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Buen salvaje para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Benjamin west Death wolfe noble savage
Pintura sobre el buen salvaje "La muerte de Wolfe", Benjamin West, 1770.

El buen salvaje o noble salvaje es una idea antigua que ha aparecido en la literatura y el pensamiento de Europa. Surgió cuando los europeos tuvieron contacto con los pueblos indígenas de América, África y Oceanía. Esta idea sugiere que los seres humanos, en su estado natural, son amables, pacíficos y tranquilos. También dice que problemas como la ambición, la preocupación y la violencia son causados por la vida en sociedad.

Esta creencia se relaciona con el mito de la Edad de oro de la Antigua Grecia. El poeta Hesíodo la mencionó por primera vez. En 1755, Jean-Jacques Rousseau escribió que el ser humano es muy amable en su estado original. Él creía que la naturaleza lo mantiene lejos de la ignorancia y de los problemas de la vida civilizada. Rousseau resumió esta idea con la frase: «el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe».

Antes del descubrimiento de América, muchos pensadores veían a los pueblos indígenas como "sirvientes por naturaleza", siguiendo las ideas de Aristóteles. Sin embargo, el encuentro con el Nuevo Mundo abrió un nuevo campo de estudio sobre las personas y sus culturas. Los orígenes de la idea del buen salvaje se encuentran en España en el siglo XV. No surgieron con pensadores posteriores como Rousseau. El concepto ya estaba presente en la primera Bula Inter caetera de 1493. Esta bula consideraba a los nativos aptos para recibir la fe católica. La idea continuó en las Décadas de Orbe Novo (1493-1522) de Pedro Mártir de Anglería. En esta obra, se describe a un "filósofo desnudo" de Cuba que comparte sus principios aprendidos de la naturaleza.

El encuentro con otras culturas

Desde la Antigua Grecia, se creía en una "edad de oro". Era una época ideal donde la humanidad vivía en bondad e inmortalidad. Esta creencia reapareció en la Alta Edad Media europea. Se pensaba que en un pasado muy lejano, la humanidad había vivido sin "corrupción". Sin embargo, el paso del tiempo había destruido esa "felicidad inicial".

Cuando Cristóbal Colón llegó a América, su imaginación se desbordó. Él incluso pensó que había llegado al paraíso terrenal. Esto llevó a atribuir todo tipo de bondades a los indígenas, a quienes llamaban "los naturales". Bartolomé de las Casas también contribuyó a esta visión. Él denunció los abusos y la violencia de los colonizadores españoles en América en su obra Brevísima relación de la destrucción de las Indias.

El papel de algunos religiosos, teólogos como los de la Escuela de Salamanca y los propios reyes fue importante. Se convocaron reuniones como la Junta de Burgos y la Junta de Valladolid. En ellas se discutió la naturaleza de los indígenas y la justificación de la conquista. También se habló de la explotación económica de América. Las leyes de Indias reconocían la "bondad natural" de los indígenas americanos. Esto los diferenciaba de los súbditos europeos de la Corona.

Además, la leyenda negra española extendió por Europa una visión positiva de los indígenas americanos. Los describían como seres humanos en estado de naturaleza, ingenuos y confiados. Se decía que eran incapaces de hacer el mal. Para los autores que estaban en contra de España, esta visión contrastaba con la de los conquistadores. A estos últimos los describían como personas crueles y ambiciosas.

Cómo se extendió la idea del buen salvaje

Las utopías del siglo XVI, como Elogio de la locura de Erasmo de Róterdam y Utopía de Tomás Moro, exploraron la idea de si el ser humano es bueno o malo por naturaleza. En el siglo XVII, obras como El Criticón de Baltasar Gracián también abordaron este debate. Por ejemplo, en Leviatán, Thomas Hobbes pensaba que la naturaleza humana es egoísta. Creía que la sociedad debía controlar a las personas.

Michel de Montaigne fue muy importante en la difusión del concepto del buen salvaje. Él defendió la idea de la "inocencia original" frente a la "sofisticación del espíritu humano". Montaigne fue un pensador humanista que influyó mucho en las corrientes filosóficas de la Ilustración y en la Edad Moderna.

Las diferentes ramas del cristianismo, tanto católica como protestante, creen que todas las personas están sujetas al pecado original. Por lo tanto, necesitan de la divinidad. Esto hace que la idea del "hombre bueno por naturaleza" sea difícil de aceptar para ellos. Sin embargo, la Ilustración del siglo XVIII comenzó a defender la "naturaleza buena" del individuo. Pensadores como John Locke y Jean-Jacques Rousseau afirmaron que el hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo corrompe.

En esta época, se encontraron nuevos ejemplos de "buenos salvajes" en las islas del océano Pacífico meridional. Viajeros como James Cook y La Pérouse describieron a los indígenas de estas islas tropicales como personas amables y desnudas. Estas historias se reflejaron en relatos como el del motín del Bounty.

Joseph-Marie Loaisel de Tréogate, un escritor popular durante la Revolución francesa, apoyó las teorías de Rousseau. Él decía que cualquier elemento humano que se alejara de la naturaleza solo podía causar desorden en las comunidades. En el siglo XIX, el descubrimiento de niños salvajes como Victor de Aveyron y Kaspar Hauser, que crecieron aislados de la sociedad, también contribuyó a la extensión de este concepto en Europa. Sus historias inspiraron obras literarias y cinematográficas.

Influencias en la cultura

La idea de la "bondad innata" del ser humano, lejos de la "civilización", aparece junto al exotismo de los pueblos no europeos. Esto se ve en obras universales como El libro de la selva o Tarzán. Sin embargo, el escritor William Golding cuestionó mucho esta idea en su novela de 1954 El Señor de las Moscas y en la película del mismo nombre de 1990.

Otras novelas que exploran esta idea son las distópicas. Por ejemplo, Un mundo feliz de Aldous Huxley lleva el mito del buen salvaje a extremos. Muestra las injusticias de las sociedades humanas. En España, la preocupación por este tema comenzó con el Descubrimiento. Alcanzó un punto importante con El reloj de los príncipes (1539). En esta obra, D. Antonio de Guevara incluyó la fábula El villano del Danubio. Esta fue la primera obra que comparó la maldad de la sociedad civilizada con la supuesta bondad de lo salvaje.

¿Qué se piensa hoy en día?

Ya en el siglo XIX, el médico John Crawfurd y el antropólogo James Hunt, ambos británicos, consideraban que la idea de un "buen salvaje" era una forma de racismo científico. El antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, en su libro de 1955 "Tristes trópicos", criticó la civilización occidental. Sin embargo, negó que el "buen salvaje" hubiera existido realmente.

Muchos antropólogos y expertos en culturas han cuestionado la teoría del buen salvaje. Uno de ellos es el neozelandés Derek Freeman. Este debate científico fue muy intenso a partir de las críticas de Freeman al trabajo de Margaret Mead en Nueva Guinea. Derek Freeman acusó a Mead de ser inexperta. Dijo que su trabajo era "el mejor ejemplo de autoengaño en la historia de las ciencias sociales". Él presentó ideas opuestas a las del buen salvaje. En esta discusión, también participó la estadounidense Elisabeth Marshal Thomas, a favor del mito. Sin embargo, la comunidad científica también cuestionó sus métodos y sus ideas.

Otras críticas vienen de obras como "Constant battles" del arqueólogo estadounidense Steven LeBlanc, escrita en 2003. En ella, el autor dice que grupos humanos de la Edad del Bronce, sin contacto con el mundo exterior, se atacaban violentamente entre sí. Esto ocurría porque competían por los alimentos a medida que su población crecía. En la obra "In War Before Civilization: the Myth of the Peaceful Savage" de 1996, el arqueólogo estadounidense Lawrence H. Keeley también rechazó la idea del "buen salvaje". Él afirmó que, según la evidencia arqueológica, la violencia para conseguir recursos (tierras, ganado, personas) fue común en las primeras sociedades humanas.

También en la obra "The Culture Cult: Designer Tribalism and Other Essays", el antropólogo neozelandés Roger Sandall rechazó la idea del "buen salvaje". Él argumentó que esta creencia se basa en una visión "idealizada" de lo primitivo. Esta visión busca mantener a los pueblos indígenas en un estilo de vida antiguo para cumplir con intereses políticos o comerciales.

En 2013, la discusión seguía activa. Esto se vio con la publicación del libro The World Until Yesterday del escritor y biogeógrafo Jared Diamond. Antropólogos y organizaciones indígenas lo criticaron. Esto fue porque el libro mostraba cómo algunas tribus tradicionales, incluso en el siglo XXI, resuelven sus conflictos con violencia.

Más información

  • Del buen salvaje al buen revolucionario

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Noble savage Facts for Kids

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Buen salvaje para Niños. Enciclopedia Kiddle.