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Autómata (mecánico) para niños

Enciclopedia para niños

Un autómata es una máquina que imita la forma y los movimientos de un ser vivo. Piensa en ellos como los antepasados de los robots autónomos de hoy en día. Si un autómata tiene forma humana, se le llama androide.

¿De dónde vienen los primeros autómatas?

Archivo:Heron
Herón de Alejandría.

Desde hace mucho tiempo, la gente ha soñado con crear máquinas que se muevan solas. En la antigüedad, algunas estatuas de dioses o reyes parecían hacer cosas asombrosas, como lanzar fuego por los ojos o emitir sonidos cuando el sol las iluminaba. Esto servía para impresionar a la gente.

En la antigua Grecia, se empezaron a usar conocimientos de hidráulica (el estudio del movimiento del agua) para hacer estatuas que se movían. Herón de Alejandría (entre los años 10 y 70 d.C.) escribió un libro llamado Autómata, donde explicaba cómo construir mecanismos. Muchos de estos inventos eran para entretener, como aves que cantaban, volaban y bebían, o estatuas que servían vino. También creó un teatro con marionetas mecánicas que representaban la Guerra de Troya.

Otros inventores importantes antes de Herón fueron Archytas (428-347 a.C.), quien creó una paloma mecánica que volaba con vapor. También se habla del mítico Trono de Salomón, descrito en textos antiguos como un árbol de bronce con pájaros cantores y animales mecánicos que se movían.

Autómatas en la Edad Media y el Renacimiento

La Edad Media también tuvo avances en la creación de autómatas, aunque a veces se han olvidado muchos inventos de esta época.

El Libro de Mecanismos Ingeniosos

Los hermanos Banu Musa (Ahmad, Muhammad y Hasan bin Musa ibn Shakir) escribieron el Libro de Mecanismos Ingeniosos en el año 805. En él, describieron un centenar de mecanismos y autómatas, y cómo usarlos. Este libro fue un encargo del califa Al-Mamun y se inspiró en obras antiguas de Grecia, Persia, China e India, además de incluir muchas invenciones propias de los hermanos.

San Alberto Magno

San Alberto Magno (1206-1280), un importante pensador medieval, se le atribuye la creación de una "cabeza parlante" y un autómata de hierro que funcionaba como mayordomo. Se dice que este autómata podía caminar, abrir puertas y saludar a los visitantes. Una historia cuenta que su alumno, Santo Tomás de Aquino, lo destruyó porque pensó que era una creación extraña.

Al-Jazari

Archivo:"The Elephant Clock", Folio from a Book of the Knowledge of Ingenious Mechanical Devices by al-Jazari MET is57.51.23.R
Reloj elefante creado por Al-Jazari.

Al-Jazari (alrededor de 1260) fue un ingeniero árabe muy importante. Inventó el cigüeñal y los primeros relojes mecánicos. También escribió el Libro del conocimiento de los ingeniosos mecanismos, una obra clave sobre la historia de la tecnología. Entre sus creaciones más famosas está un complejo reloj elefante con figuras humanas y animales mecánicos que se movían y marcaban las horas, y un autómata con forma humana que servía bebidas.

Leonardo da Vinci

Leonardo da Vinci (1452-1519), el famoso artista e inventor del Renacimiento, diseñó al menos dos autómatas. Uno de ellos, diseñado alrededor de 1495, tenía forma humana y vestía una armadura medieval. Aunque no se construyó en su época, ha sido reconstruido siguiendo sus dibujos y podía mover los brazos, girar la cabeza y sentarse. El segundo fue un león mecánico que construyó para el rey Francisco I en 1515. Este león podía caminar y, en un momento dado, abría su pecho para mostrar lirios y flores, simbolizando la amistad.

Juanelo Turriano

Juanelo Turriano fue un gran ingeniero del siglo XVI que trabajó en España. Se le atribuye la creación de varios autómatas, como danzarines, guerreros y pájaros voladores. Uno de los más conocidos es "El Hombre de Palo", un sirviente autómata hecho de madera que, según la leyenda, pedía limosna en las calles de Toledo y hacía una reverencia al recibirla. Otros dicen que era solo una figura estática para recaudar fondos para un hospital.

René Descartes

René Descartes (1596-1650), un famoso filósofo, creía que los animales eran como máquinas complejas. Se cuenta que, tras la pérdida de su hija Francine, construyó una muñeca autómata muy parecida a ella. Se encariñó tanto con la figura que la trataba como a su propia hija y la llevaba consigo en sus viajes.

La época de oro: el siglo XVIII

El siglo XVIII fue la época de mayor esplendor para los autómatas, gracias a los avances en la relojería. La gente estaba fascinada con la idea de reproducir los movimientos y comportamientos de los seres vivos de la forma más precisa posible.

Jacques de Vaucanson

Archivo:Digesting Duck
El canard digérateur de Jacques de Vaucanson.

Jacques de Vaucanson (1709-1782) fue un relojero con grandes conocimientos de música, anatomía y mecánica. Quería demostrar principios biológicos con sus autómatas. Su primera creación fue "El Flautista", una figura de tamaño natural que tocaba la flauta y el tambor. Luego creó "El Tamborilero". Su autómata más famoso fue el "Pato con aparato digestivo", que parecía batir las alas, comer y hacer la digestión. Aunque era un truco (lo que comía no era lo mismo que "defecaba"), impresionó mucho a la gente.

Friedrich von Knauss

Friedrich von Knauss (1724-1789) fue el creador de uno de los primeros autómatas escritores. Esta máquina compleja podía mojar la pluma en el tintero, escribir lo que se le ordenaba y pasar la página cuando terminaba.

Pierre Jaquet-Droz

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«La pianista» de Jaquet-Droz.

Pierre Jaquet-Droz (1721-1790) es considerado uno de los mejores creadores de autómatas de la historia. Sus tres obras maestras del siglo XVIII fueron "La pianista", "El dibujante" y "El escritor". Estas figuras asombraron a reyes y emperadores de todo el mundo.

  • «La pianista»: Una autómata con forma de mujer que tocaba el órgano de verdad, pulsando las teclas con sus dedos. Podía mover los ojos, inclinar el cuerpo y "respirar".
  • «El dibujante»: Con forma de niño, podía hacer hasta cuatro dibujos diferentes. Movía los ojos y las manos, e incluso soplaba el papel para quitar el polvo del lápiz.
  • «El escritor»: El más complejo de los tres, podía escribir textos cortos usando una pluma. Mojaba la tinta, escurría el sobrante y seguía el papel con la mirada mientras escribía.

Estos tres autómatas se pueden ver en el Musée d’Art et d’Histoire de Neuchâtel, Suiza.

Jean Eugène Robert-Houdin

Archivo:Burgos - Catedral 162 - Papamoscas
El Papamoscas de la catedral de Burgos.

La fama de los autómatas llevó a ilusionistas como Jean Eugène Robert-Houdin a usarlos en sus espectáculos de magia. Creó autómatas que parecían cantar o dibujar lo que el público pedía, aunque a menudo escondían trucos.

El Papamoscas

En la catedral de Burgos existe un famoso autómata llamado el Papamoscas. Su trabajo es tocar las campanas para marcar la hora, moviendo su brazo derecho y abriendo y cerrando la boca. El mecanismo actual es del siglo XVIII, pero reemplazó a uno más antiguo.

Calendura y Calendureta, de Elche

En Elche, España, en 1759, se añadieron dos autómatas al campanario de la Torre de la Vetla. Se les llamó Miquel Calendura (el grande, que da las horas) y Vicente (el pequeño, que da los cuartos). Hoy se les conoce popularmente como Calendura y Calendureta, y siguen marcando las horas a los habitantes de Elche.

Autómatas en China y Japón

Archivo:TeaAutomatAndMechanism
Karakuri japonés.

China y Japón tienen una larga tradición de autómatas. Desde el año 2000 a.C. ya se contaban leyendas chinas sobre figuras de madera que parecían personas. Los emperadores chinos apoyaron la creación de autómatas con forma de animales (pájaros, caballos) y humanos que bailaban o tocaban instrumentos.

En Japón, en los siglos XVIII y XIX, los autómatas alcanzaron gran complejidad. Se les llamaba karakuri, que significa "aparatos mecánicos para sorprender". Había tres tipos: para teatro (Butai Karakuri), para jugar en casa (Zashiki Karakuri) y para festividades religiosas (Dashi Karakuri). Representaban mitos y leyendas, o realizaban tareas como servir té. Hoy en día, la tradición del karakuri se ve en los modernos robots japoneses como ASIMO o mascotas robóticas como Aibo.

Última época: 1848-1914

Archivo:Singing Bird Box by Bontems
Caja de pájaro cantor autómata fabricada hacia 1890 por la casa francesa Bontems.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, se siguieron creando autómatas, pero muchos estaban más enfocados al espectáculo y al comercio. Algunos ejemplos incluyen "La pareja" de Alexander Nicolas Theroude, los autómatas de animales de Blaise Bontems, o el fumador turco de Leopold Lambert. Científicos como Nikola Tesla también experimentaron con autómatas, como su modelo de barco manejado a distancia. Con el inicio de la Primera Guerra Mundial, la industria de los autómatas disminuyó, hasta que resurgió con los modernos robots.

Algunos tipos de autómatas

Cabezas y máquinas parlantes

Las cabezas parlantes son un tipo de autómata muy conocido en la historia. Se creía que podían hablar, aconsejar o predecir el futuro. Algunas de las más famosas son la cabeza de Roger Bacon (1214-1294), que se decía que respondía preguntas, o la de Alberto Magno.

La mayoría de estas máquinas lograban la "voz" a través de sistemas mecánicos. Kratzenstein fue el primero en reproducir vocales con tubos de órgano. Más tarde, Wolfgang von Kempelen explicó cómo hacer máquinas que pronunciaran frases cortas. En el siglo XIX, Joseph Faber creó Euphonia, una máquina que podía recitar el alfabeto, responder preguntas e incluso reír.

Jugadores de ajedrez

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"El Turco" tal y como lo veía el público.
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Posible funcionamiento real de "El Turco".

Wolfgang von Kempelen también creó uno de los autómatas más famosos y, a la vez, uno de los mayores trucos de su tiempo: "El Turco".

Construido en 1769, "El Turco" era una figura con ropajes árabes sentada frente a un tablero de ajedrez. Se decía que era invencible y viajó por toda Europa, llegando a "derrotar" a Napoleón Bonaparte. Sin embargo, "El Turco" era un engaño: un operador humano se escondía dentro de la mesa y movía las piezas. Después de la muerte de su ayudante, William Schlumberger, "El Turco" dejó de exhibirse y fue destruido en un incendio en 1845.

La fama de "El Turco" inspiró muchas réplicas, como Ajeeb y Mephisto, que también usaban el mismo truco.

Sin embargo, sí existió un autómata jugador de ajedrez completamente real. Fue "El Ajedrecista", creado por el ingeniero español Leonardo Torres Quevedo y presentado en 1914. Funcionaba con electroimanes bajo el tablero y podía jugar automáticamente hasta el final con un rey y una torre contra un rey, sin ninguna ayuda humana.

Estos autómatas, tanto los trucados como los reales, son los antecesores de los modernos programas de ajedrez y computadoras como Deep Blue, que buscan que una máquina pueda vencer a la mente humana.

Autómatas en la ficción

En la mitología

  • En la mitología griega se mencionan criaturas como Talos, un gigante de bronce que protegía la isla de Creta. Hefesto, el dios herrero, creó doncellas de oro que cantaban y sirvientas de oro que le ayudaban. También hizo trípodes dorados con ruedas y toros de bronce que escupían fuego.
  • El gólem, según el folclore judío, es un ser de arcilla creado por un rabino que le daba vida con una inscripción mágica.

En la literatura

Archivo:Pinocchio
Ilustración original de Enrico Mazzanti para "Las aventuras de Pinocho".
  • En El hombre de arena, E. T. A. Hoffmann cuenta la historia de un joven que se enamora de una autómata llamada Olimpia.
  • Frankenstein, de Mary Shelley, trata sobre un científico que crea un ser vivo a partir de diferentes partes.
  • El jugador de ajedrez de Maezel, de Edgar Allan Poe, intenta descubrir cómo funcionaba "El Turco".
  • El Maestro Zacarías, de Julio Verne, habla de un relojero que transfiere su alma a sus autómatas.
  • El ruiseñor, de Hans Christian Andersen, presenta un ave mecánica que imita el sonido de un ruiseñor.
  • Las aventuras de Pinocho, de Carlo Collodi, cuenta la historia de Gepeto y su marioneta de madera que cobra vida.
  • Los robots universales de Rossum, de Karel Čapek, es la primera obra donde se usa la palabra "robot".
  • Muchas historias de Isaac Asimov tratan sobre robots tan parecidos a los humanos que es difícil distinguirlos.
  • Fábulas de robots y Ciberíada, de Stanislav Lem, son cuentos protagonizados por robots.

Literatura española

Los autómatas aparecen en muchos libros españoles, desde los clásicos como Don Quijote de la Mancha (donde Don Quijote se encuentra con una cabeza parlante que resulta ser un truco de feria) hasta novelas más modernas.

Carmen Martín Gaite usó autómatas en obras como «El castillo de las tres murallas». Otros ejemplos incluyen El jardín de los autómatas de Armando Boix, Juanelo o el hombre nuevo de Jesús Ferrero, y Autómata de Adolfo García Ortega. También aparecen en novelas de Óscar Esquivias y en el cuento "Aria de una muñeca mecánica" de Care Santos.

En el cine

  • Metrópolis (1927), dirigida por Fritz Lang, donde un científico crea un robot con forma de mujer.
  • El mago de Oz (1939), donde aparece el personaje del hombre de hojalata.
  • 2001: Una odisea del espacio (1968), con la computadora HAL 9000 que desarrolla inteligencia propia.
  • Westworld (1973), donde los robots de un parque temático se comportan de forma inesperada.
  • Edward Scissorhands (1990), cuenta la historia de Eduardo, un autómata con cuchillas por manos.
  • Toy Story (1995), que recupera la idea de que los juguetes tienen vida propia.
  • Inteligencia Artificial (2001), sobre un robot único capaz de amar.
  • El hombre bicentenario (1999), que narra la historia de un autómata que puede pensar y sentir.
  • Hugo (2011), donde un autómata es clave en la historia.

Museos

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Automaton Facts for Kids

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Autómata (mecánico) para Niños. Enciclopedia Kiddle.