nombrando a Dreyfus.
Mientras el coronel Picquart investigaba, los defensores de Dreyfus se enteraron en noviembre de 1897 de que la escritura de la "infidencia" (la traición) era de Esterházy. Mathieu Dreyfus mostró una reproducción de la nota, que se publicó en Le Figaro. Un banquero, Castro, identificó la escritura como la del comandante Esterházy, su deudor, y avisó a Mathieu. El 11 de noviembre de 1897, Scheurer-Kestner y Mathieu Dreyfus se reunieron. Mathieu recibió la confirmación de que Esterházy había sido el autor de la traición. El 15 de noviembre, Mathieu Dreyfus presentó una denuncia contra Esterházy en el Ministerio de Guerra. La polémica se hizo pública, y el Estado Mayor no tuvo más remedio que abrir una nueva investigación. A finales de 1897, Picquart regresó a París para hacer públicas sus dudas sobre la culpabilidad de Dreyfus. El intento de eliminar a Picquart parecía haber fallado.
El movimiento de apoyo a Dreyfus, organizado por Bernard Lazare, Mathieu Dreyfus, Joseph Reinach y Auguste Scheurer-Kestner, creció. Émile Zola, informado a mediados de noviembre de 1897, se convenció de la inocencia de Dreyfus y se comprometió oficialmente. El 25 de noviembre, el novelista publicó en Le Figaro el artículo "M. Scheurer-Kestner". Poco a poco, a partir de diciembre de 1897, escritores como Anatole France y Paul Bourget, y otros intelectuales, se unieron a la causa. El término "intelectuales" comenzó a popularizarse en este contexto.
Aunque el Caso Dreyfus ocupaba cada vez más los debates, el mundo político no siempre lo reconocía. Jules Méline declaró el 7 de diciembre: "No hay Caso Dreyfus. No lo hay actualmente y no puede haber Caso Dreyfus."
El juicio y condena del traidor
El general De Pellieux fue el encargado de una investigación, pero fue manipulado por el Estado Mayor. La investigación cambió de rumbo cuando la exmaestra de Esterházy, la señora De Boulancy, publicó en Le Figaro cartas donde Esterházy expresaba su odio a Francia. La prensa militarista defendió al traidor con una campaña de discriminación contra los judíos. La prensa a favor de Dreyfus respondió con nuevas pruebas. Georges Clemenceau, en el periódico L'Aurore, se preguntaba:
¿Quién protege al comandante Esterházy? La ley se detiene, impotente delante de este prusiano disfrazado de oficial francés. ¿Por qué? ¿Quiénes pues tiemblan delante de Esterházy? ¿Qué poder oculto, qué razones inconfesables se oponen a la acción de la justicia? ¿Quién le barre el camino? ¿Por qué se protege a Esterházy, personaje deplorable de moral más que dudosa, mientras que todos lo acusan? ¿Por qué se desacredita a un honesto soldado como el teniente coronel Picquart, abrumado, deshonrado? ¡Es necesario que lo digamos!
Aunque protegido por el Estado Mayor, Esterházy se vio obligado a reconocer que había escrito las cartas. El Estado Mayor decidió que Esterházy debía pedir ser juzgado para "detener el ruido". Así, el 10 de enero de 1898, Esterházy se presentó ante un tribunal militar. El juicio fue irregular: se negó la participación de Mathieu y Lucie Dreyfus, los expertos en escritura no reconocieron la escritura de Esterházy en la nota, y los testigos de cargo fueron abucheados. El verdadero acusado parecía ser el coronel Picquart. Esterházy fue absuelto por unanimidad al día siguiente, después de solo tres minutos de deliberación.
Un inocente fue condenado por error, y el culpable fue absuelto. Para muchos republicanos moderados, esto fue un ataque intolerable a los valores fundamentales. La absolución de Esterházy cambió la estrategia de los partidarios de Dreyfus. Hubo importantes y violentos disturbios en toda Francia.
El Estado Mayor arrestó al teniente coronel Picquart por revelar información secreta a su abogado. El coronel, aunque arrestado, no se rindió y se comprometió aún más en el caso.
El comandante Esterházy pronto fue ayudado y, ante los riesgos, se exilió en Inglaterra, donde vivió cómodamente. Esterházy recibió un trato preferencial de sus superiores militares, lo que se explica por el deseo del Estado Mayor de impedir cualquier intento de cuestionar la condena de Dreyfus en 1894.
El Caso estalla en 1898
«J’accuse…!»: El Caso Dreyfus se convierte en "el Caso"

El 13 de enero de 1898, Zola dio una nueva dimensión al Caso Dreyfus. Zola, en la cima de su fama literaria, era consciente de su influencia. Le dijo al general De Pellieux durante su juicio:
¿Yo pregunto al general De Pellieux si no hay distintas maneras de servir a Francia? Se la puede servir con la espada o con la pluma. ¡El Sr. general De Pellieux ha ganado seguramente grandes victorias! Yo gané la mía. A través de mis obras, la lengua francesa se llevó a todo el mundo. ¡Yo tengo mis victorias! ¡Yo lego a la posteridad el nombre del general De Pellieux y el de Émile Zola: él elegirá!
Escandalizado por la absolución de Esterházy, Zola decidió actuar. Publicó en la primera página de L'Aurore un artículo de cuatro mil quinientas palabras, en forma de carta abierta al presidente Félix Faure. Clemenceau lo tituló «J’accuse…!». El periódico, que normalmente vendía treinta mil ejemplares, ese día vendió trescientas mil copias. El artículo fue un ataque directo y explícito, denunciando a todos los que conspiraron contra Dreyfus, incluyendo al ministro de Guerra y al Estado Mayor. El artículo contenía algunos errores, pero su objetivo era que Zola fuera llevado a juicio para que su proceso sirviera como una oportunidad para un nuevo juicio público de los casos Dreyfus y Esterházy.
El 15 de enero, Le Temps publicó una petición pidiendo la revisión del juicio. Firmaron nombres importantes como Émile Zola, Anatole France, Marcel Proust y otros. El 1 de febrero, Barrès criticó a estos "intelectuales" en Le Journal. El antiintelectualismo se convirtió en un tema principal para los periodistas de derecha, quienes acusaban a los partidarios de Dreyfus de pensar más allá de los intereses de la nación. Este debate se centró en si era más importante la justicia y la verdad o la defensa de la nación y los intereses del Estado.
El juicio a Zola
El general Billot, ministro de Guerra, presentó una denuncia contra Zola y Alexandre Perrenx, el director del periódico L'Aurore, ante los tribunales de París del 7 al 23 de febrero de 1898. La difamación a una autoridad pública era juzgada, mientras que los ataques públicos de la prensa nacionalista y discriminatoria rara vez tenían consecuencias legales. El ministro se basó en tres pasajes del artículo de Zola. El juicio comenzó en un ambiente de gran violencia. Zola fue objeto de ataques, pero también recibió mucho apoyo.
Fernand Labori, el abogado de Zola, llamó a unos doscientos testigos. La verdad del Caso Dreyfus, desconocida para el público en general, se difundió a través de la prensa. Varios periódicos publicaron los debates completos, y la gente se basó en estos informes para formarse una opinión. Esto fue muy importante para los partidarios de Dreyfus. Sin embargo, los nacionalistas organizaron disturbios, obligando a la policía a proteger la salida de Zola en cada audiencia.
Este proceso fue una verdadera batalla legal, donde los derechos de la defensa fueron constantemente ignorados. Muchos observadores se dieron cuenta de la conexión entre el mundo político y los militares. La Corte recibió instrucciones para que no se hablara del error judicial. El presidente Delegorgue, para acortar las audiencias, manipuló la ley para que el juicio solo tratara sobre la supuesta difamación de Zola. Su frase "la cuestión no será tratada", repetida muchas veces, se hizo famosa.
Zola fue condenado a un año de prisión y una multa, la pena máxima. Esta dureza se debió al ambiente de violencia que rodeó el juicio. Sin embargo, el juicio a Zola fue una victoria para los partidarios de Dreyfus. El Caso y sus contradicciones pudieron ser discutidos ampliamente, especialmente por los militares. Además, la violencia contra Zola y la injusticia de su condena fortalecieron el compromiso de los partidarios de Dreyfus. El senador Ludovic Trarieux y el jurista católico Paul Viollet fundaron la Liga por la Defensa de los Derechos del Hombre. El "asunto Zola" dividió a los intelectuales en dos bandos opuestos.
El 2 de abril, una solicitud de apelación fue aceptada. Fue la primera intervención del Tribunal Supremo en este asunto. La denuncia debería haber sido presentada por el tribunal militar y no por el ministro. El fiscal general Manau estaba a favor de la revisión del caso Dreyfus y se opuso firmemente a los discriminadores. Los jueces del tribunal militar, cuestionados por Zola, presentaron una denuncia por difamación. El asunto se llevó a los tribunales de Versalles, donde el público era más nacionalista y favorable al Ejército. El 23 de mayo de 1898, Labori apeló por el cambio de jurisdicción. El proceso se aplazó. Labori aconsejó a Zola salir de Francia hacia Inglaterra antes del final del proceso, lo que el escritor hizo. Los acusados fueron condenados de nuevo. En cuanto al coronel Picquart, volvió a prisión.
Henry es descubierto, el Caso se reaviva
La absolución de Esterházy, las condenas de Émile Zola y Georges Picquart, y la presencia de un inocente en prisión tuvieron una gran repercusión nacional e internacional. Francia mostraba una arbitrariedad estatal que contradecía sus principios republicanos. La discriminación contra los judíos avanzó, y los disturbios fueron comunes en 1898. Sin embargo, los políticos seguían negando el Caso. Entre abril y mayo de 1898, se preocuparon por las elecciones legislativas. A pesar de todo, la causa a favor de Dreyfus se reactivó.
Godefroy Cavaignac, el nuevo ministro de Guerra y un fuerte opositor a la revisión, quería demostrar definitivamente la culpabilidad de Dreyfus. Estaba convencido de la culpabilidad de Dreyfus, reforzada por la leyenda de una supuesta confesión. Cavaignac era honesto, pero desconocía los detalles del Caso, que el Estado Mayor se abstuvo de mostrarle. Se sorprendió al saber que los documentos en los que se basaba la acusación no habían sido examinados. Él mismo decidió investigar y recuperó el expediente secreto, que tenía 365 piezas.
El 7 de julio de 1898, en la Cámara, Cavaignac presentó tres piezas "abrumadoras", dos de las cuales no tenían relación con el Caso y la otra era el "falso Henry". El discurso de Cavaignac fue efectivo: los diputados lo aplaudieron y votaron para que su discurso y las tres pruebas se publicaran en los 36.000 municipios de Francia. Los opositores a Dreyfus triunfaron, pero Cavaignac reconoció implícitamente que la defensa de Dreyfus no había tenido acceso a todas las pruebas. Al día siguiente, el coronel Picquart declaró en Le Temps que las pruebas de 1894 no debían aplicarse a Dreyfus y que la de 1896 era una farsa, lo que le valió once meses de prisión.
El 13 de agosto por la tarde, el capitán Cuignet, adjunto de Cavaignac, descubrió que el color del papel del "falso Henry" no coincidía. Cavaignac, aún buscando razones para la culpabilidad de Dreyfus, ocultó su descubrimiento. Se formó una junta de investigación para interrogar a Esterházy, quien entró en pánico y admitió sus relaciones secretas con el comandante Du Paty de Clam. La conexión entre el Estado Mayor y el traidor quedó demostrada. El 30 de agosto, Cavaignac se resignó a pedir explicaciones al coronel Henry, quien, tras una hora de interrogatorio, confesó por completo. Fue arrestado y falleció al día siguiente en prisión. La solicitud de revisión presentada por Lucie Dreyfus ya no podía rechazarse. Sin embargo, Cavaignac afirmó: "¡Nunca jamás!". Pero el presidente del Consejo, Henri Brisson, lo obligó a renunciar.

Los opositores a la revisión no se dieron por vencidos. El 6 de septiembre, Charles Maurras publicó un elogio de Henry, describiéndolo como un "servidor heroico de los grandes intereses del Estado". La Libre Parole propagó la idea de un "falso patriotismo". El mismo periódico lanzó una colecta para la viuda de Henry, con el fin de erigir un monumento a su marido. Cada donación iba acompañada de comentarios contra Dreyfus y sus partidarios.
El 3 de septiembre de 1898, el presidente del Consejo, Brisson, animó a Mathieu Dreyfus a presentar una solicitud de revisión del juicio de 1894. El Gobierno transfirió el asunto al Tribunal Supremo para que revisara los procedimientos de los últimos cuatro años. Francia estaba realmente dividida, como muestra la famosa caricatura de Caran d'Ache "Una cena en familia".
Crisis y cambios políticos
Henry falleció, Boisdeffre renunció, Gonse no tenía autoridad y Du Paty estaba seriamente comprometido por Esterházy: para los conspiradores, era el fin. El Gobierno estaba entre la espada y la pared: la ley y la justicia contra la presión nacionalista de las calles y del alto mando militar. Cavaignac renunció para seguir defendiendo su visión contra Dreyfus y se convirtió en el principal opositor a la revisión. El general Zurlinden, su sucesor, influenciado por el Estado Mayor, emitió una opinión negativa a la revisión el 10 de septiembre, apoyado por la prensa extremista que decía: "La revisión es la guerra". La obstinación del Gobierno, que votó el recurso al Tribunal Supremo el 26 de septiembre, provocó la renuncia de Zurlinden, reemplazado por el general Chanoine. Este, en la Cámara, también renunció, lo que obligó a Brisson a dimitir. La inestabilidad ministerial llevó a una inestabilidad gubernamental.
El 1 de noviembre, Charles Dupuy fue nombrado en sustitución de Brisson. Dupuy anunció que seguiría las sentencias del Tribunal Supremo, abriendo el camino a quienes querían la revisión. El 5 de diciembre, un debate apasionado en la Cámara sobre la entrega del "expediente secreto" al Tribunal Supremo aumentó la tensión. Las amenazas de levantamiento se hicieron presentes. Paul Déroulède declaró: "Si es necesario hacer la guerra civil, la haremos."
Una nueva crisis ocurrió dentro del Tribunal Supremo, ya que Quesnay de Beaurepaire, presidente de la sala civil, acusó a la sala penal de apoyar a Dreyfus a través de la prensa. Renunció el 8 de enero de 1899 como un héroe de la causa nacionalista. Esta crisis llevó a que la sala penal fuera reemplazada por las salas reunidas, lo que bloqueó la revisión.
En 1899, el Caso ocupaba cada vez más la escena política. El 16 de febrero de 1899, el presidente de la República Félix Faure falleció. Émile Loubet fue elegido, lo que fue un avance para la causa de la revisión, ya que el presidente anterior había sido un fuerte opositor. El 23 de febrero, tras los funerales de Félix Faure, Déroulède intentó un golpe de Estado, pero fracasó porque los militares no lo apoyaron. El 4 de junio, Loubet fue atacado. Estas provocaciones, combinadas con las manifestaciones de la extrema derecha, aunque no pusieron en peligro la República, crearon un sobresalto republicano que llevó a la formación de un "Gobierno de defensa republicana" con Waldeck-Rousseau el 22 de junio. El Caso Dreyfus llevó a una clara reorganización del panorama político francés.
La anulación del juicio de 1894
El Tribunal Supremo examinó el Caso, en un contexto de campañas de prensa contra la sala penal. El 26 de septiembre de 1898, el ministro de Justicia se hizo cargo del Tribunal Supremo. El 29 de octubre, la Sala Penal del Tribunal declaró que la "petición era admisible" y que se procedería a una investigación adicional.
El juez Louis Loew presidió. Fue objeto de una violenta campaña de ataques discriminatorios. A pesar de los silencios de Mercier, Billot, Zurlinden y Roget, que se escudaban en la "cosa juzgada" y el "secreto de Estado", la comprensión del Caso aumentaba. Cavaignac declaró durante dos días, pero no logró demostrar la culpabilidad de Dreyfus. Al contrario, lo disculpó, sin querer, al demostrar la fecha exacta de la carta (agosto de 1894).
Posteriormente, Picquart demostró todos los errores y la conspiración. El 8 de diciembre de 1898, Picquart fue excluido del tribunal militar por la sala penal. Esto fue un nuevo obstáculo para el Estado Mayor. Una nueva campaña de prensa muy discriminatoria estalló. A pesar de todo, la Sala Penal reanudó la investigación. El "expediente secreto" se analizó a partir del 30 de diciembre, y la Corte solicitó el expediente diplomático, que fue concedido.
El 9 de febrero de 1899, la Sala Penal entregó su informe, destacando dos hechos importantes: la certeza de que Esterházy había falsificado el bordereau y que el expediente secreto estaba completamente vacío. Estos dos hechos por sí solos destruyeron todos los procedimientos contra Alfred Dreyfus. Pero al mismo tiempo, el presidente Mazeau ordenó una investigación sobre la Sala Penal, lo que llevó a la destitución de sus miembros.
El 28 de febrero, Waldeck-Rousseau habló ante el Senado sobre el Caso y denunció la "conspiración moral" en el Gobierno y en las calles. La revisión era inevitable. El 1 de marzo de 1899, el nuevo presidente del tribunal, Alexis Ballot-Beaupré, fue llamado a declarar para la solicitud de revisión. Decidió seguir investigando. Diez testigos adicionales fueron interrogados, lo que debilitó aún más la versión del Estado Mayor. En el debate final, el presidente Ballot-Baupré demostró la inutilidad de la carta, la única prueba contra Dreyfus.
El 3 de junio de 1899, las salas reunidas del Tribunal Supremo anularon el juicio de 1894 en audiencia solemne. El asunto fue enviado de nuevo al tribunal militar de Rennes. Las consecuencias fueron inmediatas: Zola regresó a Francia, Picquart fue liberado y Mercier fue acusado de comunicación ilegal de documentos. Con esta sentencia, el Tribunal Supremo se convirtió en una verdadera autoridad, capaz de enfrentarse a los militares y al poder político. Para muchos partidarios de Dreyfus, esta decisión de justicia era el principio de la absolución del capitán; olvidaban que sería de nuevo el Ejército quien lo juzgaría.
El juicio de Rennes de 1899
Desarrollo del proceso

Dreyfus no sabía lo que estaba pasando a miles de kilómetros de distancia. La administración de la prisión filtraba la información. A finales de 1898, se enteró con asombro de la verdadera dimensión del Caso: la acusación de su hermano contra Esterházy, la absolución del traidor, la confesión y fallecimiento de Henry.
El 5 de junio de 1899, Alfred Dreyfus fue informado de la decisión de revisar el juicio de 1894. El 9 de junio, dejó la Isla del Diablo rumbo a Francia, encerrado en una cabina. Desembarcó el 30 de junio en Port Haliguen, en secreto. Después de cinco años, se reencontró con su tierra natal, pero fue inmediatamente encerrado en la prisión militar de Rennes hasta el 1 de julio. Se presentó el 7 de agosto ante el tribunal militar de Rennes.
El general Mercier, líder de los opositores a Dreyfus, hizo declaraciones constantes a la prensa para reafirmar la exactitud del primer juicio: Dreyfus era culpable. Pero de inmediato surgieron voces en defensa de Dreyfus. Sus dos abogados tenían estrategias opuestas. Demange quería una defensa cautelosa para obtener la absolución. Labori, un abogado brillante, quería ser más ofensivo y humillar públicamente al Estado Mayor. Mathieu Dreyfus pensó que ambos abogados se complementarían. El desarrollo del proceso mostraría el error de esta estrategia.
El proceso comenzó el 7 de agosto de 1899 en un ambiente de gran violencia. Rennes estaba bajo estado de sitio. Los jueces del tribunal militar estaban bajo mucha presión. Esterházy, que admitió haber escrito la carta, huyó a Inglaterra. Cuando Dreyfus apareció, la emoción fue inmensa. Su apariencia física, deteriorada, afectó a sus partidarios y a algunos de sus oponentes. A pesar de su estado, Dreyfus tenía un control completo del expediente. Todo el Estado Mayor declaró contra Dreyfus sin aportar ninguna prueba. Las confesiones de Henry y Esterházy fueron consideradas nulas. El proceso tendía a descontrolarse, ya que las decisiones del Tribunal Supremo no se tomaban en cuenta. Se discutió, en particular, sobre la carta, que en realidad era una prueba de la culpabilidad de Esterházy. Mercier fue abucheado al salir de la audiencia. La prensa nacionalista se preguntaba sobre su silencio acerca de las "pruebas decisivas" que había anunciado.
El 14 de agosto, Labori fue víctima de un ataque cuando iba a los tribunales. Fue disparado por un extremista nacionalista que escapó. El abogado estuvo fuera de los debates durante más de una semana, en un momento crucial. El 22 de agosto, regresó. Los incidentes entre los dos abogados de Dreyfus se multiplicaron; Labori reprochaba a Demange su extrema cautela.
Ante la dureza del juicio militar, el Gobierno aún podía actuar de dos maneras: recurriendo al testimonio de Alemania o abandonando la acusación. Sin embargo, estas negociaciones no tuvieron éxito. La Embajada alemana envió una negativa. El ministro de Guerra, el general Gaston de Galliffet, pidió al comisario gubernamental que se mantuviera en el espíritu de revisión del Tribunal Supremo. El oficial no entendió la alusión y, con la ayuda del abogado nacionalista Auffray, acusó a Dreyfus. La defensa tenía que tomar medidas, porque el resultado del juicio parecía malo, a pesar de la ausencia de cargos contra el acusado. Labori, convencido por Waldeck Rousseau, Jaurès y Zola, decidió no hacer su declaración para no ofender a los militares. Se decidió buscar la conciliación a cambio de la absolución que el gobierno parecía prometer. Pero fue un engaño. Demange, solo y sin ilusiones, garantizó la defensa de Dreyfus en un clima de casi guerra civil.
En París, agitadores nacionalistas fueron arrestados. Jules Guérin y otros se atrincheraron en el Fort Chabrol y fueron sitiados por la policía.
Nueva condena

El 9 de septiembre de 1899, el Tribunal dictó su veredicto: Dreyfus fue nuevamente condenado como culpable de traición, pero "con circunstancias atenuantes" (por 5 votos contra 2) a diez años de prisión y a una nueva degradación. Contrariamente a las apariencias, este veredicto estuvo muy cerca de la absolución por un solo voto.
Este veredicto absurdo parecía una confesión de culpabilidad de los miembros del tribunal militar. Parecían no querer rechazar la decisión de 1894, y eran conscientes de que el expediente no tenía pruebas sólidas. Pero también podría interpretarse como un veredicto hábil, porque los jueces, preocupados por sus colegas y por los riesgos de guerra civil, reconocían implícitamente la inocencia de Dreyfus (¿se puede traicionar con circunstancias atenuantes?).
Al día siguiente del veredicto, Alfred Dreyfus, después de muchas dudas, presentó un recurso de revisión. Waldeck-Rousseau, en una posición difícil, consideró por primera vez el perdón presidencial. Para Dreyfus, aceptar el perdón era aceptar la culpabilidad. Pero finalmente, alejado de los suyos, se vio obligado a aceptar. El decreto se firmó el 19 de septiembre y fue puesto en libertad el 21 de septiembre de 1899. Muchos partidarios de Dreyfus se sintieron frustrados por este final. La opinión pública recibió esta conclusión con indiferencia. Francia buscaba la paz civil y la armonía antes de la Exposición Universal de 1900 y de la gran lucha que la República se preparaba para la libertad de asociaciones y la separación entre Iglesia y Estado.
Con esta perspectiva, el 17 de noviembre de 1899, Waldeck-Rousseau proclamó una ley de amnistía que cubría "todos los hechos criminales o delictivos relacionados con el caso Dreyfus". Los partidarios de Dreyfus se rebelaron, ya que no podían aceptar que los verdaderos culpables quedaran absueltos de sus crímenes de Estado, mientras que Zola y Picquart debían pasar por un juicio. A pesar de las inmensas protestas, la ley fue aprobada. No había entonces ningún recurso posible para que se reconociera la inocencia de Dreyfus; sería necesario encontrar en el futuro un nuevo hecho que pudiera dar lugar a la revisión.
Reacciones
Las reacciones en Francia fueron intensas, llenas de "asombro y tristeza" en el campo revisionista. Sin embargo, otras reacciones mostraron que el "veredicto de apaciguamiento" dictado por los jueces fue comprendido y aceptado por la población. Los republicanos buscaban sobre todo la paz social, para pasar página a este largo y polémico asunto. Por ello, las manifestaciones fueron muy pocas en las provincias, mientras que la agitación persistió un poco más en París. En el mundo militar, también se buscaba la calma. Dos de los siete jueces votaron la absolución, negándose a acatar la orden militar implícita. Esto también fue claramente percibido. El general Galliffet anunció: "El incidente está cerrado".
Hubo manifestaciones contra Francia en veinte capitales extranjeras; la prensa estaba escandalizada. Las reacciones fueron de dos tipos. Las anglosajonas, legalistas, se centraron en el asunto de espionaje y cuestionaron con fuerza el veredicto de culpabilidad. El informe del Lord Chief Justice de Inglaterra, Lord Russell of Killowen, a la reina Victoria el 16 de septiembre de 1899, es un símbolo de la repercusión mundial del Caso en Gran Bretaña. El juez inglés, que estuvo como observador en Rennes, criticó las debilidades del tribunal militar:
Los jueces militares «no estaban familiarizados con la ley» [...]. Carecían de la experiencia y aptitud que permiten ver la prueba detrás del testimonio. [...] Actuaron en función de lo que consideraban como el honor del ejército. [...] concedieron demasiada importancia a las frágiles alegaciones que se presentaron contra el acusado. Así concluyó: Parece claro que si el pleito de revisión hubiera tenido lugar ante el Tribunal de Casación, Dreyfus sería ahora un hombre libre.
En Alemania e Italia, los dos países implicados en la causa contra Dreyfus, fue un alivio. Aunque el káiser Guillermo II lamentó que la inocencia de Dreyfus no se hubiera reconocido, la normalización de las relaciones franco-prusianas se vio como un alivio bienvenido. Ninguna de las naciones tenía interés en una tensión permanente. La diplomacia de las tres potencias, con la ayuda de Inglaterra, se dedicó a relajar el ambiente, que solo se deterioraría de nuevo antes de la Primera Guerra Mundial.
Esta conclusión judicial también tuvo una consecuencia desastrosa en las relaciones entre la familia Dreyfus y los partidarios más extremos. Fernand Labori, Jaurès y Clemenceau, con el consentimiento del general Picquart, acusaron abiertamente a Alfred Dreyfus por haber aceptado el perdón y por protestar débilmente contra la ley de amnistía. Dos años después, su amistad terminó de forma escandalosa.
El largo camino hacia la rehabilitación (1900-1906)
Para evitar un tercer juicio, el Gobierno decidió perdonar a Dreyfus. El decreto fue firmado por el presidente Loubet el 19 de septiembre de 1899, después de muchas dudas. Dreyfus no fue declarado inocente por ello. El proceso de rehabilitación terminaría seis años después, sin grandes celebraciones. Muchas obras aparecieron durante ese período. Además de las memorias de Alfred Dreyfus, Reinach publicó su Histoire de l'affaire Dreyfus y Jaurès publicó Les Preuves. Zola escribió el tercero de sus Evangelios: «Verdad». Incluso Esterházy se benefició de la situación al contar sus "confidencias" y vender varias versiones de su testimonio.
Fallecimiento de Zola
El 29 de septiembre de 1902, Zola, el iniciador del Caso y el primer intelectual en apoyar a Dreyfus, falleció asfixiado por el humo de su chimenea. Su esposa Alexandrine se salvó por poco. Hubo conmoción entre los partidarios de Dreyfus.
Anatole France —quien exigió que Dreyfus estuviera presente en el funeral, mientras que el prefecto de París prefirió su ausencia "para evitar disturbios"— leyó su célebre discurso fúnebre en homenaje al autor de «J’accuse…!»:

Ante el recuerdo de la lucha emprendida por Zola por la justicia y la verdad,
¿me es posible guardar silencio sobre estos hombres ensañados en la ruina de un inocente,
quién sintiéndose perdido fue salvado,
mientras lo agobiaban con la audacia desesperada en el miedo?
¿Cómo apartarlos de su vista, mientras que debo mostrarle a Zola que se levanta, débil y desarmado ante ellos?
¿Puedo callar sus mentiras? Esto sería callar su rectitud heroica.
¿Puedo callar sus crímenes? Esto sería callar su virtud.
¿Puedo callar los ultrajes y las calumnias con las que lo persiguieron? Esto sería callar su recompensa y sus honores.
¿Puedo callar su vergüenza? Esto sería callar su gloria.
No, hablaré.
Envidiémosle: honró a su patria y al mundo por una obra inmensa y un gran acto.
Envidiémosle, su destino y su corazón le hicieron la suerte más grande.
Él fue un momento de la conciencia humana.
La rehabilitación parcial
Rehabilitación legal
Las elecciones de 1902 dieron la victoria a la izquierda. Jean Jaurès fue reelegido, lo que impulsó el caso el 7 de abril de 1903, aunque Francia lo consideraba olvidado. En un discurso, Jaurès mencionó la larga lista de falsedades en el caso Dreyfus e insistió en dos temas principales:
- La carta de renuncia del general De Pellieux, que mostraba la complicidad del Estado Mayor.
- El bordereau (supuestamente escrito por el káiser Guillermo II) al que el general Mercier se había referido en el proceso de Rennes, y cuya divulgación a través de la prensa habría influido en los jueces.
Ante estas novedades, el general André, nuevo ministro de Guerra, inició una investigación a petición de Émile Combes. La investigación descubrió muchas piezas, la mayoría falsas. En noviembre de 1903, se entregó un informe al ministro de Guerra. Esto marcó el inicio de una nueva revisión, con una investigación minuciosa que duraría dos años.
Los años 1904 y 1905 se dedicaron a diferentes fases judiciales ante el Tribunal Supremo. El tribunal usó tres puntos para la revisión:
- La falsificación del telegrama de Panizzardi.
- El cambio de fecha de una de las cartas del juicio de 1894.
- Que Dreyfus no había eliminado el acta de la asignación de artillería pesada.
En cuanto a la escritura de la Nota, el tribunal fue muy crítico con Bertillon, quien "razonó mal sobre documentos falsos". El informe demostró que la escritura era de Esterházy, quien lo reconoció. Finalmente, el Tribunal Supremo demostró la falta de sentido de la construcción intelectual de la Nota, y una comisión de generales afirmó que era "muy improbable que un oficial de artillería haya podido escribir esta misiva".
El 9 de marzo de 1905, el fiscal general Baudouin presentó un informe de 800 páginas pidiendo la anulación sin reenvío y criticando al Ejército. Fue necesario esperar hasta el 12 de julio de 1906 para que el Tribunal Supremo, con todas las cámaras reunidas, anulara sin retorno la sentencia dictada en Rennes en 1899 y pronunciara "la sentencia de rehabilitación del capitán Dreyfus". Los opositores a Dreyfus criticaron duramente la rehabilitación. Pero el objetivo era político: terminar el asunto. Nada podía cambiar la convicción de los adversarios de Dreyfus.
Es importante señalar que no solo se anuló la sentencia de Rennes, sino toda la cadena de actos previos, comenzando por la orden de juicio de 1894. El Tribunal se centró solo en los aspectos legales y constató que Dreyfus no debía volver a un nuevo juicio militar porque nunca hubo motivos, ante la total ausencia de pruebas.
Esperado, como último análisis, que, de la acusación llevada contra Dreyfus, nada permanece de pie; y que la anulación del juicio del Consejo de Guerra no deja subsistir nada que pueda a su cargo ser cualificado como crimen o delito; por lo tanto, por aplicación del apartado final del artículo 445 ninguna devolución debe pronunciarse.
La injusticia militar

Dreyfus fue reintegrado parcialmente en el ejército con el rango de jefe de escuadrón (comandante), por la ley del 13 de julio de 1906. Sus cinco años de prisión no se tuvieron en cuenta para su carrera, y no pudo aspirar a un grado de oficial general. Esta decisión frustró su esperanza de una carrera digna. Se vio obligado a renunciar en junio de 1907. Los jueces no pudieron poner fin a la injusticia. Dreyfus nunca pidió ninguna indemnización al Estado. Lo único importante para él era el reconocimiento de su inocencia.
El 4 de junio de 1908, durante el traslado de los restos de Emile Zola al Panteón de París, Alfred Dreyfus sufrió un ataque. Louis-Anthelme Grégori, un periodista de extrema derecha, le disparó dos veces con un revólver, hiriéndolo levemente en el brazo. El objetivo era perturbar la ceremonia dedicada a "los dos traidores": Zola y Dreyfus. También se buscaba rehacer el juicio de Dreyfus a través de un nuevo proceso. El juicio de Grégori, donde fue absuelto, fue el último de una larga serie de fallos judiciales, y provocó nuevos disturbios, que el Gobierno reprimió con poca fuerza.
Oficial de reserva, Dreyfus participó en la guerra de 1914-1918 en la retaguardia en París, como jefe de artillería, y luego fue asignado a Chemin des Dames y Verdún. Terminó su carrera militar con el rango de coronel. Falleció el 12 de julio de 1935 a los setenta y cinco años, en la indiferencia general. El coronel Picquart también fue oficialmente rehabilitado y reintegrado en el Ejército con el rango de general de brigada. Incluso fue nombrado ministro de Guerra en 1906, durante el gobierno de Clemenceau, hasta 1909. Falleció en 1914 por un accidente de caballo.
¿Cómo se ha estudiado el Caso Dreyfus a lo largo del tiempo?
El Caso Dreyfus se destaca por la gran cantidad de obras publicadas sobre él. Muchas de estas publicaciones son debates y no libros históricos, pero son útiles para estudiar el aspecto social del asunto.
El gran interés en el estudio del caso Dreyfus radica en que todos los registros están disponibles. Aunque los debates del juicio militar de 1894 no se transcribieron, los informes de todas las audiencias públicas de los numerosos procesos pueden consultarse. Además, muchos archivos son accesibles en los Archivos Nacionales y en el Archivo Militar.
La literatura de la época, publicada entre 1894 y 1906, comenzó con el folleto de Bernard Lazare, el primer intelectual a favor de Dreyfus.
La obra de Joseph Reinach, La historia del Caso Dreyfus, en siete volúmenes, que apareció a partir de 1901, fue la referencia principal hasta los años sesenta. Contiene mucha información precisa.
También existen "informes instantáneos" de testigos directos, como el libro de Alfred Dreyfus sobre sí mismo, Cinco años de mi vida. Estos testimonios ayudan a completar el panorama del asunto.
El compendio del caso Dreyfus por "Henri-Dutrait Crozon" (seudónimo del Coronel Larpent) es la base de toda la literatura contraria a Dreyfus. El autor desarrolló la teoría de una conspiración, financiada por la comunidad judía, para que Esterházy confesara el crimen.
La publicación de los apuntes de Schwartzkoppen en 1930 aclaró la culpabilidad de Esterházy y exculpó a Alfred Dreyfus. La derecha francesa discute el valor de este testimonio, pero la mayoría de los historiadores lo consideran una fuente válida.
La liberación de Europa después de la Segunda Guerra Mundial y la revelación de la Shoá llevaron a una reflexión sobre el fondo del Caso Dreyfus. Marcel Thomas, en 1961, con su obra Caso sin Dreyfus, renovó por completo la historia del caso, basándose en todos los archivos públicos y privados disponibles. Su obra es la base de todos los estudios históricos posteriores.
Jean-Denis Bredin, abogado e historiador, publicó en 1983 su libro El Asunto, reconocido como la mejor obra sobre el Caso Dreyfus. Se centra en una relación estrictamente factual de los hechos.
Finalmente, Vincent Duclert publicó en 2005 la primera biografía de Alfred Dreyfus, de 1300 páginas, entre otras publicaciones sobre el Caso Dreyfus, incluyendo la correspondencia completa entre Alfred y Lucie Dreyfus.
El Caso Dreyfus también ha sido el tema de muchas novelas. La última obra de Émile Zola (1902), La Verdad, traslada el Caso Dreyfus al mundo de la escuela. Anatole France publicó La isla de los pingüinos (1907), donde relata el asunto. Otros autores como Marcel Proust y Umberto Eco también lo mencionan en sus obras.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Dreyfus Affair Facts for Kids
- Anexo:Cronología del Caso Dreyfus
- Antisemitismo
- Émile Zola
- Georges Picquart
- Alfred Dreyfus