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Alfonso V de Portugal para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Alfonso V de Portugal
Rey de Portugal
D. Afonso V (c. 1780) - Série Régia de Miguel António do Amaral (Paços do Concelho, Moita).png
Brasão de armas do reino de Portugal (1385).svg
Rey de Portugal
9 de septiembre de 1438-10 de noviembre de 1477
(39 años y 62 días)
Predecesor Eduardo I
Sucesor Juan II
15 de noviembre de 1477-28 de agosto de 1481
(3 años y 286 días)
Predecesor Juan II
Sucesor Juan II
Información personal
Nombre completo Alfonso de Avis
Otros títulos
  • Rey de Castilla (1475-1479)
  • Rey de Algarves
Nacimiento 15 de enero de 1432
Palacio Real, Sintra, Lisboa, Reino de Portugal
Fallecimiento 28 de agosto de 1481
(49 años)
Palacio Real, Sintra, Lisboa, Reino de Portugal
Sepultura Monasterio de Batalha
Familia
Casa real Avís
Padre Eduardo I de Portugal
Madre Leonor de Aragón
Consorte Isabel de Avis
Juana la Beltraneja
Hijos

Firma Firma de Alfonso V de Portugal
COA king Alphonse V of Portugal.svg
Escudo de Alfonso V de Portugal

Alfonso V de Avís (Sintra, 15 de enero de 1432 - Sintra 28 de agosto de 1481) fue rey de Portugal. Era el hijo mayor sobreviviente del rey Eduardo I de Portugal y de su esposa, la infanta Leonor de Aragón. Alfonso V tenía seis años cuando sucedió a su padre en 1438.

Archivo:Sepulcro de Alfonso V e Isabel de Portugal (Monasterio de Batalha)
Sepulcro de Alfonso V e Isabel de Portugal. Monasterio de Batalha

Biografía

Primeros años de vida

Durante su minoría de edad, Alfonso quedó bajo la regencia de su madre, de acuerdo con los últimos deseos de su padre. Además de por ser mujer, su madre era extranjera, por lo que su popularidad era muy baja.

El único gran aliado de la reina era Alfonso de Portugal, conde de Barcelos, hijo natural de Juan I de Portugal. Al año siguiente, las Cortes decidieron reemplazar en la regencia a la reina por Pedro, duque de Coímbra, tío del joven rey. La política de Pedro se centró en limitar las grandes Casas nobles, reinos dentro del reino y en concentrar el poder en la persona del rey. El país prosperó bajo su gobierno, pero no de una forma pacífica, ya que sus leyes se enfrentaban con las ambiciones de los nobles poderosos.

El conde de Barcelos, enemigo personal del duque de Coímbra, se convirtió en el tío favorito del rey, lo que le permitió aumentar su poder. Tal es así, que en 1442, el rey concedió a Alfonso el título de duque de Braganza (dando origen a la Casa de Braganza, que reinaría en Portugal tres siglos más tarde). Con este título y las tierras que le pertenecían se convirtió en el hombre más poderoso de Portugal y uno de los más ricos de Europa.

Para asegurar su posición como regente, Pedro casó en 1447 a su hija, Isabel, con el rey Alfonso V. De este matrimonio nacieron tres hijos:

  • Juan (1451), heredero, (fallecido al poco tiempo de nacer);
  • Juana la Princesa Santa (1452-1490), religiosa y beata;
  • Juan el Príncipe Perfecto (1455-1495), sucesor de su padre como Juan II.

Pero el 9 de junio de 1448, al alcanzar el rey su mayoría de edad, Pedro tuvo que entregar todo su poder a Alfonso V. El 15 de septiembre de ese mismo año, Alfonso V anuló todas las leyes y edictos que se habían aprobado durante la regencia. La situación se volvió inestable y, en los años siguientes, Alfonso declaró la guerra a Pedro y derrotó a su ejército en la batalla de Alfarrobeira. En la contienda, su tío y a la vez suegro falleció.

El apogeo del Marruecos portugués

A partir de entonces, Alfonso centró su atención en el norte de África. Durante el reinado de su abuelo Juan I, se había conquistado Ceuta en 1415 y ahora el rey quería ampliar sus conquistas. El ejército del rey conquistó Alcazarseguir (1458), Tánger (ganada y perdida varias veces entre 1460 y 1464) y Arcila (1470). Estas conquistas le proporcionaron al rey el apodo de el Africano.

El rey dio apoyo a las exploración del océano Atlántico, lideradas por su tío, el infante Enrique el Navegante, pero tras la muerte de Enrique en 1460 dejó de prestar atención a estas expediciones. Administrativamente, Alfonso V fue un rey ausente, ya que no desarrolló ni las leyes ni el comercio, prefiriendo seguir con las legislaciones dictadas por su padre y su abuelo.

El trono de Castilla y el oro de Guinea

Cuando finalizaron las campañas africanas, Alfonso V encontró nuevos frentes bélicos en la península ibérica. En la vecina Castilla, se estaba gestando un escándalo político con implicaciones reales. El rey Enrique IV solo tenía una hija de su segundo matrimonio con Doña Juana de Avís (hermana de Alfonso V): Juana, llamada la Beltraneja. Pero la paternidad del rey se había puesto en cuestión ya que se decía que era impotente y que la reina Juana había mantenido una relación amorosa con un noble, Beltrán de la Cueva.

Tras fallecer Enrique IV en diciembre de 1474, Alfonso V se casó en Plasencia el 25 de mayo de 1475 con su sobrina Juana, a la que consideraba legítima heredera al trono, siendo allí aclamados como reyes de Castilla. Pero al año siguiente, en la batalla de Toro, Alfonso fue derrotado por su primo Fernando (el futuro Fernando el Católico y esposo de Isabel, hermana de padre de Enrique IV), mientras las tropas de su hijo, el príncipe Juan, destrozaron el ala derecha castellana y quedaron en posesión del campo de batalla:

Quiso la mala suerte de los fernandinos que el ala izquierda de los portugueses, tan poderosa, mandada por el príncipe Don Juan, hubiese de enfrentarse con su ala derecha, más desordenada por estar repartida entre tantos capitanes, y así esta fue fácilmente vencida. Acudieron, con la del rey, las demás huestes…y así estuvo el combate indeciso… hasta que los portugueses [centro y ala derecha], ante la presión de los fernandinos se fueron retirando hacia Toro. Contribuyó a que de esta turbia jornada quedase para los partidarios de Don Fernando el optimismo de la victoria la extraña conducta de Alfonso V, que abandonó a su hueste para refugiarse en el castillo de Castronuño. En cambio, el Príncipe de Portugal, «visto que la gente del rey su padre era vencida… subióse sobre un cabezo, a donde tañendo las trompetas, e haciendo fuegos e recogiendo su gente, estuvo quedo con su batalla en el campo…». El cardenal hubiera querido arrojarle de aquella posición, pero la gran lluvia que caía, que hacia mas tenebrosa la noche, y la fatiga inmensa de la gente del rey, que había hecho en ayunas aquella jornada y aquel combate, lo hicieron imposible, y se dio orden de retirada hacia Zamora. Así fue la batalla de Toro.

Sin embargo, aunque militarmente indecisa, la batalla de Toro fue una victoria política muy grande para los Reyes Católicos, arruinando definitivamente las posibilidades de Juana de alcanzar el trono castellano, ya que sus últimos partidarios castellanos se trasladaron al partido isabelino.

Isabel I de Castilla y su marido Fernando V convocaron cortes en Madrigal (abril de 1476), donde su hija Isabel fue reconocida y jurada heredera de la corona de Castilla, mientras San Juan de los Reyes, famoso convento franciscano [que] quiere ser la réplica de Batalla (...) fue edificado para conmemorar la indecisa batalla de Toro, (López de Ayala en Historia de España).

Alfonso V se trasladó a Francia buscando la ayuda del rey Luis XI pero, decepcionado por el monarca francés, regresó a Portugal en 1477. Ante las noticias que se habían recibido de Francia acerca de que Alfonso V había abdicado, en noviembre de 1477, fue proclamado su hijo Juan II como rey de Portugal, pero cinco días más tarde Alfonso V regresó a Portugal y su hijo le cedió la corona.

Por su parte, las flotas portuguesas suplantaron a las castellanas en el Atlántico y posesiones ultramarinas: la expulsión de una armada castellana de 25 carabelas enviada por Fernando para conquistar Gran Canaria con la pérdida de 5 navíos y 200 hombres (1478), la captura de una armada de 35 carabelas con un enorme cargamento de oro en la batalla naval de Guinea (1478) y la reconquista de Ceuta, recuperada a los 5000 castellanos del duque de Medina Sidonia por una armada comandada por el propio rey Alfonso en 1476, en el decorrer de su viaje a Francia.

El tratado de Alcáçovas (4 de septiembre de 1479) puso término al conflicto, siendo reconocidos los derechos de los Reyes Católicos al trono castellano, así como la hegemonía portuguesa sobre casi todos los territorios atlánticos y africanos disputados, descubiertos o por descubrir —incluso el monopolio del comercio de Guinea (oro, esclavos, marfil y pimienta melegueta)—, con la excepción de las islas Canarias. Portugal recibió también una sustancial indemnización de guerra en forma de dote del matrimonio entre don Alfonso, heredero de la corona portuguesa, y doña Isabel, primogénita de los reyes católicos: 106 676 dobles de oro.

En sus últimos años de vida, Alfonso se retiró a un monasterio en Sintra, en el que murió en 1481.

Ancestros

Sucesión


Predecesor:
Título creado
Coat of Arms of the Prince of Portugal (1481-1910).png
Príncipe heredero de Portugal

1433-1438
Sucesor:
Fernando de Portugal
Predecesor:
Eduardo I
Brasao de Aviz2.png
Rey de Portugal y Algarves

1438-1477
bajo regencia de Leonor de Aragón (1438-1439), bajo Pedro de Portugal (1439-1448) y de Juana de Portugal (1471)
Sucesor:
Juan II
Predecesor:
Juan II
Brasao de Aviz2.png
Rey de Portugal y Algarves

1477-1481
Sucesor:
Juan II
Predecesor:
Enrique IV
COA king Alphonse V of Portugal.svg
Rey disputado de Castilla
Junto con Juana la Beltraneja

Rival y en guerra contra Isabel I de Castilla y Fernando V
1475-1476
Sucesor:
Isabel I y Fernando V

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Afonso V of Portugal Facts for Kids

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