Historieta franco-belga para niños

La historieta franco-belga o cómic franco-belga se refiere a las historietas creadas en Bélgica y Francia. En francés, se les llama Bandes dessinées (que significa 'tiras dibujadas') o simplemente BDs. Este término también abarca los estilos y formas de publicación que son comunes en las historietas de habla francesa en Europa, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial.
La historieta franco-belga es una de las tres grandes tradiciones de historietas en el mundo, junto con las de Estados Unidos y Japón. Es muy popular en Europa. En 2005, representaba el 7% de todos los libros publicados en Francia, con millones de ejemplares vendidos. Un ejemplo de gran éxito es Titeuf, que vendió casi medio millón de copias de uno de sus álbumes en 2008.
Aunque Francia y Bélgica ya tenían autores de historietas famosos, el cómic franco-belga se hizo muy fuerte después de la Segunda Guerra Mundial. Revistas belgas como Le Journal de Tintin (fundada en 1946) y Le Journal de Spirou se hicieron muy populares en Francia. La competencia entre estas revistas y su publicación semanal impulsó la creatividad de muchos autores. Los mercados de historietas en Francia y la Bélgica francófona se unieron. Muchos autores franceses o suizos trabajaban para editoriales belgas, y los autores belgas eran muy leídos en Francia. Se considera que la "edad de oro" de la historieta franco-belga terminó a principios de los años 70, cuando surgieron nuevas revistas con estilos de dibujo diferentes.
Muchos autores de historieta franco-belga han logrado fama mundial y han influido en artistas de otros países, como Italia, España, Japón y América Latina. La historieta franco-belga también está relacionada con la neerlandesa, ya que muchos autores francófonos son traducidos al neerlandés y viceversa.
Entre las historietas franco-belgas más conocidas están Las aventuras de Tintín y Las aventuras de Jo, Zette y Jocko (de Hergé), Tomás el Gafe (Franquin), Astérix (Goscinny & Uderzo), Lucky Luke (Morris & Goscinny) y Los Pitufos (Peyo). Algunas historietas con dibujos y tramas más realistas incluyen El Teniente Blueberry (Charlier & Giraud), Thorgal (van Hamme & Rosiński), XIII (van Hamme & Vance) y las obras de Hermann.
Revistas importantes de este género son Pilote y Spirou. Algunas series destacadas son Astérix, La Mazmorra, Tintín y XIII. Autores famosos incluyen a Chaland, Cosey, Lauzier, Moebius, Tardi y Hergé, además de pioneros como Töpffer. Hay premios como el Premio Saint-Michel y el evento más grande es el Festival Internacional de la Historieta de Angulema.
Las historietas más populares se traducen a otros idiomas, como español e inglés. Su influencia no solo llega a los lectores, sino también a los artistas. Muchas tradiciones europeas, como la italiana y la española, están muy influenciadas por la historieta franco-belga. Autores de otros países, como Copi y Juan Giménez de Argentina, Alejandro Jodorowsky de Chile, y José Luis Munuera y Julio Ribera de España, también trabajan directamente para el mercado francófono. Lo mismo ocurre con Marjane Satrapi de Irán, Grzegorz Rosinski de Polonia y Enki Bilal de Serbia.
Contenido
¿Qué significa "Bandes dessinées"?
En Francia y Bélgica, las historietas y los álbumes se conocen como bandes dessinées (abreviado BD) en francés y stripverhalen en neerlandés. La palabra francesa se adoptó en 1962 del inglés comic strip ('tira de cómic'). Antes se usaban expresiones como histoires en images (historias en imágenes). En Portugal, se tradujo el nombre francés para crear banda desenhada.
Es importante saber que el término bandes dessinées no indica si el contenido es divertido o humorístico, a diferencia de la palabra inglesa "comics". Esto ayuda a que las historietas sean tomadas más en serio como una forma de arte.
¿Qué es una historieta franco-belga?
El término bande dessinée es muy amplio. Puede referirse a todas las historietas hechas por autores franceses y belgas, a las publicadas por editoriales francesas y belgas, o a las que aparecen en cualquier revista belga o francesa. A veces, las historietas creadas en neerlandés también se incluyen en esta tradición.
Tanto Bélgica como Francia tienen una larga historia en la creación de historietas. Muchos autores de la región publican una gran cantidad de álbumes. De hecho, en los países de habla francesa, la historieta es a menudo llamada el "noveno arte".
El término "bande dessinée" también se usa para referirse a los álbumes de historietas, que suelen tener entre 40 y 60 páginas. Se imprimen en papel de alta calidad y a color, con un tamaño similar al A4 (aproximadamente 22x29 cm). En América del Norte, las historietas franco-belgas a menudo se consideran similares a las novelas gráficas, sin importar si se publicaron en partes o completas.
Algunos expertos, como Oscar Masotta, han notado que el estilo de estas historietas, con su "tiempo lento y humor sutil", encaja bien con la cultura francesa. Un autor español que trabajó en Francia, Víctor de la Fuente, destacó que el lector francés prefiere historias más profundas, donde el diálogo es tan importante como las imágenes.
Historia de la historieta franco-belga
Los inicios
La narración visual tiene raíces antiguas. En la Edad Media, se veían historias en los vitrales de las iglesias, como en la Catedral de Chartres, y en el famoso Tapiz de Bayeux del siglo XI. También en los manuscritos iluminados. Algunos teóricos, como Oscar Masotta, creen que la historieta moderna se parece más a las obras que usaban grabados en madera (xilografía) para crear libros como la Biblia pauperum a finales del siglo XIV.
Gutenberg inventó la imprenta en 1446. Desde el siglo XVI, comenzaron a circular las aleluyas (láminas con imágenes y textos). En 1796, Jean-Charles Pellerin inició una industria de estampas en la región de Épinal, conocidas como imágenes de Épinal.
En 1830, la revista Le Caricature inició la tradición de la caricatura política. Más tarde, Le Charivari se centró en el humor. El franco-suizo Rodolphe Töpffer es considerado el que popularizó la historieta moderna con su Histoire de M. Jabot, publicada en 1833. Su Ensayo sobre fisionomía de 1845 es el primer texto teórico sobre el medio. También surgieron series con personajes fijos, como La Famille Fenouillard (1889). En 1908, el francés Louis Forton creó Les Pieds Nickelés y fue de los primeros en usar bocadillos (globos de diálogo) dentro de los dibujos. En los años 20, destacaron las novelas sin palabras de Frans Masereel.
El uso exclusivo de globos de diálogo se hizo común con la historieta belga Zig et Puce (1925) de Alain Saint-Ogan y Las aventuras de Tintín (1929). Hergé, el creador de Tintín, dibujó 22 álbumes hasta su muerte en 1983. Estas dos series fueron muy populares en Bélgica en los años 30. En 1938, nació el semanario belga Le Journal de Spirou, que se convertiría en una de las publicaciones de historieta más importantes después de la guerra.
A mediados de los años 30, las historietas de Estados Unidos llegaron a Francia con Le Journal de Mickey (1934). Esta revista, que publicaba series estadounidenses, amenazó la producción francesa y causó la desaparición de varias revistas. Sin embargo, algunas revistas locales como Cœurs Vaillants y Junior se mantuvieron fuertes.
La edad de oro

Después de la Segunda Guerra Mundial, las revistas belgas Le Journal de Spirou (o Spirou), de la editorial Dupuis, y Tintín, de la editorial Le Lombard, se hicieron muy populares. Estas dos revistas fueron grandes rivales durante décadas. Aunque la producción francesa se recuperó rápidamente después de la guerra, las dos revistas belgas dominaron el mercado francés en pocos años.
La revista Tintín contaba con autores muy importantes como Hergé (creador de Las aventuras de Tintín), Jacobs (creador de Blake y Mortimer), Jacques Martin (autor de Alix) y Bob de Moor. Ellos adoptaron el estilo de la línea clara, con series realistas y bien investigadas. En los años 50, se unieron artistas como Greg y Hermann. La revista rival Spirou tuvo un éxito similar gracias a artistas como Jijé, Franquin, Morris y Peyo, y a los guionistas Charlier y Goscinny. Su estilo era diferente, más humorístico, conocido como la "escuela de Charleroi". Con series como Spirou y Fantasio, Lucky Luke (1946), Gaston Lagaffe (1957) y Los Pitufos (1958), Spirou se convirtió en la revista líder.
En 1959, apareció la revista francesa Pilote, fundada por Goscinny y Charlier. Fue comprada por la editorial Dargaud al año siguiente. Esta revista fue inmensamente popular en Francia, con series como Astérix el Galo (1959), Teniente Blueberry (1963) y Aquiles Talón (1963), además de Iznogud (1965) y Valerián y Laureline (1967). Esta nueva publicación modernizó la historieta franco-belga para un público más adulto y se convirtió en una revista muy importante. Contrató a muchos artistas talentosos como Uderzo, Jean Giraud, Greg, Fred, Jean Tabary, Marcel Gotlib y Claire Bretécher, cuyas obras atrajeron a muchos adultos.
Los años 70 y 80
El contenido de las revistas cambió más rápidamente a partir de los eventos de mayo de 1968. Una de las consecuencias fue que la censura disminuyó, permitiendo a algunos artistas experimentar con otros estilos y crear sin tantas restricciones. La revista Pilote se convirtió en una publicación innovadora. Esto llevó a que artistas de Spirou y Tintín se trasladaran a Pilote, donde había más libertad.
Un cambio aún mayor ocurrió con la aparición de semanarios para adultos en Francia, lanzados por antiguos dibujantes de Pilote. Así surgieron revistas como L'Écho des Savannes (1972) y Fluide Glacial (1975). También apareció Métal Hurlant (1975). Otras revistas como Pif Gadget (que publicó Corto Maltés en Francia) y Charlie Mensuel (1969) también surgieron. La creación de estas revistas marcó una diferencia con las publicaciones juveniles, tanto en el estilo de los dibujos como en los temas y el público al que se dirigían. Estos artistas, en su mayoría franceses, buscaban romper con la historieta juvenil tradicional.
Este periodo vio importantes cambios. Las influencias y estilos de la historieta francófona se hicieron más variados, con la aparición de series de fantasía heroica (La búsqueda del Pájaro del Tiempo, Thorgal), ciencia ficción (Valerián y Laureline, series de Moebius, Bilal) y fantástico (Adèle Blanc-Sec de Tardi). Al mismo tiempo, se siguieron creando series realistas, pero para un público menos infantil, y con un nuevo auge de temas como el policíaco (XIII, Largo Winch), el histórico (Corto Maltese de Hugo Pratt) y el western (Comanche de Greg y Hermann).
Los tiempos modernos
Las ideas y experimentos de publicación de los años 70 y 80 se convirtieron en un sector fuerte del mercado a partir de los años 90. Las influencias se hicieron internacionales: la historieta franco-belga se fijó en los cómics de Estados Unidos y Japón, y al mismo tiempo, estos se interesaron por la historieta europea.
La publicación de historietas en revistas casi desapareció, dando paso a la publicación directa en álbumes. Esto puso fin a la edad de oro de las revistas de prepublicación. Las editoriales diversificaron su producción, usando nuevos formatos, incluyendo álbumes más caros o revistas de lujo para atraer a un lector más adulto. También se desarrolló la venta de productos relacionados (merchandising) y la publicidad. La reorganización del sector permitió la aparición de nuevas editoriales, como Delcourt, Vents d'Ouest y Soleil. También se consolidaron editoriales como L'Association y Cornélius en Francia y Fréon en Bélgica.
Se empezaron a usar nuevos temas, como los problemas sociales actuales y la vida diaria, con un aumento de las historias de costumbres. Los autores que publicaban, y a menudo se autoeditaban, tendían a la autobiografía y a la historieta experimental, aunque también seguían creando historias de géneros y aventuras. Algunos de los más representativos son Lewis Trondheim, Joann Sfar, David B. y Marjane Satrapi. No buscaban alejarse del gran público ni de los géneros más clásicos. Un buen ejemplo es la serie La Mazmorra, de Trondheim y Sfar, que pertenece al género de la fantasía heroica.
Publicación
Editoriales
Durante la edad de oro de la bande dessinée, en los años 50 y 60, el mercado estaba dominado por tres grandes editoriales: Dargaud, Dupuis y Le Lombard. Ellas publicaban las series más populares a través de sus revistas de prepublicación, Spirou (Dupuis), Tintín (Le Lombard) y Pilote (Dargaud), que eran muy populares.
Sin embargo, con la evolución y la variedad de estilos, y la aparición de historietas para adultos, surgieron nuevas editoriales a partir de los años 70 y 80, como Glénat, Fluide Glacial, Humanoïdes Associés, Audie, Vent des Savannes, Delcourt, Vents d'Ouest y Soleil. En los años 90, surgieron grandes grupos editoriales, debido al tamaño limitado del mercado y al estancamiento de las ventas.
El primer gran movimiento de concentración comenzó con el grupo Media-participation, que compró Le Lombard en 1988, Dargaud en 1989 y Dupuis en 2004. Hoy en día, este enorme grupo controla un tercio del mercado al adquirir las tres editoriales "históricas". Le siguen grupos como Glénat (Glénat, Vents d´Ouest, Vent des Savannes), Flammarion (Casterman, Fluide Glacial, Audie), MC Productions (Soleil) y Delcourt (Delcourt). Además de estos cinco grupos, existen otros grandes grupos editoriales que no se centran tanto en historietas, y también editoriales independientes, siendo la más conocida Humanoïdes Associés.
Revistas de prepublicación
Desde principios del siglo XX, las revistas se convirtieron en el formato ideal para publicar historietas en Francia y Bélgica. Durante décadas, las revistas de "prepublicación" fueron muy importantes para la historieta francófona, permitiendo a autores talentosos desarrollar su estilo y crear nuevas series. Durante la "edad de oro" del género, estas revistas fueron un apoyo esencial para las editoriales. De este periodo destacan Spirou, Tintín y Pilote. A partir de los años 70, se añadieron revistas innovadoras.
Sin embargo, a partir de los años 80 y 90, la mayoría de los nuevos libros se publicaron directamente en álbumes, sin pasar por una revista primero. La evolución del mercado y la muerte de Hergé y Charlier causaron la desaparición de Tintín y Pilote a finales de los 80. No obstante, hoy en día todavía existen periódicos de prepublicación para el mercado francófono, siendo los más exitosos Spirou y Fluide Glacial.
Aquí están las principales y más duraderas revistas de historietas publicadas en Francia y Bélgica, con su editorial y fechas de publicación:
- Spirou (Dupuis) 1938 - aún publicado
- Vaillant (Éditions Vaillant) 1945 - 1969
- Tintín (Le Lombard) 1948 - 1988
- Pilote (Dargaud) 1959 - 1989
- Récord (revista) (Bonne Presse) 1962 - 1976
- Pif Gadget (Pif edition) 1969 – 1994
- Charlie Mensuel 1969 - 1984
- L'Écho des Savannes (Albin Michel) 1972 – 2006
- Fluide Glacial (Audie) 1975 - aún publicado
- Métal Hurlant (Les Humanoïdes Associés) 1975 – 1987
- (A SUIVRE) (Casterman) 1978 - 1997
Mercado y economía
Después de la edad de oro de la historieta franco-belga, las ventas totales del mercado disminuyeron, pero luego se estabilizaron. En 2009, se vendieron entre 30 y 40 millones de libros, generando entre 300 y 400 millones de euros. Sin embargo, la producción de nuevos álbumes y series por los artistas aumentó mucho, especialmente a partir de mediados de los años 90. A finales de los 90, el número total de nuevos libros en el mercado francófono europeo rondaba los 500, mientras que diez años después superaba los 1000 (cerca de 1500 en 2008). Este aumento en la producción, junto con el estancamiento de las ventas, significa que cada álbum individualmente es menos rentable.
Aunque las series más populares se traducen a otros idiomas y se exportan, la mayor parte de las ventas son locales, es decir, los álbumes se venden principalmente en Francia y Bélgica. La importancia económica de la historieta franco-belga en estos países sigue siendo grande. Hoy en día, el sector (incluyendo libros extranjeros) representa el 12% de las ventas totales de libros y el 7% del volumen de negocio total del mercado editorial.
Rentabilidad y ventas
Las series más vendidas en el mundo, considerando el número total de libros vendidos desde su creación, son Astérix, Lucky Luke y Tintín. Otras series populares son Spirou y Fantasio, Los Pitufos (50 millones de libros vendidos) y Blake y Mortimer (30 millones). Algunos héroes famosos también son conocidos en el extranjero (como Michel Vaillant o Marsupilami), a veces gracias a películas o series animadas.
Sin embargo, estas cifras no son directamente comparables debido a las diferencias en el número de libros en cada serie y la fecha de su creación. Tampoco muestran el dinamismo actual del mercado, ya que muchas de las series mencionadas ya no se publican. Además, mientras que las series tradicionales para jóvenes o de humor no tienen límite en el número de álbumes, la mayoría de las series recientes, más realistas y para adultos, tienen un número limitado de álbumes (a veces llamados "ciclos", con unos cinco álbumes, o más si son muy populares).
El número total de libros vendidos tampoco es la mejor forma de medir el éxito comercial, ya que no considera la rentabilidad. La rentabilidad se valora más por las ventas de cada álbum que por las ventas globales. Así, las series importantes que siguen publicándose tienen un éxito notable (como Astérix). Desde los años 80, entre las series más rentables se encuentran Thorgal (11 millones de libros desde 1980), XIII (10 millones desde 1984) y Largo Winch (8 millones desde 1990). Durante los años 90 y 2000, la serie Titeuf también tuvo ventas muy altas.
En los últimos años, pocos álbumes nuevos superaron las 50.000 copias vendidas: entre 90 y 100 álbumes alcanzan este nivel cada año. Esto significa que algunas series importantes y privilegiadas son muy rentables, pero la mayoría de las series no lo son, con una venta promedio por álbum de alrededor de 6.000 copias.
Series más populares
Se han publicado muchísimas series, pero no todas han sido igual de populares en los mercados francófono y mundial. Cuando una serie es popular, se traduce a otros idiomas para venderse en el extranjero. Las series más populares a nivel local e internacional son:
- Astérix de René Goscinny y Albert Uderzo (más de 310 millones de álbumes vendidos)
- Lucky Luke por Morris y Goscinny (más de 300 millones)
- Las aventuras de Tintín de Hergé (más de 200 millones)
Impacto cultural y eventos
Reconocimiento cultural y estudio
La historieta no fue reconocida como un arte en Francia y Bélgica hasta los años 60. Durante mucho tiempo, se pensó que era solo para jóvenes. Pero a partir de los años 50 y 60, la calidad de las obras mejoró y comenzaron a atraer a más adultos, lo que ayudó a que la historieta se estableciera en la cultura francófona.
En los años 60, creció el interés por estudiar la historieta. Se crearon instituciones como el "Club des bandes dessinées" en 1962, que luego se convirtió en el CELEG. En 1964, nació la SOCERLID, que organizó una gran exposición de historietas en el Museo de Artes Decorativas del Palacio del Louvre en 1967, la primera de su tipo. Estas asociaciones lanzaron revistas para estudiar la historieta. Finalmente, se creó la "Convention de la BD de París", que se celebra cada año desde 1969.
En los años 70 y 80, se lanzaron muchos festivales anuales en Francia y Bélgica. El Festival Internacional de la Historieta de Angulema, el evento más popular, fue creado en 1974. En 1990, se inauguró el CNBDI (Centro Nacional de la Historieta y la Imagen) en Angulema. Este centro, que tiene un museo y una biblioteca, se convirtió en la CIBDI (Ciudad Internacional de la Historieta y la Imagen) en 2008.
Festivales
Existen muchos eventos anuales, aniversarios, celebraciones y festivales relacionados con la historieta franco-belga. Muchos festivales se llevan a cabo en ciudades francesas y belgas, reuniendo a muchos artistas y autores. En estos festivales, los aficionados pueden conocer a los artistas, comprar álbumes, visitar exposiciones y asistir a charlas. También se organizan exposiciones temporales, y hay museos dedicados a este "noveno arte".
Los festivales anuales más populares incluyen el Festival Internacional de la Historieta de Angulema, que se celebra cada enero en la ciudad de Angulema (suroeste de Francia). En este festival de cuatro días, creado en 1974, se otorgan premios a los artistas más talentosos. Otros festivales internacionales muy conocidos se realizan anualmente en Chambéry (Francia), Bruselas y Turnhout (Bélgica), Sierre y Tramelan (Suiza), y Contern (Luxemburgo). Muchos otros festivales más pequeños se celebran en diversas ciudades francesas.
Museos, exposiciones y homenajes
Grandes museos, asociaciones e instituciones rinden homenaje a la historieta. En Angulema hay un gran centro, dirigido por el "Centro Internacional de la Bande Dessinée", una institución cultural pública del gobierno francés. Este centro organiza el festival y tiene un museo y una biblioteca enorme con álbumes y libros académicos sobre el tema. Es similar al "Centro Belga de la Bande Dessinée", que está en Bruselas y tiene aún más prestigio. Ambos centros organizan exposiciones, firmas de autógrafos, charlas y otras actividades para promover la historieta franco-belga.
También se organizan exposiciones en varios centros culturales para celebrar una historieta o serie en particular. Por ejemplo, hubo una exposición dedicada a Franquin en 2004 y otra a Hergé en 2007 en París. Hay pocas iniciativas privadas, pero en 2009 se abrió cerca de Bruselas un museo llamado "Museo Hergé". En 1989, el Parc Astérix, un parque de atracciones, fue inaugurado cerca de París.
También se celebran regularmente aniversarios de historietistas y de series populares.
En los últimos años, otro homenaje han sido los grandes murales que representan héroes de la historieta: en los años 90, la ciudad de Bruselas cubrió varias paredes con pinturas gigantes de personajes de historietas belgas, y organizó una "ruta del cómic", que es una atracción cultural muy popular para los turistas.
Finalmente, la historieta franco-belga es un mercado comercial importante y amplio. Hay muchísimos productos basados en las series más populares: ropa, material escolar, alimentos, estatuas pequeñas, peluches y relojes. Para vender estos objetos, las editoriales se asocian con productores. También es un mercado para muchos coleccionistas, que compran objetos y dibujos a precios cada vez más altos, especialmente en subastas.
Adaptaciones al cine
La industria del cine se interesó muy pronto por la historieta franco-belga. Las primeras películas basadas en historietas de Francia y Bélgica fueron adaptaciones de las aventuras de Tintín, como Tintín y el misterio del Toisón de Oro (1961) y El misterio de las naranjas azules (1965). También se hicieron películas animadas, como Tintin et le temple du soleil (1969) y Tintín y el lago de los tiburones (1972), además de muchos episodios de televisión animados.
La serie Astérix también fue adaptada en películas y animaciones, que tuvieron aún más éxito. La primera adaptación fue Astérix el Galo (1967). Otras películas animadas fueron Astérix y Cleopatra (1968) y Las doce pruebas de Astérix (1976). Adaptaciones posteriores incluyen Astérix y la sorpresa del César (1985) y Astérix en América (1994). Sin embargo, las adaptaciones más populares fueron las películas con actores reales: Astérix y Obélix contra César (1999), Astérix y Obélix: Misión Cleopatra (2002) y Astérix en los Juegos Olímpicos (2008).
Hubo adaptaciones de otras series, como Lucky Luke, con una serie de televisión de 1991. En 2004 se hizo una película de El Teniente Blueberry (Blueberry. La experiencia secreta), que no tuvo mucho éxito. Una nueva película de Lucky Luke se hizo en Francia en 2009. En los años 2000, también se estrenaron adaptaciones de Michel Vaillant (2003), Iznogud (2004), Largo Winch (2008), XIII (2008) y Adèle Blanc-Sec (2009).
Steven Spielberg dirigió en 2010 una nueva versión de las aventuras de Tintín: Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio.
En los años 90 y 2000, se produjeron varias series animadas para jóvenes basadas en historietas, como Boule y Bill, Cubitus, Lucky Luke, Marsupilami, Michel Vaillant, Rantanplan, Titeuf, Yakari, Los Pitufos y Spirou y Fantasio.
Galería de imágenes
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Mural de El asunto Tornasol, uno de los álbumes de la célebre historieta franco-belga Las aventuras de Tintín, parte de la ruta del cómic de Bruselas
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Detalle de una pintura mural en Bruselas de la famosa historieta franco-belga Astérix el Galo, parte de la ruta del cómic de Bruselas
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Lucky Luke en un mural de Middelkerke.
Véase también
En inglés: Bande dessinée Facts for Kids