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Muhámmad al-Mutámid para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Al-Mu‘tamid
Al-Mu'tamid ibn Abbad by Khalil Gibran.png
Información personal
Nombre completo al-Mu‘tamid ‘alà Allah Muhammad ibn ‘Abbad
Nombre nativo محمد بن عباد المعتمد على الله
Nacimiento 1040
Beja
Fallecimiento 1095
Agmat
Nacionalidad Andalusí
Religión Islam
Familia
Familia Abadí
Padres Abbad II al-Mu'tadid
Cónyuge Romaiquía
Hijos Buthaina bint al-Mu'tamid
Información profesional
Ocupación Poeta y escritor
Cargos ocupados
  • Rey
  • Emir de Ishbiliya
Género masculino
Archivo:Tumulo Al-Mu'tamid
Tumbas de al-Mu‘tamid (a la izquierda), I‘timad (a la derecha) y el hijo de ambos (centro) en el sitio arqueológico de Agmat (Marruecos).

Abu l-Qásim al-Mu‘támid ‘alà Allah Muhámmad ibn ‘Abbad (en árabe, أبو القاسم المعتمد على الله محمد بن عباد‎) nació en Beja en 1040 y falleció en Agmat en 1095. Fue el rey de la taifa de Sevilla desde 1069 hasta 1091. Fue el último rey de la dinastía Abadí y era hijo de al-Mutádid, a quien sucedió en el trono.

La vida de Al-Mu‘tamid

Sus primeros años y ascenso al trono

Al-Mu‘tamid fue el segundo hijo de al-Mutádid. Se convirtió en el heredero al trono después de que su hermano mayor fuera ejecutado por su padre, acusado de traición. Cuando tenía doce años, su padre lo envió a Silves, en el Algarve, para que fuera educado por el poeta Abu Bakr ibn Ammar. Este poeta, conocido también como Abenamar, se convirtió en su amigo y consejero más cercano.

Expansión y desafíos de su reino

En el segundo año de su reinado, al-Mu‘tamid logró anexar la taifa de Córdoba. Puso a uno de sus hijos a cargo de esta ciudad. Esta acción preocupó al rey de la taifa de Toledo, al-Mamún, quien apoyó a un aventurero llamado Ibn Ukkasha. En 1075, Ibn Ukkasha tomó Córdoba y ejecutó al joven príncipe. Al-Mamún de Toledo se quedó con la ciudad, pero murió seis meses después.

Durante tres años, al-Mu‘tamid luchó para recuperar Córdoba. Lo logró en 1078. Al mismo tiempo, todas las tierras de la taifa de Toledo que estaban entre los ríos Guadalquivir y Guadiana pasaron a formar parte del reino de Sevilla.

Archivo:Reino de Sevilla s. XI
Expansión de la Taifa de Sevilla (siglo XI).

Cuando al-Mu‘tamid subió al trono, nombró a su amigo y antiguo maestro Ibn Ammar como su visir (una especie de ministro principal). Su relación fue muy buena al principio de su reinado. Por ejemplo, se dice que gracias a la habilidad de Ibn Ammar, una expedición del rey Alfonso VI de León contra Sevilla terminó de forma pacífica. Sevilla aceptó pagar un tributo doble en 1078.

Sin embargo, Ibn Ammar perdió el favor del rey debido a su mala gestión en la anexión de la taifa de Murcia. En 1078, Ibn Ammar pidió ayuda a Ramón Berenguer II, conde de Barcelona, para conquistar Murcia. Prometió pagar diez mil dinares. Como garantía de pago, un hijo de al-Mu‘tamid, al-Rashid, fue entregado como rehén, al parecer sin que su padre lo supiera. Cuando al-Mu‘tamid se enteró, tuvo que pagar una suma tres veces mayor para recuperar a su hijo.

Después de conquistar Murcia, Ibn Ammar fue nombrado gobernador. Pero poco después, intentó independizarse de la taifa de Sevilla. Al descubrirse sus planes, tuvo que huir de Murcia. Se refugió en Zaragoza e intentó ayudar a los tuyibíes en una expedición. Finalmente, fue capturado y entregado a al-Mu‘tamid. A pesar de la larga amistad que los unía, al-Mu‘tamid lo ejecutó con sus propias manos.

La llegada de los almorávides y el fin de su reinado

Sintiéndose amenazado por el reino de León después de que Alfonso VI conquistara Toledo en 1085, al-Mu‘tamid decidió pedir ayuda a los almorávides. Estos llegaron a Algeciras el 30 de julio de 1086. Las tropas de Sevilla, junto con las de Granada y Badajoz, ayudaron a derrotar a los cristianos en la batalla de Zalaca en 1086.

Sin embargo, el emir almorávide Yúsuf ibn Tasufín tuvo que regresar a su reino en África. La ausencia de los almorávides hizo que los reyes musulmanes siguieran con sus conflictos, lo que les impidió evitar nuevos ataques cristianos. El rey Alfonso VI tomó el castillo de Aledo (en Murcia) en 1087, bloqueando las rutas entre Sevilla y las regiones orientales de al-Ándalus.

Al-Mu‘tamid viajó de nuevo a Marrakech para pedir a Yúsuf que ayudara a los musulmanes de al-Ándalus. Los almorávides regresaron a la península en 1088. Pero esta vez, no solo lucharon contra los cristianos, sino que también fueron conquistando uno a uno todos los reinos de taifas. Al-Mu‘tamid fue depuesto por el emir almorávide en 1091 y enviado al exilio en África, donde falleció en 1095 en Agmat, cerca de Marrakech.

Al-Mu‘tamid como poeta y protector de la cultura

Al-Mu‘tamid fue un poeta muy talentoso. Durante su reinado, la cultura floreció en Sevilla. Su corte era un lugar donde los poetas y escritores eran muy apreciados. Entre ellos estaban el siciliano Ibn Hamdís, Ibn al-Labbana de Denia, Ibn Zaydún y su propio visir y poeta Ibn Ammar de Silves.

También visitaron su corte importantes pensadores como Ibn Hazm, una figura central de la cultura andalusí, el geógrafo al-Bakrí y el astrónomo Azarquiel (al-Zarkali).

Obras destacadas

  • Poesías.

Historias y leyendas sobre Al-Mu‘tamid

La partida de ajedrez

Durante el asedio de Sevilla en 1078, al-Mu‘tamid envió a Ibn Ammar para detener el avance de Alfonso VI de León. Cuando Ibn Ammar encontró al rey en su tienda de campaña, como ambos eran aficionados al ajedrez, el rey lo invitó a jugar una partida. La apuesta era un grano de trigo por el primer cuadro del tablero, y el doble por cada cuadro siguiente. Ibn Ammar ganó la partida y logró convencer al rey de no invadir Sevilla.

La historia de Al-Rumaikiyya

Un día, mientras paseaba a orillas del río Guadalquivir con su amigo Ibn Ammar, jugaban a improvisar poemas, algo muy popular en la sociedad andalusí de esa época. Al-Mu‘tamid dijo, al sentir una ligera brisa sobre el río:

"El viento tejiendo lorigas en las aguas".

Esperaba la respuesta de su amigo. Sin embargo, antes de que Ibn Ammar pudiera responder, ambos escucharon una voz femenina que completaba el poema:

"¡Qué coraza si se helaran!".

La voz era de una joven muy hermosa llamada Rumaikiyya, que era esclava de un arriero y estaba escondida entre los juncos. Al-Mu‘tamid se enamoró de inmediato, la llevó a su palacio y la hizo su esposa, y ella tomó el nombre de Itimad. Cuando al-Mu‘tamid fue depuesto, Rumaikiyya lo acompañó al exilio, junto con otros miembros de su familia.

La relación entre al-Mu‘tamid y Rumaikiyya dio origen a muchas historias, como la que aparece en el Libro de los ejemplos del Conde Lucanor y de Patronio, en el cuento XXX, De lo que aconteció al rey Abenabed de Sevilla con su mujer, Ramaiquía, escrito por Don Juan Manuel.

Al-Mu‘tamid en la literatura

La vida de al-Mu‘tamid inspiró la obra de Blas Infante titulada Motamid, último rey de Sevilla.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Al-Mu'tamid ibn Abbad Facts for Kids

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