Rebelión de Pontiac para niños
Datos para niños Guerra de Pontiac |
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Parte de Guerra de los Sesenta Años | ||||
![]() En un concilio el 27 de abril de 1763, Pontiac pidió a los que le escuchaban que se levantasen contra los británicos.
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Fecha | 1763-1766 | |||
Lugar | Región de los Grandes Lagos. | |||
Resultado | Empate militar; los nativos aceptaron la soberanía británica pero consiguieron que los británicos cambiasen sus leyes hacia ellos. | |||
Cambios territoriales | La zona de alrededor de Fort Niagara fue cedida a los británicos por los seneca. | |||
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La Guerra de Pontiac fue un conflicto que comenzó en 1763. Fue iniciada por varias tribus de nativos americanos en la región de los Grandes Lagos. Estaban descontentos con las nuevas políticas del gobierno británico después de su victoria en la guerra franco-india (1754-1763). Guerreros de muchas tribus se unieron para intentar expulsar a los soldados y colonos británicos de la zona. El nombre de la guerra viene de Pontiac, un importante líder de la tribu ottawa.
La guerra empezó en mayo de 1763. Los nativos, preocupados por las decisiones del general Jeffrey Amherst, atacaron varios fuertes y asentamientos británicos. Destruyeron ocho fuertes y causaron la muerte o captura de cientos de colonos. Esto hizo que muchos otros huyeran de la región. Los enfrentamientos terminaron dos años después, cuando el ejército británico realizó incursiones que llevaron a negociaciones de paz. Los nativos no lograron expulsar a los británicos, pero su levantamiento hizo que el gobierno británico cambiara su forma de tratar a los indígenas.
Los enfrentamientos en la frontera fueron muy duros. Hubo ataques a civiles y otras acciones violentas por ambos lados. La dureza del conflicto mostró una creciente separación entre colonos y nativos. El gobierno británico quiso evitar más violencia. Por eso, en 1763, redactó un Decreto Real. Este decreto establecía límites entre las tierras de los colonos y las de los indígenas.
Contenido
¿Por qué se llama Guerra de Pontiac?
Este conflicto lleva el nombre del jefe Pontiac de los ottawa, quien fue el líder nativo más conocido de la guerra. También se le conoce como Rebelión de Pontiac o Levantamiento de Pontiac. Al principio, algunos lo llamaban Guerra de Kiyasuta y Pontiac. Esto se debía a que Kiyasuta (o Guyasuta) fue otro líder importante de la tribu seneca.
Después de que Francis Parkman publicara su libro The Conspiracy of Pontiac en 1851, el nombre de Conspiración de Pontiac se hizo popular. Este libro fue una de las primeras obras importantes sobre la guerra y todavía se estudia.
En el siglo XX, algunos historiadores dijeron que Parkman había exagerado la importancia de Pontiac. Por eso, pensaban que era un error nombrar la guerra solo por él. Por ejemplo, en 1988, Francis Jennings escribió que Pontiac fue solo un jefe guerrero local. Él creía que la resistencia involucró a muchas tribus. Por esta razón, se sugirieron otros nombres. Sin embargo, los historiadores siguen usando los nombres más conocidos, siendo Guerra de Pontiac el más común.
Orígenes del conflicto

Antes de la Rebelión de Pontiac, Francia y Gran Bretaña tuvieron varias guerras en Europa que también afectaron a América. Estas guerras se conocieron como las guerras franco-indias. La más grande fue la guerra de los Siete Años. En este conflicto mundial, Francia perdió sus territorios de Nueva Francia. Estos pasaron a manos británicas y españolas. La mayor parte de la lucha en Norteamérica, conocida como guerra franco-india, ocurrió en la región de los Grandes Lagos y a lo largo del río San Lorenzo. Los principales combates terminaron en 1760 con la captura de Montreal por Jeffrey Amherst.
Las tropas británicas ocuparon varios fuertes en el territorio del Ohio y los Grandes Lagos. Estos fuertes antes pertenecían a los franceses. Incluso antes de que la guerra terminara oficialmente con el Tratado de París en 1763, Gran Bretaña empezó a cambiar cómo administraba los nuevos territorios. Los franceses habían hecho alianzas con los nativos. Sin embargo, los británicos trataron a los nativos como un pueblo conquistado después de la guerra.
Pronto, los antiguos aliados de los franceses se sintieron molestos con la ocupación británica y las nuevas políticas.
Os creéis dueños de estas tierras porque se las habéis arrebatado a los franceses, quienes, ya lo sabéis, no tenían derecho a ellas, pues son propiedad de nosotros, los indios.Nimwha, diplomático shawnee a George Croghan, 1768.
Tribus que participaron
Los nativos que participaron en la Rebelión de Pontiac vivían en una región de Nueva Francia llamada le pays d’en haut (el país de arriba). Francia reclamó esta zona hasta el Tratado de París. Los nativos de esta región eran de muchas tribus diferentes. En ese tiempo, una "tribu" se refería más a un grupo étnico o lingüístico que a una entidad política. Ningún jefe hablaba por toda una tribu, y ninguna tribu actuaba siempre unida. Por ejemplo, no todos los ottawa fueron a la guerra; algunos líderes participaron y otros no.
Las tribus del pays d’en haut venían de tres grupos principales:
- El primer grupo eran las tribus de la región de los Grandes Lagos: los ottawa, los ojibwa, los potawatomi y los hurones. Todos ellos habían sido aliados de los franceses. Habían vivido, comerciado e incluso se habían casado con ellos. Los nativos de los Grandes Lagos se preocuparon al saber que quedarían bajo el control británico. Cuando un regimiento británico tomó Fort Detroit en 1760, los nativos locales les dijeron que esa tierra les había sido dada por Dios a ellos, no a los invasores.
- El segundo grupo eran las tribus del país de los Illinois. Incluía a los miami, los wea, los kikapú, los mascouten y los piankeshaw. Al igual que las tribus de los Grandes Lagos, estos pueblos tenían fuertes lazos con los colonos franceses. Durante la guerra, los británicos no pudieron enviar una fuerza militar a Illinois. Por eso, los nativos de Illinois fueron los últimos en tener contacto con los británicos.
- El tercer grupo eran las tribus del territorio del Ohio. Estaba compuesto por los lenape (delaware), los shawnee, los wyandot (hurones) y los mingo. Estas personas se habían mudado al valle del Ohio a principios del siglo XVIII. Querían escapar del control de británicos, franceses e iroqueses.
A diferencia de las tribus de los Grandes Lagos y de Illinois, los nativos del Ohio no tenían mucha relación con los franceses. Lucharon de su lado solo para expulsar a los británicos. Hicieron un tratado de paz aparte con los británicos, quienes prometieron abandonar las tierras del Ohio. Sin embargo, después de la derrota francesa, los británicos mejoraron sus fuertes en la región en lugar de irse. Por eso, los nativos fueron a la guerra para intentar expulsar de nuevo a los colonos británicos.
La Confederación Iroquesa no participó en la rebelión de Pontiac. Esto se debió a su alianza con los británicos, conocida como Covenant Chain. Sin embargo, la tribu iroquesa más al oeste, los seneca, se había separado de esta alianza. En 1761, los seneca comenzaron a enviar mensajes a las tribus de los Grandes Lagos. Les pedían que se unieran para expulsar a los británicos. Cuando la guerra comenzó en 1763, muchos miembros de la tribu seneca decidieron participar.
Las decisiones del general Amherst

El general Jeffrey Amherst era el comandante en jefe de las tropas británicas en Norteamérica. Él estaba a cargo de los asuntos con los nativos, incluyendo la presencia militar y el comercio de pieles. Amherst creía que, sin Francia en el territorio, los nativos no tendrían más opción que aceptar el dominio británico. También pensaba que no podían ofrecer una resistencia peligrosa. Por eso, de las 8000 tropas bajo su mando en América, solo 500 estaban en territorios nativos. Amherst y otros oficiales, como el mayor Henry Gladwin, al mando de Fort Detroit, hicieron poco para mantener contentos a los nativos. Los nativos que se unieron al levantamiento se quejaban de que los británicos los trataban como esclavos o perros.
Otro hecho que molestó a los nativos fue la decisión de Amherst en 1761 de dejar de dar regalos a los nativos. Dar presentes a los indígenas era una parte esencial de la relación entre los franceses y las tribus del pays d’en haut. Era una tradición nativa con mucho significado. Los franceses ofrecían armas, cuchillos, tabaco y ropa a los jefes. Estos los repartían entre su gente. Así, los jefes ganaban prestigio y mantenían la alianza con los franceses. Amherst, sin embargo, pensaba que esto era un tipo de soborno que ya no era necesario. Muchos nativos sintieron que este cambio significaba que los británicos no los veían como aliados, sino como sus sirvientes.
Amherst también empezó a limitar la cantidad de munición y pólvora que los comerciantes podían vender a los nativos. Los franceses habían permitido que los nativos compraran estos suministros. Pero Amherst no confiaba en ellos, especialmente después de la Rebelión Cheroqui de 1761. En esa rebelión, los cheroqui se levantaron contra sus antiguos aliados, los británicos. La guerra con los cheroqui terminó rápido porque les faltaba pólvora. Amherst esperaba que, al cortar el suministro de armas, cualquier futura rebelión se detendría por la misma razón. Esto causó resentimiento entre los nativos. Necesitaban armas y pólvora para cazar y comerciar. Muchos nativos empezaron a creer que los británicos los estaban desarmando para atacarlos. Sir William Johnson, el superintendente del Departamento Indio, intentó advertir a Amherst de los peligros de sus restricciones, pero no lo logró.
Tierra y creencias
La tierra también fue una causa importante de la guerra. Mientras que los colonos franceses eran relativamente pocos (unos 70.000 en toda Nueva Francia), los colonos británicos llegaban continuamente. Los shawnee y los delaware del Ohio fueron desplazados por el avance colonial desde el este. Esto motivó su participación en la guerra. Por otro lado, los nativos de los Grandes Lagos y de Illinois no habían sido tan afectados por los asentamientos europeos. Sin embargo, conocían las experiencias de otras tribus y temían que les pasara lo mismo. La mayoría de las tribus que participaron en la Rebelión de Pontiac no estaban bajo amenaza inmediata de ser desplazadas. Fueron la actitud y las reglas del ejército británico las que les resultaron peligrosas e insultantes, y los principales motivos de la rebelión.
También contribuyó al inicio del conflicto un resurgimiento de las creencias espirituales entre los nativos en la década de 1760. Este movimiento creció por el descontento con los británicos, la falta de comida y las enfermedades. El más influyente fue Neolin, conocido como el Profeta Delaware. Él decía a los nativos que dejaran de comerciar con los blancos. Mezclando ideas del cristianismo con creencias tradicionales, Neolin explicaba que el Señor de la Vida estaba descontento con los nativos por adoptar las costumbres de los colonos. Decía que los colonos eran una amenaza para su existencia. Este mensaje fue muy bien recibido por las personas cuyo mundo había cambiado y parecía fuera de control.
Inicio de la guerra
Preparación del conflicto
Aunque la rebelión de Pontiac comenzó en 1763, ya en 1761 habían llegado rumores a los oficiales británicos de que algunos nativos enojados planeaban atacar. Los seneca del Ohio (conocidos como mingo) enviaban mensajes usando cinturones de guerra hechos de wampum. Pedían a otras tribus que se unieran para expulsar a los británicos. Los mingo, liderados por Guyasuta y Tahaidoris, estaban preocupados por estar rodeados de fuertes británicos. En el Illinois Country y Detroit también circularon cinturones de guerra. Sin embargo, los nativos no estaban unidos. Algunos nativos de Detroit informaron a los británicos en 1761 sobre los planes de los seneca. William Johnson tuvo una reunión importante con los nativos de Detroit en septiembre de 1761. Gracias a esto, logró mantener una paz inestable. A pesar de ello, los cinturones de guerra siguieron circulando. La violencia finalmente estalló a principios de 1763, después de que se supiera que Francia había cedido el pays d’en haut a los británicos.

La guerra comenzó en Fort Detroit con un ataque liderado por Pontiac y se extendió rápidamente por toda la región. Los nativos tomaron ocho fuertes británicos. Otros, como Fort Detroit y Fort Pitt, lograron resistir el asedio. Hay diferentes opiniones entre los historiadores. Francis Parkman afirma en su libro La Conspiración de Pontiac que Pontiac planeó el ataque a los fuertes. Sin embargo, los estudiosos actuales creen que el levantamiento se extendió a medida que las noticias de las acciones de Pontiac llegaban a las comunidades nativas enojadas con los británicos. Los ataques a los fuertes no fueron al mismo tiempo. Muchos nativos del Ohio no entraron en combate hasta un mes después del primer asedio de Pontiac.
Parkman sostenía que la guerra fue impulsada por colonos franceses que intentaban conspirar con los nativos para desestabilizar el control británico. Los oficiales británicos mantuvieron esta idea por mucho tiempo. Sin embargo, muchos historiadores han demostrado que no hay pruebas de la intervención francesa. De hecho, ahora se cree que fueron los nativos quienes intentaron que los franceses los apoyaran. Pontiac y otros líderes nativos hablaban a menudo del regreso inminente de los franceses y del renacimiento de las alianzas franco-nativas. Pontiac incluso izó una bandera francesa en su poblado. Todo esto, al parecer, buscaba que Francia volviera a la guerra contra los británicos. Aunque algunos colonos franceses y comerciantes apoyaron el levantamiento, no fueron ellos quienes lo iniciaron. Además, los objetivos de la guerra eran claramente a favor de los nativos, no de los franceses.
Asedio de Fort Detroit
El 27 de abril de 1763, Pontiac habló en un consejo a 16 km al sur del asentamiento de Detroit. Usando las enseñanzas de Neolin, Pontiac convenció a muchos nativos ottawa, ojibwa, potawatomi y hurones para que se unieran a él y asediaran Fort Detroit. El 1 de mayo, Pontiac visitó el fuerte con 50 ottawas para ver la fuerza de la guarnición. Según una crónica francesa, Pontiac dijo en un segundo consejo después de la visita al fuerte:
Es importante para nosotros, hermanos míos, que exterminemos de nuestras tierras a esa nación que lo único que persigue es destruirnos. Veis tan bien como yo que no podemos ya abastecernos como hacíamos con nuestros hermanos, los franceses… Por lo tanto, hermanos míos, debemos jurar que los destruiremos sin más demora. Nada nos lo impide; ellos son pocos y podemos hacerlo.
Confiando en tomar la fortaleza por sorpresa, el 7 de mayo Pontiac entró en Fort Detroit con unos 300 hombres que llevaban armas escondidas. Los británicos habían sido avisados del plan de Pontiac y estaban preparados. La estrategia de Pontiac falló y se retiró después de una breve reunión. Dos días después, comenzó el asedio del fuerte. Pontiac y sus aliados mataron a todos los soldados y colonos británicos que encontraron fuera del fuerte, incluyendo mujeres y niños. La violencia estaba dirigida contra los británicos; a los franceses no los atacaron. Después de este primer incidente, 900 guerreros más, de seis tribus diferentes, se unieron al asedio. Mientras tanto, el 28 de mayo, una columna de suministro británica de 96 hombres, enviada desde Fort Niágara bajo el mando del Teniente Abraham Cuyler, fue emboscada y derrotada en Point Pelee.
Después de recibir refuerzos, los británicos intentaron atacar por sorpresa el campamento de Pontiac. Pero él, previéndolo, estaba preparado y los venció en la batalla de Bloody Run, el 31 de julio. Sin embargo, la situación en Fort Detroit se mantuvo igual y la influencia de Pontiac entre sus seguidores empezó a disminuir. Algunos grupos de nativos abandonaron el asedio, haciendo las paces con los británicos antes de irse. El 31 de octubre, convencido de que los franceses de Illinois no lo ayudarían, Pontiac abandonó el asedio y se retiró al Río Maumee. Desde allí, continuó sus esfuerzos para resistir a los británicos.
La captura de pequeños fuertes
Antes de que otros destacamentos británicos se enteraran del asedio de Fort Detroit, los nativos capturaron cinco pequeños fuertes. Esto ocurrió en una serie de ataques entre el 16 de mayo y el 2 de junio. El primero en ser capturado fue Fort Sandusky, a orillas del lago Erie. Había sido construido en 1761 por orden del general Amherst, a pesar de las objeciones de los wyandot (hurones) locales. Estos, en 1762, avisaron al comandante de que pronto lo destruirían. El 16 de mayo de 1763, un grupo de wyandots tomó la entrada con el pretexto de tener una reunión. Esta misma estrategia había fallado en Detroit nueve días antes. Capturaron al comandante y mataron a 15 soldados. Los comerciantes británicos del fuerte también fueron asesinados. Tal como habían avisado un año antes, los nativos quemaron el fuerte hasta los cimientos.
Fort Saint Joseph, en el actual estado de Míchigan, fue tomado el 25 de mayo usando el mismo método que en Sandusky. El comandante fue capturado por los potawatomi y la mayoría de los 15 hombres del fuerte fueron asesinados. Fort Miami, en el estado de Indiana, fue el tercer fuerte en caer. El 27 de mayo, los nativos lograron sacar al jefe del fuerte por la fuerza y lo mataron. Los nueve hombres del fuerte se rindieron, entregando el fuerte.
En el Illinois Country, Fort Ouiatenon, a 8 km de la actual ciudad de Lafayette, Indiana, fue tomado por las tribus wea, kikapú y mascouten el 1 de junio. Consiguieron que los soldados salieran del fuerte para una reunión. Esto lo aprovecharon para capturarlos sin derramar sangre. Los nativos alrededor de Fort Ouiatenon tenían buenas relaciones con los militares del fuerte. Sin embargo, mensajeros de Pontiac los convencieron de atacar. Los guerreros se disculparon con el comandante por haber tomado el fuerte, diciendo que habían sido obligados por otras tribus. A diferencia de lo que pasó en otros fuertes, los nativos no mataron a los británicos cautivos.
Fort Michilimackinac, en Míchigan, fue el quinto y más grande fuerte tomado por sorpresa. El 2 de junio, los ojibwa locales organizaron un partido de lacrosse contra los sauk, una tribu de visita. Los soldados fueron a ver el partido, como solían hacer. La bola fue lanzada dentro del fuerte por la puerta abierta. Los equipos se apresuraron a entrar persiguiendo la bola. Allí, tomaron armas que habían sido escondidas por sus mujeres. Alrededor de quince de los treinta y cinco hombres del fuerte murieron en la lucha. Cinco más fueron asesinados.
En una segunda ola de ataques, cayeron tres fuertes más en el territorio del Ohio a mediados de junio. Fort Venango, en Pensilvania, fue tomado el 16 de junio por los seneca. Murieron los doce hombres de la guarnición en el combate, excepto el comandante. A él lo obligaron a escribir una carta explicando las quejas de los seneca. Después, fue asesinado. Fort le Boeuf, también en Pensilvania, fue atacado el 18 de junio, posiblemente por los mismos seneca que habían destruido Fort Venango dos días antes. Casi todos los ocupantes del fuerte lograron huir hasta Fort Pitt.
El octavo fuerte en caer fue Fort Presque Isle. Doscientos cincuenta ottawas, ojibwas, wyandots (hurones) y senecas rodearon el fuerte la noche del 19 de junio. Después de un asedio de dos días, la guarnición de 40 hombres se rindió con la condición de poder retirarse a Fort Pitt. Sin embargo, la mayoría de ellos fueron asesinados después de salir del fuerte.
Asedio de Fort Pitt
Los colonos de la zona más occidental de Pensilvania huyeron a refugiarse en Fort Pitt al comienzo de la guerra. Aproximadamente 550 personas se aglomeraron en el fuerte, incluyendo 200 mujeres y niños. Simeon Ecuyer, el oficial británico al mando, temía que, con tanta gente, estuvieran expuestos a enfermedades. Fort Pitt fue atacado el 22 de junio de 1763 por nativos de la tribu delaware. El fuerte era demasiado fuerte para ser tomado por la fuerza, por lo que fue asediado durante todo julio. Mientras tanto, grupos de guerreros delaware y shawnee se adentraron en Pensilvania, tomando cautivos y matando a numerosos habitantes europeos. Dos pequeños fuertes que unían Fort Pitt con el este, Fort Bedford y Fort Logonier, fueron atacados esporádicamente durante el conflicto, aunque nunca llegaron a caer.
Para Amherst, quien antes de la guerra había rechazado la idea de que los nativos pudieran ofrecer resistencia, la situación militar de ese verano lo superaba. Escribió a sus subordinados, indicándoles que debían matar a todos los nativos capturados.
Bushy Run y Devil's Hole
El 1 de agosto, la mayoría de los nativos abandonaron el asedio de Fort Pitt para interceptar un destacamento de 500 británicos que avanzaban bajo el mando del coronel Bouquet. El 5 de agosto, los nativos emboscaron a la columna británica y ambos grupos se enfrentaron en la batalla de Bushy Run. Aunque los británicos sufrieron muchas bajas, Bouquet logró mantener su posición hasta que, al anochecer, los nativos se retiraron. A la mañana siguiente, las tribus aliadas volvieron a atacar, pero esta vez fueron ellas las que sufrieron una emboscada y fueron rodeadas. Los guerreros nativos huyeron hacia Bushy Run. Bouquet llegó a Fort Pitt y lo liberó el 20 de agosto.
Después de esta victoria, vino una derrota. El 14 de septiembre, 300 seneca, ottawas y ojibwas atacaron una caravana de mercancías que se dirigía a Fort Niagara cuando pasaba por Devil's Hole. Poco armados y tomados por sorpresa, tuvieron que huir a Fort Schlosser. Dos compañías enviadas desde Fort Grey al recibir noticias del ataque fueron derrotadas. Más de 81 soldados murieron en estas acciones, conocidas como la Masacre de Devil’s Hole. Fue el enfrentamiento más sangriento para los británicos durante la guerra. Los refuerzos desde Fort Schlosser llegaron pocos minutos después de la derrota y tuvieron que retirarse por temor a un nuevo ataque.

Los Paxton Boys
La violencia y el miedo causados por la Guerra de Pontiac hicieron que muchos habitantes de Pensilvania pensaran que su gobierno no los protegía lo suficiente. El descontento se hizo evidente cuando un grupo de personas de Paxton (Pensilvania) se levantó en armas. Se les conoció como los Paxton Boys. Este grupo dirigió su enojo contra los nativos, la mayoría cristianos, que vivían pacíficamente entre los asentamientos blancos. Impulsados por rumores de que se había visto un grupo de nativos en el poblado de Conestoga, el 14 de diciembre, cincuenta miembros de los Paxton Boys fueron al pueblo y mataron a los seis habitantes que encontraron. El gobierno de Pensilvania había puesto a salvo a otros catorce nativos conestoga, encarcelándolos en Lancaster. Pero los Paxton Boys entraron en las celdas y los masacraron. El gobernador John Penn ofreció dinero a quien capturara a los asesinos, pero nadie se atrevió a identificarlos.
Los Paxton Boys se enfocaron entonces en otros nativos que vivían en el este de Pensilvania. Muchos de ellos huyeron a Filadelfia en busca de protección. Varios cientos de paxtonianos fueron a Filadelfia en enero de 1764. Allí, la presencia de tropas británicas y milicianos coloniales evitó que llevaran a cabo sus planes. Benjamin Franklin, quien había ayudado a organizar la milicia, negoció con los Paxton Boys y logró terminar temporalmente con la crisis. Franklin publicó una fuerte crítica contra los Paxton Boys.
La respuesta británica (1764-1766)
Las incursiones nativas en la frontera con los asentamientos europeos aumentaron durante la primavera y el verano de 1764. El mayor golpe fue en Virginia, donde mataron a más de 100 civiles. El 26 de mayo en Maryland, 15 colonos que trabajaban en un campo cerca de Fort Cumberland murieron en un ataque. El 14 de junio, otros 13 murieron cerca de Fort Loudoun, Pensilvania. El suceso más conocido ocurrió el 26 de julio en Pensilvania. Cuatro nativos delaware mataron a un profesor de escuela y a 10 alumnos. Estos incidentes llevaron a la Asamblea de Pensilvania a ofrecer recompensas a quien matara a cualquier nativo enemigo mayor de 10 años, incluyendo mujeres. Esta práctica había sido útil durante la guerra de los Siete Años.
El general Amherst, a quien se consideró responsable del levantamiento, fue llamado de vuelta a Londres en agosto de 1763. Fue reemplazado por el mayor general Thomas Gage. En 1764, Gage envió dos expediciones hacia el oeste para terminar con la rebelión, rescatar a los prisioneros británicos y capturar a los nativos responsables. La campaña de Gage, diseñada por Amherst, prolongó la guerra un año más. Se centraba más en castigar a los nativos que en terminar el conflicto. La única variación que Gage introdujo fue enviar a William Johnson a Fort Niagara. Él intentaría conseguir un tratado de paz con los nativos que estuvieran dispuestos a "enterrar el hacha de guerra".
Tratado de Fort Niagara
En julio de 1764, Johnson acordó un tratado en Fort Niagara con unos 2000 nativos que asistieron, la mayoría iroqueses. Aunque la mayoría de los iroqueses se habían mantenido al margen del conflicto, los seneca se habían levantado en armas. Johnson se esforzó en lograr que volvieran a aceptar el Covenant Chain. Como compensación por la emboscada de Devil's Hole, los seneca fueron obligados a ceder una zona importante cerca de Fort Niagara. Johnson incluso convenció a los iroqueses de atacar a los nativos del Ohio. La expedición iroquesa capturó a muchos delawares y destruyó algunos pueblos delaware y shawnee en el valle del Susquehanna. Sin embargo, no se involucraron tanto como Johnson hubiera querido.
Dos expediciones
Después de asegurar la zona de Fort Niagara, los británicos enviaron dos expediciones militares al oeste. La primera expedición, dirigida por el coronel John Bradstreet, debía viajar en barco por el lago Erie hacia el sur, hacia el territorio del Ohio. La segunda expedición, liderada por el coronel Bouquet, tenía que ir hacia el oeste desde Fort Pitt y crear un segundo frente en Ohio.

Bradstreet partió de Fort Schlosser a principios de agosto de 1764 con unos 1200 soldados y un gran grupo de aliados nativos reclutados por William Johnson. Bradstreet pensaba que no tenía suficientes tropas para vencer a los nativos por la fuerza. Por eso, cuando fuertes vientos lo obligaron a detenerse en Presque Isle el 12 de agosto, decidió negociar un tratado de paz con una delegación de nativos del Ohio liderada por Guyasuta. Bradstreet se excedió en sus poderes al intentar firmar un tratado de paz en lugar de una tregua. Además, aceptó la petición de los nativos de que la expedición de Bouquet no saliera de Fort Pitt. Gage, Johnson y Bouquet se indignaron con la actitud de Bradstreet. Gage canceló el tratado, creyendo que los nativos habían engañado a Bradstreet para detener su avance. Esto, en parte, fue cierto, ya que los nativos no entregaron a los prisioneros en septiembre como habían prometido. Algunos shawnee incluso intentaron conseguir ayuda francesa para la guerra.
Bradstreet continuó hacia el oeste, sin saber que sus acciones diplomáticas estaban molestando a sus superiores. Llegó a Fort Detroit el 26 de agosto, donde negoció otro tratado. En un intento de desacreditar a Pontiac, que no estaba presente, Bradstreet rompió un mensaje de paz enviado por el líder ottawa. Esto no tuvo el efecto esperado, sino que asustó y ofendió a los nativos allí reunidos. Bradstreet afirmó a los británicos que los nativos habían aceptado la soberanía británica en las negociaciones. Pero Johnson pensaba que este asunto no se había explicado bien a los nativos y que se necesitarían más negociaciones. Aunque Bradstreet logró reocupar y reforzar los fuertes británicos en la región, su diplomacia no fue decisiva.
El coronel Bouquet, retrasado en Pensilvania mientras reunía a la milicia, partió de Fort Pitt el 3 de octubre de 1764 con 1150 hombres. Marchó hacia el río Muskingum, en Ohio, una zona de ataque de varios pueblos nativos. Después de los tratados negociados en Fort Niagara y Fort Detroit, los nativos del Ohio estaban aislados y, con pocas excepciones, listos para firmar la paz. En un consejo que comenzó el 17 de octubre, Bouquet pidió a los nativos la devolución de todos los prisioneros, incluyendo los que no se habían devuelto después de la guerra franco-india. Guyasuta y otros líderes entregaron más de 200 cautivos. Muchos de ellos ya habían sido adoptados en familias nativas. Como no todos los cautivos estaban presentes, los nativos fueron obligados a entregar rehenes como garantía de que devolverían a todos los que faltaban. Los nativos aceptaron asistir a una conferencia de paz más formal con William Johnson, que terminó en julio de 1765.
Tratado con Pontiac
Aunque el conflicto militar había terminado con las expediciones de 1764, los nativos aún pedían resistencia contra los británicos en el Illinois Country. Allí, las tropas británicas aún no habían tomado posesión de Fort Chartres. Charlot Kaské, un jefe de los shawnee, se convirtió en el líder más importante contra los británicos en la región, incluso más influyente que Pontiac. Kaské viajó hasta Nueva Orleans para conseguir la ayuda de los franceses contra Gran Bretaña.
En 1765, los británicos decidieron que solo lograrían ocupar el Illinois Country mediante la diplomacia. Los oficiales británicos se centraron en Pontiac, quien se había vuelto menos agresivo después de la tregua de Bouquet con los nativos del Ohio. George Croghan, ayudante de Johnson, viajó a Illinois durante el verano de 1765. A pesar de resultar herido en el camino por un ataque de kikapús y mascoutens, logró reunirse y negociar con Pontiac. Charlot Kaské quería asesinar a Croghan, pero Pontiac logró calmarlo y aceptó viajar a la Colonia de Nueva York. Allí, firmó un tratado de paz formal con William Johnson en Fort Ontario el 25 de julio de 1766. No fue una rendición, ya que no se cedieron tierras, ni se devolvieron prisioneros, ni se tomaron rehenes. Más que aceptar la soberanía británica, Kaské abandonó el territorio británico cruzando el río Misisipi y refugiándose con otros nativos y franceses.
Legado de la guerra
El número total de fallecidos durante la Guerra de Pontiac se desconoce. Alrededor de 400 soldados británicos murieron en combate y aproximadamente 50 fueron capturados. George Croghan estimó que unos 2000 colonos fueron asesinados o capturados. La violencia hizo que más de 4000 británicos huyeran de sus hogares en Pensilvania y Virginia. Los datos sobre las pérdidas de los nativos americanos son aún menos conocidos, aunque se estima que durante los enfrentamientos murieron 200 guerreros.
La Guerra de Pontiac se ha considerado tradicionalmente una derrota para los nativos. Sin embargo, es más preciso decir que fue un empate militar. Los nativos no lograron expulsar a los británicos, pero estos no pudieron conquistar las tierras de los nativos. El final de la guerra llegó a través de negociaciones, no por victorias en campos de batalla. Los nativos, de hecho, lograron una victoria importante. Consiguieron que el gobierno británico abandonara las políticas duras de Amherst y, en su lugar, buscara una alianza con los nativos, similar a la que ya tenían con Francia.

Las relaciones entre los colonos y los nativos, que ya estaban muy dañadas por la guerra franco-india, empeoraron durante la Rebelión de Pontiac. La guerra se caracterizó por la violencia en ambos lados. Las personas de ambos bandos llegaron a la conclusión de que colonos y nativos eran muy diferentes y nunca podrían vivir juntos. Según el historiador Daniel Richter, durante la guerra surgió la idea de que todos los nativos eran "Indios", todos los europeos "Blancos", y que la misión de cada uno era destruir al otro.
El Gobierno británico también llegó a la conclusión de que los colonos y los nativos debían permanecer separados. El 7 de octubre de 1763, la Corona redactó el Decreto Real de 1763. Con este decreto, quería reorganizar los territorios norteamericanos después del tratado de París. La Rebelión ocurrió mientras el Decreto se estaba preparando. Por eso, tuvo que ser aprobado rápidamente cuando las noticias del levantamiento llegaron a Londres. Los oficiales trazaron una línea de separación entre las colonias británicas y las tierras de los nativos al oeste de los Montes Apalaches. Crearon una gran Reserva Nativa que abarcaba desde los Apalaches hasta el río Misisipi y desde Florida hasta Terranova. Al prohibir a los colonos entrar en tierras nativas, el gobierno británico esperaba evitar nuevos sucesos como la Rebelión de Pontiac. Desde este momento, la separación caracterizó las relaciones entre los europeos y los nativos en Norteamérica.
Los efectos de la Guerra de Pontiac se sintieron durante mucho tiempo. Debido a que el Decreto reconoció algunos derechos a los nativos sobre las tierras que ocupaban, se le conoció como la Carta de Derecho de los Nativos (Indian Bill of Rights en inglés). Sin embargo, a los colonos británicos y a los que buscaban tierras, el Decreto les pareció una negación de su derecho a ocupar las tierras que habían conquistado a los franceses. El resentimiento que esto provocó entre los colonos hacia el Imperio contribuyó al levantamiento que llevó a la Independencia de Estados Unidos.
Para los nativos americanos, la Guerra de Pontiac demostró la importancia de la unión de todas las tribus para resistir el avance colonial. Aunque el conflicto dividió a tribus y poblados, durante esta guerra se creó la primera resistencia de varias tribus contra los europeos. Fue la primera que no terminó en una derrota completa para los nativos.
Sin embargo, el Decreto Real de 1763 no evitó que los británicos intentaran expandirse hacia el oeste. Por eso, los nativos se vieron obligados a formar nuevos movimientos de resistencia. El primero comenzó en 1767 después de una reunión organizada por los shawnee. Durante las décadas siguientes, hubo varios líderes como Joseph Brant, Alexander McGllivray, Blue Jacket y Tecumesh. Ellos intentaron crear nuevas uniones para revivir los movimientos de resistencia.
En la ficción
La novela de Neil Swanson Unconquered se desarrolla durante esta rebelión. Fue llevada al cine en 1947 bajo la dirección de Cecil B. DeMille con el título de Los inconquistables.