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Rebelión de Olañeta para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Rebelión de Olañeta
Guerra Doméstica
Parte de las guerras de Alto Perú y Perú en el marco de las guerras de independencia hispanoamericanas
Confederación Perú-Boliviana.svg
Mapa de las repúblicas del Perú y Bolivia a principios del siglo XIX. El lugar de acción fue en las provincias del Alto Perú (actuales departamentos de Chuquisaca, La Paz, Cochabamba, Potosí y Oruro), pero también tuvo cierta presencia fuera de estas.
Fecha 22 de enero-17 de agosto de 1824
Lugar Alto Perú (actual altiplano boliviano)
Causas Desvincularse de la autoridad política del Virrey del Perú aprovechando la Restauración del absolutismo
Resultado Disputado. Tregua militar tras una campaña inconclusa
Consecuencias Debilitamiento del Ejército Real del Perú a causa del enfrentamiento fratricida
Cambios territoriales Charcas queda segregado de la autoridad del Virrey del Perú
Partes enfrentadas
Leales al general Pedro Antonio Olañeta Leales al Virrey del Perú José de La Serna
Figuras políticas
Absolutistas españoles
Casimiro Olañeta
Liberales españoles
Figuras líderes
Pedro Antonio Olañeta Jerónimo Valdés Sierra
Unidades involucradas
Coronela.png Comandancia militar realista de las provincias del Alto Perú Coronela.png Acuartelamientos realistas de Valdés en el Alto Perú (Ejército del sur del virreinato Perú)
Fuerzas involucradas
5000 5000


La Rebelión de Olañeta, también conocida como la Guerra Doméstica, fue un levantamiento que ocurrió el 22 de enero de 1824. Fue liderada por el general Pedro Antonio de Olañeta en el Alto Perú (hoy Bolivia). Se rebeló contra la autoridad del virrey del Perú, José de la Serna. Este conflicto dividió y debilitó al Ejército Real del Perú.

Olañeta explicó su rebelión el 4 de febrero de 1824. Dijo que apoyaba el regreso del gobierno absolutista en España. Sin embargo, esta "Guerra Doméstica" de 1824 fue más que un simple choque de ideas. Fue una oportunidad que Olañeta aprovechó para separarse del virrey del Perú. Esta situación debilitó mucho al ejército que defendía la autoridad española.

¿Qué pasó antes de la rebelión?

Las primeras noticias sobre el regreso del rey absolutista a España llegaron a Lima en febrero de 1824. Esto ocurrió mientras se recuperaban las fortalezas del Callao. El virrey La Serna publicó la noticia oficial en Lima el 3 de abril de 1824.

Olañeta era un fuerte defensor del rey Fernando VII de España. No estaba de acuerdo con los cambios políticos en España. Además, tenía problemas con otros líderes militares españoles en Perú. Lo acusaban de enriquecerse de forma ilegal. También fue influenciado por consejeros que apoyaban la independencia, como su sobrino Casimiro Olañeta.

Todo esto llevó a un gran conflicto con el virrey La Serna. Cuando Olañeta se rebeló, dijo que defendía al rey español. Desobedeció al gobierno del Virreinato del Perú, al que llamó ilegítimo.

Simón Bolívar, que estaba en contacto con Olañeta, aprovechó esta división. El ejército español estaba desorganizado. Bolívar movió sus tropas en mayo para enfrentarse a José de Canterac. Esto llevó a la Batalla de Junín el 6 de agosto de 1824.

La rebelión de Olañeta afectó mucho el ánimo de ambos lados. Bolívar dijo el 13 de agosto de 1824 que la campaña por la libertad estaba yendo muy bien. Mencionó que el ejército de Canterac había sufrido un golpe fuerte en Junín. También dijo que Olañeta ocupaba el Alto Perú con un ejército que apoyaba la libertad.

Por otro lado, Baldomero Espartero en 1824 acusó a Olañeta de traición. Dijo que no obedecía al virrey y que quería unirse a los rebeldes. Casimiro Olañeta, en 1854, afirmó que el ejército español se debilitó mucho por estas batallas internas.

Las fuerzas españolas en el Alto Perú eran de unos 4000 soldados con Olañeta en Potosí. Otros 1000 estaban en Santa Cruz, bajo el mando de Francisco Javier Aguilera.

¿Cómo se desarrolló la rebelión?

En enero de 1823, Olañeta recibió cartas de España. Estas cartas le pedían que defendiera la monarquía absoluta. Le prometían el cargo de virrey del Río de la Plata. También le aseguraban que otros países europeos invadirían España.

Olañeta aceptó con entusiasmo la causa absolutista. El 22 de enero de 1824, recibió noticias de que el rey había sido liberado en España. Esto significaba que todos los cambios políticos recientes habían sido anulados. Algunos absolutistas del Cusco convencieron a Olañeta de que el virrey La Serna quería crear un Perú independiente.

Ese mismo día, 22 de enero de 1824, Olañeta inició su rebelión en Potosí. Le pidió al gobernador de Potosí, José Santos La Hera, que sus 300 soldados pasaran a sus órdenes. Olañeta decía que él era el jefe de las provincias del Río de la Plata y que solo reconocía al rey absoluto. La Hera intentó resistir, pero luego entregó las tropas y se fue al Perú.

Después, Olañeta fue a Chuquisaca. El presidente de la Real Audiencia de Charcas, Rafael Maroto, abandonó la ciudad. Olañeta entró en Chuquisaca el 8 de febrero.

El virrey envió a Jerónimo Valdés desde Arequipa para negociar. Se reunieron en Tarapaya el 9 de marzo de 1824. Olañeta mostró las cartas de España y exigió el regreso del absolutismo. También pidió que se retirara a los gobernadores La Hera y Maroto. Valdés aceptó las condiciones. Se acordó que el Alto Perú quedaría bajo el mando de Olañeta.

El objetivo de este acuerdo era ganar tiempo. El virrey La Serna ya había decidido abolir el sistema constitucional el 11 de marzo de 1824. Pero Olañeta no reconoció la autoridad de La Serna. Valdés recibió la orden de usar la fuerza el 4 de junio de 1824. Así comenzó la campaña militar contra Olañeta.

Olañeta no se quedó quieto. Envió a su sobrino Casimiro a Montevideo a buscar armas. En Chuquisaca, reclutó 1000 soldados nuevos. También liberó a muchos prisioneros que se unieron a él.

El ejército español en el Alto Perú tenía más de 5000 hombres. Olañeta estaba en Potosí. Otros líderes como Marquiegui y José María Valdez (conocido como Barbarucho) estaban en Chuquisaca. Aguilera estaba en Cochabamba. Valdés reunió sus fuerzas en Oruro para enfrentarlos.

¿Se rompió el acuerdo?

El 19 de junio, el coronel Diego Pacheco llegó a Potosí. Fue enviado por Valdés para decirle a Olañeta que debía presentarse ante el virrey o irse a España. Si no, sería atacado. También le informó que el acuerdo de Tarapaya había sido anulado.

El 20 de junio, Olañeta publicó un manifiesto en Potosí. En este documento, escrito por su sobrino Casimiro, Olañeta decía que ya no podía guardar silencio. Afirmaba que su deber era defender los derechos del rey. Explicaba que se veía forzado a tomar medidas drásticas.

Batallas y movimientos militares

Los dos bandos, que antes eran aliados, se enfrentaron gritando "¡Viva el Rey!". El 28 de junio, Olañeta salió de Potosí hacia Tarija. Jerónimo Valdés entró en Chuquisaca el 8 de julio con 5000 hombres. La ciudad había sido abandonada por Barbarucho Valdez.

El 12 de julio de 1824, ocurrió la batalla de Tarabuquillo. Barbarucho, con 350 hombres, rechazó un ataque de 800 caballos de Valdés. Barbarucho perdió 80 hombres, mientras que Valdés perdió unos 500.

El 13 de julio, algunos soldados se pasaron al lado de Valdés. Al día siguiente, otros soldados de Olañeta entraron por sorpresa en Potosí. Capturaron al gobernador Carratalá. El 18 de julio, Barbarucho entró en la ciudad.

Valdés siguió hacia Tarija. El 26 de julio llegó a San Lorenzo, donde el comandante Bernabé Vaca le entregó la guarnición y a Carratalá. Valdés dejó a los comandantes que desertaban en sus posiciones.

El 3 de agosto, Olañeta logró engañar a Valdés en Livilivi. Desapareció con sus fuerzas en la oscuridad. Olañeta dividió sus tropas. Él mismo entró en Tarija el 5 de agosto. Capturó a un comandante y recuperó soldados que habían desertado. Ese mismo día, Valdés llegó a Santa Victoria. Allí capturó al coronel Marquiegui y a otras personas.

También el 5 de agosto, el coronel Francisco López, enviado por Aguilera, tomó la villa de La Laguna. Capturó a Rivas y recuperó el escuadrón que mandaba.

En la noche del 5 de agosto, en Salo, Barbarucho sorprendió a Carratalá. Lo tomó prisionero junto con 22 soldados y 8 oficiales. También capturó cañones, caballos y otros suministros.

El 8 de agosto, el comandante Juan Ortuño capturó 24 soldados. El 10 de agosto, el capitán Francisco Zeballos capturó 60 soldados y varios oficiales. El 11 de agosto, el comandante Francisco Aluñox atacó el cuartel de Totora. Tomó prisioneros a dos capitanes y a 40 hombres.

Valdés regresaba de Santa Victoria. Olañeta reagrupó sus divisiones en Cotagaita para atacarlo. El 13 de agosto, en el combate de Cazón, Barbarucho capturó 64 prisioneros. También rescató a todos los prisioneros tomados en Santa Victoria, incluyendo a Marquiegui.

Los días 14 y 17 de agosto de 1824, ocurrieron los combates de Cotagaitilla y La Lava. Valdés había viajado mucho. Barbarucho lo alcanzó cerca de La Lava. En este combate, murió el jefe del Gerona, Cayetano Ameller. Pero Valdés logró una victoria importante. El 17 de agosto, Barbarucho fue hecho prisionero con todo su batallón. Valdés avanzó de nuevo hacia Chuquisaca.

El final de la campaña

Valdés recibió la noticia de la Batalla de Junín. El virrey le ordenó ir al Cusco y dejar el Alto Perú a Olañeta. Valdés envió un mensajero a Olañeta para proponerle el fin del conflicto, diciendo "¡basta de sangre!".

Valdés le ofreció a Olañeta que se quedara al mando del Alto Perú. Acordaron liberar a los oficiales prisioneros. Olañeta también debía enviar 2000 soldados de infantería y 500 de caballería a Cochabamba o La Paz para ayudar al virrey. Esto era porque Simón Bolívar avanzaba sobre Lima. Olañeta aceptó y liberó a los oficiales. Pero Valdés se llevó a sus prisioneros al Perú.

El 28 de agosto, Valdés evacuó Chuquisaca. El 30 de agosto, Potosí. A principios de septiembre, Cochabamba y La Paz. Olañeta ocupó estas ciudades. El 6 de octubre de 1824, la división del General Valdés llegó al Cusco.

A finales de septiembre de 1824, Olañeta recibió una carta de Bolívar en Oruro. Bolívar lo felicitaba por sus acciones contra el virrey. Aunque Olañeta había ayudado a debilitar al ejército español, sus propias fuerzas también habían sufrido pérdidas. Se habían reducido a unos 4000 hombres.

En octubre, Olañeta ocupó Cochabamba con 2000 soldados. Ese mes, el líder de la Republiqueta de Ayopaya, el general José Miguel Lanza, reconoció la autoridad de Olañeta.

El 26 de diciembre, llegó a Cochabamba la noticia de la Batalla de Ayacucho. Un oficial informó que Pío Tristán había asumido el cargo de virrey y pedía la cooperación de Olañeta. Tristán le pidió que enviara tropas a Puno. Olañeta se puso a las órdenes de Tristán. El 28 de diciembre, envió un batallón y dos escuadrones a Puno. Él mismo salió hacia La Paz el 31 de diciembre. A principios de enero de 1825, Barbarucho Valdez ocupó Puno.

Tristán y otros líderes españoles en Perú aceptaron la Capitulación de Ayacucho y dejaron la guerra. Antonio José de Sucre le pidió a Olañeta que desocupara Puno. También le ofreció a Olañeta que si se unía a los revolucionarios, quedaría al mando del Alto Perú. Olañeta no aceptó. Se acordó un alto el fuego de cuatro meses el 12 de enero. Pero Sucre no lo ratificó.

Con el avance de Sucre en 1825, las ciudades del Alto Perú cayeron sin resistencia. Potosí cayó el 29 de marzo. Cuatro días después, Olañeta murió en la batalla del Tumusla. Algunas versiones dicen que fue asesinado por uno de sus soldados. Otras, que se cayó con su caballo durante el combate.

El rey Fernando VII de España nombró a Olañeta virrey del Río de la Plata. Pero no sabía que Olañeta ya había fallecido.

¿Qué consecuencias tuvo la rebelión?

En 1823, la situación de los independentistas peruanos era muy difícil. Por eso pidieron ayuda a Bolívar. Él debía terminar la tarea de José de San Martín: destruir el poder español en Perú y lograr la independencia. Bolívar tuvo que enfrentar problemas políticos y militares.

La rebelión de Olañeta fue clave. El conflicto interno entre los defensores del rey y la división del ejército español permitieron a los independentistas reorganizarse. Esto les dio la ventaja y les permitió ganar la guerra después de la Batalla de Ayacucho.

El ejército de Olañeta aún tenía 2400 hombres leales al rey. Él escribió una carta ofreciendo su ejército a Antonio de Quintanilla en Chiloé. Pero la carta fue interceptada.

Finalmente, el Gran Mariscal Sucre fue quien terminó con Olañeta. Sucre consideró que la resistencia de Olañeta era una pérdida inútil de vidas. Le ofreció a él y a sus oficiales unirse al ejército libertador. Sucre y Bolívar dijeron que las fuerzas de Olañeta habían ayudado a derrotar a La Serna. Por eso, debían ser consideradas "hermanas y libertadoras del Perú". Olañeta no aceptó la paz. Esto llevó a Sucre a lanzar su ofensiva final, con el apoyo del guerrillero José Miguel Lanza.

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