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Inmortalidad para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Fountain of Eternal Life crop
La Fuente de la Vida Eterna en Cleveland, Ohio, se describe como un símbolo de "El hombre elevándose por encima de la muerte, alcanzando a Dios y hacia la Paz"

La inmortalidad o vida eterna, en los ámbitos religioso y filosófico, es el concepto que supone la existencia indefinida o infinita que consigue superar la muerte. A lo largo de la historia y en diferentes culturas y religiones aún en la actualidad, los seres humanos han mostrado la esperanza de vivir para siempre o existir más allá de la muerte.

La idea de inmortalidad es considerada entre algunos filósofos como la respuesta a la angustia y al miedo que produce en el ser humano la conciencia de su mortalidad y contingencia. Ese ansia crearía y desarrollaría el concepto de inmortalidad; y constituiría además el núcleo de la antropología de la religión.

Inmortalidad en las religiones

En contextos religiosos, por lo general se afirma que la inmortalidad es una de las promesas de Dios (u otras deidades) para los seres humanos que demuestren bondad o que siguen la ley divina. La forma en que tomaría una vida humana sin fin, o si un alma inmaterial existe y posee inmortalidad, ha sido un punto importante de enfoque de la religión, así como un tema de especulación y debate.

Para los creyentes, en general, la inmortalidad es la continuación de la vida más allá de la muerte. La creencia en una vida eterna individual es característica de ciertas religiones monoteístas abrahámicas (Cristianismo o el Islam). También ciertas corrientes del Judaísmo lo proponen, con menos énfasis que las anteriores.

Religiones orientales como el hinduismo y el budismo profesan la doctrina de la metempsicosis o reencarnación, que postula la posibilidad de perfeccionamiento progresivo a través de vidas sucesivas. La liberación final consiste en detener la rueda de las reencarnaciones, causada por el apego a un ego individual ilusorio.

Igualmente en el taoísmo profesa el logro de la inmortalidad con el Tao (no a la inmortalidad física), sino como inmortalidad espiritual, en la Tierra, lograda a través de las prácticas taoístas.

En las religiones paleo-judías y paleo-cristianas (XV a. C.-I d. C.)

Para el cristianismo el hombre es una hipóstasis de dos sustancias llamadas cuerpo y alma, concebidas al momentos del nacimiento, y cuando adviene la muerte, en una primera instancia, solo el alma sobrevive. La supervivencia del alma después de la muerte no es el destino del alma, su destino es volverse a unir con el cuerpo y ser nuevamente persona en el momento de la resurrección de los muertos. Se entiende así que lo importante es la vida eterna como Persona. Es decir, la Persona es la unión del alma con el cuerpo.

La salvación del hombre en la vida eterna corresponde a la libre actuación del hombre como Persona durante su vida en la tierra. Si se comporta correctamente, irá al Cielo para gozar con Dios y el resto de los hombres para toda la eternidad. Si es injusto y egoísta en la vida terrena, será condenado a sufrir las consecuencias de sus actos en el Infierno, también para siempre. Tras la resurrección de los muertos, tanto la vida en el cielo como en el infierno será la de una Persona, en la que estarán unidos el alma con el cuerpo en un estado diferente del de la tierra que se llama cuerpo glorioso.

Inmortalidad en la filosofía

También la filosofía se ha preguntado sobre la inmortalidad del ser humano o de otros seres vivos. Uno de los autores antiguos que más habló sobre el tema fue Platón, que ofreció en sus Diálogos diversos argumentos. Los más famosos se encuentran en el Fedón, en la República y en el Fedro. Por el contrario, Epicuro y su discípulo romano Lucrecio pensaron que el alma era corruptible y mortal.

Pero el esclarecimiento más importante provino del pensamiento escolástico, especialmente Tomás de Aquino, el cual explica que el alma es inmortal y sobrevive a la muerte del cuerpo, pero su destino no es ese, sino volverse a unir con el cuerpo para ser persona.

Algo parecido sostuvo en el siglo XIX el filósofo materialista Ludwig Feuerbach en sus Pensamientos sobre la muerte y la inmortalidad (1830).

Inmortalidad en la literatura

La Epopeya de Gilgamesh es considerada una de las primeras obras literarias de la humanidad y trata sobre la búsqueda de la inmortalidad del protagonista, Gilgamesh.

En la historia, Gilgamesh es un rey tiránico que se da cuenta de su mortalidad y comienza a buscar un medio para escapar de ella. Con la ayuda de su amigo Enkidu, emprende un viaje hacia la tierra de los dioses en busca de la planta de la juventud, que le concedería la inmortalidad.

Sin embargo, después de muchas aventuras y peligros, Gilgamesh finalmente encuentra la planta y la lleva consigo de regreso a su ciudad. Pero cuando se dispone a tomarla, una serpiente se la arrebata y la devora, lo que hace que Gilgamesh pierda la oportunidad de alcanzar la inmortalidad.

La Epopeya de Gilgamesh muestra la lucha humana por alcanzar la inmortalidad, así como la inevitabilidad de la muerte y la fragilidad de la existencia humana. También ofrece una reflexión sobre el valor de la vida y cómo la búsqueda de la inmortalidad puede hacer que perdamos de vista lo que realmente importa.

En la mitología griega también hay historias relacionadas con la inmortalidad. En la Ilíada de Homero, Aquiles es un guerrero griego y uno de los más fuertes y valientes. Cuando su madre, la diosa Tetis, le dice que está destinado a morir joven en la batalla de Troya, Aquiles comienza a preocuparse por su legado y su fama.

Es entonces cuando Tetis le ofrece la oportunidad de elegir entre una vida corta pero llena de gloria, o una vida larga y tranquila pero sin reconocimiento. Aquiles elige la primera opción, prefiriendo ser recordado como un héroe legendario, aunque eso signifique su muerte temprana.

En la historia, también se menciona que Aquiles tenía una debilidad en su talón, que era el único lugar donde podía ser herido y donde finalmente muere.

Si bien Aquiles no buscó activamente la inmortalidad, su historia se relaciona con la idea de la muerte y la búsqueda de la fama y la gloria como una forma de trascender la mortalidad. Es un ejemplo de cómo la búsqueda de la inmortalidad puede ser vista como una búsqueda por la trascendencia, por ser recordado por la posteridad y por dejar una huella en la historia.

Por otro lado, Jorge Luis Borges, uno de los escritores más importantes de la literatura argentina y universal, tenía una visión muy particular sobre la inmortalidad.

Borges consideraba que la inmortalidad no era deseable. Para él, la muerte es lo que le da sentido a la vida y la hace valiosa. En una entrevista, Borges dijo lo siguiente:

"La muerte es un hecho fundamental. Si no muriéramos, la vida perdería todo su interés. La vida es un camino, una peregrinación hacia la muerte. No sé por qué los hombres se aferran tanto a la vida, porque la vida es nada. Yo prefiero la muerte".

Además, Borges creía que la inmortalidad era un tema recurrente en la literatura y la cultura, pero que en realidad era una quimera. En sus cuentos y ensayos, Borges exploró la idea de la inmortalidad, pero siempre desde una perspectiva crítica y escéptica.

Inmortalidad en la ciencia

En rigor no puede hablarse de inmortalidad en la ciencia, más bien del descubrimiento de distintos mecanismos contra el envejecimiento y estimulando posibles factores que influyen en el alargamiento de la vida.

Aunque por el método científico no se puede lograr obtener material genético indestructible, en ciertas investigaciones realizadas sobre el envejecimiento y muerte celular se ha comprobado que en las células, la longitud de los telómeros (el extremo de los cromosomas) es uno de los factores involucrados en los procesos de envejecimiento y muerte celular. Así pues con ingeniería genética de los telómeros de un ser vivo se podría alargar su vida. Otro factor importante que influye en el envejecimiento y, por tanto, impediría la continuidad de la vida, son los llamados radicales libres, agentes oxidantes que se presentan en la naturaleza, causando el deterioro de las células.

Sin embargo existe la confianza en la comunidad científica de que en algún momento dado, se logre la inmortalidad. Hay corrientes filosóficas y culturales como el transhumanismo que proponen esta búsqueda. El propósito del transhumanismo es alcanzar la mejora y la evolución de la especie humana a través del uso de la tecnología, incluyendo la búsqueda de la inmortalidad o de la vida indefinida.

Los transhumanistas argumentan que la tecnología puede mejorar la condición humana y permitirnos superar las limitaciones biológicas y físicas que nos hacen vulnerables a la enfermedad y a la muerte. Por ejemplo, se considera que la tecnología médica avanzada, la ingeniería genética y la inteligencia artificial podrían permitirnos prolongar nuestra vida o incluso lograr la inmortalidad.

El transhumanismo también defiende la idea de la fusión del ser humano con la tecnología, y la posibilidad de mejorar nuestro cuerpo y mente a través de la modificación genética, la implantación de dispositivos tecnológicos en el cuerpo, y la transferencia de la conciencia a sistemas digitales.

Sin embargo, los críticos del transhumanismo argumentan que esta búsqueda de la inmortalidad a través de la tecnología es irrealista y peligrosa, y que en lugar de mejorar nuestra condición, podría agravar las desigualdades sociales y aumentar el riesgo de daños a la salud y a la privacidad.

Inmortalidad cíclica

Se sabe que la Turritopsis nutricula es el único ser vivo potencialmente capaz de no morir en el sentido literal, ya que puede volver a un estado de inmadurez reproductiva (regresando a su forma de pólipo) repitiéndose indefinidamente, y así evitar la muerte.

En una pequeña parte se podría decir que este es inmortal, pero por otro lado, según el concepto propio de inmortalidad, éste no es indestructible, pero es un buen ejemplo de lo que es vivir eternamente.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Immortality Facts for Kids

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Inmortalidad para Niños. Enciclopedia Kiddle.