Ansiedad para niños
Datos para niños Ansiedad |
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![]() Una persona diagnosticada con panfobia, del libro de Alexander Morison de 1843 The Physiognomy of Mental Diseases.
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Especialidad | psiquiatría psicología clínica psicoterapia |
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La ansiedad (del latín anxietas, que significa ‘angustia’ o ‘aflicción’) es una respuesta natural de nuestro cuerpo. Es como un sistema de alarma que se activa cuando percibimos algo peligroso o amenazante. Esta señal nos ayuda a prepararnos y a tomar medidas para enfrentar una situación difícil.
Cuando sentimos ansiedad, podemos experimentar una sensación incómoda o síntomas físicos de tensión. Es una forma en que nuestro cuerpo nos avisa de un posible peligro. Por ejemplo, sentir nervios antes de un examen es una ansiedad normal que nos ayuda a estudiar. Sin embargo, si esta sensación aparece en momentos donde no hay un peligro real, podría ser un problema. Cuando la ansiedad es muy fuerte o duradera, se le llama trastorno de ansiedad.
La ansiedad también puede causar cambios en nuestro cuerpo, como sentir el corazón acelerado o cansancio. Un poco de ansiedad es útil para manejar los desafíos diarios. Pero si es demasiado intensa o nos impide hacer nuestras actividades normales, entonces se convierte en un problema que necesita atención.
Contenido
¿Qué es la ansiedad y cómo nos ayuda?
La ansiedad es una emoción que sentimos cuando nos enfrentamos a algo que nos asusta, ya sea real o algo que imaginamos. Es una reacción normal que prepara a nuestro cuerpo para actuar en una emergencia. Por ejemplo, es común sentir nervios antes del primer día de clases o de hablar en público.
La ansiedad es importante para nuestra supervivencia, al igual que el miedo o la alegría. Nos ayuda a reaccionar rápidamente ante amenazas. Cuando estamos en alerta, nuestro cuerpo libera sustancias como la adrenalina. Esto nos da energía extra para enfrentar la situación, como cuando necesitamos correr o concentrarnos mucho.
Desde este punto de vista, la ansiedad es una señal positiva. Nos ayuda a resolver problemas y peligros en la vida diaria. Pero si esta alerta se activa sin una razón clara o se mantiene por mucho tiempo, puede ser perjudicial.
Ansiedad que necesita ayuda
A veces, la ansiedad se vuelve un problema y causa síntomas muy incómodos. Esto se conoce como trastorno de ansiedad. Algunos ejemplos de estos trastornos son las fobias (miedos intensos a algo específico), el trastorno obsesivo-compulsivo (pensamientos repetitivos y acciones que se sienten obligatorias), o el trastorno de pánico (ataques repentinos de miedo intenso).
El miedo escénico es un tipo de ansiedad que aparece al hablar frente a un grupo. En el trastorno de ansiedad generalizada, la persona siente una preocupación constante y difusa, sin poder identificar claramente la causa.
No se sabe exactamente qué causa los trastornos de ansiedad, pero se cree que son una combinación de varios factores. Pueden influir aspectos biológicos (como cambios en el cerebro o la genética), el ambiente (situaciones estresantes) y factores psicosociales (como problemas en la familia o preocupaciones excesivas). A veces, la ansiedad también puede estar relacionada con otras condiciones de salud.
¿Cómo saber si la ansiedad es normal o un problema?
La ansiedad normal nos ayuda a adaptarnos y a responder bien a los desafíos. Es una reacción adecuada a situaciones reales o posibles.
La ansiedad se convierte en un problema cuando es demasiado fuerte o duradera. Interfiere con nuestra vida diaria y nos hace sentir mal. Puede causar síntomas físicos y emocionales, y persiste incluso después de que la situación que la causó ha terminado.
Las características de la ansiedad que necesita ayuda son:
- Es muy intensa.
- Dura mucho tiempo.
- Aparece sin una razón clara.
- Surge ante situaciones que no deberían causar tanta preocupación.
- La reacción es desproporcionada al estímulo.
Es difícil saber dónde está el límite entre la ansiedad normal y la que es un problema. Los expertos consideran que la ansiedad es un problema cuando causa un malestar significativo o afecta nuestra vida social, escolar o familiar.
Una reacción fuerte de ansiedad no siempre es un problema. A veces, es necesaria para concentrarnos o para que nuestro cuerpo tenga más energía. Pero si estas reacciones son extremas, como en un ataque de pánico, o se vuelven muy frecuentes, entonces sí es importante buscar ayuda.
La ansiedad en adolescentes
La ansiedad es cada vez más común entre los jóvenes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que un porcentaje significativo de adolescentes experimenta trastornos de ansiedad. A veces, los jóvenes no saben que lo que sienten es ansiedad; piensan que es solo mucho estrés o nervios.
El estrés es una forma de adaptarse al ambiente, mientras que la ansiedad es una reacción de alerta ante una amenaza. Ambos están relacionados: la ansiedad puede causar estrés, y el estrés es una causa común de ansiedad.
Algunos factores que pueden hacer que una persona sea más propensa a la ansiedad incluyen:
- Experiencias difíciles o traumáticas.
- Acumulación de estrés.
- Tener familiares con ansiedad.
- Ciertos tipos de personalidad.
Los médicos no saben con exactitud qué causa la ansiedad, pero se ha visto que a menudo los síntomas aparecen después de un evento difícil. También es importante saber que, a veces, los síntomas de ansiedad pueden ser una señal de otra condición de salud. Por eso, es bueno consultar a un médico si se experimentan síntomas.
No siempre se necesita medicación para tratar la ansiedad. Hay muchas estrategias que pueden ayudar a reducir los síntomas, como ejercicios de respiración, meditación, concentración o actividad física. También es muy útil contar con el apoyo de amigos y familiares para hablar sobre lo que se siente.
Síntomas de la ansiedad
Cuando la ansiedad se vuelve un problema, puede causar malestar y afectar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro comportamiento. Aquí te mostramos algunos síntomas:
Síntomas físicos
- Sensación de sudoración, boca seca, mareo.
- Temblores, tensión en los músculos, dolores de cabeza.
- Palpitaciones, corazón acelerado, dolor en el pecho.
- Dificultad para respirar.
- Náuseas, malestar estomacal, diarrea o estreñimiento.
- Necesidad frecuente de ir al baño.
Síntomas psicológicos y de comportamiento
- Preocupación constante, sensación de agobio.
- Miedo a perder el control o a que algo malo va a pasar.
- Dificultad para concentrarse, sensación de olvido.
- Inquietud, irritabilidad.
- Evitar ciertas situaciones.
- Sentirse bloqueado o sin energía.
- Pensamientos o acciones repetitivas (obsesiones o compulsiones).
Estos síntomas pueden influirse entre sí. Por ejemplo, preocuparse mucho puede empeorar los síntomas físicos, y estos a su vez pueden cambiar nuestro comportamiento. Es importante saber que algunos síntomas de ansiedad pueden parecerse a los de otras condiciones de salud, por lo que siempre es bueno consultar a un médico para una evaluación completa.
Escalas para evaluar la ansiedad
Existen herramientas que los profesionales de la salud usan para entender mejor el nivel de ansiedad de una persona.
Escala de ansiedad de Hamilton (HARS)
La escala de ansiedad de Hamilton (HARS) es una de estas herramientas. Consiste en 14 preguntas que un profesional de la salud hace para evaluar la ansiedad. Se puntúa del 0 (sin síntoma) al 4 (síntoma muy grave). La suma de los puntos da una puntuación total, donde un número más alto indica más ansiedad.
Algunos de los aspectos que evalúa son:
- Preocupaciones e irritabilidad.
- Tensión y temblores.
- Miedos específicos.
- Problemas para dormir.
- Dificultad para concentrarse o recordar.
- Cambios de humor.
- Dolores musculares o sensaciones extrañas en el cuerpo.
- Síntomas en el corazón, la respiración o el estómago.
- Cómo se comporta la persona durante la entrevista.
Escala de ansiedad y depresión de Goldberg (EADG)
Otra herramienta es la escala de ansiedad y depresión de Goldberg (EADG). Es más sencilla y ayuda a detectar si hay ansiedad o depresión. Tiene dos partes, una para la ansiedad y otra para la depresión, con 9 preguntas cada una. Se responde si se han tenido los síntomas en los últimos 15 días. Si se tienen más de 4 respuestas positivas en la parte de ansiedad, o 2 o más en la de depresión, podría indicar un problema.
Inventario de Ansiedad de Beck (BAI)
El Inventario de Ansiedad de Beck (BAI) es otra herramienta muy usada para medir la gravedad de la ansiedad en adolescentes y adultos. Fue creado en 1988.
El BAI tiene 21 preguntas que describen diferentes formas en que se manifiesta la ansiedad, como nerviosismo, tensión muscular o preocupación excesiva. Cada pregunta se califica del 0 (nada) al 3 (muy severo). La suma de los puntos da un total de 0 a 63. Un puntaje más alto significa mayor ansiedad.
Esta herramienta es útil para ver cómo cambian los síntomas de ansiedad con el tiempo y si los tratamientos están funcionando. La versión en español del BAI ha sido estudiada y se ha confirmado que es una herramienta confiable para evaluar la ansiedad en personas de habla hispana.
¿Cómo se diagnostica la ansiedad?
Cuando alguien presenta síntomas de ansiedad, el primer paso es que un médico realice una evaluación completa. Esto puede incluir diferentes pruebas para asegurarse de que los síntomas no son causados por otra condición de salud. El médico revisará el historial médico y familiar del paciente, y considerará qué enfermedades podrían estar relacionadas con la ansiedad.
A veces, los síntomas de ansiedad aparecen antes que otros signos de una enfermedad, o incluso pueden ser los únicos síntomas. Por eso, es muy importante hacer una evaluación cuidadosa para obtener un diagnóstico correcto.
Algunas condiciones que pueden presentar síntomas de ansiedad incluyen:
- Otros Trastornos mentales como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o la depresión.
- Problemas de la glándula tiroides (hipotiroidismo o hipertiroidismo).
- Ciertas enfermedades inflamatorias o enfermedades infecciosas.
- Alergias.
- Problemas digestivos.
- Falta de algunas vitaminas (como B2, B12, D o ácido fólico).
- Problemas de azúcar en la sangre (hipoglucemia o hiperglucemia).
- Enfermedades cardíacas como arritmias.
- Anemia.
- Trastornos neurológicos como la enfermedad de Parkinson.
- El consumo de ciertas sustancias como la cafeína.
¿Cómo se maneja la ansiedad?
La ansiedad, como otras condiciones de salud, puede tener momentos en los que los síntomas disminuyen o desaparecen. Con el tratamiento adecuado, las personas pueden aprender a vivir con la ansiedad y llevar una vida normal. Un buen tratamiento ayuda a reducir los síntomas, mejora la confianza en uno mismo y permite volver a disfrutar de la vida, aunque a veces puedan haber altibajos.
Los tratamientos más comunes son la psicoterapia (especialmente la terapia cognitivo-conductual) y, en algunos casos, medicamentos (como antidepresivos o ansiolíticos). Estos pueden usarse solos o combinados, dependiendo de cada persona y su situación.
La ansiedad según la psicología cognitiva
Según la psicología cognitiva, los pensamientos que genera la ansiedad pueden hacer que veamos la realidad de forma distorsionada. Esto significa que nuestra mente puede jugarnos malas pasadas y hacernos interpretar las cosas de una manera que no es del todo cierta.
Algunas de estas formas de pensar distorsionadas son:
- Pesimismo: Ver solo los problemas y no las posibles soluciones.
- Generalización: Pensar en términos de "siempre" o "nunca", "todo" o "nada".
- Pensamiento negativo: Enfocarse solo en lo malo y olvidar o restar importancia a lo bueno.
- Catastrofismo: Exagerar los aspectos negativos de una situación, imaginando lo peor.
- Adivinar el futuro: Creer que sabemos lo que va a pasar y que será algo malo.
- Comparación: Medirse con los demás y sentir que siempre se pierde o se es inferior.
- Exageración: Si alguien comete un error, pensar que es un "torpe" en todo.
- Culpabilidad: Sentir que las cosas malas que pasan son siempre culpa de uno mismo.
- Perfeccionismo: Exigir demasiado a uno mismo, a los demás o a cómo deberían ser las cosas.
La ansiedad y el cerebro
En el año 2024, un grupo de científicos del Instituto Salk descubrió un circuito cerebral especial en la parte frontal del cerebro. Este circuito se conecta con el tronco encefálico y ayuda a controlar nuestra respiración voluntaria, coordinándola con nuestro comportamiento y nuestras emociones.
Este descubrimiento, publicado en la revista Nature Neuroscience, podría explicar por qué prácticas como el yoga y la atención plena (mindfulness) son tan útiles para manejar las emociones difíciles. También se sabe que no dormir lo suficiente afecta nuestro estado de ánimo y aumenta la ansiedad, lo que sugiere que el sueño es muy importante para regular nuestras emociones.
Véase también
En inglés: Anxiety Facts for Kids
- angustia
- ansiolítico
- depresión
- estrés
- salud mental
- técnicas de relajación
- trastorno psicológico