Moneda (divisa) para niños
La moneda o unidad monetaria es una herramienta de intercambio que nos ayuda a comprar y vender bienes y servicios. Puede ser en forma de piezas de metal, llamadas monedas (generalmente redondas), o en papel, conocidos como billetes. También existen otras formas como las tarjetas de crédito, cheques o pagarés. Cuando hablamos de la moneda oficial de un país, como el euro en España, nos referimos a ella como moneda. Es el dinero que usamos para conseguir cosas dentro de nuestro propio país.
Por otro lado, se le llama divisa a la moneda de otro país. Por ejemplo, si estás en España y hablas de dólares estadounidenses, te refieres a una divisa. Las divisas se usan principalmente para el comercio entre diferentes países.
El Banco de España explica que es importante no confundir dos ideas:
- Un cambio de moneda ocurre cuando compras o vendes dinero de otro país para usarlo físicamente. Por ejemplo, si viajas a Estados Unidos, cambias euros por dólares para gastarlos allí.
- Un cambio de divisa no implica mover dinero físico. Por ejemplo, si recibes una transferencia bancaria en dólares, ese dinero se convierte directamente a tu moneda local (como euros o pesos) en tu cuenta bancaria.
Casi todos los países tienen su propia moneda oficial. Sin embargo, a veces varios países pueden:
- Usar la misma moneda, como los países de la Unión Europea que usan el euro. Liechtenstein también usa el franco suizo, como Suiza.
- Adoptar la moneda de otro país como la suya. Por ejemplo, Panamá, El Salvador, Ecuador y Zimbabue usan el dólar estadounidense. La Ciudad del Vaticano, San Marino, Mónaco y Andorra usan el euro.
Las monedas suelen tener partes más pequeñas. Por ejemplo, 100 céntimos forman 1 euro. También hay otras divisiones como 1/10 o 1/4, como el cuarto de dólar estadounidense.
Contenido
¿De dónde viene la palabra "moneda"?
La palabra "moneda" viene del latín moneta. Esto se debe a que en la antigua Roma, el lugar donde se fabricaban las monedas estaba junto al templo de la diosa Juno la Avisadora, también conocida como Juno Moneta. Ella protegía esta actividad. El lugar donde se fabrican las monedas se llama ceca o casa de moneda. Una moneda física tiene una "cara", una "cruz" y un "canto" (el borde).
¿Cómo funciona un sistema monetario?
Los sistemas monetarios son formas organizadas para intercambiar cosas. Aquí te explicamos sus partes principales:
- Las mercancías: Son los productos o servicios que la gente quiere intercambiar. Pueden ser cosas que se producen (como un juguete) o cosas que ayudan a producir (como una máquina).
- Las unidades monetarias: Son números o ideas abstractas que usamos para saber cuánto vale cada mercancía. Por ejemplo, decir que un lápiz vale 1 euro.
- Los valores mercantiles (precios y salarios): Son el resultado de comparar las mercancías con las unidades monetarias. El precio es el valor de una mercancía que se vende. El salario es el valor del trabajo de una persona.
- Los instrumentos monetarios: Son documentos que muestran que una persona debe una cantidad de dinero a otra. Por ejemplo, un cheque. Estos documentos hacen que no sea necesario intercambiar directamente una cosa por otra (lo que se llama trueque).
La unidad monetaria es como una unidad de medida, es una idea. El instrumento monetario es un documento que registra una medida (el valor de algo) y una transacción (un intercambio). Todo esto tiene sentido porque existen mercancías que queremos medir e intercambiar.
Al principio, la gente intercambiaba cosas directamente, sin dinero. Esto se llamaba trueque. Por ejemplo, cambiabas una gallina por un saco de trigo. Esto funcionaba si las dos personas estaban de acuerdo. Pero cuando las sociedades crecieron y la gente empezó a producir muchas cosas diferentes, el trueque se volvió complicado. Era difícil saber cuánto valía una cosa en comparación con otra. Por eso, nació la unidad monetaria.
Usamos unidades monetarias para medir el valor de las mercancías. Son ideas abstractas y universales. Abstractas porque son solo convenciones, no tienen un valor físico. Universales porque sirven para comparar el valor de todas las mercancías en un mercado. Así, podemos calcular fácilmente cuánto vale una cosa en comparación con otra.
La existencia de una unidad monetaria no elimina el trueque, solo lo hace más fácil y preciso.
Un poco de historia de la moneda

El dinero, en forma de moneda, ha sido muy importante en el desarrollo de las civilizaciones que comerciaban desde hace miles de años.
La profesión de cambista (personas que cambian dinero) surgió con el dinero y la banca, gracias al comercio. En la Edad Media en Europa, muchas ciudades empezaron a fabricar sus propias monedas, y el oficio de cambista se hizo más profesional.
El trueque antes del dinero
Los estudios sobre pueblos antiguos muestran que el trueque no solo servía para conseguir cosas, sino también para crear lazos de amistad o alianzas entre grupos. En las sociedades más sencillas, la comida y el sustento estaban asegurados, así que el intercambio no era vital, pero sí socialmente necesario.
Por eso, el trueque primitivo a menudo tenía rituales y formalidades. Cada intercambio era considerado importante, como cualquier relación social.
El dinero en pueblos antiguos
Algunos pueblos antiguos en África Occidental, el Congo, Melanesia, Micronesia y el este de Norteamérica ya usaban algún tipo de sistema monetario. Estos pueblos tenían un desarrollo avanzado en agricultura o ganadería, pero no estaban muy especializados. Cada grupo podía autoabastecerse, por lo que el trueque seguía teniendo un fuerte componente social.
Aunque no tenían escritura, usaban sistemas monetarios con unidades y valores. Ciertos objetos eran muy importantes socialmente, como símbolos de riqueza y prestigio.
Estos objetos tenían dos funciones:
- Función social: Se usaban en intercambios importantes para mantener relaciones sociales.
- Función utilitaria: Servían como medida de valor para intercambiar bienes comunes. En este caso, los objetos no se intercambiaban físicamente, sino que eran una referencia abstracta para calcular el valor de otras cosas. Por ejemplo, en las islas del Almirantazgo, la gente valoraba sus bienes en conchas y dientes de perro, pero no los usaban para el intercambio diario, solo para rituales.
Esto muestra que existían unidades monetarias abstractas, no solo objetos concretos. Sin embargo, como estos objetos a menudo se intercambiaban en ceremonias, muchos expertos los vieron como una forma primitiva de moneda.
Los sistemas monetarios en las primeras civilizaciones
La arqueología ha descubierto cómo nacieron las primeras civilizaciones en Asia, el valle del Indo, Egipto y otras regiones. Estas civilizaciones se basaban en una agricultura avanzada y una división del trabajo. La escritura apareció como consecuencia del uso de instrumentos monetarios.
Desde el principio, estas sociedades tenían unidades monetarias claras. Por ejemplo, en Mesopotamia, la cebada y luego la plata eran unidades monetarias. Esto no significa que se intercambiara mercancía por cebada o plata directamente, sino que la cebada y la plata eran los patrones para expresar el valor de todas las mercancías.
Al inicio de la Edad del Bronce, hace unos 4.000 años, las civilizaciones del Cercano Oriente tuvieron un gran desarrollo económico. La población creció, apareció la especialización artesanal y el comercio a gran escala. Con esto, surgieron unas "bolsas" de arcilla llamadas bullae. Eran como sobres de arcilla llenos de pequeñas figuras de barro y sellados. Estas bullae venían de un sistema de contabilidad con fichas que se usaba desde el Neolítico.
Las bullae eran importantes porque las fichas dentro de ellas representaban una transacción entre dos personas. Muchas bullae tenían dos sellos diferentes, lo que apoya esta idea. Eran como documentos monetarios antes de la escritura, que registraban un intercambio. Más tarde, las bullae se convirtieron en las tablillas cuneiformes, donde las figuras se dibujaban en el exterior, dando origen a la escritura cuneiforme.
La moneda de metal
A mediados del tercer milenio antes de Cristo, en Mesopotamia, los instrumentos monetarios cambiaron mucho.
Los instrumentos anteriores eran abstractos y no tenían valor por sí mismos. Su funcionamiento no implicaba usar un objeto concreto, solo una unidad monetaria abstracta. Aunque la unidad monetaria estuviera simbolizada por algo (conchas, cebada), esa cosa no se usaba en las transacciones.
En Mesopotamia apareció un nuevo tipo de instrumento monetario: la moneda metálica. Las monedas de oro o plata eran objetos concretos con valor propio. A esto se le llama moneda-mercancía, porque un metal específico se elegía para mediar en cualquier intercambio.
En Babilonia, hace unos 1760 años antes de Cristo, ya se usaban lingotes de oro, plata o bronce. Otras civilizaciones también adoptaron sistemas monetarios basados en metales. Al principio, las monedas de metal tenían formas y calidades muy diferentes, por lo que en cada transacción había que pesarlas y probarlas. Para solucionar esto, se empezaron a usar piezas de metal estandarizadas, con un peso y calidad garantizados por un sello. Estas son las monedas que conocemos, y las más antiguas datan del siglo VII a. C. en Asia Menor.
Al principio, cualquiera con suficiente autoridad y riqueza podía acuñar su propia moneda. Pero con el tiempo, esta función fue monopolizada por los gobiernos.
La moneda de metal perdió una característica de los instrumentos monetarios primitivos: no era un documento de la transacción. La moneda de metal es anónima (no identifica a las personas), uniforme (no detalla la transacción) y dinámica (circula sin parar).
En cada intercambio, la moneda de metal solo sirve como medio de pago. Es decir, permite cerrar una transacción. Es más fácil y rápido que escribir un documento.
Sin embargo, los sistemas basados en metales tienen un límite: la cantidad de metal disponible en una región.
Del metal al papel-moneda
Los instrumentos monetarios actuales siguen siendo principalmente "antidocumentarios". Pero desde la moneda de metal hasta hoy, han vuelto a ser más abstractos, algo que se logró por completo en 1914.
Los sistemas monetarios son ideas abstractas que facilitan el intercambio de mercancías. Si sustituimos esa idea abstracta por un objeto concreto y escaso (como los metales preciosos), el sistema pierde flexibilidad.
En la Edad Media, la escasez de metales preciosos llevó a los reyes a manipular las monedas. Como ellos controlaban la emisión, podían hacer que el valor nominal (el valor que decía la moneda) no correspondiera a su valor real en metal (por ejemplo, haciendo monedas con menos metal, pero con el mismo valor nominal). Así, podían pagar sus deudas con menos metal. Esto era común en la Baja edad mediana. Los tesoros reales estaban casi siempre endeudados, y esta manipulación era una solución temporal. Pero causaba que los precios y salarios subieran, empeorando la situación. Los más afectados eran las clases populares, que no podían afrontar los precios altos. Estas manipulaciones empezaron a separar el valor real del metal del valor monetario que se le daba artificialmente. El descubrimiento de América, con sus minas de metales preciosos, dio un respiro. Pero el gran crecimiento del comercio a finales de la Edad Media aumentó la necesidad de moneda. Se inventó una nueva forma de suplir la falta de metal: la letra de cambio.
Al principio, la letra de cambio era solo una forma de pagar deudas a distancia, para evitar transportar metal. Un comerciante de Barcelona podía pagar a su proveedor de Génova con una carta que este podía cambiar por dinero en su banco. Más tarde, se añadió la idea de crédito, es decir, pagar más tarde. Un cliente que no tenía dinero en el momento de la compra podía dar una letra a su proveedor, garantizando el pago en un plazo. El proveedor podía esperar o usar la letra para pagar a otros, o venderla a un banquero (con un descuento).
La letra de cambio creó nuevos instrumentos monetarios que se sumaron a la circulación de monedas de metal. Cuando una letra circulaba, era un papel que prometía un pago en metal en el futuro, pero el metal no existía aún. No reemplazaba la moneda de metal, sino que se añadía. Su valor se basaba en la confianza de que el pago se haría.
Si el banquero descontaba la letra, no pagaba con su propio dinero, sino con los depósitos de sus clientes. Así, se creaba nueva circulación monetaria. El banquero confiaba en que no todos los depósitos serían retirados a la vez.
La letra de cambio y otros instrumentos eran temporales; se convertían en moneda de metal tarde o temprano.
La invención del billete de banco eliminó esta limitación. Fue inventado en 1656 por Johan Palmstruch en Ámsterdam. El banco, en lugar de pagar con monedas de metal, lo hacía con billetes, que eran una promesa de convertirlos en metal cuando el dueño lo pidiera. Como no tenían plazo, podían circular indefinidamente.
Así, surgieron dos tipos de dinero permanentes: la moneda de metal y los billetes de banco. Los billetes no tenían valor propio, pero representaban una promesa de conversión a oro, basada en la confianza en el banco emisor. Los bancos privados emitían más billetes de los que tenían en metal, supliendo la escasez.
Este sistema, basado en moneda de metal y billetes convertibles, caracterizó el siglo XIX con el patrón oro: el dinero (metal y billetes) estaba respaldado por una cantidad de oro.
Durante el XIX, los bancos centrales de los países monopolizaron la emisión de billetes, que se hicieron de curso legal. Pero cuando un país tenía problemas (crisis, guerras), emitía más billetes. Esto llevaba a una crisis de confianza, donde todos querían cambiar sus billetes por metal, y se suspendía la convertibilidad. Cuando la situación mejoraba, la convertibilidad podía restablecerse.
A finales del siglo XIX, con el patrón oro y la Unión Monetaria Latina, se establecieron las primeras paridades reguladas entre las divisas. El patrón oro se abandonó en 1914.
Durante la Primera Guerra Mundial, los enormes gastos vaciaron las arcas de los países. Se emitieron muchos billetes, pero se suprimió la convertibilidad. Después de la guerra, algunos países intentaron restaurarla, pero la crisis de 1929 lo impidió.
En los años 20 y 30, muchas economías estaban inestables y la producción de oro era escasa. Varios países abandonaron el Patrón Oro.
El sistema monetario después de la Primera Guerra Mundial se basó en el abandono de la moneda de metal (dentro de cada país) y el predominio del billete de banco inconvertible. El papel-moneda ya no tenía relación con el oro.
El papel-moneda actual se basa solo en la convención social de que es el instrumento necesario para el comercio y en la confianza de que cumple su función. Su valor es el de una herramienta que nos ayuda a contar e intercambiar mercancías.
El sistema monetario actual
Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1944, se firmaron los Acuerdos de Bretton Woods, que crearon el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para estabilizar los tipos de cambio de divisas. Estos acuerdos se rompieron en 1971 debido a la guerra de Vietnam. Después de 1976, el FMI tuvo un papel importante en países en desarrollo y crisis financieras.
En esta evolución, la diferencia entre el valor real de los metales preciosos y el valor abstracto de los instrumentos monetarios se hizo cada vez mayor. Con el papel-moneda, estas dos realidades se separaron por completo. El sistema monetario, sin el peso de los metales, pudo volverse más intangible y abstracto.
Hoy, el papel-moneda no es el único tipo de dinero. También existe el "dinero escritural", que es el poder de compra registrado en una cuenta bancaria. El papel-moneda que llevas al banco se convierte en unidades monetarias en tu cuenta. Estas unidades pueden circular entre cuentas sin necesidad de mover papel-moneda. Esto se llama compensación bancaria. Dos personas con cuentas en el mismo o diferentes bancos pueden pagarse simplemente registrando las cifras en sus cuentas.
Esta forma de dinero es la más usada en los países desarrollados. En algunos, representa el 80% del dinero total. Actualmente, se está convirtiendo rápidamente en "moneda electrónica": simples impulsos eléctricos y memorias magnéticas son suficientes para las transacciones. El sistema monetario ha vuelto a ser abstracto e instrumental: los instrumentos monetarios no tienen valor propio, solo sirven para intermediar en el intercambio de mercancías y expresar su valor en unidades abstractas.
Divisas hoy en día
Las divisas (monedas de diferentes países) cambian de valor entre sí en el mercado internacional. Por eso, existen los tipos de cambio, que son los precios a los que se pueden intercambiar las monedas. Estos precios varían constantemente según factores económicos como el crecimiento económico de un país, la inflación o el consumo interno.
La relación o precio de la moneda de un país con respecto a otras, también llamada cotización, depende de cuánto se comercia y se invierte entre los países. Las importaciones (compras de bienes de otros países) y la inversión en el extranjero aumentan la demanda de divisas extranjeras. Las exportaciones (ventas de bienes a otros países) y la inversión extranjera en el país aumentan la oferta de la moneda local.
Zonas monetarias y control del dinero
Una zona monetaria es un lugar donde una moneda específica es la principal o única forma de pago. Para facilitar el comercio entre diferentes zonas monetarias, se establecen las tasas de cambio, que son los precios a los que se pueden intercambiar las monedas. Las monedas pueden ser de "flotación libre" (su valor cambia según el mercado) o "fijas" (su valor está atado a otra moneda).
En la mayoría de los casos, cada país controla su propia moneda. Una excepción son los miembros de una unión monetaria supranacional, como la Unión Monetaria Europea, donde los países han cedido el control de su política monetaria al Banco Central Europeo.
Varios países pueden usar el mismo nombre para su moneda (por ejemplo, el dólar se usa en Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda). También varios países pueden usar la misma moneda (como el euro), o un país puede declarar la moneda de otro país como legal en su territorio (por ejemplo, Panamá y El Salvador usan el dólar de los Estados Unidos).
Cada unidad monetaria tiene una parte más pequeña, a menudo 1/100 de la principal: 100 céntimos = 1 euro, 100 céntimos = 1 dólar, 100 peniques = 1 libra. También hay divisiones de 1/10 o 1/1.000. Sin embargo, debido a la inflación, estas unidades más pequeñas a veces dejan de usarse en la práctica.
Política monetaria
La política monetaria es la parte de la política económica que establece las reglas para controlar la cantidad de dinero o liquidez en la economía. Su objetivo es lograr metas como controlar la inflación (que los precios no suban demasiado), mejorar la balanza de pagos (el registro de transacciones de un país con el resto del mundo), etc. También incluye medidas como limitar o aumentar la cantidad de dinero en circulación o influir en las tasas de interés. La política monetaria es la forma en que el gobierno interviene para corregir problemas en el sistema monetario.
Cuando un país controla su propia moneda, lo hace a través de un banco central o un ministerio de finanzas. La institución que controla la política monetaria se llama "autoridad monetaria". Estas autoridades pueden ser más o menos independientes del gobierno. En los Estados Unidos, la Reserva Federal (su banco central) es independiente del gobierno, pero rinde cuentas ante él. En otros casos, como Cuba, el gobierno es quien establece la política monetaria.
Antes del economista Keynes, la política monetaria era la única herramienta económica aceptada y su objetivo era la estabilidad de precios. Con las ideas de Keynes, se introdujo la política fiscal y el objetivo de eliminar el desempleo. Otros objetivos, como la gestión de la deuda o el equilibrio de la balanza de pagos, aparecieron después de la Segunda Guerra Mundial. A partir de los años setenta, la política monetaria se complicó por la aparición de muchos nuevos tipos de activos líquidos (dinero fácil de usar) que ofrecían más ganancias que los depósitos bancarios. Esto hizo que fuera más difícil controlar la cantidad de dinero en la economía.
Moneda de reserva
Una moneda de reserva es una moneda que muchos gobiernos y grandes instituciones guardan en grandes cantidades como parte de sus reservas de divisas extranjeras. También es la moneda que se usa para muchas transacciones comerciales a nivel mundial, como la compra de petróleo o oro.
Las tres monedas de reserva más importantes son el dólar estadounidense y el euro, que juntos representan alrededor del 90% de las reservas mundiales. Otras monedas de reserva son la libra esterlina, el yen, el dólar canadiense y el franco suizo.
Galería de imágenes
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El cambista y su mujer, de Quentin Massys
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ISO 4217.svg
ISO 4217, códigos de divisas.
Véase también
En inglés: Currency Facts for Kids