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Francisco de Carvajal para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Francisco de Carvajal
Francisco de Carvajal.jpg
Conquistador del Perú
Flag of Cross of Burgundy.svg
23.er Teniente de gobernador general
del Cuzco
finales de 1545 - 9 de abril de 1548
Monarca

Carlos I de España

Predecesor

Dos previos:

Sucesor Benito Suárez de Carbajal
(como primer corregidor del Cuzco)

Información personal
Nombre de nacimiento Francisco López Gascón
Nacimiento 1464
Rágama (de la Tierra de Arévalo en la Extremadura castellana)
Banner of arms crown of Castille Habsbourg style.svg Corona de Castilla
Fallecimiento 10 de abril de 1548
Llanura de Jaquijahuana (cerca del Cuzco, Virreinato del Perú)
Flag of Cross of Burgundy.svg Imperio español
Nacionalidad Española
Educación
Educado en Universidad de Salamanca
Información profesional
Ocupación Explorador, conquistador y gobernante virreinal
Seudónimo El demonio de los Andes
Rango militar Maestre de campo
Conflictos
  1. Conquista del Imperio Inca
  2. Guerra civil entre los conquistadores del Perú

Francisco López Gascón (nacido en Rágama, Corona de Castilla, en 1464 y fallecido cerca del Cuzco, Virreinato del Perú, el 10 de abril de 1548), más conocido como Francisco de Carvajal, fue un importante conquistador español. Participó en la conquista de Nueva España (actual México) y, sobre todo, en el Perú, donde tuvo un papel clave en las guerras entre los propios conquistadores.

Carvajal fue un estratega muy hábil y un soldado incansable, incluso en su vejez. Era conocido por su carácter fuerte y su ingenio, lo que le valió el apodo de «el demonio de los Andes». Se enfrentó a las autoridades enviadas por el rey de España a América y logró varias victorias contra los soldados leales a la Corona. Finalmente, fue derrotado en la batalla de Jaquijahuana, capturado y ejecutado a los 84 años.

Francisco de Carvajal: El Estratega de los Andes

Sus Primeros Años y Estudios

Francisco de Carvajal nació en Rágama, una localidad de la Corona de Castilla, en 1464. Sus padres fueron Bartolomé Gascón y Catalina López. Aunque su familia no era de la nobleza, lo enviaron a estudiar a la Universidad de Salamanca. Sin embargo, Carvajal no se dedicó a los estudios y regresó a casa de una manera que causó problemas, lo que llevó a que sus padres lo expulsaran y lo desheredaran.

Un Soldado Experimentado

Después de ser expulsado de casa, Carvajal se unió a las tropas españolas que iban a Italia. Allí sirvió como alférez (un rango militar) en la batalla de Rávena en 1512. Más tarde, trabajó para el cardenal Bernardino de Carvajal, de quien adoptó el apellido. Intentó seguir una carrera religiosa, llegando a ser clérigo, pero pronto la abandonó.

Aventuras en Europa

Algunos historiadores dicen que Carvajal también participó en la batalla de Pavía en 1525, donde el rey de Francia, Francisco I, fue derrotado. También se menciona su participación en el Saco de Roma en 1527. En este último evento, el cronista Inca Garcilaso de la Vega cuenta que Carvajal, en lugar de dedicarse al saqueo como otros soldados, se llevó el archivo de un importante notario. Luego, se lo devolvió al notario a cambio de una gran suma de dinero, con la que pudo viajar al Nuevo Mundo.

Viaje al Nuevo Mundo

Atraído por las oportunidades en las tierras recién descubiertas, Carvajal viajó a la Nueva España (actual México). Allí se casó con Catalina de Leitón. Después de un tiempo en Nueva España, se trasladó al Perú. Se cree que llegó en 1536, como parte de los refuerzos enviados para ayudar al gobernador Francisco Pizarro durante la rebelión indígena de Manco Inca.

Carvajal fue enviado a la villa de La Plata (actual Bolivia). En Arequipa, al principio no conocía a nadie y pasó algunas horas al aire libre con su esposa y sirvientes. Una vez que la rebelión de Manco Inca fue controlada, Pizarro le dio a Carvajal una encomienda (un territorio con indígenas a su cargo) en la zona del Cuzco. En 1541, llegó a ser alcalde de esa ciudad, y ya tenía fama de ser un gran soldado.

Las Guerras en el Perú

Cuando comenzaron las guerras civiles entre los conquistadores españoles en Perú, Carvajal se mantuvo leal al rey. Sin embargo, en un momento, fue presionado para apoyar a Diego de Almagro el Mozo. Pero en cuanto pudo, regresó al bando del rey y se unió al ejército de Cristóbal Vaca de Castro, quien lo nombró su sargento mayor.

La Batalla de Chupas

Archivo:Battle of chupas
Batalla de Chupas

Carvajal participó en la batalla de Chupas el 16 de septiembre de 1542. En esta batalla, se hizo famoso por su valentía. Cuando los cañones enemigos causaban mucho daño, Carvajal se bajó de su caballo, se quitó parte de su armadura y atacó a pie, animando a sus hombres. Su acción audaz fue clave para la victoria sobre los seguidores de Almagro. Después de esta batalla, regresó al Cuzco con la reputación de ser un hombre inteligente, experto en la guerra y hábil en política.

Un Intento Fallido de Regreso a España

Carvajal, ya rico, quiso regresar a España para descansar y evitar las constantes luchas. Se ofreció a llevar cartas al rey y a explicarle la situación en Perú. El gobernador Vaca de Castro aceptó, pero en Lima, las autoridades lo retuvieron. Carvajal, molesto, se fue al sur buscando un barco para Panamá o México.

Mientras tanto, Gonzalo Pizarro en el Cuzco, que planeaba una gran rebelión, mandó traer a Carvajal. Se dice que en ese momento, Carvajal juró quedarse en Perú y que su nombre sería recordado. Fue entonces cuando llegó al Perú el virrey Blasco Núñez Vela, con la misión de aplicar nuevas leyes que no gustaban a los conquistadores.

El Maestre de Campo de Gonzalo Pizarro

Carvajal decidió unirse a la causa de los conquistadores rebeldes liderados por Gonzalo Pizarro, quien lo nombró su maestre de campo (un alto cargo militar). Juntos, salieron del Cuzco y marcharon hacia Lima. En Lima, Carvajal ordenó la ejecución de tres importantes vecinos. Después, Gonzalo Pizarro entró triunfalmente en la ciudad el 28 de octubre de 1544, y los jueces de la Audiencia, presionados por Carvajal, reconocieron a Pizarro como Gobernador.

Cuando el virrey Núñez Vela reapareció por el norte, Carvajal lo persiguió, pero extrañamente lo dejó escapar hasta Quito. Algunos pensaron que lo hizo para prolongar la guerra y obtener más beneficios, lo que molestó mucho a Gonzalo Pizarro. Antes de la batalla de Iñaquito, donde el virrey sería derrotado y moriría, Gonzalo Pizarro envió a Carvajal al sur para enfrentar a Diego Centeno, quien apoyaba al rey. Carvajal, aunque molesto, se dirigió al sur con un pequeño grupo de hombres que creció en el camino.

Sus Campañas Militares

Carvajal tenía fama de ser muy estricto y de castigar a quienes no le eran leales. En Piura y Trujillo, exigió dinero y caballos, y reclutó soldados. Llegó a Lima a finales de 1545, donde reunió más fuerzas y tomó dinero de las arcas reales y públicas. Continuó su marcha hacia Huamanga, donde castigó a soldados acusados de conspirar contra él.

Regresó a Lima, tomó más dinero y caballos, y luego partió de nuevo. Esta vez, tomó un camino diferente, atravesando el desierto hasta Nasca y luego subiendo a la sierra, llegando a Abancay. Se unió a sus tropas y entró en el Cuzco con sus banderas, lo que no gustó a Alonso de Toro, el gobernador local. En el Cuzco, Carvajal ordenó más castigos.

Con un ejército de más de 300 soldados, Carvajal persiguió a Centeno hasta el altiplano. Centeno evitó la batalla, ya que sus fuerzas eran menores. Finalmente, Centeno tuvo que esconderse en una cueva durante un año. Carvajal, después de un tiempo en Arequipa, regresó a Charcas.

El siguiente oponente de Carvajal fue Lope de Mendoza, quien se había unido a Nicolás de Heredia. Carvajal los derrotó en la batalla de Pocona en 1546 y ejecutó a Mendoza, Heredia y otros capturados. Luego entró en la villa de La Plata y realizó más castigos. También recogió plata de las minas de Porco y Potosí, que acababan de ser descubiertas. Fue en este momento cuando se le empezó a llamar «El demonio de los Andes», por el miedo que inspiraba. A pesar de su edad (80 años), podía cabalgar días enteros y dormir al aire libre con sus soldados.

El Final de su Historia

Cuando llegó el Pacificador Pedro de la Gasca con la promesa de perdonar a los rebeldes que se rindieran, surgieron desacuerdos entre Carvajal y Gonzalo Pizarro. Carvajal pensó que lo mejor era aceptar la oferta del rey, pero otros consejeros de Gonzalo se opusieron, y la opinión de Carvajal fue rechazada.

La Derrota en Jaquijahuana

A pesar de todo, Carvajal siguió al lado de Pizarro. Tuvo otra victoria importante cuando derrotó a Diego Centeno en la batalla de Huarina el 20 de octubre de 1547. Sin embargo, el bando de Gonzalo Pizarro ya estaba desmoralizado, y muchos soldados desertaron para unirse a las fuerzas de La Gasca.

Finalmente, el ejército de Gonzalo y Carvajal se encontró con el ejército de La Gasca cerca del Cuzco. La batalla de Jaquijahuana se libró el 9 de abril de 1548, pero fue más una pequeña escaramuza, ya que muchos rebeldes se pasaron al bando del rey. Carvajal, con su humor característico, se puso a cantar en ese momento.

Su Sentencia y Últimos Momentos

Pizarro se rindió, mientras que Carvajal intentó huir, pero su caballo tropezó y él cayó, quedando atrapado. Fue capturado por sus propios hombres y entregado a La Gasca. Gonzalo Pizarro y Francisco de Carvajal fueron declarados culpables de rebelión contra el rey y sentenciados a muerte. La sentencia se cumplió en el mismo lugar de la batalla el 10 de abril. A Gonzalo, por ser de familia noble, lo ejecutaron de una manera, y a Carvajal, por no serlo, lo ejecutaron de otra, después de arrastrarlo por el campo. Se dice que Carvajal siguió cantando incluso en ese momento.

¿Por Qué lo Llamaban "El Demonio de los Andes"?

Después de su muerte, el cuerpo de Carvajal fue tratado de forma severa y sus partes fueron exhibidas en diferentes caminos del Perú como advertencia. Su cabeza y la de Gonzalo Pizarro fueron colocadas en la Plaza Mayor de Lima para que sirvieran de ejemplo. Años después, se añadió la calavera de Francisco Hernández Girón, otro rebelde.

La casa de Carvajal en Lima fue destruida y en su lugar se puso una lápida de mármol para recordar su castigo. Durante mucho tiempo, la fama de Carvajal como un hombre temido y estricto permaneció en la memoria de los habitantes de Lima. Se decía que las personas mayores se persignaban (hacían la señal de la cruz) cada vez que mencionaban el nombre del «demonio de los Andes».

El historiador Agustín de Zárate lo describió como un hombre de estatura media, corpulento y de piel rojiza, muy hábil en la guerra. Era capaz de soportar grandes esfuerzos a pesar de su edad, y dormía muy poco. Era conocido por ser muy estricto y por castigar a muchas personas por razones menores, o incluso sin culpa, si creía que era necesario para mantener la disciplina militar.

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Francisco de Carvajal para Niños. Enciclopedia Kiddle.