Sitio de Valencia (siglo XIII) para niños
El papa Gregorio IX apoyó la conquista de Valencia en 1237, lo que significaba que fuerzas militares de otros lugares de Europa colaborarían en esta importante empresa.
Contenido
Preparativos para la Conquista de Valencia
La idea de conquistar el Reino de Valencia surgió porque los nobles de Aragón querían expandir sus territorios hacia las ricas tierras valencianas.
En 1232, el rey Jaime I estaba en Alcañiz con Blasco de Alagón y el líder de la Orden del Hospital. Ellos convencieron al rey de lo bueno que sería conquistar Valencia.
Blasco de Alagón le dijo al rey que Valencia era un lugar muy hermoso y que no había otro igual. El líder del Hospital también confirmó que todos los que habían estado en el Reino de Valencia decían lo mismo.
Durante 1237, Jaime I de Aragón hizo una campaña para animar a la gente en Cataluña y Aragón a unirse a la conquista. A finales de ese año, se trasladó a un lugar llamado Puig de la Cebolla, que luego se conoció como Santa María.
Este pequeño pueblo, fundado por el Cid, estaba junto a un antiguo castillo musulmán. Desde una pequeña montaña, se podía controlar muy bien los alrededores de Valencia. El rey llamó a los caballeros para que se reunieran allí el 4 de abril de 1238, día de Pascua.
No es fácil saber si la campaña de Jaime I tuvo mucho éxito. Algunas fuentes sugieren que no logró su objetivo. Incluso, los nobles catalanes le propusieron abandonar Burriana, y los aragoneses le pidieron que dejara el Puig y pospusiera la lucha contra Valencia.
Los documentos y la Crónica (un relato histórico) nos muestran cómo actuó Jaime I antes de la conquista. Viajó desde Teruel al Puig, pasando por Sagunto. Se quedó allí unos tres meses.
Luego, regresó a sus tierras para conseguir más soldados, pasando por Burriana, Tortosa, Tarragona, Lérida y Huesca. Desde allí, volvió al Puig pasando por Daroca, Teruel y Sarrión.
Cuando llegó al Puig por última vez antes de empezar el asedio, encontró a la gente desanimada. Entonces, prometió no irse de las tierras de Valencia hasta haber conquistado la ciudad, que era la capital del Reino.
Mientras estaba en el Puig, Jaime I recibió un mensaje del rey Zayyan. Zayyan le ofreció un acuerdo de paz. A cambio, le entregaría los castillos entre el río Guadalaviar, Tortosa y Teruel, un palacio en la Zaydia (fuera de Valencia) y una gran cantidad de dinero. El rey Jaime I no aceptó la oferta.
Por esas fechas, las poblaciones de Almenara, Uxo, Nules y Castro se rindieron. El 7 de abril, Paterna y Bulla también se entregaron.
El 4 de abril de 1238, día de Pascua, se cumplió el plazo que el rey había dado a sus nobles para que llegaran al Puig y comenzaran el asedio de Valencia. Sin embargo, la crónica dice que tenía poca gente a su alrededor.
Solo estaban el líder del Hospital, un comendador del Temple (con 30 caballeros), el comendador de Alcañiz y el de Calatrava. De los nobles, solo estaban el catalán Guillem de Agulló y los aragoneses Rodrigo de Lizana y don Jiménez Pérez de Tarazona.
En total, había entre 120 y 140 caballeros importantes, unos 150 almogávares (soldados de élite de las montañas de Aragón) y unos mil hombres a pie.
Con tan pocos combatientes, Jaime I se preparó para sitiar Valencia. La fecha de inicio del asedio aparece en varios documentos. El 22 de abril de 1238, el rey otorgó unas tierras y fechó el documento en "Podio Sancta Marie". El 26 de abril, fechó otra donación "in obsidione valencie" (en el asedio de Valencia).
La fecha exacta la dio un historiador valenciano musulmán llamado Ibn-al-Abbar. Él vivió y narró lo sucedido. Nació en el Grao y fue secretario del rey Abu Zeit (el penúltimo rey musulmán de Valencia) y luego de Zayyan.
Ibn-al-Abbar señala que el cerco de Valencia comenzó el día 5 del ramadán del año 635 de la Hégira, que fue un jueves 22 de abril de 1238.
Durante el asedio, llegaron más combatientes. Entre ellos, el comendador de Aliaga (Teruel), el aragonés Lope Jiménez de Luesia, el arzobispo de Narbona y otros caballeros de Aragón y Cataluña. La crónica también menciona a los aragoneses Pedro Fernández de Azagra y Jimeno de Urrea, Fernando Pérez de Pina, Fernando de Ahones, una caravana de Tortosa, el aragonés Pedro Cornel y el catalán Ramón Berenguer de Ager.
Después de muchas negociaciones, el 28 de septiembre de 1238, se firmó la rendición en Ruzafa.
La estrategia que usó Jaime I fue similar a la que había usado el Cid siglos antes. Consistía en conquistar las fortalezas, torres o pueblos que rodeaban la ciudad. Esto impedía que llegaran alimentos a Valencia, debilitando la ciudad poco a poco.
Estas fortalezas y castillos formaban parte del sistema de defensa de Valencia. Cuando se acercaban tropas enemigas, la ciudad era avisada rápidamente con señales de humo. Todo esto convenció al rey de que era necesario desmantelar primero este sistema defensivo.
La Batalla del Puig: Un Momento Clave
La famosa batalla del Puig se pensaba que ocurrió cerca de la población del Puig. Sin embargo, estudios del profesor Antonio Ubieto Arteta, que comparó la Crónica con escritos musulmanes y fechas de fallecimiento de los participantes, la sitúan en las laderas de la sierra de Irta, cerca de Peñiscola. Lo más importante, sin importar el lugar exacto, fue la derrota musulmana y sus consecuencias.
La fecha de esta batalla crucial, en la que el rey no participó, fue el 20 de agosto de 1237, según Ubieto.
Aunque el lugar exacto de la batalla sea debatido, no se pueden ignorar algunas referencias importantes. Burriana, conquistada el 15 de julio de 1233, fue fundamental. Sirvió como base de apoyo y, por su ubicación en la llanura, era un punto estratégico en la retaguardia. El Puig de Santa María fue el lugar elegido para el último paso, una base necesaria para sitiar Valencia.
Los cristianos llegaron al Puig en 1237. Después de fortificar el antiguo castillo musulmán, el rey dejó una guarnición a cargo de su tío Guillem d'Entença. Esta guarnición estaba formada principalmente por almogávares, hospitalarios y templarios. El rey se dio cuenta de que necesitaba más fuerzas y regresó a Aragón para reclutar más tropas.
Mientras el rey estaba en Aragón, el rey musulmán Zayyan se enteró de su ausencia. Decidió atacar para evitar que los cristianos siguieran molestando.
Zayyan, con la ayuda de sus parientes de Alcira y Játiva, organizó un ejército. Las crónicas dicen que tenía 600 jinetes y 11.000 soldados a pie. A pesar de la gran diferencia en número, los cristianos decidieron salir a campo abierto a luchar. Derrotaron a ese ejército musulmán y persiguieron a los que sobrevivieron hasta el río Seco.
Esta derrota afectó mucho la moral de los defensores, que ya no volvieron a enfrentarse abiertamente a los cristianos.
Jaime I fue informado de la batalla por Guilém de Sales mientras estaba en Huesca.
El rey Jaime I regresó al Puig a finales de 1237 o en enero de 1238, aproximadamente medio año después de la batalla.
El Campamento en Ruzafa y el Asedio
El rey cruzó el río Guadalaviar (el nombre que recibía el Turia en ese entonces) por la zona del Grao con las pocas tropas que tenía. Acampó con sus tiendas y desplegó sus banderas en unas granjas que estaban a mitad de camino entre Valencia y el Grao. Según los datos, este lugar podría ser donde hoy se encuentra la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Allí decidieron esperar a que se unieran más caballeros.
Al día siguiente, los Almogávares fueron a tomar Ruzafa, capturando a los musulmanes que estaban allí. Fue en Ruzafa donde el rey instaló su cuartel general. Este lugar era estratégico porque permitía controlar la salida de tropas musulmanas de la ciudad. Las puertas más cercanas, Boatella y Xerea, estaban bastante separadas, lo que daba tiempo para organizarse. La bandera del rey se colocó en un pequeño montículo donde actualmente se encuentra el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles, en la calle General Prim.
Hoy se puede leer una placa con la siguiente inscripción: "En este lugar de Ruzafa estuvo situado el Real de Jaime I, donde el Rey Zayyan firmó la rendición de Valencia el 28 de septiembre de 1238. El Rey Jaime I entró triunfalmente en la Ciudad el 9 de octubre, Día de San Dionisio".
Aunque algunas fuentes sitúan el lugar cerca de la actual estación central de tren.
Las negociaciones para la rendición se llevaron a cabo directamente entre el rey Jaime, su esposa Violante, un traductor y el sobrino de Zayyan, Abú-l-Hamlek. Fueron necesarias dos reuniones para llegar a un acuerdo verbal.
La noticia no fue bien recibida por los soldados cristianos, ya que muchos querían entrar a la fuerza para conseguir riquezas.
Abú-l-Hamlek acordó con Jaime I que, como prueba de que su tío aceptaba las condiciones, izarían una bandera del rey aragonés en la torre de Ali Bufat. Las crónicas cuentan que cuando esto sucedió, el rey se bajó del caballo y, llorando, besó la tierra.
La rendición se firmó el 29 de septiembre. Algunas fuentes dicen que fue en Ruzafa, otras que en Walaya, un lugar cerca de la actual plaza del Ayuntamiento. El cronista valenciano Ibn al-Abar cuenta lo sucedido:
"Valencia cayó por segunda vez después del asedio al que la sometió el tirano Yaqmu al-Barsaluny, desde el jueves 5 del mes del Ramadán (21 de abril de 1238), hasta el martes 17 de safar (29 de septiembre). Ese día, Abu Yumail Zayyan ibn Mufadaibn Yussuf ibn Sad Judami, salió de la ciudad de la que entonces era rey, delante de sus familiares y altos cargos de la administración y delante de los jefes de su ejército. Salió de Ruzafa (Jaime I) donde estaba acampado desde el principio del asedio y se encontraron las dos autoridades en la Walaya. Estipularon que el tirano dejaría el territorio en paz durante 20 días para que en ese tiempo la gente pudiera trasladarse con sus bienes y efectos. Yo presencié todo aquello y firmé el acta de capitulación por parte de Abu Yumail".
Hubo algunos intentos de saqueo por parte de los cristianos, pero Jaime I los castigó con penas de muerte.
Gran parte de la población musulmana se quedó en sus casas, como era costumbre. Solo una minoría se marchó. Prueba de ello fue la expulsión de los moriscos siglos después, que causó grandes problemas y despoblación en gran parte del Reino de Valencia.
El 9 de octubre, el rey entró en la ciudad y se celebró la primera misa donde actualmente se encuentra la Catedral de Valencia. Hay una capilla que lo recuerda.
Enfrentamientos durante el Asedio
Datos para niños Jaime I de Aragón |
||
---|---|---|
Rey de Valencia | ||
![]() Retrato de Jaime I, por Manuel Aguirre y Monsalbe
|
||
Reinado | ||
28 de septiembre de 1238 - 27 de julio de 1276 | ||
Predecesor | Zayyan ibn Mardanish, rey almohade | |
Sucesor | Pedro I | |
Información personal | ||
Otros títulos | Conde de Barcelona, Vizconde de Carladés, Barón de Omeladés, Conde de Urgel (1231-1236), Vizconde de Fenolleda (hasta 1258) | |
Nacimiento | 2 de febrero de 1208 Montpellier |
|
Fallecimiento | 27 de julio de 1276 Alcira |
|
Sepultura | Sepulcros Reales del monasterio de Poblet | |
Familia | ||
Casa real | Casa de Aragón | |
Padre | Pedro II de Aragón | |
Madre | María de Montpellier | |
Consorte | Leonor de Castilla Violante de Hungría |
|
Hijos | Pedro Jaime véase Descendencia |
|
Durante los cinco meses de asedio, hubo pocos enfrentamientos directos entre ambos bandos. Zayyan prefirió quedarse dentro de la ciudad, protegido por las murallas. Aun así, podemos destacar algunos momentos:
- Intento de abrir una brecha: Los cristianos, protegidos con escudos de madera, lograron hacer un pequeño agujero en la muralla exterior. Sin embargo, era muy estrecho y nadie podía pasar por él, así que su valor fue más psicológico.
- Ataque a la torre de la Boatella: Esta torre estaba separada de la muralla principal, como una defensa avanzada. Después de un primer intento fallido de tomarla, el rey llegó con 200 caballeros y todos los ballesteros disponibles. Prendieron fuego a la torre. Los 10 defensores, al ver el fuego, intentaron rendirse, pero los atacantes no lo aceptaron, y murieron quemados.
- Duelos individuales: Se registraron varios duelos entre los sitiados y los sitiadores. Un caballero retaba a los oponentes saliendo de la muralla con su armadura. Si alguien aceptaba, con permiso del rey, comenzaba el combate. Cuando uno de los dos moría o resultaba herido, el duelo terminaba. El vencedor regresaba a sus filas y el herido era recogido por sus compañeros.
- El rey herido: En uno de estos combates, ambos bandos mantenían una distancia segura para no ser alcanzados. Sin embargo, en una ocasión, el rey se acercó demasiado a las murallas y fue herido en la frente por una flecha de ballesta. No fue grave, pero le dejó una cicatriz de por vida y tuvo que descansar varios días en su tienda.
La Rendición de Valencia
Las negociaciones para la rendición fueron llevadas directamente por el rey Jaime y su esposa Violante de Hungría con el sobrino del rey Zayyan, llamado Abu-l-Hamlek. Fueron necesarias dos reuniones para llegar a un acuerdo verbal.
La noticia de la rendición no fue bien recibida por los soldados cristianos, ya que muchos esperaban un asalto para conseguir riquezas.
Abu-l-Hamlek acordó con Jaime I que, como prueba de que su tío aceptaba las condiciones, izarían una bandera del rey aragonés en la torre de Ali Bufat. Las crónicas cuentan que cuando esto sucedió, el rey se bajó del caballo y, llorando, besó la tierra.
La rendición se firmó el 29 de septiembre. Algunas fuentes dicen que fue en Ruzafa, otras que en Walaya, un lugar cerca de la actual plaza del Ayuntamiento. El cronista valenciano Ibn al-Abar cuenta lo sucedido:
"Valencia cayó por segunda vez después del asedio al que la sometió el tirano Yaqmu al-Barsaluny, desde el jueves 5 del mes del Ramadán (21 de abril de 1238), hasta el martes 17 de safar (29 de septiembre). Ese día, Abu Yumail Zayyan ibn Mufadaibn Yussuf ibn Sad Judami, salió de la ciudad de la que entonces era rey, delante de sus familiares y altos cargos de la administración y delante de los jefes de su ejército. Salió de Ruzafa (Jaime I) donde estaba acampado desde el principio del asedio y se encontraron las dos autoridades en la Walaya. Estipularon que el tirano dejaría el territorio en paz durante 20 días para que en ese tiempo la gente pudiera trasladarse con sus bienes y efectos. Yo presencié todo aquello y firmé el acta de capitulación por parte de Abu Yumail".
Hubo algunos intentos de saqueo por parte de los cristianos, pero Jaime I los castigó con penas de muerte.
Gran parte de la población musulmana se quedó en sus casas, como era costumbre. Solo una minoría se marchó. Prueba de ello fue la expulsión de los moriscos siglos después, que causó grandes problemas y despoblación en gran parte del Reino de Valencia.
El 9 de octubre, el rey entró en la ciudad y se celebró la primera misa donde actualmente se encuentra la Catedral de Valencia. Hay una capilla que lo recuerda.