Batalla de Iñaquito para niños
Datos para niños Batalla de Iñaquito |
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Parte de Gran Rebelión de Encomenderos | ||||
![]() Grabado de las “Décadas” de Antonio de Herrera y Tordesillas.
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Fecha | 18 de enero de 1546 | |||
Lugar | Llanura de Iñaquito o Añaquito, norte de Quito, actual Ecuador | |||
Resultado | Derrota y muerte del virrey Blasco Núñez Vela. | |||
Beligerantes | ||||
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La Batalla de Iñaquito o de Añaquito fue un importante enfrentamiento militar que ocurrió durante la Gran Rebelión de Encomenderos. En esta batalla se enfrentaron las fuerzas de Gonzalo Pizarro, conocidas como "gonzalistas", contra los soldados leales al Virrey del Perú, Blasco Núñez Vela, llamados "realistas".
El combate tuvo lugar en la llanura de Iñaquito, al norte de la ciudad de Quito (que hoy es parte de Ecuador), el 18 de enero de 1546. El resultado fue una derrota total para el Virrey Núñez Vela, quien perdió la vida en el campo de batalla. Este evento hizo que Gonzalo Pizarro tuviera más poder en el Perú, pero también marcó una separación definitiva con la Corona española.
Contenido
¿Por qué ocurrió la Batalla de Iñaquito?
Las Nuevas Leyes y el descontento
En 1542, se creó el Virreinato del Perú y la Real Audiencia de Lima. Al año siguiente, llegó al Perú el virrey Blasco Núñez Vela junto con los "oidores" (jueces) de la nueva Audiencia. El virrey tenía la misión de hacer cumplir las Leyes Nuevas, que eran unas normas recién creadas.
Estas leyes buscaban proteger a los pueblos indígenas. Por ejemplo, prohibían que los indígenas fueran obligados a trabajar para los "encomenderos" (personas que habían recibido tierras y el derecho a cobrar tributos de los indígenas). Los encomenderos, que eran colonos españoles, se sintieron muy molestos por estas leyes, ya que afectaban sus intereses.
La rebelión de los encomenderos
Los encomenderos, indignados, organizaron una rebelión. Eligieron como su líder a Gonzalo Pizarro, quien era un encomendero muy rico en Charcas (actual Bolivia).
Gonzalo Pizarro marchó hacia el Cuzco, donde fue recibido con entusiasmo. Allí lo nombraron "procurador general del Perú", lo que significaba que tenía la autoridad para protestar contra las Leyes Nuevas ante el virrey o incluso ante el emperador Carlos V.
El virrey Núñez Vela y su captura
Mientras tanto, en Lima, el virrey Núñez Vela se hizo impopular por sus decisiones. Los oidores de la Audiencia, buscando el apoyo de la gente, decidieron apoyar a los encomenderos. Así, el 18 de septiembre de 1544, tomaron prisionero al virrey y lo enviaron de regreso a España en un barco.
Gonzalo Pizarro entró victorioso en Lima el 28 de octubre de 1544, al mando de 1200 soldados. Los oidores lo reconocieron como Gobernador del Perú. La rebelión contra la Corona española ya era un hecho. Gonzalo Pizarro era muy popular y sus seguidores lo llamaban el Gran Gonzalo.
El escape del virrey y la formación de un nuevo ejército
El virrey Núñez Vela logró escapar de su prisión, convenciendo a su guardián, el oidor Juan Álvarez, de dejarlo libre. Desembarcó en Tumbes, en la costa norte de Perú, y se dirigió a Quito. Allí, reunió nuevas tropas y formó un ejército. Con estas fuerzas, marchó hacia el sur para enfrentarse a los rebeldes de Gonzalo Pizarro.
¿Cómo se prepararon los ejércitos para la batalla?
Movimientos de tropas antes del enfrentamiento
El virrey ocupó San Miguel de Piura y siguió avanzando. Cuando Gonzalo Pizarro se enteró, salió de Lima con sus tropas y se dirigió al norte, llegando a Trujillo. El virrey, temiendo el poder de su oponente, retrocedió rápidamente hacia Quito. Fue un viaje largo y agotador, con Gonzalo Pizarro persiguiéndolo de cerca. Luego, el virrey se dirigió más al norte, hacia Popayán (actual Colombia).
Mientras tanto, el capitán Diego Centeno se rebeló en Charcas (Bolivia), apoyando al rey. Gonzalo Pizarro, desde Quito, ordenó a Francisco de Carvajal que fuera a enfrentar a Centeno, mientras él esperaba al virrey.
El virrey se mantuvo en Popayán, donde recibió más soldados del norte. Uno de los capitanes que se unió a él fue Sebastián de Benalcázar, el gobernador de Popayán. También obtuvo el apoyo de los "curacas" (líderes indígenas) de la región, quienes ayudaron a que las tropas de Pizarro tuvieran menos provisiones.
La estrategia de Gonzalo Pizarro
Pizarro ideó un plan inteligente para sacar al virrey de Popayán, una posición que consideraba difícil de atacar. Dejó una pequeña guarnición en Quito bajo el mando de Pedro de Puelles y fingió marchar al sur con todo su ejército. Sus aliados indígenas difundieron la noticia de que iba a ayudar a Carvajal contra Centeno.
El virrey cayó en el engaño y sacó sus tropas de Popayán con la intención de tomar Quito. Sin embargo, el líder rebelde no había ido al sur, sino que se había quedado a unos pocos kilómetros de Quito, a orillas del río Guallabamba. Cuando los espías del virrey descubrieron el engaño en Otavalo, ya era tarde para retroceder. El virrey decidió seguir adelante y luchar.
La llegada a Quito
El virrey llegó a Quito, donde fue recibido con tristeza. Las mujeres de la ciudad, sabiendo que Gonzalo Pizarro tenía un ejército más fuerte, le decían que había "venido a morir". El líder de los franciscanos le ofreció refugio en su convento y le aconsejó a Benalcázar que se retirara, pero el virrey no aceptó.
Mientras tanto, los hombres de Pizarro también se dirigían a Quito. El virrey, pensando que no era buena idea defender la ciudad, animó a sus tropas y les ordenó salir a luchar. La batalla comenzó en la tarde del 18 de enero de 1546.
¿Cómo eran los ejércitos en Iñaquito?
Las fuerzas de Gonzalo Pizarro
Gonzalo Pizarro formó sus tropas en una pequeña elevación que dominaba el valle de Iñaquito. Contaba con unos 700 hombres. De ellos, 200 usaban "arcabuces" (un tipo de arma de fuego antigua) y 150 eran jinetes (caballería). Su "maese de campo" (jefe militar) era Pedro de Puelles, ya que Francisco de Carvajal no estaba. Uno de los líderes de la caballería era Benito Suárez de Carbajal. Pizarro animó a sus soldados diciendo: "Caballeros, a pelear y defender vuestras libertades, vidas y haciendas".
Las fuerzas del Virrey Núñez Vela
Las fuerzas del Virrey eran algo más de 400 hombres. Su caballería era casi del mismo tamaño que la de su enemigo, con unos 140 jinetes. El maese de campo era Juan Cabrera, y entre los capitanes de arcabuceros y "piqueros" (soldados con lanzas largas) estaban Sancho Sánchez Dávila y Francisco Hernández Girón.
La caballería del virrey se dividió en dos grupos. El virrey tomó el mando del grupo más grande, y el otro lo entregó a sus capitanes Sebastián de Benalcázar, Pedro de Bazán y Hernando de Cepeda. El oidor Juan Álvarez también estaba con ellos, dispuesto a luchar como un soldado.
El virrey también dio un discurso emotivo, prometiendo ser el primero en atacar. Terminó diciendo: "Que de Dios es la causa, de Dios es la causa, de Dios es la causa". El virrey vestía un "uncu" (una túnica indígena de algodón) sobre su armadura y sus insignias. Algunos dicen que lo hizo para no ser un blanco fácil, y otros que para luchar como el más humilde de sus soldados.
El desarrollo de la batalla

La batalla comenzó con los disparos de los arcabuceros del virrey, que fueron respondidos de inmediato por los rebeldes. El virrey, como había prometido, lideró a sus jinetes y atacó la posición de Puelles con gran fuerza. El choque de ambas caballerías fue muy violento.
Sin embargo, los arcabuceros de Gonzalo Pizarro cambiaron el rumbo de la lucha. Se colocaron en un lado de los enemigos y comenzaron a disparar con gran puntería, causando muchas bajas. El combate entre los soldados de a pie también favorecía a los gonzalistas, que eran muchos más. Benalcázar fue herido por varios disparos, y otros líderes del virrey perdieron la vida.
Cuando sus jefes cayeron, la infantería del virrey se desorganizó. La caballería rebelde, que ya estaba ganando, avanzó sin piedad, mientras los arcabuceros seguían disparando. El virrey, que luchaba valientemente por el lado izquierdo, fue finalmente herido en la cabeza por Hernando de Torres.
Al principio, no lo reconocieron porque llevaba la túnica indígena sobre su armadura. Pero poco después, un soldado lo identificó. La noticia llegó a Benito Suárez de Carbajal, cuyo hermano había perdido la vida en Lima por culpa del virrey. Benito Suárez ordenó a uno de sus hombres que le quitara la vida al virrey.
La muerte del virrey desanimó a los últimos soldados realistas que aún resistían. Solo unos pocos lograron escapar, perseguidos por los jinetes de Pizarro. La persecución no duró mucho, ya que llegó la noche y Gonzalo Pizarro ordenó tocar las trompetas para reunir a su gente y poner fin a la lucha.
¿Cuáles fueron las consecuencias de la batalla?
Del lado del virrey, murieron unos trescientos hombres, mientras que los rebeldes tuvieron muy pocas bajas, apenas siete. Gonzalo Pizarro no fue cruel con sus prisioneros. Francisco Hernández Girón y Sebastián de Benalcázar, que resultaron heridos, recibieron un perdón honorable. Solo algunos de los que se oponían más firmemente a Gonzalo Pizarro fueron castigados severamente o enviados lejos, a Chile. Fue una suerte para los realistas que el capitán Francisco de Carvajal no estuviera allí, ya que él habría sido mucho más duro.
El cuerpo del virrey fue llevado a Quito, donde fue expuesto. Gracias a la petición de vecinos importantes, el cuerpo y la cabeza del virrey fueron reunidos y enterrados dignamente en la catedral de Quito. Más tarde, sus restos fueron trasladados a su tierra natal, Ávila, en España. Así terminó la vida del primer virrey del Perú.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Battle of Iñaquito Facts for Kids