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Fauna abisal para niños

Enciclopedia para niños

La fauna abisal se refiere a todos los seres vivos marinos que habitan en las partes más profundas de los mares y océanos.

La zona abisal es una de las capas en las que se divide el océano según su profundidad. Se encuentra entre los 4000 y 6000 metros de profundidad. En esta zona, no llega la luz del sol, por lo que es un lugar muy oscuro. De hecho, estas profundidades representan alrededor del 75% del espacio habitable del océano. Sin embargo, algunos animales de estas zonas pueden producir su propia luz, un fenómeno llamado bioluminiscencia.

Según el Censo de Vida Marina (CoML), existen más de 17 000 especies abisales. De estas, unas 5700 viven a más de 1000 metros de profundidad. Los científicos han podido descubrir estos organismos gracias a equipos especiales como vehículos robóticos, submarinos y cámaras, capaces de explorar hasta 11 000 metros.

Las profundidades abisales son el hogar de miles de organismos con apariencias únicas. Se han encontrado peces, pulpos, medusas, calamares y gusanos, entre otros. Estos animales tienen adaptaciones especiales para sobrevivir. Por ejemplo, la bioluminiscencia les ayuda a atraer presas y a ver en la oscuridad. También tienen bocas grandes, dientes afilados, estómagos que se estiran y son sensibles a los campos eléctricos de otros animales. Algunos incluso son mucho más grandes de lo normal, un fenómeno llamado gigantismo.

Además de la vida marina, en estas profundidades se encuentran las fuentes hidrotermales. Son grietas en el fondo del mar por donde sale agua caliente. Fueron descubiertas en 1977 por científicos a bordo del sumergible DSV Alvin. Gracias a este descubrimiento, se encontraron comunidades de seres vivos nunca antes vistos, como gusanos de tubo gigantes, cangrejos albinos y almejas.

Exploración de las profundidades marinas

Archivo:Expl1874 - Flickr - NOAA Photo Library
El sumergible DSV Alvin explorando las profundidades del océano.

Se cree que las primeras exploraciones marinas para medir la profundidad y recoger muestras del fondo se hicieron alrededor del año 700. En el siglo XVIII, el científico francés Pierre-Simon Laplace calculó la profundidad promedio del océano Atlántico observando las mareas. Su cálculo de 3962.4 metros resultó ser muy preciso.

Las primeras formas de vida de las profundidades se descubrieron en 1864. Investigadores noruegos encontraron un crinoideo a 3109 metros. En 1872, el Gobierno del Reino Unido impulsó la expedición Challenger. Esta misión, que duró cuatro años, buscaba mapear las profundidades y los movimientos del mar. Descubrieron más de 4000 nuevas especies.

La exploración marina avanzó mucho en el siglo XX gracias a la tecnología. En la década de 1950, se construyó un submarino moderno llamado benthograph. Tenía luces y una cámara para investigar especies marinas profundas.

A mediados de los años 1960 y 1970, la Armada de los Estados Unidos comenzó a usar vehículos operados a distancia (ROV). Estos aparatos fueron clave para hacer descubrimientos importantes. Hoy en día, los ROV son esenciales para la investigación en las profundidades.

Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), los humanos solo hemos explorado el 5% del fondo de los océanos. El sumergible DSV Alvin es un ejemplo de las naves usadas para investigar áreas desconocidas. Sus hallazgos han sido la base de casi 2000 artículos científicos.

Los oceanógrafos dicen que conocemos mejor el espacio exterior que nuestro propio mar. Esto se debe a las dificultades técnicas y al alto costo de los equipos. Se necesitan robots sumergibles que soporten presiones extremas. Sin embargo, en 2009, se exploró el punto más profundo del océano: la Fosa de las Marianas.

En el siglo XXI, las exploraciones abisales son más frecuentes. Su objetivo es estudiar los organismos y ecosistemas marinos. Los científicos creen que la vida en cada fosa oceánica es única.

Se piensa que los ecosistemas de las profundidades marinas son la "última frontera" de la exploración humana. Aunque se han hecho grandes descubrimientos, aún queda mucho por conocer. Biólogos y científicos afirman que entre el 80% y el 90% de las especies abisales son nuevas para la ciencia.

Distribución geográfica de las zonas oceánicas

Archivo:Pelagiczone es
Capas oceánicas.

La capa oceánica con la mayor diversidad de organismos de las profundidades se llama zona abisal o abisopelágica. Antes de esta, hay otras capas con especies marinas interesantes:

Zona Mesopelágica o Crepuscular

Esta zona se encuentra entre los 200 y 1000 metros de profundidad. La luz solar llega muy poco, por lo que no hay fotosíntesis. Se cree que unas 750 especies viven aquí. Predominan peces como los quimeriformes y macrúridos.

Zona Batial o Batipelágica

Esta parte del fondo marino está entre los 1000 y 4000 metros de profundidad. No llega la luz del sol y la temperatura del agua es estable, entre 2 y 5 °C. La comida es escasa. Esta área contiene al menos 200 especies, como los peces balón.

Zona Abisal o Abisopelágica

Es la parte del fondo marino entre los 4000 y 6000 metros. La temperatura es de 2 °C a 3 °C. Se caracteriza por la oscuridad total, el frío constante y la falta de nutrientes. Sin embargo, las criaturas aquí soportan la oscuridad y las presiones más altas.

Los organismos que viven aquí se han adaptado a este ambiente extremo. Algunos tienen dientes muy grandes, cuerpos blandos, bocas enormes y estómagos que se estiran. Otros tienen poca coloración, cuerpos transparentes o apariencias únicas.

Zona Hadal

Es la zona más profunda del océano, con más de 6000 metros. La presión es extremadamente alta. Al igual que la zona abisal, no hay luz, la comida es limitada y los nutrientes son escasos. Debido a la falta de luz, muchos animales tienen visión reducida o son ciegos. Sus ojos grandes solo perciben destellos de luz. Aquí viven peces de la familia Liparidae y holoturias.

Clasificación de las zonas oceánicas

Zona Nombre común Profundidad Temperatura del agua
Fótica Eufótica (epipelágica) 0–200 metros Muy variable
Disfótica (mesopelágica) 200–1000 metros 4 °C o 39 °F (variable)
Afótica Batial 1000–3000 metros 4–12 °C o 39–54 °F
Abisal 3000–6000 metros 0–4 °C o 32–39 °F
Hadal Más de 6000 metros 1–2.5 °C o 34–36 °F

Fondo marino

Archivo:Malacosteus niger 1
Pez demonio (Malacosteus niger).
Archivo:Nematostomias gladiator
Leptostomias gladiator.

No se sabe cuántas especies habitan en el fondo marino. Las que se han visto suelen tener formas muy diferentes a los peces de la superficie. Estas criaturas se han adaptado a las condiciones extremas. Algunas, como el calamar colosal, son gigantes. Crecen muy despacio y viven muchos años, como los gusanos de tubo gigante que pueden vivir hasta 250 años.

Debido a la falta de alimento y luz, estos organismos han desarrollado estómagos que se deforman, órganos que producen luz, dientes enormes y cabezas muy grandes. Un ejemplo es el pez pelícano, cuya cabeza es desproporcionadamente grande.

En algunos lugares del fondo marino hay fuentes hidrotermales cerca de volcanes submarinos. Aunque el agua que sale es muy caliente, la temperatura general en estas profundidades es de 0 °C a -3 °C. Estas "chimeneas" submarinas fueron descubiertas en 1977. Cerca de ellas viven muchos organismos como camarones, almejas y cangrejos.

Temperatura

La temperatura en los abismos oceánicos se mantiene constante, entre 2 °C y 3 °C. Sin embargo, las fuentes hidrotermales expulsan agua muy caliente, que puede llegar a los 400 °C.

La temperatura del agua disminuye con la profundidad. Por debajo de los 3000 y 4000 metros, la temperatura es muy constante, entre 0 y 3 °C. No hay cambios de temperatura por estaciones o años. Es uno de los hábitats con la temperatura más estable de la Tierra.

Los científicos creen que el calentamiento global podría afectar gravemente a las especies abisales. Un aumento de la temperatura del agua aceleraría su metabolismo, lo que significa que necesitarían más alimento en un lugar donde ya es escaso.

Oscuridad

La mayoría de los organismos de las profundidades están adaptados a la oscuridad total. Soportan presiones muy altas porque sus cuerpos tienen mucha agua y no tienen espacios vacíos. Esto les permite resistir el peso del agua.

Muchas especies marinas profundas tienen ceguera parcial o total debido a la falta de luz. Sin embargo, han desarrollado adaptaciones especiales para orientarse. Pueden producir luz (bioluminiscencia) o usar otros sentidos, como la sensibilidad a los campos eléctricos de otros animales.

Casi toda la vida en el océano depende de la fotosíntesis de las plantas marinas. La fotosíntesis necesita luz solar. En las profundidades, donde la luz es mínima o nula, la vida se adapta a la oscuridad.

Presión

Los organismos abisales han evolucionado para sobrevivir a las enormes presiones del océano profundo. La presión aumenta aproximadamente una atmósfera cada diez metros. Los científicos han descubierto que a mayor profundidad, la piel de estos organismos es más densa. Sus tejidos están compuestos de mucha agua, lo que les permite soportar la presión sin ser aplastados.

La presión es el factor ambiental más importante para las criaturas de aguas profundas. En el mar profundo, la presión varía de 20 a 1000 atmósferas. Es difícil estudiar los efectos directos de la presión en la mayoría de las criaturas abisales. Sin embargo, la tecnología actual permite capturar especies y llevarlas a la superficie manteniendo la misma presión.

Es casi imposible que los organismos abisales sobrevivan en la superficie debido a la gran diferencia de presión. Estudiar su comportamiento es complejo. Un invento llamado "trampa presurizada especial" permite capturar peces del fondo y llevarlos a la superficie manteniendo la presión y temperatura de su hábitat. Esto ayuda a los biólogos a estudiarlos mejor.

Biodiversidad

El fondo marino tiene una gran variedad de vida. Se divide en:

  • Meiofauna: Organismos muy pequeños, como gusanos cilíndricos.
  • Macrofauna: Especies que miden 0.5 milímetros o más, como moluscos y pequeños crustáceos.
  • Megafauna: Especies que se miden en centímetros, como pepinos de mar y peces.

Se han encontrado once especies de moluscos primitivos (monoplacóforos) a más de 2000 metros de profundidad. La mayoría provienen del océano Pacífico.

Cerca de las fuentes hidrotermales y las filtraciones frías, hay grandes comunidades de organismos que soportan condiciones extremas de temperatura o salinidad. Estos microorganismos son la base de vastos ecosistemas de animales multicelulares. Aquí viven mejillones, gusanos de tubo gigante y camarones. En la fosa de Japón, se han encontrado especies marinas a más de 7 kilómetros de profundidad.

En la década de 1970, se encontró un pez llamado Abyssobrotula galatheae en la fosa de Puerto Rico a más de 8000 metros. En 2008, se filmó un pez baboso a 7700 metros en la fosa de Japón. Este récord fue superado en 2014 y 2017 con peces babosos a más de 8100 metros.

Ecosistemas

La zona afótica tiene varios ecosistemas únicos que no dependen de la luz. Aquí se encuentran los "fumadores negros", que son respiraderos hidrotermales en el fondo marino. Parecen chimeneas negras que emiten minerales con azufre.

Hay dos tipos principales de comunidades hidrotermales:

  • Fumarolas negras: Expulsan sulfuros de hidrógeno a más de 400 °C.
  • Fumarolas blancas: Son más pequeñas y emiten minerales más ligeros.

Alrededor de estos "fumaderos", bacterias especiales transforman los gases en alimento. Esto permite la vida de muchos animales, como los gusanos de pompeya y los cangrejos yeti.

Las "filtraciones frías" también albergan muchas especies. En ellas, burbujas de gases como metano emergen continuamente. En el golfo de México, a más de 3000 metros, hay una gran variedad de animales que se han desarrollado gracias a estas filtraciones de metano.

Llanura Abisal

La llanura abisal es una parte del fondo oceánico que se extiende por la zona abisal. Su suelo se forma por la expansión del fondo marino y la fusión de la corteza oceánica. El magma sube y forma nueva corteza en las crestas oceánicas.

Las llanuras abisales están cubiertas por sedimentos, principalmente arcilla y limo. Gran parte de este sedimento es arrastrado por avalanchas submarinas desde los taludes continentales. También se encuentran nódulos polimetálicos con metales como manganeso, hierro y cobre.

Aunque se pensaba que las llanuras abisales eran desérticas, las investigaciones muestran que tienen una gran variedad de vida microbiana. En una expedición, se encontraron aproximadamente 2000 organismos bacterianos, más de 200 especies de protozoos y 500 de invertebrados.

Especies abisales

Archivo:Wissenschaftliche Ergebnisse der Deutschen Tiefsee-Expedition auf dem Dampfer "Valdivia" 1898-1899 (Tafel 15) (7413862480)
Ejemplos de especies abisales.

Se conoce muy poco sobre las profundidades oceánicas, por lo que es difícil saber cuántas especies viven allí. Los biólogos y científicos realizan expediciones para estudiar estos ecosistemas. Sin embargo, es complicado porque se necesitan naves especiales que soporten las grandes presiones.

Los animales de la zona abisal tienen metabolismos muy lentos. Por ejemplo, los mixines pueden pasar hasta 7 meses sin comer. Aunque son casi ciegos, han desarrollado otros sentidos como el tacto y el olfato para encontrar alimento.

La fauna abisal incluye muchos vertebrados, como peces de diferentes tipos. Los quimeriformes, como la especie Harriotta haeckeli, viven a más de 2600 metros. Otros peces de aguas profundas son los ophidiiformes, saccopharyngiformes y lophiiformes.

Entre los invertebrados, destacan los gusanos de tubo gigante Riftia pachyptila, que pueden vivir más de dos siglos. Viven cerca de las fuentes hidrotermales y se alimentan de bacterias y sulfuro de hidrógeno mediante un proceso llamado quimiosíntesis.

Archivo:Head of a pacific Viperfish 4037
Chauliodus macouni, encontrado a 5000 metros de profundidad.

También hay varios tipos de moluscos, como los calamares vampiro Vampyroteuthis infernalis que pueden vivir hasta 7000 metros. El pulpo telescopio es translúcido y tiene ojos tubulares. Los "calamares gigantes" (género Architeuthis) son muy misteriosos y pueden medir mucho, viviendo entre 200 y 3000 metros.

El tiburón de seis branquias Hexanchus griseus también vive en las regiones abisales, hasta 3000 metros. Se alimenta de peces y carroña. Se cree que ha evolucionado desde hace 200 millones de años, por lo que se le considera un tiburón primitivo.

Entre los crustáceos, hay muchas especies de decápodos que viven en las llanuras abisales hasta 5000 metros. También se han encontrado anfípodos gigantes, que son mucho más grandes de lo normal. En 2012, se encontró un anfípodo de 35 centímetros en la fosa de Kermadec.

Archivo:Giant Squid NASA
Architeuthis, una especie que alcanza grandes dimensiones y profundidades.

Los picnogónidos, también llamados arañas de mar, tienen varios colores y tamaños. Algunos miden más de 50 centímetros y viven a grandes profundidades, hasta 6 kilómetros. Se alimentan de animales del fondo marino como anémonas de mar y crustáceos.

En el grupo de los Cnidaria, se encuentran anémonas, corales y medusas. Las medusas, con su forma de campana, han sido filmadas a profundidades de 1000 a 2000 metros, y se han reportado ejemplares a casi 4000 metros.

Algunas especies abisales:

Características de las especies abisales

Los peces y otros organismos abisales viven en las profundidades, generalmente a más de 1000 metros. Esta parte del océano se conoce como zona abisopelágica. Muchas de estas criaturas también se encuentran en la zona batipelágica (1000 a 4000 metros) y algunas en la zona hadopelágica (más de 6000 metros).

Estos animales marinos han desarrollado formas de adaptarse para soportar las grandes presiones. También tienen estrategias para encontrar alimento en un lugar con escasez de nutrientes y sin luz.

Gigantismo

Archivo:Mesonychoteuthis hamiltoni
Calamar colosal Mesonychoteuthis hamiltoni.

Algunas especies crecen a un tamaño mucho mayor de lo normal, un fenómeno llamado gigantismo. Se cree que esto ocurre cuando hay poco alimento, lo que hace que su crecimiento y reproducción sean más lentos. Otra idea es que los animales más grandes tienen un metabolismo más lento, lo que significa que necesitan menos recursos.

Un ejemplo claro es el calamar colosal, Mesonychoteuthis hamiltoni. Vive en aguas profundas y se han encontrado ejemplares de hasta 14 metros de largo y 750 kilogramos de peso. También tienen los ojos más grandes del mundo animal.

Bioluminiscencia

La bioluminiscencia es una característica especial de estas criaturas: emiten luz propia. Lo hacen gracias a bacterias que viven en su cuerpo. Al alimentar a estas bacterias, obtienen luz a cambio. Esta luz les sirve para atraer presas, ahuyentar a depredadores y para el apareamiento. Algunos peces tienen una especie de "antena" en la cabeza que produce luz. Otros, como los "peces demonio", tienen órganos que emiten luz roja, que la mayoría de los animales abisales no pueden ver.

Aspecto

Muchos animales abisales tienen ojos grandes y adaptados para ver en la oscuridad. Sus ojos tienen una capa especial que refleja la luz, lo que mejora su visión nocturna. Esto les permite detectar presas en la oscuridad total.

Otros desarrollan dientes grandes, afilados y muy visibles. A veces, estos dientes son más grandes que su propio cuerpo. Estas características hacen que a menudo se les llame "monstruos marinos".

Alimentación

En las profundidades abisales no hay plantas que realicen fotosíntesis. La comida principal proviene de los restos de organismos que mueren en las capas superiores del océano y caen lentamente, como una "nieve marina". Algunas especies abisales se alimentan directamente de esta nieve marina.

Ciertas bacterias en estas capas profundas pueden usar energía química para producir su propio alimento. Este proceso también es una fuente de alimento para otros animales abisales, como los gusanos de tubo.

Ciclo de vida

El ciclo de vida de estas criaturas marinas puede ocurrir completamente en aguas profundas. Sin embargo, algunas nacen en aguas menos profundas y se mueven a las profundidades al crecer. Se cree que los huevos y larvas a menudo tienen gotas de aceite que les ayudan a flotar.

En algunos peces abisales, como los del orden Lophiiformes, la reproducción es muy particular. Los machos se unen a la hembra para asegurar la fertilización.

Coloración

Normalmente, los organismos de aguas profundas tienen colores opacos u oscuros. Muchos tienen bacterias que actúan como "focos de luz", lo que les permite cambiar de color debido a reacciones químicas. Algunas especies emiten luz roja para ver e identificar a sus presas.

Algunos animales han perdido la capacidad de ver ciertos colores, como el rojo. Esto se debe a que la luz roja es absorbida por el agua y no llega a las profundidades. Por ejemplo, el "pez ballena rojo" tiene una tonalidad oscura que le ayuda a camuflarse y pasar desapercibido.

Censos e investigaciones

Las grandes profundidades y llanuras abisales de los océanos cubren casi la mitad de la superficie de la tierra. Son lugares fríos, oscuros y remotos, y en gran parte inexplorados. Se sabe que son ricos en vida y albergan miles de especies que viven en condiciones extremas. Sin embargo, la mayoría de estos organismos no han sido estudiados a fondo.

Antes del año 2000, las investigaciones biológicas en las profundidades abisales eran esporádicas. Se realizaban en barcos especiales de varios países. En el siglo XXI, se hicieron más estudios, pero las dificultades técnicas y logísticas complicaron la investigación.

A mediados de 2003, se creó el Censo de la Diversidad de la Vida Marina Abisal (CeDAMar). Este proyecto, parte del Censo de Vida Marina, busca estudiar la diversidad, distribución y cantidad de organismos que viven en el fondo marino. CeDAMar ha realizado estudios con el apoyo de instituciones de todo el mundo. Entre 2009 y 2010, se recopiló información de 300 artículos científicos.

CeDAMar también ha desarrollado proyectos en los océanos Atlántico, Pacífico, Índico y Antártico para evaluar la biodiversidad marina. Han creado una gran base de datos sobre organismos abisales.

Gráfico sobre cantidad de especies abisales encontradas
* Datos según las investigaciones del Censo de la Diversidad de la Vida Marina Abisal.

Para conocer mejor la cantidad de especies en los ecosistemas abisales, varias instituciones y centros, liderados por CeDAMar, han unido esfuerzos. Quieren compartir datos e información sobre las especies. El Museo de Historia Natural también ha contribuido con información precisa. Gracias a estos esfuerzos, se describieron 500 nuevas especies abisales en la primera década de los años 2010. Casi la mitad de estas especies eran crustáceos.

Los datos oficiales indican que se han encontrado 17 500 nuevas especies en los fondos marinos. Esto fue posible gracias a la colaboración de 344 científicos de 34 países.

Impacto humano

El fondo marino es un lugar con mucha vida. Sin embargo, las empresas mineras y de extracción de petróleo están llegando a las profundidades oceánicas. Esto causa daños a los ecosistemas. La recuperación de las poblaciones afectadas es lenta, ya que la mayoría de las especies crecen despacio y tardan en madurar. Los grandes corales de aguas profundas son muy vulnerables, en parte por la pesca de arrastre.

La explotación de recursos y el cambio climático también afectan a la fauna de las profundidades. Hay depósitos de cobre, níquel, cobalto y otros elementos en los fondos abisales del océano Pacífico. También hay metales valiosos como oro y plata que provienen de las fuentes hidrotermales. Estos metales se extraen con equipos especiales. Las consecuencias incluyen la muerte de organismos marinos por intoxicación, la destrucción de ecosistemas y problemas en la cadena alimenticia.

Además de la minería, el vertido de residuos es una amenaza para las especies marinas profundas. Aunque esta práctica fue prohibida en los años 70, ha habido casos de contaminación. Por ejemplo, en 1993, un barco ruso derramó residuos líquidos cerca de la costa de Japón.

Se cree que los desechos marinos son comunes en casi todos los océanos. Según la organización Clean Up the World, unos 8 millones de toneladas de basura, principalmente plástico, están en los océanos. Aunque la zona abisopelágica es una de las capas más profundas, se ha demostrado que la contaminación ha afectado a varias especies abisales, como los anfípodos. Científicos ingleses encontraron que el tejido de crustáceos en la fosa de las marianas y Kermadec estaba afectado por compuestos químicos usados en equipos eléctricos y como retardantes de llama.

Véase también

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Fauna abisal para Niños. Enciclopedia Kiddle.