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Bioterrorismo para niños

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Archivo:NBC-Mask M-17
Aviador de Estados Unidos usando una máscara de protección especial.

El bioterrorismo es el uso intencional de microorganismos (como bacterias o virus), toxinas o sustancias dañinas para causar enfermedades o problemas de salud en personas, animales o plantas. El objetivo es generar preocupación y desorden en una población.

También se usa este término cuando se introduce material biológico, como agentes que afectan a las plantas o enfermedades que atacan al ganado, en un país. Esto se hace con la intención de dañar la vida y la salud de las personas, los animales o la agricultura. Si quieres saber más sobre el uso de estos métodos en conflictos, puedes buscar sobre guerra biológica.

¿Qué es el Bioterrorismo?

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, un ataque de bioterrorismo es la liberación intencional de virus, bacterias, toxinas u otros agentes dañinos. Estos agentes se usan para provocar enfermedades o la muerte en humanos, animales o plantas.

Estos agentes suelen encontrarse en la naturaleza. Sin embargo, a veces pueden ser modificados para que causen más enfermedades, sean resistentes a los medicamentos o se propaguen más fácilmente. Los agentes biológicos pueden esparcirse por el aire, el agua o los alimentos.

Los agentes biológicos son difíciles de detectar y sus efectos pueden tardar horas o días en aparecer. Algunos, como el virus de la Viruela, pueden pasar de persona a persona. Otros, como el carbunco, se transmiten como esporas en el ambiente. El bioterrorismo puede ser una amenaza porque estos agentes son relativamente económicos y fáciles de conseguir. Además, pueden esparcirse con facilidad y causar preocupación. Sin embargo, los expertos saben que el bioterrorismo tiene limitaciones. Es difícil usar un agente biológico de forma que solo afecte a un grupo y no a otros.

Algunos expertos, como Bill Joy, han señalado que la ingeniería genética podría ser usada de forma indebida en el futuro para crear nuevos agentes. También se ha hablado del uso de agentes biológicos que no dañen a los humanos, pero que puedan afectar la Economía. Un ejemplo es el virus de la Fiebre aftosa humana, que puede causar grandes pérdidas económicas, como ocurrió en el Reino Unido en 2001.

Momentos importantes en la historia del Bioterrorismo

Siglo XX

Durante la Primera Guerra Mundial, se intentó usar el carbunco (ántrax) contra animales, pero no fue efectivo. Poco después, Alemania llevó a cabo acciones de sabotaje biológico en varios países. En 1915, un hombre llamado Anton Dilger fue enviado a los Estados Unidos con cultivos de muermo, una enfermedad que afecta a caballos y mulas. Dilger estableció un laboratorio en su casa y usó a trabajadores de los puertos para infectar caballos que iban a ser enviados a Gran Bretaña. Aunque fue sospechoso, nunca fue arrestado y murió en Madrid, España, durante la pandemia de gripe de 1918. En 1916, agentes alemanes con intenciones similares fueron arrestados en Rusia. Alemania y sus aliados infectaron caballos y mulas en la frontera este de Rusia, lo que dificultó el movimiento de tropas y suministros.

En 1927, en Chicago, la policía arrestó a dos estudiantes, Allen Schwander y Stephen Pera. Ellos planeaban contaminar el agua de la ciudad con Tifoidea y otras bacterias. Schwander había fundado un grupo y Pera obtenía cultivos de un hospital. Ambos huyeron a Cuba tras ser liberados. Schwander falleció en 1974, y Pera regresó a los Estados Unidos en 1975, donde fue juzgado.

En 1984, en Oregón, seguidores de un grupo intentaron influir en una elección local. Para ello, contaminaron ensaladas en restaurantes, productos en tiendas y otros lugares públicos con la bacteria Salmonella typhimurium en la ciudad de The Dalles. Este ataque enfermó a 721 personas, pero no hubo muertes. Fue el primer y único ataque de bioterrorismo de este tipo en Estados Unidos.

En junio de 1993, un grupo llamado Aum Shinrikyō liberó ántrax en Tokio. Los testigos reportaron un mal olor, pero el ataque no afectó a nadie. Esto se debió a que usaron una cepa de la bacteria que se utiliza en vacunas y no causa enfermedad en humanos.

Siglo XXI

En septiembre y octubre de 2001, hubo varios ataques con ántrax en los Estados Unidos. Cartas que contenían ántrax infeccioso fueron enviadas a oficinas de medios de comunicación y al congreso. Estos ataques causaron la muerte de cinco personas.

En 2001, el Servicio Postal de los Estados Unidos también fue afectado por un ataque con esporas de Bacillus anthracis. Veintidós personas se infectaron con carbunco (ántrax), y siete de ellas desarrollaron la enfermedad en la piel.

Agentes biológicos han sido investigados en países como Rusia, Libia, Estados Unidos, China, Egipto y Corea.

Tipos de Agentes Biológicos

En Estados Unidos, los agentes biológicos que el Departamento de Salud y Servicios Sociales o el Departamento de Agricultura consideran una "amenaza grave para la salud y seguridad pública" se llaman "Agentes Selectos".

Estos agentes se clasifican en Categoría A, B o C. Esta clasificación ayuda a regular los laboratorios que pueden tener, usar o transferir estos agentes.

Categoría A

Estos agentes son de alta prioridad porque representan un gran riesgo para la seguridad nacional. Se transmiten y esparcen fácilmente, pueden afectar mucho la salud pública, causar preocupación o requerir acciones especiales de preparación.

  • Fiebre hemorrágica viral: Incluye fiebres causadas por virus como el Marburgvirus y el Ébola, y otros como el virus Lassa y Machupo (Fiebre hemorrágica boliviana). La Enfermedad por el virus del Ébola ha causado muchas muertes, con un promedio del 50%. No hay cura, aunque se están desarrollando vacunas. La Unión Soviética investigó el uso de filovirus para conflictos biológicos, y el grupo Aum Shinrikyō intentó obtener cultivos de Ébola sin éxito. El virus del Ébola causa la muerte por fallas en varios órganos y pérdida de líquidos. El Marburgvirus se descubrió en Alemania. Los arenavirus tienen una tasa de mortalidad menor, pero están más extendidos en África y Sudamérica.

Categoría B

Los agentes de categoría B son moderadamente fáciles de esparcir y tienen tasas de mortalidad más bajas.

Categoría C

Los agentes de categoría C son patógenos emergentes que podrían ser modificados (usando Ingeniería genética) para esparcirse masivamente. Esto se debe a su disponibilidad, facilidad de producción y propagación, o su potencial para causar un gran impacto en la salud.

Preparación y Respuesta

La planificación para el bioterrorismo incluye desarrollar sistemas para identificar agentes biológicos. Antes, en Estados Unidos, la mayoría de las estrategias se centraban en proteger a los soldados, no a la población civil. Los recortes de dinero han limitado la investigación de brotes de enfermedades. Algunos brotes, como la contaminación de alimentos por E. coli o Salmonella, pueden ser naturales o intencionales.

Preparación

Los agentes biológicos son relativamente fáciles de conseguir, lo que los convierte en una amenaza creciente. Los laboratorios están desarrollando sistemas de detección avanzados para dar alertas rápidas, identificar áreas contaminadas y poblaciones en riesgo. En las grandes ciudades, también se están creando métodos para predecir el uso de agentes biológicos. Además, las tecnologías forenses trabajan para identificar agentes biológicos, su origen geográfico y su fuente inicial. Se busca descontaminar sin dañar el ambiente.

La detección temprana y la respuesta rápida al bioterrorismo dependen de la colaboración entre las autoridades de Salud pública y las fuerzas de seguridad. Sin embargo, esta cooperación aún es limitada. Las reservas nacionales de medicinas y vacunas no sirven si los funcionarios locales no tienen acceso a ellas.

Algunos aspectos de la protección contra el bioterrorismo en los Estados Unidos incluyen:

  • Estrategias de detección y resistencia: La Oficina de Asuntos de la Salud, parte del Departamento de Seguridad Nacional, se encarga de preparar al país para emergencias de salud. La detección se basa en dos factores tecnológicos. Primero, el programa "BioWatch" usa dispositivos en 30 áreas de alto riesgo para detectar agentes biológicos en el aire antes de que aparezcan los síntomas. Esto permite una respuesta más rápida.
  • Sistemas de detección de la Generación-3: Este avance permite tomar acciones en cuatro a seis horas, gracias a su sistema de respuesta automática. Los sistemas anteriores requerían transportar los detectores a laboratorios manualmente. Para asegurar la preparación, existen programas como las Series de Ejercicio de Respuesta para Ántrax, que garantizan que todo el personal de emergencia sepa qué hacer. Informar y educar a los líderes públicos y servicios médicos de emergencia también puede reducir el impacto de los ataques.
  • Mejora de las capacidades tecnológicas de los primeros respondedores: Esto se logra de varias maneras. La Dirección de Ciencia y Tecnología trabaja para asegurar que los polvos sospechosos (muchos agentes biológicos peligrosos, como el ántrax, son polvos blancos) puedan ser evaluados correctamente. Al probar la precisión de los sistemas comerciales usados por los primeros respondedores, se espera que todos los polvos dañinos puedan ser neutralizados.
  • Equipo mejorado para primeros respondedores: Un avance reciente es una nueva armadura de Tyvex™ que protege a los primeros respondedores y pacientes de contaminantes químicos y biológicos. También hay una nueva generación de aparatos de respiración autónoma, más resistentes a los agentes bioterroristas. Todas estas tecnologías combinadas forman una defensa fuerte contra el bioterrorismo.
  • Proyecto BioShield: Este programa, iniciado en 2004, busca acumular vacunas y tratamientos para posibles amenazas biológicas. El Departamento de Defensa también tiene laboratorios que trabajan para mejorar la calidad y eficacia de estas contramedidas. Se busca asegurar que estas medicinas puedan distribuirse eficazmente en caso de un ataque. La Asociación Nacional de Cadena de Farmacias apoya la participación del sector privado para mejorar la distribución.

En 2011, el Dr. Sanjay Gupta de CNN explicó que, aunque Estados Unidos estaba mejor preparado para un ataque de bioterrorismo que diez años antes, el dinero para enfrentarlo había disminuido. Señaló que las ciudades podrían no ser capaces de distribuir vacunas o rastrear virus, lo que podría llevar a una pandemia. En 2010, MSNBC también destacó la falta de preparación, indicando que un informe bipartidista dio una baja calificación a la administración de Obama en su capacidad de respuesta. Un excomisario de Nueva York, Howard Safir, dijo que las armas biológicas y químicas son fáciles de dispersar y que la eficiencia no es solo cuestión de dinero, sino de usar los recursos correctamente.

Biomonitoreo

En 1999, la Universidad de Pittsburgh desarrolló el primer sistema automático para detectar bioterrorismo, llamado RODS (Real-Time Outbreak Disease Surveillance). RODS recolecta información de muchas fuentes para detectar posibles casos de bioterrorismo lo antes posible. RODS y sistemas similares recogen datos de hospitales, laboratorios y ventas de medicamentos. En 2000, los coordinadores de RODS tuvieron la idea de obtener datos en vivo de fuentes "no tradicionales" (no relacionadas con la salud). Esto llevó al Monitor Nacional Contador de Datos, un sistema que recolecta información de 20,000 lugares en Estados Unidos.

El 5 de febrero de 2002, George W. Bush visitó los laboratorios RODS y usó su trabajo como modelo para una propuesta de 300 millones de dólares para equipar a los cincuenta estados con sistemas de biomonitoreo.

Los principios del biomonitoreo, una nueva ciencia, se describieron en el "Manual del biomonitoreo" (2006). El biomonitoreo es la ciencia de detectar brotes de enfermedades en tiempo real, tanto naturales como causados por el hombre.

Los datos que pueden ayudar a detectar un caso de bioterrorismo incluyen información de hospitales, laboratorios, registros de salud, llamadas al 911 y registros veterinarios. Los investigadores también consideran usar datos de granjas, procesadores de alimentos, sistemas de agua, asistencia escolar y monitores fisiológicos. Se cree que los sistemas que recolectan más tipos de datos son más útiles, ya que reducen las falsas alarmas.

En Europa, el biomonitoreo de enfermedades se está organizando a nivel continental para rastrear emergencias biológicas. El sistema no solo registra a las personas infectadas, sino que también intenta rastrear el origen de los brotes.

Los investigadores están probando dispositivos para detectar amenazas:

Investigaciones recientes muestran que los fotodiodos de avalancha ultravioleta son útiles para detectar ántrax y otros agentes en el aire. El Departamento de Defensa de los Estados Unidos realiza biomonitoreo global a través de programas como el "Sistema de Biomonitoreo Global para Enfermedades Emergentes y su Sistema de Respuesta".

Otra herramienta importante en la Ciudad de Nueva York es el "Sistema Sindrómico de Biomonitoreo de la Ciudad de Nueva York". Este sistema, desarrollado después de los ataques del 11 de septiembre, rastrea el progreso de las enfermedades en la ciudad. Funciona registrando los síntomas de las personas que van a emergencias (según la ubicación del hospital y su dirección de casa) y buscando patrones. Los epidemiólogos pueden usar estos patrones para determinar si hay un brote en lugares específicos y crear mapas de frecuencia de enfermedades. Esto ayuda a descubrir ataques de bioterrorismo desde el principio, permitiendo una respuesta inmediata.

Respuesta a ataques o amenazas de Bioterrorismo

Las agencias gubernamentales que responderían a un ataque de bioterrorismo incluyen fuerzas de seguridad, unidades de descontaminación y equipos médicos de emergencia.

El ejército estadounidense tiene unidades especiales para actuar en caso de un ataque. Por ejemplo, el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos tiene una Fuerza para Incidentes Químicos y Biológicos, y el Mando de Apoyo 20 del Ejército de los Estados Unidos puede detectar, identificar y neutralizar amenazas, así como descontaminar a las víctimas.

Históricamente, los gobiernos han usado las cuarentenas para proteger a la población. Organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud han invertido en el monitoreo de epidemias y han colaborado en la descontaminación de brotes.

Los medios de comunicación han puesto atención en el aumento de las amenazas biológicas desde 2013-2014. En julio de 2013, Forbes publicó un artículo sobre el bioterrorismo. En noviembre de 2013, Fox News informó sobre una nueva cepa de botulismo, señalando que es uno de los agentes con mayor tasa de mortalidad y sin antídoto. USA Today reportó que el ejército estadounidense estaba desarrollando una vacuna para la Fiebre Q, que alguna vez fue usada como arma biológica. En febrero de 2014, un exdirector de política de biodefensa del Presidente George W. Bush calificó el riesgo de bioterrorismo como inminente e incierto. El congresista Bill Pascrell pidió más medidas federales contra el bioterrorismo, considerándolo "cuestión de vida o muerte". The New York Times informó que Estados Unidos gastaría 40 millones de dólares para ayudar a países con menos recursos a enfrentar las amenazas de bioterrorismo y enfermedades.

Bioterrorismo en España

Después de los ataques ocurridos en la primera década del siglo XXI en España, se creó la Red de Laboratorios de Alerta Biológica «RE-LAB». Esta red es una infraestructura científica y técnica formada por diferentes instituciones y laboratorios de referencia en todo el país. Su objetivo es dar una respuesta rápida a emergencias causadas por agentes biológicos (microorganismos vivos, toxinas y biorreguladores).

La Red de Laboratorios de Alerta Biológica (RE-LAB) está regulada por la Orden PCI/1381/2018, de 18 de diciembre.

RE-LAB trabaja en la seguridad biológica, especialmente en la detección e identificación de agentes biológicos en la salud humana, sanidad ambiental, seguridad alimentaria, sanidad animal y sanidad vegetal. La dirección científica y técnica de RE-LAB está a cargo del Instituto de Salud Carlos III. Actualmente, la red está formada por 12 laboratorios de referencia con instalaciones de alta seguridad biológica y un laboratorio colaborador:

  • CIBIR. Centro de Investigación Biomédica de La Rioja.
  • CISA INIA. Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA) del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria INIA.
  • CNA AESAN. Centro Nacional de Alimentación (CNA) de la Agencia española de seguridad alimentaria (AESAN).
  • CNM ISCIII. Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III.
  • CNSA ISCIII. Centro Nacional de Sanidad Ambiental.
  • CReSA IRTA. Centre de Recerca en Sanitat Animal (CReSA) del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentària (IRTA).
  • IUETSPC ULL. Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias de la Universidad de La Laguna.
  • IVIA. Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA).
  • LABIR UME. Laboratorio de Identificación Rápida (LABIR) de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
  • LCV MAPA. Laboratorio Central de Veterinaria (LCV) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
  • NEIKER Tecnalia. NEIKER, Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario perteneciente a la corporación Tecnalia.
  • VISAVET UCM. Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET) de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Bioterrorism Facts for Kids

  • Ley de Bioterrorismo
  • Bioprotección
  • Bioseguridad
  • Biorriesgo
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