Ion Antonescu para niños
Datos para niños Ion Antonescu |
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![]() Conducător de Rumanía |
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6 de septiembre de 1940-23 de agosto de 1944 | ||
Monarca | Carlos II (1940) Miguel I (1940-1947) |
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Primer ministro | Él mismo | |
Predecesor | Cargo creado | |
Sucesor | Cargo abolido | |
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![]() Primer ministro de Rumanía |
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4 de septiembre de 1940-23 de agosto de 1944 | ||
Monarca | Carlos II (1940) Miguel I (1940-1944) |
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Vice primer ministro | Mihai Antonescu | |
Predecesor | Ion Gigurtu | |
Sucesor | Constantin Sănătescu | |
Líder | Él mismo | |
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![]() Ministro de guerra de Rumanía |
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28 de diciembre de 1937-30 de marzo de 1938 | ||
Primer ministro | Octavian Goga Miron Cristea |
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Predecesor | Constantin Ilasievici | |
Sucesor | Gheorghe Argeșanu | |
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4 de septiembre de 1940-27 de enero de 1941 | ||
Primer ministro | Él mismo | |
Predecesor | Constantin Nicolescu | |
Sucesor | Iosif Iacobici | |
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22 de septiembre de 1941-23 de enero de 1942 | ||
Primer ministro | Él mismo | |
Predecesor | Iosif Iacobici | |
Sucesor | Constantin Pantazi | |
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Información personal | ||
Nombre en rumano | Ion Victor Antonescu | |
Nacimiento | 2 de junio de 1882 Piteşti, Reino de Rumanía |
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Fallecimiento | 14 de junio de 1946 Jilava, Rumanía |
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Causa de muerte | Herida por arma de fuego | |
Nacionalidad | Rumano | |
Religión | Ortodoxo rumano | |
Familia | ||
Cónyuge | Raşela Mendel (div.) Maria Antonescu - n. Niculescu, f. Cimbru, f. Fueller |
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Educación | ||
Educado en | Escuela Especial Militar de Saint-Cyr | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar | |
Años activo | hasta 1944 | |
Rama militar | Fuerzas Terrestres Rumanas | |
Rango militar | Mariscal | |
Conflictos | Primera Guerra Mundial, Revuelta de 1907 (Rumanía), Segunda Guerra de los Balcanes, Guerra húngaro-checoslovaca y Segunda Guerra Mundial | |
Partido político | Guardia de Hierro (temporalmente) | |
Distinciones |
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Ion Antonescu (nacido en Piteşti el 2 de junio de 1882 y fallecido en Jilava el 1 de junio de 1946) fue un militar y político rumano. Gobernó Rumanía con amplios poderes entre septiembre de 1940 y agosto de 1944. Durante este tiempo, su país fue un aliado cercano del Eje en la Segunda Guerra Mundial.
Antonescu fue considerado responsable de la muerte de cientos de miles de personas. Por ello, fue juzgado y ejecutado en 1946.
Nació en 1882 en una familia con tradición militar. Participó en la Primera Guerra Mundial y fue agregado militar en Europa occidental en la década de 1920. Como oficial, tuvo un papel importante en la defensa rumana en 1916-1917 y en la victoria contra la República Soviética Húngara en 1919. A finales de los años 20, dirigió la escuela del Estado Mayor, donde se ganó el respeto de muchos jóvenes oficiales.
En 1934, fue nombrado jefe del Estado Mayor rumano. Sin embargo, tuvo desacuerdos con el rey Carlos II, especialmente por la corrupción. Esto llevó a su destitución, pero su prestigio en el ejército no disminuyó. Era conocido por su disciplina y honestidad. Fue Ministro de Defensa a finales de 1937, pero renunció poco después. Se mantuvo alejado de la política hasta el verano de 1940.
Antonescu criticó las pérdidas de territorio de Rumanía en 1940. Llegó al poder durante la crisis que esto causó, que también terminó con el reinado de Carlos II. Gobernó con amplios poderes hasta agosto de 1944. Al principio, formó una alianza con la Guardia de Hierro, pero esta no funcionó bien. En enero de 1941, Antonescu puso fin a esta alianza, con el apoyo de Alemania.
Rumanía participó en la invasión de la URSS junto a Alemania. Antonescu se negó a detener el avance de las tropas rumanas después de recuperar Bucovina y Besarabia. Cuando la guerra empezó a ir mal para el Eje, permitió contactos con los Aliados, pero no tuvieron éxito. Con los ejércitos soviéticos cerca de Rumanía, el rey Miguel lo destituyó y arrestó en agosto de 1944. Poco después, Rumanía pidió la paz.
Antonescu fue responsable de la muerte de muchas personas en Bucovina, Besarabia y Transnistria. Sin embargo, la mayoría de las personas de Valaquia y Moldavia sobrevivieron. Esto se debió a su decisión de posponer sus deportaciones a finales de 1942.
Contenido
Los primeros años de Ion Antonescu
Formación militar y conflictos
Ion Antonescu nació en una familia de clase media con tradición militar en Pitești, al sur de Rumanía, el 2 de junio de 1882. Su padre, también militar, falleció pronto. Fue criado por su madre y un tío, que también era militar y tuvo una gran influencia en él.
Su relación con el ejército comenzó temprano. Se graduó con excelentes notas de la escuela de hijos de militares en Craiova en 1902 y de la preparatoria para oficiales en 1904. En 1906, se graduó como el mejor de su promoción en la Academia de Caballería de Tirgoviste.
En 1907, al mando de una pequeña unidad de caballería, participó en la represión de una revuelta campesina. Su forma de actuar en esa crisis fue admirada por el rey. En mayo de 1908, fue ascendido a teniente. Entre 1911 y 1913, asistió a la Escuela Superior de Guerra en Bucarest, donde se graduó como capitán. Ese mismo año, participó en la segunda guerra balcánica como oficial del Estado Mayor. Fue uno de los pocos oficiales en recibir la más alta condecoración militar rumana de la época en este conflicto.
Durante la Primera Guerra Mundial, en la que Rumanía entró en 1916, fue nombrado jefe de operaciones del Ejército del Norte. Dirigió los avances rumanos en Transilvania. Tuvo un papel importante en la defensa de la capital en noviembre de 1916. En diciembre, se convirtió en jefe de operaciones del Ejército, ya como mayor. Contribuyó notablemente a la estrategia que permitió al ejército rumano repeler una ofensiva en 1917. Fue ascendido a teniente coronel y siguió siendo un colaborador cercano del general Prezan. Se opuso a la firma de la paz con los Imperios Centrales, lo que lo apartó temporalmente del mando. Regresó en el otoño de 1918, poco antes del fin de la guerra.
Más tarde, planeó la guerra contra la República Soviética Húngara. Esta campaña terminó con éxito con la toma de Budapest y el fin del régimen comunista. El rey Fernando reconoció sus méritos en la guerra mundial y en la campaña húngara. Aunque no era muy querido por sus compañeros, se le consideraba un militar excelente y muy honesto.
Carrera y personalidad
Después de la desmovilización del ejército en 1920, se le encargó la dirección de la Escuela Especial de Caballería en Sibiu. Logró poner en marcha la escuela a pesar de los pocos recursos.
En 1921, pasó un tiempo en Francia, donde asistió a un curso de espionaje. Antonescu era muy trabajador y capaz, pero también mostraba defectos. Un agregado militar francés lo describió como "extremadamente trabajador, de gran valor militar, pero muy vanidoso, nacionalista y desconfiado de los extranjeros".
Otro general francés lo describió en 1922 como "inteligente, directo, astuto, muy arrogante, con una gran voluntad de éxito. Estas son, junto con una gran desconfianza hacia los extranjeros, las características más notables de este personaje".
Fue enviado como agregado militar a París en el otoño de 1922. También fue nombrado agregado para el Reino Unido y Bélgica en 1923. Allí, se hizo amigo del embajador rumano, Nicolae Titulescu. A principios de 1924, solo representó a Rumanía en el Reino Unido, donde fue bien recibido. Se casó con su primera esposa en Francia, pero se divorciaron antes de que regresara a Rumanía.
Regresó a Rumanía a finales de 1926. Se le puso a cargo de una escuela militar de caballería y un regimiento. Se casó con Maria Niculescu en 1928. Fue brevemente secretario de Estado del Ministerio de Guerra ese mismo año. Presidió la escuela del Estado Mayor entre 1927 y 1929, y de nuevo entre 1931 y 1933. Allí se ganó el respeto de una nueva generación de oficiales.
Jefe del Estado Mayor y reformas
Fue ascendido a general de brigada en 1931. El 12 de diciembre de 1933, fue nombrado jefe del Estado Mayor. El nuevo primer ministro, Ion G. Duca, le encargó reformar el ejército. Antonescu priorizó la modernización del ejército, que consideraba incapaz de defender el país. Un estudio que encargó mostró que el ejército apenas podía desplegar diez divisiones en caso de guerra. Esto llevó a la aprobación de un plan de rearme en 1935.
Renunció en diciembre de 1934 por desacuerdos con el nuevo ministro de Defensa. También tuvo problemas con el rey por ascensos injustos de militares cercanos a la corte. Durante esta época, Antonescu veía a la Guardia de Hierro como "poco seria", aunque compartía su rechazo hacia los judíos. Antonescu no tenía apoyo político y no podía unirse a ningún partido. Despreciaba la democracia parlamentaria rumana, que creía que ponía en peligro la defensa del país.
Alejado del ejército
Después de dejar el Estado Mayor a finales de 1934, pasó cuatro años sin mando. Se negó a participar en política, aunque los partidos de oposición querían su apoyo. Al principio, no quería reunirse con Codreanu, líder de la Guardia de Hierro. Sin embargo, la intervención de amigos y la aparente renuncia de la Guardia a la violencia lo convencieron. Tuvo contactos con políticos de derecha, aunque él era conservador y prefería la alianza con Francia y Gran Bretaña.
Ministro de Defensa
A finales de 1937, el rey Carlos II encargó a Octavian Goga formar un nuevo gobierno. Goga insistió en nombrar a Antonescu ministro de Defensa. Aunque al principio Antonescu y el rey se negaron, Antonescu aceptó el Ministerio de Comunicaciones. Luego, el rey cambió de idea y le dio el Ministerio de Defensa. Uno de sus primeros actos fue asegurar al agregado militar francés que Rumanía mantendría su alianza con Francia.
Antonescu se reunió con Codreanu, quien prometió abandonar la violencia política. Sin embargo, los enfrentamientos entre la Guardia y otros grupos continuaron. Antonescu intentó aplicar la ley marcial, pero no pudo detener los choques. El rey lo usó para negociar con Codreanu, pero este se negó a ceder el control de la Guardia. Antonescu prometió a Codreanu protegerlo si el rey atacaba a su grupo. Codreanu se retiró de la campaña electoral en febrero de 1938.
El acuerdo entre Goga y Codreanu no fue aprobado por el rey. El monarca despidió a Goga e impuso una monarquía con un gobierno liderado por Miron Cristea. Antonescu siguió como ministro de Defensa. El rey abolió los partidos políticos. Antonescu, contrario a las acciones contra Codreanu, renunció el 29 de marzo de 1938.
Gobierno con amplios poderes
Represión y crisis europea

Durante su tiempo como ministro de Defensa, Antonescu notó el mal estado del ejército rumano. Fue una figura clave en el rearme del país.
Cuando el rey ordenó disolver los partidos políticos, Codreanu no se resistió. Sin embargo, Codreanu fue acusado de difamación y Antonescu testificó en su defensa. Codreanu fue condenado. Antonescu fue arrestado brevemente y luego enviado a un mando menor. El rey intentó desacreditarlo, pero esto solo aumentó el prestigio de Antonescu en el ejército.
Antonescu se volvió escéptico sobre la alianza con Francia y Gran Bretaña. Creía que Rumanía debía acercarse a Alemania debido a su creciente poder. Permaneció alejado del poder hasta 1940. Un observador británico lo describió en mayo de 1940 como un hombre de gran integridad, respetado en el ejército, al que se recurriría en una gran crisis.
El 29 de noviembre de 1938, fue destituido de su mando. Durante los siguientes dos años, no recibió ningún puesto.
Crisis de 1940

En junio de 1940, la Unión Soviética exigió la entrega de Besarabia y el norte de Bucovina. Rumanía tuvo que ceder. El rey ordenó el arresto de Antonescu el 12 de julio. Antonescu había aconsejado al rey oponerse a las demandas soviéticas. Amigos de Antonescu lograron la intervención de representantes alemanes para evitar su asesinato. El rey liberó a Antonescu el 11 de julio y lo internó en un monasterio.
La aceptación de las pérdidas territoriales por el rey llevó a una situación difícil. La Guardia de Hierro organizó manifestaciones pidiendo la abdicación del rey. El 1 de septiembre, Antonescu acordó formar un nuevo gobierno si el rey abdicaba. El 3 de septiembre, el rey llamó a Antonescu, pero este no aceptó el ofrecimiento porque el rey no quería darle poderes absolutos.
El 4 de septiembre, ante el aumento de las manifestaciones, el rey llamó de nuevo a Antonescu. Esta vez, Antonescu aceptó formar gobierno con los "poderes necesarios". El rey quería usar el prestigio de Antonescu para calmar el descontento popular. El anuncio fue bien recibido. Los líderes de los principales partidos se negaron a unirse al gobierno antes de la abdicación del rey.
El 5 de septiembre, Antonescu recibió el apoyo alemán. El embajador alemán le recomendó gobernar con amplios poderes. En la madrugada del 5 de septiembre, el rey Carlos II delimitó los poderes que mantendría y los que daría a Antonescu. También abolió la Constitución y disolvió el Parlamento. La Guardia de Hierro continuó sus protestas.
Finalmente, el rey Carlos II abdicó en su hijo de 19 años, Miguel, el 6 de septiembre. El nuevo rey concedió plenos poderes a Antonescu, nombrándolo "caudillo del Estado rumano". Antonescu tuvo desde entonces poderes muy amplios. El general convirtió al nuevo rey en una figura ceremonial, concentrando todo el poder político en sí mismo.
El gobierno de Antonescu
Alianza con la Guardia de Hierro
Un gobierno con tensiones

Antonescu no tenía que rendir cuentas a ningún organismo político. Dirigía el Estado mediante decretos. Los decretos reales de 1940 le dieron el poder legislativo y ejecutivo. Ni el Parlamento ni el Consejo de Ministros controlaban sus acciones. Los poderes del monarca se redujeron mucho.
El general intentó formar un gobierno de unidad nacional con dos partidos importantes y la Guardia de Hierro, pero no tuvo éxito. Los líderes de los partidos tradicionales se negaron a unirse. El 14 de septiembre, Antonescu formó un gobierno con la Guardia de Hierro. Él fue presidente y Horia Sima, líder de la Guardia, vicepresidente. Ese mismo día, Rumanía fue declarada "Estado Nacional Legionario", con la Guardia como único partido reconocido.
Antonescu no confiaba en los líderes de la Guardia, a quienes consideraba incapaces. Sin embargo, les dio importantes responsabilidades, como el control de la prensa, la propaganda y ministerios clave. Los representantes alemanes, preocupados por la economía, pidieron a Antonescu que mantuviera a la Guardia alejada de los ministerios principales. Los ministerios de economía, justicia, agricultura y fuerzas armadas quedaron en manos de militares o técnicos.
Desde el principio, este gobierno de coalición tuvo tensiones. Ambos grupos intentaron extender su poder. Antonescu rechazaba los deseos de Sima de imponer un modelo similar al de Alemania. Él quería imponer orden y disciplina en el país.
Desacuerdos y ruptura
El país estaba en una profunda crisis política y económica. Las pérdidas de territorio causaron problemas económicos: menos cosechas, escasez de alimentos, desorganización industrial y una gran inflación. También hubo una avalancha de refugiados. A principios de noviembre, un terremoto devastador afectó el sur del país.
Los miembros de la Guardia de Hierro intentaron tomar el control del país. La administración pública quedó bajo su control. La Guardia intentó ganar apoyo popular con campañas en todo el país. Impulsaron proyectos de ayuda social que tuvieron apoyo. Sin embargo, también hubo abusos y violencia. Intentaron controlar la policía y el ejército, pero Antonescu limitó su influencia en el ejército.
La Guardia, al controlar el Ministerio de Economía, intentó manejar la economía. Esto tuvo malas consecuencias, empeorando la crisis. Se crearon "comisiones de rumanización" para controlar empresas importantes. Esto llevó a caos en la producción, saqueo de negocios y corrupción.
Antonescu se opuso a la violencia interna. Intentó mantener la estabilidad y suavizar algunas medidas contra las minorías. Condenó los desórdenes que, en su opinión, dañaban la imagen del país. Sin embargo, los abusos de la Guardia aumentaron. Las confiscaciones, secuestros y maltratos eran comunes. La violencia afectaba no solo a las minorías, sino también a opositores políticos.
En noviembre de 1940, la Guardia de Hierro asesinó a varios políticos importantes del régimen anterior. La noche del 26 de noviembre, ocurrió la matanza de la cárcel de Jilava, donde fueron asesinados sesenta y cuatro presos. Antonescu se opuso a estas acciones y estableció un tribunal para investigar la represión anterior. Los disturbios de la Guardia tampoco gustaban a los alemanes. Los eventos de noviembre eliminaron cualquier posibilidad de acuerdo entre Antonescu y la Guardia. La relación entre ellos empeoraba.
Antonescu, que buscaba el "orden legal", emitió decretos contra las infracciones al orden público. Estas medidas eran una respuesta a las matanzas de la Guardia. Sin embargo, no tuvieron efecto. Antonescu contaba con el apoyo del ejército y los partidos tradicionales. La posición alemana era ambigua. Antonescu solicitó una reunión con Hitler para aclarar su postura.
Alianza con Alemania
El 14 de octubre, llegó una misión militar alemana a Rumanía. Su objetivo principal era proteger los pozos petrolíferos rumanos. Italia y Alemania garantizaron las nuevas fronteras rumanas.
A finales de octubre, el ataque italiano a Grecia fracasó. Hitler decidió usar Rumanía para atacar Grecia. El 23 de noviembre, Antonescu firmó el Pacto Tripartito, acercando a Rumanía a Alemania. Hitler respetó a Antonescu desde su primera reunión.
Antonescu creyó que Alemania devolvería Transilvania a Rumanía si mantenía la alianza. También pidió la cooperación alemana para desarrollar la industria y las comunicaciones rumanas. Se comprometió a luchar junto al Eje.
Antonescu se reunió con Mussolini, pero la reunión no tuvo éxito. La alianza entre Rumanía y Alemania se basó en la lucha contra la Unión Soviética.
Aunque firmó el pacto con el Eje, Antonescu limitó la interferencia alemana en la política interna rumana. Esta autonomía permitió a las autoridades rumanas ayudar a militares Aliados a escapar. La alianza se debía a que Antonescu creía que el poder alemán en Europa obligaba a Rumanía a aliarse con ellos para evitar su destrucción. Hitler quería usar a Rumanía como parte del frente sur contra la URSS.
Fin de la alianza con la Guardia de Hierro
En la reunión con Hitler el 14 de enero de 1941, Antonescu obtuvo su apoyo para enfrentarse a la Guardia de Hierro. Desde principios de mes, ambos bandos se preparaban para un conflicto. Antonescu pidió a Hitler expulsar a la Guardia del gobierno y obtuvo su aprobación. Hitler prefirió apoyar a Antonescu por su control del ejército y su disposición a mantener las concesiones económicas a Alemania.
Antonescu anuló las "comisiones de rumanización" (controladas por la Guardia) el 18 de enero. Despidió al ministro del Interior (miembro de la Guardia) el 20 de enero y reemplazó a todos los prefectos de la Guardia. Estas medidas aceleraron la rebelión de la Guardia, que estalló la noche del 20 de enero. Los combates comenzaron la mañana siguiente. Los miembros de la Guardia creyeron erróneamente que contaban con el apoyo alemán.
Antonescu esperó a que la Guardia se desacreditara antes de actuar. El 22 de enero, muchas personas fueron asesinadas. Antonescu, apoyado por el ejército, intervino y suprimió la rebelión ese mismo día, con la aprobación de Hitler. Los intentos de los líderes de la Guardia de obtener apoyo alemán fueron inútiles. Los líderes de la Guardia lograron escapar del país con ayuda alemana. Antonescu rechazó los intentos de recomponer la coalición. Formó un gobierno principalmente militar. Los líderes de la Guardia exiliados permanecieron en Alemania como una posible alternativa a Antonescu.
Gobierno militar
El 27 de enero, Antonescu formó un nuevo gobierno, con militares y técnicos. Mihai Antonescu fue nombrado vicepresidente del Consejo de Ministros. El objetivo era mantener el orden público y una administración eficiente. El 5 de febrero, se promulgó un decreto que castigaba duramente los disturbios y prohibía cualquier organización no aprobada por el gobierno. El 14 de febrero, se abolió el "Estado nacional-legionario".
El general reprimió duramente a los miembros de la Guardia de Hierro. Unos nueve mil fueron encarcelados. Algunos que participaron en la violencia de enero fueron ejecutados. En junio, un tribunal militar condenó a los líderes de la Guardia en ausencia. Su nuevo gobierno militar recibió el apoyo de los antiguos partidos políticos. En marzo, un plebiscito aprobó las medidas de Antonescu. Esto llevó a un Estado militarista, autoritario y conservador. Antonescu quería "construir la nación" de manera autoritaria, controlando las fuerzas de seguridad.
Política interna

El gobierno de Antonescu no tenía una ideología política compleja. Su programa era simple: orden interno y seguridad de las fronteras. La administración provincial quedó en manos de prefectos nombrados por Antonescu. Sus amplios poderes se extendieron a toda la administración provincial. Los representantes políticos en los ayuntamientos quedaron bajo el control del Ministerio del Interior.
El decreto de febrero de 1941 estableció duras condenas para los opositores. Se crearon campos donde se enviaba a quienes el Ministerio del Interior consideraba opositores. Unas cinco mil personas pasaron por estos campos.
Antonescu promovió políticas contra la población judía, buscando aislarlos del resto de la sociedad.
Tolerancia de la oposición
Aunque Antonescu tenía amplios poderes, permitió la existencia de una oposición política. Prohibió la actividad de los partidos políticos, pero toleró la actividad de los líderes liberales y nacional-campesinos. Mantenía correspondencia con ellos y recibía sus críticas. En varias ocasiones, les ofreció unirse al gobierno, pero ellos se negaron. Los partidos políticos tradicionales podían realizar reuniones y enviar quejas al gobierno.
Los alemanes, conscientes de la actitud pro-Aliada de la oposición, pidieron repetidamente el arresto de sus líderes, sin éxito. Los comunistas, por el contrario, fueron reprimidos. Dos mil fueron encarcelados y setenta y dos ejecutados. El régimen logró reducir su actividad. En total, 5463 opositores políticos fueron encarcelados y 72 ejecutados. La Guardia de Hierro fue completamente desmantelada.
Situación económica
El acuerdo económico rumano-alemán se firmó el 4 de diciembre de 1940. Alineó la economía rumana con la alemana. Rumanía obtuvo créditos, maquinaria agrícola y asesoramiento.
La economía quedó cada vez más controlada por el Estado. Un decreto de febrero de 1941 dio a los militares el control de las empresas. Otro decreto de marzo impuso el servicio de trabajo obligatorio a la población rural. La entrada en la guerra aumentó las exigencias del Estado. La jornada laboral aumentó y se reprimieron los sindicatos.
En agricultura, Antonescu se centró en mantener la producción a pesar de la guerra y la pérdida de territorios. Muchas medidas de control de precios y exportaciones ya se habían iniciado antes.
La ayuda alemana favoreció el desarrollo rumano en algunos sectores, como la agricultura y las industrias de guerra. Sin embargo, esto dio a Alemania una gran influencia en la economía rumana. Antonescu se opuso a los intentos alemanes de controlar la economía nacional. La dependencia económica de Alemania era alta. Las compras alemanas a precios altos causaron inflación.
La planificación estatal se centró en la agricultura. Antonescu quería aumentar la producción y reducir la pobreza. Sin embargo, la estructura agrícola no cambió mucho. La producción disminuyó debido a la movilización de hombres y animales.
Los resultados en la industria fueron variados. La producción de alimentos, petróleo y textiles disminuyó. La metalurgia y la química crecieron.
En general, la situación económica mejoró durante la guerra. En 1943-1944, Rumanía tenía una de las dietas calóricas más altas de Europa.
El trato a las minorías
El trato a la población judía empeoró con la entrada de Rumanía en la guerra contra la Unión Soviética. Las acciones contra esta comunidad en 1941 fueron más bien matanzas desorganizadas. La mayoría de la población judía en territorio rumano sobrevivió a la guerra. Las medidas del gobierno de Antonescu se caracterizaron por la desorganización y la corrupción. Antonescu no condenó ni castigó las atrocidades contra judíos y gitanos. Se calcula que murieron más de doscientos mil judíos rumanos y cien mil ucranianos en territorios bajo administración rumana. Rumanía fue el único país aliado de Alemania que llevó a cabo sus propias acciones contra la población judía.
Actitud hacia las minorías
Antonescu tenía una actitud nacionalista, con rechazo hacia las minorías. Creía que las minorías eran un peligro para el Estado rumano. En septiembre de 1940, anunció que su programa se basaba en un "nacionalismo integral" hostil a las minorías. La legislación buscaba "rumanizar" el país. Antonescu creía que la población judía explotaba a los rumanos y era una amenaza.
Aunque la derrota de la Guardia de Hierro detuvo la violencia descontrolada, la población judía se enfrentó a nuevas medidas. El Centro Nacional de Rumanización (CNR) se creó en mayo de 1941. Este centro dependía directamente de Antonescu y se encargaba de expropiar propiedades judías. Los métodos de Antonescu eran menos brutales que los de la Guardia, pero el objetivo de "rumanizar" el país era el mismo.
En noviembre de 1941, Antonescu declaró en un consejo de ministros que eliminaría a la población judía para que no pudieran vengarse. En octubre de 1941, había dicho que era necesario "limpiar la nación rumana" para asegurar su pureza. Estas declaraciones se repitieron hasta el final de la guerra.
Medidas contra la población judía
Las acciones contra la población judía se basaron en leyes de 1940. Durante la alianza con la Guardia de Hierro, hubo pocas leyes nuevas, salvo las que permitieron expropiar tierras judías. Antonescu no eliminó estas leyes, sino que las usó como base para sus propios decretos. Una serie de decretos a finales de 1940 y principios de 1941 nacionalizaron propiedades agrarias judías. Estas leyes se extendieron a las provincias recuperadas de la URSS.
Un decreto de marzo de 1941 nacionalizó los inmuebles judíos en las ciudades. Varios decretos en 1942 permitieron la nacionalización de cientos de edificios judíos. Las leyes de Antonescu tenían un carácter similar a las leyes de Alemania.
El 21 de junio de 1941, Antonescu ordenó deportar a todos los hombres judíos de ciertas regiones a un campo. Sus familias debían trasladarse a ciertas ciudades. El servicio secreto rumano formó una unidad especial que participó en la matanza de Iași. Días antes, se había ordenado "limpiar el terreno" de la población judía. Esto llevó a la muerte de parte de la población y la deportación de los supervivientes. Las deportaciones de judíos moldavos y valacos afectaron a unas cuarenta mil personas. Se calcula que esta primera fase causó la muerte de al menos cien mil personas.
Antonescu condenó las matanzas como la de Iași, pero no por el maltrato a la comunidad judía, sino porque eran acciones ilegales. Creía que la eliminación de los judíos debía hacerse bajo control estatal.
El maltrato se concentró en las provincias recuperadas de la URSS. Las autoridades rumanas decidieron eliminar a la minoría judía de estas provincias. Durante la reconquista, las unidades rumanas asesinaron a civiles judíos. Unos trece mil murieron en Besarabia y tres mil en Bucovina. Los supervivientes fueron encerrados en guetos y campos. Antonescu aprobó su deportación el 8 de julio. La mayoría de la comunidad fue deportada más allá del Dniéster. Muchos murieron de hambre, torturas y matanzas. Miles murieron durante el traslado en trenes sin agua ni alimentos.
Tras la toma de Odesa, las tropas rumanas llevaron a cabo una gran matanza de más de quince mil judíos. Antonescu ordenó la ejecución de miles de personas en represalia. Los supervivientes fueron expulsados de la ciudad y llevados a campos, donde muchos murieron.
Una vez que Transnistria fue controlada por Rumanía, se deportó a unos ciento diecinueve mil judíos a la región. Estos fueron encerrados en campos en condiciones terribles, lo que causó la muerte de la mayoría. Entre diciembre de 1941 y febrero de 1942, se calcula que al menos setenta mil personas murieron en los campos de Transnistria.
En estas matanzas participaron rumanos, alemanes y ucranianos. Solo en Bogdanovka, una matanza a finales de 1941 causó entre cuarenta y tres mil y cuarenta y ocho mil víctimas. Las matanzas en los campos a lo largo del Bug causaron alrededor de ciento treinta mil víctimas.
La mayoría de los asesinatos ocurrieron en un intento de entregar el problema a las autoridades alemanas. El resto murió por falta de comida, abrigo, maltrato y enfermedades. Antonescu conocía las matanzas, pero no se preocupó por ellas.
Antonescu se ofreció a Hitler a eliminar a los judíos rumanos. Solo detuvo las deportaciones cuando consideró que la guerra estaba perdida y necesitaba negociar con los Aliados. En 1942, los alemanes contaban con el permiso de Antonescu para deportar a los judíos que aún residían en Valaquia, Transilvania y Moldavia. Sin embargo, Antonescu pospuso las deportaciones indefinidamente.
La decisión de posponer las deportaciones fue la causa de la supervivencia de la mayoría de la población judía de Valaquia, Moldavia y el sur de Transilvania. A partir de finales de 1942, Antonescu y otros políticos rumanos asumieron que podían usar la mejora de las condiciones de los judíos para mejorar la imagen del país ante británicos y estadounidenses.
Antonescu también favoreció la emigración de parte de la población judía, a pesar de la oposición alemana. A finales de 1942, Antonescu había aprobado la emigración de miles de judíos a cambio de un pago. La expropiación de empresas judías también disminuyó con el tiempo. La mayoría de la población judía (unos trescientos cuarenta y dos mil) sobrevivió a la guerra.
En 1943, Antonescu aprobó el traslado de los supervivientes judíos de Transnistria a Palestina. Con la llegada del frente a Transnistria en 1944, permitió a los supervivientes regresar a territorio rumano.
En total, se calcula que al menos cien mil judíos murieron en las primeras matanzas en Bucovina y Besarabia. Otros ciento cuarenta mil de las mismas regiones murieron en Transnistria. Y al menos ciento ochenta mil judíos ucranianos murieron en la zona, todos bajo la autoridad de Antonescu.
El trato a la población gitana
Aproximadamente veinticinco mil gitanos, cerca del 12% de los que vivían en Rumanía, fueron deportados a Transnistria en 1942. Se calcula que más de la mitad de ellos murieron. Antonescu creía que la deportación de los gitanos era necesaria para reducir los delitos. Su deportación fue selectiva e incluyó a los nómadas y a quienes tenían antecedentes. Las deportaciones comenzaron en mayo de 1942 y terminaron en octubre de 1942. Las condiciones de vida de los deportados fueron terribles. El número exacto de gitanos que murieron en Transnistria se desconoce, pero en mayo de 1944, solo unos seis mil regresaron a Rumanía.
Medidas favorables
A pesar de la presión alemana, Antonescu aplicó algunas medidas relativamente favorables a la población judía. A principios de septiembre de 1941, eliminó la obligación de que los judíos rumanos llevaran la estrella de David. También prohibió el marcado de las tiendas judías.
No envió representantes rumanos a la Conferencia de Wannsee en enero de 1942. Pocos días después, en octubre, Antonescu prohibió continuar las deportaciones. Se cree que la presión interna (de políticos y la reina madre) y externa (de embajadas, el Vaticano y la Cruz Roja Internacional) llevó a la paralización de las deportaciones. Esta decisión fue clave para la supervivencia de la mayoría de la población judía de Valaquia, Moldavia y el sur de Transilvania.
Antonescu también favoreció la emigración de parte de la población judía, a pesar de la oposición alemana. La mejora del trato a la población judía en la segunda parte de la guerra se debió en parte a la corrupción de funcionarios rumanos y al convencimiento de que el Eje perdería la guerra.
Política exterior

El principal objetivo de Antonescu en política exterior fue una alianza firme con Alemania. Al principio, era pro-Aliado, pero la derrota de Francia y la amenaza soviética lo convencieron de la necesidad de aliarse con Alemania. Estableció contactos con los alemanes en 1940. El apoyo alemán a la Guardia de Hierro durante la revuelta de enero de 1941 le permitió exigir la retirada del personal alemán de Rumanía. Esto aumentó su control de la política interna.
Entre noviembre de 1940 y agosto de 1944, la participación de Rumanía en la política del Eje tuvo dos etapas. La primera, de noviembre de 1940 a junio de 1941, en la que Rumanía se unió a la alianza pero no participó activamente en la guerra. La segunda, de junio de 1941 a agosto de 1944, en la que se involucró activamente en el conflicto.
Durante la primera etapa, Antonescu facilitó las campañas alemanas en los Balcanes. Desde la reunión con Hitler en enero, sabía que Alemania planeaba atacar la URSS y quería la participación rumana. El permiso para que las unidades alemanas invadieran Grecia llevó a la retirada de la embajada británica en febrero.
Disputa por Transilvania
Antonescu y el gobierno de Hungría mantuvieron su desacuerdo por el control de Transilvania. Las medidas discriminatorias en ambos países aumentaron la tensión. Antonescu no pudo llegar a un acuerdo con Hungría, a pesar de los contactos en 1943.
La guerra contra la Unión Soviética
Recuperación de territorios
El 12 de junio, Antonescu fue el primer aliado de Alemania en saber de los planes de Hitler de atacar la Unión Soviética. Antonescu quería participar en la invasión para recuperar los territorios perdidos en 1940 y luchar contra el comunismo. Prometió plena cooperación militar y económica con Alemania.
El 22 de junio de 1941, Rumanía entró en la guerra junto a Alemania, atacando a la Unión Soviética. Fue el inicio de una guerra considerada "santa, anticomunista, justa y nacional" en Rumanía. Rumanía quería recuperar las provincias perdidas y eliminar la amenaza soviética.
Antonescu usó la mayor parte del ejército rumano en la campaña soviética. En un mes, los rumanos retomaron Besarabia y el norte de Bucovina. Las operaciones de recuperación terminaron el 27 de julio.
El 22 de agosto, el rey ascendió a Antonescu a mariscal. El 4 de septiembre, Besarabia y Bucovina fueron proclamadas de nuevo provincias rumanas. Los líderes de los principales partidos aconsejaron a Antonescu que detuviera el avance de las tropas rumanas, pero él se negó. Creía que la seguridad de las provincias recuperadas dependía de la derrota soviética.
Avances y Stalingrado
Antonescu aceptó continuar la guerra más allá del Dniéster. El cruce del río comenzó el 17 de julio. El 3 de agosto, el 4.º Ejército se dirigió a Odesa. Antonescu recibió la Cruz de Hierro de Hitler. El general esperaba conseguir la anulación del arbitraje de Viena, que había dado el norte de Transilvania a Hungría.
Los dos líderes acordaron que la zona entre el Dniéster y el Bug Meridional, llamada "Transnistria", pasaría a administración rumana. Antonescu esperaba mantener la posesión del territorio indefinidamente.
La toma de Transnistria tuvo dos consecuencias importantes: una desmovilización temporal de casi la mitad de las fuerzas rumanas y la declaración de guerra británica. El 7 de diciembre, Gran Bretaña declaró la guerra a Rumanía. Pocos días después, el 12 de diciembre, Rumanía entró en guerra con los Estados Unidos.
Las tropas rumanas estaban mal equipadas y sufrieron muchas bajas. Antonescu tuvo que abandonar sus planes de reorganizar el ejército. El 75% de los soldados eran campesinos, y la mitad eran analfabetos. Las tropas rumanas eran las terceras en número del Eje.
El ejército rumano participó en batallas difíciles, como las de Odesa y Crimea, donde sufrió pérdidas importantes. El sitio de Odesa causó cerca de setenta mil bajas rumanas. La campaña de Crimea fue una victoria. En el otoño de 1942, Antonescu aportaba más soldados al Eje que ningún otro aliado de Alemania.
En el verano de 1942, grandes fuerzas rumanas participaron en las batallas del frente oriental. Los soviéticos lanzaron su ofensiva de invierno a finales de noviembre en estas posiciones. Los rumanos lucharon con valentía, pero tuvieron que retroceder.
La batalla de Stalingrado causó ciento cincuenta y cinco mil muertos, heridos o desaparecidos rumanos. Destruyó dieciocho divisiones rumanas. La derrota causó tensión entre Alemania y Rumanía. A pesar de ello, en enero de 1943, Antonescu visitó a Hitler y acordó rearmar las divisiones rumanas.
Retirada y contactos con los Aliados

La derrota en Stalingrado fue un punto de inflexión. Antonescu mantuvo la cooperación militar con Alemania, pero al mismo tiempo, buscó un acuerdo con los Aliados occidentales.
El mariscal permitió los intentos de contacto con los Aliados de su ministro de Asuntos Exteriores y de Iuliu Maniu, que comenzaron en enero de 1943. La insistencia de los Aliados en una rendición incondicional frustró estos primeros contactos. Los intentos rumanos de pactar con británicos y estadounidenses, evitar a los soviéticos y satisfacer sus deseos territoriales fracasaron.
Las negociaciones más importantes se llevaron a cabo en Ankara y Estocolmo por parte del gobierno de Antonescu, y en El Cairo por parte de la oposición. Los soviéticos confiaban en poder lograr un acuerdo con Antonescu. Antonescu, que no quería a los soviéticos, prefería tratar con británicos y estadounidenses.
En enero de 1944, Antonescu expresó su disposición a abandonar la alianza con Alemania si los Aliados garantizaban las fronteras rumanas. Para entonces, admitía que Alemania había perdido la guerra. Se negaba a un acuerdo que entregara el control del país a los soviéticos. A finales de marzo, el mando Aliado exigió la rendición inmediata a los soviéticos.
En la reunión con Hitler a finales de febrero, Antonescu accedió a mantener las unidades rumanas que defendían Crimea. En marzo, el mariscal exigió la evacuación de Crimea, que tuvo lugar en abril.
En marzo, Hitler reprendió a Antonescu por las negociaciones de paz. Antonescu mantuvo sus intentos de abandonar la guerra con la condición de obtener garantías para las fronteras rumanas. Se negó a una rendición incondicional. Al mismo tiempo, se comprometió con Hitler a aportar nuevas tropas. Hitler anunció que el arbitraje de Viena había sido anulado y que pronto el norte de Transilvania sería devuelto a Rumanía.
Mientras tanto, las fuerzas rumanas y alemanas continuaban su retirada del territorio soviético. La principal participación rumana fue en Crimea. El 29 de marzo, el ejército soviético retomó Cernăuţi y Odesa cayó el 10 de abril. Ese mismo mes, las unidades soviéticas llegaron al Prut. La pérdida del norte de Bucovina supuso la primera pérdida territorial importante desde 1941.
Antonescu seguía sin aceptar una rendición incondicional y se negó a abandonar a los alemanes. Por el momento, los soviéticos detuvieron su avance. La necesidad de reforzar el frente más al norte obligó a los alemanes a retirar parte de sus unidades.
Fracaso de las negociaciones y conspiración
Los soviéticos presentaron sus condiciones de paz el 12 de abril, pero Antonescu las rechazó. Ambos esperaban evitar la ocupación soviética. La negativa de Antonescu a ceder llevó al rey a planear su derrocamiento. Los soviéticos ofrecieron mejores condiciones en junio, pero Antonescu las rechazó.

El 20 de junio, los partidos de oposición formaron una coalición para derrocar a Antonescu, firmar la paz y regresar a la democracia. El rey estuvo de acuerdo. El 20 de agosto, se desencadenó una nueva ofensiva soviética. Antonescu regresó deprimido de su reunión con Hitler a principios de agosto.
El 23 de agosto, los conspiradores decidieron adelantar la fecha del golpe. El ministro de Exteriores Mihai Antonescu y la esposa del mariscal lo convencieron de ir a ver al rey y solicitar una paz.
Después de una tensa reunión, el rey Miguel destituyó y detuvo a Antonescu. El rey nombró un nuevo gobierno. El ejército permaneció fiel al rey y obedeció las órdenes del nuevo gobierno.
Juicio y fallecimiento
La misma noche del golpe, Antonescu fue entregado a una unidad comunista. Tras la entrada soviética en Bucarest el 31 de agosto, el mando soviético exigió la entrega de Antonescu. El 2 de septiembre, fue enviado a Moscú. El acuerdo de paz del 12 de septiembre legalizó su detención. Fue encarcelado en una fortaleza cerca de Moscú.
El 10 de mayo de 1945, Antonescu fue trasladado a Moscú. Estuvo arrestado dos años en la cárcel de Lubianka antes de ser devuelto a Rumanía para ser juzgado. El gobierno rumano había aprobado leyes para juzgar a los responsables de la dictadura. Stalin decidió juzgar a Antonescu.
El juicio por crímenes de guerra comenzó el 6 de mayo de 1946. Antonescu se mostró sereno y aceptó la responsabilidad por sus acciones. Entre los cargos estaban haber permitido la ocupación alemana, haber llevado a cabo una guerra de agresión, haber maltratado a prisioneros y civiles, y haber ordenado matanzas. Antonescu negó la mayoría de los cargos.
El Tribunal del Pueblo condenó a Antonescu a muerte el 17 de mayo. Su apelación fue rechazada el 31 de mayo. Fue ejecutado en la prisión de Jilava el 1 de junio. El rey intentó pedir clemencia, pero no obtuvo apoyo. Antonescu fue fusilado, saludando al pelotón.
Legado
Desde mediados de los años 60, la historia oficial en Rumanía adoptó un enfoque nacionalista. Durante el gobierno de Ceaușescu, hubo un intento de rehabilitar parcialmente a Antonescu. Se intentó minimizar el impacto de las acciones contra la población judía en Rumanía. Se atribuyeron las matanzas a los alemanes y se redujo el número de víctimas.
Después de la caída de Nicolae Ceaușescu, muchos autores adoptaron un nacionalismo extremo. La mayoría de las obras sobre Antonescu publicadas desde 1989 intentaron rehabilitar su figura. Estas obras forman parte de una corriente que niega o minimiza los hechos históricos.
A principios de los años 90, la campaña a favor de Antonescu se intensificó. Se erigieron monumentos en su memoria. Varias organizaciones pidieron su rehabilitación oficial. En 1991, el Parlamento guardó un minuto de silencio en su memoria.
En 2006, una parte de su condena por crímenes contra la paz fue anulada. La decisión decía que la entrada en guerra contra la Unión Soviética en 1940 estaba justificada. Sin embargo, la continuación de la guerra después de recuperar Besarabia y Bucovina se consideró un acto de agresión. El gobierno de Moldavia se mostró indignado por esta "rehabilitación parcial". La anulación fue desestimada por el Tribunal Supremo rumano en 2008.
Galería de imágenes
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Antonescu, con abrigo de cuero oscuro, junto a Horia Sima (segundo por la izquierda) y diversos representantes alemanes en el entierro de Codreanu el 30 de noviembre de 1940. Las relaciones entre el general y la Guardia fueron empeorando hasta la violenta ruptura en enero siguiente. El corto Estado Nacional Legionario dio paso entonces a una dictadura militar.
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Jewish bodys in Jilava forest.JPG
Víctimas de la violencia de la Guardia de Hierro durante la revuelta contra Antonescu en enero de 1941. La derrota de la Guardia puso fin a su participación en el gobierno y llevó a una dictadura militar.
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N. Ceaușescu și alți deținuți políticos în lagărul de la Tg. jiu.jpg
Un joven Nicolae Ceauşescu (segundo por la izquierda), junto a otros presos políticos del régimen de Antonescu, en el campo de concentración de Târgu Jiu.