robot de la enciclopedia para niños

Transición energética para niños

Enciclopedia para niños

La transición energética es un gran cambio en la forma en que producimos y usamos la energía. Imagina que pasamos de usar fuentes de energía antiguas y contaminantes a otras nuevas y limpias. Este cambio es muy importante para cuidar nuestro planeta y asegurar un futuro mejor para todos.

Históricamente, estos cambios de energía tomaban mucho tiempo, a veces décadas. Pero la transición que estamos viviendo ahora es diferente, porque necesitamos hacerla más rápido debido a los desafíos del clima y las nuevas tecnologías.

Este cambio afecta tres cosas principales:

  • Las tecnologías que usamos para generar energía.
  • Las infraestructuras (como las redes eléctricas) que nos ayudan a producir y distribuir esa energía.
  • Las formas en que consumimos la energía en nuestros hogares y ciudades.

La transición energética actual es muy importante porque necesitamos actuar contra el calentamiento global. Para evitar que la temperatura del planeta suba demasiado, debemos dejar de emitir gases de efecto invernadero en las próximas décadas. Esto significa que tenemos que dejar de usar combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural y el carbón, y reemplazarlos por fuentes de energía que no contaminen o que contaminen muy poco. Algunas de estas fuentes son la energía eólica (del viento), la energía solar (del sol), la energía hidroeléctrica (del agua), la energía geotérmica (del calor de la Tierra) y la energía marina (de las olas y mareas).

Este cambio busca resolver problemas del medio ambiente, de nuestra salud y económicos. Queremos producir y distribuir energía de forma más limpia y sostenible. También implica que todos aprendamos a consumir menos energía.

Archivo:Schneebergerhof 01
Matriz fotovoltaica y turbinas de viento en el parque eólico Schneebergerhof en Alemania.

Para que la transición energética funcione bien y a tiempo, necesitamos varias acciones al mismo tiempo. Es clave ahorrar energía y mejorar la eficiencia energética (usar menos energía para hacer lo mismo). Por ejemplo, los medidores eléctricos inteligentes pueden ayudar a usar la electricidad cuando hay mucha disponible y reducir el consumo cuando las energías renovables son escasas.

Se espera que, después de esta transición, la mayor parte de la energía del mundo provenga de fuentes renovables. Algunas proyecciones indican que la energía solar fotovoltaica podría generar más de la mitad de la electricidad mundial para 2060, lo que reduciría mucho las emisiones de gases de efecto invernadero.

Transición energética justa: ¿Qué significa?

La transición energética justa busca asegurar que este gran cambio beneficie a todas las personas y comunidades. Esto incluye, por ejemplo, a los trabajadores y las comunidades que hoy dependen de la industria de los combustibles fósiles.

El objetivo es lograr las metas ambientales, como las del Acuerdo de París, sin que las poblaciones más vulnerables paguen el costo. Una transición justa debe buscar nuevas oportunidades de empleo para quienes puedan verse afectados por estos cambios.

Historia de los cambios energéticos

Archivo:US-WA-Olympia-Capitol-StopCoalTrain-2013.01.14-013
Protesta en Olympia, Washington, pidiendo eliminar los combustibles fósiles.

Un buen ejemplo de transición energética es el paso de un sistema preindustrial, que usaba biomasa (como la leña) y otras fuentes renovables (viento, agua, fuerza muscular), a un sistema industrial que usaba máquinas de vapor y carbón.

La historia nos enseña mucho sobre los sistemas de energía. Por ejemplo, la necesidad de mucha leña para las fábricas antiguas llevó a la escasez de madera. Cuando Gran Bretaña tuvo que usar carbón porque se quedaron sin madera, esto ayudó a impulsar la Revolución Industrial. De manera similar, el uso de turba y carbón fue clave para la Edad de Oro de Holanda. Otro ejemplo es cuando la caza de ballenas en el siglo XIX disminuyó, y el aceite de ballena fue reemplazado por queroseno y otros productos del petróleo.

La tecnología es un motor de cambio importante, pero es difícil predecir cómo afectará los sistemas de energía. A veces, se sobreestima el potencial de las nuevas tecnologías y se subestima lo lento que cambian los sistemas de energía ya existentes, como las centrales eléctricas que funcionan por décadas. La velocidad necesaria para esta transición energética es muy alta, comparada con las del pasado.

La "transición energética" también puede significar un cambio en las políticas. Por ejemplo, pasar de grandes centrales de energía a la generación de energía más pequeña y distribuida (como la que se produce en casas o edificios). También busca que ahorremos energía y seamos más eficientes. En un sentido más amplio, puede significar una mayor democratización de la energía y una tendencia hacia una mayor sostenibilidad.

En 2018, en la Cumbre del G20 en Argentina, los Ministros de Energía reconocieron que cada país tiene un camino diferente para lograr sistemas de energía más limpios, promoviendo la sostenibilidad y la seguridad energética. Esto se debe a que cada país tiene sus propios recursos, necesidades y tecnologías.

Tecnologías y estrategias clave

Para mantener el calentamiento global por debajo de 2 °C, necesitamos transformar por completo cómo producimos, distribuimos, almacenamos y consumimos energía. Esto implica cambiar muchas tecnologías y hábitos.

Las estrategias para reducir el cambio climático se centran en tres puntos principales:

  • Usar fuentes de energía que emitan pocos gases para producir electricidad.
  • Aumentar el uso de electricidad en lugar de quemar combustibles fósiles directamente.
  • Adoptar rápidamente medidas para ser más eficientes en el uso de la energía.

El aumento del consumo de energía hace que el cambio de combustibles fósiles a fuentes limpias sea más difícil. La nueva energía limpia no solo debe cubrir la demanda creciente, sino también reemplazar los combustibles fósiles que ya se usan. Para 2050, el mundo debe reducir su consumo de energía en un 6 % y las energías renovables deben representar el 77 % del total, un gran aumento respecto al 16 % de 2020.

Energías renovables: El futuro de la energía

Archivo:Parabolic trough solar thermal electric power plant 1
Planta de energía cilíndrico-parabólica para la producción de electricidad en California.

Las fuentes de energía más importantes para una transición energética con bajas emisiones son la energía eólica y la energía solar. Estas podrían reducir miles de millones de toneladas de CO2 al año. Otras fuentes renovables son la bioenergía, la energía geotérmica y la energía mareomotriz.

La energía hidroeléctrica es la fuente limpia que más electricidad genera en el mundo. Sin embargo, su crecimiento es limitado debido a su dependencia de la geografía y a su impacto ambiental y social.

Las energías eólica y solar son más fáciles de expandir, aunque necesitan grandes extensiones de tierra y materiales. Han crecido mucho en las últimas décadas porque sus costos han bajado rápidamente. En 2019, la energía eólica suministró el 5,3 % de la electricidad mundial y la solar el 2,6 %.

A diferencia de la energía hidroeléctrica, la producción de energía eólica y solar depende del clima. Por eso, las redes eléctricas deben adaptarse para evitar desperdicios. La energía hidroeléctrica embalsada puede controlarse, mientras que la solar y la eólica son más variables.

Estas fuentes variables necesitan respaldo o almacenamiento de energía para asegurar un suministro continuo. Las tecnologías de almacenamiento son clave. La más usada es la hidroelectricidad de bombeo. Otras formas importantes son las baterías eléctricas.

Es necesario invertir mucho más en las redes eléctricas para integrar las energías renovables. Si no se mejora la infraestructura a tiempo, podría haber un aumento significativo de las emisiones de CO2.

Los principales obstáculos para el uso generalizado de las energías renovables no son tecnológicos ni económicos, sino sociales y políticos. Incluyen la falta de acción política, el consumo insostenible de energía, las infraestructuras antiguas y las limitaciones financieras.

Integración de energías renovables variables

Archivo:Micro-grid using small wind turbines, solar PV, energy storage.
Microgeneración en Cabo Verde usando turbinas eólicas, energía solar fotovoltaica y almacenamiento de energía.

Con más energías renovables, la producción local de electricidad es más variable. Para manejar estas fluctuaciones, se recomienda combinar la energía eólica y solar y extender las redes eléctricas a grandes áreas. Esto reduce la dependencia de las condiciones meteorológicas locales.

Cuando los precios varían mucho, el almacenamiento de electricidad y la ampliación de la red son más competitivos. Las fluctuaciones rápidas aumentan con una gran integración de energía eólica y solar, pero pueden manejarse con reservas. Las baterías a gran escala pueden reaccionar en segundos y se usan cada vez más para mantener estable la red eléctrica.

Barreras en la transición energética

Uno de los desafíos clave es la capacidad de las empresas eléctricas para adaptarse a los cambios. Muchas han sido lentas en adoptar energías renovables porque siguen invirtiendo en combustibles fósiles.

El debate sobre la transición energética está muy influenciado por las industrias de combustibles fósiles, que a menudo ejercen presión sobre los gobiernos.

Índice de Transición Energética

El Índice de Transición Energética (ETI) es una herramienta creada por el Foro Económico Mundial para evaluar cómo 120 países están avanzando en su sistema energético en términos de sostenibilidad, seguridad y desarrollo económico. El informe de 2024 mostró que los 10 países con mejores resultados en esta transición representan solo una pequeña parte de las emisiones mundiales y del consumo de energía.

La transición energética en Europa

La UE considera la transición energética una de sus principales acciones para combatir el cambio climático.

En 2014, el Consejo Europeo acordó reducir los gases de efecto invernadero en al menos un 40 % para 2030, aumentar la energía renovable a más del 32 % y mejorar la eficiencia energética en al menos un 32,5 %.

En 2019, la UE propuso el Pacto Verde Europeo, que incluye medidas para el sector energético. En 2020, la UE aumentó su objetivo de reducción de gases de efecto invernadero a un 55 % para 2030. Para lograrlo, en 2021 se presentó el paquete de medidas "Fit for 55".

La guerra en Ucrania en 2022 impulsó nuevas políticas para reducir la dependencia del gas ruso, fomentando el uso de energías renovables. El plan REPowerEU busca acabar con la dependencia de los combustibles rusos y enfrentar la crisis climática.

Alemania: Un ejemplo de cambio

Archivo:Energy transition scenario in Germany
Escenario de transición energética en Alemania.

Alemania es un ejemplo de transición hacia la energía sostenible, conocida como Energiewende (cambio energético en alemán). Su objetivo es reemplazar la energía nuclear y reducir los combustibles fósiles, buscando que el 60 % de su energía provenga de fuentes renovables para 2050. Para 2030, quieren que el 65 % de la electricidad sea renovable.

Esta política ha llevado a una gran expansión de las energías renovables, especialmente la eólica. La participación de Alemania en las energías renovables ha crecido del 5 % en 1999 al 17 % en 2010. Se garantiza un precio fijo a los productores de energía renovable, lo que ha impulsado la creación de cooperativas de energía. Además, se han cerrado centrales nucleares antiguas y las que quedan se cerrarán para 2022.

Sin embargo, depender menos de la energía nuclear ha significado una mayor dependencia de los combustibles fósiles en algunos momentos. También ha habido desafíos, como la necesidad de construir o modernizar miles de kilómetros de líneas eléctricas. Los costos de esta transición se han trasladado a los consumidores, aunque los precios de la electricidad para hogares disminuyeron a principios de 2015.

Austria: Energía hidroeléctrica como base

Austria inició su transición energética hace décadas. Gracias a su geografía, produce mucha energía de fuentes renovables, sobre todo hidroeléctrica. En 2013, el 78,4 % de su producción nacional venía de renovables. Austria no tiene centrales nucleares.

Aunque la producción nacional es renovable, solo cubre el 36 % del consumo total de energía del país, que incluye transporte y calefacción. El petróleo sigue siendo una parte importante del consumo total. Austria está en camino de cumplir el objetivo de la UE de que el 34 % de su consumo de energía final sea renovable para 2020. Algunas ciudades, como Güssing, son pioneras en producir más energía renovable de la que necesitan.

Dinamarca: Pionera en energía eólica

Dinamarca, que dependía del petróleo importado, se vio muy afectada por la crisis del petróleo de 1973. Esto llevó a un debate sobre la energía nuclear, pero un fuerte movimiento antinuclear logró que se prohibiera su construcción en 1985. Dinamarca optó por las energías renovables, centrándose en la energía eólica.

Desde finales del siglo XIX, Dinamarca tenía experiencia con aerogeneradores. En los años 70, se pensó que el 10 % de la electricidad del país podría venir del viento. Se fomentó la instalación de pequeños aerogeneradores en granjas. A finales de los 70 y en los 80, Dinamarca desarrolló un importante comercio de exportación de aerogeneradores. En 2011, las energías renovables cubrían el 41 % del consumo de electricidad, y la energía eólica sola representaba el 28 %. El gobierno busca aumentar la participación de la energía eólica al 50 % para 2020 y reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 40 %.

Desde 2013, se prohibió la instalación de calefacción a gas o petróleo en edificios nuevos, y desde 2016, en edificios existentes. Dinamarca quiere reducir el uso de combustibles fósiles en un 33 % para 2020 y ser completamente independiente del petróleo y gas natural para 2050.

España: Ley de cambio climático

España aprobó en mayo de 2021 la Ley de cambio climático y transición energética. Esta ley busca que para 2030, al menos el 42 % del consumo final de energía sea renovable, que el 72 % de la electricidad provenga de fuentes renovables y que la eficiencia energética mejore en al menos un 35 %.

La ley propone reformar el sector eléctrico, fomentar la generación de electricidad con minicentrales hidráulicas, facilitar las instalaciones solares en los hogares y promover gases renovables como el biometano y el hidrógeno. Para mejorar la eficiencia, se planea rehabilitar viviendas y fomentar el transporte sostenible, como los vehículos eléctricos y otros combustibles verdes.

Francia: Debates y objetivos

Desde 2012, Francia ha tenido debates políticos sobre la transición energética y cómo puede beneficiar a su economía. El gobierno inició un plan para implementar la transición energética, abordando preguntas como:

  • ¿Cómo puede Francia avanzar en la eficiencia energética y el ahorro de energía?
  • ¿Cómo lograr la mezcla de energías para 2025? Francia busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40 % para 2030 y en un 60 % para 2040.
  • ¿En qué energías renovables debe apoyarse Francia? ¿Cómo promover la energía eólica y solar?
  • ¿Qué costos y formas de financiamiento se necesitan para las energías alternativas?

En 2015, se aprobó una ley para la transición a vehículos con bajas emisiones. Francia es uno de los países con menores emisiones de carbono en relación con su economía.

La transición energética en Latinoamérica

Archivo:Piles of Salt Salar de Uyuni Bolivia Luca Galuzzi 2006 a
Pilar de sal en el Salar de Uyuni, Bolivia.

Argentina

La energía en Argentina depende mucho de los combustibles fósiles, especialmente el gas natural y el petróleo, que representan cerca del 90 % de sus fuentes primarias. El país ya pasó de usar petróleo a usar gas después de los años 80.

Aunque se ha avanzado en la planificación para 2050 con el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación del Cambio Climático, el uso de gas en la energía sigue siendo un tema de debate. En 2023, se publicaron documentos clave que muestran una tendencia a seguir dependiendo de los fósiles para 2030, pero también estrategias a 2050 que incluyen eficiencia energética, hidrógeno de bajas emisiones y una transición justa.

Bolivia

En 2006, Bolivia promovió el uso de gas natural en lugar de otros combustibles fósiles, ya que tenía mucho gas. Esto impulsó el cambio de diésel a gas en industrias y transporte público, y la construcción de plantas termoeléctricas. Aunque Bolivia tiene un excedente de electricidad para exportar, las reservas de gas están disminuyendo. Por eso, Bolivia ha empezado a usar energías renovables como la solar y eólica, aunque de forma incipiente, y también la energía hidroeléctrica.

Actualmente, el 81 % de la energía primaria de Bolivia viene del gas natural. El uso de energías renovables es aún pequeño, pero el país tiene un gran potencial para la energía solar y eólica, especialmente en el altiplano.

A pesar de algunos proyectos de energías renovables, la transición avanza lentamente. La expansión de los biocombustibles ha tenido un impacto negativo en el Amazonas. Además, muchos recursos energéticos están en territorios indígenas, que no siempre han sido incluidos en el desarrollo energético. El litio del Salar de Uyuni es un recurso clave para la transición energética mundial.

Brasil

En 2023, Brasil duplicó su inversión en energías renovables, lo que lo posiciona entre los países que más invierten en transición energética. Según el Índice de Transición Energética, Brasil es el país latinoamericano mejor preparado para la transición.

Casi la mitad de la energía de Brasil proviene de fuentes renovables. En cuanto a la electricidad, el 89.2 % es renovable, liderada por la energía hidráulica, seguida de la eólica y la solar. Se espera que para 2050, Brasil reduzca mucho el uso de combustibles fósiles, con más del 70 % de energía renovable. La biomasa, la energía eólica y la solar serán clave.

La agricultura y el uso de la tierra son responsables de la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero en Brasil. Para lograr la neutralidad de carbono en 2050, Brasil debe eliminar la deforestación ilegal antes de 2028.

Chile

Archivo:The solar power plant at ESO’s La Silla Observatory (lasilla solar farm 2)
La central solar del Observatorio La Silla de ESO en Chile.

Chile ha acelerado su transición energética con apoyo político y tecnologías verdes. Su objetivo es que el 70 % de su energía total sea renovable para 2030 y ser neutro en carbono para 2050. En 2023, el 37 % de la energía generada provino de fuentes renovables no convencionales.

El país ha establecido una hoja de ruta energética y una Estrategia Nacional de Electromovilidad, buscando electrificar el transporte público para 2040 y que el 40 % de los vehículos privados sean eléctricos para 2050.

Debido a su geografía, Chile ha usado mucho la energía hidráulica. También, el desierto de Atacama es ideal para la energía solar fotovoltaica. En 2014, se aprobó una ley que permite a los ciudadanos generar su propia energía eléctrica y vender el excedente. Chile tiene más de 30 parques solares.

La ubicación de Chile también es favorable para la energía eólica. Los primeros parques eólicos se instalaron a principios de los 2000. Chile es uno de los principales productores de energía eólica en la región.

Colombia

La transición energética en Colombia ha sido un proceso gradual. Se inició con leyes para proteger los recursos naturales y el medio ambiente, y para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

En 2001, se creó un programa para promover el uso de fuentes de energía renovable no convencionales como la biomasa, eólica, solar y geotérmica. Sin embargo, no fue hasta 2015-2016, después de una crisis energética, que el gobierno se tomó en serio la necesidad de una transición.

Colombia tiene muchas leyes relacionadas con la transición energética, siendo la Ley 1715 de 2014 la más importante, que regula la integración de las energías renovables no convencionales. A pesar de esto, en 2020 los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) seguían siendo la principal fuente de energía.

En el sector eléctrico, la energía hidroeléctrica representó el 65 % de la generación en 2020. El transporte es el mayor consumidor de energía, casi todo con combustibles fósiles.

El Plan Energético Nacional (2022-2050) busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles y aumentar las energías renovables.

Costa Rica

Archivo:San Carlos, Alajuela, Costa Rica 03
Turbinas eólicas en San Carlos, Alajuela, Costa Rica.

Costa Rica ha avanzado mucho en su descarbonización y transición energética. Decidió prohibir la extracción de combustibles fósiles hasta 2050. Desde 2015 hasta 2022, el país ha generado más del 98 % de su electricidad con fuentes renovables, principalmente hidroeléctricas, sin usar centrales de carbón ni gas natural.

El Plan Nacional de Descarbonización busca eliminar gradualmente los combustibles fósiles y lograr una economía con cero emisiones netas para 2050. A pesar de esto, los combustibles fósiles aún dominan la energía del país, sobre todo en el transporte.

En 2022, la energía hidroeléctrica aportó el 73 % de la electricidad, seguida de la geotérmica y la eólica. Un desafío es eliminar el uso de combustibles fósiles en la temporada seca, lo que requiere tecnologías de almacenamiento.

La electromovilidad ha sido impulsada por una ley que exime de impuestos a los vehículos eléctricos y facilita la creación de una red de cargadores. Esto ha hecho que el uso de vehículos eléctricos crezca mucho. Sin embargo, el sector industrial sigue dependiendo de combustibles fósiles.

Ecuador

Ecuador aún depende mucho de los hidrocarburos. La extracción de petróleo y gas natural es una parte importante de su economía y el petróleo es su principal producto de exportación.

Actualmente, el 75,05 % de la electricidad de Ecuador proviene de fuentes renovables, como centrales hidroeléctricas, fotovoltaicas, eólicas y termoeléctricas que usan biomasa y biogás. El 23,55 % de la energía se produce con combustibles fósiles.

México

México ha implementado leyes y reformas para impulsar la transición energética hacia energías limpias, como la Ley de Transición Energética de 2015. Estas leyes buscan fomentar el uso sostenible de la energía, reducir emisiones y asegurar un servicio eléctrico universal con energías limpias.

A pesar de este marco legal, México enfrenta desafíos. Uno es financiero, ya que la transición implica un gran cambio en la generación y uso de energía, afectando las finanzas públicas. Otro desafío es que el sector energético está muy controlado por el estado, lo que ha ralentizado la adopción de tecnologías limpias. Además, el país tiene un déficit en infraestructura, especialmente en sistemas de almacenamiento de energía.

El sector energético de México depende en un 89.1 % de combustibles fósiles, lo que contribuye a más de dos tercios de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Aunque México tiene un gran potencial de recursos renovables (solar, eólica, geotérmica y biomasa), la infraestructura no ha facilitado su rápida integración.

Panamá

Panamá es uno de los países más lluviosos del mundo, lo que le ha permitido generar cerca del 97 % de su electricidad con energía renovable, principalmente hidroeléctrica. Sin embargo, depender tanto de la hidroelectricidad también tiene desafíos, como la variabilidad de las lluvias por fenómenos climáticos y el cambio climático.

Para reducir estos riesgos, Panamá ha diversificado su matriz energética con la Agenda de Transición Energética (ATE) de 2020. Esta agenda busca aumentar el uso de energías renovables no hidroeléctricas, como la eólica y solar, que han crecido mucho. También promueve la movilidad eléctrica y la modernización del sector eléctrico.

Panamá ya supera el promedio regional en el uso de energías renovables. En la COP26, el país se comprometió a mantener al menos un 70.4 % de energías renovables en su electricidad para 2030.

A pesar de estos avances, Panamá sigue dependiendo mucho de los combustibles fósiles, especialmente en el transporte, lo que lo expone a la volatilidad de los precios internacionales.

Paraguay

Archivo:Represa de Itaipu

Paraguay es uno de los países con la producción de energía eléctrica más limpia del mundo. El 99.9 % de su electricidad proviene de fuentes que no emiten anhídrido carbónico, gracias a sus grandes represas binacionales: Itaipú y Yacyretá.

El sistema eléctrico de Paraguay se basa casi exclusivamente en la energía hidroeléctrica, que es renovable y no contaminante. Sin embargo, aunque la oferta de energía es muy renovable (hidroenergía y biomasa), el consumo de energía aún depende mucho de la biomasa y los hidrocarburos, que son contaminantes e importados.

Perú

El aumento de la demanda de minerales como el cobre para la transición energética mundial ha sido una gran oportunidad para Perú, cuya economía depende mucho de la minería. Sin embargo, esto también genera desafíos debido a los conflictos socioambientales relacionados con la minería.

La generación eléctrica en Perú aún depende mucho de los combustibles fósiles. En 2023, el 53 % de la energía provino de centrales termoeléctricas que usan hidrocarburos, y solo un 8.2 % de la energía nacional es generada por fuentes renovables no convencionales como la eólica, solar y biogás.

Las centrales de energías renovables están en la costa y los Andes, pero no en las regiones amazónicas, donde el acceso a la electricidad es limitado.

Uruguay

Archivo:Windmills in northern Uruguay 2
Aerogeneradores en Tacuarembó, Uruguay.

Uruguay tiene una ubicación ideal para la energía solar, eólica e hidráulica. Al no tener recursos como gas, petróleo o carbón, Uruguay enfrentó problemas de abastecimiento y altos costos de energía en 2008-2009.

En 2010, Uruguay adoptó la transición energética hacia fuentes propias y renovables. Esta primera etapa implicó una gran inversión. La transformación se hizo con el sector público coordinando y el sector privado invirtiendo.

Gracias a esta estrategia, Uruguay logró descarbonizar la generación de electricidad rápidamente. En promedio, las renovables representaron el 93 % de la electricidad entre 2018 y 2022 (53 % eólica, solar y biomasa, y 40 % hidroeléctrica), reduciendo mucho las emisiones.

La IRENA ha destacado el modelo uruguayo. En 2019, la Agencia Internacional de Energía (AIE) calificó a Uruguay como líder en América Latina en producción de energía y cuarto en el mundo en energía eólica y solar.

En 2022, las energías renovables representaron el 56 % de la energía total, un número excelente a nivel internacional. Las importaciones de electricidad han disminuido mucho.

Venezuela

Venezuela es uno de los países latinoamericanos más atrasados en la adopción de energías limpias. A pesar de los objetivos de hace una década para adaptarse al cambio climático y usar más renovables, menos del 1 % de su electricidad proviene de energía solar o eólica.

En 1999, la electricidad venezolana venía principalmente de fuentes hidroeléctricas (75.14 %) y termoeléctricas (24.86 %). Para 2010, las hidroeléctricas seguían siendo la mayoría, pero las termoeléctricas aumentaron. El aporte de las energías renovables no convencionales seguía siendo mínimo.

Los datos de 2014 muestran un retroceso: las plantas termoeléctricas aumentaron su capacidad, mientras que las hidroeléctricas disminuyeron. La energía solar y eólica combinadas apenas representaban el 0.36 % de la capacidad instalada.

El petróleo sigue siendo muy importante para Venezuela, aportando casi el 60 % del presupuesto nacional. La mayoría de las empresas usan plantas termoeléctricas de gasolina o gasoil como fuente alternativa de energía.

La transición energética en otros países

Japón

En 2012, el gobierno japonés decidió eliminar la energía nuclear para la década de 2030 o 2040. Sin embargo, días después, suspendió esta decisión debido a la presión de la industria, que argumentó que sería una carga económica y que las importaciones de petróleo, carbón y gas serían muy costosas. El gobierno aprobó la transición energética, pero sin una fecha fija para el cierre de las centrales nucleares.

Reino Unido

El Reino Unido se ha centrado en la energía eólica, tanto en tierra como en el mar. Es uno de los líderes mundiales en capacidad eólica instalada. Inicialmente, se promovió con un sistema de cuotas, pero luego se implementó una tarifa diferencial para asegurar un ingreso fijo a los productores.

Estados Unidos

En Estados Unidos, la participación de la energía renovable (sin incluir la hidroeléctrica) en la generación de electricidad ha aumentado del 3,3 % en 1990 al 5,5 % en 2013. Se espera que el uso de petróleo disminuya debido a la mayor eficiencia de los vehículos y al reemplazo del petróleo por gas natural en la industria petroquímica. Se pronostica que el rápido aumento de los vehículos eléctricos reducirá drásticamente la demanda de petróleo para 2050.

En 2016, Block Island se convirtió en el primer parque eólico marino comercial de EE. UU.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Energy transition Facts for Kids

kids search engine
Transición energética para Niños. Enciclopedia Kiddle.