Niños soldado para niños

El uso militar de niños se refiere a cuando los niños son involucrados en conflictos armados. Esto puede ocurrir de varias maneras: pueden participar directamente en combates como soldados, o pueden ser usados en tareas de apoyo como espías, mensajeros o vigías. También pueden ser utilizados para obtener una ventaja política, por ejemplo, como escudos humanos o para fines de propaganda. A lo largo de la historia y en muchas culturas, los niños han sido parte de campañas militares, incluso cuando esto iba en contra de las costumbres de su sociedad.
Contenido
Historia del uso militar de niños

Desde hace mucho tiempo, los niños han participado en conflictos armados en diferentes partes del mundo.
En la Europa medieval, a veces se usaba a niños como ayudantes de caballeros, aunque no solían participar en batallas directas. Un ejemplo conocido es la llamada Cruzada de los Niños en 1212. Miles de niños sin entrenamiento militar fueron reclutados, creyendo que un poder superior les daría la victoria. Sin embargo, no llegaron a combatir. Sus planes no funcionaron, y muchos se dispersaron. Algunos regresaron a casa, otros fueron a Roma, y algunos pudieron haber sido vendidos como esclavos. Muy pocos lograron volver a sus hogares, y ninguno llegó a la Tierra Santa.
En 1927, se reportó que Augusto César Sandino entrenaba y empleaba a jóvenes de entre 14 y 16 años para realizar tareas peligrosas y como guardaespaldas. Se decía que estos jóvenes actuaban sin mostrar emoción.
A partir de los años 70, se han realizado reuniones internacionales para tratar de limitar la participación de niños en conflictos armados.
Situación actual de los niños soldados

En la actualidad, se sigue acusando a diferentes grupos armados de poner en peligro la vida de niños en acciones militares. A veces, los soldados usan a niños como protección. Si el enemigo deja de disparar por la presencia de niños, esto les da una ventaja. Si el enemigo dispara, esto puede ser usado para fines de propaganda.
La vida de los niños y niñas soldados es muy difícil y peligrosa. Son usados como mensajeros, para cargar cosas y como espías. Se les obliga a colocar explosivos y a aprender a usar pistolas y armas automáticas. Durante su entrenamiento, para "hacerlos más fuertes", a menudo se les obliga a cometer actos terribles. Los niños y niñas que sobreviven tienen que luchar toda su vida con las consecuencias físicas y emocionales de estas experiencias.
El reclutamiento de niños como soldados es una práctica que aún existe. Por ejemplo, en las últimas etapas de la Guerra Irán-Irak, se acusó a ambos lados de reclutar a adolescentes para sus ejércitos. Se dijo que Irán usaba a niños para despejar campos de minas haciéndolos correr delante de los soldados. En África, el uso de niños soldados en guerras civiles y conflictos entre grupos es común. También se acusa a varios movimientos armados de reclutar o forzar a niños a participar en campañas militares.
El problema de los niños soldados es una gran dificultad para muchas regiones, especialmente en África. Son personas que no han conocido otra vida que la guerra, muchos de ellos sin el cariño de una familia y con una visión distorsionada de la vida. Esto los convierte en una fuente de conflictos, pero son muy útiles para los líderes de cada bando, quienes los usan en gran número por su lealtad y por no cuestionar sus acciones. Organizaciones como Amnistía Internacional han alertado sobre el peligro de estas prácticas para lograr la paz y denuncian la crueldad que se comete con estos niños, a quienes se les roba su infancia.
Según Amnistía Internacional, se calcula que unos 300.000 menores de edad están participando en conflictos armados en más de 30 países. Aunque la mayoría son adolescentes, algunos tienen tan solo siete años.
La ONU estima que son más de 250.000, y Amnistía Internacional dice que son más de 300.000 los niños combatientes, de los cuales un 40% son niñas, usados en 86 países. Solo en Darfur, hay 6.000 menores combatiendo.
En Birmania, se estima que hasta 70.000 menores de edad sirven en las fuerzas armadas del gobierno y entre 5.000 y 7.000 en las guerrillas. Otros 6.000 a 9.000 están en guerrillas en Nepal y 10.000 en el MILF en Filipinas. En Sri Lanka, el grupo rebelde LTTE secuestró a 5.666 niños en 2006, según fuentes del gobierno. En Colombia, entre 11.000 y 14.000 menores operan en grupos armados.
En Angola, entre 2002 y 2006, cerca de 6.000 niños fueron liberados y devueltos a sus familias. En 2006, 3.000 niños ex-rebeldes fueron liberados en Burundi, y en Chad, entre 7.000 y 10.000 excombatientes fueron desarmados gracias a acuerdos de paz en 2007. En 2008, todavía había 7.000 niños combatiendo en la República Democrática del Congo, y 30.000 fueron liberados entre 2005 y 2007.
En la República del Congo, miles de combatientes del conflicto de 1993-2002 fueron liberados, hasta 30.000 para 2007, de los cuales unos 9.000 eran niños. En Costa de Marfil, cerca de 30.000 a 48.000 combatientes han participado en programas de liberación desde 2004, incluyendo 3.000 menores de edad.
En Guinea, se estima que 7.000 personas formaron grupos de defensa ciudadana en 2000 y 2001 para evitar que rebeldes de Liberia y Sierra Leona entraran en su territorio. En 2006, su número se redujo a 4.000, todos mayores de edad. Sin embargo, según UNICEF, unos 2.000 niños se entrenaban en las zonas fronterizas con Liberia para combatir allí. En Liberia, cerca de 4.000 combatientes formaban parte del ejército de Charles Taylor en 2003, y la mitad eran menores de edad. Después de más de una década de guerra, el total de combatientes era de 100.000, y una décima parte eran niños, incluyendo más de 2.000 niñas. En Sierra Leona, unos 5.000 a 10.000 niños fueron convertidos en combatientes armados por los rebeldes del FRU.
En Namibia, el grupo armado CLA ha lanzado ataques en la frontera con Botsuana, y sus fuerzas incluyen a muchos menores de edad. En los años 90 en Níger, 4.000 combatientes fueron liberados, y en 2007, otros 3.000, muchos de ellos menores de edad. Para 2007, entre 50.000 y 70.000 personas eran miembros de grupos armados en Somalia, y un gran porcentaje eran adolescentes. El ERS ha secuestrado a más de 25.000 niños desde 1987, convirtiéndolos en soldados o en personas para realizar diversas tareas.
En Barbados, unos 1.350 jóvenes de secundaria operaban en grupos de defensa nacional en 2006. En Brasil, se calcula que hay 140.000 personas en prisión en São Paulo, el 40% del total del país.
En El Salvador en 2004, se cree que unas 10.000 personas son miembros de grupos organizados, y la cifra alcanza los 300.000 si se habla del período 2000-2006. De ellos, un 6% son menores de 18 años, sometidos a reglas estrictas y violencia constante. Además, el 80% de los combatientes del ejército también eran menores de 18 años.
En 1996, en Guatemala, de los 3.000 miembros de la URNG, más de 200 eran niños. Actualmente, según la policía, de los 165.000 miembros de los 340 grupos armados en el país, la mayoría no supera los 25 años, y muchos son adolescentes. En Honduras, existen 36.000 miembros de grupos organizados, y solo entre 2004 y 2005, unos 800 niños y adolescentes fueron asesinados por pertenecer a grupos rivales, en su mayoría por personas de su misma edad.
En México, cerca de 14.000 grupos armados operan en el sur del país, y se sabe que tienen a menores entre sus filas, aunque no se ha informado cuántos.
En 2005, el gobierno paraguayo inició el Plan Paraguay Seguro en algunas zonas, armando a unos 13.500 grupos de defensa (incluyendo a menores) que han participado en detenciones ilegales, amenazas de muerte, allanamientos y actos violentos. También ofrecen protección a grupos ilegales.
En México, durante la Revolución Mexicana, se hizo un llamado a niños y jóvenes para unirse al ejército federal y a los grupos revolucionarios.

En 2007 en Afganistán, más de 5.000 niños soldados fueron liberados y regresaron a la vida civil. En Sri Lanka, un grupo armado cuenta con 5.000 a 6.000 combatientes, en su mayoría menores de edad. En Georgia, entre 15.000 y 30.000 jóvenes de entre 15 y 20 años son entrenados como fuerzas armadas. En 2005, unos 4.000 niños estudiaban en escuelas militares de Kazajistán. En Turquía, hay cerca de 60.000 miembros de grupos armados, incluyendo miles de menores. El PKK también incluye a unos 3.000 niños soldados de un total de 10.000 combatientes.
En las ciudades de Najaf y Karbala en Irak, además de algunos barrios de Bagdad, operan entre 5.000 y 6.000 rebeldes, y cerca de un millar de ellos son menores de edad. En Sudán, las fuerzas del gobierno incluían 19.000 niños en combate en Darfur (2006). Entre 2001 y 2006, cerca de 20.000 niños soldados del SPLA regresaron a la vida civil. Unos 2.000 aún actúan en grupos armados a pesar del tratado de paz. Por su parte, el SLA usa más de un millar de niños en combate (2007). En Yemen, hay 50.000 grupos armados creados por el gobierno y otros 20.000 en grupos tribales, y ambos tienen un alto porcentaje de menores de edad.
En Mozambique, en 1994, hubo un final positivo para los niños soldados que habían sido secuestrados por la Renamo y usados en la guerra. La Renamo había secuestrado hasta 100.000 niños, conocidos por su valentía y sus actitudes en el combate. La liberación de estos niños presentó grandes desafíos para su adaptación a la sociedad.
Derechos y la realidad de los niños
El artículo 38 de la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU, aprobada el 20 de noviembre de 1989, establece que "Los Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar la protección y el cuidado de las niñas y niños afectados por un conflicto armado". Casi todos los países del mundo han aceptado esta Convención y se han comprometido a cumplirla.
Este tratado se complementó el 25 de mayo de 2000 con el Protocolo Facultativo. Este protocolo entró en vigor el 12 de febrero de 2002 y prohíbe a los gobiernos y grupos armados reclutar a niños y jóvenes menores de 18 años para usarlos en conflictos. Sin embargo, los ejércitos regulares de los países pueden permitir que jóvenes de 16 años se unan como voluntarios. Hasta ahora, más de cien países han aceptado este protocolo. A pesar de esto, se siguen utilizando niños y niñas soldados en lugares como Colombia, Ruanda, Uganda, Afganistán, Filipinas y Sri Lanka. El grupo musical español Ska-p critica el uso militar de niños en su canción "Niño soldado".
El Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos de los Niños
El artículo 38 de la Convención sobre los Derechos del Niño pide a los gobiernos que hagan todo lo posible para que ningún niño participe en conflictos armados. Por eso, el Protocolo Facultativo de la Convención, que comenzó a aplicarse el 12 de febrero de 2002, es muy importante. Este protocolo refuerza legalmente la protección de los niños para que no sean parte de las guerras.
El Protocolo Facultativo fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de mayo de 2000. Después de que 10 países lo aceptaran, se volvió obligatorio el 12 de febrero de 2002.
Los líderes mundiales reafirmaron su compromiso con la infancia en una reunión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas en mayo de 2002. En el documento final, "Un mundo apropiado para los niños", los países se comprometieron a "poner fin al reclutamiento y la utilización de niños en los conflictos armados en contra del derecho internacional". También se comprometieron a asegurar su liberación, desarme y a implementar medidas para su recuperación física y emocional, y su regreso a la sociedad. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas también ha trabajado activamente en el tema de los niños soldados.
Los puntos importantes del Protocolo Facultativo son:
- Establece que la edad mínima para que una persona participe directamente en un conflicto armado es de 18 años. Antes, otros acuerdos fijaban esta edad en 15 años. La participación directa significa no solo combatir, sino también realizar otras actividades militares y de apoyo.
- Este acuerdo internacional prohíbe el reclutamiento forzoso de cualquier persona menor de 18 años. También anima a los países a aumentar la edad mínima para el reclutamiento voluntario por encima de los 15 años, con reglas estrictas.
- Prohíbe expresamente que los grupos armados recluten a menores de 18 años, ya sea de forma voluntaria o forzosa, y sin importar si el grupo está activo o no. Esta prohibición es importante porque cada vez más conflictos son guerras internas dentro de los países.
- Cualquier país que quiera aceptar el Protocolo Facultativo debe presentar una declaración oficial. En ella debe indicar la edad mínima para el reclutamiento voluntario en sus fuerzas armadas y describir las medidas que ha tomado para asegurar que el reclutamiento no sea forzoso. Si un país no presenta esta declaración, no se aceptará su adhesión.
- Otro aspecto importante es que obliga a los países a prevenir cualquier actividad que vaya en contra del protocolo. También deben ayudar en la recuperación y el regreso a la sociedad de las personas que han sido afectadas por estas situaciones.
- Todos los países que han aceptado el Protocolo Facultativo deben informar regularmente al Comité de los Derechos del Niño sobre las medidas que han tomado para cumplir con las exigencias del protocolo. Este comité revisa los informes y hace recomendaciones si es necesario.
El Protocolo Facultativo es un documento independiente de la Convención sobre los Derechos del Niño. Por lo tanto, es necesario que los países lo acepten por separado. A diferencia de otros protocolos, este está abierto a la adhesión de cualquier país, sea o no parte de la Convención. Al aceptarlo, el protocolo se vuelve obligatorio. Esto significa que debe aplicarse dentro del país, ya sea que su sistema legal incorpore los tratados automáticamente o necesite leyes específicas para ello.
Otros acuerdos internacionales que apoyan el contenido del Protocolo son:
- Protocolo I Adicional a la Convención de Ginebra de 1977.
- Protocolo II Adicional a la Convención de Ginebra de 1977.
De acuerdo con estos Protocolos Adicionales, si un menor es prisionero de guerra o civil en un conflicto armado, ya sea internacional o no, se prohíbe la aplicación de la pena de muerte a personas que tuvieran menos de 18 años en el momento de la infracción.
- Los Principios de Ciudad del Cabo de 1997, cuyo objetivo es evitar el uso de niños y niñas soldados y promover su desarme, liberación y regreso a la sociedad.
- La Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar de la Infancia, que entró en vigor en noviembre de 1999.
- El Convenio número 182 de la Organización Internacional del Trabajo, aprobado en junio de 1999 y en vigor desde noviembre de 2000. Este prohíbe el reclutamiento forzoso y obligatorio de menores y lo define como una de las peores formas de trabajo infantil.
- El Estatuto de Roma, que estableció la Corte Penal Internacional. En este estatuto se definen como crímenes de guerra los siguientes actos: "reclutar o alistar a niños menores de 15 años en las fuerzas armadas nacionales o utilizarlos para participar activamente en las hostilidades" en un conflicto armado internacional, y "reclutar o alistar niños menores de 15 años en las fuerzas armadas o utilizarlos para participar activamente en hostilidades" en un conflicto armado no internacional.
El objetivo principal de todos estos acuerdos es asegurar que los niños y las niñas reciban la mayor protección posible bajo las leyes internacionales de derechos humanos y el derecho humanitario.
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Rebelde salvadoreño del ERP combatiendo en Perquín (El Salvador) en 1990.