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Colonización española de las Antillas Neerlandesas para niños

Enciclopedia para niños

La Colonización española de las Antillas Neerlandesas ocurrió entre finales del siglo XV y principios del siglo XVII. Estas islas estuvieron bajo control español hasta la década de 1630, cuando pasaron a manos neerlandesas. Por ejemplo, Curazao fue ocupada por las Provincias Unidas de los Países Bajos en 1634, y Aruba y Bonaire en 1636. España perdió estas islas definitivamente, que antes formaban parte de la Provincia de Venezuela.

Saba y San Eustaquio también fueron ocupadas por los neerlandeses en 1636. Sin embargo, San Martín no fue ocupada por los holandeses y franceses de forma definitiva hasta 1648. La presencia española fue más notable en las islas más grandes (Curazao, Aruba y Bonaire), aunque pequeña. Las islas más pequeñas, aunque oficialmente españolas, no fueron ocupadas, excepto San Martín entre 1633 y 1648, con el objetivo de evitar que los holandeses obtuvieran sal de allí.

Las Antillas Neerlandesas: Descubrimiento y Primeros Contactos

Las islas de Curazao, Aruba y Bonaire, junto con otras Pequeñas Antillas, fueron llamadas inicialmente por los españoles como "Islas Inútiles". Esto se debía a que no encontraron oro en ellas.

Cuando los españoles llegaron, Curazao, Aruba y Bonaire estaban habitadas por los caquetíos, un pueblo de la familia arahuaca.

¿Quién descubrió estas islas?

Las islas fueron descubiertas por Alonso de Ojeda en 1499. Él avistó Curazao (a la que llamó Isla de Los Gigantes) y desembarcó en Aruba. Estas islas pasaron a formar parte de su breve Gobernación de Coquibacoa, un territorio que los reyes le otorgaron sin el conocimiento de Cristóbal Colón.

El 6 de junio de 1508, el rey nombró a Ojeda gobernador de Nueva Andalucía, incluyendo estas tres islas.

En 1513, parte de la población de las tres islas fue llevada a Santo Domingo para trabajar en las minas de cobre.

En 1519, a petición de Juan Martín de Ampués, un representante de la Real Hacienda de Santo Domingo, los habitantes originales de Curazao, Aruba, Bonaire y de la Tierra Firme cercana fueron declarados "amigos de los españoles". Los padres jerónimos, que gobernaban en Santo Domingo, los protegieron de las expediciones que buscaban llevar personas para trabajar. Ampués se impresionó por la inteligencia de estos pueblos y quiso que conocieran el cristianismo.

En 1520, Ampués envió tres expediciones a las islas. La primera devolvió a Curazao a 25 indígenas que habían sido capturados antes. En la segunda, llegaron a Aruba y Curazao seis españoles para intentar enseñar el cristianismo a los indígenas. En la tercera, llegaron un albañil y un carpintero para construir una misión.

Ese año, el virrey Diego Colón le dio a Ampués una protección especial para los pueblos de las "islas inútiles". Esto significaba que los indígenas estarían protegidos y Ampués podría establecer asentamientos en las islas, actuando como su protector.

Una cuarta expedición fue enviada en 1522, liderada por Gonzalo de Sevilla, quien pasó un año y medio en las islas, estableciendo amistad con los indígenas.

Ampués fundó Coro en Tierra Firme en 1527. En 1528, fue reemplazado por Ambrosio Alfínger, un representante de la Casa de los Welser de Augsburgo. Los Welser recibieron del rey Carlos I el gobierno de la Provincia de Venezuela.

Un documento antiguo del 9 de diciembre de 1595, encontrado en el archivo de Caracas (Venezuela), menciona a Francisco Montesinos, cura y vicario de "las Islas de Curasao, Aruba y Bonaire". Este documento muestra que él le dio poder a Pedro Gutiérrez de Lugo para cobrar su salario como cura de las islas.

La Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales, durante la Guerra de los Ochenta Años, envió una expedición al mando de Johannes van Walbeeck. Esta expedición conquistó Curazao en 1634, y Aruba y Bonaire en 1636. Los españoles fueron desalojados a pesar de la defensa de López de Moria y Juan Matheos. La pequeña comunidad española y casi toda la población indígena arahuaca, que no quisieron obedecer a los Países Bajos, fueron expulsados y buscaron refugio en las costas de Venezuela.

Aruba bajo control español

España controló Aruba desde 1499 por aproximadamente un siglo. Los primeros europeos que mencionaron Aruba fueron Americo Vespucio y Alonso de Ojeda. Vespucio describió en una de sus cartas un viaje a las islas cerca de la costa de Venezuela. Mencionó una isla con muchos árboles de palo de brasil y otra isla cercana con casas construidas como en Venecia. En otra carta, describió una isla pequeña habitada por gente muy alta. Aunque Vespucio decía conocer la isla, él y Ojeda probablemente fueron guiados por los nativos de las islas cercanas. Ambos describieron Aruba como una "isla de los gigantes", refiriéndose a la estatura de los nativos caquetíos en comparación con los europeos. Ojeda también se refirió a la isla como "Oro Hubo". Sin embargo, el oro no se encontraría en Aruba hasta 300 años después. Vespucio regresó a España con algodón y palo de brasil de la isla. Las historias de Vespucio y Ojeda despertaron el interés por Aruba, y los españoles pronto se establecieron allí.

El jefe indígena de Aruba, Simas, recibió bien a los primeros sacerdotes y de ellos recibió una cruz de madera. En 1508, Alonso de Ojeda fue nombrado el primer gobernador español de Aruba, como parte de la "Nueva Andalucía". En 1515, parte de la población fue llevada a la isla de La Española para trabajar en las minas de cobre. A la mayoría se les permitió regresar cuando las minas ya no eran tan productivas.

Una Cédula real de noviembre de 1525 le dio a Juan Martínez de Ampués el derecho de repoblar las "islas inútiles" de Oroba (Aruba), Islas de los Gigantes (Curazao) y Buon Aire (Bonaire). Sin embargo, en 1528, Ampués fue reemplazado por un representante de la "Casa de Welser". En 1588, el poeta y cronista español Juan de Castellanos mencionó a Juan Martínez de Ampués y las tres islas en su obra Elegías de varones ilustres de Indias.

Un documento del 9 de diciembre de 1595 especifica que Francisco Montesinos, cura y vicario de "las Yslas de Curasao, Aruba y Bonaire", le dio poder a Pedro Gutiérrez de Lugo para cobrar su salario de las Reales Cajas de Felipe II.

En 1678, la obra de Exquemelin señala que los indígenas de Aruba hablaban español y que un sacerdote de Coro los visitaba una vez al año.

La isla de Aruba fue conquistada por los Países Bajos, a través de la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales, en 1636. Mantuvieron el control por casi dos siglos.

Contribuciones culturales en Aruba

Aruba celebra una fiesta llamada "Dia di San Juan" (Día de San Juan). En este día, los arubeños visten camisas rojas y amarillas tradicionales y pantalones negros para representar el fuego. Esta celebración es una mezcla de festivales de cosecha de los arahuacos de antes del cristianismo y las enseñanzas de los misioneros españoles, que la unieron con la celebración de San Juan. Aruba es uno de los lugares donde se celebra este día con baile y canto. Durante la celebración, un cantante interpreta un tradicional "dera gai" (enterrar el gallo) mientras los participantes acompañan la canción con tambores, violín y el instrumento local llamado wiri. Mientras cantan, eligen a alguien para intentar golpear un gallo falso con los ojos cerrados. Cuando la persona golpea al gallo falso, se libera un olor agradable, que proviene de la fruta llamada calabaza de peregrino.

Curazao: Un punto estratégico

Periodo español en Curazao

Curazao fue descubierta en 1499 por el español Alonso de Ojeda. En ese momento, se estimaba que había 2000 taínos en la isla.

El 6 de junio de 1508, el rey Fernando II de Aragón nombró a Ojeda gobernador de Nueva Andalucía, y las tres islas pertenecían a esta jurisdicción. En 1515, casi todos los taínos fueron llevados a La Española. En 1519, los habitantes de las islas se organizaron para evitar ser forzados a cambiar de religión. Los españoles se establecieron permanentemente en la isla en 1527. Sin embargo, la isla era controlada desde Coro, una de las ciudades españolas en Venezuela.

Los españoles trajeron muchas especies de animales a Curazao, como caballos, ovejas, cabras, cerdos y ganado, desde Europa o de otras colonias españolas. También plantaron varios árboles y plantas, como naranjos. A menudo, esto era un proceso de prueba y error. Por eso, también aprendieron y usaron los cultivos y métodos agrícolas de los taínos. El ganado era cuidado por los taínos y españoles. Las ovejas, cabras y vacas se adaptaron relativamente bien. Según fuentes históricas, había miles de animales en la isla. Sin embargo, la agricultura no fue tan exitosa, y los ingresos de la agricultura de Curazao fueron bajos. Como los españoles no encontraron metales preciosos, llamaron a la isla "isla inútil".

En las últimas décadas de la presencia española en Curazao, la isla se usó para criar animales grandes. Los españoles vivían cerca de Santa Bárbara, Santa Ana y en las aldeas de la parte occidental de la isla.

La Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales conquistó la isla en agosto de 1634, bajo el mando de Johannes van Walbeeck. Esto ocurrió a pesar de la defensa de Lope López de Moria y Juan Matheos, quienes envenenaron los pozos y se retiraron al oeste de la isla. La pequeña comunidad española y casi toda la población indígena arahuaca, que no quisieron obedecer a los Países Bajos, fueron expulsados y buscaron refugio en las costas de Venezuela. En 1636, hicieron lo mismo con Bonaire y Aruba. En este período, la Guerra de los Ochenta Años aún estaba en curso. Con esta acción, Walbeeck expulsó a los españoles definitivamente de las islas.

La Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales (WIC)

La Compañía de las Indias Occidentales (WIC) tomó posesión oficial de la isla en agosto de 1634, cuando los españoles se rindieron en San Juan. Los 30 españoles presentes en la isla y gran parte de los taínos fueron llevados por los holandeses a Venezuela. Aproximadamente 30 familias taínas pudieron seguir viviendo en la isla. El motivo de la invasión y conquista fue que la WIC buscaba una base para el comercio y para sus barcos. Curazao también tenía el mejor puerto conocido hasta ese momento en el Caribe. Además, la WIC buscaba una buena fuente de sal, y Curazao tenía madera, ganado, cal y combustible.

Los españoles planearon recuperar Curazao. Recopilaron información sobre las tropas, fortificaciones, puestos de avanzada, alimentos y municiones de tres maneras. Interrogaron a indígenas que vivían en Curazao y a quienes buscaban sal en la costa de Venezuela. Finalmente, los españoles enviaron espías a Curazao. Había dos lugares obvios para desembarcar: Piscaderabaai y el Agua Española. Schottegat estaba demasiado bien defendido. Los españoles prepararon sus planes y llevaron varios barcos, pero mientras se dirigían a la isla, una tormenta atacó la nave y Curazao nunca fue alcanzada. La WIC creía que las fuerzas españolas eran más fuertes y probablemente habrían ganado.

En el siglo XVIII, Curazao intentó comerciar con Venezuela y otras colonias españolas, pero esto fue impedido por los guardacostas españoles.

Bonaire: Un lugar de paso

En 1499, Alonso de Ojeda y Américo Vespucio fueron los primeros europeos en desembarcar en Bonaire. Ocuparon la isla para España. Como Bonaire no tenía oro y no era adecuada para la agricultura, los españoles no necesitaron fundar una colonia allí. Los indígenas fueron llevados para trabajar en plantaciones en América del Sur. En 1526, los españoles introdujeron ganado en Bonaire. Como resultado, los burros y cabras de la isla se volvieron salvajes.

Mientras tanto, algunos piratas se asentaron en el municipio de Rincón, un valle entre colinas que era seguro para ellos. Allí establecieron una comunidad, formada en su mayoría por prisioneros de guerra.

En 1636, Holanda conquistó Bonaire, que hasta ese momento había sido española. La isla quedó bajo la autoridad de Wouter van Twiller, el nuevo gobernador de los Países Bajos, y bajo la administración de la Compañía de las Indias Occidentales. En 1642, el gobernador de Venezuela Ruy Fernández de Fuenmayor viajó a Bonaire para atacar Curazao desde allí y recuperarla para España (había sido ocupada por los holandeses desde 1634), pero fue derrotado. En respuesta, barcos holandeses e ingleses aprovecharon la ocasión y atacaron varias ciudades de Venezuela.

El descubrimiento y anexión española de otras islas de las Antillas neerlandesas

Cristóbal Colón descubrió las islas de San Eustaquio, Saba y San Martín en 1493. Descubrió San Martín el 11 de noviembre de ese año, día de San Martín (de ahí el nombre de la isla). A Saba la llamó San Cristóbal. Así, las tres islas fueron oficialmente parte de España, pero ningún español se estableció en ellas.

Fue en 1636 cuando Holanda ocupó San Eustaquio, nombrando un gobernador para esa isla, y Saba (ocupada por el gobernador de la isla anterior para la Compañía de las Indias Occidentales en 1640). Así, esas islas fueron pobladas por británicos, irlandeses y personas de origen africano.

En cuanto a San Martín, aunque la isla también fue abandonada por los españoles y ocupada por franceses y holandeses en 1630, principalmente por la búsqueda de sal, estos fueron expulsados por los españoles tres años después. En 1644, los españoles mantuvieron la isla gracias a su victoria en el ataque a San Martín. Con la Paz de Münster, los españoles se retiraron. El 23 de marzo de 1648, Francia y la República de los Países Bajos firmaron un acuerdo (Tratado de Concordia), en el que se dividieron la isla.

Galería de imágenes

Véase también

Referencias


nl:Geschiedenis van de Nederlandse Antillen#Spaanse periode

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