Ion Brătianu para niños
Datos para niños Ion Bratiănu |
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![]() Primer ministro de Rumanía |
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9 de enero de 1909-10 de enero de 1911 | ||
Predecesor | Dimitrie Alexandru Sturdza | |
Sucesor | Petre P. Carp | |
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Primer ministro de Rumanía | ||
16 de enero de 1914-9 de febrero de 1918 | ||
Predecesor | Titu Maiorescu | |
Sucesor | Alexandru Averescu | |
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Primer ministro de Rumanía | ||
14 de diciembre de 1918-1 de octubre de 1919 | ||
Predecesor | Constantin Coandă | |
Sucesor | Artur Văitoianu | |
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Primer ministro de Rumanía | ||
17 de enero de 1922-30 de marzo de 1926 | ||
Predecesor | Take Ionescu | |
Sucesor | Alexandru Averescu | |
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Primer ministro de Rumanía | ||
22 de junio de 1927-24 de noviembre de 1927 | ||
Predecesor | Barbu Ştirbey | |
Sucesor | Vintilă Brătianu | |
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Información personal | ||
Nombre en rumano | Ionel Brătianu | |
Nacimiento | 20 de agosto de 1864![]() |
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Fallecimiento | 24 de noviembre de 1927![]() |
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Causa de muerte | Enfermedad infecciosa | |
Sepultura | Rumania y Capilla funeraria "Nașterea Sf. Ioan Botezătorul" de Ștefănești | |
Nacionalidad | Rumana | |
Religión | Ortodoxo | |
Familia | ||
Padre | Ion Bratianu | |
Cónyuge | Maria Moruzi, Eliza Ştirbey |
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Hijos | Gheorghe I. Brătianu | |
Educación | ||
Educado en | Escuela Politécnica | |
Información profesional | ||
Ocupación | ingeniero | |
Partido político | Partido Nacional Liberal | |
Distinciones | ||
Ion Ionel Constantin Brătianu, también conocido como Ion Brătianu o Ionel Brătianu (para distinguirlo de su padre, Ion Brătianu), fue un importante político rumano. Nació el 20 de agosto de 1864 y falleció el 24 de noviembre de 1927.
Fue líder del Partido Nacional Liberal (PNL). Ocupó el cargo de primer ministro de Rumanía en cinco ocasiones y también fue ministro de Asuntos Exteriores varias veces.
Ionel era hijo del también político Ion Brătianu, quien fue jefe del PNL y presidente del Gobierno. Sus hermanos menores fueron Vintila y Dinu, y fue padre de Gheorghe I. Brătianu.
Después de la Primera Guerra Mundial, durante su tercer y cuarto mandato como primer ministro, Rumanía se expandió. Se unieron a ella Transilvania, Bucovina y Besarabia, formando lo que se conoció como la «Gran Rumanía». Esto era un sueño para los nacionalistas rumanos desde el siglo XIX. En 1923, fue nombrado miembro honorario de la Academia Rumana.
Contenido
Primeros años de vida
Ionel Brătianu nació en 1864 en la casa de su familia, llamada Florica, en Ștefăneşti. Este lugar está en la provincia de Argeș, a unos cien kilómetros al oeste de Bucarest, la capital de Rumanía.
Fue el tercer hijo de sus padres y el primero varón. Su familia era una de las más importantes en la política rumana, lo que marcó su vida. También era importante que su familia viviera en el campo. Pertenecían a la nobleza rural, tenían muchas propiedades y eran influyentes en su región. Sin embargo, se habían mantenido alejados de la corte y de los nobles que dominaron la política en los siglos XVIII y principios del XIX.
La familia de su madre había vivido en la región desde el siglo XV y ya entonces era parte de la pequeña nobleza. La familia de su padre era menos conocida, pero a finales del siglo XVIII también formaba parte de la nobleza rural. Uno de los abuelos de Ionel fue el noble más rico de Arges y representó a la región en la asamblea.
Ionel pasó su infancia y los primeros años de su adolescencia, hasta los catorce, en la finca familiar. La finca recibió el nombre de una hermana que había fallecido de pequeña. Aunque la familia se mudó a Bucarest en 1878, para que los hijos tuvieran una mejor educación y por el trabajo de su padre, Ionel siempre quiso mucho la casa familiar. Más tarde, la usó como lugar para descansar, lejos del ajetreo de la capital.
En esa época, era común que las familias ricas enviaran a sus hijos a estudiar a Europa occidental. Sin embargo, el padre de Ionel decidió que sus hijos se educaran en Rumanía. Así, Ionel asistió al mejor colegio de Valaquia, el Instituto Nacional de San Sava en Bucarest. Como era bueno en matemáticas y su padre quería que estudiara una carrera útil para modernizar el país, Ionel estudió ingeniería.
Educación universitaria y carrera de ingeniero
Cuando terminó la secundaria en 1882, Ionel hizo su servicio militar obligatorio de seis meses en artillería. Durante este tiempo, asistió a clases de ingeniería. En el otoño de 1883, su padre lo envió al liceo Sainte-Barbe en París. Allí tuvo que esforzarse mucho para alcanzar el nivel, que era más alto que el de su escuela en Rumanía.
En 1884, aprobó los exámenes para entrar en la Escuela Politécnica. En 1886, empezó a asistir a los cursos de la Escuela de Caminos y Puentes. Sin embargo, no aprobó el examen para entrar en la Sorbona, donde quería estudiar y doctorarse en matemáticas.

En Francia, Ionel se relacionó principalmente con rumanos que vivían allí, no tanto con franceses. En el liceo, no hizo amistades duraderas. Le interesaba mucho la cultura y las ideas de su tiempo, y siempre que podía, aumentaba su gran conocimiento de la historia. Durante sus seis años de estudios en Francia, no solo estudió, sino que también viajó mucho por Europa occidental. En la primavera de 1886, visitó Londres, que le impresionó. En el verano de 1888, estuvo en Bélgica. Después de graduarse en ingeniería en la primavera de 1889, regresó a Rumanía. Quería poner en práctica lo que había aprendido en Europa occidental.

En el otoño de 1889, empezó a trabajar para Anghel Saligny. Saligny estaba a cargo del mantenimiento de los puentes de los ferrocarriles estatales y en ese momento construía un puente sobre el Danubio en Cernavodă. Primero, Ionel se encargó de revisar los puentes existentes para decidir cuáles debían ser reemplazados. En 1891, trabajó en la construcción de nuevas líneas de tren en Moldavia. En 1891, cuando su padre falleció, su interés por la política y la insistencia de los líderes del partido liberal hicieron que dejara su carrera de ingeniero para dedicarse a la política.
Durante esta época como ingeniero, conoció a Maria Moruzi, quien sería su primera esposa. Ella era viuda de uno de los hijos de Alejandro Juan Cuza, el primer gobernante de la Rumanía moderna. En 1898, antes de casarse, tuvieron un hijo, Gheorghe Brătianu, quien más tarde sería un líder del PNL y un historiador importante. Su matrimonio fue corto, aunque ya vivían separados. En 1907, Brătianu se casó por segunda vez con Elisa Știrbei, hija del político conservador Alexandru Barbu Știrbei. Elisa era inteligente y culta, y había estado casada con otro político conservador, Alexandru Marghiloman. Fue una de las pocas personas en las que Brătianu confiaba.
Primeras actividades políticas
Ingreso en el PNL y el sistema político rumano
Ionel Brătianu se unió al PNL en 1895, un año de elecciones. Consiguió un puesto en el Parlamento de Rumanía por el distrito electoral de Gorj, que representaba a los terratenientes. Aunque no era un gran orador, el partido se aseguró de que fuera elegido.
El sistema político de Rumanía en ese momento estaba dominado por las clases ricas. Era constitucional y parlamentario, pero no democrático. La gente votaba en grupos donde los más privilegiados tenían mucha más ventaja. Incluso en 1905, solo unas noventa y tres mil personas de una población de seis millones podían votar para la Cámara Baja. Los que podían elegir senadores eran aún menos, menos de veinticinco mil.
Así, la política nacional estaba controlada por los terratenientes y la burguesía urbana. El rey tenía el poder de nombrar al presidente del Gobierno. Este, a su vez, podía manipular las elecciones para que su partido ganara. Entre 1881 y 1914, ningún Gobierno en funciones perdió las elecciones que se celebraban después de que el rey les encargara formar el gabinete. Esto se debía a que el ministro del Interior del partido en el poder organizaba las elecciones.
Ministro de diversos ramos
Brătianu subió rápidamente en el partido. En parte, esto fue gracias a un grupo de liberales influyentes llamado «lo oculto». Este grupo, liderado por Eugeniu Carada, gobernador del Banco Nacional (el más grande de Rumanía), quería usar el talento de Brătianu para controlar el partido y el país, y aplicar un plan de modernización.
Desde 1897 hasta 1909, cuando fue primer ministro por primera vez, Brătianu ocupó varios cargos ministeriales. Esto muestra su creciente importancia en el partido. Entre 1895 y 1908, hubo cinco gobiernos liberales, alternando con gobiernos del Partido Conservador. El Partido Conservador representaba a los terratenientes y apoyaba el libre comercio para exportar productos agrícolas. El PNL, en cambio, era el partido de la nueva clase media industrial, que prefería medidas para proteger la industria del país.

A principios de 1899, Brătianu apoyó la integración de los antiguos miembros del Partido de los Trabajadores Socialdemócratas de Rumanía en el PNL. Este partido socialista, muy moderado, decidió unirse al PNL para intentar lograr algunas reformas y debido a sus malos resultados en las elecciones. Brătianu quería que el partido no se limitara a una sola clase social y recuperar el espíritu más radical que tenía el partido en tiempos de su padre.
Su primer puesto como ministro fue el de Obras Públicas, que obtuvo en 1897 y de nuevo en 1901. Fue ministro de Obras Públicas (del 31 de marzo de 1897 al 30 de marzo de 1899; y del 14 de febrero de 1901 al 18 de julio de 1902). También fue ministro de Interior (del 12 de marzo de 1907 al 27 de diciembre de 1908). En 1902, fue ministro de Asuntos Exteriores y en 1907, de Interior.
Como ministro del Interior, tuvo que enfrentar la revuelta campesina de 1907. Logró controlarla y devolver la calma al país, pero con un alto costo en vidas y propiedades. Es curioso que Brătianu, quien desde el principio de su carrera se preocupó por la situación del campo y la necesidad de reformas para los agricultores, fuera quien reprimiera la rebelión con el ejército. Después de la revuelta, se preocupó aún más por la necesidad de reformar el campo rumano. Aunque defendía la propiedad privada de los terratenientes, estaba dispuesto a expropiarles si lo consideraba necesario para el bien del país, que estaba amenazado por la crisis del campo. La expropiación estaba prohibida por la Constitución.
Brătianu estaba convencido de que Rumanía necesitaba la experiencia y las inversiones de países más desarrollados para modernizar su economía. Sin embargo, temía que estos países dominaran la economía rumana. Por eso, se opuso a dar el control de cualquier sector económico a extranjeros. Para Brătianu, la política y la economía internacional eran una lucha constante entre los países desarrollados y los demás. Rumanía, como uno de estos últimos, debía defender sus intereses. Se oponía al libre comercio sin límites, pero tampoco quería que el país se aislara económicamente.
Primer mandato

El 27 de diciembre de 1908, el primer ministro liberal Dimitrie Sturdza, que estaba enfermo, renunció. Con el apoyo del grupo «lo oculto» y de otros liberales importantes, el rey le pidió a Brătianu que formara un nuevo Gobierno en enero de 1909. También se convirtió en el líder oficial del partido. Ocupó el cargo hasta el 10 de enero de 1911. Durante gran parte de este primer mandato, también fue ministro de Asuntos Exteriores y de Interior.
Para entonces, el país se había modernizado un poco: la población urbana y la industria habían crecido, y las infraestructuras se habían extendido. Sin embargo, todavía había mucho atraso. La industria nacional dependía de las importaciones y no cubría las necesidades del país. La agricultura, donde trabajaba casi el 80% de la población, seguía siendo anticuada y poco productiva. La mayoría de la gente seguía siendo pobre. Los intentos de reforma de Brătianu tuvieron que superar la oposición del rey, de los conservadores y de algunos de sus propios compañeros liberales.
Brătianu era un buen administrador y un político hábil. Se hizo famoso por su profundo conocimiento de los asuntos de los ministerios que dirigió y por aprovechar con inteligencia los logros que obtenía. Para Brătianu, su objetivo político era modernizar el país y llevarlo al nivel de las naciones de Europa occidental. Para ello, defendía la industrialización y también la reforma agraria. Creía que para que el nuevo país, que había surgido de la unión de dos principados, se consolidara, necesitaba una modernización profunda que incluyera tanto a los campesinos como a los trabajadores de las ciudades. Para lograr la armonía social que deseaba, proponía reformas políticas que permitieran a la mayoría de la población participar en la política nacional y reformas económicas que mejoraran la situación de los agricultores y evitaran una gran diferencia entre ellos y las clases ricas.
La política de Brătianu llevó al PNL a aceptar una reforma agraria. Las discusiones sobre este proyecto se extendieron hasta después de la Primera Guerra Mundial. La nueva asamblea que debía reformar la Constitución y aprobar la reforma agraria fue elegida en mayo y tenía mayoría liberal, pero el inicio de la guerra mundial detuvo el proceso. Sin embargo, el propio Brătianu tenía dudas sobre reemplazar la Constitución de Rumanía de 1866 por una Constitución completamente democrática. En 1913, convenció a su partido de aceptar un proyecto moderado de reforma de la tierra y la creación de un único colegio electoral para todas las clases sociales rumanas. Esta medida daría una representación más equilibrada a la mayoría campesina. En los meses siguientes, estas medidas fueron aprobadas por el rey Carol I e incluso por el Partido Conservador.
En política exterior, sus principales metas eran mantener el equilibrio de poder en los Balcanes y mejorar la situación de la población rumana en Transilvania. Al principio, mantuvo la orientación favorable a Alemania y la Triple Alianza, que el país había tenido desde su independencia. Esto era principalmente para proteger a Rumanía de posibles ambiciones territoriales rusas. Curiosamente, el tratado que unía a Rumanía con Alemania, Austria-Hungría e Italia desde 1883 era secreto y nunca había sido aprobado por el Parlamento. El rey y el padre de Brătianu lo habían mantenido en secreto por miedo al escándalo que podría causar entre la mayoría de los políticos rumanos, que eran favorables a Francia. Aunque personalmente prefería a Francia y al Reino Unido, Brătianu respetó la alianza secreta con Alemania y Austria-Hungría. Valoraba el poder militar de Alemania y la influencia de ambos en los Balcanes.
Otro tema importante en política exterior durante el primer mandato de Brătianu fue la independencia de Bulgaria y el temor a que se expandiera. Brătianu intentó sin éxito obtener el apoyo de Alemania y Austria-Hungría para evitarlo. La falta de apoyo de alemanes y austrohúngaros a las aspiraciones rumanas en los Balcanes, tanto en la visita oficial de Brătianu en 1909 como durante las posteriores guerras de los Balcanes, hizo que Brătianu se inclinara cada vez más hacia la Triple Entente. A pesar de esto, los conservadores, que estaban en el Gobierno desde 1911, renovaron la alianza con Alemania y Austria-Hungría por siete años más.
En julio de 1913, fue llamado a filas y participó en la corta campaña contra Bulgaria durante la segunda guerra de los Balcanes, aunque no fue al frente. Lo asignaron a un regimiento de artillería, con el grado de mayor.
Segundo mandato y Primera Guerra Mundial
Neutralidad

El 4 de enero de 1914, Brătianu volvió a ser primer ministro. Tuvo que manejar el delicado asunto de los derechos de la población judía, que tradicionalmente había sido discriminada. Contaban con el apoyo de varios países europeos. Como ya había hecho su padre, Brătianu rechazó lo que consideraba intromisiones de otros Estados en un asunto interno de Rumanía. El objetivo principal de este segundo mandato fue lograr la unificación nacional. Al volver a la presidencia del Gobierno, Brătianu mejoró de inmediato las relaciones con Francia y Rusia, con el visto bueno del rey. Sin embargo, mantuvo una actitud cautelosa, sin romper relaciones con los Imperios Centrales ni aliarse con la Triple Entente.
El inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914 provocó un gran debate en la sociedad rumana. Los conservadores dudaban entre la neutralidad y unirse a los Imperios Centrales (con los que Rumanía tenía varios acuerdos). El PNL, en cambio, prefería aliarse con los países de la Triple Entente. La presión de ambos bandos sobre Brătianu fue constante durante los dos años de neutralidad rumana.

En el consejo real del 3 de agosto de 1914, todos los participantes, excepto el rey y otro miembro del consejo, se mostraron a favor de mantener la neutralidad. Esto fue a pesar de la alianza secreta que unía a Rumanía con los Imperios Centrales. Brătianu dijo a los representantes de estos que estaba dispuesto a entrar en la guerra de su lado una vez que la opinión pública y el ejército lo permitieran. Declaró que no impediría un posible ataque búlgaro a Serbia. Al mismo tiempo, rechazó una oferta rusa de obtener Transilvania si entraba en la guerra del lado de la Entente. Brătianu quería esperar a ver el resultado de las primeras grandes batallas antes de actuar.
La muerte del rey el 10 de octubre y la llegada al trono de Fernando I, quien era favorable a Alemania pero débil, desanimaron a los Imperios Centrales. Vieron cómo la política exterior rumana quedaba completamente bajo el control de Brătianu, quien claramente apoyaba a la Entente. El 23 de septiembre, Rumanía firmó un acuerdo con Italia, que también era neutral, deseaba territorios austrohúngaros, pertenecía a la Triple Alianza y no había entrado en guerra.
El comienzo de la guerra afectó mucho a la economía rumana. Perdió los importantes mercados de Europa oriental debido al bloqueo otomano de los estrechos del mar de Mármara y parte de la crucial inversión extranjera. Para controlar los efectos del conflicto en la economía, Brătianu aumentó el control del Estado sobre ella.
La derrota alemana en la batalla del Marne y los grandes avances rusos en Galitzia y Bucovina hicieron que aumentaran mucho los deseos de la opinión pública (burguesa y poco representativa de la población, que era 80% analfabeta) de entrar en guerra contra el Imperio austrohúngaro. Sin embargo, Brătianu controló a los más entusiastas. Aunque decidió desde las primeras victorias de la Entente que entraría en la guerra de su lado, decidió hacerlo cuando el país estuviera preparado y lo considerara más conveniente. En los primeros meses de la guerra, el ejército estaba en muy mal estado y su único plan de ataque era contra Rusia, no contra Austria-Hungría. Por eso, Brătianu comenzó las conversaciones diplomáticas para preparar el terreno y llegó a un acuerdo con Italia para llevar una política similar a finales de septiembre.
A principios de octubre, logró que Rusia garantizara el territorio rumano y reconociera los derechos de Rumanía sobre las provincias austrohúngaras con mayoría rumana, solo por mantener su neutralidad, sin necesidad de entrar en guerra. El mismo mes, ordenó la compra de material de guerra en occidente. En enero de 1915, ordenó la preparación de un plan de ataque contra el Imperio austrohúngaro.
El rey Carol I impidió la alianza con la Triple Entente hasta su muerte en octubre de 1914. Incluso llegó a considerar abdicar y exiliarse llevándose al heredero. Con la llegada al trono de Fernando I (quien fue un aliado político de Brătianu durante toda su vida), el Gobierno rumano inició negociaciones secretas con la Triple Entente. La condición era que la participación rumana en la guerra le permitiera anexar las tierras con mayoría rumana dentro del Imperio austrohúngaro. El nuevo rey, indeciso e inexperto, dejó la política exterior en manos de Brătianu.
A pesar de los intentos de coordinar su política con la italiana, los italianos no informaron a Brătianu de sus negociaciones, que terminaron con el Tratado de Londres en abril. Entonces, Brătianu decidió presentar por separado las demandas rumanas el 3 de mayo en San Petersburgo. Las peticiones rumanas parecieron exageradas al Gobierno ruso. Sin embargo, Rusia tuvo que aceptarlas a finales de julio, debido a los graves problemas en el frente (ver ofensiva de Gorlice-Tarnów). A cambio, Rumanía debía entrar en guerra en menos de cinco semanas. Los grandes avances de los Imperios Centrales, con la toma de Varsovia el 3 de agosto, hicieron que Brătianu decidiera retrasar la entrada en el conflicto.
Las Potencias Centrales intentaron sin éxito que Brătianu permitiera el suministro de municiones al Imperio otomano, donde escaseaban. En la segunda mitad del año, con la iniciativa claramente en manos de los Imperios Centrales, Brătianu decidió, a pesar de las críticas de los más entusiastas partidarios de la Entente, mantener la neutralidad y no intervenir ante el ataque búlgaro a Serbia que terminó con su ocupación. Al mismo tiempo, permitió la continuación de la exportación de grano a los Imperios, que se había detenido en 1914. Impuso altos impuestos que aumentaron sustancialmente las reservas de oro del país. La Entente reaccionó intentando comprar el resto de la cosecha rumana y obtuvo una gran cantidad, para disgusto de Alemania.
En 1916, Brătianu negoció las condiciones militares para que su país entrara definitivamente en la guerra. Estas fueron principalmente la seguridad de un suministro de material de guerra y la neutralización de Bulgaria. Primero solicitó doscientos mil soldados rusos y luego una fuerte ofensiva desde el frente de Salónica, además de una ofensiva general en los demás frentes. La Ofensiva Brusilov no permitía a los rusos ceder tantas tropas, y los anglo-franceses tardaron en estar listos para atacar desde Salónica, lo que retrasó el acuerdo. Este se firmó finalmente el 17 de agosto en Bucarest. El 26, el representante rumano en Viena presentó la declaración de guerra a los austrohúngaros. Brătianu pensó que no podía retrasar más su entrada en la guerra si quería lograr sus objetivos territoriales. Los problemas del Imperio austrohúngaro podrían hacer que pidiera la paz, lo que acabaría con las esperanzas del Gobierno rumano de quitarle sus provincias con población rumana.
En guerra

Los primeros avances militares en Transilvania fueron detenidos por la contraofensiva de las Potencias Centrales. Estas invadieron Oltenia y Valaquia, ocuparon Bucarest y obligaron al Gobierno rumano a refugiarse en Iasi a finales de 1916. Moldavia fue la única región que quedó bajo administración rumana. El país dependió de la ayuda militar del Imperio ruso y, después, del Gobierno provisional ruso, tras la caída del zar.
Sin embargo, el ejército rumano logró detener la ofensiva de las Potencias Centrales en las batallas de Mărășești, Mărăști y Oituz. Esta situación cambió con la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia y la firma del Tratado de Brest-Litovsk entre el Gobierno bolchevique y las Potencias Centrales. Rumanía se quedó sin apoyo, acordó un armisticio y luego firmó el Tratado de Bucarest en mayo de 1918.
Mientras tanto, Brătianu había sido reemplazado por un Gobierno de crisis liderado por el general Alexandru Averescu. A este le sucedió pronto Alexandru Marghiloman, elegido para negociar la paz con Alemania porque tenía contactos personales con el Gobierno alemán. Sin embargo, el Gobierno rumano nunca llegó a aprobar el Tratado de Bucarest de 1918 y de hecho lo anuló en octubre de ese año, continuando el conflicto del lado de la Triple Entente. En noviembre, el armisticio de Compiègne con el Imperio alemán anuló el tratado.
Periodo de entreguerras
Tercer gobierno y el apoyo de Alexandru Averescu
El miedo a los problemas sociales, que habían causado incidentes como una huelga general en Bucarest en diciembre de 1918, provocó la caída del gobierno de Constantin Coanda. Brătianu volvió a ser jefe de Gobierno en noviembre de ese año. Aunque aprobó las reformas electorales y agrarias que había prometido durante la guerra, retrasó la convocatoria de elecciones. Temía perderlas debido a la situación inestable de la posguerra y la competencia de los partidos de las nuevas regiones y los que defendían los intereses de los campesinos.
Presidió la delegación rumana en la Conferencia de Paz de París de 1919. Allí defendió la unión de Transilvania y Bucovina con Rumanía y las demás demandas que se habían negociado en 1916. Aunque logró la anexión de ambas regiones en 1919, ignorando negociaciones previas, anunció que no aceptaría renunciar a los territorios con mayoría rumana que habían pasado a formar parte del reino de Yugoslavia. Sin embargo, Rumanía había logrado anexar otros territorios. La guerra contra los bolcheviques de Rusia le había permitido anexar Besarabia. Brătianu renunció el 27 de septiembre de 1919, con permiso del rey, quien formó un gabinete técnico liderado por un general.
En las elecciones que se convocaron después, las primeras sin control del gobierno en la historia de Rumanía, los liberales perdieron la mayoría de sus puestos en el antiguo territorio del reino. Poco después, se formó un nuevo Gobierno de coalición entre el Partido Campesino y el Partido Nacional. Estos dos partidos fueron los más beneficiados por el sufragio universal: el primero obtuvo 119 puestos y el segundo, 61. Los liberales apenas obtuvieron 103 de los 568 puestos del Parlamento (con el 22% de los votos). El antiguo rival de los liberales, el Partido Conservador, desapareció. Fue la primera vez que el partido en el Gobierno perdía unas elecciones.

Pronto, el Partido Nacional Liberal de Brătianu empezó a tener problemas debido a las nuevas realidades políticas de la “Gran Rumanía”. La alianza del Partido Nacional Rumano (un grupo con mayoría de Transilvania) y del Partido Campesino permitió la formación del Gobierno de Alexandru Vaida-Voevod en diciembre de 1919. Estos partidos defendían una reforma radical de la tierra, lo que causó continuos debates y enfrentamientos en el Parlamento. La oposición a las reformas que pudo aprobar, la falta de unidad en la liga de partidos y la falta de un plan claro de cambios económicos y sociales debilitaron al nuevo gabinete y finalmente provocaron su caída después de unos pocos meses.
Al mismo tiempo, el Partido del Pueblo, un fuerte movimiento popular liderado por el general Alexandru Averescu, empezó a apoyar una reforma urgente de la propiedad de la tierra. Acusó a los políticos del PNL de las dificultades económicas del país. Ante la necesidad de buscar aliados para consolidar su influencia en el nuevo país, Brătianu se acercó a Averescu. Le ofreció apoyarlo para formar un gabinete a cambio de que moderara las medidas que exigía. Después de llegar a un acuerdo con Averescu, Brătianu convenció al rey para que le encargara al general formar Gobierno, lo que hizo el 13 de marzo de 1920. El objetivo de Brătianu era doble: quitar del poder al Bloque Parlamentario (la alianza de nacional-rumanos y campesinos), al que consideraba incapaz de afrontar los problemas del país y demasiado radical, y preparar su propio regreso al poder.
Cuarto mandato
Ruptura con Averescu
Brătianu esperaba que Averescu solo aplicara las medidas de los liberales y preparara su regreso a la presidencia del Gobierno. Pero cuando el general actuó de forma independiente y se aferró al poder, la relación entre ellos empeoró. Brătianu organizó una campaña contra Averescu, obteniendo el apoyo de toda la oposición y del propio rey.
El PNL retiró su apoyo al Partido del Pueblo después de encontrar una alianza política más conveniente con un gobierno liderado por Take Ionescu. Brătianu volvió a ser primer ministro el 19 de enero de 1922 y mantuvo el cargo hasta el 30 de marzo de 1926.
Legislación, desarrollo y atraso
Durante el cuarto mandato de Brătianu, se aprobó la Constitución rumana de 1923. Esta Constitución confirmaba el sufragio universal (derecho a voto para todos) y otorgaba derechos individuales, pero no colectivos, a las minorías étnicas, definiendo las leyes de 1918. La nueva Constitución generó sospechas entre los políticos de Transilvania, que desconfiaban de un Parlamento dominado por valacos y moldavos, especialmente porque la Constitución fue aprobada por un solo voto de diferencia en el Parlamento. Básicamente, la nueva Constitución era una actualización de la Constitución rumana de 1866 y extendió el control del Gobierno central a los nuevos territorios rumanos. Reflejando la visión unida y nacionalista que Brătianu tenía del país, la nueva ley fundamental ignoró por completo los compromisos del país sobre la protección de los derechos culturales y políticos de las numerosas minorías.
Al mismo tiempo, el Gobierno del PNL llevó a cabo una reforma agraria a nivel nacional entre 1918 y 1921. Esta reforma se hizo por dos razones principales: económica (mejorar la producción, aumentar la cantidad de alimentos y materias primas para la industria) y política (evitar posibles revueltas y mejorar la unión social del país). Aunque la reforma agraria cambió mucho la propiedad de la tierra (un millón cuatrocientos mil agricultores recibieron en total unos seis millones de hectáreas expropiadas a sus dueños anteriores), no resolvió los graves problemas del campo rumano. El rápido aumento de la población, la continua división de las tierras, la inestabilidad de los mercados agrícolas internacionales y la política económica de los liberales, que se centraba en la industria y no en la agricultura, contribuyeron a que el campo siguiera atrasado.
Los objetivos de Brătianu seguían siendo los mismos que en mandatos anteriores: unir el país, modernizar su economía, mejorar la educación y la cultura de la gente, asegurar la nación e integrarla en la política europea. Sin embargo, la situación era muy diferente de lo que Brătianu deseaba. El 78% de los dieciséis millones de habitantes seguía dependiendo de la agricultura, que era atrasada y poco productiva. Rumanía seguía dependiendo de Europa occidental, que era a la vez el mercado para sus productos agrícolas y la fuente de productos manufacturados y de inversión.
Convencido de que el Estado debía acelerar la modernización, Brătianu intentó controlarla a través del PNL. Aunque el PNL se presentaba como un reflejo de toda la sociedad, en realidad era un partido de la alta burguesía, dominado por unas pocas familias con intereses en la banca y la industria. Decidido a impulsar la industrialización como forma de modernizar la nación, aplicó un sistema en el que el Estado no solo invertía en industria, sino que también creaba leyes para fomentar su crecimiento y su control por parte de rumanos. Aunque esto ayudó al crecimiento de la industria, no logró eliminar la dependencia del capital extranjero.
Política internacional

La política internacional de Brătianu se centró en mantener los territorios que Rumanía había ganado después de la Primera Guerra Mundial. Para ello, intentó mantener el apoyo de los países que se habían beneficiado de la guerra, especialmente de Francia. Con Francia, firmó un tratado de alianza limitado en 1926, en el que los franceses se negaron a incluir ayuda militar. El poco interés de Francia por Rumanía continuó hasta finales de la década de 1930.
Los intentos de Brătianu de limitar la influencia de las grandes potencias en la región y de fortalecer el papel de Rumanía en los asuntos de la zona fracasaron. Ni la nueva Sociedad de Naciones ni la Pequeña Entente cumplieron las expectativas del político rumano. Por su parte, tanto Hungría como la Unión Soviética se negaron a aceptar la pérdida de Transilvania y Besarabia y mantuvieron relaciones tensas con Rumanía.
Dominio político
El PNL, con Ion Brătianu al frente, dominó la política rumana desde 1922 hasta 1928 (excepto un corto período entre marzo de 1926 y junio de 1927). Ejerció una gran influencia sobre el rey Fernando I, incluso sin tener mucho apoyo popular (prácticamente nulo en Transilvania y Besarabia). Este poder se debió en parte a la incapacidad de la oposición para mantenerse unida y en parte al control de las elecciones y la represión policial, a menudo justificada con la excusa de combatir el comunismo. En marzo de 1922, los liberales habían aumentado sus diecisiete escaños de 1920 a doscientos sesenta, lo que llevó a la oposición a denunciar la falta de transparencia en la votación y a retirarse del Parlamento.
El 28 de diciembre de 1925, el príncipe Carol renunció al trono después de negarse a dejar a su pareja, con quien había viajado al extranjero. La relación entre Brătianu y Carol había sido mala, y se creyó que Brătianu había obligado al rey a desheredar al príncipe, una acción que la oposición no aprobó.
La ley electoral de 1926
En febrero, las elecciones municipales mostraron la falta de apoyo del PNL, especialmente donde sus métodos de presión eran menos efectivos. En la última sesión del Parlamento antes de las elecciones nacionales, el PNL cambió la ley electoral. Adoptó una ley similar a la ley de Mussolini de 1923: el partido que obtuviera al menos el 40% de los votos conseguiría la mayoría absoluta (el 50% de los escaños más un porcentaje del resto igual al obtenido en votos). Los demás grupos se repartían proporcionalmente el resto de escaños, y los que obtenían menos del 2% de los votos quedaban fuera del Parlamento.
Dada la costumbre rumana de que el Gobierno nombrado por el rey convocara las elecciones, y no que el Gobierno surgiera de ellas, además de la poca transparencia habitual en estas, la nueva ley se convirtió en una herramienta para que el Gobierno se mantuviera en el poder. Brătianu esperaba que la nueva ley le permitiera controlar el Parlamento, como ya había logrado hacer con la administración del Estado.
Segundo pacto con Averescu

El 22 de marzo de 1926, Brătianu renunció y fue sucedido como primer ministro por el general Averescu. El rey le encargó formar el nuevo gabinete, se cree que por consejo de Brătianu, lo que decepcionó al resto de la oposición. Una vez más, Brătianu esperaba que Averescu fuera poco más que un títere de los liberales, dispuesto a aplicar sus medidas y a retirarse cuando el líder liberal decidiera volver a ser primer ministro.
Las elecciones de mayo de 1926 confirmaron el ascenso del futuro Partido Nacional Campesino (creado a partir de la colaboración del Partido Nacional Rumano y el Partido de los Campesinos, que se unirían ese mismo año). Esto ocurrió a pesar de la presión especial de Averescu para lograr la mayoría, que incluyó la detención de candidatos, la obstaculización de sus actividades y el uso de la policía.
En ese momento, el PNL pensó que el gobierno del general convenía a sus propios objetivos políticos. Sin embargo, las negociaciones de Averescu para el regreso del príncipe Carol, quien había renunciado al trono, y su intento de aliarse con el nuevo Partido Nacional Campesino (que fracasó), ante la inminente muerte del rey, hicieron que Brătianu le retirara el apoyo al general. Brătianu prefirió apoyar un amplio gobierno de coalición dirigido por Barbu Stirbey, cuñado de Brătianu, el 4 de junio de 1927. Una vez más, Averescu había mostrado demasiada autonomía respecto a los liberales y una preocupante tendencia a quedarse en el cargo, en contra de lo que Brătianu esperaba.
Quinto mandato
Después del breve gobierno de Stirbey, que no logró que Maniu aceptara ser socio minoritario en una plataforma con el PNL, este retiró el apoyo al primer ministro. El 22 de junio de 1927, Brătianu comenzó su quinto y último mandato al frente del Consejo de Ministros por encargo del monarca. Después de manipular las elecciones de julio de 1927, como era habitual (en las que su partido obtuvo 298 de los 387 escaños), logró deshacerse de Iorga y Averescu y arrinconar a Maniu.
La posición de los liberales se debilitó, sin embargo, por la muerte del rey el 20 de julio. Le sucedió su nieto Miguel. Como este era menor de edad, se estableció una regencia. Como la petición de Maniu de que se celebraran elecciones inmediatamente fue ignorada, este comenzó una campaña para desacreditar al Gobierno.
Cada vez más enfermo, en el otoño comenzó a sufrir desmayos frecuentes. Murió el 24 de noviembre en Bucarest, debido a complicaciones de laringitis. Fue reemplazado como primer ministro por su hermano Vintila Bratianu hasta la convocatoria de elecciones. Fue enterrado en la capilla familiar en Florica.
Ninguno de los sucesores de Brătianu al frente del partido fue capaz de mantener la unión de este ni la influencia política que él tenía.
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Véase también
En inglés: Ion I. C. Brătianu Facts for Kids