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Campaña del Cantábrico de 1937 para niños

Enciclopedia para niños

La Campaña Naval en el Cantábrico de 1937 fue una serie de importantes operaciones en el mar durante la Guerra Civil Española. Ocurrió entre marzo y octubre de 1937, como parte de la Campaña del Norte. En esta campaña, la superioridad de la flota del bando sublevado, junto con su fuerza aérea, fue clave. Esto les permitió tomar sucesivamente las regiones de Vizcaya, Cantabria (antes conocida como provincia de Santander) y Asturias, poniendo fin a la presencia de la República en el norte de España. Al principio, la pequeña Armada republicana en el Cantábrico no era muy efectiva. Por eso, los barcos de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi tuvieron un papel importante. Durante esos meses, la intervención de la Armada británica ayudó a aliviar el fuerte bloqueo naval impuesto por el bando sublevado.

Datos para niños
Campaña del Cantábrico de 1937
Parte de Campaña del Norte - Guerra Civil Española
Destructor Ciscar (CR).jpg
El destructor republicano Císcar, hundido en el puerto de El Musel de Gijón el 20 de octubre.
Fecha 7 de enero - 21 de octubre de 1937
Lugar Mar Cantábrico
Resultado Victoria de los sublevados
Beligerantes
Bandera de España República Española Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg Bando sublevado
Comandantes
Bandera de España Enrique Navarro Margati Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg Salvador Moreno Fernández
Fuerzas en combate
Armada Republicana
• 2 destructores
• 3 submarinos
Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi
• 11 Bous armados
• 24 Dragaminas
Armada sublevada
• 1 Acorazado.
• 2 Cruceros
• 1 destructor
• Varios bous y cruceros auxiliares
Bajas
1 destructor
1 submarino
Buques menores
1 acorazado

Desarrollo de las Operaciones Navales

¿Qué fue la Batalla del Cabo Machichaco?

La batalla del cabo Machichaco ocurrió el 5 de marzo de 1937. Fue un enfrentamiento entre el crucero Canarias del bando sublevado y cuatro barcos pequeños (llamados bous) de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi. Estos bous protegían a un barco mercante llamado Galdames y al destructor José Luis Díez.

El Canarias buscaba al Mar Cantábrico, un barco que llevaba suministros importantes para la República. En su lugar, encontró al Galdames, que transportaba monedas recién hechas. El Canarias atacó al bou Gipuzkoa, que se había separado del convoy. Aunque el Gipuzkoa fue dañado, logró impactar al Canarias. Otro bou, el Bizkaia, rescató a un barco mercante que había sido capturado por el Canarias y lo llevó a un puerto seguro.

Después, el Canarias atacó al Galdames, que se rindió. Los bous vascos Nabara y Donostia lucharon valientemente. El Nabara se hundió, y el Donostia escapó a Francia. Ambos lograron dañar al Canarias. Sin embargo, el destructor republicano José Luis Díez no participó en la batalla. Su comandante se dirigió a un puerto francés y abandonó el barco. Otros submarinos y torpederos republicanos tampoco intervinieron. Esto llevó al presidente del gobierno vasco, José Antonio Aguirre, a pedir más barcos para romper el bloqueo.

La Captura del Mar Cantábrico

Solo tres días después de la batalla del cabo Machichaco, el 8 de marzo de 1937, ocurrió la captura del Mar Cantábrico. Este barco venía de Nueva York y se dirigía a Santander con suministros. Para evitar ser detectado, el Mar Cantábrico usó el nombre de un barco inglés, el Adda. Sin embargo, el crucero Canarias lo encontró y sospechó. El supuesto Adda envió una señal de auxilio, y destructores británicos acudieron. Pero pronto se descubrió el engaño, y el Mar Cantábrico fue capturado y llevado al puerto de Ferrol.

La Ofensiva en Vizcaya

La Campaña del Norte comenzó el 31 de marzo de 1937 con la ofensiva de Vizcaya. Las tropas del general Mola avanzaron, apoyadas por la flota del bando sublevado. La misión de la flota era ayudar al avance terrestre con disparos desde el mar y bloquear los puertos del Cantábrico para evitar que la República recibiera suministros. En esta operación participaron varios barcos importantes, como el acorazado España y el destructor Velasco.

El acorazado España también participaba en el bloqueo. Pero el 30 de abril, mientras intentaba detener a un barco británico, chocó con una mina y se hundió cerca de Santander. La tripulación fue rescatada. No se sabe si el capitán del España conocía la ubicación de las minas.

El presidente Aguirre pidió más barcos y aviones al gobierno de la República. Solo enviaron dos submarinos y un destructor, el Císcar. El comandante del Císcar fue criticado por su inactividad. Otros barcos republicanos también mostraron poca actividad.

Los submarinos republicanos también tuvieron problemas. El C-4 permaneció inactivo en el puerto de Santander. El C-6, bajo el mando de un oficial ruso, sí se enfrentó a la flota del bando sublevado. Por ejemplo, el 20 de junio lanzó torpedos contra el crucero Almirante Cervera. Por su valentía, el comandante del C-6 fue nombrado jefe de la flotilla de submarinos del Cantábrico.

Debido a la falta de confianza en algunos oficiales de la Armada republicana, los nacionalistas vascos no querían que sus barcos estuvieran bajo el mando de la flota republicana. Esta falta de un mando unificado y la baja moral de las tripulaciones dieron al bando sublevado casi el control total del mar.

A medida que el bando sublevado avanzaba hacia Bilbao, la falta de disciplina en los destructores republicanos Císcar y José Luis Díez se hizo más evidente. Sus tripulaciones fueron reemplazadas por miembros de los Voluntarios del Mar, un grupo creado por el gobierno vasco. Sin embargo, el comportamiento de los destructores no mejoró mucho. Poco antes de la caída de Bilbao, el 15 de junio, el José Luis Díez y el Císcar huyeron a puertos franceses.

La Intervención de la Armada Británica

Archivo:Royal Oak
El acorazado británico Royal Oak visto por proa.

El bloqueo naval del bando sublevado fue complicado por la Royal Navy británica. Barcos británicos, como el acorazado HMS Royal Oak y varios destructores, protegían a los mercantes británicos que llevaban alimentos a los puertos republicanos. Esto era importante porque una ley británica prohibía a sus barcos llevar material de guerra a España.

Según el derecho internacional de la época, ninguno de los bandos de la guerra civil tenía derecho a detener barcos fuera de sus aguas territoriales. Por lo tanto, el bloqueo del Cantábrico era ilegal. El gobierno británico actuó para proteger sus barcos, ya que había mucho comercio entre el País Vasco e Inglaterra. Además, la opinión pública británica sentía simpatía por los vascos, especialmente después de los terribles bombardeos de Durango y Guernica.

La situación se volvió tensa el 6 de abril, cuando el crucero Almirante Cervera intentó impedir el paso de un mercante británico al puerto de Bilbao. Destructores británicos intervinieron, y el Almirante Cervera se retiró. El gobierno británico reafirmó su política de no reconocer el bloqueo.

El 19 de abril, un mercante británico, el Seven Seas Spray, entró en el puerto de Bilbao con alimentos, siendo recibido con alegría. Después, otros tres mercantes británicos también lograron entrar en Bilbao, escoltados por barcos británicos y vascos. Desde entonces, los mercantes británicos entraron regularmente en Bilbao y Santander.

Los barcos de la Royal Navy no solo ayudaron a aliviar el bloqueo, sino que también protegieron a los barcos que evacuaron a miles de refugiados, especialmente niños, cuando Bilbao estaba a punto de caer.

La Campaña de Santander

Después de la toma de Bilbao, el avance del bando sublevado continuó hacia Santander, y el bloqueo naval se mantuvo. La marina británica siguió protegiendo a sus mercantes y a los barcos con refugiados. Sin embargo, la ineficacia de los destructores republicanos Císcar y José Luis Díez para proteger a los barcos en aguas cercanas a la costa se hizo evidente. Muchos mercantes fueron detenidos por el crucero Almirante Cervera.

El 22 de agosto, la flota republicana del Cantábrico se dirigió de Santander a Gijón, ante la inminente llegada del bando sublevado. El 27 de agosto, un día después de la toma de Santander, las tropas del bando sublevado detuvieron el embarque de soldados vascos en barcos británicos en Santoña.

La Campaña de Asturias

Tras la caída de Santander, Asturias era el último territorio republicano en el norte de España. El bloqueo naval se intensificó. Para defender Asturias, solo quedaban los destructores Císcar y José Luis Díez y tres submarinos. Sin embargo, dos submarinos se dirigieron a puertos franceses para ser "reparados" y el José Luis Díez fue dañado y se refugió en un puerto inglés.

Así, a principios de septiembre de 1937, Asturias solo contaba con el destructor Císcar y el submarino C-6. Ambos fueron hundidos a mediados de octubre. El C-6 fue alcanzado por una bomba y su comandante recibió la orden de hundirlo para que no cayera en manos enemigas. El Císcar, que permaneció en Gijón para apoyar la moral, también sufrió un ataque aéreo el 19 de octubre y se hundió en el puerto de El Musel.

Al perderse el Císcar, la última esperanza de escape, cundió el pánico. Muchas personas intentaron huir en remolcadores, barcazas y pesqueros. Unos sesenta barcos intentaron romper el bloqueo. Los refugiados que llegaron a Francia estaban agotados y enfermos. Así terminó la guerra naval en el Norte de España.

Recuperación de Unidades Navales Republicanas

Los submarinos C-2 y C-4 fueron recuperados por la República. Hubo un intento de tomar el C-2 por parte de algunos comandantes que habían abandonado el barco. En cuanto al destructor José Luis Díez, fue reparado en Inglaterra. Cuando recibió la orden de regresar a España, sus oficiales abandonaron el barco. Finalmente, el destructor zarpó hacia Francia. En agosto de 1938, intentó pasar al Mediterráneo, pero fue interceptado. Se refugió en Gibraltar y en diciembre de 1938, al intentar unirse a la flota republicana, fue dañado.

Galería de imágenes

Véase también

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Campaña del Cantábrico de 1937 para Niños. Enciclopedia Kiddle.