Batalla del vino para niños
La Batalla del Vino es una fiesta muy especial que se celebra cada año en la ciudad de Haro, en La Rioja, España. Tiene lugar la mañana del 29 de junio, día de San Pedro. Es tan importante que ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Esta fiesta consiste en mojar a otras personas con vino tinto hasta que todos queden completamente de color morado. Se celebra a unos seis km al norte de Haro, en un lugar llamado los Riscos de Bilibio. Este sitio está cerca de Las Conchas, donde el Ebro entra en La Rioja.
En este lugar vivió y falleció Felices de Bilibio, quien fue maestro de San Millán en el siglo VI. Desde entonces, muchas personas han visitado y venerado este sitio. La costumbre de ir en romería (un viaje a un lugar sagrado) de forma más organizada comenzó cuando se construyó la primera ermita (una pequeña iglesia) en los riscos a principios del siglo XVIII.
La "Batalla del Vino" tal como la conocemos hoy surgió de la diversión que había durante el almuerzo que los romeros hacían después de la misa en la ermita. Había mucho vino, y la gente se animaba a cantar y a gastarse bromas, como mancharse con el vino de sus botas. Al principio, a algunas personas no les gustaba, y por eso, durante varios años, menos gente iba a la romería, sobre todo mujeres que no querían que les mancharan sus vestidos. En 1949, ya era tan común lanzarse vino que se le dio el nombre de Batalla del Vino. Con el tiempo, se hizo muy popular y ahora atrae a visitantes de todas partes.
Contenido
- ¿Cómo se celebra la Batalla del Vino?
- Historia de la Batalla del Vino
- La Romería a los Riscos de Bilibio
- La Batalla del Vino: de broma a tradición
- Otros datos importantes
- Mitos y verdades sobre la Batalla del Vino
- Batalla del Vino Infantil
- Fiestas similares en otros lugares
- Galería de imágenes
- Véase también
¿Cómo se celebra la Batalla del Vino?

Un poco antes de las siete de la mañana, la gente se prepara para la fiesta. Se visten de blanco, se ponen un pañuelo rojo de las fiestas y llevan el vino para la "batalla". Caminan hacia los Riscos de Bilibio, o van en remolques tirados por tractores, o en sus propios vehículos.
Una vez allí, empiezan a lanzarse vino. Usan botas, botellas, sulfatadoras (aparatos para rociar líquidos), calderos, pistolas de agua y cualquier cosa que pueda contener líquido.
Mientras la batalla está en su apogeo, alrededor de las ocho y media o nueve de la mañana, el regidor síndico de la ciudad (que es como el líder simbólico de las fiestas) va a caballo hasta la ermita de San Felices de Bilibio. Allí, coloca el pendón (una bandera grande) en lo más alto de las peñas y se celebra una misa. Cuando la misa termina, se lanza un cohete para dar inicio oficial a la Batalla del Vino. Las charangas (grupos de música) empiezan a animar a la multitud que se reúne en los campos debajo de la ermita.
Cerca de las diez y media, cuando se acaba el vino (se calcula que se usan entre 30.000 y 40.000 litros), la gente se retira para secar su ropa empapada y disfrutar de un almuerzo. Suelen comer caracoles o chuletillas al sarmiento (costillas de cordero asadas con ramas de vid).
Después del almuerzo, todos regresan en romería hacia Haro, hasta el puente sobre el río Tirón. A las doce del mediodía, entran en la ciudad en un acto llamado "las vueltas". Recorren la calle Navarra al ritmo de las charangas, rodean el templete de la música en la plaza de la Paz, y luego van a la plaza de toros, donde se sueltan varias vaquillas.
Historia de la Batalla del Vino
La importancia de los Riscos de Bilibio para Haro

En los Riscos de Bilibio, donde se celebra esta fiesta, vivió y falleció un hombre santo llamado anacoreta Felices de Bilibio. Él fue maestro de San Millán entre los siglo V y siglo VI. Después de su muerte, los habitantes de la villa de Bilibio y sus alrededores comenzaron a venerarlo. Visitaban la cueva en los Riscos donde estaba enterrado, como muestra de respeto por lo que hizo en vida y porque creían que protegía la región.
Con el tiempo, los habitantes de Bilibio se fueron mudando a Haro, y Bilibio quedó deshabitado en el siglo X. Pero la devoción por San Felices se mantuvo en Haro.
En el año 1090, la fama de San Felices se había extendido por toda Castilla. El Abad Blas decidió llevar los restos de San Felices al Monasterio de San Millán. Así, el 6 de noviembre, la cueva que los había guardado quedó vacía. Sin embargo, esto no hizo que la gente perdiera su devoción. Por eso, la villa de Haro pidió al monasterio una reliquia (un objeto sagrado) de San Felices. El 6 de noviembre de 1605, se celebró una misa especial en San Millán de la Cogolla, y el abad entregó una reliquia al cabildo de la iglesia de Santo Tomás de Haro. Al día siguiente, la reliquia fue llevada a Haro y colocada en un relicario en la ermita de La Vega. El 25 de junio de 1607, la reliquia fue trasladada a la iglesia de Santo Tomás.
El 31 de enero de 1644, San Felices fue nombrado oficialmente patrón de Haro, y el 2 de junio de 1655, se fundó una cofradía (una hermandad) para venerarlo.
En 1694, se construyó una ermita en su honor cerca de la iglesia de Santo Tomás. Y el 23 de julio de 1710, se decidió construir la primera ermita en Bilibio, que cubriría la cueva donde se cree que vivió San Felices.
Fiestas antiguas en el día de San Pedro
Parece que en el siglo XV, las fiestas de San Juan (24 de junio) y San Pedro (29 de junio) eran las más importantes. La de San Juan era la más destacada, y se la conocía como San Juan del arco, porque se sacaba un arco adornado con imágenes de San Juan y San Pedro en procesión.
Un documento de gastos de 1462 menciona que se pagó a un tamborilero por tocar en los días de San Juan y San Pedro, lo que indica que ya en esas fechas se celebraban festejos.
En 1469, otro documento de gastos muestra que había corridas de toros tanto en San Juan como en San Pedro.
Para reducir los gastos del ayuntamiento, en 1491 se limitó lo que se daba a los alcaldes y regidores para las comidas de San Juan y San Pedro.
La Romería a los Riscos de Bilibio
Origen de la romería

Aunque desde el siglo XV ya se hacían actos el 29 de junio, no se sabe exactamente cuándo empezó la romería a los Riscos de Bilibio.
Se sabe, por documentos del ayuntamiento, que los habitantes de Haro hacían otras romerías. Una de ellas, que se hacía anualmente desde antes de 1467, era la romería al monasterio de Santa María de Toloño. En otras épocas, también se hacían romerías a la ermita de Santa Águeda y a la de Nuestra Señora de la Puente.
En 1710, se empezó a construir la primera ermita en los Riscos, por lo que es probable que la romería organizada comenzara alrededor de ese año.
Cambios en la romería por conflictos
La romería tradicional ha cambiado en varias ocasiones.
Durante la tercera Guerra Carlista, había guerrilleros carlistas en los Montes Obarenes, lo que era peligroso para los romeros. Por eso, en 1873 y 1874, la romería se celebró en los parajes de Fuente del Moro.
En 1875, debido a las acciones del guerrillero Benigno Barrionuevo “Carrión”, que ocupaba Conchas de Haro para dificultar el paso del ferrocarril, la romería tampoco pudo celebrarse en Bilibio.
La Batalla del Vino: de broma a tradición

El vino empieza a lanzarse, con algunas quejas
En el diario La Rioja del 29 de junio de 1898, el cronista Aguilera ya mencionaba que la gente terminaba manchada de vino durante la romería.
En 1905, el mismo diario decía que menos gente asistía a la romería, especialmente mujeres, porque terminaban con sus trajes manchados de vino, lo que se consideraba una "brutalidad sin gracia". Al año siguiente, se volvió a decir que la fiesta estaba decayendo porque algunos "graciosos" manchaban a todo el mundo de vino.
Manrique, en 1907, en su obra "¿Eh, ¡á Bilibio!", también menciona que en la romería se hacían "remojones" de vino, y que no a todos les gustaba.
Parece que la asistencia de gente se recuperó, ya que en 1910 se dijo que había subido mucha gente, y en los años siguientes la fiesta siguió con normalidad.
En 1918, el diario La Rioja publicó un relato detallado de la fiesta donde se indicaba que algunos mojaban a otros con vino en medio de la alegría que provocaba el vino bebido durante el almuerzo.
En un reportaje de la revista Blanco y Negro de 1929, se decía que al llegar a la ciudad, la gente tenía las blusas empapadas de vino y que desde la ermita hasta la plaza de la Paz iban "bautizando" con vino a quienes encontraban, una costumbre que se había vuelto popular en pocos años.
En la crónica del diario La Rioja de 1932, se decía que los "bautizos" de vino eran muy frecuentes, lo que hacía que la fiesta perdiera su encanto y que las mujeres dejaran de asistir. Una poesía de ese mismo año en el periódico "San Pedro" también hablaba de cómo la fiesta estaba perdiendo su brillo porque algunos manchaban a la gente con vino.
El número de mujeres siguió disminuyendo. En 1933, el diario La Rioja mencionaba un "ramillete de lindas muchachas". En 1934, apenas había mujeres, y en 1935 y 1936, el corresponsal indicaba que no había subido ninguna.
En 1937, durante la Guerra Civil Española, el ayuntamiento decidió limitar la fiesta a su aspecto más religioso. La romería se haría sin banda de música y no habría vaquillas. Aun así, casi doscientas personas subieron a los Riscos. A diferencia de otros años, se hicieron dos misas, y las autoridades almorzaron con el resto de los romeros. En 1938, la situación se repitió, con la misma cantidad de gente y "lindas y simpáticas señoritas". No faltaron los "bautizos" de vino, y al llegar a la plaza, se hicieron las típicas "vueltas" para finalizar la fiesta.
En 1939, al finalizar la guerra, se esperaba que la gente joven acudiera con muchas ganas de divertirse. La gran cantidad de asistentes superó las expectativas, y cientos de mujeres participaron, dando mucho brillo a la festividad. La banda de música volvió a subir, se dieron dos misas, se bebió y se lanzó mucho vino durante el almuerzo, y después de las "vueltas", hubo vaquillas.
El lanzamiento de vino se hace popular y da origen a la fiesta actual
En los años siguientes, la gente aceptó que se lanzara vino durante la romería, y esto pasó a formar parte de la tradición. En 1949, fue nombrada por primera vez como Batalla del Vino en una crónica del diario La Rioja. En ese entonces, la batalla ocurría al salir de misa, cerca de la ermita.
Viendo el éxito de la fiesta, la cofradía de San Felices y el ayuntamiento solicitaron al Ministerio de Información y Turismo que la romería fuera reconocida como fiesta de interés turístico. Este reconocimiento se obtuvo el 8 de julio de 1965.
El 22 de septiembre de 1968, se hizo una segunda Batalla del Vino a petición de una agencia de publicidad de Estados Unidos, que estaba filmando las fiestas más típicas de España. Sin embargo, la gente no tenía la misma alegría que en la fiesta original.
El número de participantes siguió aumentando, lo que llevó a que en 1976 la batalla se trasladara a la cara sureste de los Riscos para mayor seguridad. Así, hoy la batalla se celebra en dos zonas: la más grande en la arboleda y la más tradicional junto a la salida de la ermita después de la misa.
Cuando la festividad de San Pedro fue anulada a nivel nacional en marzo de 1977, el ayuntamiento de Haro temió que la romería dejara de ser multitudinaria. Por eso, decidieron preguntar a la gente de Haro si querían cambiar la fecha de celebración al domingo siguiente al día de San Pedro. El pueblo de Haro decidió que quería seguir celebrándola el 29 de junio, como era costumbre, y hoy en día sigue siendo una fiesta con muchísima gente.
Reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico
El 8 de julio de 1965, la Secretaría del Ministerio de Información y Turismo concedió el título de "Fiesta de Interés Turístico" a la "Romería de San Felices de Bilibio".
El 18 de enero de 1980, la Secretaría de Estado de Turismo publicó una lista de festejos, clasificándolos en "Fiestas de Interés Turístico Internacional", "Fiestas de Interés Turístico Nacional" y "Fiestas de Interés Turístico". La Romería de San Felices de Bilibio fue incluida en esta última categoría.
El 15 de junio de 1988, se solicitó al Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones que la "Romería a San Felices de Bilibio" fuera declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, pero fue rechazada el 30 de noviembre.
En noviembre de 1998, el gobierno de La Rioja le concedió el título de "Fiesta de Interés turístico en La Rioja".
Finalmente, el 22 de marzo de 2011, fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Otros datos importantes
El Síndico
El personaje más importante de la romería es el Regidor Síndico, quien encabeza la comitiva y lleva el pendón de la ciudad. Este cargo tiene su origen en el Procurador Síndico, que era el encargado de los barrios y aldeas bajo la jurisdicción de Haro, como San Felices. También se encargaba de los viajes. En 1888, este cargo apareció por primera vez como Regidor Síndico, que es el nombre que se mantiene hoy. Ahora, el cargo es elegido durante las fiestas y es el líder simbólico de las mismas.
Mitos y verdades sobre la Batalla del Vino
A finales del siglo XX y principios del siglo XXI, al no haber estudios detallados sobre la historia de la fiesta, surgieron algunas creencias y leyendas. El 26 de junio de 2010, el investigador Fernando de la Fuente dio una charla para explicar los verdaderos orígenes de la romería del 29 de junio y así evitar que se siguieran difundiendo ideas equivocadas.
¿Disputas entre Haro y Miranda de Ebro?
Cada año, tanto en la romería del 29 de junio como en la del primer domingo de septiembre, el procurador-síndico coloca el pendón morado de la ciudad sobre la ermita de San Felices. No se sabe el motivo exacto, pero un comentario de Domingo Hergueta en su libro "Noticias históricas de la muy noble y muy leal ciudad de Haro" llevó a algunos a creer que esto se debía a antiguas disputas entre Haro y Miranda de Ebro.
Hergueta menciona que si no se colocaba el pendón, los riscos podrían pasar a ser parte de Miranda de Ebro, y sugiere que esto podría estar relacionado con documentos sobre límites y pastos entre ambas villas. Sin embargo, esta es solo una suposición basada en la tradición, y no hay pruebas históricas que la confirmen. Se sabe que hubo pleitos entre Haro y Miranda entre los siglos XI y XIII, pero no se ha encontrado relación con este asunto.
Además, las romerías parecen ser relativamente recientes. La de junio se documenta a partir de la construcción de la primera ermita en Bilibio después de 1710 (aunque el día de San Pedro ya se festejaba en Haro antes), y la del primer domingo de septiembre fue establecida por la Cofradía de San Felices a partir de 1849.
El acto de lanzar vino, como si fuera una guerra, a menudo se ha atribuido a estas supuestas disputas entre Haro y Miranda. Sin embargo, las crónicas de prensa de la primera mitad del siglo XX muestran que lanzar vino era parte de la diversión que ocurría después del almuerzo, y de ahí evolucionó con el tiempo hasta convertirse en la actual Batalla del Vino.
¿Fiesta de Interés Turístico Nacional antes de 2011?
A finales del siglo XX y principios del sig XXI, se extendió la idea de que la fiesta ya era considerada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Muchos medios lo publicaban así. No fue hasta 2010 cuando el ayuntamiento de Haro investigó los documentos y descubrió que el título máximo que tenía era el de Fiesta de Interés Turístico, que es una categoría regional.
El ayuntamiento tramitó en 2010 la solicitud para obtener el título nacional, y este fue concedido el 22 de marzo de 2011.
Batalla del Vino Infantil
Desde el año 2004, durante las fiestas de junio, se celebra una Batalla del Vino infantil para que los más jóvenes también puedan disfrutar de esta tradición.
El 26 o 27 de junio, entre las 10 y las 11 de la mañana, en la plaza de la Paz, se reparten vales que se pueden cambiar por una bota llena de mosto tinto (zumo de uva sin fermentar). Poco después, se sale en romería hasta el recinto de El Ferial. Allí, después de hacer una ofrenda al patrón y lanzar un cohete, comienza la batalla. Al terminar, se reparte un almuerzo de chocolate y bizcochos. Luego, se regresa a la plaza de la Paz para hacer "Las Vueltas" acompañados de charangas, y la fiesta termina con la carrera de cabezudos en la plaza de San Martín.
Fiestas similares en otros lugares
En Jumilla (Murcia), el sábado siguiente al 15 de agosto, se celebra la Gran Cabalgata del Vino. Esta es parte de la Feria y Fiestas de la Vendimia, que también incluye otras cabalgatas y eventos como Moros y Cristianos y un Festival Nacional de Folclore. Es una cabalgata que cierra diez días de fiestas, con carrozas que representan a Jumilla y su vino. Estas carrozas van con música, dulces típicos y muchos litros de vino que se reparten entre los participantes. Atrae a miles de personas de pueblos cercanos y provincias vecinas.
En la localidad riojana de San Asensio, desde 1977, celebran la batalla del clarete. Se realiza en el barrio de las bodegas a las 12 de la mañana del domingo más cercano al 25 de julio. En 2007, celebró su trigésima edición y contó con la asistencia de más de mil personas.
En Llamigo, un pueblo de la parroquia de Nueva, en el concejo de Llanes (Asturias), cada 9 de septiembre realizan una misa solemne con procesión, carrera de caballos y una "guerra del vino" similar a la de Haro, durante las fiestas en honor a la Virgen de Loreto.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Haro Wine Festival Facts for Kids