Batalla naval de Guinea para niños
Datos para niños Batalla de Guinea |
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Parte de la guerra de sucesión castellana | ||||
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Fecha | 1478 | |||
Lugar | La Mina de Oro, en Guinea | |||
Coordenadas | 1°N 4°E / 1, 4 | |||
Resultado | Victoria decisiva portuguesa | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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La Batalla de Guinea fue un importante enfrentamiento naval que ocurrió en 1478. Tuvo lugar en la región de La Mina de Oro, en la costa atlántica de Guinea. En esta batalla se enfrentaron las flotas de Portugal y de la Corona de Castilla. Fue parte de un conflicto más grande conocido como la guerra de sucesión castellana.
Los reyes de Castilla habían preparado dos flotas. Una de ellas iba a comerciar en La Mina de Oro. La otra tenía como objetivo conquistar la isla de Gran Canaria. Ambas flotas navegaron juntas desde Sanlúcar de Barrameda hasta las Canarias. Allí se separaron para cumplir sus misiones.
Una flota portuguesa llegó y ahuyentó a la mayor parte de la flota castellana que iba a Canarias. Por esta razón, no pudieron conquistar la isla. Los portugueses tampoco lograron desembarcar en Gran Canaria. Decidieron regresar a la Península. Sin embargo, tuvieron la suerte de capturar barcos castellanos con alimentos. Esto les hizo cambiar de planes y dirigirse hacia Guinea.
La otra flota castellana llegó a La Mina sin problemas. Allí obtuvieron mucho oro a cambio de diversos objetos. Pero los comerciantes castellanos se quedaron demasiado tiempo. Esto dio tiempo a que la flota portuguesa llegara. Los castellanos estaban debilitados por enfermedades y la inactividad. Fueron atacados por sorpresa, derrotados y llevados prisioneros a Lisboa.
Gracias al oro obtenido en esta victoria, el rey portugués Alfonso V pudo continuar la guerra contra Castilla. En Castilla, la noticia de la derrota causó desánimo. Cuando se firmó la paz al año siguiente, el resultado de esta batalla fue clave. Portugal obtuvo el control exclusivo de toda Guinea y otros territorios atlánticos.
Contenido
Antecedentes de la Batalla de Guinea
Preparativos de Castilla
A principios de 1478, los Reyes Católicos comenzaron a preparar dos flotas en el puerto de Sanlúcar. Una flota era para comerciar y enfrentar a los portugueses en la Mina de Oro. La otra estaba destinada a conquistar la isla de Gran Canaria. Según el cronista castellano Alfonso de Palencia, la flota de La Mina tenía once barcos. La de Canarias tenía veinticinco.
Las dos flotas salieron juntas de Andalucía para protegerse. Se separaron solo al llegar a las islas Canarias. Otro cronista, Hernando del Pulgar, dice que la flota de La Mina de Oro tenía treinta y cinco carabelas. Pero quizás se refiere al total de ambas flotas, ya que salieron juntas.
Los líderes militares para la conquista de Gran Canaria eran Juan Rejón y Juan Bermúdez. El comandante de la flota de La Mina parece haber sido Juanoto Boscá. Los reyes también nombraron a Francesco Buonaguisi y Berenguer Granell como sus representantes. Ellos tenían la máxima autoridad en todo lo relacionado con el comercio en Guinea. Antes de partir, la reina Isabel ordenó que los barcos de la Corona tuvieran prioridad. Esto era para vender sus productos y comerciar en el Río de los Comerciantes.
La respuesta de Portugal
El príncipe Juan se enteró de los planes castellanos. Preparó una flota más grande para sorprender a sus enemigos en Gran Canaria. Sin embargo, no podía enviar la flota a La Mina por falta de alimentos. El rey Fernando de Castilla se enteró de estos preparativos. Envió un pequeño barco para avisar a los castellanos.
Rui de Pina menciona que el mando de la flota portuguesa estaba entre Jorge Correa y Mem Palha. De Palencia solo nombra a Jorge Correa como comandante.
El enfrentamiento en Canarias
Las dos flotas castellanas salieron juntas de Sanlúcar, probablemente en abril de 1478. Después de una parada en Cádiz, navegaron hasta las costas de Mauritania el 4 de mayo. De allí fueron a Gran Canaria, donde atracaron en un puerto seguro.
La flota de La Mina siguió su viaje unida. Pero la de Canarias se dispersó poco después de llegar. Una parte de la expedición se dedicó a buscar productos en las islas cercanas. Solo 300 soldados lograron desembarcar en Gran Canaria. Cuando llegó el barco con el mensaje del rey Fernando, la mayor parte de la flota huyó a alta mar.
Los portugueses llegaron con veinte barcos y unos 1600 soldados. Se prepararon para desembarcar en el puerto de Sardina (Gran Canaria). Querían unirse a los habitantes de Canarias para derrotar a los castellanos. Pero el 27 de julio, una tormenta impidió el desembarco. Los castellanos defendieron bien la zona, impidiendo la maniobra portuguesa. Cinco días después, los portugueses se rindieron y se retiraron. Al pasar por las islas cercanas, capturaron a los castellanos que buscaban productos. Hicieron unos 200 prisioneros y los enviaron a Portugal. También capturaron barcos con alimentos. Esto les permitió cambiar sus planes y dirigirse al sur, a La Mina de Oro, en busca de la segunda flota castellana.
Los castellanos en Gran Canaria lograron sobrevivir. Pero quedaron inactivos hasta que una nueva flota llegó a la isla a finales del año siguiente.
La Batalla en La Mina

Descuidos de la flota castellana
Alonso de Palencia, el cronista con más detalles, explica que la flota castellana llegó a La Mina sin problemas. Obtuvieron mucho oro de los habitantes a cambio de ámbar, objetos de latón, conchas de púrpura, telas de lino y de lana, y joyas falsas. El comandante Boscá quería regresar después de treinta días. Sin embargo, el producto más valorado por los locales eran las personas para trabajos forzados. Por eso, el representante real Berenguer Granel decidió enviar dos barcos a buscar más personas en otras costas. Esto obligó a alargar la estancia al menos un mes más. Boscá se opuso, pero tuvo que ceder ante Granel, quien representaba a la Corona en el comercio.
La larga espera y las enfermedades tropicales debilitaron a los castellanos. La mayoría de los tripulantes quedaron fuera de combate. Los barcos fueron anclados y cubiertos con lonas en un puerto. Este puerto estaba a un día de navegación de La Mina de Oro. El lugar estaba separado del mar abierto por un paso estrecho llamado estrecho de Tres Puntas.
La llegada de los portugueses
Los castellanos llevaban dos meses en La Mina cuando apareció la flota portuguesa con once barcos. El comandante portugués, Jorge Correa, envió un barco ligero de exploración por delante. Al amanecer, este barco encontró a los enemigos dentro del puerto. Luego, la flota principal se colocó frente al estrecho de Tres Puntas, bloqueándolo. Después, atacaron a los castellanos.
La resistencia castellana fue muy débil. Solo una de sus naves, llamada "Candona", intentó luchar. Pero fue rápidamente dominada por dos barcos portugueses. Toda la flota castellana, con sus tripulantes y su valioso cargamento de oro, cayó en manos de Correa. Incluso los dos barcos que regresaban con personas para trabajos forzados también fueron capturados. La victoria portuguesa fue completa y, al parecer, sin sufrir bajas.
El regreso a la Península
Correa llevó a sus prisioneros a La Mina y los mostró al rey local. Después de tres días de comercio, ordenó el regreso. Decidió que la flota se separara en el camino de vuelta. Esto era para evitar ser capturada por completo. Un hecho curioso que menciona De Palencia es que Correa ordenó liberar a los prisioneros de origen vasco. Les dio dos barcos ligeros en mal estado y pocos alimentos. Esto era para que volvieran por su cuenta a Castilla. Al parecer, retenerlos habría ido en contra de un acuerdo entre portugueses y vascos.
Los barcos fueron llegando a Lisboa uno tras otro, sin pérdidas en el camino de vuelta. Los prisioneros fueron encerrados hasta el final de la guerra.
Consecuencias de la Batalla
El quinto del oro obtenido fue entregado a la Corona portuguesa como impuesto. Esto era una práctica común. Del Pulgar afirma que los ingresos que obtuvo Alfonso V le permitieron lanzar una ofensiva por tierra contra Castilla.
De Palencia dice que cuando la noticia de la grave derrota llegó a Andalucía (probablemente en enero de 1479), hubo mucho desánimo. Se empezó a criticar duramente al rey Fernando. El año 1479 fue difícil para los reyes de Castilla. Varios nobles se rebelaron al mismo tiempo. Las tropas portuguesas entraron en Extremadura. Así, la guerra por tierra se reactivó hasta la firma del tratado de paz en septiembre. En este tratado, los castellanos tuvieron que ceder a Portugal el control exclusivo de todos los territorios del Atlántico. La única excepción fueron las Islas Canarias.
Las fuentes portuguesas, por su parte, afirman que tanto los prisioneros de la Batalla de Guinea como gran parte del oro capturado fueron devueltos a Castilla después de la firma de la paz.
Crónicas de la época
- Alfonso de PALENCIA. Gesta Hispaniensia ex annalibus suorum diebus colligentis.
- Ruy de PINA. Chronica d'El-Rei D. Affonso V.
- Hernando del PULGAR. Crónica de los señores reyes católicos Don Fernando y Doña Isabel.
Galería de imágenes
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Reconstrucción actual de una carabela portuguesa.
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Moneda de oro emitida por el rey Alfonso V de Portugal.
Véase también
En inglés: Battle of Guinea Facts for Kids