Quinta de San Pedro Alejandrino para niños
Datos para niños Quinta de San Pedro Alejandrino |
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Monumento Nacional | ||
![]() Altar de la Patria.
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Localización | ||
País | Colombia | |
Ubicación | ![]() |
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Coordenadas | 11°13′41″N 74°10′45″O / 11.22805556, -74.17916667 | |
https://www.museobolivariano.org.co | ||
La Quinta de San Pedro Alejandrino es una antigua hacienda ubicada en Santa Marta, al norte de Colombia. Esta propiedad, que data del siglo XVII, se dedicaba a la producción de productos derivados de la caña de azúcar, como la melaza y la panela. Fue el lugar donde Simón Bolívar pasó sus últimos días y falleció el 17 de diciembre de 1830. La Quinta se encuentra en el barrio Mamatoco y hoy en día es un importante sitio turístico. Alberga el Altar de la Patria, un Museo de Arte Contemporáneo, un jardín botánico y las construcciones originales de la hacienda. También cuenta con un bosque que bordea el río Manzanares. La Fundación Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo se encarga de su administración.
Contenido
Historia de la Quinta de San Pedro Alejandrino
Fundación y primeros dueños
La Quinta de San Pedro Alejandrino fue fundada en Santa Marta el 2 de febrero de 1608. Su fundador fue Francisco de Godoy y Cortesía, un canónigo de la Catedral de Santa Marta. Originalmente se llamó La Florida San Pedro Alejandrino, en honor al mártir español Pedro de Godoy. A lo largo de los años, la hacienda tuvo 15 dueños diferentes, incluyendo familias con apellidos como Mondragón, Orozco, Zubiría y De Mier.
Cambios de propiedad y decadencia
El 9 de enero de 1808, Faustino de Mier y Theran compró la hacienda por 11.773 pesos de oro. Sin embargo, la propiedad le fue quitada años después por no apoyar la causa de la independencia. A finales de la segunda década del siglo XIX, la hacienda fue entregada a Joaquín de Mier y Benítez, un hombre de negocios que impulsó mucho la producción. Cuando Joaquín falleció en 1861, su hijo Manuel Julián la heredó. Bajo su administración, la hacienda comenzó un periodo de abandono y deterioro.
Recuperación y declaración como Monumento Nacional
El 2 de febrero de 1891, el departamento del Magdalena compró 200 hectáreas de la hacienda por 24.000 pesos para asegurar su conservación. Ese mismo año, se realizó la primera restauración para que la Quinta se pareciera lo más posible a cómo era en 1830. Años más tarde, fue declarada Monumento Nacional Histórico.
Áreas de la Hacienda: Un Recorrido Histórico
La Casa Principal: Último Hogar de Bolívar
La Casa Principal es la parte más importante de la Quinta. En una de sus habitaciones, Simón Bolívar falleció. Esta casa tiene jardines internos que le dan un estilo colonial. Las construcciones antiguas de la Quinta de San Pedro Alejandrino están pintadas de color amarillo ocre. Alrededor de la Casa Principal hay árboles muy antiguos, como un samán, una ceiba y dos tamarindos. Estos tamarindos son famosos porque entre ellos se colocó la hamaca de Bolívar cuando llegó a la hacienda.
Estos árboles, junto con la gran variedad de plantas y animales de la hacienda, forman parte del Jardín Botánico. Este jardín se extiende por toda la propiedad y tiene especies de plantas típicas del bosque seco tropical de la región. En el Jardín Botánico puedes encontrar diferentes colecciones de plantas, como cactus, palmeras, plantas ornamentales, plantas que necesitan poca agua y árboles maderables.
En el centro del jardín hay una escultura de Bolívar hecha de Mármol de Carrara. Fue creada en Italia por el profesor genovés Pedro Montarsolo Victorio. Fue un regalo del Magdalena y se instaló el 2 de febrero de 1891.
La Casa Principal se divide en trece salas o cuartos:
- Capilla u Oratorio: Aquí se encuentran los restos del médico Alejandro Próspero Révérend. También está la imagen de San Pedro Alejandrino, el santo patrono de la hacienda, que fue traída de Cádiz (España) por Francisco de Godoy.
- Sala Principal: En esta sala hay pinturas de personas importantes en la historia de la hacienda. Hay un cuadro de Bolívar de 1812, pintado por Ignacio Elizaran Txapartegi. También hay retratos de Joaquín de Mier y de Alejandro Próspero Reverend. Además, se conserva una copia de una acuarela del artista inglés Edward Mark, que en 1842 mostró cómo era el ambiente de la hacienda cuando Bolívar llegó en 1830.
- Alcoba: Esta es la habitación donde Simón Bolívar falleció el 17 de diciembre de 1830 a la una de la tarde. Hoy se conserva la cama (un catre de campaña) donde murió Bolívar, cubierta con la Bandera de Colombia. También hay un armario, una escupidera y un sillón de terciopelo rojo desde donde Bolívar dictó su testamento y su Última Proclama el 10 de diciembre de 1830.
En esta habitación también se puede ver un reloj alemán que el general Mariano Montilla detuvo tres minutos y cincuenta y cinco segundos después de la muerte de Bolívar. En una de las paredes hay un cuadro del artista colombiano Simón Celis, que muestra a Bolívar con una postura fuerte y elegante.
- Biblioteca: Esta biblioteca tiene muchos libros, la mayoría en francés, que pertenecieron a Alejandro Próspero Réverénd. Cuando Bolívar llegó a la hacienda, Joaquín de Mier lo llevó a su biblioteca. Bolívar le dijo: "Don Joaquín, su biblioteca no es humilde, atesora los más grandes escritos de la historia". Se refería a obras como Gil Blas de Santillana y El Quijote de la Mancha.
En la biblioteca hay muebles de la época y libros de autores franceses, ingleses, griegos, españoles e italianos, muchas de ellas grandes obras clásicas del siglo XVII. Se destacan la Vulgata Latina (Tomo 3 del Antiguo Testamento) de 1819, la Historia de las Indias de Bartolomé de las Casas de 1522, y la Histoire naturelle de Buffon de 1792. También hay libros sobre la Independencia, la historia de Bolívar, la historia general de Colombia, filosofía y botánica.
- Cuarto de Baño: Una puerta lateral en la alcoba principal lleva al baño. Aquí se conserva un bidé con un lavamanos de porcelana, tazas sanitarias y una tina de mármol blanco italiano. El médico de Bolívar escribió en sus memorias que Bolívar recibía baños tibios para mejorar su salud durante sus primeros días en la hacienda.
- Sala de Fumar: Antes era una sala de costura, pero se adaptó para fumar cuando llegó Bolívar, ya que su salud delicada no le permitía inhalar olores fuertes. También se conserva una licorera con bordes de oro que perteneció a Joaquín De Mier y fue usada por Bolívar.
- Comedor: Aquí hay una mesa extensible, cuatro sillas con asientos tejidos en palma de iraca y parte de la vajilla de porcelana de Sèvres de la familia de Mier. Estos objetos están protegidos en una vitrina de vidrio.
- Cocina: Es una cocina típica del siglo XVIII. Se puede ver un matate (una piedra para triturar especias), un pilón, cinco fogones y un horno con forma de iglú.
- Repostería: En este lugar se preparaban los panes y postres de la época. Hay dos jarrones de barro para mantener el agua fresca y dos filtros para purificarla. Aquí también se realizó la autopsia de Bolívar por su médico Alejandro Próspero Reverán, la tarde del 17 de diciembre de 1830.
- Caballeriza: En la caballeriza se encuentra el coche Berlina, que trajo a Bolívar desde la actual Casa de la Aduana (antes Consulado Español) hasta la Quinta el 6 de diciembre de 1830.
- Alcobas de Huéspedes: Había dos habitaciones para invitados, pero ahora son salas temáticas: la Sala del Centenario y la Sala de Independencia.
- Sala del Centenario: Contiene recuerdos de la celebración del primer centenario de la muerte de Bolívar.
- Sala de Independencia: Muestra imágenes de personas importantes que apoyaron a Bolívar y su causa, así como un cuadro que representa la Batalla de Boyacá, que ocurrió el 7 de agosto de 1819.
- Sala Bolivariana: Este espacio era la oficina de Joaquín de Mier y Benítez. Actualmente, es un lugar dedicado a Bolívar. Aquí se encuentra una escultura de Bolívar de tamaño real, muchos objetos que le pertenecieron, un daguerrotipo de su matrimonio con María Teresa Rodríguez Del Toro, retratos de sus padres (María Concepción Palacios y Juan Vicente Bolívar y Ponte), y "La visión del peregrino", un cuadro que muestra el sueño de su maestro Simón Rodríguez un año después de la muerte de Bolívar.
El Sector de Producción: El Antiguo Ingenio
Esta parte de la Quinta incluye las construcciones donde funcionaba el antiguo ingenio. Aquí se procesaba la caña de azúcar para hacer panela y miel, que luego se vendían por todo el Caribe con la flota de barcos de Joaquín De Mier. Estas edificaciones datan del siglo XVIII y son:
- Bagacera: Un lugar para guardar el bagazo, que es el residuo de la caña de azúcar después de extraerle el jugo.
- Trapiche: Es la parte más importante, el símbolo de la producción de panela. Aquí se molía la caña. Se caracteriza por sus muros gruesos y su techo cónico.
- Destilería: En este lugar se destilaba la miel de caña en grandes calderas y alambiques para obtener productos derivados de la caña.
- Sótano: Se usaba para almacenar y añejar los barriles de los productos.
Áreas Modernas y Homenajes
El Altar de la Patria
El Altar de la Patria fue construido en 1930 para honrar la memoria de Bolívar, al cumplirse los cien años de su fallecimiento. Fue durante el gobierno de Enrique Olaya Herrera. Este altar es parte de las edificaciones modernas de San Pedro Alejandrino.
La obra tiene un estilo republicano. Fue diseñada por el arquitecto Gustavo Santos Caballero y dirigida por Manuel Carrerá. Las esculturas de estilo neoclásico que están dentro fueron hechas por los artistas Augusto Rossi y Helmeregildo Luppi, quienes estudiaron con el famoso escultor Pietro Tenerani en Roma. El Altar de la Patria se inauguró en 1942, durante el gobierno de Eduardo Santos.
Frente al altar se encuentra la Plaza de Banderas, construida en 1980. Rinde homenaje a Bolívar al conmemorarse los 150 años de su muerte. Allí se izan todas las banderas de América, simbolizando el sueño de unidad continental de Bolívar.
Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo
La idea de crear un Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo en la Quinta surgió del pintor Armando Villegas. Contó con el apoyo de otros artistas, de las autoridades de la región y del presidente Belisario Betancur. Fue inaugurado el 24 de julio de 1986.
La Colección del Museo
La colección del museo se inició en 1986 para mostrar el arte contemporáneo de los países bolivarianos. Aunque no abarca todo el arte latinoamericano, sí presenta ejemplos importantes de diferentes estilos y tendencias. El indigenismo, que nació en México y se extendió por América Latina, está representado por obras de artistas como Enrique Tábara, Eduardo Kingman, Oswaldo Guayasamín y Luis Alberto Acuña, quienes fueron líderes de la pintura indigenista en Ecuador y Colombia.
Junto a esta corriente, también se muestra la pintura de género, como retratos, bodegones o paisajes. Algunos ejemplos en la colección son obras de Gonzalo Ariza, Enrique Grau, Darío Morales y Alfredo Guerrero. También se incluye la obra de René Portocarrero (1912-1985), un artista cubano que evocaba temas de su isla y su vida diaria.
El museo tiene varios retratos de Bolívar. Destaca un óleo sobre lienzo de Alejandro Obregón llamado Don Simón en San Pedro Alejandrino, pintado especialmente para este museo en 1986. Obregón retrata a Bolívar en sus últimos días, mostrando una visión del General que encontró la eternidad y la gloria en San Pedro Alejandrino. También hay otros retratos de Bolívar hechos por Jorge Elías Triana, Gustavo Zalamea, Germán Tessarollo y Antonio Frío.
La pintura de abstracción está muy bien representada con obras de Luisa Richter, Patricia Tavera, Fernando De Szyszlo, Alberto Dávila, Alfredo y Olga Sinclair, Manuel Hernández y Carlos Rojas. La abstracción geométrica, que fue muy popular en América Latina con los constructivistas de la Escuela del Sur de Joaquín Torres García, está representada por Jorge Riveros y Omar Rayo. El cinetismo, un movimiento importante que se desarrolló en Venezuela, se muestra con obras de Jesús Rafael Soto, Carlos Cruz Díez y Alejandro Otero.
Entre las obras figurativas hay pinturas de Juan Antonio Roda, el propio Villegas, Ángel Loochkartt, Manuel Chong Neto, Brooke Alfaro y Alicia Viteri. Santiago Cárdenas tiene una de sus pizarras y Darío Ortiz Robledo una obra de su serie sobre la condición humana. Pedro Alcántara, Augusto Rendón y Humberto Giangrandi tienen un fuerte mensaje social. Maripaz Jaramillo y Regulo Pérez usan la deformación de la figura para expresar ideas artísticas.
Las esculturas que se encuentran en los jardines y en el teatro al aire libre incluyen Caracol caribe, de Eduardo Ramírez Villamizar. Al igual que Edgar Negret, este artista muestra en sus obras una gran influencia del arte precolombino, especialmente del inca, ya que ambos hicieron viajes de estudio a esa región. Sus experiencias se reflejan en Manto emplumado (de Ramírez Villamizar) y Machu Pichu (de Negret). Cóndor de Marina Núñez del Prado y Ave de Alicia Tafúr son esculturas de animales estilizadas. También destaca el trabajo en piedra de Benito Rosas y de John Castles, Cecilia Ordóñez, Elma Pignalosa y Nelly Sarmiento.
En la obra gráfica del museo hay un dibujo grande de David Manzur llamado Homenaje a una pared colonial, un dibujo de Alfredo Guerrero, dos proyectos para un mural de Álvaro Barrios con su estilo influenciado por el pop art y el cómic, y obras de César Bravomalo y Alejandro Otero. En las diferentes técnicas de grabado, encontramos obras de Juan Cárdenas, Teresa Cuellar, Alicia Viteri y Minerva López. La acuarela, que ha sido importante para el museo, también forma parte de la colección, con trabajos de Roberto Fabelo, Alfredo Guati Rojo, Luis Paz, Zarita Abello y Roberto Angulo. La colección de fotografía incluye obras de Luis Guillermo Martínez, Mónika Herran, Pakiko Ordóñez y Fernell Franco, entre otros.
El Jardín Botánico de la Quinta
La idea de crear un Jardín Botánico en la Quinta surgió en los años 1960, propuesta por Rafael Romero Castañeda, quien quería un lugar con plantas y árboles maderables. Sin embargo, el Jardín Botánico se creó oficialmente después de un acuerdo entre la facultad de Biología de la Universidad del Magdalena y la administración de la Quinta.
Hay algunos árboles con más de 70 años de edad, y otros aún más viejos (incluso cuatro árboles centenarios) en el corazón de la hacienda. En honor a Bolívar, muchos países han regalado al jardín varios árboles típicos de sus tierras, como una palmera de Cuba y otra de las islas Hawái. También se han introducido animales para mejorar el ambiente de la hacienda, que conserva diferentes tipos de bosques: secos, tropicales y junglas.