Émile Zola para niños
Datos para niños Émile Zola |
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Émile Édouard Charles Antoine Zola | |
Apodo | Le Maître de Médan | |
Nacimiento | 2 de abril de 1840 París (Francia) |
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Fallecimiento | 29 de septiembre de 1902 París (Francia) |
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Sepultura | Panteón de París | |
Nacionalidad | Británica y francesa (desde 1862) | |
Religión | Ateísmo | |
Familia | ||
Padres | Francesco Zola Émilie Aubert |
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Cónyuge | Alexandrine Zola (desde 1870) | |
Pareja | Jeanne Rozerot (desde 1888) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritor | |
Cargos ocupados |
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Movimiento | Realismo y naturalismo | |
Género | Novela y ensayo | |
Obras notables |
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Distinciones |
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Firma | ||
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Émile Édouard Charles Antoine Zola, más conocido como Émile Zola (París, 2 de abril de 1840-París, 29 de septiembre de 1902), fue un importante escritor, novelista, periodista y dramaturgo francés. Se le considera el fundador y principal figura del naturalismo literario y contribuyó mucho al desarrollo del naturalismo teatral.
Zola es uno de los novelistas franceses más conocidos y sus obras han sido muy publicadas, traducidas y comentadas en todo el mundo. Dejó una marca duradera en la literatura francesa. Muchas de sus novelas se han adaptado al cine y la televisión. Fue una figura clave en la búsqueda de la justicia en Francia. Apoyó la exoneración de un oficial del ejército, Alfred Dreyfus, que había sido acusado injustamente. Su famoso artículo de opinión, «J’accuse…!», le causó el exilio de su país. Zola fue nominado al Premio Nobel de Literatura en 1901 y 1902. Sus restos descansan en el Panteón de París desde 1908.
Su vida y sus escritos han sido estudiados a fondo por historiadores. En literatura, es famoso por Los Rougon-Macquart, una serie de veinte novelas. Esta obra describe la sociedad francesa durante el Segundo Imperio francés. Sigue la historia de la familia Rougon-Macquart a través de varias generaciones. Cada novela se centra en un miembro de la familia en una época específica.
Zola mostró la sociedad del Segundo Imperio en toda su variedad. Resaltó las dificultades de los trabajadores en su libro Germinal (1885) y los desafíos sociales en Nana (1880). También mostró los éxitos, como la aparición de las grandes tiendas en El paraíso de las damas (1883). Zola buscaba la verdad usando métodos científicos. Recopilaba observaciones directas e información detallada para cada tema. Con su habilidad para los detalles realistas y sus poderosas metáforas, creó un mundo de ficción impactante. Sus historias exploraban preguntas profundas sobre las personas y la sociedad.
Los últimos años de su vida estuvieron marcados por su participación en el Caso Dreyfus. En enero de 1898, publicó el artículo «J’accuse…!» en el periódico L'Aurore. Esto le llevó a un juicio por difamación y a exiliarse en Londres ese mismo año.
Contenido
La vida de Émile Zola
Émile Zola nació en París. Su padre, François Zola, era un ingeniero de Venecia que se había hecho ciudadano francés. Su madre, Émilie Aubert, era francesa. Su padre, que había sido oficial, propuso construir un sistema para llevar agua potable a Aix-en-Provence. Por eso, su familia se mudó a esa ciudad.
Primeros años y desafíos
La familia de Zola enfrentó problemas económicos después de que su padre falleciera en 1847 a causa de una Neumonía. Su madre, sin recursos, crió a Émile con la ayuda de su abuela. La relación con su madre fue muy importante en su vida y en sus escritos. En la escuela de Aix-en-Provence, Zola fue compañero de Paul Cézanne. Se hicieron amigos cercanos y mantuvieron esa amistad hasta 1886. Cézanne le enseñó sobre el arte, especialmente la pintura.
En 1858, Zola regresó a París. Allí, poco a poco, formó un pequeño grupo de amigos, la mayoría de Aix-en-Provence. Leyó a grandes autores como Molière, Michel de Montaigne y William Shakespeare. Más tarde, Honoré de Balzac también lo inspiraría. También fue influenciado por escritores de su tiempo, como Jules Michelet, quien le dio ideas para temas científicos y médicos.
En 1859, Émile Zola no aprobó dos veces el examen de bachillerato. Para no ser una carga para su madre, dejó los estudios y buscó trabajo. Estos fracasos lo afectaron mucho, pues se sentía mal por haber decepcionado a su madre. También sabía que sin un título, tendría muchas dificultades económicas.
Inicios en el mundo editorial
En 1862, Zola empezó a trabajar en la librería Hachette como dependiente. Allí escribió sus primeros textos y colaboró en las secciones literarias de varios periódicos. A partir de 1866, se hizo amigo de figuras importantes como Édouard Manet, Camille Pissarro y los hermanos Goncourt.
En 1868, Zola comenzó a planear su gran obra, Los Rougon-Macquart. Empezó a escribirla en 1871 y la terminó en 1893. Quería crear una novela "fisiológica", aplicando ideas sobre cómo la herencia y el entorno influyen en las personas. Zola explicó en el prefacio de la primera novela: "Quiero explicar cómo una familia, un pequeño grupo de seres humanos, se comporta en una sociedad, desarrollándose para dar lugar al nacimiento a diez o a veinte individuos que parecen, a primera vista, profundamente diferentes, pero que el análisis muestra íntimamente ligados los unos a los otros". La serie se subtituló Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio francés.
La obra tiene veinte novelas y comienza con La fortuna de los Rougon en 1871. Esta novela es un retrato social que, siguiendo el estilo naturalista, contiene mucha intensidad. Aunque a veces sus descripciones eran muy directas para la época, las novelas fueron creadas con mucha imaginación, a pesar de la investigación que Zola hacía previamente.
En 1870, Zola se casó con Alexandrine Mélay. Desde 1873, se relacionó con Gustave Flaubert y Alphonse Daudet. También conoció a Joris-Karl Huysmans, Paul Alexis, Léon Hennique y Guy de Maupassant. Estos escritores se hicieron visitantes frecuentes de las reuniones en Médan, un lugar cerca de Poissy donde Zola tenía una casa de campo desde 1878. Zola se convirtió en el líder de los escritores naturalistas.
En 1886, Zola y Cézanne se distanciaron. Se ha dicho que esto se debió a que el personaje de Claude Lantier, un pintor en la novela La obra de Zola, se parecía a Cézanne. Sin embargo, solo algunos rasgos de la personalidad de Claude Lantier se inspiraron en Cézanne. La obra de arte ficticia de Claude Lantier se basó en la interpretación de Zola de varios pintores que conocía, incluyendo a Manet. Zola, como aficionado al arte moderno, analizó la obra de Manet y se la atribuyó a un personaje con ideas, carácter y costumbres muy diferentes a las de Cézanne. Aunque la novela evocaba elementos que no correspondían con la vida de Paul, sí eran significativos para su vida y obra.
Zola criticaba a menudo los criterios de las exposiciones de arte oficiales del siglo XIX, que rechazaban las nuevas obras impresionistas.
La publicación de La tierra generó controversia. Un grupo de jóvenes escritores naturalistas publicó el «Manifiesto de los cinco» criticando la obra. En 1888, Zola conoció a Jeanne Rozerot, con quien tuvo dos hijos. En 1890, su solicitud para entrar en la Academia francesa fue rechazada. En 1894, la Santa Sede incluyó todas sus obras en el Índice de Libros Prohibidos de la Iglesia católica.
La vida en París y el mundo del arte
Émile Zola se mudó de Aix-en-Provence a París en 1858 para vivir con su madre. Vivieron de forma sencilla, mientras Zola esperaba tener éxito. Poco a poco, formó un círculo de amigos, muchos de ellos de Aix. Amplió sus conocimientos leyendo a Molière, Montaigne y Shakespeare. Más tarde, Balzac también lo inspiraría. También fue influenciado por autores de su tiempo, como Jules Michelet, quien le dio ideas para temas científicos y médicos.
Zola no aprobó su Bachillerato en ciencias dos veces en 1859. Estos fracasos lo afectaron mucho, pues se sentía mal por haber decepcionado a su madre. También sabía que sin un título, enfrentaría grandes dificultades económicas.
El mundo de la pintura fascinaba a Zola. Estaba muy cerca del movimiento impresionista y siempre defendió a estos pintores en sus escritos. Se hizo amigo de Édouard Manet, quien lo retrató varias veces. Gracias a Manet, Zola conoció a Stéphane Mallarmé. En 1863, junto a su amigo de la infancia Cézanne, visitó a Camille Pissarro en su estudio. También fue cercano a Auguste Renoir, Alfred Sisley y Johan Barthold Jongkind.
Durante décadas, Cézanne fue muy importante en la vida de Zola. El pintor y el escritor vivieron juntos, se escribieron muchas cartas y hasta se ayudaron económicamente. Pero con el tiempo, especialmente después de la publicación de La Obra, su amistad se debilitó. Cézanne creyó verse reflejado en el personaje de Claude Lantier, un pintor que no logra el éxito. Cézanne le envió su última carta a Zola en 1886, y nunca más se vieron.
El trabajo en la editorial Hachette
Después de no aprobar el bachillerato, Émile Zola buscó trabajo sin tener un título. En abril de 1860, empezó a trabajar en las aduanas. No estaba contento, así que renunció dos meses después. Pasó un tiempo sin empleo, sintiéndose desanimado y con problemas económicos. Finalmente, contactó a Louis Hachette, quien lo contrató en su librería el 1 de marzo de 1862. Zola se hizo ciudadano francés el 31 de octubre de 1862. Era valorado y hacía muchos contactos en el mundo literario. Trabajó cuatro años en el departamento de publicidad de Hachette, donde llegó a tener un puesto similar al de un moderno encargado de prensa.
En la librería Hachette, las ideas del Positivismo y el Anticlericalismo lo influyeron mucho. Allí también aprendió todo sobre la publicación y venta de libros. Trabajando duro en su tiempo libre, logró publicar sus primeros artículos y su primer libro, Contes à Ninon (Cuentos para Ninon), en 1864.
A finales de 1894, Zola conoció a Éléonore Alexandrine Meley, quien se hacía llamar Gabrielle. Se casaron en 1870.
Émile Zola: Maestro del Naturalismo
Zola observaba a las personas y los eventos de su tiempo para sus novelas. Siempre se involucró en causas sociales, artísticas o literarias que consideraba justas, aunque nunca se metió directamente en la política. Desconfiaba de las personas con cargos políticos y, antes del Caso Dreyfus, no tenía amigos en ese ámbito. Era un firme republicano y luchó contra el Imperio desde joven. Las primeras novelas de la serie Los Rougon-Macquart tenían un propósito satírico y político. La censura que sufrió a partir de 1871 con La Curée (La Jauría) y el regreso a la Tercera República francesa lo decepcionaron profundamente. Sin embargo, siguió siendo un republicano convencido, pues para él la república era "el único gobierno justo y posible".
Este período, que marcó el inicio de cierto reconocimiento profesional, también tuvo eventos difíciles en la vida de Zola. El año 1880 fue muy duro para el escritor. La muerte de Edmond Duranty y, sobre todo, la de Gustave Flaubert por un derrame cerebral, lo afectaron profundamente. Estas muertes, junto con la pérdida de su madre a finales de ese mismo año, sumieron a Zola en una depresión duradera. En 1881, al lograr independencia económica gracias a la publicación regular de Rougon-Macquart, dejó su trabajo como periodista. Publicó un artículo llamado "Adiós", donde hacía un balance de quince años de trabajo en la prensa. Volvería a escribir como periodista en algunas ocasiones, como durante el Asunto Dreyfus en 1897, principalmente en Le Figaro y en L'Aurore. Pero en el fondo, seguía siendo un reportero. La historia de Germinal se inspiró en sus encuentros con mineros y describe detalladamente el aumento del precio de las acciones mineras en la Bolsa de Lille.
Una de las cualidades de Zola era su dedicación y constancia. Su lema, pintado en la chimenea de su estudio en Médan, era: "Nulla dies sine línea" (No hay día sin una sola línea). Durante más de treinta años, su vida siguió un horario muy estricto. En Médan, después de levantarse a las siete de la mañana, tomaba un desayuno rápido y daba un paseo de media hora por el Sena con su perro Pinpin. Luego, comenzaba su primer período de trabajo, que duraba unas cuatro horas, y escribía cinco páginas. Las tardes las dedicaba a la lectura y a la correspondencia, que era muy importante para él. Sus cartas eran una oportunidad para hablar sobre sus contemporáneos y describirlos. Al final de su vida, cambió este horario para pasar más tiempo con sus hijos por las tardes, posponiendo algunas de sus actividades para la noche.
El Caso Dreyfus y la búsqueda de justicia
Desde 1897, Zola se involucró en el Caso Dreyfus. Este caso trataba sobre un militar francés, de origen judío, que fue acusado injustamente de ser un espía.
El novelista intervino en el debate debido a una campaña de odio y apoyó la causa de los judíos franceses. Escribió varios artículos, incluyendo la frase «la verdad está en camino y nadie la detendrá» (diciembre de 1897). Finalmente, publicó en el diario L'Aurore su famoso «J’accuse…!» (Carta al Presidente de la República) en 1898. Se imprimieron trescientos mil ejemplares, lo que provocó un cambio drástico en el proceso. El verdadero espía fue el comandante Walsin Esterházy, quien fue denunciado en un Consejo de Guerra el 10 de enero de 1898, pero sin éxito.
La carta completa de Émile Zola, dirigida al presidente francés M. Felix Faure, y publicada en la primera página del diario L'Aurore el 13 de enero de 1898, decía:
Yo acuso al teniente coronel Paty de Clam como colaborador —quiero suponer inconsciente— del error judicial, y por haber defendido su obra nefasta tres años después con maquinaciones descabelladas y culpables.Acuso al general Mercier por haberse hecho cómplice, al menos por debilidad, de una de las mayores injusticias del siglo.
Acuso al general Billot de haber tenido en sus manos las pruebas de la inocencia de Dreyfus, y no haberlas utilizado, haciéndose por lo tanto culpable de un crimen contra la humanidad y la justicia con un fin político y para salvar al Estado Mayor comprometido.
Acuso al general Boisdeffre y al general Gonse por haberse hecho cómplices del mismo crimen, el uno por fanatismo, el otro por espíritu de cuerpo, que hace de las oficinas de Guerra un lugar sagrado, intocable.
Acuso al general Pellieux y al comandante Ravary por haber hecho una investigación infame, una investigación parcialmente monstruosa, en la cual el segundo ha creado el imperecedero monumento de su torpe audacia.
Acuso a los tres expertos en escritura, los señores Belhomme, Varinard y Couard por sus informes engañosos y fraudulentos, a menos que un examen médico los declare víctimas de una ceguera de los ojos y del juicio.
Acuso a las oficinas de Guerra por haber hecho en la prensa, particularmente en L'Éclair y en L'Echo de París una campaña terrible para ocultar su falta, engañando a la opinión pública.
Y por último: acuso al primer Consejo de Guerra, por haber condenado a un acusado, basándose en un documento secreto, y al segundo Consejo de Guerra, por haber cubierto esta ilegalidad, cometiendo el crimen jurídico de absolver conscientemente a un culpable.
No ignoro que, al formular estas acusaciones, me expongo a los artículos 30 y 31 de la Ley de Prensa del 29 de julio de 1881, que se refieren a los delitos de difamación. Y voluntariamente me pongo a disposición de los Tribunales.
En cuanto a las personas a quienes acuso, debo decir que ni las conozco ni las he visto nunca, ni siento particularmente por ellas rencor ni odio. Las considero como entidades, como espíritus de maldad social. Y el acto que realizo aquí, no es más que un medio revolucionario de activar la explosión de la verdad y de la justicia.
Sólo un sentimiento me mueve, sólo deseo que la luz se haga, y lo imploro en nombre de la humanidad, que ha sufrido tanto y que tiene derecho a ser feliz. Mi ardiente protesta no es más que un grito de mi alma. Que se atrevan a llevarme a los Tribunales y que me juzguen públicamente.
Así lo espero".
Émile Zola, París, 13 de enero de 1898.
Esta fue la primera vez que se resumió el caso, y se leyó en todo el mundo. La reacción del gobierno fue inmediata. Un juicio por difamación, muy agitado y con mucha tensión, lo condenó a un año de cárcel y a una multa de 7500 francos. Su amigo, el escritor Octave Mirbeau, pagó la multa y los gastos.
Debido a la gran agitación que causó su juicio, Zola se exilió en Londres, donde vivió en secreto. A su regreso, publicó sus artículos sobre el caso en La Vérité en marche. Solo en junio de 1899, con la continuación del proceso, pudo regresar a su país. Pero Alfred Dreyfus fue condenado de nuevo, aunque con atenuantes, y Zola le escribió tan pronto como llegó. Zola ganó una gran importancia social y política, pero tuvo grandes problemas económicos (la justicia le embargó bienes) y fue muy criticado por medios influyentes.
El juicio a Zola
El juicio comenzó en un ambiente de gran tensión. Fernand Labori, el abogado de Zola, llamó a unos doscientos testigos. Este proceso fue una verdadera batalla legal, donde los derechos de la defensa fueron constantemente ignorados. Muchos observadores se dieron cuenta de la relación entre el mundo político y el militar. Era claro que se le había dicho al Tribunal que no debía cuestionar el error judicial en sí. La frase del Presidente de la Corte "La pregunta no se hará" se hizo famosa. Sin embargo, la habilidad de Fernand Labori permitió exponer muchas irregularidades e inconsistencias, obligando a los militares a revelar más de lo que hubieran querido. El 2 de abril, se presentó un recurso de apelación que fue aceptado. El caso se envió al Tribunal Penal de Seine-et-Oise en Versalles. El 23 de mayo de 1898, en la primera audiencia, el abogado Labori presentó otro recurso de apelación por cambio de jurisdicción.
El juicio se aplazó y los debates se pospusieron hasta el 18 de julio. Labori aconsejó a Zola que se fuera de Francia a Inglaterra antes de que terminara el juicio, y el escritor aceptó. Los acusados fueron condenados de nuevo.
Exilio en Londres
Zola fue enviado a prisión la misma tarde del veredicto, antes de que se le notificara oficialmente. Al igual que otros escritores como Victor Hugo o Voltaire, su exilio provocó un gran movimiento de apoyo. El 18 de julio de 1898, Zola, solo, tomó el tren de las 9 de la noche hacia Calais, sin equipaje. Luego vivió aislado en Londres, en secreto y soledad, con visitas ocasionales de sus amigos y familiares más cercanos. El fallecimiento del teniente coronel Hubert-Joseph Henry en agosto de 1898 le dio esperanzas de que su exilio terminara pronto. Pero fue una esperanza en vano, debido a la lentitud de la justicia. El proceso tuvo muchos episodios y se prolongó durante la primera mitad de 1899. La decisión, que fue favorable, se tomó el 11 de marzo. Finalmente, el 3 de junio de 1899, el escritor regresó a París, después de once meses de exilio, con Fécondité (Fecundidad), su última novela terminada el 28 de mayo del año anterior.
Consecuencias de su compromiso
La participación de Zola tuvo consecuencias tanto positivas como negativas para el escritor. Es claro que «J’accuse…!» impulsó por completo el Asunto Dreyfus y le dio una importancia social y política que no tenía antes. Zola salió de sus problemas legales con la imagen de un defensor de la justicia y los valores de la tolerancia y la verdad para una parte de la población. Pero este compromiso también le costó caro. Financieramente, los tribunales confiscaron sus bienes y los vendieron en subasta. Aunque al principio el caso Dreyfus parecía un problema menor para los opositores de Dreyfus, encontraron en Zola a su chivo expiatorio. Concentraron todos los ataques en él, y lo vieron como el traidor a la patria y al ejército. Así, a partir de 1898, el escritor fue objeto de una enorme presión de artículos, caricaturas, canciones y folletos que lo insultaban y lo difamaban. En algunos periódicos, incluso era atacado a diario.
Zola nunca se arrepintió de su compromiso, sin importar el costo. Escribió en sus notas: "Mi carta abierta (¡Acuso...!) salió como un grito. Todo estaba calculado por mí, me habían dado el texto de la ley, sabía lo que arriesgaba".
Últimas obras literarias
A pesar de su salud, Zola escribió dos ciclos de novelas más. El primero fue la serie Las tres ciudades, una trilogía compuesta por Lourdes (1894), Roma (1896) y París (1898). El segundo fue la tetralogía que llamó Los cuatro evangelios, formada por Fecundidad (1899), Trabajo (1901), Verdad (1903) y la inconclusa Justicia.
En un artículo famoso, el escritor Henry James, quien lo conoció, señaló que estas últimas obras eran menos enérgicas. Sin embargo, hizo un balance general positivo: «Nuestro autor era verdaderamente grande para tratar asuntos que le eran apropiados. Si los otros, los asuntos de orden personal o íntimo, más o menos inevitablemente lo hacían “traicionarse”, le cabe no obstante el gran honor de que cuanto más general y colectivo podía ser, más podía impresionarnos como profundo y verídico. No fue un honor fácil de alcanzar ni es probable que su nombre lo pierda en poco tiempo».
Fallecimiento de Émile Zola
Zola no pudo terminar su ciclo Les quatre évangiles. Falleció el 29 de septiembre de 1902 en su casa. Se cree que fue por asfixia, pero es más probable que fuera asesinado por alguien que tapó la chimenea de una estufa. (Uno de los abogados de Dreyfus, Fernand Labori, ya había sufrido un intento de asesinato). Zola y su esposa, después de cenar y hablar sobre la última edición de los tres primeros tomos de Les quatre évangiles, se acostaron a dormir. De madrugada, su esposa se sintió mal, fue al baño y al regresar encontró a Zola despierto y también indispuesto. Cuando él se levantó, cayó al suelo y su esposa intentó llamar al servicio, pero se desmayó en la cama.
Su entierro se celebró el domingo 5 de octubre con una multitud inmensa. El Premio Nobel de Literatura Anatole France pronunció un discurso que terminaba así: «No lo compadezcamos por haber sufrido; envidiémoslo. Erigido sobre la acumulación de ofensas que la ignorancia y la maldad hayan jamás provocado. Su gloria alcanza una altura inaccesible. Envidiémoslo, su destino y su corazón le concedieron la mayor recompensa: ha sido un momento de la conciencia humana».
Estuvo seis años enterrado en el Cementerio de Montmartre, en París. Sus restos fueron trasladados al Panteón el 4 de junio de 1908, el mayor honor en Francia.
Alfred Dreyfus fue finalmente rehabilitado en 1906.
Obras destacadas
Año | Obra | Género literario |
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1864 | Contes à Ninon (Cuentos a Ninon) | Cuento |
1865 | La Confession de Claude (La confesión de Claudio) | Cuento |
1867 | Les Mystères de Marseille | Novela |
1868 | Thérèse Raquin (Teresa Raquin) | Novela |
1871 | La Fortune des Rougon (La fortuna de los Rougon) | Novela |
1871 | La Curée (La jauría) | Novela |
1873 | Le Ventre de Paris (El vientre de París) | Novela |
1874 | La Conquête de Plassans (La conquista de Plassans) | Novela |
1875 | La Faute de l'Abbé Mouret (La caída del abate Mouret) | Novela |
1876 | Son Excellence Eugène Rougon (Su Excelencia Eugène Rougon) | Novela |
1877 | L'Assommoir (La taberna) | Novela |
1877 | L'Attaque du moulin | Cuento |
1880 | L'Inondation (La inundación) | Novela |
1880 | Nana | Novela |
1883 | Au Bonheur des Dames (El paraíso de las damas) | Novela |
1884 | La Joie de Vivre (La alegría de vivir) | Novela |
1885 | Germinal (Germinal) | Novela |
1886 | L'Œuvre (La obra) | Novela |
1887 | La Terre (La tierra) | Novela |
1888 | Le Rêve (El sueño) | Novela |
1890 | La Bête humaine (La bestia humana) | Novela |
1891 | L'Argent (El dinero) | Novela |
1892 | La Débâcle (El desastre) | Novela |
1893 | El doctor Pascal | Novela |
1894 | Lourdes | Novela |
1896 | Rome (Roma) | Novela |
1898 | Paris (París) | Novela |
1899 | Fécondité (Fecundidad) | Novela |
1901 | Travail (Trabajo) | Novela |
1903 | Vérité (Verdad) | Póstumo |
- | Justice (solo notas preparatorias) | - |
1898 | Messidor | Poesía |
1901 | L'Ouragan | Poesía |
1861 | Perrette | Teatro |
1874 | Les Héritiers Rabourdin | Teatro |
1878 | Le Bouton de rose | Teatro |
1880 | La novela experimental | Ensayo |
1881 | La escuela naturalista | Ensayo |
1881 | El naturalismo en el teatro | Ensayo |
Véase también
En inglés: Émile Zola Facts for Kids