Eugenio Oliva para niños
Datos para niños Eugenio Oliva |
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![]() Oliva pintando el techo del vestíbulo de la Diputación Provincial de Palencia.
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Eugenio Oliva y Rodrigo | |
Nacimiento | 12 de febrero de 1852 Palencia (España) |
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Fallecimiento | Marzo de 1925 Villaconejos (España) |
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Nacionalidad | Española | |
Educación | ||
Educado en | Academia de España en Roma | |
Información profesional | ||
Ocupación | Pintor | |
Movimiento | Orientalismo | |
Eugenio Oliva y Rodrigo (nacido en Palencia, el 12 de febrero de 1852 y fallecido en Villaconejos, en marzo de 1925) fue un pintor español muy conocido por sus murales, que son pinturas grandes hechas directamente sobre paredes o techos.
Eugenio Oliva: Un Artista de su Tiempo
Eugenio Oliva fue un pintor español que vivió a finales del siglo XIX y principios del XX. Su talento lo llevó a crear obras importantes, especialmente murales, que aún hoy podemos admirar.
¿Cómo fue la formación artística de Eugenio Oliva?
Eugenio Oliva nació en Palencia. Su padre, Juan, tenía un interés especial por el arte, lo que animó a Eugenio y a su hermano José a estudiar dibujo. Comenzaron en la Escuela Municipal de Dibujo de Palencia con el profesor Justo María de Velasco.
Más tarde, Eugenio se mudó a Madrid, probablemente en 1873. Allí continuó sus estudios en la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado. También asistió al taller de Germán Hernández Amores, un pintor de la región de Murcia.
Sus primeros pasos y logros
Oliva fue un estudiante destacado. Obtuvo buenas calificaciones en dibujo, uso del color y composición de sus obras. Durante sus estudios, hizo amistad con otros artistas, como los escultores Eduardo Barrón, Aquilino Cuervo y Miguel Ángel Trilles, y el pintor Francisco Maura.
Aunque sus primeras obras presentadas en las exposiciones nacionales de 1876 y 1878 no tuvieron el éxito esperado, en 1879 se presentó a unas oposiciones. El objetivo era conseguir una beca para estudiar pintura histórica en la Academia Española de Bellas Artes de Roma.
Para estas oposiciones, tuvo que pintar temas como Moisés sacado del Nilo y La muerte de Abel. El 16 de mayo de 1879, Eugenio Oliva fue elegido para la beca. Poco después, el 28 de junio, se casó con Luisa Bueno y juntos se fueron a Roma.
Su etapa en Roma
En Roma, la academia estaba dirigida por José Casado del Alisal. Al principio, Oliva pensó en pintar gladiadores, pero luego cambió de idea y realizó Un episodio en la vida de Viriato. Esta obra fue muy elogiada por el director, quien lo describió como un pintor con un toque elegante y franco.
Durante su segundo año en Roma, copió La Creación del hombre de la Capilla Sixtina. En su cuarto año, trabajó en el boceto de Cervantes escribiendo la célebre dedicatoria al Conde de Lemos. Esta obra final le valió una "calificación honrosa" y, al presentarla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1884, ganó la segunda medalla.
Curiosamente, los estudios que hizo por su cuenta en Roma, la Toscana, Venecia y Nápoles estaban llenos de colores vivos. Sin embargo, su cuadro histórico de Cervantes usaba una paleta de colores más limitada.
El regreso a España y nuevos desafíos
Al regresar a Madrid, Eugenio Oliva se instaló en la calle de Fuencarral. A pesar de su éxito en la Exposición Nacional, al principio le costó encontrar trabajo. Durante un tiempo, se dedicó a copiar obras de grandes maestros como Ribera, Velázquez y Murillo en el Museo del Prado para seguir aprendiendo.
Su situación mejoró en 1885, cuando Casto Plasencia le encargó la decoración de la capilla de Carlos III en la Basílica de San Francisco el Grande. La obra se tituló La promulgación del Dogma de la Inmaculada Concepción. Gracias a este trabajo, el Gobierno lo nombró comendador de la Orden de Isabel la Católica el 15 de febrero de 1889.
Trabajar en San Francisco el Grande le abrió las puertas a otros proyectos. Por ejemplo, decoró la sala de juntas del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Madrid con lienzos que representaban virtudes.
La enseñanza como refugio
Las responsabilidades familiares y la dificultad de encontrar encargos en Madrid llevaron a Oliva a dedicarse a la enseñanza. El 31 de enero de 1890, fue nombrado profesor interino auxiliar de Dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. Poco después, el 28 de febrero, se convirtió en ayudante.
Esta estabilidad económica se notó en su pintura, como se ve en su alegre obra Feria de Sevilla, aunque lamentablemente quedó sin terminar. A finales de 1891, empezó a dar clases de dibujo en la Escuela de Enseñanza de la Mujer. En 1892, fue nombrado ayudante interino en la Escuela de Artes de Madrid. Su reputación, aunque modesta, le permitió ser parte del comité de admisión de la Exposición Internacional de Bellas Artes de Madrid. En 1895, recibió una condecoración menor en la Exposición Nacional de Bellas Artes.
Trabajos en Castilla y últimos años
En esta época, Eugenio Oliva empezó a interesarse por su tierra natal, Castilla. En 1897, participó en una venta de cuadros en Valladolid, y en 1899, visitó Palencia para tomar apuntes y participar en reuniones públicas.
Debido a sus problemas económicos como profesor interino, se presentó a unas oposiciones para una cátedra de Dibujo en el Instituto de Zamora, que obtuvo el 27 de septiembre de 1900. Sin embargo, siguió interesado en Madrid y regresó a la capital en noviembre para dar clases. Finalmente, el 4 de marzo de 1903, se consolidó como profesor auxiliar de Dibujo Artístico en la Escuela de Artes e Industrias. Allí permaneció hasta el 1 de enero de 1911, cuando se trasladó a la Escuela de Artes y Oficios de Madrid.
Proyectos importantes en Castilla
Entre 1901 y 1911, Oliva decoró el Círculo de Recreo de la Victoria en Valladolid. Para este lugar, pintó temas históricos y alegóricos, como El conde D. Pedro Ansúrez con su mujer Dña. Eylo examinando los planos de la Antigua. También incluyó figuras de Apolo y Terpsícore, que representan la Música y el Amor, y retratos de personas importantes de Valladolid, como Berruguete, Cervantes, Felipe II y Colón. En estas tareas decorativas, contó con la ayuda del pintor local Leovigildo Benito.
En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1901, su obra Hallazgo y compra del lienzo de la Virgen de la Paloma fue propuesta para una condecoración. Esta pintura fue donada a la Real Congregación de la Virgen de la Paloma y se conserva en la Iglesia de la Paloma en Madrid. En la misma exposición, también presentó la obra La Revoltosa.
En 1907, recibió el encargo de decorar la Casa de Expósitos y Hospicio Provincial de la Diputación Provincial de Palencia. Allí pintó escenas religiosas de la vida de la Virgen y de Cristo. En estas obras, se puede ver un cambio en su estilo, usando colores más terrosos y pinceladas sueltas que difuminan los contornos. Este cambio también se aprecia en obras como El barquillero. En 1904, había pintado El genio dormido, una obra que reflejaba sus dudas sobre sus propias posibilidades creativas.
Su última gran obra fue en su ciudad natal. Jerónimo Arroyo, quien dirigía las obras del Palacio de la Diputación Provincial de Palencia, y Cándido Germán, decidieron que Oliva y Mañanós eran los artistas ideales para la decoración. A principios de 1912, se le encargó la decoración del vestíbulo con lienzos que se incrustaban en las paredes.
Algunas de las obras encargadas a Oliva estaban terminadas en 1913. En este trabajo, su estilo volvió a ser más detallado y con colores brillantes, como en sus etapas anteriores. Un ejemplo es el lienzo Salida de los vacceos contra los romanos, que se salvó de un incendio en 1966. Esta obra recuerda la valentía de los antiguos habitantes de Pallantia. También pintó otros temas históricos como Concilio de Alfonso VII en Palencia, Dña. Sancha de Castilla instituyendo los fueros, La visita de los Comuneros a Dña. Juana y la Entrada de Carlos V en Palencia. El tema central era una Alegoría de Palencia. Este fue su último trabajo decorativo.
Sus últimos años
Desde 1919, su hijo Segundo Ángel, que era médico en Villaconejos, animó a sus padres a mudarse con él. Eugenio Oliva pasó sus últimos años pintando cuadros pequeños con pinceladas detalladas y llenos de color. Realizó escenas de la vida en el campo, bodegas y patios interiores, dejando atrás su vida en Madrid.
Además de los murales, Oliva pintó muchos otros tipos de obras. Hizo escenas de la vida cotidiana (La cucaña, La boda interrumpida), paisajes (Vista de Pajares, Puerto asturiano) y retratos (Velarde, Calleja). Cuanto más libre se sentía al trabajar, mayor calidad se puede ver en sus obras. Son especialmente interesantes sus pequeños estudios al óleo sobre tabla y sus acuarelas, como La pradera de San Isidro y Mercado de lana en el barrio de La Puebla.
Su esposa, Luisa, falleció en diciembre de 1924, y Eugenio Oliva murió en marzo de 1925.
Galería de imágenes
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Caricaturizado por Cilla en Madrid Cómico (1889)
Véase también
En inglés: Eugenio Oliva Facts for Kids