Ricardo Baeza para niños
Datos para niños Ricardo Baeza |
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Información personal | ||
Nacimiento | 1890 Bayamo (Cuba) |
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Fallecimiento | 3 de febrero de 1956 Madrid (España) |
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Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Cónyuge | María Martos Arregui | |
Hijos | Fernando Baeza Martos, Carmen Baeza Martos | |
Educación | ||
Educado en | Instituto Cardenal Cisneros | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritor, poeta, traductor, crítico literario, ensayista, diplomático, periodista y editor | |
Cargos ocupados | Embajador de España en Chile | |
Ricardo Baeza Durán (nacido en Bayamo, Cuba, en 1890 y fallecido en Madrid, España, el 3 de febrero de 1956) fue un destacado escritor, poeta, traductor, diplomático, editor, ensayista y periodista español. Entre 1915 y 1939, Ricardo Baeza fue una figura muy importante en el mundo literario e intelectual de España.
Sin embargo, debido a los cambios políticos en España, tuvo que irse a vivir a Argentina. Allí continuó con su importante trabajo cultural, especialmente en el campo de la edición de libros. Se casó con María Martos Arregui O'Neill Jalón, quien fue una de las fundadoras del Lyceum Club Femenino, una asociación cultural para mujeres. Juntos tuvieron dos hijos, Carmen y Fernando.
Contenido
Primeros años de Ricardo Baeza
Ricardo Baeza nació en 1890 en la ciudad de Bayamo, en Cuba. Sus padres, que eran españoles, regresaron a Madrid poco después de su nacimiento. Por eso, Ricardo estudió y creció en Madrid. Fue compañero de estudios de Ramón Gómez de la Serna en el Instituto Cardenal Cisneros y en la Universidad Central.
Años de actividad literaria (1915-1939)
La amistad de Ricardo con Ramón Gómez de la Serna fue muy importante para su trabajo como traductor, que es una de sus actividades más recordadas.
Colaboración en revistas y traducciones
Cuando era joven, Ricardo colaboró con la revista Prometeo. Esta revista era muy innovadora en España. Allí, Ricardo envió muchas traducciones de obras de autores famosos como Gabriele D’Annunzio, Paul Fort, Remy de Gourmont, Maurice Maeterlinck, Filippo Tommaso Marinetti, Rachilde, Arthur Rimbaud, Georges Rodenbach, Marcel Schwob, George Bernard Shaw y Oscar Wilde.
En solo 25 números de la revista, Ricardo hizo 36 traducciones de obras de dieciocho autores, usando cinco idiomas diferentes. Gracias a él, muchos grandes escritores que no eran conocidos en España pudieron ser leídos. También colaboró en la Revista de Occidente, que fue fundada por José Ortega y Gasset en 1923.
Proyectos editoriales y teatrales
Ricardo Baeza fundó una revista, una empresa y una compañía de teatro, y a las tres las llamó Atenea. Primero, junto con los hermanos Calleja, fundó una nueva editorial. Al principio la llamaron Minerva, pero dos años después le cambiaron el nombre a Atenea. En esta editorial se publicaron muchas de sus traducciones.
En 1919, Ricardo decidió dejar su parte en la editorial y con ese dinero fundó una compañía de teatro, a la que también llamó Atenea. Una de las razones para esto era que no estaba contento con el teatro de la época. Había muchos retrasos entre la publicación de una obra traducida y su representación, y las compañías comerciales a menudo cambiaban las obras.
Ricardo quería que su compañía ofreciera "teatro-teatro", es decir, que el público pudiera ver las grandes obras de teatro de todo el mundo tal como eran. El primer actor de su compañía fue Miguel Muñoz, y una de las actrices fue Herminia Peñaranda. El diseñador de vestuario fue Roberto Montenegro. Debutaron en el Teatro de la Princesa el 29 de septiembre de 1919. Después de algunas presentaciones, la compañía tuvo problemas económicos porque las obras no atraían suficiente público, y no repitieron la experiencia.
Trabajo como periodista
Ricardo Baeza trabajó como periodista en el periódico El Sol durante varios años. Fue enviado como corresponsal a Londres entre septiembre y noviembre de 1920. Desde allí, viajó por Irlanda para informar sobre la situación del Sinn Féin y los problemas que enfrentaba la población. En una ocasión, su autobús fue objeto de disparos por parte de la policía inglesa mientras regresaba de una excursión turística por Dublín.
Ricardo escribió en esos días: «Es preciso vivir aquí unos días, para comprender lo que puede ser un infierno terrestre organizado». Diez años después, en 1930, publicó un libro sobre esta experiencia llamado La isla de los Santos. Itinerario en Irlanda, cuando el país ya había logrado su independencia. En este libro, incluyó los artículos que escribió al regresar a Londres, donde expresaba su apoyo a las negociaciones del gobierno de William Thomas Cosgrave y su desilusión con la postura de los republicanos liderados por Éamon de Valera.
Aunque no llegó a ser crítico de teatro en El Sol, publicó varios artículos sobre el tema. Destaca la serie «En torno al problema del teatro», que apareció entre octubre de 1926 y enero de 1927.
Participación en sociedades y teatro
Como muchos otros intelectuales de su tiempo, Ricardo Baeza se unió a una sociedad discreta en 1927. Se inició en la Logia «Dantón» y adoptó el nombre de «Menalco».
En 1927, Ricardo volvió a dirigir una compañía de teatro por segunda y última vez, la de Irene López Heredia y Ernesto Vilches. El 7 de abril de 1928, llegaron al Teatro Poliorama de Barcelona para presentar Un marido ideal de Oscar Wilde, traducida por el propio Baeza. Sin embargo, debido a desacuerdos, Ricardo se separó de la compañía al finalizar su estancia en Barcelona.
Entre 1931 y 1935, Baeza fue embajador de la Segunda República Española en Chile. Cuando comenzó la Guerra Civil Española, se mudó con su familia a Londres. En julio de 1937, participó en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, organizado por la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Debido a los resultados de la guerra, tuvo que irse de España y no regresó hasta 1952.
Exilio en Argentina y trabajo editorial
Ricardo y su familia se mudaron a Argentina y se establecieron en Buenos Aires. En la capital argentina, continuó con sus traducciones y colaboró con muchas editoriales importantes de la ciudad, como Jackson, Emecé, Sudamericana, Losada, Sur, Hachette, Anaconda y El Ateneo.
Su colaboración con Jackson y Emecé fue especialmente destacada. Para estas editoriales, Ricardo diseñó y dirigió varias colecciones de libros clásicos de la literatura.
En la editorial Jackson, creó la colección «Grandes Novelas de la Literatura Universal», que tuvo 40 tomos. Incluía muchos autores españoles, y Ricardo escribió los prólogos y las bibliografías. También se encargó de la serie «Clásicos Jackson», que contenía textos universales de la literatura occidental en 40 tomos más uno de índice general.
En Emecé, fundó y dirigió la «Biblioteca Emecé de Obras Universales». En 1952, esta colección ya tenía más de cien volúmenes, muchos de ellos con prólogos y bibliografías escritos por él. El objetivo de esta colección era ofrecer libros fundamentales para cualquier hogar, con textos completos y traducciones fieles, además de una presentación atractiva y fácil de manejar.
A finales de los años 1940, Ricardo se mudó a París, donde trabajó para la UNESCO.
Regreso a España y fallecimiento
Ricardo Baeza regresó de su exilio en 1952 y se estableció en Madrid. Desde su regreso de Argentina, su salud era muy delicada. Tenía problemas de salud en los riñones y el corazón, y apenas salía de casa. Falleció de un paro cardíaco el 3 de febrero de 1956.
Obras escritas por Ricardo Baeza
- Clasicismo y romanticismo (Madrid, Compañía Ibero-Americana de Publicaciones, 1929).
- La isla de los Santos (Itinerario en Irlanda) (Madrid, Compañía Ibero-Americana de Publicaciones, 1930).
- Bajo el signo de Clío (Madrid, Ulises, 1931).
- En compañía de Tolstoi. Seguido de otros motivos e indicaciones (Madrid, Renacimiento, 1932).
- Comprensión de Dostoiewsky y otros ensayos (Barcelona, Editorial Juventud, 1935).
- Literatura epistolar (Barcelona, Éxito, 1951).
Traducciones destacadas
Ricardo Baeza tradujo muchas obras importantes, entre ellas:
- Hilaire Belloc: Richelieu.
- Joseph Conrad: El negro del Narcissus; Tifón; La línea de sombra; Una confesión.
- Denis Diderot: La paradoja del comediante.
- Fiódor Dostoyevski: Novelas y cuentos.
- John Galsworthy: El mono blanco.
- Graham Greene: El fin del romance; El fin de la aventura.
- Frank Harris: Vida y confesiones de Oscar Wilde.
- Emil Ludwig: Napoleón; Julio 1914: el estallido de la Gran Guerra; Goethe: historia de un hombre; Genio y carácter.
- Marco Aurelio: Meditaciones.
- Dmitri Merezhkovski: El Mesías, Akhenaton rey de Egipto.
- Étienne Pivert de Senancour: Obermann.
- François de La Rochefoucauld: Máximas y reflexiones morales.
- George Santayana: El último puritano.
- Thornton Wilder: El puente de San Luis Rey.
- Oscar Wilde: Obras completas; El retrato de Dorian Gray; El abanico de Lady Windermere; El príncipe feliz; La importancia de llamarse Ernesto; El crimen de lord Arthur Savile y otras historias; El fantasma de Canterville; El alma del hombre bajo el socialismo; Intenciones.
- H. G. Wells: Esquema de la historia: historia sencilla de la vida y de la humanidad. Tomo II. Madrid, Publicaciones Atenea, 1925 (Imp. Clás. Esp.).