Herpes zóster para niños
Datos para niños Herpes zóster |
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Ampollas características del herpes zóster.
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Especialidad | infectología dermatología neurología |
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El herpes zóster es una enfermedad causada por la reactivación de un virus llamado varicela-zóster. Este virus es el mismo que causa la varicela. El herpes zóster afecta los nervios y la piel, donde aparecen pequeñas ampollas dolorosas. Estas ampollas suelen agruparse en forma de anillo a lo largo de una zona específica de la piel.
Popularmente, esta enfermedad se conoce como culebrilla o culebrón. En algunas regiones, como en España e Italia, también se le llama «fuego de San Antonio».
El herpes zóster puede causar algunas complicaciones, especialmente en personas con un sistema inmunitario debilitado. Una de las secuelas más comunes es un dolor crónico en la zona afectada, llamado neuralgia posherpética. Este dolor puede durar semanas o incluso años.
Esta enfermedad se presenta en todo el mundo. Es más común en personas mayores o en aquellas con defensas bajas. Es fácil de diagnosticar si aparecen todos los síntomas, ya que las lesiones tienen un patrón muy característico. También se pueden hacer pruebas de laboratorio para confirmarlo. El tratamiento busca aliviar el dolor con analgésicos y detener la infección con antivirales. Existe una vacuna que ayuda a prevenirla.
Contenido
- ¿De dónde viene el nombre "Herpes Zóster"?
- Historia del Herpes Zóster
- ¿Quiénes pueden tener Herpes Zóster?
- ¿Qué causa el Herpes Zóster?
- ¿Cómo se desarrolla el Herpes Zóster?
- ¿Cuáles son los síntomas del Herpes Zóster?
- ¿Cómo se diagnostica el Herpes Zóster?
- ¿Cómo se trata el Herpes Zóster?
- ¿Cómo evoluciona el Herpes Zóster?
- ¿Cómo se previene el Herpes Zóster?
- Galería de imágenes
- Véase también
¿De dónde viene el nombre "Herpes Zóster"?
El nombre de la familia de virus a la que pertenece, Herpesviridae, viene del griego ἕρπης, que significa 'reptar'. Esto se debe a que las lesiones que causan parecen extenderse o "reptar" por la piel.
La palabra zóster viene del latín zoster, que a su vez viene del griego ζωστήρ. Esta palabra significa 'cinturón'. Se usa porque la erupción de esta enfermedad a menudo forma una banda alrededor del cuerpo, como un cinturón.
Historia del Herpes Zóster
El herpes zóster ha sido descrito en textos médicos desde hace mucho tiempo. Sin embargo, en el pasado, no se diferenciaba bien de otras enfermedades con ampollas, como la viruela.
Fue a finales del siglo XVIII cuando William Heberden logró distinguir el herpes zóster de la viruela. Más tarde, en el siglo XIX, se confirmó que la enfermedad se originaba en los ganglios nerviosos.
A principios del siglo XX, los médicos notaron que los niños que vivían con personas con herpes zóster a veces desarrollaban varicela. Esto sugirió que ambas enfermedades estaban relacionadas. Finalmente, en 1953, el científico Thomas Huckle Weller demostró que el mismo virus causaba tanto la varicela como el herpes zóster.
Hasta la década de 1940, se pensaba que el herpes zóster era una enfermedad leve. Pero en 1942, se descubrió que era más grave en adultos que en niños. También se notó que su frecuencia aumentaba con la edad. En la década de 1950, estudios en personas con defensas bajas mostraron que la enfermedad no era tan inofensiva como se creía.
¿Quiénes pueden tener Herpes Zóster?
El herpes zóster se encuentra en todo el mundo. A diferencia de la varicela, no tiene una época del año específica para aparecer. Se estima que afecta a cerca del 20% de la población. Las personas de piel clara tienen un riesgo un poco mayor.
Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más común en personas mayores de 50 años. Otros factores que pueden aumentar el riesgo son el estrés y los traumatismos. Aproximadamente el 4% de las personas que lo padecen pueden tener un segundo episodio.
La frecuencia de esta enfermedad varía con la edad. En general, hay unos 4.8 casos por cada 1000 habitantes al año. Cerca del 75% de los casos ocurren en personas mayores de 50 años. En niños pequeños, el herpes zóster es raro. Si una madre tuvo varicela durante el embarazo, el bebé podría desarrollar herpes zóster en la lactancia.
Se calcula que el 26% de los pacientes con herpes zóster desarrollan complicaciones. La neuralgia posherpética (dolor crónico) se presenta en aproximadamente el 20% de los pacientes.
¿Qué causa el Herpes Zóster?

El herpes zóster es causado por el virus de la varicela zóster (VVZ). Este virus pertenece a la familia de los herpesvirus. Es el único virus de esta familia que solo afecta a los seres humanos.
El VVZ también es el responsable de la varicela. Después de que una persona se recupera de la varicela, el virus no desaparece por completo del cuerpo. Se queda "dormido" o latente en los ganglios nerviosos sensitivos.
El virus puede reactivarse cuando las defensas del cuerpo bajan. Por eso, el herpes zóster es más común en personas mayores o en aquellas con un sistema inmunitario debilitado. Esto puede ocurrir por enfermedades o por tratamientos que bajan las defensas.
¿Cómo se desarrolla el Herpes Zóster?
La mayoría de las personas entran en contacto con el VVZ durante la infancia, incluso si no desarrollan síntomas de varicela. Durante la infección inicial, el virus llega a los nervios y se extiende hasta los ganglios nerviosos.
Cuando el sistema inmunitario controla la infección, el virus permanece inactivo en estos ganglios. Puede quedarse allí toda la vida sin causar daño.
Generalmente, el sistema inmunitario mantiene el virus bajo control. Pero si las defensas se debilitan, por ejemplo, por la edad o ciertas enfermedades, el virus se reactiva. Se multiplica en los ganglios, lo que a menudo causa un dolor intenso debido a la inflamación de los nervios. Los nuevos virus viajan a lo largo del nervio hasta la zona de la piel que ese nervio controla. Allí, el virus puede causar inflamación y la formación de ampollas. Por eso, el dolor suele aparecer antes que las ampollas en la piel.
Una vez que la erupción desaparece, algunas personas pueden desarrollar neuralgia posherpética. Esto ocurre porque las neuronas sensitivas quedan dañadas. Se activan solas y son muy sensibles al tacto hasta que se recuperan.
Varios factores pueden hacer que el virus se reactive. Todos ellos causan una disminución en la capacidad del sistema inmunitario para mantener el virus inactivo. Estos factores incluyen la edad avanzada, el estrés emocional fuerte, enfermedades graves y traumatismos.
¿Cuáles son los síntomas del Herpes Zóster?
Los primeros síntomas del herpes zóster no son específicos. Pueden incluir cefaleas (dolor de cabeza), sensibilidad a la luz, fiebre y malestar general. Estos síntomas pueden durar uno o varios días.
Después, aparecen picazón, hormigueo y un dolor que puede ser muy fuerte. Todo esto ocurre en la zona del nervio afectado, donde luego aparecerá la erupción en la piel. El dolor puede sentirse como punzadas, ardor o picazón. También puede haber sensibilidad en la zona afectada.
La siguiente fase comienza entre 12 y 24 horas después. Aquí es cuando aparece el sarpullido característico. Las lesiones empiezan como manchas rojas que se convierten en vesículas (ampollas pequeñas). Estas se distribuyen en una zona específica de la piel, a menudo formando un patrón que parece un cinturón y sin cruzar la mitad del cuerpo.
Las zonas más comunes afectadas son el centro del tórax y la cara, cerca del ojo. Si afecta el ojo, puede tener consecuencias en la visión. Las nuevas lesiones suelen aparecer durante la primera semana. Al tercer día, las ampollas se llenan de un líquido y suelen ser dolorosas. También pueden ir acompañadas de ansiedad y síntomas parecidos a los de la gripe, como fiebre y cansancio.
Estas ampollas se secan y forman costras que duran de 2 a 3 semanas. A veces, el líquido de las ampollas puede ser sanguinolento. Cuando esto ocurre, al curarse pueden dejar cicatrices.
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Si el virus afecta el nervio trigémino en la cara, la erupción aparece en una mitad de la cabeza, desde el ojo hasta la coronilla. Si afecta la nariz, pueden aparecer ampollas en la punta y el lateral de la nariz, y puede dañar la córnea del ojo. Si afecta otros nervios de la cabeza, puede causar lesiones en la boca, oreja, faringe y laringe.
Las ampollas son contagiosas por contacto directo, generalmente durante los primeros 7 días. Si el virus pasa de una persona con herpes zóster a alguien que nunca ha tenido contacto con el virus, esa persona desarrollará varicela. El virus no se contagia al respirar, toser o por contacto casual. Por lo tanto, la enfermedad solo es contagiosa cuando hay ampollas.
¿Cómo se diagnostica el Herpes Zóster?
Cuando la erupción aún no ha aparecido o las ampollas ya han cicatrizado, puede ser difícil de diagnosticar. Si el sarpullido ya está presente, el diagnóstico suele ser visual. Muy pocas enfermedades causan una erupción con un patrón tan específico en la piel.
Existen pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico. La más usada detecta anticuerpos específicos del VVZ en la sangre. Estos aparecen durante el herpes zóster y la varicela, pero no cuando el virus está inactivo.
En laboratorios más especializados, se pueden tomar muestras de líquido de una ampolla. Se usa una prueba llamada PCR para buscar el ADN del virus. También se puede intentar cultivar el virus en el laboratorio para identificarlo con un microscopio electrónico.
¿Cómo se trata el Herpes Zóster?
No existe un tratamiento que cure el herpes zóster o elimine el virus del cuerpo. Sin embargo, hay tratamientos que pueden aliviar los síntomas y reducir la duración y gravedad de la enfermedad.
Medicamentos para el dolor
Para el dolor leve a moderado, se pueden usar analgésicos de venta libre. También se pueden aplicar lociones como la calamina sobre la erupción. Si el dolor es muy intenso, a veces se necesitan medicamentos más fuertes. Una vez que las lesiones forman costra, se pueden usar cremas con capsaicina o lidocaína para reducir el dolor.
Medicamentos antivirales
El aciclovir es un medicamento que detiene la multiplicación del ADN del virus. Se usa para tratar y prevenir el herpes zóster. Durante la fase aguda, se recomienda tomarlo por vía oral. Ha demostrado ser eficaz para reducir los síntomas y prevenir la neuralgia posherpética.
Otros antivirales usados son el valaciclovir y el famciclovir. Estos son más cómodos de tomar porque requieren menos dosis al día. El valaciclovir es similar al aciclovir en eficacia, pero es mejor para reducir la duración de la neuralgia posherpética. El famciclovir acelera la cicatrización de las lesiones.
La brivudina es otro antiviral que también impide que el virus se multiplique. Es más potente que el aciclovir y se toma una vez al día, lo que lo hace muy cómodo. También ha demostrado reducir la aparición de la neuralgia posherpética.
Otros tratamientos
A veces se usan corticosteroides orales junto con antivirales. Han demostrado ser útiles para reducir el dolor durante la fase aguda del herpes zóster y mejorar la calidad de vida. Sin embargo, no cambian la evolución de las lesiones en la piel ni afectan el desarrollo de la neuralgia posherpética.
Algunas terapias complementarias, como el uso de enzimas digestivas o el aminoácido lisina, también han sido estudiadas. Se ha visto que la lisina puede inhibir la multiplicación del virus y hacer que los síntomas sean menos graves en pacientes con herpes zóster recurrente.
¿Cómo evoluciona el Herpes Zóster?
La erupción en la piel y el dolor suelen durar de 3 a 5 semanas. Muchos pacientes, especialmente los mayores de 60 años, desarrollan un dolor crónico llamado neuralgia posherpética. Este dolor puede ser muy intenso y dificultar las actividades diarias. Aunque suele desaparecer después de varios meses, su duración depende de la edad.
Si el virus se extiende a los nervios motores, puede causar parálisis temporal de los músculos cercanos a la zona afectada. En casi todos los casos, la función muscular se recupera por completo. Una complicación grave, aunque rara, es la insuficiencia respiratoria si se afecta el nervio que controla el diafragma.
Cuando el herpes zóster afecta la cara, puede causar parálisis facial o disminución de la audición. Si afecta el ojo (zóster oftálmico), requiere atención médica urgente. Puede llevar a complicaciones oculares como conjuntivitis, queratitis (inflamación de la córnea) o glaucoma. En casos graves, puede causar ceguera.
En personas con defensas muy bajas, el herpes zóster puede generalizarse. Esto significa que las lesiones aparecen en diferentes partes del cuerpo, lejos de la zona inicial. También puede volverse necrótico, formando úlceras profundas que pueden infectarse con bacterias.
¿Cómo se previene el Herpes Zóster?
Existen vacunas para prevenir el herpes zóster. Una de ellas es Zostavax®, y otra es Shingrix®. La vacuna Zostavax es una vacuna atenuada. Esto significa que contiene virus vivos que han sido debilitados para que no causen la enfermedad. Estos virus se multiplican en el cuerpo y provocan una respuesta inmune similar a la de una infección natural, pero sin causar la enfermedad. Así, se refuerzan las defensas del cuerpo contra el VVZ.
Un estudio con la vacuna Zostavax® en personas mayores de 60 años mostró una reducción del 51.3% en la aparición de herpes zóster. También redujo la incidencia de la neuralgia posherpética en un 66.5%. La vacuna fue más eficaz para prevenir el herpes zóster en personas de 60 a 69 años. Para prevenir la neuralgia posherpética, fue más efectiva en mayores de 70 años.
Además de las vacunas, se ha sugerido que una buena alimentación puede ayudar a reducir el riesgo de herpes zóster. Consumir micronutrientes como vitamina A, C y E, así como vitamina B, y comer mucha fruta fresca, puede ser beneficioso. Un estudio encontró que las personas que comían menos de una ración diaria de fruta tenían un riesgo tres veces mayor de zóster que quienes consumían más de tres raciones al día.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Herpes zoster Facts for Kids