Masacre de Peterloo para niños
Datos para niños Masacre de Peterloo |
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![]() Una pintura de la masacre de Peterloo, publicada por Richard Carlile
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Fecha | 16 de agosto de 1819 | |
Lugar | St Peter's Field Mánchester Inglaterra |
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Coordenadas | 53°28′36″N 2°14′45″O / 53.476666666667, -2.2458333333333 | |
Resultado | 15 personas fueron asesinadas y entre 400 y 700 fueron heridas | |
A principios del siglo XIX, después de las guerras napoleónicas, Gran Bretaña enfrentaba una gran crisis económica y social. La masacre de Peterloo fue un evento muy impactante para la sociedad británica. Se convirtió en un símbolo importante para las reformas sociales y políticas que la gente pedía en las décadas siguientes.
La masacre de Peterloo ocurrió el lunes 16 de agosto de 1819. Fue en la plaza de St. Peter’s Field, en la ciudad de Mánchester, Inglaterra. La caballería de la milicia local, siguiendo órdenes de los magistrados, atacó a una multitud de unas 60.000 personas.
Estas personas venían de ciudades y pueblos cercanos. Era una manifestación pacífica de un movimiento que buscaba cambios políticos. Había tejedores, comerciantes y sus familias. Querían escuchar a Henry Hunt, un importante líder que pedía reformas. El objetivo era cambiar la forma en que se elegían los representantes en el Parlamento. En ese momento, solo los terratenientes ricos podían votar. Murieron dieciocho personas y cientos resultaron heridas, incluyendo niños.
Ese día fue el incidente violento más grave en una reunión política en Reino Unido. La masacre mostró el gran miedo de las clases privilegiadas a una posible revolución en Inglaterra. Para los que pedían cambios, Peterloo simbolizó la falta de sensibilidad y la tiranía de los conservadores.
El nombre Peterloo fue creado cinco días después por James Wroe, editor de un periódico local. Quería burlarse de los soldados que atacaron a civiles desarmados. Comparó el evento con la Batalla de Waterloo, donde los héroes británicos habían luchado contra Napoleón cuatro años antes.
Contenido
¿Por qué ocurrió la Masacre de Peterloo?
Causas y antecedentes del evento
En 1789, la Revolución francesa extendió ideas de "Libertad, igualdad y fraternidad" por el mundo. En Gran Bretaña, donde muy poca gente podía votar, estas ideas fueron bien recibidas. El gobierno británico se preparó para una guerra contra Francia y también para evitar cualquier intento de cambio dentro de su propio país.
Las personas ricas temían que las masas quisieran una revolución como la francesa. El primer ministro y otros líderes habían estado en París y temían que cualquier cambio llevara a algo similar en el Reino Unido. Creían que empezar reformas era el inicio de una revolución.
Gran Bretaña ganó las guerras napoleónicas (1803-1815), pero con un costo muy alto. Los soldados que regresaban no encontraban prosperidad, sino pobreza. Los salarios bajaron mucho. Hubo mucha hambre y desempleo. Además, en 1815 se aprobaron las primeras Leyes del Cereal, que hicieron que el precio del pan subiera mucho. Todo esto hizo que la gente, especialmente los tejedores de algodón, se interesara más en pedir cambios.
Agitación política en Gran Bretaña (1790-1850)
Desde la Revolución francesa hasta mediados del siglo XIX, tres cosas influyeron mucho:
- Un gran aumento de la población en Gran Bretaña.
- La Revolución Industrial, con sus avances tecnológicos. Esto cambió la forma en que la gente vivía y trabajaba.
- La resistencia política del gobierno para evitar cualquier reforma.
Entre 1790 y 1830, la "clase obrera" (trabajadores) empezó a organizarse y a tener una conciencia de clase. Surgieron las primeras formas de organización política. También fue el tiempo del movimiento ludita (1811-1813), donde la gente destruía máquinas para protestar por sus condiciones.
En esta época, las mujeres también empezaron a tener más oportunidades de empleo en las fábricas textiles. En 1818 y 1819, se crearon las primeras Sociedades Femeninas para la Reforma en varias ciudades, incluyendo Mánchester.
Las Combination Acts de 1799 prohibieron que los trabajadores se unieran en sindicatos. Esto obligó a los sindicatos a trabajar en secreto. Sin embargo, el sindicalismo siguió creciendo. Estas leyes fueron eliminadas en 1824 y 1825, lo que permitió que los sindicatos y las huelgas fueran legales.
Situación económica a principios del siglo XIX
Aunque el nivel de vida material mejoró un poco entre 1790 y 1840, también hubo más explotación, inseguridad y pobreza. El precio del pan y la harina de avena eran muy importantes para saber cómo vivía la gente.
La primera mitad del siglo XIX tuvo mucho desempleo. Los trabajos especializados estaban en peligro por las nuevas máquinas. Los salarios bajaron durante las guerras napoleónicas, y la situación económica fue muy mala para los trabajadores hasta al menos la década de 1820.
Después de las guerras napoleónicas en 1815, unos 350.000 soldados regresaron buscando trabajo, vivienda y comida. La industria textil tuvo periodos de crisis, afectando a los tejedores de algodón y lana. Los salarios de los tejedores bajaron mucho.
La situación empeoró en 1815 cuando el gobierno aprobó las Leyes del Cereal. Estas leyes ponían un arancel (impuesto) al grano extranjero para proteger a los productores ingleses. Esto hizo que el costo de los alimentos y el pan aumentara, ya que la gente tenía que comprar grano británico, que era más caro. Esto llevó a periodos de hambre y desempleo, aumentando el deseo de reformas políticas.
¿Quiénes podían votar en Gran Bretaña?
A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, el sistema político británico no era justo. Solo los hombres ricos, dueños de tierras, tenían derecho a votar. Las clases trabajadoras, las clases medias y las mujeres no podían influir en el gobierno. Por ejemplo, en 1780, menos del 3% de los hombres en Inglaterra y Gales podían votar.
Muchos pensaban que el sistema parlamentario era injusto. Querían un sistema más justo donde todos tuvieran voz y voto. Era una lucha por extender el derecho de voto a todos los hombres.
En 1819, solo podían elegir representantes los hombres que tuvieran propiedades o tierras con un valor alto. Esto significaba que solo unos trescientos mil ciudadanos podían votar, de una población de quince millones.
Además, grandes zonas del país no estaban bien representadas. Ciudades industriales como Mánchester, Leeds y Birmingham, que eran muy importantes para la riqueza británica, no tenían ni un solo diputado que las representara. Sin embargo, lugares con muy pocos votantes, llamados "burgos podridos", elegían varios diputados.
El movimiento por el cambio en Gran Bretaña
El movimiento por el cambio en Gran Bretaña buscaba mejoras a través de leyes. Después de la Revolución francesa, se organizaron grupos que pedían cambios en el Parlamento. La London Corresponding Society, fundada en 1792, quería reformar el Parlamento y extender el derecho de voto a los trabajadores. Sin embargo, esta sociedad fue cerrada en 1799 por una ley. El gobierno perseguía a los activistas.
Después de las guerras napoleónicas, la crisis económica impulsó un nuevo desafío al gobierno. La gente volvió a hacer reuniones políticas y protestas.
Los periódicos y oradores que pedían cambios denunciaban la corrupción y los abusos del sistema. Pedían una profunda reforma parlamentaria. Las voces más importantes eran las de William Cobbett en el periodismo y Henry Hunt en las asambleas.
Las grandes manifestaciones eran como rituales. El orador hablaba y hacía preguntas para obtener respuestas entusiastas de la multitud.
A finales de 1816, hubo grandes manifestaciones en Londres. Era un tiempo de mucha pobreza y desempleo. Las reuniones tuvieron lugar en Spa Fields, con Henry Hunt como orador principal. La multitud atacó el Banco de Inglaterra y amenazó la Torre de Londres. Esto dio al gobierno un pretexto para actuar contra los que pedían cambios.
El 28 de enero de 1817, el carruaje del Príncipe regente fue atacado. Esto llevó a medidas represivas contra los que pedían cambios. Se suspendió el hábeas corpus (derecho a no ser detenido sin motivo) y se prohibieron las reuniones de más de cincuenta personas sin permiso.
El 10 de marzo de 1817, miles de tejedores, conocidos como los Blanketeers, marcharon desde Mánchester hacia Londres para presentar una petición al Príncipe regente. La marcha fue disuelta con violencia y sus líderes fueron encarcelados.
En la primavera y verano de 1817, los magistrados detuvieron a muchos líderes obreros. La sublevación de Pentrich, en junio de 1817, fue un intento de levantamiento que fracasó. Unos 200 o 300 hombres armados marcharon hacia Nottingham, pero no encontraron apoyo y fueron dispersados. Ochenta y cinco personas fueron detenidas y tres ejecutadas.
Se descubrió que uno de los líderes, William Oliver, era en realidad un espía del gobierno que había animado a la revolución. Esto causó un escándalo y dañó la reputación del gobierno.
En enero de 1819, diez mil personas se reunieron en St. Peter’s Field en Mánchester para escuchar a Henry Hunt. La reunión transcurrió sin problemas.
Los derechos que pedían los que buscaban cambios en 1819 eran la libertad de organización política, libertad de prensa, libertad de reuniones públicas y el derecho al voto. Para la alta burguesía, estas demandas significaban motín e insubordinación.
Las Sociedades Femeninas para la Reforma daban apoyo moral a los hombres, participaban en los mítines y hacían pancartas.
Las reuniones de los que pedían cambios eran muy organizadas. Un comité especial planificaba cada evento, el recorrido, los distintivos y los lemas.
Las reuniones masivas alarmaron al gobierno. En julio de 1819, los magistrados de Lancashire advirtieron al Ministerio del Interior que creían que un "levantamiento general" era inminente. El Ministerio les aseguró que el Parlamento los apoyaría si actuaban sin pruebas.
La gran asamblea de agosto en Mánchester
Con la Revolución Industrial, la población de Mánchester creció mucho. Para 1819, tenía más de cien mil personas. Los dueños de las fábricas se beneficiaban, pero los trabajadores vivían en la pobreza en barrios marginales sin agua limpia ni alcantarillas. Las enfermedades se propagaban fácilmente.
La Unión Patriótica de Mánchester (MPU) organizó una gran asamblea para el 2 de agosto, pidiendo a Henry Hunt que la presidiera. Una carta del secretario de la MPU, interceptada por espías, decía que la situación era "espantosa" y que solo "grandes esfuerzos" podían evitar una insurrección. Esto convenció al gobierno de que se preparaba un levantamiento.
La reunión se pospuso al 9 de agosto. Los consejeros del gobierno dijeron que elegir un representante sin un mandato real era un delito. Los magistrados decidieron declarar ilegal la reunión. Temían que la reunión provocara una insurrección.
Sin embargo, el Ministerio del Interior aconsejó no impedir la reunión a menos que hubiera un disturbio real. Creían que Henry Hunt intentaría evitar el desorden.
Samuel Bamford, un líder local, escribió que la reunión debía ser "lo más moralmente efectiva posible". Se dieron instrucciones para que la manifestación fuera "limpia, sobria, ordenada y pacífica", y se prohibió llevar armas.
Los contingentes (grupos de personas) que iban a Mánchester se entrenaban por la noche. Esto preocupó a las autoridades. Aunque los ejercicios eran para mantener el orden en la manifestación, el gobierno los interpretó como una preparación para el desorden.
Preparación de la asamblea
Las ciudades industriales cercanas a Mánchester se prepararon mucho. Los contingentes que iban a Mánchester buscaban disciplina y un aspecto impresionante. Cada grupo de cien hombres tenía un jefe con una ramita de laurel en el sombrero. Las mujeres de los sindicatos llevaban cintas y grandes pancartas bordadas.
El grupo de Oldham tenía doscientas mujeres vestidas de blanco con un estandarte de seda blanca. Tenía inscripciones como "Sufragio universal" y "Elección por votación". Otro grupo llevaba una pancarta negra con "Igualdad de representación o muerte". Estas palabras fueron usadas por los magistrados para justificar sus acciones.
St. Peter’s Field era un terreno de unos 12.000 m². El lunes 16 de agosto de 1819 fue un día caluroso y soleado, lo que hizo que mucha gente viniera de los pueblos de los alrededores.
Los magistrados de Mánchester se reunieron para decidir qué hacer. Se trasladaron a una casa desde donde podían observar la reunión. Estaban preocupados de que terminara en un motín o una rebelión.
Habían preparado un gran número de tropas. Había seiscientos Húsares, cientos de soldados de Infantería, Artillería Real a Caballo con dos cañones, cuatrocientos alguaciles especiales y ciento veinte jinetes de la Manchester and Salford Yeomanry. Esta última milicia era inexperta y estaba formada por comerciantes y taberneros locales.
La milicia Yeomanry se escondía en las calles cercanas. Se burlaban de ellos, llamándolos "cobardes" y "jóvenes exaltados" que odiaban a los que pedían cambios.
El ejército británico en el norte estaba al mando del general Sir John Byng. Él esperaba que los magistrados de Mánchester actuaran con firmeza. Sin embargo, Byng no asistió a la reunión, confiando en su segundo al mando, el teniente coronel Guy L’Estrange, quien no tenía la misma experiencia.
¿Cómo se desarrolló la reunión?
La multitud llegó a St. Peter’s Field en grupos disciplinados y organizados. El grupo más grande venía de la zona de Oldham Green, con 10.000 personas. Otros grupos importantes venían de Middleton y Rochdale.
Las estimaciones del tamaño de la multitud varían, pero se habla de unas 60.000 personas.
Los organizadores querían una reunión pacífica. Henry Hunt pidió a los asistentes que vinieran "sin otra arma que la de una conciencia justa". Muchos vestían sus "mejores ropas de domingo" y traían a sus familias. La gente estaba "llena de alegría y buen humor, riendo y divirtiéndose".
Algunos grupos llevaban pancartas con textos como "No a las leyes del cereal", "Parlamentos anuales" y "Sufragio universal". Las mujeres de la Sociedad Reformista Femenina de Mánchester, vestidas de blanco, acompañaron a Hunt. La única pancarta que se conserva es de seda verde con letras doradas, que dice "Libertad y Fraternidad" y "Unidad y Fuerza". Es la pancarta política más antigua del mundo.
Alrededor del mediodía, cientos de alguaciles especiales formaron un pasillo entre la multitud. El carruaje de Hunt llegó poco después de la 13:00. En el estrado estaban también otros líderes y periodistas. St. Peter’s Field estaba lleno de decenas de miles de personas, tan juntas que "sus sombreros parecían tocarse".
Lo que realmente alarmó a las autoridades no fueron las banderas, sino la disciplina de las sesenta mil personas. El entrenamiento de las semanas previas, organizado por veteranos de Waterloo, hizo que algunos hablaran de una "organización militar". Esto generó miedo a que la gente común se convirtiera en una clase organizada y disciplinada.
La carga de la caballería
La preocupación de los magistrados se convirtió en miedo al ver el ambiente de la asamblea. El reverendo Charles Ethelston leyó la Ley Antidisturbios a las 13:30, pero casi nadie la escuchó debido al tamaño de la multitud. Esta ley permitía usar la fuerza si la multitud no se dispersaba en una hora.
William Hulton, el presidente de los magistrados, ordenó el arresto de Henry Hunt y los organizadores. Los alguaciles especiales pidieron apoyo militar. Hulton envió una nota a la caballería Yeomanry de Manchester y Salford y al teniente coronel Guy L’Estrange.
La Yeomanry de Manchester y Salford fue la primera en recibir la nota. Desenvainaron sus espadas y galoparon hacia St. Peter’s Field. Un soldado de Caballería derribó a Ann Fildes, y su hijo de dos años, William Fildes, murió al caer de sus brazos. Fue la primera víctima de Peterloo.
Sesenta soldados de la Yeomanry, liderados por el capitán Hugh Hornby Birley, llegaron a la casa de los magistrados. Se les pidió que llevaran su caballería al estrado para detener a los oradores. Eran alrededor de las 13:40.
El camino hacia el estrado era estrecho. Los caballos se asustaron al entrar en la multitud. La gente intentaba apartarse. La caballería quedó atrapada y, en pánico, empezó a atacar con sus sables. "Sus sables levantados brillaban, y atacaron directamente a los manifestantes. A medida que la caballería se acercaba, la densa masa de personas hacía sus mayores esfuerzos por escapar, pero estaban tan presionados que el escape inmediato era imposible", informó el reverendo Edward Stanley.
Muchos de los soldados de la Yeomanry conocían a los manifestantes y tenían viejas rencillas. Un oficial gritó al ver a un reportero: "¡Ahí está Saxton, maldito sea, atravesadlo!".
Al llegar al estrado, se arrestó a Hunt y otros. Luego, los Yeomanry destruyeron las pancartas y banderas. Un reportero de The Times dijo que los Yeomanry empezaron a dar sablazos a diestra y siniestra, y solo entonces la multitud empezó a lanzar ladrillos.
Desde su posición, William Hulton pensó que estaban atacando a la tropa. Cuando llegó L’Estrange con sus húsares, Hulton les ordenó dispersar a la multitud. Los húsares, aunque más disciplinados, también empezaron a atacar a cualquiera a su alcance.
Al principio, la multitud tuvo dificultades para dispersarse porque la salida principal estaba bloqueada por soldados de Infantería con bayonetas. Un oficial de los húsares intentó detener a la Yeomanry, diciendo: "¡Qué vergüenza! caballeros, ¿qué hacen?, paren. La gente no puede escapar."
En diez minutos, la multitud se había dispersado. St. Peter’s Field se convirtió en un campo de batalla lleno de muertos y heridos. Una mujer que vivía cerca dijo que vio "una gran cantidad de sangre". "Nubes de polvo oscurecían la vista. Cuando disminuyeron se presentó una escena impactante. Numerosos jóvenes, mujeres y niños que habían sido derribados y atropellados por los caballos, yacían en el suelo", contó John Benjamin Smith.
Las tropas se presentaron ante las autoridades y fueron felicitadas. Los disturbios continuaron en las calles, y en algunos lugares las tropas dispararon. La paz no se restableció hasta la mañana siguiente.
El Príncipe regente elogió a las autoridades por "preservar la tranquilidad pública". Henry Hunt fue juzgado, declarado culpable de conspiración sediciosa y enviado a prisión por dos años.
Víctimas de Peterloo
El número exacto de muertos y heridos nunca se supo con certeza. El Comité de Desagravio de Mánchester, que ayudaba a las víctimas, recibió 421 solicitudes de compensación por heridas. Se habla de 654 víctimas registradas.
Mucha gente ocultó sus heridas por miedo a represalias. James Lees, un veterano de Waterloo, fue herido de sable en la cabeza y se le negó tratamiento en el hospital por negarse a prometer que no asistiría a reuniones de reforma. Murió tres semanas después. Dijo antes de morir: "En Waterloo fue de hombre a hombre, pero aquí fue francamente un asesinato".
Una característica de Peterloo fue la gran presencia de mujeres. Se formaron sociedades reformistas femeninas, las primeras en Gran Bretaña. Muchas vestían de blanco y formaron grupos solo de mujeres. De las 654 víctimas registradas, al menos 168 eran mujeres. Cuatro de ellas murieron. Se cree que las mujeres corrieron un riesgo mucho mayor de sufrir lesiones. Algunas historias de víctimas incluyen a Mary Fieldes, que recibió cortes en todo el cuerpo, y a Elizabeth Gaunt, que sufrió la pérdida de su embarazo después de once días de maltrato en prisión.
Once muertes ocurrieron en St. Peter’s Field. Otros, como John Lees, murieron después a causa de sus heridas. El número total de muertes se estima en dieciocho, y sus nombres están grabados en el monumento conmemorativo de 2019, incluyendo al bebé no nacido de Elizabeth Gaunt.
Reacción y consecuencias de Peterloo
En dos días, toda Inglaterra conoció los hechos. La reacción de los que pedían cambios fue de indignación y enojo. Los radicales usaron la tragedia para promover su causa.
Muchos culparon a los magistrados y a la Yeomanry por su reacción exagerada. El gobierno británico intentó encubrir la masacre, encarcelando a los líderes y periodistas.
A finales de año, se aprobaron las Seis Leyes, que limitaron las libertades políticas. Se prohibieron las reuniones grandes y se aumentaron los impuestos a los periódicos para que la clase obrera no pudiera leerlos.
A pesar de la represión, Peterloo mostró la debilidad del antiguo sistema en Inglaterra. Impulsó aún más la reforma política, lo que llevó a la Gran Ley de Reforma de 1832.
Reacción del público
La masacre de Peterloo fue un momento clave. Muchos de los presentes, incluyendo dueños de negocios, quedaron horrorizados. La noticia se difundió rápidamente, causando indignación.
Se crearon objetos conmemorativos como platos y medallas, que mostraban la imagen de los soldados atacando a civiles indefensos. Estos se vendían para recaudar dinero para los heridos.
Peterloo fue la primera reunión pública a la que asistieron periodistas de periódicos importantes. Un día después, se publicaron relatos en Londres, Leeds y Liverpool. James Wroe, editor del Manchester Observer, fue el primero en llamarlo "Masacre de Peterloo". Esto le costó un año de prisión y el cierre de su periódico.
El poeta Percy Bysshe Shelley escribió el poema "La máscara de la anarquía" sobre la masacre, pero no se publicó hasta 1832.
Peterloo cambió la forma de pensar sobre los derechos de los ingleses. Unió a diferentes grupos que pedían cambios. Se celebraron mítines de protesta en varias ciudades.
La indignación hizo que el movimiento por el cambio se extendiera. Los que pedían cambios esperaban que el Parlamento investigara Peterloo, pero no lo hizo hasta más de tres meses después.
La opinión pública pensó que el gobierno había ido demasiado lejos al apoyar la masacre. Se organizó un gran acto de protesta en Newcastle, al que asistieron entre cincuenta y cien mil personas, manteniendo el orden.
Reacción política
El efecto inmediato de Peterloo fue una ofensiva contra la reforma. El gobierno persiguió a periodistas y periódicos. J. Wroe fue arrestado y multado. El Manchester Observer cerró en 1820.
Los magistrados de Mánchester organizaron una reunión para apoyar sus acciones. El Ministro del Interior transmitió el agradecimiento del Príncipe regente a los magistrados. Esto causó gran indignación.
El gobierno apoyó las acciones de los magistrados y el ejército. Las peticiones para una investigación parlamentaria fueron rechazadas.
Las Seis Leyes se aprobaron en diciembre de 1819. Prohibían el entrenamiento militar, autorizaban el registro de casas sin orden judicial, prohibían reuniones de más de cincuenta personas y aumentaban los impuestos a las publicaciones.
Henry Hunt y otras ocho personas fueron juzgadas por sedición. Hunt fue sentenciado a treinta meses de cárcel. Se dio cuenta de que Peterloo fue una victoria moral para los radicales. Su sombrero blanco, atravesado por una espada, se convirtió en un símbolo de la reforma.
En los meses siguientes a Peterloo, el gobierno temió una rebelión armada. Esto se vio reforzado por dos levantamientos fallidos, la revuelta de Yorkshire West Riding y la conspiración de Cato Street. En esta última, un hombre planeó asesinar a varios ministros, pero fue descubierto por un espía.
Más tarde, en 1822, un tejedor herido en Peterloo demandó a cuatro miembros de la Yeomanry. Todos fueron absueltos, ya que el tribunal dijo que sus acciones estaban justificadas para dispersar una reunión ilegal.
Peterloo también contribuyó a la creación del periódico Manchester Guardian en 1821, fundado por empresarios que fueron testigos de la masacre.
La lucha por el voto: La Gran Reforma de 1832
En la década siguiente, aumentaron las actividades de los sindicatos, el periodismo que pedía cambios y el movimiento por las diez horas de trabajo.
Hasta 1830, no volvió el espíritu de la agitación popular por la reforma parlamentaria y el derecho al voto. Las autoridades estaban preocupadas por lo que había pasado en Francia en julio de 1830, donde el rey fue reemplazado por una monarquía constitucional.
En Inglaterra, el rey Guillermo IV perdió popularidad por oponerse a la reforma. En 1831, la Cámara de los Comunes propuso una Ley de Reforma, pero la Cámara de los Lores, dominada por el partido Tory, la rechazó. Esto causó graves disturbios en muchas ciudades.
Finalmente, Guillermo IV aceptó la Gran Ley de Reforma de 1832. Esta ley cambió el sistema electoral británico: se eliminaron 57 "distritos podridos" y ciudades nuevas como Birmingham y Leeds obtuvieron el derecho a elegir diputados. Sin embargo, solo los hombres con ciertas propiedades podían votar. La mayoría de los trabajadores y todas las mujeres quedaron excluidos. Esto mejoró la representación de las clases medias, pero no fue suficiente para detener las protestas. La ley aumentó el número de votantes de 400.000 a 650.000.
Hubo varias leyes de Reforma a lo largo del siglo XIX (1867, 1868, 1872, 1883-85). Pero no fue hasta 1918 que se otorgó el sufragio universal (derecho a votar para todos los hombres mayores de 21 años) y el voto parcial para las mujeres mayores de treinta. En 1928, se concedió el voto a todas las mujeres mayores de 21 años.
La Riot Act de 1714, la ley que legitimó la masacre de Peterloo, estuvo vigente casi 260 años hasta que fue eliminada en 1973.
Legado de Peterloo
A lo largo del siglo XIX, Peterloo fue un recuerdo importante para los radicales y los liberales. Lo usaron para criticar a los conservadores y pedir más reformas en el Parlamento. Estas reformas se lograron con cada generación, hasta el sufragio universal masculino y el parcial femenino.
El Free Trade Hall en Mánchester, un edificio importante, fue construido como un monumento a las víctimas de Peterloo. En el centenario de 1919, los sindicalistas y otros vieron en Peterloo una lección para que los trabajadores lucharan contra la violencia de los poderosos.
En 2007, el Ayuntamiento de Mánchester reemplazó una placa conmemorativa por una roja, con un relato más preciso de lo sucedido en 1819:
St. Peter’s Field: La masacre de Peterloo. / El 16 de agosto de 1819, una manifestación pacífica de 60.000 reformistas pro-democracia, hombres, mujeres y niños, fue atacada por caballería armada, lo que provocó 15 muertos y más de 600 heridos
En 2019, en el bicentenario de la masacre, se inauguró un nuevo monumento. Tiene 1,5 metros de altura y 11 escalones de piedra grabados con los nombres de los muertos y sus lugares de origen.
En la cultura popular, existe la Obertura Peterloo, Op 97, de 1968, compuesta por Sir Malcolm Arnold. También se encargaron e interpretaron varias piezas musicales de diferentes géneros para el bicentenario de 2019.
El evento histórico fue tema de una película titulada “Peterloo”, dirigida por Mike Leigh y estrenada en 2018. También hay muchos libros y novelas sobre la masacre.
Conclusión
Eventos como el levantamiento de Pentrich y la Marcha de los Blanketeers muestran la gran demanda de reformas económicas y políticas en la década de 1810.
Con el creciente poder de los radicales, las autoridades debían responder con represión o con cambios. En 1819, la opción de los cambios hubiera beneficiado al movimiento obrero. Por eso ocurrió Peterloo.
La masacre allanó el camino para la Gran Ley de Reforma de 1832. Esta ley eliminó los "distritos podridos" y creó nuevos escaños parlamentarios para las ciudades industriales del norte de Inglaterra. Mánchester pudo elegir a sus primeros dos diputados. También llevó a la creación del periódico Manchester Guardian y al surgimiento del movimiento cartista, del que nacieron los sindicatos.
Es difícil saber qué habría logrado la manifestación de Mánchester si hubiera terminado pacíficamente. Pero el brutal ataque de la Caballería contra manifestantes pacíficos y desarmados aseguró que nunca fuera olvidada. Se convirtió en un hito en la lucha por la democracia. Peterloo no aceleró la reforma, pero con el tiempo, todas las demandas de los que pedían cambios, excepto los parlamentos anuales, se cumplieron.
Se ha dicho que Peterloo marcó el cambio de una Inglaterra provincial a la lucha por una sociedad más justa e igualitaria para los trabajadores. "A partir de ahora, el pueblo apoyaría con cada vez más fuerza ese gran movimiento que, etapa tras etapa a lo largo del siglo XIX, iba a imponer un nuevo orden político a la sociedad".
Peterloo ha sido descrito como "el acontecimiento político más sangriento del siglo XIX en suelo inglés". La masacre fue una victoria para las víctimas, y las autoridades aprendieron que no podían repetirla. La nación no toleraría un ataque violento a una multitud indefensa. Por eso, Peterloo estableció el derecho de manifestación pública y convirtió los derechos de la prensa en un pilar de la prensa que pedía cambios. Desde Peterloo, ninguna autoridad británica se ha atrevido a usar la misma fuerza contra una multitud pacífica.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Peterloo Massacre Facts for Kids