Pedro Franco Dávila para niños
Datos para niños Pedro Franco Dávila |
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![]() Retrato obtenido a partir de su máscara mortuoria.
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Información personal | ||
Nacimiento | 21 de marzo de 1711 Guayaquil |
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Fallecimiento | 6 de enero de 1786 Madrid |
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Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Naturalista y zoólogo | |
Cargos ocupados | Director de museo | |
Miembro de | Royal Society (desde 1776) | |
Pedro Franco Dávila (nacido en Guayaquil el 21 de marzo de 1711 y fallecido en Madrid el 6 de enero de 1786) fue un importante naturalista, científico y coleccionista. Se hizo famoso en Europa por su gran colección de objetos de historia natural y arte. Fundó y dirigió el Real Gabinete de Historia Natural de España, que hoy conocemos como el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC). También fue parte de varias sociedades científicas muy importantes de su tiempo.
Contenido
- ¿Quién fue Pedro Franco Dávila?
- Su obra más importante: El Catálogo
- Galería de imágenes
- Reconocimientos y logros
- Ver también
¿Quién fue Pedro Franco Dávila?
Sus primeros años en América (1711-1731)
Pedro Franco Dávila nació en Guayaquil, una ciudad que en ese entonces formaba parte del Virreinato del Perú (hoy Ecuador). Su familia era acomodada. Su padre era de Utrera, provincia de Sevilla (España), y su madre había nacido en Guayaquil.
Pedro fue el tercero de siete hermanos. Pasó su infancia en Guayaquil, pero estudió en Lima (Perú). Terminó sus estudios en la famosa Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
¿Cómo se inició en el comercio?
El padre de Pedro era capitán de barco y comerciante. Pedro siguió sus pasos y se dedicó al comercio de productos como el cacao y otros granos. Su negocio se extendía entre Guayaquil y Panamá.
Cuando tenía solo quince años, Pedro hizo su primer viaje con su padre. Fueron a Portoviejo y Babahoyo en Ecuador para que Pedro aprendiera sobre la venta de grano y cacao.
Un viaje lleno de desafíos
Más tarde, Pedro viajó a Panamá. Después de veinte días de navegación, su barco se perdió y naufragó mientras todos dormían. Cuarenta personas sobrevivieron, incluyendo a Pedro Franco Dávila.
Después de doce días caminando por playas desiertas, llegaron a Iscuandé. Pedro se quedó allí siete meses para recuperarse en la casa del párroco. Luego, regresó a Guayaquil en otro barco.
Unos meses después, fue a Baba para comprar cacao a bajo precio por orden de su padre. La idea era venderlo en Panamá. Para esto, Pedro tuvo que preparar el transporte de las mercancías por el istmo de Panamá, usando la ruta del río Chagres.
El gran esfuerzo de descargar los bultos de cacao, junto con las malas condiciones y el clima, lo dejó muy débil. Se enfermó gravemente. Después de una feria en Portobelo (Panamá), Pedro y su padre viajaron en un barco llamado Santo Espíritu hacia Cádiz (España). Llevaban mucho cacao para venderlo directamente allí.
Al llegar al canal de Bahama, una fuerte tormenta los obligó a ir a la isla de Santo Domingo. Allí tuvieron que quedarse varios meses para reparar los daños de los barcos.
Su vida en España y sus intentos de volver a América (1732-1744)
Llegaron a Cádiz en 1732 y vendieron el cacao, obteniendo muchas ganancias. Luego, viajaron a Utrera, de donde era el padre de Dávila.
En 1735, intentaron regresar a Guayaquil, pero no pudieron pasar del océano Atlántico al océano Pacífico. El virrey Antonio José de Mendoza Caamaño y Sotomayor lo prohibió por razones de seguridad. Así que regresaron a España.
El padre de Pedro se quedó en Sevilla, y Pedro viajó por Europa. Estuvo en Flandes para comerciar con encajes. En marzo de 1739, su padre falleció. Pedro intentó de nuevo volver a Guayaquil, pero su barco fue capturado por corsarios ingleses. Estuvo prisionero varios meses en Jamaica.
Fue liberado siete meses después en un intercambio de prisioneros y regresó a España. Finalmente, Pedro se mudó a París, donde estableció su residencia.
Su tiempo en París y el inicio de su colección (1745-1772)
Pedro Dávila vivió en París, cerca de la Comédie-Française. Fue en esta ciudad donde descubrió su pasión por el coleccionismo. Empezó a comprar objetos de historia natural y obras de arte.
También asistió a cursos de Ciencias Naturales con importantes científicos franceses. Viajó por Europa (Francia, Suiza, Italia y Holanda) para visitar otras colecciones y aprender más. Su formación fue principalmente autodidacta, es decir, aprendió por sí mismo y con la experiencia.
¿Cómo se convirtió en un experto coleccionista?
En su propia casa, Dávila instaló un laboratorio de química para clasificar minerales. Usaba el microscopio de forma constante, algo poco común en su época.
Durante 24 años, Dávila se dedicó por completo a coleccionar todo tipo de objetos curiosos y exóticos. Se convirtió en un experto en mineralogía (el estudio de los minerales) y malacología (el estudio de los moluscos). También sabía mucho sobre corales, esponjas y fósiles.
Además, se hizo un gran conocedor de arte. Su colección incluía:
- 300 objetos de etnografía (culturas de diferentes lugares) de América, Indonesia, Extremo Oriente y Turquía.
- 250 objetos de arqueología (restos antiguos) de Egipto, Etruria, Roma y Oriente.
- Entre 12.000 y 13.000 piezas artísticas, como medallas, cuadros (de artistas famosos como Murillo y Velázquez) y grabados.
- 50 instrumentos científicos y 200 mapas.
- Una biblioteca con 421 títulos en 1.234 volúmenes. Muchos de estos libros eran sobre historia natural, física, química y matemáticas.
¿Por qué quiso vender su colección a España?
Reunir esta enorme colección le costó mucho dinero y lo llevó a la ruina. Dávila había invertido toda su herencia y las ganancias de su comercio. Su sueño era ofrecer su colección a la Corona española, ya que España no tenía una institución así en ese momento.
Hizo su primera oferta al rey Fernando VI en 1753, pero no tuvo éxito. Un año después, su segundo intento también fracasó. En 1758, viajó a Madrid para intentarlo de nuevo, pero el rey murió. Esperó a que Carlos III subiera al trono, pero su oferta fue rechazada otra vez. Entonces, decidió volver a París.
Dávila necesitaba pagar sus deudas, así que vendió parte de su colección en una subasta pública entre diciembre de 1767 y enero de 1768. Con el dinero, pudo pagar lo que debía. Volvió a pensar en regresar a su ciudad natal en América, pero nunca lo logró.
La dirección del Real Gabinete de Historia Natural (1771-1786)

Dávila viajó de nuevo a Madrid en 1771. Tenía esperanzas de que esta vez el rey aceptara su colección, pues algunos amigos de la corte se lo habían comentado. El 17 de octubre de ese año, el Secretario de Estado, el marqués de Grimaldi, le escribió una carta. Le anunció la creación del Real Gabinete de Historia Natural y su nombramiento como director.
Dávila no recibió dinero por donar su colección a la Corona, ya que él mismo lo quiso así. Fue director hasta su muerte en 1786, con un sueldo anual.
¿Cómo organizó el Real Gabinete?
Tenía sesenta años cuando empezó a dirigir el Real Gabinete. Una de sus primeras tareas fue diseñar las salas. Para ello, usó todo lo que había aprendido en sus visitas a otros gabinetes de historia natural por toda Europa.
Dávila había escrito una carta donde valoraba los gabinetes más famosos de su época, como los de la Emperatriz de Rusia, la Academia de Bolonia, el Emperador de Viena, Inglaterra, Dresde y Dinamarca.
También supervisó las obras del edificio que se había comprado para el Gabinete: el palacio del Conde de Saceda, en la calle de Alcalá de Madrid. Las obras duraron desde mayo de 1773 hasta junio de 1775. Mientras tanto, la colección de Dávila se guardaba en el Palacio del Buen Retiro.
El Real Gabinete compartió el edificio con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. La Academia ocupaba el primer piso y los sótanos, mientras que el Gabinete estaba en el segundo piso y las buhardillas.

¿Cuáles eran las responsabilidades de Dávila?
Dávila vivía en el propio Gabinete. Sus funciones incluían:
- Asegurar el buen funcionamiento de la institución.
- Aumentar las colecciones.
- Identificar, valorar y organizar los ejemplares que llegaban.
- Reorganizar las salas.
- Solicitar recursos.
- Mantener contacto con otras instituciones para intercambiar piezas.
- Evaluar libros científicos para su publicación o traducción.
- Redactar informes oficiales sobre daños, nuevas adquisiciones y necesidades del Gabinete.
Uno de sus informes, escrito en 1785, describía cómo debería ser la futura sede del Real Gabinete. Quería un edificio nuevo y más grande para las colecciones. Sin embargo, ese edificio nunca fue ocupado por el Gabinete y hoy es el Museo del Prado.
Cuando Dávila falleció el 6 de enero de 1786, Eugenio Izquierdo fue nombrado nuevo director y José Clavijo y Fajardo vicedirector. Clavijo asumió la dirección en la práctica debido a las muchas ocupaciones de Izquierdo.
Su obra más importante: El Catálogo
En 1767, Dávila publicó en París una obra muy importante: el Catalogue systématique et raisonné des curiosités de la nature et de l'art qui composent le Gabinet de M. Dávila. Este catálogo tenía tres volúmenes y fue escrito en francés.
Colaboró con Jean-Baptiste Romé de l'Isle, quien le ayudó especialmente con la parte de historia natural. Dávila conocía muy bien su colección, pero como el francés no era su idioma materno, pidió ayuda a alguien nativo.
¿Por qué es tan importante el Catálogo?
Antes de esta obra, Dávila había hecho otros tres inventarios de su colección. Aunque el Catálogo fue pensado como una guía para vender parte de su colección, en realidad es un tratado de historia natural. No es solo una descripción, sino que detalla muchas piezas con gran rigor. Esto se nota especialmente en la descripción de corales, esponjas y moluscos.
De hecho, algunas piezas de la Colección de Invertebrados del MNCN han sido identificadas gracias a las descripciones de Dávila en su Catálogo.
Los tres volúmenes suman 1.800 páginas. El primer volumen trata sobre plantas y animales. El segundo describe la colección de minerales. El tercero se divide en dos partes: una sobre fósiles y otra sobre "curiosidades del arte".
En el primer volumen, Dávila describe grupos de animales en los que era experto, como moluscos y equinodermos. Sus agrupaciones a menudo coinciden con las familias reconocidas hoy en día por la ciencia.
El libro incluía unas 30 láminas (ilustraciones). Dávila quería añadir más, pero la urgencia por publicar el Catálogo lo impidió. Los dibujos, muchos de los cuales se conservan en el Archivo del MNCN, fueron hechos por pintores franceses famosos.
¿Qué influencia tuvo su Catálogo?
Para escribir su Catálogo, Dávila usó como referencia obras de los naturalistas europeos más importantes de su época. A su vez, el Catálogo de Dávila fue una obra de referencia para muchos científicos de la Ilustración, como Carlos Linneo y Jean-Baptiste Lamarck. Ellos citaban con frecuencia las piezas descritas por Dávila.
Dávila envió ejemplares de su obra a muchas personas e instituciones importantes, incluyendo la Royal Society.
Galería de imágenes
Reconocimientos y logros

La publicación de su Catálogo le abrió las puertas a Dávila en varias instituciones científicas de prestigio, donde fue aceptado como miembro. Algunas de estas instituciones fueron:
- La Academia Imperial de Ciencias de San Petersburgo (1767)
- La Academia de Berlín (1767)
- La Real Sociedad Bascongada de Amigos del País (1768)
- La Real Academia de la Historia de España (1771)
- La Royal Society del Reino Unido (1776)
- La Academia de Anticuarios de Cassel (1785)
También fue miembro de la Academia de Ciencias y Buenas Letras de Madrid y de la Academia de Buenas Letras de Sevilla.
Entre sus amigos y contactos había importantes científicos y personas de la cultura europea. En España, también mantuvo contacto con figuras destacadas de la Ilustración.
Ver también
- Escuela Universalista Española del siglo XVIII
- Historia de la ciencia en Ecuador
- Historia de la ilustración en Ecuador