Servando Teresa de Mier para niños
Datos para niños Servando Teresa de Mier |
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![]() Retrato de Servando Teresa de Mier en el Museo Nacional de las Intervenciones.
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Información personal | ||
Nacimiento | 18 de octubre de 1763 Monterrey (México) |
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Fallecimiento | 3 de diciembre de 1827 Ciudad de México (México) |
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Residencia | Burgos y Roma | |
Nacionalidad | Mexicana | |
Religión | Iglesia católica | |
Familia | ||
Padres | José Joaquín Mier y Noriega Antonia Guerra e Iglesias |
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Información profesional | ||
Ocupación | Presbítero, escritor, filósofo, político y militar | |
Cargos ocupados | Diputación de México | |
Orden religiosa | Orden de Predicadores | |
Servando Teresa de Mier, también conocido como Fray Servando o Padre Mier, nació en Monterrey, Nuevo León, el 18 de octubre de 1765. Fue un antiguo fraile dominico, sacerdote y escritor. Escribió muchos textos sobre ideas políticas durante la época de la Independencia de la Nueva España. Venía de una familia noble de Asturias, España. Falleció en la Ciudad de México el 3 de diciembre de 1827.
Contenido
Los primeros años de Servando Teresa de Mier
A los 16 años, Servando Teresa de Mier se unió a la Orden de Predicadores, conocidos como Dominicos, en la Ciudad de México. Estudió filosofía en el Colegio Pontificio de Regina Porta Cœli, donde se hizo sacerdote. A los 27 años, obtuvo su doctorado en Teología en la Real y Pontificia Universidad de México.
El famoso sermón de 1794
El 12 de diciembre de 1794, durante una celebración importante, Fray Servando dio un sermón. En este discurso, sugirió que la imagen de la virgen de Guadalupe era mucho más antigua de lo que se creía. Dijo que ya era conocida y venerada por los pueblos originarios de México antes de la llegada de los españoles.
Con este sermón, Fray Servando quería mostrar que las creencias religiosas ya existían en México antes de 1519. Por lo tanto, no había razón para agradecer a España por traer la fe.
Sus ideas no fueron bien recibidas por las autoridades. Una semana después, el arzobispo Alonso Núñez de Haro lo acusó de tener ideas que no estaban de acuerdo con lo que se creía en ese momento. Por esto, se le prohibió participar en la iglesia, fue encarcelado y se le quitaron sus libros. Fue condenado a diez años de exilio en España.
Fray Servando intentó defenderse, pues consideraba que el proceso en su contra no había sido justo. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano. Sus familiares y amigos lo abandonaron, y se publicó un anuncio público de su condena en toda la Nueva España. Después de dos meses en la fortaleza de San Juan de Ulúa, fue enviado a Cádiz, España, el 7 de junio de 1795.
El exilio de Fray Servando
Como castigo por su sermón, el arzobispo Alonso Núñez de Haro condenó a Teresa de Mier a diez años de exilio en un convento dominico en Cantabria, España. También se le prohibió para siempre enseñar, dar sermones o escuchar confesiones. Además, perdió su título de doctor.
Fray Servando logró escapar del convento de Caldas, pero fue capturado y encarcelado de nuevo. Esta vez lo llevaron al convento de San Francisco en Burgos. Allí tuvo más libertad y pudo presentar su caso al Consejo de Indias.
Las ideas de su sermón fueron revisadas por expertos religiosos, quienes dijeron que no había nada malo en ellas. Sin embargo, la influencia del obispo Núñez de Haro impidió que fuera absuelto. Por eso, en 1801, escapó y se refugió en Bayona, Francia. De allí se fue a Burdeos y luego a París. En París, trabajó como traductor.
En París, Fray Servando conoció a Simón Rodríguez, quien había sido maestro de Simón Bolívar. Juntos, abrieron una escuela para enseñar español. También tradujo un libro llamado Atala. En esta ciudad, conoció a Lucas Alamán, quien más tarde sería un importante político mexicano. En 1802, dejó la orden dominica y se unió al clero secular en Roma.
Cuando regresó a Madrid, fue arrestado por tercera vez. Esto fue por escribir algo que apoyaba la independencia de México. Lo enviaron a un lugar de corrección en Sevilla, del que escapó en 1804. Fue arrestado de nuevo y estuvo en prisión por tres años. Después, el Papa lo nombró su prelado personal.
Durante la guerra entre Francia y España, Teresa de Mier, que estaba en Lisboa, regresó a España como militar. Participó en varias batallas. Fue capturado por los franceses, pero logró escapar otra vez. Se presentó ante el general Joaquín Blake, quien lo recomendó por sus servicios. Recibió una pensión y se unió a un grupo llamado Sociedad de Caballeros Racionales. También colaboró con un periódico en Londres que apoyaba la independencia de América.
Participación en la Constitución de Cádiz
Servando Teresa de Mier estaba en Cádiz cuando se preparaban las Cortes constituyentes. Allí se encontró con Lucas Alamán, un criollo de la Nueva España con quien ya había sido amigo en París. Alamán lo invitó a unirse a los representantes de América, y así Mier participó en las Cortes de Cádiz.
Otro representante americano era Miguel Ramos Arizpe, con quien Fray Servando hizo una amistad que duró toda su vida. Ambos tenían ideas liberales y se convertirían en importantes figuras políticas en México.
La participación de Mier y Arizpe en Cádiz fue muy importante. Mier destacaba por su forma de hablar, y Arizpe por su habilidad para negociar. Sin embargo, las Cortes de Cádiz no dieron los resultados esperados para las colonias americanas, lo que los desilusionó a ambos.
Más tarde, en sus escritos, Teresa de Mier diría que su experiencia en las Cortes de Cádiz le hizo ver que era absolutamente necesario que América obtuviera su independencia total.
El regreso a la Nueva España
En Londres, Fray Servando recibió una invitación para vivir con José de Iturrigaray, un antiguo virrey. Iturrigaray le pidió que escribiera un libro sobre la revolución en la Nueva España. Quería que el libro lo mostrara como la persona ideal para calmar la revuelta. Así, Mier escribió Historia de la revolución de Nueva España.
En Londres, conoció al revolucionario español Xavier Mina. Decidieron ir juntos a la Nueva España para luchar por la independencia. Partieron el 15 de mayo de 1816 y llegaron a Baltimore para contactar a otros que apoyaban la independencia.
Acompañó a Mina a Nueva York y Filadelfia. Después de un intento fallido de avisar al general Guadalupe Victoria sobre la llegada de la expedición, se reunió con Mina en Galveston. La expedición de Mina desembarcó en Soto la Marina el 21 de abril de 1817. Mientras Mina avanzaba, Mier se quedó en un fuerte. Fue capturado por los realistas el 13 de junio de 1817. Fue enviado a la Fortaleza de San Carlos de Perote, luego a una cárcel en la Ciudad de México, donde escribió parte de sus Memorias. Finalmente, fue trasladado a La Habana en 1820. Escapó por sexta vez y se refugió en Filadelfia, donde se quedó hasta que México logró su independencia.
En febrero de 1822, regresó a México por el puerto de Veracruz. Pero fue hecho prisionero de nuevo y enviado al castillo de San Juan de Ulúa, que aún estaba bajo control español. Más tarde, fue elegido diputado por el estado de Nuevo León para el primer congreso mexicano. Siempre se opuso a que Agustín de Iturbide formara un Imperio Mexicano. Esto le valió ser encarcelado una vez más. Escapó por última vez el 1 de enero de 1823, esta vez del convento de Santo Domingo.
Miembro del Congreso Constituyente
Teresa de Mier fue elegido diputado para el segundo Congreso Constituyente. El 13 de diciembre de 1823, dio su famoso "Discurso de las profecías". En este discurso, apoyaba una república federal moderada. Explicó que cada país es diferente y que hay muchas formas de organizar una federación. El verdadero desafío para el gobierno sería decidir cuál era la mejor para México.
Fray Servando creía que la falta de educación y la situación de guerra en México hacían necesaria una unión fuerte. Por eso, favorecía una federación compacta. Comparó la situación de México con la de Estados Unidos antes de que se unieran. Estados Unidos eran estados separados que se unieron contra Gran Bretaña. En cambio, México ya estaba unido, y federarse podría significar dividirse. También usó ejemplos de otros países como Venezuela, Perú y Colombia, que intentaron adoptar una federación muy libre y tuvieron problemas. Esto lo llevó a pensar que no era bueno implementar una federación así en un país tan joven como México.
Querer desde el primer intento de libertad llegar a la perfección social, es como un niño que intenta hacerse adulto perfecto en un día. Nos cansaremos en el esfuerzo, y no podremos con una carga tan grande.
Otra idea importante en su discurso era que a veces es necesario ir en contra de lo que el pueblo quiere para servirlo mejor. Creía que la gente pedía la federación sin entender realmente lo que significaba. Acusaba a la voluntad general de ser una idea engañosa, porque a menudo era guiada por los intereses de unos pocos.
Se necesita valor, dice un sabio político, para negarle algo a todo un pueblo; pero a veces es necesario ir en contra de su voluntad para servirlo mejor. Sus representantes deben educarlo y guiarlo sobre sus intereses, o serán responsables de su debilidad. Al pueblo se le debe guiar, no obedecer.
A menudo se piensa que Fray Servando estaba a favor de un gobierno centralizado, pero esto no es correcto. Él mismo dijo: “…se me dirá. ¿Quiere usted que nos organicemos en una república central? No. Yo siempre he apoyado la federación, pero una federación razonable y moderada…”.
Estaba en contra de quienes defendían el Acta Constitutiva de la Federación y la Constitución Federal de 1824. El primer presidente de México, Guadalupe Victoria, lo invitó a vivir con él en el Palacio Nacional.
Fallecimiento y legado
Cerca de su muerte, Servando Teresa de Mier invitó a sus amigos a una fiesta. Dio un discurso explicando su vida y sus ideas. Pocos días después, falleció. Fue enterrado con honores en la cripta del antiguo convento de Santo Domingo en la Ciudad de México. En 1861, su cuerpo fue desenterrado y se encontró momificado. Su momia y las de otras doce personas fueron exhibidas. Algunas de las momias, incluida la de Teresa de Mier, fueron vendidas a un italiano. No se sabe dónde están los restos de Servando Teresa de Mier hoy, aunque se cree que podrían estar en una de las capillas de San Pedro Cholula en Puebla.
Su nombre está escrito en letras de oro en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en San Lázaro, Ciudad de México, como un reconocimiento a su importancia histórica.
Escritos importantes
Fray Servando publicó muchos discursos, sermones y textos sobre religión y política. Algunos de ellos son:
- Cartas de un americano al español, 1811-13.
- Historia de la revolución de Nueva España, 2 vols., Londres: 1813.
- Apología y relaciones de su vida bajo el título de Memorias, Madrid: 1917.
- Memorias. Un fraile mexicano desterrado en Europa, Madrid: 2006.
El escritor cubano Reinaldo Arenas escribió una novela llamada El mundo alucinante, que se basa en la vida de Fray Servando.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Servando Teresa de Mier Facts for Kids