Historia de Lisboa para niños
Lisboa, una de las ciudades más antiguas de Europa, fundada hace 3000 años, es la capital más antigua de la Unión Europea después de Atenas y cuatro siglos más vieja que Roma. Situada estratégicamente en la desembocadura del río Tajo, su puerto natural facilitaba el comercio entre el mar del Norte y el Mediterráneo. Históricamente crucial en las rutas comerciales con África y América, alberga edificaciones emblemáticas como el Castillo de San Jorge del siglo XI, la Catedral del siglo XII, y el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém del siglo XVI.
Contenido
- Prehistoria
- Olissipo: Lisboa romana
- Las invasiones y los germanos
- Al-Ushbuna: Lisboa musulmana
- Cruzadas: Portugal conquista Lisboa
- Revolución
- Lisboa, la señora de los mares
- Dominio filipino
- El oro de Brasil
- Terremoto de 1755
- Siglo de las Luces
- Guerra Civil
- Periodo 1834-1910
- La Revolución de 1910
- República, Estado Novo y Segunda República
- Galería de imágenes
- Véase también
Prehistoria
Hace miles de años, Lisboa era hogar de los neandertales, pero desaparecieron cuando llegaron los humanos modernos. Durante el Neolítico, los celtas construyeron dólmenes y menhires en la región. Los oestrimnios fueron los primeros nativos conocidos en Portugal, viviendo desde Galicia hasta el Algarve. Los fenicios establecieron un puerto comercial en Lisboa alrededor del 1200 a.C., llamándolo "Allis Ubbo", que significa "puerto seguro". Comerciaban metales y sal con otras tribus y navegaban hacia el norte. Más tarde, los griegos llamaron a Lisboa "Olissipo" por Odiseo, pero tuvieron que dejarla por conflictos con los cartagineses. Los fenicios y cartagineses hicieron de Lisboa un centro comercial vital antes de que los romanos la conquistaran.
Olissipo: Lisboa romana
Olissipo se alió al Imperio romano cuando estos, liderados por Décimo Junio Bruto Galaico, intentaron conquistar a los lusitanos y otros pueblos del noroeste peninsular. Los habitantes de la ciudad lucharon del lado de las legiones contra esas tribus célticas. A cambio les fue reconocido el título de ciudadanos romanos y a la ciudad se le dio amplia autonomía como municipio romano. Fue incluida en la provincia de Lusitania, con capital en Mérida.
La ciudad se situaba entre la colina del castillo y la Baixa aunque las zonas ribereñas se encontraban aún sumergidas bajo las aguas del Tajo. Olissipo, durante la época romana fue una importante plaza comercial, estableciendo conexión con las provincias del norte y del Mediterráneo. Sus principales productos eran el garum, una salsa de pescado de lujo, la sal y los famosos caballos lusitanos.
La ciudad fue uno de los principales centros de la introducción y desarrollo del Cristianismo en la península ibérica. El primer obispo fue San Gens.
Las invasiones y los germanos
La degeneración del Imperio y la feudalización de la sociedad romana provocaron las primeras invasiones de los pueblos germánicos, los Hunos y otros pueblos bárbaros. Inicialmente aceptados como colonos en las tierras desiertas por las epidemias (probablemente sarampión y viruela), se transformaron enseguida en expediciones militares con objetivos de saqueo y conquista.
A inicios del siglo V los vándalos (que después se retiraron al norte de África) tomaron Olissipo, seguidos por los alanos que eran de origen iranio. En el 419 Olissipo fue saqueada y quemada por los godos bajo el rey Walia, y finalmente, en 469 se integró en el Reino Suevo cuya capital era Braga. Después de la invasión de los visigodos, estos se establecieron en Toledo y tras varias guerras durante el siglo VI conquistaron a los suevos, unificando la península ibérica, incluyendo a la ciudad que denominaban Ulishbona.
Durante esta época conturbada, Lisboa perdió las conexiones políticas con Constantinopla, pero no las comerciales. Mercaderes griegos, sirios, judíos y otros pueblos orientales cambiaban los productos locales por los del Imperio bizantino, Asia y la India.
Al-Ushbuna: Lisboa musulmana
En el siglo VII, Lisboa, conocida entonces como Ulishbuna, fue conquistada por los musulmanes liderados por Táriq ibn Ziyad. Esta invasión marcó el inicio de un dominio musulmán que duraría unos 400 años. La ciudad se llamó al-Ushbuna y se convirtió en un importante centro comercial y administrativo. Comerciaban con productos del Mediterráneo árabe como especias y frutas, y llegaron a tener más de cien mil habitantes, mucho más que ciudades como París y Londres en esa época. La mayoría de la gente empezó a hablar árabe y a practicar la religión islámica. Los cristianos que vivían allí, llamados mozárabes, mantenían sus propias tradiciones cristianas bajo protección musulmana. También había una comunidad judía que creció gracias al comercio. Durante este tiempo, la ciudad se desarrolló con nuevas mezquitas y fortificaciones, como el Castillo de San Jorge. Lisboa sufrió ataques de vikingos y cristianos durante la Reconquista hasta que fue finalmente reconquistada por los cristianos en el siglo XII.
Cruzadas: Portugal conquista Lisboa
En la Edad Media, en la península ibérica, surgieron reinos cristianos y musulmanes que luchaban por controlar tierras. En el norte, el Condado Portucalense se separó de León durante la Reconquista, una guerra para recuperar tierras. Oporto fue clave, su nombre significa "puerto", siendo vital para el comercio. Lisboa también creció en importancia por su posición cerca del río Duero y el Tajo.
Alfonso I de Portugal intentó tomar Lisboa muchas veces. En 1147, con ayuda de cruzados europeos, la ciudad fue conquistada. Esto fortaleció a Portugal, abriendo rutas comerciales con Europa y África del Norte. Lisboa se convirtió en un gran centro comercial y cultural. Mercaderes de toda Europa se establecieron allí, trayendo avances en navegación y comercio. Esto atrajo a judíos y musulmanes que contribuyeron mucho a la vida de la ciudad, aunque enfrentaron desafíos y segregación.
Lisboa sufrió terremotos y epidemias, pero siguió creciendo. En 1256, se convirtió en la capital de Portugal, consolidando su poder. Este período sentó las bases para los futuros Descubrimientos y la era de la exploración.
Revolución
Después de la muerte del rey Fernando I de Portugal, surgió una gran crisis en 1383-1385. El reino podría haber pasado a los reyes de Castilla, pero los mercaderes de Lisboa y los nobles del sur se opusieron. Lisboa dependía de sus conexiones comerciales con Inglaterra y Oriente Próximo, y temían perderlas si se unían a Castilla, que prefería guerras terrestres y privilegios nobles.
Los mercaderes y pequeños comerciantes apoyaron a Juan I de Portugal, quien ganó la guerra en 1385 contra Castilla en la batalla de Aljubarrota. Esto fortaleció a los mercaderes, formando una nueva aristocracia en Lisboa. Desde entonces, Lisboa creció como una ciudad comercial poderosa, similar a Venecia y Génova en el Mediterráneo.
La ciudad se expandió hacia el campo y importó trigo de diferentes lugares. Firmaron acuerdos comerciales con Venecia, Génova, Pisa y Florencia, y conquistaron Ceuta en 1415 para controlar mejor el comercio mediterráneo. Lisboa también mantuvo su alianza con Inglaterra, su principal cliente.
El crecimiento de Lisboa transformó la ciudad en un centro comercial y cultural clave en Europa.
Lisboa, la señora de los mares
En el pasado, Lisboa se convirtió en una gran ciudad gracias a sus conexiones con Italia y sus descubrimientos marítimos. Con marineros italianos y portugueses, exploraron islas como Madeira y Azores, y quizás incluso llegaron a Brasil. Sin embargo, su prosperidad se vio amenazada cuando el Imperio otomano capturó tierras árabes y bloqueó rutas comerciales importantes. Esto llevó a los mercaderes lisboetas a buscar nuevas rutas hacia África y Asia por mar.
El líder de esta iniciativa fue Enrique el Navegante, apoyado por la Orden de Cristo y mercaderes judíos. Organizó expediciones para traer oro, esclavos y especias directamente desde África. Con el tiempo, los portugueses llegaron a la India bajo Vasco da Gama, estableciendo un gran imperio comercial que incluía puertos en África y Asia. Lisboa se convirtió en un centro comercial próspero, intercambiando productos como azúcar, especias y seda con toda Europa.
A pesar de enfrentar desafíos como conflictos religiosos y la peste, Lisboa siguió siendo una ciudad influyente durante el Renacimiento, atrayendo inmigrantes y destacando en ciencia y literatura.
Dominio filipino
En el siglo XVI, en Lisboa, Portugal, los mercaderes prosperaban hasta que la nobleza terrateniente, celosa de su éxito, los persiguió. Esta persecución coincidió con un cambio hacia un gobierno más conservador y católico, desfavoreciendo el comercio. Muchos mercaderes huyeron a Inglaterra y los Países Bajos, llevándose su conocimiento en navegación y comercio. Lisboa perdió competitividad frente a los ingleses y holandeses en mercados como India, Indonesia y China.
Después de la Batalla de Alcazarquivir en 1578, Portugal cayó bajo el dominio de España, con Felipe II coronado como rey. Lisboa, ya bajo la Inquisición que perseguía judíos y cristianos nuevos, sufrió más pérdidas con la Armada Invencible y desastres naturales como terremotos y la peste negra. Bajo Felipe III de España, Lisboa perdió importancia económica y población.
El declive continuó con conflictos como la revuelta catalana de 1636. Los mercaderes y la nobleza conspiraron para restaurar la independencia bajo Juan IV de Portugal, con apoyo de Francia e Inglaterra.
Este período marcó el fin del poderío económico de Lisboa y su transformación en una ciudad provincial bajo el dominio español.
El oro de Brasil
Después de recuperar su independencia, Lisboa se llenó de conventos y monjes gracias al apoyo de la iglesia católica. La Inquisición, que había eliminado a los comerciantes, empezó a controlar las ideas en nombre de la religión. Muchos jóvenes que antes comerciaban se unieron a órdenes religiosas para vivir a expensas de otros. La economía en ruinas mejoró cuando encontraron oro en Brasil, que Portugal gravó con un impuesto del 20%. Este oro llenó las arcas del estado, pero también mantuvo el control autoritario en Lisboa.
El poder ahora estaba en quienes tenían oro y querían mantener las cosas como estaban. Utilizaron el estilo Barroco para construir grandes proyectos como el palacio de Mafra y el Acueducto de las Aguas Libres, derrochando mucho dinero. Mientras tanto, el pueblo vivía en la pobreza mientras la ciudad se expandía con nuevos edificios pero sin nuevos trabajos.
Así, Lisboa pasó de ser una ciudad próspera y diversa bajo los comerciantes a una ciudad controlada por la iglesia y la aristocracia, con una riqueza visible pero también mucha miseria entre la gente común.
Terremoto de 1755
El 1 de noviembre de 1755, día de Todos los Santos, en el que ocurre el gran terremoto de Lisboa. A las nueve y cuarenta de la mañana, la tierra comienza a temblar con una intensidad que probablemente no ha sido superada en la actualidad. Después de casi un minuto volvió la calma seguida de un nuevo temblor. La población corre a las plazas junto al tajo, muriendo ahogadas por el enorme tsunami que se generó en el Atlántico. Después del seísmo, Lisboa quedó en ruinas. El gran torreón real, la Casa de la India, el Convento do Carmo, el Tribunal de la Inquisición, Colégio das Missões (situado en la lo que es hoy el Jardín del Príncipe Real) y demás edificios son destruidos. De las 20 mil casas de las clases más bajas, de construcción menos sólida 17 mil fueron destruidas. Sobrevive el rico Barrio Alto, algunos edificios de piedra sólida y el barrio de la Alfama. Más tarde vendrían los pillajes y los incendios. Al final, de los 180 mil habitantes que tendría la ciudad, más de 10 mil habrían muerto y muchos otros perderían todas sus propiedades. Esta catástrofe pone punto final al antiguo régimen y da paso al marqués de Pombal el cual como ministro intentará poner en práctica en Portugal las reformas científicas y liberales ya usadas con éxito en el norte, de las nuevas teorías políticas y económicas de la Ilustración.
Siglo de las Luces
El Marqués de Pombal, tras el Terremoto de 1755, dijo que reconstruiría Lisboa, enterrando a los muertos, cuidando a los vivos y construyendo la ciudad. Limitó el poder de la iglesia y expulsó a los jesuitas. Suprimió a la aristocracia terrateniente y desmanteló la Inquisición, liberando a los judeoconversos. Fomentó la industria con fábricas reales y eliminó impuestos que perjudicaban el comercio.
Reconstruyó Lisboa según nuevas teorías urbanísticas, financiado en gran parte por Brasil y ayuda internacional. Diseñó la Baixa con calles rectas y edificios robustos contra terremotos, como la Rua Augusta. Aunque tardó más de lo planeado, la ciudad creció y se modernizó con barrios como Estrela y Alcântara. Pombal estimuló la clase media con cafés y tertulias, impulsando el liberalismo y la República. Fue relevado al morir el rey, y su sucesora, María I, revirtió algunas reformas.
Guerra Civil
A finales del siglo XVIII, en Europa, el liberalismo empezó a ganar fuerza. En Lisboa, muchos apoyaron la Revolución Francesa de 1789, que inicialmente buscaba igualdad y libertad. Sin embargo, el líder Napoleón Bonaparte se autoproclamó emperador y expandió su dominio por Europa. Ordenó un bloqueo comercial contra el Reino Unido, pero Portugal se negó a cumplirlo. Napoleón envió a Jean-Andoche Junot con un ejército para invadir Portugal.
Junot entró en Lisboa en 1807, justo después de que la familia real y los nobles huyeran a Brasil. Los franceses ocuparon la ciudad y discutieron ideas liberales con la burguesía en los cafés. Portugal pidió ayuda a Inglaterra, y con la llegada de Arthur Wellesley y William Carr Beresford, los franceses fueron obligados a retirarse en 1808. Lisboa sufrió económicamente con la apertura de los puertos brasileños a los británicos. Más tarde, Portugal se defendió en Torres Vedras contra una nueva invasión francesa liderada por André Masséna.
Después, los británicos y los portugueses liberaron España y Napoleón fue derrotado en 1815. En Portugal, se estableció un gobierno liberal que promulgó una constitución y derechos para todos los ciudadanos. La capital se movió temporalmente a Río de Janeiro hasta la independencia de Brasil en 1822. En 1828, comenzaron las Guerras Liberales entre liberales y conservadores. Los liberales ganaron en 1834, haciendo reformas como la secularización de la iglesia.
Periodo 1834-1910
Durante el reinado de María II de Portugal, hubo conflictos entre liberales que apoyaban una constitución de 1822 y los absolutistas que preferían una carta otorgada en 1826. Esto dividió al país en dos grupos opuestos, facilitando que las grandes potencias planearan dividir las provincias y colonias portuguesas. Después de María II, los conflictos políticos se calmaron.
En esa época, en el norte de Europa, países como Inglaterra empezaban a industrializarse y enriquecerse con el comercio con América. Portugal, en cambio, se atrasaba y dependía principalmente de sus colonias como Angola y Mozambique para su economía. Lisboa era el centro industrial del país, aunque no se comparaba con Inglaterra o Alemania. La ciudad creció con nuevos trabajadores en fábricas, pero muchos vivían en barrios pobres y sucios donde había enfermedades.
Los conservadores portugueses, preocupados por el atraso económico y viendo el éxito liberal en otros países, permitieron algunas reformas limitadas. Aunque hubo mejoras urbanas como la luz eléctrica y el transporte público, las clases altas conservaron sus privilegios. La capital creció con nuevas avenidas y edificios, transformándose en un centro cultural con teatros, tiendas de lujo y cafés populares.
La Revolución de 1910
En la época de finales del siglo XIX en Portugal, había una división política entre liberales y conservadores. Los liberales más radicales formaron el Partido Republicano, buscando cambios profundos como el sufragio universal y acabar con los privilegios de la iglesia y los nobles. En Lisboa, la industrialización estaba creciendo lentamente, concentrada en lugares como Alcântara y Bom Sucesso, atrayendo a trabajadores que vivían en condiciones muy duras. Surgieron sindicatos y tensiones sociales aumentaron, mientras los republicanos ganaban influencia en la capital.
Las clases altas respondieron con represión, pero fue ineficaz. Tras un atentado contra la familia real en 1908 y grandes huelgas en 1909, Lisboa se levantó en armas en 1910, proclamando la República. Se promulgaron leyes liberales como apoyo social, derecho a huelga y fin de privilegios. Cambios en impuestos favorecieron a trabajadores y clases medias sobre los más ricos.
República, Estado Novo y Segunda República
En la época de la República en Portugal, hubo mucha agitación política y social. Los liberales y conservadores estaban en conflicto, y había protestas violentas en las calles de Lisboa. En 1910, la familia real fue atacada y Portugal entró en la Primera Guerra Mundial en 1914. Hubo huelgas y disturbios frecuentes, y varios golpes de estado intentaron cambiar el gobierno.
Después de muchos cambios y conflictos, el general Pimenta de Castro y luego Sidónio Pais tomaron el poder de manera dictatorial. La Gripe Española empeoró las cosas en 1918, causando más descontento entre la gente. Finalmente, en 1926, la derecha conservadora tomó el control, poniendo fin a la República. Esto llevó a la instauración de un gobierno más autoritario bajo António de Oliveira Salazar en 1933.
A lo largo del tiempo, Lisboa ha experimentado muchos cambios, incluyendo la modernización impulsada por su ingreso en la Unión Europea, y eventos significativos como la firma del Tratado de Lisboa en 2007, que reformó la Unión Europea para mejorar su funcionamiento.
Galería de imágenes
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Arco de la Rua Augusta en la Praça do Comércio, la Plaza Mayor de Lisboa que se abre para el Tajo.
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Situación de Lisboa en la margen norte del Mar de la Paja. El Atlántico queda a la izquierda.
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Olissipo se encontraba en la provincia romana de la Lusitania.
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La catedral románica de Lisboa.
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En la Batalla de Aljubarrota la nueva elite burguesa de Lisboa derrotó a la vieja aristocracia feudal de Portucale y su aliado, Castilla.
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El infante Don Henrique.
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Pedro Berruguete Saint Dominic Presiding over an Auto-da-fe 1495.jpg
Auto de fe, Cuadro de Pedro Berruguete.
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Rua Augusta: las nuevas calles, más largas y rectilíneas con edificios resistentes a los terremotos.
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Un americano Tranvía moderno.
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La bandera del Partido Republicano es hoy en día la Bandera de Portugal.
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Ceremonia de firma del Tratado de Lisboa en el Monasterio de los Jerónimos de Belém.