Gobierno en el exilio de José Giral para niños
Datos para niños Gobierno en el exilio de José Giral |
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![]() José Giral, presidente del gobierno
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Localización | |||||
País | España | ||||
Información general | |||||
Jurisdicción | Ninguna | ||||
Tipo | gobierno en el exilio | ||||
Sede | México D.F. París |
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Organización | |||||
Ministros | Fernando de los Ríos [1] Álvaro de Albornoz Augusto Barcia Juan Hernández Saravia Miquel Santaló Manuel de Irujo Manuel Torres Campañá Trifón Gómez José Leyva Horacio Martínez Ángel Ossorio y Gallardo Luis Nicolau d'Olwer Castelao [2] Santiago Carrillo [2] Rafael Sánchez Guerra [3] |
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Presidente | José Giral | ||||
Historia | |||||
Fundación | 21 de agosto de 1945 | ||||
Disolución | 26 de enero de 1947 | ||||
Sucesión | |||||
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Notas | |||||
1 Sustituido en marzo de 1946 por Enrique de Francisco 2 Incorporados en marzo de 1946 como ministros sin cartera 3 Incorporado en mayo de 1946 como ministro sin cartera 4 Legitimidad discutida tras el final de la Guerra Civil |
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El Gobierno en el exilio de José Giral fue un grupo de líderes españoles que formaron un gobierno fuera de España. Se creó el 21 de agosto de 1945 y estuvo dirigido por José Giral, quien ya había sido presidente del gobierno en España.
Este gobierno buscaba unirse y mostrar una imagen fuerte ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros países. Su objetivo principal era que el gobierno de Francisco Franco en España fuera aislado y que el gobierno de Giral fuera reconocido como el único legítimo. Así, esperaban poder restaurar la Segunda República Española en España.
Desde el principio, este gobierno tuvo desafíos. Otros grupos políticos españoles en el exilio no lo apoyaron del todo. Aunque algunos países lo reconocieron y la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que criticaba al gobierno de Franco, no lograron un apoyo internacional completo. Finalmente, en enero de 1947, José Giral y su gobierno tuvieron que renunciar.
Contenido
¿Por qué se formó el Gobierno de Giral?
La situación de España después del conflicto
Cuando la Segunda Guerra Mundial estaba terminando, el gobierno del general Francisco Franco seguía en España. Muchos países veían este gobierno de forma negativa debido a su relación con ciertas potencias durante la guerra. Por eso, España fue excluida de la nueva Organización de las Naciones Unidas (ONU) y tuvo dificultades económicas.
El gobierno de Franco decía que era víctima de una injusticia y que su sistema político era único. A pesar de que otros países no planeaban una acción militar contra España, la oposición dentro y fuera del país se hizo más fuerte.
En 1944, algunos grupos de resistencia comenzaron a actuar en España, buscando un cambio. También, la oposición de quienes apoyaban la monarquía se reactivó. El gobierno de Franco respondió a esto con más medidas de control.
Desacuerdos entre los líderes republicanos
El final de la Guerra Civil Española no solo significó la derrota de un bando, sino también una gran división entre los líderes republicanos. Había mucha confusión sobre quién representaba la autoridad legítima de la República.
En 1939, el presidente Manuel Azaña renunció a su cargo, pensando que la guerra estaba perdida. Esto generó un debate sobre quién debía tomar su lugar. El presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio, debía asumir el cargo, pero la situación era muy complicada.
Hubo muchos desacuerdos entre los líderes republicanos sobre cómo seguir adelante. Algunos, como Juan Negrín, querían mantener su gobierno, mientras que otros no estaban de acuerdo. Estas diferencias hicieron difícil que se unieran.
Las distintas ideas de los exiliados
Los enfrentamientos entre los diferentes grupos de exiliados continuaron. Al principio, los españoles fuera de España estaban más preocupados por sobrevivir que por oponerse al gobierno de Franco.
Se hicieron varios intentos para unirse. En 1940, los partidos republicanos de izquierda crearon una organización, pero no lograron fusionarse. Más tarde, surgieron otras uniones, como la Junta Española de Liberación (JEL), que buscaba unir a republicanos, nacionalistas y socialistas. Sin embargo, estas uniones no siempre incluían a todos los grupos.
También había diferencias sobre cómo veían a los comunistas. Muchos partidos sentían que los comunistas habían tenido demasiado poder durante el conflicto. Además, los nacionalistas vascos y catalanes buscaron más autonomía para sus regiones. En 1944, firmaron un acuerdo llamado Galeusca en México, que pedía que sus territorios pudieran decidir su propio futuro.
La búsqueda de la unidad

Cuando la Segunda Guerra Mundial estaba a punto de terminar, los diferentes grupos republicanos vieron una oportunidad para que el gobierno de Franco también cambiara. La liberación de Francia y la mejora de las comunicaciones hicieron que la oposición se reactivara.
El presidente del gobierno vasco en el exilio, José Antonio Aguirre, propuso que todos los grupos españoles se unieran para la Conferencia de San Francisco. Quería que Diego Martínez Barrio fuera el Presidente de la República y Juan Negrín el jefe de gobierno.
El presidente de México, Manuel Ávila Camacho, apoyó esta idea. Así, las Cortes republicanas se reunieron en la Ciudad de México en enero de 1945. Asistieron muchos diputados, pero hubo problemas porque algunos partidos no estaban de acuerdo con la forma de votar.
Juan Negrín también reapareció y dijo que estaba dispuesto a renunciar si Diego Martínez Barrio asumía como Presidente de la República. Solo el Partido Comunista de España (PCE) lo apoyó.
Debido a estas divisiones, los exiliados españoles llegaron desunidos a la Conferencia de San Francisco. A pesar del apoyo de algunos países, como México, el Reino Unido no quería condenar al gobierno de Franco. Finalmente, en junio de 1945, la asamblea aprobó una resolución que condenaba a los gobiernos que habían sido impuestos con ayuda de ciertas naciones, incluyendo a España. Esto significaba que España no podría entrar en las nuevas organizaciones internacionales.
El Partido Comunista de España (PCE) disolvió su unión en junio de 1945. Juan Negrín anunció su intención de dimitir. El 8 de agosto, se pidió a Diego Martínez Barrio que convocara una nueva sesión de las Cortes para formar un gobierno de unidad. La reunión se llevó a cabo en el Palacio de Gobierno de México.
La formación del gobierno de Giral

Las conversaciones previas
La ceremonia se realizó como estaba planeado. Diego Martínez Barrio asumió el cargo de Presidente de la República, y Juan Negrín presentó su renuncia. Inmediatamente, Martínez Barrio comenzó a hablar con diferentes líderes para formar un nuevo gobierno.
Juan Negrín se ofreció de nuevo para el cargo, diciendo que se necesitaba un gobierno muy amplio, que incluyera a todos los partidos que no hubieran estado en contra de la República. Esto incluía a los comunistas, pero excluía a otros grupos. Su propuesta fue apoyada por algunos socialistas y otros líderes.
Otros líderes sugirieron diferentes tipos de gobierno o pidieron una reconciliación general. Pero la opinión más importante fue la de Indalecio Prieto, quien dijo que prefería a un republicano de prestigio antes que a un socialista, y que su partido no apoyaría a Negrín.
Nombramiento de Giral
El 21 de agosto, Diego Martínez Barrio le pidió a José Giral que formara un gobierno. Le sugirió que incluyera a miembros de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y del Partido Comunista de España (PCE).
Giral le ofreció a Negrín ser vicepresidente, pero este y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) lo rechazaron. El PCE se negó a formar parte de un gobierno que no fuera presidido por Negrín. La CNT pidió muchos puestos, pero Giral los convenció de aceptar solo dos. La decisión de la CNT de entrar en el gobierno causó una gran división dentro de su propio sindicato.
Indalecio Prieto y Josep Tarradellas también se negaron a participar. Debido a tantos obstáculos, Giral quiso renunciar, pero el presidente le pidió que continuara. Después de un mes de conversaciones, Giral anunció la composición de su gobierno:
- Presidente: José Giral
- Ministro de Estado: Fernando de los Ríos
- Ministro de Justicia: Álvaro de Albornoz
- Ministro de Hacienda: Augusto Barcia
- Ministro de Guerra: Juan Hernández Saravia
- Ministro de Instrucción Pública: Miquel Santaló
- Ministro de Industria y Comercio: Manuel de Irujo
- Ministro de Gobernación: Manuel Torres Campañá
- Ministro de Emigración: Trifón Gómez
- Ministro de Agricultura: José Leyva
- Ministro de Obras Públicas: Horacio Martínez Prieto
- Ministros sin cartera: Ángel Ossorio y Gallardo y Luis Nicolau d'Olwer
El gobierno se presentó ante las Cortes el 7 de noviembre de 1945 en México. Giral explicó su plan, diciendo que su gobierno era "el de más amplia base" que se había podido lograr. Afirmó que no sería un gobierno de un solo partido, sino que serviría a todos los españoles. Su objetivo era restaurar la República, usando la diplomacia internacional y, si eso no funcionaba, la fuerza contra el gobierno de Franco.
La oposición al gobierno de Giral
Los que apoyaban a Negrín
Durante las sesiones de las Cortes, los que apoyaban a Juan Negrín dejaron claro que no estaban de acuerdo con el nuevo gobierno. Aunque reconocieron que José Giral había sido nombrado legítimamente, dijeron que no era la persona más adecuada para el cargo.
El nuevo presidente Giral les preguntó qué le reprochaban personalmente y les recordó que los que no estaban en el gobierno era por decisión propia. Los seguidores de Negrín continuaron criticando el programa de Giral, diciendo que era "poco claro" y que había perdido oportunidades.
Las ideas de Prieto
Indalecio Prieto también criticó al gobierno, aunque de forma más suave. Él siempre había defendido la idea de que se debía hacer una votación popular (un plebiscito) para decidir el futuro de España, en lugar de solo restaurar la República. Creía que, aunque la República era la legalidad válida, ya había desaparecido hacía años y los países vencedores de la guerra no querían su regreso.
La postura de Prieto recibió un apoyo inesperado de Francisco Largo Caballero, otro líder importante. Ambos creían que el gobierno de Giral no lograría su objetivo y que era mejor buscar una solución a través de una votación popular.
La oposición dentro de España
La Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas (ANFD) era una organización que unía a la oposición republicana dentro de España. Tenían una visión diferente a la de los líderes exiliados. La ANFD ya había tenido contactos con la oposición monárquica.
José Giral intentó acercar a la ANFD a su causa nombrando ministro a uno de sus líderes. Sin embargo, las relaciones se fueron enfriando. La ANFD creía que se necesitaba "una época de reconciliación y no de revancha", por lo que mantener las instituciones republicanas no era lo más adecuado.
Los que apoyaban la monarquía
Los monárquicos, seguidores de Juan de Borbón, el heredero al trono, actuaban de forma independiente. Estaban divididos entre los que querían colaborar con Franco y los que preferían un sistema más parlamentario.
En marzo de 1945, Juan de Borbón proclamó el Manifiesto de Lausana, donde defendía el establecimiento de una monarquía constitucional. Aunque eran menos que los republicanos, su posición les daba más oportunidades de influir en un cambio de gobierno. En septiembre de 1945, un general monárquico dijo que esperaba una restauración pacífica que devolvería las libertades a los españoles.
Los monárquicos se unieron en una confederación, pero sus conversaciones con Franco terminaron mal. En general, los monárquicos veían a los republicanos como rivales y no había posibilidad de un acuerdo entre ellos en ese momento.
El gobierno de Franco
Como era de esperar, la oposición más fuerte al gobierno de José Giral venía del propio gobierno de Francisco Franco. La existencia de grupos de resistencia hizo que los militares se unieran más en torno a Franco.
Franco había construido una red de intereses con las clases dominantes y medias del país. Era consciente de su delicada situación y no pensaba dejar el poder.

Franco hizo algunas reformas para cambiar la imagen de su gobierno, presentándolo como católico, conservador y en contra de ciertas ideas políticas. En julio de 1945, proclamó el Fuero de los Españoles, que establecía algunos derechos, pero con limitaciones. También nombró un nuevo gobierno con personas de su confianza.
El nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Alberto Martín-Artajo Álvarez, buscó potenciar el aspecto católico del gobierno. Aunque se hicieron algunos cambios superficiales, como una amnistía para ciertos delitos y la abolición de un saludo, el partido único no fue eliminado.
El gobierno de Franco también intentó contactar con algunos ministros de Giral para debilitar su gobierno. Sin embargo, las condiciones no fueron aceptadas y la represión contra ciertos grupos continuó. El gobierno de Franco también realizó una gran campaña de propaganda, tanto dentro como fuera del país, insistiendo en la presencia de ciertos grupos extranjeros detrás de la campaña internacional "anti-española". Muchos españoles moderados apoyaron a Franco, ya que el conflicto reciente estaba muy presente en sus mentes.
El trabajo del Gobierno de Giral
El nuevo gobierno de Giral fue reconocido por varios países de América Latina, como México, Guatemala, Panamá y Venezuela. También lo reconocieron algunos países europeos que tenían gobiernos con ciertas ideas políticas, como Polonia, Rumanía, Checoslovaquia, Hungría y Yugoslavia. Sin embargo, no fue reconocido por las principales potencias, ni siquiera por la Unión Soviética o el Reino Unido.
Francia incluso se mostró reacia a la presencia de líderes republicanos españoles en su territorio en algunos momentos. Los Estados Unidos le dijeron a Giral que no lo reconocerían porque representaba solo a uno de los bandos del conflicto, por lo que no tenía legitimidad.
Cuando en marzo de 1946, Estados Unidos, el Reino Unido y Francia declararon que no intervendrían en los asuntos internos de España, José Giral se dio cuenta de que esto parecía dirigido al ejército español, a quien él consideraba responsable de la falta de derechos. Además, su defensa del uso de la fuerza para acabar con el gobierno de Franco no tuvo credibilidad internacional, a pesar de la actividad de los grupos de resistencia. Las potencias occidentales temían que una acción fuerte contra Franco pudiera causar otro conflicto en España. El objetivo de Giral era que la exclusión del gobierno de Franco en la Organización de las Naciones Unidas significara el reconocimiento de su propio gobierno.
Traslado a París
A finales de 1945, el gobierno de Giral decidió trasladar su sede de la Ciudad de México a París. La situación internacional parecía favorable, y había esperanzas de que el gobierno francés lo reconociera pronto. Las autoridades francesas autorizaron el traslado y les dieron oficinas en la Avenida de Foch, además de apartamentos y ayudas económicas. Para algunos ministros, esto significó una gran mejora en sus vidas.
En diciembre, la Asamblea Nacional de Francia comenzó a debatir el reconocimiento del gobierno de Giral. En enero de 1946, un político francés pidió que se enviara un ejército francés a España para restaurar la República. El 1 de marzo, el gobierno francés cerró la frontera con España después de que un líder de la resistencia fuera ejecutado.
Ampliación del Gobierno
El 5 de diciembre de 1945, el Partido Comunista de España (PCE) decidió dejar de apoyar a Juan Negrín y negociar con Giral. Giral también intentó que los nacionalistas no se separaran, impulsando el estudio de un estatuto de autonomía para Galicia.
Además, en febrero de 1946, Giral, junto con los presidentes vasco y catalán, publicó un "Manifiesto a los españoles". En este documento, expresaban su deseo de formar un frente republicano unido y rechazaban cualquier acuerdo con los monárquicos. Como resultado, en abril de 1946, se unieron al gobierno como ministros sin cartera el gallego Castelao y el comunista Santiago Carrillo. Por motivos de salud, Fernando de los Ríos fue reemplazado por Enrique de Francisco. En mayo, Giral amplió aún más su gobierno, incluyendo al conservador Rafael Sánchez Guerra. Con esto, el gobierno logró integrar a personas con ideas políticas muy diversas.
Iniciativa cubana
El presidente de Cuba, Ramón Grau San Martín, propuso una mediación similar a la idea de Indalecio Prieto. Sugirió que el general Francisco Franco fuera reemplazado por otro gobernante que no hubiera estado involucrado en la persecución de los republicanos. También propuso disolver ciertos grupos, proclamar una amnistía, establecer libertades y realizar una votación popular supervisada por países latinoamericanos.
Grau quería presentar su propuesta ante la Organización de las Naciones Unidas, pero la idea no era muy clara sobre quién dirigiría el gobierno de transición. El gobierno de Giral rechazó la propuesta, y esta no llegó a aplicarse.
Los grupos de resistencia
La existencia de grupos de resistencia que actuaban dentro de España fue un tema difícil para el gobierno de José Giral. Entre 1945 y 1947, estos grupos tuvieron mucha actividad, pero no lograron el apoyo o reconocimiento de ningún país.
Aunque los republicanos y nacionalistas no estaban a favor de la lucha armada, el Partido Comunista de España (PCE) y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) la impulsaron con fuerza. El gobierno de Giral, a través de su ministro de Guerra, se enfocó en organizar un ejército profesional, pero también apoyó a los grupos de resistencia. A pesar de que el objetivo principal era la caída del gobierno de Franco y la restauración de la República, y el apoyo a acciones violentas podía afectar el respaldo diplomático, el apoyo a la resistencia tenía un componente moral. Se les dio ayuda y se intentó crear un mando único para ellos.
El Consejo de Seguridad de la ONU
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debatió la situación de España en abril de 1946, a sugerencia de Polonia. Se decidió crear una subcomisión para investigar y presentar un informe. El gobierno de José Giral presentó un informe extenso y expuso su punto de vista, diciendo que el gobierno de Franco era un peligro para la paz mundial. Giral incluso repitió acusaciones de que España estaba realizando experimentos atómicos y que había agentes extranjeros actuando en el país.
Giral argumentó que el problema español era internacional y pidió que la ONU tomara medidas para que el pueblo español pudiera decidir libremente su futuro. Dijo que la ONU podía evitar un nuevo conflicto. Al gobierno de Franco no se le invitó a dar su opinión. Las exageraciones de Giral fueron criticadas por otros líderes y no le beneficiaron ante las potencias occidentales.
Otros informes también acusaron al gobierno de Franco, pero el Reino Unido y Estados Unidos dijeron que no era una amenaza para la seguridad internacional. Estados Unidos afirmó que no había pruebas de presencia militar extranjera en España, y el Reino Unido dijo que las acusaciones sobre actividades militares eran falsas.
Las expectativas del gobierno de Giral eran muy altas. En junio, la subcomisión recomendó romper las relaciones diplomáticas con el gobierno de Franco. Sin embargo, el 24 de junio, el Consejo de Seguridad debatió el tema durante seis horas, mostrando grandes desacuerdos entre los antiguos aliados de la guerra. La Unión Soviética vetó varias propuestas, lo que impidió que se aprobara una resolución. Este resultado fue una gran decepción para los exiliados españoles.
Relaciones con la ANFD
En marzo de 1946, José Giral le pidió a la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas (ANFD) que consultara a su gobierno antes de contactar con organizaciones "no republicanas". También sugirió tener representantes mutuos. Sin embargo, las diferencias entre ambos organismos crecían.
La ANFD estaba considerando un acercamiento a la oposición monárquica. En julio, Giral les preguntó si veían posible formar un gobierno intermedio entre el de Francisco Franco y el suyo. La ANFD respondió que sí, e incluso los libertarios estaban dispuestos a participar. La ANFD incluso quería que los monárquicos tuvieran la mayoría en un posible gobierno de restauración para contentar al Reino Unido.
Ante esta situación confusa, Giral hizo una declaración oficial el 10 de agosto, defendiendo la legitimidad de su gobierno. Afirmó que el problema español debía resolverse con la desaparición del gobierno de Franco y la restauración inmediata de la República, rechazando "situaciones transitorias". La única consulta que aceptaba era la celebración de elecciones convocadas por su gobierno legítimo. Esta postura dividió al gabinete de Giral.
La Asamblea General de la ONU
Después del fracaso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la cuestión española fue debatida por la Asamblea General de las Naciones Unidas. El gobierno de Giral realizó una campaña de propaganda. La división se manifestó de nuevo, ya que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no colaboró en la campaña y prefirió contactar con otros partidos socialistas.
Finalmente, el 12 de diciembre de 1946, la Asamblea aprobó por una gran mayoría la Resolución 39 (I). Esta resolución vinculaba el origen del gobierno de Franco con la ayuda de ciertas potencias y recomendaba la exclusión de España de los organismos internacionales y la ruptura inmediata de relaciones diplomáticas. También mencionaba la posibilidad de que el Consejo tomara más medidas si no se restablecía la libertad en España. Sin embargo, la resolución hablaba de la instauración de "un gobierno nuevo y aceptable", lo que implícitamente significaba que no reconocían al gobierno de Giral como el legítimo de España.
Antes de la reunión de la Asamblea, hubo una gran manifestación de apoyo a Franco en España. La resolución llevó a la retirada del embajador británico en Madrid, el último representante diplomático que quedaba en la capital española.
Caída del Gobierno

El resultado de las discusiones en la Organización de las Naciones Unidas fue la causa de la caída del gobierno en el exilio. La postura de Indalecio Prieto se había vuelto cada vez más crítica. Ya antes de la reunión de la Asamblea General, había criticado la "excesiva burocracia" del gabinete.
El 17 de diciembre, Prieto dio un discurso en México, D. F. en el que dijo que el gobierno de Giral no tenía ninguna posibilidad de establecerse en España y que había sido un obstáculo debido a la "pérdida de fuerza" de las instituciones republicanas.
El 27 de diciembre, el gabinete se reunió, y José Giral dijo estar "contento, pero no satisfecho" con la resolución de la Asamblea. Creía que debían seguir buscando apoyo y rechazó de nuevo la "solución intermedia". Sin embargo, se mostró dispuesto a aceptar una representación monárquica en el gobierno, aunque le resultara difícil. Criticó a los partidos que decían apoyar al gobierno mientras sus líderes lo atacaban. Los dos ministros socialistas dijeron que el gabinete debía renovar la confianza del Presidente de la República y de las Cortes.
Los días 14 y 15 de enero de 1947, se celebró una reunión en Toulouse de los líderes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la Unión General de Trabajadores (UGT), junto con representantes de España. Los socialistas propusieron crear un nuevo gobierno más pequeño y fortalecer la acción dentro de España, contactando con otras fuerzas de oposición.
El 21 de enero, el gobierno se reunió de nuevo. Los dos ministros socialistas presentaron su renuncia, y los de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) los siguieron. Rafael Sánchez Guerra ya había renunciado antes. Giral presentó su dimisión el día 26. El gobierno cesó, y se iniciaron conversaciones para formar uno nuevo.
Después de un intento de Diego Martínez Barrio de encargar la formación de un nuevo gobierno a Barcia, la negativa del PSOE, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) lo obligó a ofrecer el puesto al líder socialista Rodolfo Llopis. El cambio de gobierno significó dejar de lado la idea de continuar con las instituciones de 1939 para intentar construir una gran unión contra el gobierno de Franco.
Galería de imágenes
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José Antonio Aguirre, presidente del Gobierno vasco en el exilio.
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Diego Martínez Barrio, Presidente de la República en el exilio.
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Luis Nicolau d'Olwer, ministro sin cartera.
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Francisco Largo Caballero, líder socialista.
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Juan de Borbón, pretendiente al trono.
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Francisco Franco con un líder extranjero en 1940.
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Ramón Grau San Martín, presidente de Cuba.
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Indalecio Prieto, líder socialista.